Ningún invento ¿Nunca has leído a Pablo?
Rom 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Rom 5:13
Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.
Rom 5:14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.
Sin la instrumentalidad de la ley no había responsabilidad por el pecado, pero aun así la muerte ocurría como resultado del pecado.
Por lo tanto, la ley trae conciencia y responsabilidad por el pecado, una responsabilidad que, al ser aplicada por la ley de acuerdo al caso, como bien explica el pentateuco, genera muerte al ser enjuiciado el infractor, o infractores, como aprendemos aquí:
Lev 20:13 Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron;
ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.
Ahora ¿Qué significa neutralizar el poder del pecado hecho por Cristo?
1Co 15:56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado,
y el poder del pecado, la ley.
Significa lo siguiente:
Cristo neutralizó el poder del pecado al cumplir la ley, cargar nuestra culpa y darnos victoria sobre la muerte.
Ahora, los que creen en Él tienen una nueva vida y la promesa de la resurrección.
El poder del pecado es la ley: La ley de Moisés revela el pecado, mostrando la culpa del ser humano y su incapacidad de cumplir plenamente los mandamientos de Dios (Romanos 3:20). En ese sentido, la ley "fortalece" el pecado al hacerlo evidente y al traer condenación al infractor.
Cristo venció el pecado: A través de su muerte y resurrección,
Cristo anuló la condenación del pecado (Romanos 8:1-3). Él cumplió la ley perfectamente y llevó sobre sí el castigo del pecado, liberando a los creyentes de su dominio y de la muerte eterna.
De manera que el Señor, absolutamente puro y sin pecado, paga la sentencia que nuestros pecados merecían, antes de existir la ley y después de la ley.
Neutralización del poder del pecado: Cristo no solo pagó el precio del pecado, sino que también dio a los creyentes la victoria sobre su influencia.
Esto significa que:
- El pecado ya no tiene dominio sobre los creyentes en Cristo (Romanos 6:14).
- La ley ya no es un medio de condenación para los que están en Cristo (Romanos 7:6).
- La resurrección de Cristo garantiza la victoria final sobre la muerte, que es la consecuencia última del pecado (1 Corintios 15:57).
Sabemos que a los judaizantes les duele este segundo punto, porque quieren presentarse ante el Trono del Juicio con la misma actitud de aquel hombre que subió a orar al templo diciendo:
Luc 18:11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
Luc 18:12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Pero esta es una pretensión vana y sin sentido, todos los hombres somos pecadores (Ro.5:18), nacemos ya condenados de antemano, no por ninguna ley, sino por la transgresión de Adán, por lo tanto, nos hallamos dependientes de la gracia de Cristo.
Espero que esto le quede claro y deje de estar pensando que alguien puede burlar la muerte bajo la ley, porque por mucho que se esfuerce siendo celoso cumplidor de la ley, digamos que lleve más 20 años guardándola, pero, ofende en un solo punto de los 613 mandamientos, el resultado es que se hace culpable de todos los demás (Sant.2:10), el castillo de arena de su propia justicia se desmorona por completo.