LOS ERRORES DE LUTERO

Dniel Brion:

Para que entienda lo que trato de expresarle, le recuerdo que a Noe y Abraham no se les puede exigir que obedecieran la Palabra de Dios escrita en las Tablas del Sinai, pero DESPUES de Moises, nadie puede desobedecer esos Diez Mandamientos escritos por el dedo de Dios.

Igualmente, DESPUES de escrito el Nuevo Testamento, cerrado el Canon, reconocido, aceptado y oficializado, ninguna persona que pretenda ser cristiana, puede desconocer la Escritura, añadirle o poner en igualdad a ella, los dichos orales de otras personas, esos que llaman "la tradicion".

Tan importante para Dios y los hombres es la Palabra de Dios ESCRITA, que Dios mando colocarlas en el Arca de la Alianza.
Arca que manifestaba la presencia de Dios y quien la tocaba moria.

Con el Arca de la Alianza, mostro Dios como su Palabra escrita es Dios mismo, pues es su pensamiento expresado, es decir el Logos divino o Verbo.

YA tenemos la sagrada Escritura completa, Daniel, no tenemos que volver a apoyarnos en tradiciones orales como si no la tuvieramos.

Tampoco puede usted ni nadie, colocar en igualdad a las Escrituras, tradiciones orales de hombres.

Ustedes los catolicos, de hecho aceptan que su Papa puede añadirle nuevas revelaciones a las que nos han sido dadas en la Biblia.

Isaias.
 
¿Que mal habremos cometido los cristianos evangélicos para tener que leer tal cantidad de tergiversaciones de parte de los llamados hermanos (?) separados?
 
En cuanto a Luis Fernando de nuevo con su monomania sexual. Ha escrito, (como no) lo siguiente:
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Sin duda, la evolución espiritual de Lutero fue muy interesante
Acabó aprobando la bigamia de Felipe Hesse y escribiendo los panfletos antisemitas más repelentes que uno se pueda imaginar
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Eres muy olvidadizo para lo que no conviene Luis. ¿Por que no nos haces una panegírico de los matriomonios anulados por el Tribunal de la Rota y así nos enteraremos de los casos de bigámia de centenares de católicos?. Bigamia aprobada por dicho Tribunal, ¿No ganaran a Lutero por uno a miles? Tanteo: Lutero uno. Tribunal de la Rota millares. Ya sabemos quien gana el trofeo.
Lutero escribe panfletos. Los católicos polacos los ponen en práctica, y no al final de las edades medias sino entre el año 1939 al 1944. De nuevo los católicos, esta vez sin el citado Tribunal, le ganan a Lutero, ¿O no?
¿Hicieron los mismo los luteranos daneses, holandeses y suecos?
Mis saludos, Luis
 
Gente de mar:

Que es Lutero? ... Que es Pablo? ...

Lutero, en su mundo de tinieblas, recibió un rayo del potente Evangelio de Dios. Ese rayo, estoy seguro, le fue perfeccionando la visión toda su vida. Siguió errando, igual que tu y que yo.

Hoy, Dios, también quiere darte un rayo de luz, potente y lleno de gracia, y por intermedio de la primera palabra que el Señor pronunciara, la palabra de mayor sabiduria de la historia:
Arrepentios, porque el Reino de los cielos, se ha acercado, el gobierno de Dios está aqui, y no esta pidiendo que por favor, pasen adelante los que "aceptan" a Jesús como su salvador "personal", sino: ARREPENTIOS, un mandamiento y para que entendamos mejor: UNA ORDEN, pues el Señor jamás ha dicho: Por favor, no robe, sino: NO ROBAR.
Asi es que dejando los rudimentos de los hombres, avoquemosnos a vivir y enseñar lo que El nos mando;
ID A LAS NACIONES Y HACED DISCIPULOS.
 
Originalmente enviado por Isaias Mazzilli:
Daniel Brion:

Para que entienda lo que trato de expresarle, le recuerdo que a Noe y Abraham no se les puede exigir que obedecieran la Palabra de Dios escrita en las Tablas del Sinai, pero DESPUES de Moises, nadie puede desobedecer esos Diez Mandamientos escritos por el dedo de Dios.

Igualmente, DESPUES de escrito el Nuevo Testamento, cerrado el Canon, reconocido, aceptado y oficializado, ninguna persona que pretenda ser cristiana, puede desconocer la Escritura, añadirle o poner en igualdad a ella, los dichos orales de otras personas, esos que llaman "la tradicion".

Estimado Isaías, efectivamente la Revelación Pública ha culminado con la muerte del Apóstol San Juan y el libro del Apocalipsis.

Nadie (al menos los católicos) discute esto. Lo que sí he demostrado y puntualizado que muchas mas cosas han sido recogidas de Cristo por los Apóstoles (algunos fueron incluso escritas en las Epístolas o en Hchos. como demostré) y de los Apóstoles por sus sucesores que hoy conocemos gracias a la Tradición. Y que se conocieron así y no se refutaron sino hasta el Siglo XVI.


Tan importante para Dios y los hombres es la Palabra de Dios ESCRITA, que Dios mando colocarlas en el Arca de la Alianza.
Arca que manifestaba la presencia de Dios y quien la tocaba moria.

¿Y en virtud de qué cosa Ud. cree que no es así para los católicos?

Con el Arca de la Alianza, mostro Dios como su Palabra escrita es Dios mismo, pues es su pensamiento expresado, es decir el Logos divino o Verbo.

Debería tener mas cuidado (creo) en sus expresiones. Deja la puerta abierta para que alguien le marque que es un idólatra de la Biblia ya que, como es "Dios mismo", Pareciera decir que debe adorarse.[/QUOTE]

Sin embargo, sin llegar a ser la Escritura un ídolo, CONTIENE la Palabra de Dios.

YA tenemos la sagrada Escritura completa, Daniel, no tenemos que volver a apoyarnos en tradiciones orales como si no la tuvieramos.

Le reitero que no desconocemos el valor de la Escritura. Sin embargo resulta curioso que los evangélicos recurran a la Patrística para su apologética y luego se rasguen las vestiduras como si la Escritura fuera LA UNICA COSA. Esta visto en ese sencillo acto de consulta que ES IMPORTANTE conocer como se "vivía" el cristianismo de entonces y como el Espíritu Santo (como había prometido Cristo) iba revelando:

Jn 16.12. Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello.

13. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir.

Dios lo bendiga
 
Daniel Brion, contestame a una pregunta, dime si es opción A u opción B


A / Las Sagradas Escrituras SON la Palabra de Dios.


B / Las Sagradas Escrituras CONTIENEN la Palabra de Dios.
 
Originalmente enviado por daniel brion:
<STRONG>Le reitero que no desconocemos el valor de la Escritura. Sin embargo resulta curioso que los evangélicos recurran a la Patrística para su apologética y luego se rasguen las vestiduras como si la Escritura fuera LA UNICA COSA. Esta visto en ese sencillo acto de consulta que ES IMPORTANTE conocer como se "vivía" el cristianismo de entonces y como el Espíritu Santo (como había prometido Cristo) iba revelando:

Jn 16.12. Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello.

13. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir.

Dios lo bendiga</STRONG>

Estimado Daniel:

Una cosa es que la patrística sea importante para conocer la historia y el modo en que los cristianos antiguos entendieron y vivieron su fe. Muy otra cosa sería tomar las enseñanzas de los Padres como fuente de revelación. Esta última es, con rasgado de vestiduras o sin él, la Santa Biblia.

La posición protestante histórica, que al parecer usted desconoce, no es que no hubiese una etapa en la historia de la salvación cuando las enseñanzas apostólicas se transmitían de manera predominantemente oral, desde el sermón de Pedro en Pentecostés en adelante. Tampoco se niega que hubiese, como lo hubo, un período en el cual lo enseñado oralmente por los Apóstoles coexistió pari passu con el creciente caudal de documentos escritos. Lo que sí sostenemos es que con la muerte del último de los Apóstoles la doctrina apostólica quedó fijada de manera completa y definitiva en la colección de documentos que hoy llamamos Nuevo Testamento. Cuando digo “completa” no quiero decir “exhaustiva” como si todas y cada una de las palabras de los Apóstoles estuviesen registradas en el Nuevo Testamento; pero sí todo lo concerniente a la doctrina del Señor en orden a la salvación. En otras palabras, que no hay nada esencial al depósito de la fe que no haya quedado escrito.

Quienes sostienen que hubo enseñanzas apostólicas de igual importancia que las registradas por escrito que solamente fueron transmitidas por ellos de manera oral, y por tanto fuera del Nuevo Testamento, pueden demostrar su tesis de manera directa: reproduciendo la evidencia correspondiente. Esto, que parece un camino obvio y sencillo, al parecer presenta formidables dificultades a la hora de recorrerlo.

Las siguientes preguntas fueron colocadas por mí el 24 de julio de 2000 en el mensaje 001417 y solamente recibí evasivas. A mí me parece absolutamente indispensable que se les dé respuesta clara antes de empezar a discutir siquiera si las tradiciones a las que apela la Iglesia de Roma son conformes a la Biblia o no lo son.

Conocemos el contenido de las Escrituras, de modo que, salvando las diferencias relacionadas con los deuterocanónicos/apócrifos, todos los cristianos sabemos a qué corpus nos referimos cuando hablamos de la Biblia.

Sin embargo, no ocurre otro tanto cuando se habla de la tradición apostólica.

Por ello, si fuera tan amable, explíquenos cuál es precisamente el contenido de la tradición apostólica que la Iglesia de Roma se precia de guardar.

Si es posible, añada la evidencia de que las tradiciones que cita son de origen auténticamente apostólico.

Y sería óptimo si usted citase una fuente magisterial (papa o concilio) cuya autoridad respalde la citada delimitación.

Por si no queda claro van las siguientes precisiones:

Contenido y límites de la tradición apostólica

En el Concilio de Trento (en una declaración reiterada en el Vaticano I, II y el el Nuevo Catecismo ) se declara que toda la verdad y disciplina "se contiene en los libros escritos y en tradiciones no escritas que, transmitidas como de mano en mano, han llegado hasta nosotros desde los Apóstoles, quienes las recibieron o bien de labios de Cristo mismo, o bien por inspiración del Espíritu Santo." (Denzinger 783).

Aquí no se está hablando de cualesquiera tradiciones, ni siquiera de lo que puede llamarse tradición eclesiástica, sino de enseñanzas que provienen de los Apóstoles mismos.

Ahora bien, la iglesia universal (católica antigua) reconoció hace muchos siglos la extensión y por tanto el contenido de las Escrituras del Nuevo Testamento.

Si la Iglesia de Roma afirma haber conservado impoluta las tradiciones que los Apóstoles no escribieron, en tantos siglos cabe pensar que dicha Iglesia debería haber llegado a una clara delimitación de la extensión y el contenido de dicha parte de la Revelación que sostiene tener.

Lo que yo pido es una transcripción autorizada, o siquiera una fuente bibliográfica accesible, donde todas estas tradiciones que la Iglesia de Roma dice tener estén convenientemente compiladas.


Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Tobi:

¿Quienes son los "cristianos evangelicos" y quienes son los "hermanos (?) separados"?
¿Podria aclararnos?

Daniel Brion, dice usted:

"como si la Escritura fuera LA UNICA COSA"

Contestole:
¿Cual es LA OTRA COSA con igual o mayor importancia que la Escritura?

Ademas, usted tuerce la Escritura para apoyar sus pretensiones de "otra cosa", igual o mas importante que las Escrituras, cuando cita el siguiente texto biblico:

Jn 16.12. Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello.

13. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir.

PERO, mi estimado Daniel, cuando Jesucristo dijo eso, todavia no se habia escrito el resto del Nuevo Testamento, como las epistolas paulinas con doctrina mas profunda, ES A ESO A LO QUE SE REFERIA CRISTO en ese texto citado por usted.

Cristo no se referia, como podriamos entenderle, que el Espiritu de la Verdad nos daria la revelacion completa despues de la Biblia, a traves de la "tradicion oral" de los Papas catolicos....

Isaias.
 
Originalmente enviado por Maripaz:
<STRONG>Daniel Brion, contestame a una pregunta, dime si es opción A u opción B


A / Las Sagradas Escrituras SON la Palabra de Dios.


B / Las Sagradas Escrituras CONTIENEN la Palabra de Dios.</STRONG>

Maripaz A y en "negritas".

Y la Biblia CONTIENE la Palabra de Dios.

Bendiciones
 
Originalmente enviado por Isaias Mazzilli:

Daniel Brion, dice usted:

"como si la Escritura fuera LA UNICA COSA"

Contestole:
¿Cual es LA OTRA COSA con igual o mayor importancia que la Escritura?

No hay clasificación respecto de las fuentes de la Revelación, que Ud. SEGURO conoce: Biblia, Tradición y Magisterio.

Ademas, usted tuerce la Escritura para apoyar sus pretensiones de "otra cosa", igual o mas importante que las Escrituras, cuando cita el siguiente texto biblico:

Jn 16.12. Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello.

13. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir.

PERO, mi estimado Daniel, cuando Jesucristo dijo eso, todavia no se habia escrito el resto del Nuevo Testamento, como las epistolas paulinas con doctrina mas profunda, ES A ESO A LO QUE SE REFERIA CRISTO en ese texto citado por usted.

Cristo no se referia, como podriamos entenderle, que el Espiritu de la Verdad nos daria la revelacion completa despues de la Biblia, a traves de la "tradicion oral" de los Papas catolicos....

Isaias.

