Libros de la Biblia: son todos los q estan? ....

Las Sagradas Escrituras

Las Sagradas Escrituras

En la epístola de Judas aparecen 2 versos importantes para aquellos que buscan disipar la duda.

JUDAS 9
"Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moises, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda".

* Contenido en el libro deuterocanónico judío ”La ascención de Moises”.
Este relato de Judas, no aparece en el canon de las Escrituras … pero está contenido en el libro deuterocanónico judío "La ascención de Moises”. De éste libro, solo quedan partes, una de las cuales relata el versículo antes mencionado.
(Dato extraido de las notas de la versión de Casiodoro Reina)
Cuando el inspirado apóstol Judas lo cita, no deja lugar a dudas que este libro es inspirado por Dios, y sin embargo no esta en el "canon".

Judas 14-15
De éstos, también profetizó Enóc, séptimo desde Adán, diciendo: He aqui, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.

* Contenido en el libro deuterocanónico judío ”Enóc”.
(Dato extraido de la versión de Casiodoro Reina)

Tampoco aparece en el canon de las Escrituras. Este libro lo encontró un conocido viajero inglés en Etiopía. Fué traducido al inglés, y en 1901, fué traducido al sueco.
RESERVADO POR DIOS PARA ESTOS TIEMPOS.
Aqui, Judas, hace mención de lo que dijo Enóc, séptimo desde Adan.
En ninguna parte de la Biblia aparece este versículo, pero era conocido por el pueblo de Israel y es citado por Judas, lo cual nos muestra nuestra pequeñez y nuestra ceguera espiritual.
También aparecen cosas importantes, y que arrojan luz a ciertos versículos obscuros, difíciles de entender, a menos que haya una revelación, como por ejemplo:
Génesis cap.6 vers.1-2
¿Los hijos de Dios ? … ¿Y los hombres, y las hijas de los hombres?
¿ Quienes eran los hijos de Dios ?
Los hijos de Dios, eran los ángeles guardianes, que Dios había puesto para salvaguardar la la creación terrenal, los cuales abandonando su dignidad, tomaron cuerpo humano y tuvieron relaciones con las hijas de los hombres, producto de los cual, nacieron gigantes, los cuales violentaron la tierra.
Estos son los ángeles que estan sometidos a prisiones de obscuridad perpetua en el infierno, de lo cual habla el apóstol Pedro, confirmando la inspiración de este libro.
(2a de Pedro Cap.2 vers. 4)
Cuando Dios envió el diluvio, murieron también estos gigantes, y sus espíritus, son hoy dia, esos espíritus inmundos, que vagan sin poder hayar reposo. Los demonios son los secuaces de Satanas, pero los espíritus inmundos, son los espíritus de los gigantes, nacidos de la relación entre los hijos de Dios y las hijas de los hombres. Hay mucho más en este libro, que está reservado para los que no se conforman a este siglo.

Ruego tener en cuenta a los hermanos que leen, que existen también algunos libros que tienen reputación de ser de Dios y no lo son. A ellos pertenecen todas las fabulas relativas a "la virgen" y otros atribuidos a Jesucristo.
En mi caso particular, cuando el Señor me hizo conciente de su Reino, recibi una Biblia de Nacar y Colunga, donde aparecen: Macabeos 1 y 2, Sabiduria, Eclesiastico, Judit, el ayudante de Jeremias que en este momento nio me acuerdo, los cuales me han sido de mucha bendición.
Si alguno discrepa, le respeto su discrepancia.

Paz
 
A ver, si yo le digo a Fegna que dudo que los evangélicos sepan de qué fuente evangélica está hablando es PORQUE FEGNA NO HA DICHO DE QUÉ FUENTE EVANGÉLICA ESTÁ HABLANDO


ESO NO ES NI SARCASMO NI MENOSPRECIO. ES LA CONSTATACIÓN DE QUE NADIE PUEDE SABER DE QUÉ FUENTE HABLA UNO SI ESE UNO NO CITA SU FUENTE


Vamos, me parece que Jetonius sí entendió que eso era lo que yo quería decir, ¿no?
 
Observese el razonamiento del tal sujeto:
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Fiarse de la capacidad para discernir el canon bíblico de aquellos que habína rechazado voluntariamente al Mesías, me parece un poco "peligrosillo"
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¿Peligrosillo? ¿De que web habrá sacado semejante idea? Por que, vamos, ¿que tendrá que ver lo uno con lo otro.
No creo necesario argumentarlo puesto que la idea ya es suficientemente peregrina.
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Fegna:

Disculpa no haberte dado respuesta a esta pregunta, no la había visto. La respuesta es muy fácil, porque la Iglesia se lo ordenó, y él fue obediente a ella.

Engrandece más la visión de San Jerónimo el ver que, a pesar de ser un hueso muy duro de roer (quien no pensaba como él pasaba a ser un hereje), sin embargo cumple una orden contra lo que él piensa, simplemente porque el Papa lo pidió.
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Tobi.
¿Que el papa lo pidió? ¿Cuando un papa lo pidió? Que Jerónimo hubiese hecho caso de una petición papal se contradice con la pretensión del papa Victor, al que Ireneo llamó "el presbitero de Roma", que cuando pretendió una jurisdicción sobre las iglesias de Asia, el mismo Ireneo le reprocho de una manera contundente su peregrina pretensión. El historiador Sócrates, (Historia eclesiastica) dice que el papa Victor exhibió una cólera desmesurada y he aquí que Jerónimo cita a otro de los que intervinieron en aquella controversia, a Policarpo, obispo de Efeso, de quien dice que "escribió en contra de Victor, obispo de Roma una carta sinoidal y en ella discierne" "la autoridad y la habilidad" del obispo de Efeso, frente a las pretensiones papales. (De Viris Illistribus. P. L. 22.

Y ahora pretendes que incluyó los Deuterocanónicos por la orden de un papa.
¿No habrá muchas anchas mangas por ahí?
 
Tocayo:

Conozco a un evangélico que es asiduo a estos lugares que ha citado el libro, esperaré..., mientras tanto, continuaré sacando algunos antecedentes e ir ponéndolos para conversar.

Tobi:

En términos futbolísticos, me diste un gran pase gol (al preguntarme por San Jerónimo), de estar aquí algunos antiguos coforistas, te hubiesen acusado de infiltrado romano.

Que fue el Papa quien le ordenó, pues fue así (yo cambiaría la historia por ti, pero no puedo :D ). Lo que hizo lo engrandece como cristiano ya que hizo primar la voluntad de la Iglesia por sobre la suya propia (si lo veo le diré que no lo vuelva a traducir :burla: ).

To be continued...

Fraternalmente en Cristo.
Fegna

PD: He intentado enviar este mensaje varias veces (y con una respuesta más completa) pero siempre me vuelve a pedir que me identifique, espero que esta pase.
 
Tobi:
¿Peligrosillo? ¿De que web habrá sacado semejante idea?

Luis:
De ninguna web. He sacado semejante idea de un hecho histórico demostrable:
El concilio de Jamnia tuvo lugar alrededor del año 90 DC. Es decir, los judíos que tomaron la decisión de cerrar el canon de la Biblia (AT) no eran cristianos y, por tanto, rechazaban abiertamente al Mesías, a Jesucristo
Es más, en dicho concilio se introdujo una oración de maldición a los cristianos (la birkat ha-minim) que había de rezarse en los cultos de las sinagogas, lo cual supuso la ruptura definitiva de los judeocristianos con el resto de judíos. Esos judeocristianos tenían dos opciones:
1- rezar una oración en la que se maldecían a sí mismos y al resto de cristianos
2- abandonar las sinagogas

Pues bien, creo yo que fiarse de la autoridad espiritual de ese concilio para saber qué libros forman parte de la Biblia es un pelín peligrosillo. Yo... como que me fío más del canon que salió de los concilios de Hipona y Cartago, donde San Agustín ejerció un papel esencial.
 
Originalmente enviado por: Luis Fernando
Tobi:
¿Peligrosillo? ¿De que web habrá sacado semejante idea?

Luis:
De ninguna web. He sacado semejante idea de un hecho histórico demostrable:
El concilio de Jamnia tuvo lugar alrededor del año 90 DC. Es decir, los judíos que tomaron la decisión de cerrar el canon de la Biblia (AT) no eran cristianos y, por tanto, rechazaban abiertamente al Mesías, a Jesucristo
Es más, en dicho concilio se introdujo una oración de maldición a los cristianos (la birkat ha-minim) que había de rezarse en los cultos de las sinagogas, lo cual supuso la ruptura definitiva de los judeocristianos con el resto de judíos. Esos judeocristianos tenían dos opciones:
1- rezar una oración en la que se maldecían a sí mismos y al resto de cristianos
2- abandonar las sinagogas

Pues bien, creo yo que fiarse de la autoridad espiritual de ese concilio para saber qué libros forman parte de la Biblia es un pelín peligrosillo. Yo... como que me fío más del canon que salió de los concilios de Hipona y Cartago, donde San Agustín ejerció un papel esencial.



