El problema con el concepto de "nunca dejar de morir", querido Ricardo, es que si la muerte, más que un evento puntual, es un proceso (en este caso, un proceso sin fin) entonces estaríamos aceptando que la muerte se perpetúa por la eternidad.
Y las Escrituras señalan que la muerte misma será destruida al final de todo. (1 Cor 15:26)
Así pues, sea cual fuere el proceso en que usted crea que se encuentran los malvados (es decir, sea cual fuere la descripción de ese "nunca dejar de morir") ese proceso un día terminará.