¿Dónde dice Cristo que la acción del Espíritu iba a extinguirse luego de cerrada la Revelación Pública. ¿No que los "libre interpretadores" son auxiliados por el Espíritu en sus tareas?

Ciertamente que Cristo TAMBIEN se refería al tiempo que Ud. menciona pero no "en exclusiva". Al menos según el texto.

Bendiciones
 
Creo que alguien debe descender de los cerros andinos y responder a la aportación de Jetonius y en especial a esta:
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Quienes sostienen que hubo enseñanzas apostólicas de igual importancia que las registradas por escrito que solamente fueron transmitidas por ellos de manera oral, y por tanto fuera del Nuevo Testamento, pueden demostrar su tesis de manera directa: reproduciendo la evidencia correspondiente. Esto, que parece un camino obvio y sencillo, al parecer presenta formidables dificultades a la hora de recorrerlo.
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Supongo que la recibiremos.
 
Originalmente enviado por Jetonius:
quote:
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Originalmente enviado por daniel brion:
Le reitero que no desconocemos el valor de la Escritura. Sin embargo resulta curioso que los evangélicos recurran a la Patrística para su apologética y luego se rasguen las vestiduras como si la Escritura fuera LA UNICA COSA. Esta visto en ese sencillo acto de consulta que ES IMPORTANTE conocer como se "vivía" el cristianismo de entonces y como el Espíritu Santo (como había prometido Cristo) iba revelando:
Jn 16.12. Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello.

13. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir.

Dios lo bendiga


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Estimado Daniel:

Una cosa es que la patrística sea importante para conocer la historia y el modo en que los cristianos antiguos entendieron y vivieron su fe. Muy otra cosa sería tomar las enseñanzas de los Padres como fuente de revelación. Esta última es, con rasgado de vestiduras o sin él, la Santa Biblia.

Efectivamente la Escritura es una de las fuentes de la Revelación Y NO ESTA EN DISCUSION.

Sin embargo lo que los cristianos que estuvieron en contacto con Cristo y/o con los Apóstoles y sus primeros sucesores vivieron y entendieron SI es relevante ya que REVELA lo que ellos recibieron INCLUSO oralmente y conformaba el cuerpo de su fe.

Además por ello mismo es fuente de la cual DEBE beberse a fin de comprender y enseñar rectamente a los cristianos que los sucedieron las verdades de la fe según lo que ellos vivieron.

Ya ve, Escritura, Tradición y Magisterio, fuentes de la Revelación.

Entiendo y respeto el que Ud. no lo comparta pero lo manifiesto porque explica CLARAMENTE el porque las tres fuentes y de su validez.
[/QUOTE]

La posición protestante histórica, que al parecer usted desconoce, no es que no hubiese una etapa en la historia de la salvación cuando las enseñanzas apostólicas se transmitían de manera predominantemente oral, desde el sermón de Pedro en Pentecostés en adelante. Tampoco se niega que hubiese, como lo hubo, un período en el cual lo enseñado oralmente por los Apóstoles coexistió pari passu con el creciente caudal de documentos escritos. Lo que sí sostenemos es que con la muerte del último de los Apóstoles la doctrina apostólica quedó fijada de manera completa y definitiva en la colección de documentos que hoy llamamos Nuevo Testamento. Cuando digo “completa” no quiero decir “exhaustiva” como si todas y cada una de las palabras de los Apóstoles estuviesen registradas en el Nuevo Testamento; pero sí todo lo concerniente a la doctrina del Señor en orden a la salvación. En otras palabras, que no hay nada esencial al depósito de la fe que no haya quedado escrito.
[/QUOTE]

No escapaba a mi consideración. Solo que cuando hacen la equivalencia Tradición = doctrina de hombres YERRAN, ya que como Ud. manifiesta esta forma de evangelización está patente en la Escritura.

Quienes sostienen que hubo enseñanzas apostólicas de igual importancia que las registradas por escrito que solamente fueron transmitidas por ellos de manera oral, y por tanto fuera del Nuevo Testamento, pueden demostrar su tesis de manera directa: reproduciendo la evidencia correspondiente. Esto, que parece un camino obvio y sencillo, al parecer presenta formidables dificultades a la hora de recorrerlo.

Así parece.

Las siguientes preguntas fueron colocadas por mí el 24 de julio de 2000 en el mensaje 001417 y solamente recibí evasivas. A mí me parece absolutamente indispensable que se les dé respuesta clara antes de empezar a discutir siquiera si las tradiciones a las que apela la Iglesia de Roma son conformes a la Biblia o no lo son.


quote:
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Conocemos el contenido de las Escrituras, de modo que, salvando las diferencias relacionadas con los deuterocanónicos/apócrifos, todos los cristianos sabemos a qué corpus nos referimos cuando hablamos de la Biblia.
Sin embargo, no ocurre otro tanto cuando se habla de la tradición apostólica.

Por ello, si fuera tan amable, explíquenos cuál es precisamente el contenido de la tradición apostólica que la Iglesia de Roma se precia de guardar.

Si es posible, añada la evidencia de que las tradiciones que cita son de origen auténticamente apostólico.

Y sería óptimo si usted citase una fuente magisterial (papa o concilio) cuya autoridad respalde la citada delimitación.

Pues yo no conozco tal publicación "consolidada en general" pero sí la encuentro cuando es utilizada en la formulación de aspectos de la fe basados en Ella por el Magisterio.

Por si no queda claro van las siguientes precisiones:

Contenido y límites de la tradición apostólica

En el Concilio de Trento (en una declaración reiterada en el Vaticano I, II y el el Nuevo Catecismo ) se declara que toda la verdad y disciplina "se contiene en los libros escritos y en tradiciones no escritas que, transmitidas como de mano en mano, han llegado hasta nosotros desde los Apóstoles, quienes las recibieron o bien de labios de Cristo mismo, o bien por inspiración del Espíritu Santo." (Denzinger 783).

Aquí no se está hablando de cualesquiera tradiciones, ni siquiera de lo que puede llamarse tradición eclesiástica, sino de enseñanzas que provienen de los Apóstoles mismos.

Ahora bien, la iglesia universal (católica antigua) reconoció hace muchos siglos la extensión y por tanto el contenido de las Escrituras del Nuevo Testamento.

Sí, sí, hablamos de la Iglesia de siempre, del 33 al 2001.

Si la Iglesia de Roma afirma haber conservado impoluta las tradiciones que los Apóstoles no escribieron, en tantos siglos cabe pensar que dicha Iglesia debería haber llegado a una clara delimitación de la extensión y el contenido de dicha parte de la Revelación que sostiene tener.

Lo que yo pido es una transcripción autorizada, o siquiera una fuente bibliográfica accesible, donde todas estas tradiciones que la Iglesia de Roma dice tener estén convenientemente compiladas.

No había escuchado que las tuviera compiladas. Sin embargo, ya le dije, lo medular interesante y útil respecto del uso de la Tradición es comprobar si lo que se cita de Ella al momento de formular alguna cuestión de fe es verdadero y apoya lo que el Magisterio esté enseñando en un todo armónico entre Escritura, Tradición y Magisterio.