La mayoría de autores de la Palabra son judíos. Y es al pueblo judío al que Dios hizo "salvaguarda" de Su Palabra; si no hubiera sido por cientos de escribas judíos, hoy no tendríamos la Palabra escrita.


El canon del AT ya estaba bastante "estabilizado" en el período intertestamentario, y la prueba es las cítas que hizo el Señor de los libros , sin hacerlo de los apócrifos.


Si hay una o dos cítas en el NT de libros apócrifos, eso no es prueba de que estos sean inspirados. Apócrifo implica que no han de tomarse como Palabra inspirada por Dios, y menos para fijar dogmas en base a ellos, aunque no hay que desecharlos, sino como dice Pablo: "examinarlo todo y retener lo bueno" ;)
 
Originalmente enviado por: Luis Fernando
Tobi:
¿Peligrosillo? ¿De que web habrá sacado semejante idea?

Luis:
De ninguna web. He sacado semejante idea de un hecho histórico demostrable:
El concilio de Jamnia tuvo lugar alrededor del año 90 DC. Es decir, los judíos que tomaron la decisión de cerrar el canon de la Biblia (AT) no eran cristianos y, por tanto, rechazaban abiertamente al Mesías, a Jesucristo
Es más, en dicho concilio se introdujo una oración de maldición a los cristianos (la birkat ha-minim) que había de rezarse en los cultos de las sinagogas, lo cual supuso la ruptura definitiva de los judeocristianos con el resto de judíos. Esos judeocristianos tenían dos opciones:
1- rezar una oración en la que se maldecían a sí mismos y al resto de cristianos
2- abandonar las sinagogas
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Tobi.
Eso nada tiene que ver con la fiabilidad del Canon del A. T. Las mismas razones pordemos atribuir al los de Trento que añadieron al cánon los Deuterocanónicos que seguidamente decretaron la hoguera para todo disidente de sus afirmaciones. Luego tampoco son de fiar y mucho más peligrosillos porque añadieron algo mas que abandonar las sinagogas.
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L. F.
Pues bien, creo yo que fiarse de la autoridad espiritual de ese concilio para saber qué libros forman parte de la Biblia es un pelín peligrosillo. Yo... como que me fío más del canon que salió de los concilios de Hipona y Cartago, donde San Agustín ejerció un papel esencial.
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Tobi.
¿Y cual fué el canon que salió de Hipona y Cartago?
En otra ocasión ya lei esta falacia y de la misma pluma.
Tambien en aquella ocasión le repliqué que ni en Hipona ni en Cartago se trató del Antiguo Testamento.
En dicho concilio (397) se nos da la primera decisión conciliar sobre el cánon. Agustín era miembro influyente de este concilio. Uno de los cánones de esta asamblea pide que nada sea leido en la Iglesia bajo el título de Escritura divina, exceptp los libros vanónicos. Da entonces una lista de los LIBROS CANÓNICOS DEL NUEVO TESTAMENTO. El concilio de Hipona (419) da en sus cánones la misma LISTA QUE EL DE CARTAGO.
Claro que hay que observar que aquí nuestro dilecto .... dice que se fia mas del de Trento que del de Jamnia y seguidamente se apoya en los de Cartago e Hipona que nada dicen del Cánon de Jamnia.

Mis saludos.
 
Transcribo lo que dice la web católica de donde se nutre nuestro
dilecto amigo:
_______________________________________--

Dos Concilios locales de la Iglesia, el Concilio de Hipo, en el año 393 A.D. y el Concilio de Cartago, en el año 397 y 419 A.D., ambos en el norte de África, aprobaron el canon Alejandrino (con 46 libros para el Antiguo Testamento) y también fijaron el canon del Nuevo Testamento con 27 libros. La carta del Papa S. Inocencio I en el 405, también oficialmente lista estos libros. Finalmente, el concilio de Florencia (1442) definitivamente estableció la lista oficial de 46 libros del A.T. y los 27 del N.T.
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Solo que mienten descaradamente y sin el menor rubor.
Claro que hay que admitir que dicha página web solo es para aquellos que tienen necesidad de creer en lo que les dicen y que no se les ocurrirá comprobarlo. Ademas, lo tienen prohibido.
Observese la falacia

"La carta del Papa S. Inocencio I en el 405, también oficialmente lista estos libros"

¿De cuales libros? ¿De los 46 o la de los 27?

A ver si se nos muestra esta carta con los 27, y además, los 46.

Para acabar diciendo que el concilio de Florencia (¿Florencia Ferrara?) estableció la lista oficial de 46 libros del Ant Test. Por mucho que he buscado en dicho concilio no lo he encontrado, Pero, claro, la intención es apoyar al de Trento y si hay que añadir cánones a un concilio no les duelen prendas.

De todas formas es inútil recomendar, a segun quien, nuevas fuentes de información.
Mis saludos.
 
Tobi:
Transcribo lo que dice la web católica de donde se nutre nuestro
dilecto amigo:


Luis:
Da la casualidad de que yo me suelo nutrir de la Catholic Encyclopedia, que el propio Jetonius ha utilizado en varias ocasiones en otros debates (incluído uno similar a este), y no de esa web que ha citado Tobi

Antes de contestar a Tobi, le pregunto a Jetonius:
Con independencia del valor que le quieras dar a este dato, ¿es o no es cierto que en Cartago se dio también la lista de los libros del Antiguo Testamento con los deuterocanónicos incluídos?

Ya sé que luego puede discutirse mucho sobre las dudas (o negativas) que existieron entre padres de la Iglesia y teólogos insignes acerca de la canoncidad plena de los deuterocanónicos antes y después de esos concilios, o también sobre la importancia real que tuvieron dichos sínodos para la aceptación universal del canon del AT, pero es que mal vamos si personas como Tobi empiezan por negar lo que tanto historiadores católicos como protestantes reconocen acerca de los concilios de Hipona y Cartago.

Y lo mismo ocurre con el tema del Papa Dámaso y Jerónimo en relación con la Vulgata. A regañadientes o no, dando o no dando su opinión personal sobre la validez de los deuterocanónicos, lo cierto es que Jerónimo obedeció a Dámaso y los incluyó en la Vulgata.


Partamos de datos ciertos que luego cada cual sabrá defender su opinión de mejor o peor manera.
 
DESARROLLO DEL CANON DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Durante el transcurso de los siglos se desarrollaron varios cánones o listas de libros sagrados (canon>>>). Veamos las razones.

Por el año 605 a.C., el Pueblo de Israel sufrió una dispersión o, como se le conoce Bíblicamente, una "diáspora". El rey Nabuconodosor conquistó a Jerusalén y llevó a los israelitas cautivos a Babilonia, comenzando la "Cautividad de Babilónica" (cf. 2 Reyes 24:12 y 2 Reyes 25:1).

Pero no todos los israelitas fueron llevado cautivos, un "resto" quedó en Israel: 2 Reyes 25:12; 2 Reyes 25:22; Jeremías 40:11; Ezequiel 33:27. También un número de Israelitas no fueron cautivos a Babilonia sino que fueron a Egipto: 2 Reyes 25:26; Jeremías 42:14; Jeremías 43:7.

El rey Ciro de Persia conquistó a Babilonia (2 Crónicas 36:20; 2 Crónicas 36:23) y dio la libertad a los israelitas de regresar a Israel, terminando así su esclavitud. Algunos regresaron a Palestina (Esdras 1:5; 7:28 y Nehemías 2:11) pero otros se fueron en vez a Egipto, estableciéndose, en su mayoría, en la ciudad de Alejandría (fundada por Alejandro Magno en el 322 a.C, contaba con la biblioteca mas importante del mundo en esa época).
En esta gran ciudad convivían griegos, judíos y egipcios. En el tiempo de Jesús habían mas judíos en Alejandría que en la misma Palestina (1 Macabeos 1:1). Así que los judíos estaban disgregados, unos en Palestina y otros en la diáspora, sobre todo en Alejandría.

Mientras la primera semejanza de un canon hebreo se empieza a formar, la lengua hebrea comienza a morir y desapareció completamente para el año 135 a.C. Por esta razón Jesús y sus contemporáneos en Palestina hablaban Arameo, un dialecto del hebreo.

La Traducción de los Setenta

Como en la mayor parte del mundo civilizado, la lengua principal de Alejandría era el griego. Había por eso gran necesidad de una traducción griega de las Sagradas Escrituras. La historia relata que Demetrio de Faleron, el bibliotecario de Plotomeo II (285-246 a.C.), quería unas copias de la Ley Judía para la Biblioteca de Alejandría.

