Leamos la BIBLIA

Re: Leamos la BIBLIA




Buenos y feliz día:


Lecturas del 14/11/2010, Domingo de la 33ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura Libro de Malaquías 3, 19-20a

Os iluminará un sol de justicia


Mirad que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir -dice el Señor de los ejércitos-, y no quedará de ellos ni rama ni raíz. Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.




2ª lectura: Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 7-12

El que no trabaja, que no coma


Hermanos: Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar. Cuando vivimos con vosotros os lo mandarnos: el que no trabaja, que no coma. Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada. Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 5-19

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas


En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido." Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?" Él contesto: "Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida." Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas."

Palabra del Señor.
 
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<div align="center"><span style="font-size:360%;color:#993399;"><strong><em>NI UN CABELLO DE VUESTRA CABEZA PERECERÁ</em></strong></span>
</div><div align="justify">
<span style="font-size:130%;color:#cc6600;"><strong><em>La destrucción de Jerusalén</em></strong></span>

El evangelio según San Lucas fue escrito probablemente después de la destrucción de Jerusalén.
El año 70 de nuestra Era las tropas romanas de los emperadores Vespasiano y Tito irrumpieron en la Ciudad Santa después de un largo asedio de 11 años para acabar con la feroz resistencia de sus defensores.
Flavio Josefo, historiador de la época, relata que murieron más de un millón de judíos y los cien mil supervivientes fueron deportados a Roma y trabajaron como esclavos en las grandes obras de Imperio, entre ellas el Coliseo romano.
El emperador Tito mandó construir con motivo de tal efemérides el arco de triunfo que lleva su nombre.
Jerusalén fue arrasada al igual que el templo, una de las maravillas del mundo y orgullo del pueblo judío, cuyos tesoros engrosaron las arcas del Imperio.
Semejante catástrofe desmoronó la espiritualidad del Pueblo de la Alianza, resquebrajó su moral y les hizo andar errantes por el mundo. A pesar de todo, nunca perdieron la identidad, lograron rehabilitar su esperanza y accedieron finalmente a formar parte del Estado creado para ellos por las Grandes potencias Mundiales en 1948.

<span style="font-size:130%;color:#cc9933;"><strong><em>Vivir entre persecuciones</em></strong></span>

Ya se había desatado la persecución de Nerón (64-68) en la que murieron martirizados los Apóstoles San Pedro y San Pablo y numerosos cristianos.
Vivir entre persecuciones aquilató la fe de los primeros seguidores de Jesús.
No podían depositar su confianza en manos d e los hombres, sino en Jesucristo, su apoyo y su esperanza.
Malaquías (515 a.C.) y San Lucas que escribe el evangelio hacia traen a colación palabras de esperanza en medio de situaciones pesimistas sobre la realidad de un mundo con difícil arreglo.
Malaquías, dentro de un contexto de crisis religiosa después del exilio anima al pueblo con palabras de esperanza de parte de Dios que <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“a los que honran su nombre los iluminará con un sol de justicia que lleva la salud en las alas” </em></strong></span>(Mal 3,20ª).
En parecidos términos se expresa el salmo 97: <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud”.
</em></strong></span>San Lucas pone en labios de Jesús frases muy a tono con la literatura escatológica de la época, en la que entran en juego hecatombes, terremotos, peste, hambre y desolación, quizás para dejar en segundo plano la figura del mundo que pasa y poner de relieve el mundo nuevo al que somos llamados.
La destrucción de Jerusalén a la que hace alusión y el final del mundo forman parte de un mismo mensaje: la caída de quien no esté atento a las señales o avisos de Dios.
Por eso Jesús nos llama a mirarnos por dentro: <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“Cuidado con que nadie os engañe”.</em></strong></span>
Existe el peligro de dejarnos arrastrar por ideas dominantes, no siempre positivas, que conforman la imagen de un mundo cambiante y quebradizo.
El cristiano se sustenta de la fe y de la lucha contra corriente para afirmar sus ideales.
No debe temer la persecución ni <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“preparar la defensa”</em></strong></span>, porque el Espíritu de Jesús será su baluarte contra el adversario.
Las ideologías del mundo pasan, como han pasado los grandes imperios, pero la Palabra de Dios permanece viva y eficaz. “Y el que persevere hasta el fin se salvará”.