Al menos eso sostengo.


Dios lo bendiga, estimado Jetonius.
 
Daniel Brion, dice usted:

"No hay clasificación respecto de las fuentes de la Revelación, que Ud. SEGURO conoce: Biblia, Tradición y Magisterio"

Pero esas son especulaciones suyas, porque yo solo conozco una fuente para la doctrina del Evangelio de Jesucristo: la Escritura biblica.

Recuerde que cuando Pablo fue a Berea, los creyentes de ese lugar constataban la veracidad de la predicacion de Pablo con las Escrituras, dandole mayor autoridad a estas (autoridad suprema), que a la predicacion oral:

"Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día LAS ESCRITURAS para ver si estas cosas eran así"
(Hechos 17:11)

Ademas, usted coloca en pie de igualdad a la Escritura con la "tradicion" y el "magisterio", lo cual quiere decir que el Canon de la revelacion NO ESTA CERRADO en el libro de Apocalipsis.

¿Cuando dijo Jesucristo que "la tradicion" o "el magisterio" (?) tienen la misma autoridad que las sagradas Escrituras biblicas?

¿Porque la institucion catolica declaro que reconocia el Canon biblico cerrado en Apocalipsis, cuando su Concilio de Trento, si consideran que tanto la "tradicion" como el "magisterio" pueden añadir otras revelaciones a esa Escritura biblica?

¿Tiene algun Canon "la Tradicion"?

¿Quien determina que forma parte de la "Tradicion" y que no forma parte?

¿Esta el "magisterio" por encima de la Escritura?

Porque no puede haber TRES SEÑORES (Escritura, tradicion y magisterio), pues alguno de los tres tiene que prevalecer sobre los otros dos.

¿En que parte de la Escritura determinan eso que ustedes llaman "magisterio" y le asignan la supremacia sobre la Escritura?

En fin, ¿puede este "magisterio" añadirle a esa Escritura biblica hoy?

Si no puede, quiere decir que la autoridad suprema son las Escrituras.
Pero, si puede, quiere decir que el Canon esta abierto y la Escritura no es la Palabra profetica mas segura, como dijera el apostol Pedro:

"Tenemos también LA PALABRA PROFETICA MAS SEGURA, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de LA ESCRITURA es de interpretación privada"
(2 Pedro 1:19-20)

Lo que usted desdeñosamente nos llama "libre interpretadores", somos mas bien LIBRE ENTENDEDORES.

Porque tenemos TODOS los hombres sin distingos, la libertad para entender lo que Dios nos revelo a traves de las sagradas Escrituras.

La Escritura es dada para todos los hombres, en un idioma entendible.
No es dada para un pequeño grupo solamente, el cual usurpe el derecho que tenemos todos de leerla y entenderla.

El Espiritu Santo no es propiedad privada de ese pequeño grupo clerical que ustedes llaman "el magisterio".

Dios nos dijo desde el profeta Joel y repetido por el apostol Pedro, que DERRAMARIA SU ESPIRITU SOBRE TODA CARNE (Hechos 2:16-18).

Isaias.
 
Daniel Brion, solo le agradeceria que me constestara las siguientes preguntas que ya le hice:

¿Porque la institucion catolica declaro que reconocia el Canon biblico cerrado en Apocalipsis, cuando su Concilio de Trento, si consideran que tanto la "tradicion" como el "magisterio" pueden añadir otras revelaciones a esa Escritura biblica?

¿Tiene algun Canon "la Tradicion"?

¿Quien determina que forma parte de la "Tradicion" y que no forma parte?

¿Esta el "magisterio" por encima de la Escritura?

Porque no puede haber TRES SEÑORES (Escritura, tradicion y magisterio), pues alguno de los tres tiene que prevalecer sobre los otros dos.

¿En que parte de la Escritura determinan eso que ustedes llaman "magisterio" y le asignan la supremacia sobre la Escritura?

En fin, ¿puede este "magisterio" añadirle a esa Escritura biblica hoy?

Si no puede, quiere decir que la autoridad suprema son las Escrituras.
Pero, si puede, quiere decir que el Canon esta abierto y la Escritura no es la Palabra profetica mas segura, como dijera el apostol Pedro.

Isaias.
 
Como parece que Daniel Brion se "rajo" y no puede contestar las anteriores preguntas, ¿podria otro catolico romano contestarlas?

¿O no tienen explicacion y justificacion?

Isaias.
 
Estudio biblico publicado en esta Web:


DECLARACION DE LA INERRABILIDAD

DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS


PREFACIO

La autoridad de las Sagradas Escrituras es un asunto clave para la Iglesia Cristiana en esta época y en todas. Aquéllos que profesan la fe en Jesucristo como Señor y Salvador están llamados a mostrar la realidad de su condición de discípulos a través de la obediencia humilde y fiel a la Palabra escrita de Dios. Apartarse de las Sagradas Escrituras en fe o conducta es deslealtad a nuestro Señor Jesucristo. El reconocimiento de la veracidad y viabilidad total de las Sagradas Escrituras es algo esencial para poder captar y confesar adecuadamente su autoridad.


La siguiente declaración afirma nuevamente esta inerrabilidad de las Sagradas Escrituras, dejando en claro su comprensión y advirtiendo que se evite el caer en su negación. Estamos convencidos de que negarlas es echar a un lado el testimonio de Jesucristo y del Espíritu Santo y rechazar esa sumisión a las demandas de la Palabra misma de Dios que es la marca de la fe cristiana verdadera. Creemos que es misión nuestra en estos tiempos hacer esta afirmación, ante los embates contra la verdad de la inerrabilidad que tienen lugar entre nuestros hermanos cristianos, y la incomprensión de esta doctrina por el mundo.


Esta declaración consta de tres partes: una Declaración Sumaria, unos Artículos de Afirmación y Negación, y una Exposición Complementaria.


SUMARIO


A.- Dios, que es la Verdad y habla sólo verdad, ha inspirado las Sagradas Escrituras con el fin de revelarse a la humanidad perdida,a través de Jesucristo como Creador y Señor, Redentor y Juez. Las Sagradas Escrituras es el testimonio de Dios de sí mismo.


B.- Las Sagradas Escrituras, por ser la Palabra misma de Dios, escrita por los hombres preparados y guiados por su Espíritu, son de infalible autoridad divina en todo aquello a que se refiera; han de ser creídas, como instrucción de Dios, en todo lo que requiere; recibidas, como garantía de Dios, en todo lo que promete.


C.- El Espíritu Santo, divino Autor de las Sagradas Escrituras, las convalida para nosotros por su testimonio interior, a la vez que abre nuestras mentes a la comprensión de su significado.