La traducción se realizó a inicios del siglo tercero a.C. y se llamó la Traducción de los Setenta (por el número de traductores que trabajaron en la obra). Comenzando con el Torá, tradujeron todas las Sagradas Escrituras, es decir todo lo que es hoy conocido por los cristianos como el Antiguo Testamento. Introdujeron también una nueva organización e incluyeron Libros Sagrados que, por ser mas recientes, no estaban en los antiguos cánones pero eran generalmente reconocidos como sagrados por los judíos. Se trata de siete libros, de originales escritos en griego, que son llamados hoy deuterocanónicos.
La Traducción de los Setenta contiene los textos originales de algunos de los deuterocanónicos (Sabiduría y 2 Macabeos) y la base canónica de otros, ya sea en parte (Ester, Daniel y Sirac) o completamente (Tobit, Judit, Baruc y 1 Macabeos).
Vemos entonces que en la Traducción de los Setenta no hay un "silencio bíblico", los autores como la mayoría de los judíos de aquel tiempo sabían que Dios continuaba revelándose. Aquella era la última etapa de revelación antes de la venida del Mesías.
La Traducción de de los Setenta es la que se usaba en tiempo de Jesucristo y los Apóstoles

La versión alejandrina, con los siete libros deuterocanónicos, se propagó mucho y era la generalmente usada por los judíos en la era Apostólica. Por esta razón no es sorprendente que esta fuera la traducción utilizada por Cristo y los escritores del Nuevo Testamento. 300 de las 350 referencias al Antiguo Testamento que se hacen en el Nuevo Testamento son tomadas de la versión alejandrina. Por es no hay duda de que la Iglesia apostólica del primer siglo aceptó los libros deuterocanónicos como parte de su canon (libros reconocidos como Palabra de Dios). Por ejemplo, Origen, Padre de la Iglesia (m.245), afirmó que los cristianos usaban estos libros aunque algunos líderes judíos no los aceptaban oficialmente.

Al final del primer siglo de la era cristiana, una escuela judía, quizás de rabinos, hicieron un canon hebreo en la ciudad de Jamnia, en Palestina. Cerraron el canon con los profetas Esdras (458 a.C.), Nehemías (445 a.C.), y Malaquías (433 a.C.). Este canon comprendía de 22 a 24 libros. No rechazaron los libros deuterocanónicos definitivamente, pero no los incluyeron entre los canónicos. El canon reconocido por los judíos no se fijó hasta mas de cien años después.

Aun entonces, los libros "DEUTERONANONICOS" siguieron siendo leídos y respetados por los judíos.

Mientras tanto los cristianos siguieron reconociendo la versión alejandrina.

Así surgieron los dos cánones para el Antiguo Testamento:

•1) El canon de Alejandría (la traducción de los Setenta al griego, hecha antes de Cristo y aceptada por todos los cristianos y muchos judíos)

•2) El canon de Palestina (Jamnia, traducción hebrea hecha después de Cristo).

Los historiadores ponen como fecha en que se fijaron los cánones de las traducciones de Alejandría y de Palestina para el siglo segundo de nuestra era.
El Obispo Melito de Sardis registró la primera lista conocida del canon alejandrino en el año 170 A.D. Contenía 45/46 libros (el libro de Lamentaciones se consideraba como parte de Jeremías).

El canon Palestino contenía solo 39 libros pues no tenía los libros 7 libros Deuterocanónicos.

La Vulgata de San Jerónimo
La primera traducción de la Biblia del griego al latín fue hecha por San Jerónimo y se llamó la "Vulgata" (año 383 AD). El latín era entonces el idioma común en el mundo Mediterráneo. El basó su traducción en el texto hebreo del canon de Palestina, pero tradujo del canon alejandrino los libros que no se encontraban en el canon Palestino. Por eso la Vulgata tiene todos los 46 libros.



La Iglesia catolica establece el canon :


La controversia sobre que libros son canónicos fue larga, extendiéndose hasta el siglo IV y aun mas tarde. Las polémicas con los herejes, particularmente los seguidores de Marción, que rechazaban libros generalmente reconocidos por los Padres, hizo que la Iglesia definiera con autoridad la lista de los libros sagrados (el canon).

Los libros no aceptados en el canon se les llama apócrifos




Dos Concilios locales de la Iglesia, el Concilio de Hipo, en el año 393 A.D. y el Concilio de Cartago, en el año 397 y 419 A.D., ambos en el norte de África, aprobaron el canon Alejandrino (con 46 libros para el Antiguo Testamento) y también fijaron el canon del Nuevo Testamento con 27 libros. carta del Papa S. Inocencio I en el 405, también oficialmente lista estos libros.

Finalmente, el concilio de Florencia (1442) definitivamente estableció la lista oficial de 46 libros del A.T. y los 27 del N.T.

El canon del Nuevo Testamento se definió en el siglo IV tras un largo y difícil proceso de discernimiento. El mismo nombre de "Nuevo Testamento" no se usó hasta el siglo II.

Uno de los criterios para aceptar o no los libros fue que tuviese como autor a un apóstol; su uso, especialmente en la liturgia en las Iglesias Apostólicas y la conformidad con la fe de la Iglesia. Fue bajo estos criterios que algunos evangelios atribuidos a los Apóstoles (ej. Ev de Tomás, Ev. de Pedro) fueron rechazados.

El evangelio de San Juan y el Apocalipsis se consideraron por largo tiempo como dudosos por el atractivo que tenían con grupos sectarios y milenaristas.



Todos aceptaron el canon de la Biblia fijado por los concilios mencionados y, como este canon no fue causa de seria controversia hasta el siglo XVI, no se necesitó definir el canon de la Biblia como una verdad infalible.


A la Biblia Protestante le faltan libros En el 1534, Martín Lutero tradujo la Biblia al alemán y agrupó los siete libros deuterocanónicos bajo el título de "apócrifos", señalando: "estos son libros que no se tienen por iguales a las Sagradas Escrituras y sin embargo son útiles y buenos para leer."


La historia demuestra que no es verdad lo que dijo Lutero.


Siempre los cristianos habían reconocido esos libros como parte de la Biblia. Los concilios del siglo IV y posteriores habían confirmado la creencia cristiana.



La opinión de Lutero era mas bien la de los judíos que seguían la traducción de Jamnia. Lamentablemente Lutero propagó sus errores junto con su rebelión.

Es por eso que sus seguidores, los protestantes carecen, la mayoría sin saberlo, de los 7 libros deuterocanónicos de la Biblia:
• Tobías
• Judit
• Ester
• I Macabeos
• II Macabeos
• Sabiduría
• Eclesiástico (también llamado "Sirac")
• Baruc



Lutero no solo eliminó libros del Antiguo Testamento sino también del Nuevo. Se tomó la libertad de agrupar los libros de la siguiente manera:
•1) Libros sobre la obra de Dios para la salvación: Juan, Romanos, Gálatas, Efesios, I Pedro y I Juan
•2) Otros libros canónicos: Mateo, Marcos, Lucas, Hechos, el resto de las cartas de Pablo, II Pedro y II de Juan
•3) Los libros no canónicos: Hebreos, Santiago, Judas, Apocalipsis y libros del Antiguo Testamento.


Gracias a Dios, los protestantes tienen los mismos libros que los católicos para el Nuevo Testamento porque no aceptaron los cambios de Lutero para esta parte del canon.


Los protestantes y evangélicos se encuentran en una posición contradictoria: Reconocen el canon establecido por los concilios del siglo IV para el Nuevo Testamento (los 27 libros que ellos tienen) pero no reconocen esa misma autoridad para el canon del AT.


Es interesante notar que la Biblia Gutenberg, la primera Biblia impresa, es la Biblia latina (Vulgata), por lo tanto, contenía los 46 libros del canon alejandrino.


Posición de la Iglesia Anglicana


Según los 39 Artículos de Religión (1563) de la Iglesia de Inglaterra, los libros deuterocanónicos pueden ser leídos para "ejemplo de vida e instrucción de costumbres", pero no deben ser usados para "establecer ninguna doctrina" (Artículo VI).

Consecuentemente, la Biblia, versión King James (1611) imprimió estos libros entre el N.T. y el A.T. Pero Juan Lightfoot (1643) criticó este orden alegando que los "malditos apócrifos" pudiesen ser así vistos como un puente entre el A.T. y el N.T.

La Confesión de Westminster (1647) decidió que estos libros, "al no ser de inspiración divina, no son parte del canon de las Escrituras y, por lo tanto, no son de ninguna autoridad de la Iglesia de Dios ni deben ser en ninguna forma aprobados o utilizados mas que otros escritos humanos."




Clarificación Católica del Canon

La Iglesia Católica, fiel a la encomienda del Señor de enseñar la verdad y refutar los errores, definió solemnemente, en el Concilio de Trento, en el año 1563, el canon del Antiguo Testamento con 46 libros siguiendo la traducción griega que siempre habían utilizado los cristianos desde el tiempo apostólico.