<span style="font-size:130%;color:#cc9933;"><strong><em>“Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá"</em></strong></span>

Esta afirmación de Jesús es garantía de que, en medio de las vicisitudes del mundo, Dios no nos abandonará nunca.
Si esta convicción se adueña de cada uno de nosotros, sería más creíble nuestro testimonio.
Es cierto que estamos sometidos a muchos vaivenes, y nos cercan agresiones de todo tipo.

Desde siempre se han puesto trampas al justo y se ha procurado por parte de los poderes fácticos y de los intereses creados quitarlo de en medio con falsos testimonios, porque denuncia sus turbios manejos y pone en evidencia sus maldades.
Cada día mueren miles de inocentes a manos de estos desaprensivos que siembran el caos y el desconcierto para mantener o incrementar sus ingresos económicos.

<span style="color:#ff0000;"><strong><em>¿Cuántos mueren a causa de los traficantes de drogas en México, en Colombia...?
¿Cuantos inocentes son sacrificados por culpa del mercado de armas?</em></strong></span>

No hay diferencias entre creyentes y no creyentes cuando hay bonanza económica y paz social. Es en los momentos de oscuridad donde se demuestra la autenticidad de nuestros valores y si somos de verdad hombres y mujeres de fe.

Es difícil enfrentarse a la injusticia cuando se han sembrado a nuestro alrededor consignas que invitan al mínimo esfuerzo, a la búsqueda del placer y a la vida muelle.
Resulta complicado hablar hoy a niños y jóvenes de esfuerzo, de sacrificio, de interés por los demás cuando han crecido dentro de esta filosofía hedonista y pasota.
San Pablo lo vivió en propias carnes en la comunidad de Tesalónica- segunda lectura de hoy- pues algunos habían dejado de sembrar sus campos ante la venida definitiva de Cristo que creían próxima, y <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“andaban muy preocupados en no hacer nada”</em></strong></span>.
El mismo predica con el ejemplo: <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“El que no trabaje, que no coma”</em></strong></span>.
Estas palabras serían válidas para los gandules de hoy, pero no para los obreros que han perdido su empleo- cerca de cinco millones en España- que dependen de la caridad pública y a quienes se les cierran las puertas del trabajo por culpa de políticas económicas erradas y, lo que es peor, de ideologías trasnochadas que ensombrecen la dignidad humana.

Nos aguarda un duro porvenir.
Es en este futuro incierto y lleno de nubarrones donde toma cuerpo la invitación de San Pablo a trabajar, a luchar por un mundo nuevo que siempre es posible en la medida que contribuyamos con nuestra entrega a su regeneración.
San Pablo se dirige a los que <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“están muy preocupados en no hacer nada”</em></strong></span> para que imiten su ejemplo, recapaciten y se ganen el pan con el sudor de su frente.

Pasarán el cielo y la tierra, pero seguirá firme la palabra del Señor, que es palabra de esperanza.
Tiene sentido trabajar por la construcción del mundo y dejarse interpelar por el silencio expresivo del universo, manifestación del poder amoroso de Dios que vela por nosotros hasta en los más mínimos detalles: <span style="font-size:130%;color:#990000;"><strong><em>“Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá”</em></strong></span>

</div><div align="center"><span style="font-size:360%;color:#993399;"><strong><em>¡Feliz Domingo!</em></strong></span>
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 15/11/2010 Lunes de la 33ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura Libro del Apocalipsis 1, 1-4; 2, 1-5a

Recuerda de dónde has caído y arrepiéntete


Ésta es la revelación que Dios ha entregado a Jesucristo, para que muestre a sus siervos lo que tiene que suceder pronto. Dio la señal enviando su ángel a su siervo Juan. Éste, narrando lo que ha visto, se hace testigo de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo. Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de esta profecía y tienen presente lo que en ella está escrito, porque el momento está cerca. Juan, a las siete Iglesias de Asia: Gracia y paz a vosotros de parte del que es y era y viene, de parte de los siete espíritus que están ante su trono. Oí cómo el Señor me decía: "Al ángel de la Iglesia de Efeso escribe así: "Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y anda entre los siete candelabros de oro: Conozco tus obras, tu fatiga y tu aguante; sé que no puedes soportar a los malvados, que pusiste a prueba a los que se llamaban apóstoles sin serlo y descubriste que eran unos embusteros. Eres tenaz, has sufrido por mí y no te has rendido a la fatiga; pero tengo en contra tuya que has abandonado el amor primero. Recuerda de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a proceder como antes.""