D.- Como ha sido dada por Dios verbalmente y en su totalidad, las Sagradas Escrituras están exentas de error o falta en todo cuanto enseña, tanto en lo que declaran con respecto a la creación de Dios, a los acontecimientos de la historia, y a su propio origen literario bajo la inspiración de Dios, como en su testimonio de la gracia salvadora de Dios en cada vida individualmente.


E.- La autoridad de las Sagradas Escrituras sufre inevitablemente daño si esta divina y total infalibilidad se limita o descarta en cualquier sentido, o se hace depender de algún concepto de la verdad contrario al propio de la Biblia. Tales desvíos acarrean pérdidas muy serias tanto para el individuo como para la Iglesia.




ARTICULOS DE AFIRMACION Y NEGACION




Artículo I

Afirmamos que las Sagradas Escrituras han de ser recibidas como la Palabra autorizada de Dios.

Negamos que las Sagradas Escrituras reciban su autoridad de la Iglesia, la tradición, o cualquier otra fuente humana.


Artículo II

Afirmamos que las Sagradas Escrituras son la suprema norma escrita por medio de la cual Dios ata a la conciencia, y que la autoridad de la Iglesia se halla subordinada a la de las Sagradas Escrituras.

Negamos que los credos de la Iglesia, los concilios, o las declaraciones tengan una autoridad superior a la de la Biblia.


Artículo III

Afirmamos que la Palabra escrita es en su totalidad revelación dada por Dios.

Negamos que la Biblia sea solamente un testigo de la revelación, o sólo se convierta en revelación en el encuentro, o dependa de las respuestas de los hombres para ser válida.


Artículo IV

Afirmamos que Dios, quien hizo al hombre a su imagen, ha usado el lenguaje como medio de revelación.

Negamos que el lenguaje humano sea tan limitado por nuestra condición de criaturas que resulte inadecuado como vehículo para la revelación divina. Negamos, además, que la corrupción de la cultura y el lenguaje humano por medio del pecado haya frustrado la obra divina de inspiración.


Artículo V

Afirmamos que la revelación de Dios dentro de las Sagradas Escrituras fue progresiva.

Negamos que una revelación posterior, que pudiera cumplir otra anterior, la pueda corregir o contradecir. Negamos también que se haya dado alguna revelación normativa desde que los escritos del Nuevo Testamento fueron completados.


Artículo VI

Afirmamos que todas las Sagradas Escrituras, y todas sus partes, incluso las mismas palabras del original, fueron dadas por su inspiración divina.

Negamos que la inspiración de las Sagradas Escrituras pueda ser afirmada rectamente del todo sin las partes, o de algunas partes, pero no del todo.


Artículo VII

Afirmamos que la inspiración fue la obra en la cual Dios, por su Espíritu, a través de escritores humanos, nos dió su Palabra. El origen de las Sagradas Escrituras es divino. El modo de la inspiración divina permanece en gran parte en el misterio para nosotros.

Negamos que la inspiración pueda ser reducida a profundidad humana, o a estados elevados de conciencia de cualquier clase que sean.


Artículo VIII

Afirmamos que Dios, en su obra de inspiración, utilizó las personalidades distintivas y los estilos literarios de los escritores que El había escogido y preparado.

Negamos que Dios, al hacer que estos escritores usaran las mismas palabras que El había escogido, anulara sus personalidades.


Artículo IX

Afirmamos que la inspiración, aunque no confiriera omnisciencia, garantizaba una expresión verdadera y fidedigna en todos los asuntos sobre los que los autores bíblicos fueron impulsados a hablar y escribir.

Negamos que la condición finita o caída de estos escritores, por necesidad o en otras formas, introdujera distorsiones o falsedades dentro de la Palabra de Dios.


Artículo X

Afirmamos que la inspiración, hablando estrictamente, se aplica sólo al texto autográfico de las Sagradas Escrituras, el cual, por providencia de Dios, puede ser afirmado con gran exactitud partiendo de los manuscritos disponibles. Además afirmamos que las copias y las traducciones de las Sagradas Escrituras son la Palabra de Dios en tanto en cuanto representen fielmente el original.

Negamos que ningún elemento esencial de la fe cristiana sea afectado por la ausencia de los autógrafos. Negamos, además, que esta ausencia invalide o haga ociosa la afirmación de la inerrabilidad bíblica.


Artículo XI

Afirmamos que las Sagradas Escrituras, por haber sido dadas por inspiración divina, son infalibles, de forma que, lejos de desorientarnos, son veraces y de confiar en todos los asuntos a que hacen referencia.

Negamos que sea posible que la Biblia sea al mismo tiempo infalible y errada en sus afirmaciones. Se pueden distinguir la infabilidad y la inerrabilidad, pero no separarlas.


Artículo XII

Afirmamos que las Sagradas Escrituras en su totalidad son inerrantes, estando libres de toda falsedad, fraude, o engaño.

Negamos que la infalibilidad y la inerrabilidad bíblicas estén limitadas a los temas espirituales, religiosos, o relativos a la redención, excluyendo las afirmaciones en los campos de la historia y de la ciencia. Negamos también que las hipótesis científicas sobre la historia de la tierra puedan ser usadas correctamente para trastornar las enseñanzas de las Sagradas Escrituras sobre la creación y el diluvio.


Artículo XIII

Afirmamos que es correcto usar el término inerrabilidad como término teológico con referencia a la veracidad completa de las Sagradas Escrituras.

Negamos que sea correcto evaluar las Sagradas Escrituras según patrones de verdad y error ajenos a su uso o sus intenciones. Negamos también que la inerrabilidad sea negada por la presencia de fenómenos bíblicos tales como la falta de la precisión técnica moderna, irregularidades de gramática u ortografía, observaciones descriptivas de la naturaleza, denuncia de falsedades, uso de la hipérbole y de números redondos, ordenamiento tópico de los materiales, selecciones variadas del material en narraciones paralelas, o el uso de citas en forma libre.


Artículo XIV

Afirmamos la unidad y consistencia interna de las Sagradas Escrituras.

Negamos que los pretendidos errores o discrepancias que aún no han sido resueltos vicien las reclamaciones de veracidad de la Biblia.


Artículo XV

Afirmamos que la doctrina de la inerrabilidad se basa en la enseñanza de la Biblia sobre la inspiración.

Negamos que la enseñanza de Jesús sobre las Sagradas Escrituras pueda ser desechada a base de apelar a la acomodación, o a alguna limitación natural de su humanidad.


Artículo XVI

Afirmamos que la doctrina de la inerrabilidad ha sido parte integral de la fe de la Iglesia a través de toda su historia.

Negamos que la inerrabilidad sea una doctrina inventada por los doctores del protestantismo, o una posición reaccionaria postulada ante la negatividad de la alta crítica.


Artículo XVII

Afirmamos que el Espíritu Santo da testimonio de las Sagradas Escrituras, asegurándoles a los creyentes la veracidad de la Palabra escrita de Dios.

Negamos que este testimonio del Espíritu Santo opere aislado de las Sagradas Escrituras o en contra de ellas.