Confirmó así la fe cristiana de siempre y dijo que los libros deuterocanónicos deben ser tratados "con igual devoción y reverencia". El Catecismo de la Iglesia Católica reafirma la lista completa de los Libros Sagrados, incluyendo los deuterocanónicos.


Esta enseñanza del Concilio de Trento fue ratificada por el Concilio Vaticano I y por el Concilio Vaticano II (Constitución Dogmática Dei Verbum sobre la Sagrada Escritura).


La Biblia es un regalo del Señor presentado como obra terminada a través de un largo proceso culminado por el Espíritu Santo en la Iglesia Católica por cuya autoridad se establece el canon definitivo.


http://corazones.org/biblia_y_litur...tm#protestantes le faltan libros en su Biblia
 
La Biblia es un regalo del Señor presentado como obra terminada a través de un largo proceso culminado por el Espíritu Santo en la Iglesia Católica por cuya autoridad se establece el canon definitivo.



La iglesia católica no tiene ninguna autoridad; aquellos que ayudaron a "definir" el Canon, no eran romanos :no:



La única "autoridad" la tiene el Espíritu Santo, y es Dios quien dirige a los hombres, no al revés.
 
Re: Las Sagradas Escrituras

Re: Las Sagradas Escrituras

Originalmente enviado por: Raul Fierro
En la epístola de Judas aparecen 2 versos importantes para aquellos que buscan disipar la duda.

JUDAS 9
"Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moises, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda".

* Contenido en el libro deuterocanónico judío ”La ascención de Moises”.
Este relato de Judas, no aparece en el canon de las Escrituras … pero está contenido en el libro deuterocanónico judío "La ascención de Moises”. De éste libro, solo quedan partes, una de las cuales relata el versículo antes mencionado.
(Dato extraido de las notas de la versión de Casiodoro Reina)
Cuando el inspirado apóstol Judas lo cita, no deja lugar a dudas que este libro es inspirado por Dios, y sin embargo no esta en el "canon".

Judas 14-15
De éstos, también profetizó Enóc, séptimo desde Adán, diciendo: He aqui, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.

* Contenido en el libro deuterocanónico judío ”Enóc”.
(Dato extraido de la versión de Casiodoro Reina)

Tampoco aparece en el canon de las Escrituras. Este libro lo encontró un conocido viajero inglés en Etiopía. Fué traducido al inglés, y en 1901, fué traducido al sueco.
RESERVADO POR DIOS PARA ESTOS TIEMPOS.
Aqui, Judas, hace mención de lo que dijo Enóc, séptimo desde Adan.
En ninguna parte de la Biblia aparece este versículo, pero era conocido por el pueblo de Israel y es citado por Judas, lo cual nos muestra nuestra pequeñez y nuestra ceguera espiritual.
También aparecen cosas importantes, y que arrojan luz a ciertos versículos obscuros, difíciles de entender, a menos que haya una revelación, como por ejemplo:
Génesis cap.6 vers.1-2
¿Los hijos de Dios ? … ¿Y los hombres, y las hijas de los hombres?
¿ Quienes eran los hijos de Dios ?
Los hijos de Dios, eran los ángeles guardianes, que Dios había puesto para salvaguardar la la creación terrenal, los cuales abandonando su dignidad, tomaron cuerpo humano y tuvieron relaciones con las hijas de los hombres, producto de los cual, nacieron gigantes, los cuales violentaron la tierra.
Estos son los ángeles que estan sometidos a prisiones de obscuridad perpetua en el infierno, de lo cual habla el apóstol Pedro, confirmando la inspiración de este libro.
(2a de Pedro Cap.2 vers. 4)
Cuando Dios envió el diluvio, murieron también estos gigantes, y sus espíritus, son hoy dia, esos espíritus inmundos, que vagan sin poder hayar reposo. Los demonios son los secuaces de Satanas, pero los espíritus inmundos, son los espíritus de los gigantes, nacidos de la relación entre los hijos de Dios y las hijas de los hombres. Hay mucho más en este libro, que está reservado para los que no se conforman a este siglo.

Ruego tener en cuenta a los hermanos que leen, que existen también algunos libros que tienen reputación de ser de Dios y no lo son. A ellos pertenecen todas las fabulas relativas a "la virgen" y otros atribuidos a Jesucristo.
En mi caso particular, cuando el Señor me hizo conciente de su Reino, recibi una Biblia de Nacar y Colunga, donde aparecen: Macabeos 1 y 2, Sabiduria, Eclesiastico, Judit, el ayudante de Jeremias que en este momento nio me acuerdo, los cuales me han sido de mucha bendición.
Si alguno discrepa, le respeto su discrepancia.

Paz

Ni la Asunción de Moisés ni el libro (Primero) de Enoc son "deuterocanónicos" judíos. Ambos forman parte de lo que los protestantes llamamos pseudoepigráficos y los católicos llaman apócrifos. En otras palabras, ninguno de ellos fue jamás un candidato a la inclusión en el canon en la Iglesia universal antigua.

Por tanto estas referencias no prueban en absoluto el canon católico (el cual por este criterio estaría incompleto).

Como he dicho antes, en el Nuevo Testamento existen numerosos pasajes en los cuales se alude a motivos o acontecimientos que se hallan en libros extracánónicos.

La lista más completa que conozco se halla en la obra de Craig A. Evans, Noncanonical Writings and New Testament Interpretation (Peabody: Hendrckson, 1992).

La presencia de estas alusiones comunes al NT y a diversos apócrifos no exige dependencia literaria. Puede explicarse por el trasfondo cultural común a los autores del NT y a los autores de los apócrifos.

Por lo demás, ninguno de los apócrifos/deuterocanónicos (los libros cuya inclusión en el AT se discute) , ni de los pseudoepigráficos/apócrifos (cuya inclusión en el canon del AT es descartada por católicos y protestantes por igual) es jamás citado como Escritura en el NT.

Todas las citas que son llamadas Escritura (explícitamente o por clara implicación) forman parte del canon palestino.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Algunas precisiones

Algunas precisiones

Originalmente enviado por: ManuelCorona
DESARROLLO DEL CANON DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Durante el transcurso de los siglos se desarrollaron varios cánones o listas de libros sagrados (canon>>>). Veamos las razones.

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Mientras la primera semejanza de un canon hebreo se empieza a formar, la lengua hebrea comienza a morir y desapareció completamente para el año 135 a.C. Por esta razón Jesús y sus contemporáneos en Palestina hablaban Arameo, un dialecto del hebreo.


Falso. Si bien el arameo (que no es un " dialecto" del hebreo, sino una lengua semítica afín), el hebreo ciertamente existía, en especial en el culto (cf. Lucas 4:16-21) . Lucas dice que la defensa de Pablo ante la multitud fue hecha en hebreo (Hechos 22:2).


La Traducción de los Setenta

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Introdujeron también una nueva organización e incluyeron Libros Sagrados que, por ser mas recientes, no estaban en los antiguos cánones pero eran generalmente reconocidos como sagrados por los judíos. Se trata de siete libros, de originales escritos en griego, que son llamados hoy deuterocanónicos.
La Traducción de los Setenta contiene los textos originales de algunos de los deuterocanónicos (Sabiduría y 2 Macabeos) y la base canónica de otros, ya sea en parte (Ester, Daniel y Sirac) o completamente (Tobit, Judit, Baruc y 1 Macabeos).
Vemos entonces que en la Traducción de los Setenta no hay un "silencio bíblico", los autores como la mayoría de los judíos de aquel tiempo sabían que Dios continuaba revelándose. Aquella era la última etapa de revelación antes de la venida del Mesías.
La Traducción de de los Setenta es la que se usaba en tiempo de Jesucristo y los Apóstoles


Aquí hay varios equívocos. El consenso creciente (véase la Encyclopedia Britannica, por ejemplo) es que nunca hubo tal canon alejandrino. No poseemos copias de la Septuaginta de origen judío.
Es cierto que la Septuaginta era la traducción normal en la época de Jesús (como que también había targumim o paráfrasis en arameo) pero en Palestina al menos, las Escrituras se leían en hebreo en el culto de la sinagoga.

(Continuará)
 
Un poco de historia

Un poco de historia

Interrumpo mi respuesta a lo puesto por Manuel (luego prosigo) para incluir la siguiente información.

A ver si esto aclara un poco la confusión que se está creando. La opinión ampliamente mayoritaria hasta el siglo XVI es que el canon del AT como regla de fe es el hebreo; admitiéndose al mismo tiempo que los libros llamados apócrifos o eclesiásticos y luego deuterocanónicos son útiles para la edificación pero no para fundar doctrinas.

El canon del Antiguo Testamento: siglos II y III

Más allá de lo que puede inferirse en base al uso de determinados libros, el primer autor cristiano cuya opinión explícita del canon del AT se ha conservado (gracias a Eusebio de Cesarea) es

(1) Melitón, obispo de Sardis en Asia Menor (m. hacia 190). En su carta a Onésimo da un “catálogo de los escritos admitidos del Antiguo Testamento” que corresponde esencialmente al canon hebreo, con la sola omisión de Esther (Historia Eclesiástica 4,26:12-14).

