Re: Los adventistas de séptimo día creen que...
Estimado manuel5. Saludos cordiales.
Tú dices:
Respondo: "Y cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo a quien El amaba que estaba allí cerca, dijo a su madre: ¡Mujer, he ahí tu hijo!…" Juan 19:26.
Es posible que cuando el Señor le habló a su madre, ellas se alejaran un poco para no interferir en la privacidad de dicho momento.
Ellen White señala lo siguiente en la página que tu citas: "Mientras la mirada de Jesús recorría la multitud que le rodeaba, una figura llamó su atención. Al pie de la cruz estaba su madre, sostenida por el discípulo Juan. Ella no podía permanecer lejos de su Hijo; y Juan, sabiendo que el fin se acercaba, la había traído de nuevo al lado de la cruz. En el momento de morir, Cristo recordó a su madre. Mirando su rostro pesaroso y luego a Juan, le dijo: "Mujer, he ahí tu hijo," y luego a Juan: "He ahí tu madre." Juan comprendió las palabras de Cristo y aceptó el cometido. Llevó a María a su casa, y desde esa hora la cuidó tiernamente. ¡Oh Salvador compasivo y amante! ¡En medio de todo su dolor físico y su angustia mental, tuvo un cuidado reflexivo para su madre! No tenía dinero con que proveer a su comodidad, pero estaba él entronizado en el corazón de Juan y le dio su madre como legado precioso. Así le proveyó lo que más necesitaba: la tierna simpatía de quien la amaba porque ella amaba a Jesús. Y al recibirla como un sagrado cometido, Juan recibía una gran bendición. Le recordaba constantemente a su amado Maestro.
El perfecto ejemplo de amor filial de Cristo resplandece con brillo siempre vivo a través de la neblina de los siglos. Durante casi treinta años Jesús había ayudado con su trabajo diario a llevar las cargas del hogar. Y ahora, aun en su última agonía, se acordó de proveer para su madre viuda y afligida. El mismo espíritu se verá en todo discípulo de nuestro Señor. Los que siguen a Cristo sentirán que es parte de su religión respetar a sus padres y cuidar de ellos. Los padres y las madres nunca dejarán de recibir cuidado reflexivo y tierna simpatía de parte del corazón donde se alberga el amor de Cristo." El Deseado de todas las Gentes pág. 700.
En definitiva; tu acusación se desvanece como el humo que se lo lleva el viento. ¡¡¡Puras habladurías de gente chismosa!!!
Estimado manuel5. Saludos cordiales.
Tú dices:
La IASD cree que:"Juan ,sabiendo que el fin se acercaba, la había traído (a María madre de Jesús ) de nuevo al lado de la cruz. EN EL MOMENTO DE MORIR , Cristo recordó a su madre..." DTG página 700.
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Los adventistas aceptan que allí y en ese momento también estaba junto a la cruz María Magdalena.
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Pero todos pueden leer en Marcos 15: 39-40 "Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José y Salomé."
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¿DÓNDE ESTABA MARÍA MAGDALENA EN EL MOMENTO DE LA EXPIRACIÓN, JUNTO A LA CRUZ O...MIRANDO DE LEJOS.?
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Mateo 27:55-56 lo confirma: "
Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos.....entre las cuales estaban María Magdalena"
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Todavía los adventistas del séptimo día no se han enterado que no se puede ser fundamentalista.Que no se puede leer el texto tal como está escrito, sin más y decir: EXACTAMENTE SON ESAS PALABRAS QUE ESTÁN ASÍ ESCRITAS.
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No digamos ya cuando la IASD por seguir a su profetisa se pone a inventar escenas....
Respondo: "Y cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo a quien El amaba que estaba allí cerca, dijo a su madre: ¡Mujer, he ahí tu hijo!…" Juan 19:26.
Ella no podía permanecer lejos de su Hijo
Es posible que cuando el Señor le habló a su madre, ellas se alejaran un poco para no interferir en la privacidad de dicho momento.
Ellen White señala lo siguiente en la página que tu citas: "Mientras la mirada de Jesús recorría la multitud que le rodeaba, una figura llamó su atención. Al pie de la cruz estaba su madre, sostenida por el discípulo Juan. Ella no podía permanecer lejos de su Hijo; y Juan, sabiendo que el fin se acercaba, la había traído de nuevo al lado de la cruz. En el momento de morir, Cristo recordó a su madre. Mirando su rostro pesaroso y luego a Juan, le dijo: "Mujer, he ahí tu hijo," y luego a Juan: "He ahí tu madre." Juan comprendió las palabras de Cristo y aceptó el cometido. Llevó a María a su casa, y desde esa hora la cuidó tiernamente. ¡Oh Salvador compasivo y amante! ¡En medio de todo su dolor físico y su angustia mental, tuvo un cuidado reflexivo para su madre! No tenía dinero con que proveer a su comodidad, pero estaba él entronizado en el corazón de Juan y le dio su madre como legado precioso. Así le proveyó lo que más necesitaba: la tierna simpatía de quien la amaba porque ella amaba a Jesús. Y al recibirla como un sagrado cometido, Juan recibía una gran bendición. Le recordaba constantemente a su amado Maestro.
El perfecto ejemplo de amor filial de Cristo resplandece con brillo siempre vivo a través de la neblina de los siglos. Durante casi treinta años Jesús había ayudado con su trabajo diario a llevar las cargas del hogar. Y ahora, aun en su última agonía, se acordó de proveer para su madre viuda y afligida. El mismo espíritu se verá en todo discípulo de nuestro Señor. Los que siguen a Cristo sentirán que es parte de su religión respetar a sus padres y cuidar de ellos. Los padres y las madres nunca dejarán de recibir cuidado reflexivo y tierna simpatía de parte del corazón donde se alberga el amor de Cristo." El Deseado de todas las Gentes pág. 700.
En definitiva; tu acusación se desvanece como el humo que se lo lleva el viento. ¡¡¡Puras habladurías de gente chismosa!!!