Artículo XVIII

Afirmamos que el texto de las Sagradas Escrituras ha de ser interpretado por la exégesis gramatical e histórica, teniendo en cuenta sus formas y recursos literarios, y que las Sagradas Escrituras han de ser interpretadas por las mismas Sagradas Escrituras.

Negamos la legitimidad de cualquier tratamiento del texto, o búsqueda de sus fuentes, que conduzca a hacer relativa o desechar su enseñanza, quitarle valor histórico, o rechazar sus exigencias con respecto a sus autores.


Artículo XIX

Afirmamos que es vital para una comprensión sólida de la totalidad de la fe cristiana la confesión de la autoridad total, la infabilidad, y la inerrabilidad de las Sagradas Escrituras. Afirmamos, además, que una confesión así deberá llevar a una creciente conformación a la imagen de Cristo.

No decimos que dicha confesión sea necesaria para la salvación. Sin embargo, negamos que la inerrabilidad pueda ser rechazada sin graves consecuencias, tanto para la persona como para la Iglesia.

EXPOSICION


Nuestra comprensión de la doctrina de la inerrabilidad debe situarse en el contexto de las enseñanzas más amplias de las Sagradas Escrituras con respecto a sí mismas. Esta exposición hace un recuento de las líneas generales de doctrina de las que se han extraído nuestra Declaración Sumaria y nuestros Artículos.


A.- CREACION, REVELACION E INSPIRACION


El Dios Trino y Uno, que formó todas las cosas con sus declaraciones creadoras y gobierna todas las cosas por medio de su Palabra de mandato, hizo a la humanidad a su propia imagen, para una vida de comunión con El mismo, siguiendo el modelo de la convivencia eterna de comunicación amorosa dentro de la Divinidad. Como portador de la imagen de Dios, el hombre deberá oír la Palabra de Dios dirigida a él y responder en el gozo de la obediencia adoradora. Por encima de la revelación de sí mismo hecha por Dios en el orden creado y la secuencia de los sucesos dentro del mismo, los seres humanos, desde Adán en adelante, han recibido mensajes verbales procedentes de Dios, ya sea directamente, como se establece en las Sagradas Escrituras, o indirectamente, en la forma de parte de las Sagradas Escrituras, o su totalidad.


Cuando Adán cayó, el Creador no abandonó a la humanidad a un juicio final, sino que prometió la salvación y comenzó a revelarse a sí mismo como Redentor en una secuencia de sucesos históricos alrededor de la familia de Abraham que culminaron en la vida, muerte, resurrección, ministerio celestial presente, y retorno prometido de Jesucristo. Dentro de este marco, Dios, de tiempo en tiempo, ha hablado palabras específicas de juicio y de misericordia, de promesa y de mandato a los seres humanos pecadores, llevándolos así a una relación pactada de compromiso mutuo entre El y ellos, en la cual El los bendice con los dones de su gracia y ellos lo bendicen con una adoración de respuesta. Moisés, a quien Dios usó como mediador para llevarle sus Palabras a su pueblo en la época del Exodo, está a la cabeza de una larga secuencia de profetas en cuyas bocas y escritos Dios puso sus Palabras para liberar a Israel. El propósito de Dios en esta sucesión de mensajes fue mantener su pacto haciendo que su pueblo conociera su Nombre -esto es, su Naturaleza- y su voluntad, tanto en los preceptos y propósitos para el presente, como para el futuro. Esta línea de voceros proféticos de Dios tuvo su plenitud en Jesucristo. Palabra encarnada de Dios, El también fue un profeta -más que un profeta-, y en los apóstoles y profetas de la primera generación cristiana. Cuando el mensaje final y climático de Dios, su Palabra al mundo con respecto a Jesucristo, hubo sido hablada y aclarada por los que pertenecían al círculo apostólico, la secuencia de los mensajes revelados cesó. Desde entonces, la Iglesia habría de vivir y conocer a Dios por lo que El ya había dicho, que fue para todas las épocas.


En el Sinaí Dios escribió los términos de su pacto en tablas de piedra, como su testimonio perdurable, y para que fueran accesibles y duraderos a través de todo el período de la revelación profética y apostólica, urgió a los hombres a escribir los mensajes que les daba para ellos y para los demás, junto con narraciones conmemorativas de sus relaciones con su pueblo, además de las reflexiones morales sobre la vida en el pacto y las formas de alabanza y de oración implorando misericordia del pacto. La realidad teológica de la inspiración al ser producidos los documentos bíblicos corresponde a la de las profecías habladas: aunque las personalidades de los escritores humanos fueran expresadas en lo que escribieron, las palabras fueron constituidas en forma divina. Así, los que dicen las Sagradas Escrituras, es lo que dice Dios; su autoridad es la autoridad de Dios, porque El es su Autor primario, que las dió a través de la mente y las palabras de hombres escogidos y preparados, los cuales "hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (II Pedro 1:21) con libertad y fidelidad. Las Sagradas Escrituras deben ser reconocidas como la Palabra de Dios en virtud de su origen divino.


B.- AUTORIDAD: CRISTO Y LA BIBLIA


Jesucristo, el Hijo de Dios que es la Palabra hecha carne, nuestro Profeta, Sacerdote, y Rey, es el Mediador definitivo de la comunicación de Dios con el hombre, ya que El es el mayor de los dones de la gracia de Dios. La revelación que El trajo fue más que verbal: reveló al Padre por medio de su presencia y también de sus obras. Sin embargo, sus palabras tienen una importancia crucial, porque El era Dios, hablaba en nombre del Padre, y sus palabras juzgarán a todos los hombres en el día postrero.


Como Mesías profetizado, Jesucristo es el tema central de las Sagradas Escrituras. El Antiguo Testamento esperaba su llegada; el Nuevo Testamento contempla su primera venida y espera la segunda. Las Sagradas Escrituras Canónicas son el testimonio de Cristo inspirado, y por lo tanto, normativo. Ninguna hermenéutica, por lo tanto, en la que el Cristo histórico no sea el punto focal es aceptable. Las Sagradas Escrituras deben ser tratadas como son en esencia: el testimonio del Padre con respecto al Hijo encarnado.


Sucede que el canon del Antiguo Testamento fue fijado en la época de Jesús. De la misma manera, el canon del Nuevo Testamento está cerrado ya, puesto que no puede ser dado ningún nuevo testimonio apostólico sobre el Cristo histórico. No nos será dada ninguna revelación nueva (distinta de una comprensión dada por el Espíritu sobre la revelación ya existente) hasta que Cristo venga de nuevo. El canon fue creado en principio por inspiración divina. A la Iglesia le tocaba discernir el canon que Dios había creado; no diseñar uno propio.