(2) Un catálogo similar y probablemente contemporáneo (siglo II) , pero con el añadido de Ester, fue hallado en 1875 en el mismo manuscrito en el que se halló la Didajé, o Doctrina de los Doce Apóstoles, uno de los más antiguos documentos cristianos extracanónicos.

(3) A mediados del siguiente siglo, el sobresaliente erudito bíblico Orígenes de Alejandría, quien puede considerarse con justicia el padre de la crítica textual, afirmaba: “No se ha de ignorar que los libros testamentarios, tal como los han transmitido los hebreos, son veintidós, tantos como número de letras hay en entre ellos”. Orígenes da luego una lista de tales libros que corresponden casi exactamente al canon hebreo excepto por el añadido de la “ carta” como parte del libro canónico de Jeremías, y la omisión de los Profetas menores (Historia Eclesiástica 6, 25: 1-2). Esto último es seguramente un desliz original o de transcripción, ya que el total nombrado es de 21 y la canonicidad de dicho libro nunca estuvo en entredicho. Dice explícitamente que los libros de Macabeos están “ aparte de estos”. En la práctica, empero, Orígenes se negó a excluir totalmente los apócrifos, porque se los empleaba en la Iglesia (Carta a Julio Africano).

El canon del Antiguo Testamento: siglos IV y V

(4) Una evidencia de la fluidez del canon del AT en aquel tiempo está indicada por los más antiguos códices existentes: el Sinaítico y el Vaticano, ambos del siglo IV, y el Alejandrino, del siguiente siglo. Estos manuscritos que son cristianos, incluyen el AT griego de la Septuaginta, la traducción judía alejandrina precristiana, pero (además de pérdidas accidentales) difieren en los libros apócrifos/deuterocanónicos incluidos.
El Sinaítico incluye, además de Tobit, Judit, 1 Macabeos, Sabiduría de Salomón y Eclesiástico (Sirá), a 4 Macabeos (que nunca fue tenido por canónico), al tiempo que excluye 2 Macabeos y Baruc.
El códice Vaticano excluye todos los libros de Macabeos; por el contrario, el Alejandrino incluye los cuatro libros de Macabeos.
En otras palabras, en los manuscritos a veces faltan libros tenidos hoy por canónicos por la Iglesia de Roma, y en otras ocasiones se incluyen libros cuya canonicidad rechaza la citada Iglesia.

(5) Atanasio, obispo de Alejandría y campeón de la ortodoxia nicena, en su carta pascual 39ª de 367 da a los obispos africanos una lista de libros del AT similar a la hebrea, con la diferencia de que incluye Baruc y la Carta de Jeremías y omite a Ester. La lista es parecida a la de Orígenes, aunque pone a Ruth separado de Jueces. Dice Atanasio:

Pero para mayor exactitud debo ... añadir esto: hay otros libros fuera de éstos, que no están ciertamente incluidos en el canon, pero que han sido desde el tiempo de los padres dispuestos para ser leídos a aquellos que son convertidos recientes a nuestra comunión y desean ser instruidos en la palabra de la verdadera religión. Estos son la Sabiduría de Salomón, la Sabiduría de Sirá [Eclesiástico], Ester, Judit y Tobit ... Pero mientras los primeros están incluidos en el canon y estos últimos se leen [en la iglesia], no se ha de hacer mención a los libros apócrifos. Son la invención de herejes que escriben según su propia voluntad ...
Nicene and Post-Nicene Fathers, 2nd Series, 4:551-552

Como puede verse, Atanasio tornó explícito lo que Orígenes hizo en la práctica: reconocer esencialmente el canon hebreo, al tiempo que admitía la existencia de libros que, si bien fura del canon, tenían valor para la instrucción. Por otra parte, aquellos que él llama apócrifos son obra de herejes y deben ser excluidos.

(6) Cuatro años antes de que Atanasio escribiese esta carta hubo un sínodo en Laodicea, en cuyo canon 59 se establecía que en las Iglesias debían ser leídos sólo los libros canónicos de los Testamentos Antiguo y Nuevo. El canon 60 da una lista esencialmente igual a la de Atanasio, pero que incluye al libro de Ester (Nicene and Post-Nicene Fathers, 2nd Series, 14:158-159). Es posible que este canon 60 sea una adición posterior.

(7) Cirilo, obispo de Jerusalén entre 348 y 386, sigue básicamente la opinión de Orígenes, pero incluye Baruc (Nicene and Post-Nicene Fathers, 2nd Series, 7:27).

(8) Gregorio Nazianceno (330-390) da una lista de libros canónicos en verso, en donde reconoce veintidós libros; omite Ester. Himno 1.1.72.31. Anfiloquio, obispo de Iconio (m. hacia 394) da una lista igual a la de Gregorio, pero añade: “Junto con éstos, algunos incluyen Ester”.

(9) Epifanio, obispo de Salamis (315-403) da una lista de 22 libros similar a la anónima del siglo II mencionada más arriba (Sobre pesos y medidas, 23). En otra parte, añade como apéndice a una lista de libros del Nuevo Testamento a la Sabiduría de Salomón y a la de Sirá (Panarion 76:5).

(10) Jerónimo (346-420) fue secretario del obispo de Roma, Dámaso, entre 382 y 384. Por pedido de Dámaso, comenzó a revisar la versión bíblica llamada Latina Antigua, iniciando su tarea con los cuatro Evangelios y los Salmos. Luego de la muerte de Dámaso, en 384, comenzó un peregrinaje hasta que se estableció en Belén (Palestina) en 386. Allí prosiguió su tarea. Comenzó con una nueva revisión del Salterio en latín conforme a la Septuaginta (LXX) . Pronto se convenció, empero, de que debía trabajar a partir del texto hebreo. Su obra de traducción del AT fue completada en 405. Al parecer no planeaba incluir los apócrifos/deuterocanónicos pero más tarde cedió al uso prevalente (eclesiástico) y realizó una traducción de Tobit y Judit “ del arameo”; el resto de los apócrifos/deuterocanónicos no fue traducido por él, sino añadido tal como se hallaba en la Latina Antigua. No es cierto que los incluyese por orden de Dámaso, quien había estado muerto por más de 20 años cuando Jerónimo completó su trabajo.

Jerónimo enumera el canon palestino exactamente, y da cuenta de la doble numeración como 24 ó 22, según si Rut y Lamentaciones se contasen por separado o añadidos, respectivamente, a Jueces y Jeremías. Luego escribe:

Este prólogo a las Escrituras puede servir como un prefacio con yelmo [galeatus] para todos los libros que hemos vertido del hebreo al latín, para que podamos saber –mis lectores tanto como yo mismo- que cualquiera [libro] que esté más allá de estos debe ser reconocido entre los apócrifos. Por tanto, la Sabiduría de Salomón, como se la titula comúnmente, y el libro del Hijo de Sirá [Eclesiástico] y Judit y Tobías y el Pastor no están en el Canon.

Jerónimo trazó la diferencia entre los libros canónicos y los eclesiásticos como sigue:

Como la Iglesia lee los libros de Judit y Tobit y Macabeos, pero no los recibe entre las Escrituras canónicas, así también lee Sabiduría y Eclesiástico para la edificación del pueblo, no como autoridad para la confirmación de la doctrina.

De igual modo, subrayó que las adiciones a Ester, Daniel y Jeremías (el libro de Baruc) no tenían lugar entre las Escrituras canónicas.

Agustín (354-430), obispo de Hipona, fue el gran autor cristiano casi contemporáneo de Jerónimo. Agustín poseía un vuelo teológico que le faltaba a Jerónimo, pero en compensación éste tenía un sentido crítico bíblico mucho más desarrollado. Aunque Agustín reconocía la importancia de las lenguas originales, no sabía hebreo, e instó en su correspondencia con Jerónimo a que éste realizase su nueva versión a partir de la Septuaginta. Da una lista del canon del Antiguo y Nuevo Testamentos en Sobre la Doctrina Cristiana 2 (8):13, en el cual incluye los apócrifos /deuterocanónicos. Sin embargo, en ocasiones Agustín demuestra haber sido consciente de la distinción entre el canon y el uso eclesiástico:

Desde el tiempo de la restauración del templo entre los judíos no hubo ya reyes, sino príncipes, hasta Aristóbulo. El cálculo del tiempo de éstos no se encuentra en las Santas Escrituras llamadas canónicas, sino en otros escritos, entre los cuales están los libros de los Macabeos, que no tienen por canónicos los judíos, sino la Iglesia...
La Ciudad de Dios, 18:36

Sin embargo, como otros autores cristianos antes que él, en la práctica la distinción era usualmente soslayada.

