Hola a todos.
Debo decirlo en honor a la verdad: mi familia y yo transitamos el valle tenebroso y pudimos haber muerto. Dios, que no toma a la ligera lo que prometió, nos ha sacado del contagio por covid-19 a mi madre, mi hermana y a mí. Digo ésto por si no lo sabían: la vara y el bastón de Dios nos dieron la confianza. No sólo sobrevivimos, ahora estamos más unidos que antes y con una fe fortalecida.
Supuestamente, tendremos inmunidad durante unos tres meses, quizá menos; un dictámen médico puede confirmar o descartar tal hecho.. En este espacio de tiempo siguiente, habremos de extremar precauciones, dado que hay una disminución de defensas y el sistema inmune debe recuperar su capacidad de protección. Hubo pèrsonas que no tivueron la misma suerte, y sucumbieron ante el coronavirus. Debe ser por eso, que ahora yo entiendo mejor a las personas que enfermaron; ya nadie me va a contar cómo se siente.
Por tal motivo, y aunque haya algunos que no les guste lo que diré, me parece que los relatos de conspiraciones, fórmulas milagreras, y leyendas negras, son mentiras mediáticas que distraen la atención del sendero de santidad que debemos transitar si queremos salvarnos en verdad. Dios tiene nuestras vidas en Sus manos y en control absoluto: vive quien debe vivir y muere quien debe morir. La gran diferencia, es que si alguien muere sin Dios, habrá de experimentar una tragedia eterna... ¡Pero no tiene que ser así!
Aún en Cristo, es necesario examinar nuestras vidas y corregir lo que se hace mal. ¿Por qué buscar a Dios sólo cuando hay problemas? ¡No es justo!