La palabra canon, que significa regla o patrón, es un índice de autoridad que conlleva el derecho a gobernar y controlar. En el cristianismo, la autoridad pertenece a Dios en su revelación, lo que significa que hablamos, por una parte, de Jesucristo, la Palabra viviente, y por otra, de las Sagradas Escrituras, la Palabra escrita. Pero la autoridad de Cristo y la de las Sagradas Escrituras es una sola. Como nuestro Profeta, Cristo testificó que las Sagradas Escrituras no pueden ser quebrantadas. Como nuestro Sacerdote y Rey, dedicó su vida terrenal al cumplimiento de la ley y los profetas, hasta morir en obediencia a las palabras de la profecía mesiánica. Así, mientras veía que las Sagradas Escrituras daban testimonio de El y de su autoridad, también por su propia sumisión a las Sagradas Escrituras, El daba testimonio de la autoridad de éstas. Así como se plegó a las instrucciones de su Padre dadas en la Biblia (nuestro Antiguo Testamento), de la misma manera les exige a sus discípulos que los hagan; sin embargo, no han de hacerlo aisladamente sino en conjunción con el testimonio apostólico de Sí mismo, que El se ocupó de inspirar por medio de su don del Espíritu Santo. De manera que los cristianos se presentan como fieles servidores de su Señor al plegarse a las instrucciones divinas dadas en los escritos proféticos y apostólicos que forman nuestra Biblia.


Al autenticarse mutuamente su autoridad, Cristo y las Sagradas Escrituras se unen formando una sola fuente de autoridad. Desde esta posición, el Cristo bíblicamente interpretado y la Biblia centrada en Cristo y que proclama a Cristo son una misma cosa. Así como de la realidad de la inspiración inferimos que lo que dicen las Sagradas Escrituras, Dios lo dice, también de la relación revelada entre Jesucristo y las Sagradas Escrituras podemos declarar igualmente que lo que las Sagradas Escrituras dicen, Cristo lo dice.


C.- INFALIBILIDAD, INERRABILIDAD, INTERPRETACION


Las Sagradas Escrituras, como Palabra inspirada de Dios que da testimonio autorizado de Jesucristo pueden ser llamadas adecuadamente infalibles e inerrantes. Estos términos negativos tienen un valor especial, puesto que salvaguardan en forma explícita cruciales verdades positivas.


Infalible significa la cualidad de no engañar ni ser engañado, y de esa manera, salvaguarda en términos categóricos la verdad de que las Sagradas Escrituras son una regla y una guía segura, cierta, y digna de confianza en todos los temas.


En forma similar, inerrante significa la cualidad de estar libre de toda falsedad o error, y de esta forma salvaguarda la verdad de que las Sagradas Escrituras son totalmente veraces y dignas de confianza en todas sus afirmaciones.


Podemos afirmar que las Sagradas Escrituras canónicas deberían ser interpretadas siempre teniendo en cuenta que son infalibles e inerrantes. Sin embargo, al tratar de determinar lo que el escritor, enseñado por Dios, está afirmando en cada pasaje, debemos prestar la más cuidadosa atención a sus pretensiones y a su carácter como producción humana. En la inspiración, Dios utilizó la cultura y las convenciones del medio de su escritor, un medio que Dios controla en su providencia soberana; imaginarlo de otra forma sería una mala interpretación.


De manera que la historia ha de ser tratada como historia, la poesía como poesía, la hipérbole y la metáfora como hipérbole y metáfora, la generalización y la aproximación como lo que son, y así sucesivamente. Las diferencias entre las formas literarias de los tiempos de la Biblia y los nuestros han de ser observadas también: por ejemplo, ya que la narración no cronológica y las citas imprecisas eran convencionales y aceptables, y no violaban las expectaciones de aquellos días, no debemos mirar estas cosas como faltas cuando las encontramos en los escritores de la Biblia. Cuando una precisión total de un tipo especial no era esperada ni pretendida, no hay error en no haberla alcanzado. Las Sagradas Escrituras son inerrantes, no en el sentido de que sean absolutamente precisas de acuerdo con los patrones modernos, sino en el de hacer buenas intenciones y de que alcanzan la medida de verdad pretendida, a la que querían llegar sus autores.


La veracidad de las Sagradas Escrituras no es negada por la aparición en ella de irregularidades de gramática o de ortografía, por las descripciones fenomenales de la naturaleza, o porque haga recuento de afirmaciones falsas (por ejemplo, las mentiras de Satanás), o por aparentes discrepancias entre un pasaje y otro. No es correcto poner los llamados "fenómenos" de las Sagradas Escrituras en contra de la enseñanza de las Sagradas Escrituras con respecto a sí mismas. Las inconsistencias aparentes no deberán ser ignoradas. El llegar a solucionarlas, donde esto pueda ser alcanzado en forma convincente, alentará nuestra fe, y donde por el momento no haya una solución satisfactoria a mano, deberemos honrar significativamente a Dios confiando en su afirmación de que su Palabra es verdadera, a pesar de estas apariencias, y manteniéndonos confiados en que un día se verá que sólo eran ilusorias.


Puesto que todas las Sagradas Escrituras son el producto de una sola mente divina, la interpretación debe permanecer dentro de los límites de la analogía de las Sagradas Escrituras y rehuir las hipótesis que quisieran corregir un pasaje bíblico a base de otro, ya sea en nombre de la revelación progresiva, o de la iluminación imperfecta de la mente inspirada del escritor.


Aunque las Sagradas Escrituras no están atadas a ninguna cultura en ningún lugar, en el sentido de que su enseñanza carezca de validez universal, a veces están culturalmente condicionadas por las costumbres y puntos de vista convencionales de un período particular, de tal forma que la aplicación de sus principios hoy exige una forma de acción diferente.




D.- ESCEPTICISMO Y CRITICISMO


Desde el Renacimiento, y más especialmente desde la Ilustración, se han desarrollado visiones del mundo que llevan en sí escepticismo con respecto a los principios cristianos. Tales son el agnosticismo, que niega que Dios sea cognoscible, el racionalismo, que niega que sea incomprensible, el idealismo, que niega que sea trascendente, y el existencialismo, que niega que exista racionalidad en su relación con nosotros. Cuando estos principios abíblicos y antibíblicos penetran la teología de los hombres a un nivel de suposiciones, como lo hacen con frecuencia hoy en día, se hace imposible interpretar fielmente las Sagradas Escrituras.




E.- TRANSMISION Y TRADUCCION


Como quiera que Dios no ha prometido en ninguna parte una transmisión inerrante de las Sagradas Escrituras, hay que afirmar que sólo el texto autógrafo de los documentos originales fue inspirado, y hay que mantener la necesidad de crítica textual como un medio de descubrir cualquier error que se haya deslizado en el texto durante el proceso de transmisión. Esta ciencia ha llegado a la conclusión, sin embargo, de que los textos hebreo y griego se han preservado de manera sorprendente, tanto que ello nos justifica para afirmar, junto con la Confesión de Westminster, que en esto ha habido una singular providencia de Dios, y para declarar que la autoridad de las Sagradas Escrituras no resulta en manera alguna menoscabada por el hecho de que las copias que hoy poseemos no estén del todo libres de errores.