(10) Concilios africanos. Estos se realizaron a fines del siglo IV y principios del V, y la autoridad de Agustín parece haber sido decisiva. No hay documentos del Concilio de Hipona de 393, pero otro sínodo en Cartago (397) reafirma la lista de libros del AT y NT , este último tal como hoy lo conocemos (una lista igual había sido dada 30 años antes por Atanasio en su Carta Pascual), y el AT con los apócrifos/deuterocanónicos. La decisión fue ratificada en el sexto Concilio de Cartago de 419. Las distinciones que Agustín (y otros antes que él) había indicado no figuran.

(11) El obispo de Roma Inocencio I, en una carta al obispo de Tolosa, Exuperio, da en 405 una lista de libros del AT que incluye los apócrifos/deuterocanónicos.

(12) Rufino, contemporáneo de Jerónimo, en su Comentario al Credo de los Apóstoles da luego del Concilio de Cartago de 397 una lista de libros del AT que corresponde exactamente al canon hebreo. Luego precisa:

Pero debiera saberse que hay también otros libros que nuestros padres no llaman canónicos, sino eclesiásticos, es decir, Sabiduría, llamado Sabiduría de Salomón, y otra Sabiduría, llamada la Sabiduría del hijo de Sirá, el último de los cuales los latinos llaman por el título general de Eclesiástico ... A la misma clase pertenecen el libro de Tobit, y el libro de Judit, y los libros de los Macabeos ... todos los cuales se han leído en las Iglesias, pero no se apela a ellos para la confirmación de la doctrina. A los otros escritos les han llamado “Apócrifos”. Estos no han admitido que se lean en las Iglesias.
Nicene and Post-Nicene Fathers, 2nd Series, 3:558
(13) Se atribuye a Gelasio, obispo de Roma (492-496) un decreto acerca de los libros que deben ser recibidos y los que no deben ser recibidos, que según algunos manuscritos es atribuida al papa Dámaso; sin embargo, el tal Decreto parece ser una compilación realizada en Italia en el siglo VI.

El canon del Antiguo Testamento: siglos VI y VII

(14) Sin embargo, un siglo más tarde Gregorio Magno, obispo de Roma (590-604) continuaba insistiendo en la distinción entre libros canónicos y eclesiásticos:

Con referencia a tal particular no estamos actuando irregularmente, si de los libros, aunque no canónicos, sin embargo otorgados para la edificación de la Iglesia, extraemos testimonio. Así, Eleazar en la batalla hirió y derribó al elefante, pero cayó debajo de la misma bestia que había matado [1 Macabeos 6:46].
Library of the Fathers of the Holy Catholic Church, 2:424ç

(15) Que la cuestión del canon del AT no estaba zanjada, ni mucho menos, lo confirma no sólo Gregorio, sino otros obispos como los africanos Jumilius y Primasius (siguen a Jerónimo), Anastasio de Antioquía y Leoncio, que reconocen el canon hebreo.

(15) Sexto Concilio Ecuménico. En el sínodo de Constantinopla, llamado Trulano, reunido en 692 como una especie de continuación del Sexto Concilio Ecuménico, Tercero de Constantinopla (680-681) se ratificaron los cánones de los Concilios previos, incluyendo el de Cartago. Con esto podría pensarse que implícitamente se ratificó el canon del AT allí determinado. Sin embargo, en el mismo documento los obispos conciliares también ratificaban los “cánones” (cartas decretales) de Atanasio, Gregorio Nazianceno y Anfiloquio, los cuales defendían un canon próximo al hebreo (Nicene and Post-Nicene Fathers, 2nd Series, 14:361). De modo que no queda clara la posición de estos obispos acerca del canon del AT.

(16) En el mismo siglo Juan de Damasco (aprox. 675-749), en su Exposición de la Fe Ortodoxa (4:18) defiende asimismo el canon hebreo, el cual explica con cierto detalle, y agrega:

Está también el Panaretus, esto es la Sabiduría de Salomón, y la Sabiduría de Jesús, publicada en hebreo por el padre de Sirá [=Eclesiástico] y posteriormente traducido al griego por su nieto, Jesús hijo de Sirá. Estos son virtuosos y nobles, pero no son contados ni fueron depositados en el arca.
(Nicene and Post-Nicene Fathers, 2nd Series, 9:89-90)

Curso posterior
Podrían citarse muchos otros autores entre los siglos IX y XV que sostuvieron explícitamente el canon hebreo y respetaron la distinción trazada por Jerónimo. Por ejemplo, Beda, Alcuino, Nicéforo de Constantinopla, Rabano Mauro, Agobardo de Lyon, Pedro Mauricio, Hugo y Ricardo de San Víctor, Pedro Comestor, Juan Belet, Juan de Salisbury, el autor de la Glossa Ordinaria, Juan de Columna, arzobispo de Mesina, Nicolás de Lira , William Occam, Alfonos Tostado, obispo de Avila, y el cardenal Francisco Ximenes de Cisneros.

El peso de la evidencia indica que por mucho tiempo existió una distinción entre los libros canónicos (básicamente el canon hebreo) y los eclesiásticos, que corresponden a los apócrifos/deuterocanónicos. Lamentablemente, la nomenclatura en los autores antiguos no es uniforme, y así el propio Jerónimo llama “ apócrifos” a los “ eclesiásticos” pero a veces reserva tal apelativo para los libros heréticos. De igual modo, había confusión acerca del término “ canónico” que en sentido estricto solía reservarse para los libros considerados inspirados y santos de manera singular, pero que con frecuencia se refería a toda la colección, incluyendo los eclesiásticos. Este problema fue notado por el Cardenal Tomás de Vío (Cayetano):

Aquí concluimos nuestros comentarios sobre los libros históricos del Antiguo Testamento. Pues el resto (esto es, Judit, Tobit, y los libros de Macabeos) son contados por Jerónimo fuera de los libros canónicos. Y son puestos entre los apócrifos. Junto con Sabiduría y Eclesiástico, como es evidente del Prólogo con Yelmo. Y no te preocupes, como un erudito principiante, si hallan en cualquier parte, sea en los sagrados concilios o los sagrados doctores, estos libros reconocidos como canónicos. Pues las palabras tanto de los concilios como de los doctores han de ser reducidas a la corrección de Jerónimo. Ahora, según su juicio, en la carta a los obispos Cromacio y Heliodoro, estos libros (y cualesquiera como ellos en el canon de la Biblia) no son canónicos, esto es, no son de la naturaleza de una regla para confirmar asuntos de fe. Empero, ellos pueden ser llamados canónicos, esto es, de la naturaleza de una regla para la edificación de los fieles, como habiendo sido recibidos y autorizados en el canon de la Biblia para este propósito. Con ayuda de esta distinción tú puedes ver tu camino claramente a través de los que dice Agustín, y lo que está escrito en el Concilio provincial de Cartago.
(Sobre el último Capítulo de Ester)

La decisión dogmática del Concilio de Trento puso (al menos para los católicos) fin a esta distinción muy razonable y sostenida por la mayoría durante siglos.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Anda Daniel, pues estas palabras estan cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.

Anda Daniel, pues estas palabras estan cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.

Anda Daniel, pues estas palabras estan cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.
¿Cuales son estas palabras que estan cerradas y selladas hasta el tiempo del fin?
¿El nuevo testamento?
Cuando los discipulos preguntan al Señor si restaurara el reino a Israel, responde:
No os toca a vosotros conocer ni los tiempos ni las sasones que El Padre ha puesto en su soberana potestad ...
Hay palabras selladas que podemos mirar en el libro de Enoc, citado por Judas y Pedro.
 
¿Por qué Enoc, y no el Nuevo Testamento?

¿Por qué Enoc, y no el Nuevo Testamento?

Originalmente enviado por: Raul Fierro
Anda Daniel, pues estas palabras estan cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.
¿Cuales son estas palabras que estan cerradas y selladas hasta el tiempo del fin?
¿El nuevo testamento?
Cuando los discipulos preguntan al Señor si restaurara el reino a Israel, responde:
No os toca a vosotros conocer ni los tiempos ni las sasones que El Padre ha puesto en su soberana potestad ...
Hay palabras selladas que podemos mirar en el libro de Enoc, citado por Judas y Pedro.

Pues a mi me parece mucho más fundamentado considerar al Nuevo Testamento y no a libro pseudepigráfico de Enoc (supongo que se refiere a I Enoc) como a las palabras finales de Dios para la humanidad (Hebreos 1:1-3).

En el Apocalipsis se le da una revelación a Juan y se le manda muchas veces que la escriba.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Continuación...

Continuación...

Originalmente enviado por: ManuelCorona
DESARROLLO DEL CANON DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Durante el transcurso de los siglos se desarrollaron varios cánones o listas de libros sagrados (canon>>>). Veamos las razones.


La versión alejandrina, con los siete libros deuterocanónicos, se propagó mucho y era la generalmente usada por los judíos en la era Apostólica. Por esta razón no es sorprendente que esta fuera la traducción utilizada por Cristo y los escritores del Nuevo Testamento.


En Palestina la Biblia se seguía leyendo en hebreo, aunque es posible que en algunas sinagogas de judíos helenistas se emplease la Septuaginta. Tal el caso de la sinagoga de los Libertos, con los que debatió Esteban (Hechos 6:9-10) y el mismo Esteban, que al parecer era también helenista, empleó la Septuaginta en su discurso de Hechos 7.
Ahora bien, es por completo gratuito sostener que los manuscritos que empleaban aquellos judíos contenían " los siete libros" apócrifos/deuterocanónicos, en primer lugar porque no se han hallado dichos manuscritos y en segundo lugar porque aquellos de origen cristiano que sí existen varían en su contenido de apócrifos.



300 de las 350 referencias al Antiguo Testamento que se hacen en el Nuevo Testamento son tomadas de la versión alejandrina. Por es no hay duda de que la Iglesia apostólica del primer siglo aceptó los libros deuterocanónicos como parte de su canon (libros reconocidos como Palabra de Dios). Por ejemplo, Origen, Padre de la Iglesia (m.245), afirmó que los cristianos usaban estos libros aunque algunos líderes judíos no los aceptaban oficialmente.


En la mayor parte de los casos, el texto de la Septuaginta coincide con el texto hebreo. Sin embargo, no cabe duda que cuando los apóstoles y otros discípulos de Jesús comenzaron a poner por escrito lo que sería el Nuevo Testamento, emplearon mucho la Septuaginta ya que escribían en griego.

No obstante, por razones que ya se han señalado, es una flagrante y gratuita exageración -por decirlo suavemente- afirmar que " no hay duda de que la Iglesia apostólica del primer siglo aceptó los libros deuterocanónicos como parte de su canon" . El hecho concreto y comprobado de que jamás citan siquiera uno de estos libros como Escritura debiera bastar para refutar tamaña falsedad.

Notablemente, se alude al siglo I pero alegremente se da un salto de dos siglos -hasta Orígenes- para documentar el aserto. Se tergiversa además lo dicho por Orígenes, para quien el canon estaba constituido por los libros de la biblai hebrea, aunque no rechazaba los apócrifos/deuterocanónicos porque se los leía en la Iglesia (ver mi mensaje anterior).


Al final del primer siglo de la era cristiana, una escuela judía, quizás de rabinos, hicieron un canon hebreo en la ciudad de Jamnia, en Palestina. Cerraron el canon con los profetas Esdras (458 a.C.), Nehemías (445 a.C.), y Malaquías (433 a.C.). Este canon comprendía de 22 a 24 libros. No rechazaron los libros deuterocanónicos definitivamente, pero no los incluyeron entre los canónicos. El canon reconocido por los judíos no se fijó hasta mas de cien años después.


La evidencia de Macabeos, Filón, Josefo y 4 Esdras, entre otros datos, muestra que ya en la época de Cristo existía un consenso en la corriente principal del judaísmo acerca del canon. En Jamnia simplemente se ratificó este consenso; no " se hizo" ningún canon nuevo.



Aun entonces, los libros "DEUTERONANONICOS" siguieron siendo leídos y respetados por los judíos.

Mientras tanto los cristianos siguieron reconociendo la versión alejandrina.

Así surgieron los dos cánones para el Antiguo Testamento:

•1) El canon de Alejandría (la traducción de los Setenta al griego, hecha antes de Cristo y aceptada por todos los cristianos y muchos judíos)

•2) El canon de Palestina (Jamnia, traducción hebrea hecha después de Cristo).

Los historiadores ponen como fecha en que se fijaron los cánones de las traducciones de Alejandría y de Palestina para el siglo segundo de nuestra era.


Este cuentito hace rato que ha sido cuestionado por los historiadores. No es claro que jamás existiese un " canon alejandrino" , y ciertamente el canon hebreo no comenzó a existir en Jamnia.


El Obispo Melito de Sardis registró la primera lista conocida del canon alejandrino en el año 170 A.D. Contenía 45/46 libros (el libro de Lamentaciones se consideraba como parte de Jeremías).

El canon Palestino contenía solo 39 libros pues no tenía los libros 7 libros Deuterocanónicos.


Es muy curioso que se afirme esto, ya que Melitón o Melito da una lista de libros que corresponde exactamente al canon hebreo, excepto por la omisión de Ester (referencia en mis escrito previo).


La Vulgata de San Jerónimo
La primera traducción de la Biblia del griego al latín fue hecha por San Jerónimo y se llamó la "Vulgata" (año 383 AD). El latín era entonces el idioma común en el mundo Mediterráneo. El basó su traducción en el texto hebreo del canon de Palestina, pero tradujo del canon alejandrino los libros que no se encontraban en el canon Palestino. Por eso la Vulgata tiene todos los 46 libros.


Falso. Jerónimo concluyó la traducción del Antiguo Testamento en 405. Sí se basó en el texto hebreo, y no tradujo la mayoría de los apócrifos, sino que los dejó tal como estaban en la Antigua Latina (salvo Tobit y Judit, que dijo haber traducido del arameo).



La Iglesia catolica establece el canon :


La controversia sobre que libros son canónicos fue larga, extendiéndose hasta el siglo IV y aun mas tarde. Las polémicas con los herejes, particularmente los seguidores de Marción, que rechazaban libros generalmente reconocidos por los Padres, hizo que la Iglesia definiera con autoridad la lista de los libros sagrados (el canon).

Los libros no aceptados en el canon se les llama apócrifos

Dos Concilios locales de la Iglesia, el Concilio de Hipo, en el año 393 A.D. y el Concilio de Cartago, en el año 397 y 419 A.D., ambos en el norte de África, aprobaron el canon Alejandrino (con 46 libros para el Antiguo Testamento) y también fijaron el canon del Nuevo Testamento con 27 libros. carta del Papa S. Inocencio I en el 405, también oficialmente lista estos libros.


Como he demostrado ampliamente en mi anterior mensaje, ni estos sínodos locales ni la carta de Inocencio I agotaron la cuestión. La posición mayoritaria y prevalente durante toda la Edad Media fue que el canon en sentido estricto, de libros inspirados que forman parte de la Sagrada Escritura, era el canon hebreo. Sin embargo, se admitían y citaban los apócrifos/deuterocanónicos como libros recibidos en la Iglesia y aptos para la edificación de los fieles, aunque no para fundar doctrinas.


Finalmente, el concilio de Florencia (1442) definitivamente estableció la lista oficial de 46 libros del A.T. y los 27 del N.T.


Falso. No existe tal decisión conciliar. La lista de libros del AT con apócrifos/deuterocanónicos aparece en un decreto hacia los jacobitas emitido por el papa Eugenio IV, que al parecer el Concilio aprobó. Pero no es una decisión propia del concilio, y de hecho al parte referida al canon no se reproduce en el Denzinger.
Además, el papa empleó el adjetivo "inspirados" pero no " canónicos" con respecto a estos libros.


La primera decisión dogmática explícita acerca del canon del AT emitida por un concilio con pretensiones de ecumenicidad fue dada más de un siglo más tarde (1546) en Trento.


El canon del Nuevo Testamento se definió en el siglo IV tras un largo y difícil proceso de discernimiento. El mismo nombre de "Nuevo Testamento" no se usó hasta el siglo II.

Uno de los criterios para aceptar o no los libros fue que tuviese como autor a un apóstol; su uso, especialmente en la liturgia en las Iglesias Apostólicas y la conformidad con la fe de la Iglesia. Fue bajo estos criterios que algunos evangelios atribuidos a los Apóstoles (ej. Ev de Tomás, Ev. de Pedro) fueron rechazados.

El evangelio de San Juan y el Apocalipsis se consideraron por largo tiempo como dudosos por el atractivo que tenían con grupos sectarios y milenaristas.


Si bien es cierto que el Apocalipsis era visto por algunos con sospecha, ignoro de dónde habrán sacado que ocurrió otro tanto con el Evangelio de Juan. Por el contrario, dicho Evangelio fue muy tempranamente reconocido como inspirado y parte de las Sagradas Escrituras.



Todos aceptaron el canon de la Biblia fijado por los concilios mencionados y, como este canon no fue causa de seria controversia hasta el siglo XVI, no se necesitó definir el canon de la Biblia como una verdad infalible.


El canon quedó reconocido más por una cuestión de hecho, según la práctica de la iglesia universal, que por ninguno de los sínodos locales la carta papal que se ha mencionado. Y la distinción entre el canon hebreo y los libros eclesiásticos (= apócrifos/deuterocanónicos) continuó en vigencia por muchos siglos.