De la misma manera, ninguna traducción es ni puede ser perfecta, y todas constituyen un paso más que se aleja del original autógrafo. Sin embargo, el veredicto de las ciencias lingüísticas es que, por lo menos los cristianos de habla inglesa, gozan en estos tiempos del privilegio de tener a su disposición un número de excelentes traducciones, por lo que no tienen causa alguna para vacilar en concluir resueltamente que tienen a su alcance la verdadera Palabra de Dios. En verdad, teniendo en cuenta la frecuencia con que en las Sagradas Escrituras se repiten los temas principales que presenta, así como el constante testimonio del Espíritu Santo en y a través de la Palabra, no es posible que una traducción de las Sagradas Escrituras pueda dañar su significado de tal manera que lo haga inepto para hacer al lector "sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús" (II Timoteo 3:15).


F.- INERRABILIDAD Y AUTORIDAD


En nuestra afirmación de que la autoridad de las Sagradas Escrituras conlleva su verdad total, nuestra posición consciente es con Cristo y sus apóstoles, y aun también con la Biblia entera y con la corriente central de la historia de la Iglesia desde sus primeros días hasta muy recientemente. Nos preocupa grandemente el descuido, desenfado, y aparente inconsciencia con una creencia de tan enorme alcance e importancia ha sido abandonada por tantos en nuestros días.


Estamos asimismo conscientes de la tremenda y grave confusión que se produce al cesar de mantener la total verdad de la Biblia, cuya autoridad se profesa reconocer. La consecuencia de este paso es la pérdida de autoridad de la Biblia que Dios ha dado. La autoridad descansa entonces en una Biblia reducida en su contenido de acuerdo con las demandas del razonamiento crítico, lo que establece el principio de que puede continuarse reduciendo una vez que se ha tomado ese camino. Esto significa que en el fondo la autoridad descansa ahora en la razón independiente, contra lo que enseñan las propias Sagradas Escrituras. Si esto no se advierte, al tiempo que se continúan manteniendo las doctrinas evangélicas básicas, puede darse el caso de que haya personas que, negando la verdad total de la Sagradas Escrituras, proclamen una identificación evangélica a la vez que metódicamente se han apartado del principio evangélico del conocimiento hacia un subjetivismo inestable. Una vez en este plano, les será muy difícil no seguir alejándose.


Nosotros afirmamos que lo que las Sagradas Escrituras dicen, Dios lo dice. Que a El sea la gloria. Amén y amén.


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Compilación :

HCCH, Santiago de Chile, Corresponde también a punto 14 de Base de Fe de Nuevo Pacto Iglesia y Ministerio.
 
Para Daniel:
Respectio a la "tradición" y la transmisión oral de la verdad repetiré la aportación que hice el la autoridad apostólica:
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La falacia está en lo siguiente (sea de Daniel o de su dichoso "catecismo") En que la Iglesia daba testimonio de reconocer lo que Dios le revelaba en su Palabra, jamás podemos invertir el orden y decir que fué la Iglesia la que reveló lo que hoy se reconoce por Nuevo Testamento. Como muy bien dice N. B. Stonehouse: "Los escritos bíblicos no poseen autoridad divina porque están en el canon, sinó que están en el canon porque son inspirados
Creo, Daniel, que comienza a ser hora que busques en otras fuentes mas fidedignas con la historia.
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¿Se puede decir lo mismo de vuestra "tradición oral"? ¿No tengo razón al aconsejarte que busques en otras fuentes mas fidedignas?
Mis saludos.
 
Tobi:

Ha dado usted en el clavo. Los libros biblicos no son inspirados divinamente por haberlo decretado los gobernantes de la Iglesia, sino lo contrario, estan en el Canon porque la Iglesia reconocio que YA eran inspirados por Dios.

Esos libros ya estaban escritos y reconocidos por la Iglesia ANTES de los Concilios que oficializaron o reconocieron el Canon biblico.

La inspiracion la dio Dios, no las jerarquias eclesiasticas.

Isaias.
 
Tobi:

¿Esta el "magisterio" por encima de la Escritura?

Porque no puede haber TRES SEÑORES (Escritura, tradicion y magisterio), pues alguno de los tres tiene que prevalecer sobre los otros dos.

Isaias.
 
Originalmente enviado por Isaias Mazzilli:
Daniel Brion, solo le agradeceria que me constestara las siguientes preguntas que ya le hice:

¿Porque la institucion catolica declaro que reconocia el Canon biblico cerrado en Apocalipsis, cuando su Concilio de Trento, si consideran que tanto la "tradicion" como el "magisterio" pueden añadir otras revelaciones a esa Escritura biblica?

¿Quién dijo que hay "nuevas revelaciones"? Lo que hay, gracias al Magisterio y la Tradición un mayor entendimiento y profundización de lo YA revelado. Ni siquiera las revelaciones privadas (las verdaderas que vienen de Dios) acercan cosas "nuevas" y la Iglesia SOLO dice si ellas gaurdan relación con lo ya revelado y no las propone para ser creídas como Dogmas sino que lo deja a criterio de cada fiel.

Como ve, de nuevo: NADA.

¿Tiene algun Canon "la Tradicion"?

Hay un consenso de la Iglesia sobre lo que compone la Tradición.

¿Quien determina que forma parte de la "Tradicion" y que no forma parte?

La Iglesia. Ella ha recibido y atesora esa Tradición desde siempre.

¿Esta el "magisterio" por encima de la Escritura?

Ninguna es "mas". Las tres conforman una sola y única Revelación.

Porque no puede haber TRES SEÑORES (Escritura, tradicion y magisterio), pues alguno de los tres tiene que prevalecer sobre los otros dos.

No es verdad. La Revelación es una armonía de las tres. La Escritura y la Tradición sientan las bases, y el Magisterio basándose en ellas enseña y actualiza el contenido de la Revelación.

¿En que parte de la Escritura determinan eso que ustedes llaman "magisterio" y le asignan la supremacia sobre la Escritura?

Toda vez que la Iglesia combate los errores que se plantean esta actuando el Magisterio. Por cierto con su pregunta me da pie a preguntar dónde dice la Escritura que Ella ES LA UNICA Revelación?

En fin, ¿puede este "magisterio" añadirle a esa Escritura biblica hoy?

Ya le dije, actualizar a nuestros días la praxis cristiana, lo que HOY nos dice Dios; aclarar todo error e iluminar la Revelación de siempre. Estas son las "actividades" del Magisterio.

Como ve, NADA de agregar.

Si no puede, quiere decir que la autoridad suprema son las Escrituras.
Pero, si puede, quiere decir que el Canon esta abierto y la Escritura no es la Palabra profetica mas segura, como dijera el apostol Pedro.

Isaias.

Reitero el Canon NO está abierto.

Bendiciones