A la Biblia Protestante le faltan libros En el 1534, Martín Lutero tradujo la Biblia al alemán y agrupó los siete libros deuterocanónicos bajo el título de "apócrifos", señalando: "estos son libros que no se tienen por iguales a las Sagradas Escrituras y sin embargo son útiles y buenos para leer."


La historia demuestra que no es verdad lo que dijo Lutero.

Siempre los cristianos habían reconocido esos libros como parte de la Biblia. Los concilios del siglo IV y posteriores habían confirmado la creencia cristiana.


Es una mentira descarada. Lutero no hizo aquí más que reiterar una distinción que ya se encuentra en Orígenes y Atanasio, que fue claramente formulada por Jerónimo y se mantuvo por siglos en la Iglesia universal. Los más doctos autores cristianos a lo largo de los siglos eran de la misma opinión que aquí se quiere hacer pasar por falsa.



La opinión de Lutero era mas bien la de los judíos que seguían la traducción de Jamnia. Lamentablemente Lutero propagó sus errores junto con su rebelión.

Es por eso que sus seguidores, los protestantes carecen, la mayoría sin saberlo, de los 7 libros deuterocanónicos de la Biblia:
• Tobías
• Judit
• Ester
• I Macabeos
• II Macabeos
• Sabiduría
• Eclesiástico (también llamado "Sirac")
• Baruc


Los seguidores de Lutero (luteranos) no tienen ese problema, pues en la Biblia alemana los apócrifos seguían figurando como un apéndice.


Lutero no solo eliminó libros del Antiguo Testamento sino también del Nuevo. Se tomó la libertad de agrupar los libros de la siguiente manera:
•1) Libros sobre la obra de Dios para la salvación: Juan, Romanos, Gálatas, Efesios, I Pedro y I Juan
•2) Otros libros canónicos: Mateo, Marcos, Lucas, Hechos, el resto de las cartas de Pablo, II Pedro y II de Juan
•3) Los libros no canónicos: Hebreos, Santiago, Judas, Apocalipsis y libros del Antiguo Testamento.


Lutero no eliminó ningún libro. Es claro que para él no todos eran del mismo valor; para él eran más importantes los que daban más claro testimonio de Cristo. Aún así, no eliminó ninguno.



Gracias a Dios, los protestantes tienen los mismos libros que los católicos para el Nuevo Testamento porque no aceptaron los cambios de Lutero para esta parte del canon.


De nuevo, no se trata tanto del canon sino de opiniones personales que Lutero (como algunos de sus contemporáneos católicos) tenía acerca de algunos libros.



Los protestantes y evangélicos se encuentran en una posición contradictoria: Reconocen el canon establecido por los concilios del siglo IV para el Nuevo Testamento (los 27 libros que ellos tienen) pero no reconocen esa misma autoridad para el canon del AT.


No hay contradicción en absoluto. Está muy claro que en la segunda mitad del siglo IV existía un consenso acerca de cuáles libros formaban el canon del Nuevo Testmento. La lista de los 27 aparece en la carta festal 39a de Atanasio en 367, y también fue sancionada en los sínodos de Hipona y Cartago. Dicho consenso representaba cabalmente el sentir de la iglesia universal. No ocurrió otro tanto con los libros del Antiguo Testamento, y los protestantes simplemente admitimos hechos que los católicos se rehúsan a reconocer.

La diferencia es que los apologistas católicos (en contra de lo que claramente enseña su propia iglesia) suelen afirmar que la Iglesia hizo el canon, cuando en realidad lo que ocurrió fue que la Iglesia determinó el canon al reconocer cuáles eran los libros inspirados y normativos.


Es interesante notar que la Biblia Gutenberg, la primera Biblia impresa, es la Biblia latina (Vulgata), por lo tanto, contenía los 46 libros del canon alejandrino.


No veo qué tenga de particular.


Posición de la Iglesia Anglicana


Según los 39 Artículos de Religión (1563) de la Iglesia de Inglaterra, los libros deuterocanónicos pueden ser leídos para "ejemplo de vida e instrucción de costumbres", pero no deben ser usados para "establecer ninguna doctrina" (Artículo VI).

Consecuentemente, la Biblia, versión King James (1611) imprimió estos libros entre el N.T. y el A.T. Pero Juan Lightfoot (1643) criticó este orden alegando que los "malditos apócrifos" pudiesen ser así vistos como un puente entre el A.T. y el N.T.

La Confesión de Westminster (1647) decidió que estos libros, "al no ser de inspiración divina, no son parte del canon de las Escrituras y, por lo tanto, no son de ninguna autoridad de la Iglesia de Dios ni deben ser en ninguna forma aprobados o utilizados mas que otros escritos humanos."


La confesión de Westminster expresa la base doctrinal de los presbiterianos, y no fue ni es una confesión de la Iglesia Anglicana. Lo dicho por los 39 Artículos continúa en vigencia hoy, y representa como ya mostré la posición histórica.



Clarificación Católica del Canon

La Iglesia Católica, fiel a la encomienda del Señor de enseñar la verdad y refutar los errores, definió solemnemente, en el Concilio de Trento, en el año 1563, el canon del Antiguo Testamento con 46 libros siguiendo la traducción griega que siempre habían utilizado los cristianos desde el tiempo apostólico.

Confirmó así la fe cristiana de siempre y dijo que los libros deuterocanónicos deben ser tratados "con igual devoción y reverencia". El Catecismo de la Iglesia Católica reafirma la lista completa de los Libros Sagrados, incluyendo los deuterocanónicos.


Esta enseñanza del Concilio de Trento fue ratificada por el Concilio Vaticano I y por el Concilio Vaticano II (Constitución Dogmática Dei Verbum sobre la Sagrada Escritura).


La Biblia es un regalo del Señor presentado como obra terminada a través de un largo proceso culminado por el Espíritu Santo en la Iglesia Católica por cuya autoridad se establece el canon definitivo.


http://corazones.org/biblia_y_litur...tm#protestantes le faltan libros en su Biblia

Lejos de " clarificar" nada, en un arrebato de ignorante presunción la Iglesia de Roma soslayó una distinción de siglos e hizo tabla rasa con las Sagradas Escrituras del Antiguo Testamento y los libros Eclesiásticos.
Y en lugar de reconocer los claros hechos de la historia, se aferra a su decisión tan infundada como precipitada, con uñas y dientes. Muy lamentable.


Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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El hijo del hombre.

El hijo del hombre.

En ninguna parte del Antiguo Testamento aparece esta expresión que usa el Señor para designarse a si mismo.

En el libro de Enoc sale, muchas veces.

Bendiciónes:cool:
 
El Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento

Jetonius:
En lo que dices acerca de deuterocanónicos y apócrifos, tienes razon, son apócrifos. Mas esto con respecto a su veracidad no tiene incidencia. Lo que haya dicho Jerónimo o algún "padre" de la iglesia es muy subjetivo, tomando en cuenta que Lutero queria sacar del "canon" algunos libros del Nuevo Testamento que hoy permanecen gracias a Dios.
Quisiera dejar en claro también con respecto al N.T. que en ninguna forma, cuando he mencionado el libro de Enoc, estoy contraponiendolo al N.T. pues este no hace mas que confirmarlo.
El libro de Enoc, como antes lo he dicho y como la historia lo confirma, desapareció por espacio de casi 2000 años y fue encontrado a fines de 1700.
Dado su contenido, del cual no pueden opinar los que lo desconocen, lo hacen mas preciso de ser palabras selladas hasta el tiempo del fin, lo cual podría ser confirmado por lo dicho por Jesús a los discípulos: No os toca a vosotros conocer ni las sasones ni los tiempos ...
Tampoco significa que no haya mas palabras selladas que se hallan de manifestar conforme a los inescrutables designios del Señor.
Si no les tocaba a aquellos que fueron inspirados para escribir el N.T. bien podría calzar aqui este maravilloso libro.
Digo bien podría, pues dado los datos que comparto, bien vale la pena escudriñarlo.
Como digo anteriormente también, solo en este libro se habla del hijo del hombre.
También con respecto al libro de Tobias, bien se haria en leerlo, pues allí se habla del arcangel Rafael, el cual se nombra en Enoc. En Tobias, también se nombra la historia de los 7 hermanos que se casaron con la misma mujer y murieron, caso presentado a Jesús por los religiosos de la época, para preguntarle acerca de la resurrección.
Quisiera subrayar también con respecto a los padres de la iglesia, que tomare lo bueno, también conforme a las inspiradas palabras del apóstol Pablo: Si yo mismo o un ángel del cielo ...

Bendiciones Jetonius, es un placer compartir contigo.
 
Vamos al hueso

Vamos al hueso

Me dicen, por ahí, que por sólo 5000 libras esterlinas anuales se eliminaron ciertos libros de algunas Biblias.

:no: :no: :no:

:explota:

Si esto es verdad, han hecho lo mismo que Judas (éste vendió a Cristo y los otros han vendido su Palabra).

Fraternalmente en Cristo
Fegna