Evangelio: Lectura del santo evangelio según San Lucas 18, 35-43

¿Qué quieres que haga por ti? Señor, que vea otra vez


En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello, y le explicaron: "Pasa Jesús Nazareno". Entonces gritó: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!" Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!" Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?" El dijo: "Señor, que vea otra vez". Jesús le contestó: "Recobra la vista, tu fe te ha curado". En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 16/11/2010 Martes de la 33ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura Libro del Apocalipsis 3, 1-6. 14-22

Si alguien me abre, entraré y comeremos juntos


Yo, Juan, oí cómo el Señor me decía: "Al ángel de la Iglesia de Sardes escribe así: "Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir. Pues no he encontrado tus obras perfectas a los ojos de mi Dios. Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Ahí en Sardes tienes unos cuantos que no han manchado su ropa; ésos irán conmigo vestidos de blanco, pues se lo merecen. El que salga vencedor se vestirá todo de blanco, y no borraré su nombre del libro de la vida, pues ante mi Padre y ante sus ángeles reconoceré su nombre. Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias." Al ángel de la Iglesia de Laodicea escribe así: "Habla el Amén, el testigo fidedigno y veraz, el principio de la creación de Dios: Conozco tus obras, y no eres frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente, pero como estás tibio y no eres frío ni caliente, voy a escupirte de mi boca. Tú dices: 'Soy rico, tengo reservas y nada me falta'. Aunque no lo sepas, eres desventurado y miserable, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro refinado en el fuego, y así serás rico; y un vestido blanco, para ponértelo y que no se vea tu vergonzosa desnudez; y colirio para untártelo en los ojos y ver. A los que yo amo los reprendo y los corrijo. Sé ferviente y arrepiéntete. Estoy a la puerta llamando: si alguien oye y me abre, entraré y comeremos juntos. Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí; lo mismo que yo, cuando vencí, me senté en el trono de mi Padre, junto a él. Quien tenga oídos, oiga la que dice el Espíritu a las Iglesias.""




Evangelio: Lectura del santo evangelio según San Lucas 19, 1-10

El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido


En aquel tiempo entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió en una higuera para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". El bajó en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: "Ha entrado ha hospedarse en casa de un pecador". Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más". Jesús le contestó: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido".

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 17/11/2010 Miércoles de la 33ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura Libro del Apocalipsis 4, 1-11

Santo es el Señor, soberano de todo: el que era y es y viene


Yo, Juan, en la visión vi en el cielo una puerta abierta; la voz con timbre de trompeta que oí al principio me estaba diciendo: "Sube aquí, y te mostraré lo que tiene que suceder después." Al momento caí en éxtasis. En el cielo había un trono y uno sentado en el trono. El que estaba sentado en el trono brillaba como jaspe y granate, y alrededor del trono había un halo que brillaba como una esmeralda. En círculo alrededor del trono había otros veinticuatro tronos, y sentados en ellos veinticuatro ancianos con ropajes blancos y coronas de oro en la cabeza. Del trono salían relámpagos y retumbar de truenos; ante el trono ardían siete lámparas, los siete espíritus de Dios, y delante se extendía una especie de mar transparente, parecido al cristal. En el centro, alrededor del trono, había cuatro seres vivientes cubiertos de ojos por delante y por detrás: El primero se parecía a un león, el segundo a un novillo, el tercero tenía cara de hombre y el cuarto parecía un águila en vuelo. Los cuatro seres vivientes, cada uno con seis alas, estaban cubiertos de ojos por fuera y por dentro. Día y noche cantan sin pausa: "Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo: el que era y es y viene." Y cada vez que los cuatro seres vivientes dan gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran ante el que está sentado en el trono, adorando al que vive por los siglos de los siglos, y arrojan sus coronas ante el trono, diciendo: "Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado."




Evangelio: Lectura del santo evangelio según San Lucas 19, 11-28

¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?


En aquel tiempo dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén y se pensaban que el Reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro. Dijo, pues: "Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: "Negociad mientras vuelvo". Sus conciudadanos, que le aborrecían, enviaron tras de él una embajada para informar: "No queremos que él sea nuestro rey". Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: "Señor, tu onza ha producido diez". El le contestó: "Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades". El segundo llegó y dijo: "Tu onza, señor, ha producido cinco". A ése le dijo también: "Pues toma tú el mando de cinco ciudades". El otro llegó y dijo: "Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo porque eres un hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras". El le contestó: "Por tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses". Entonces dijo a los presentes: "Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez". Le replicaron: "Señor, si ya tiene diez onzas". Os digo: "Al que tiene se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a esos enemigos míos que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia"". Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 18/11/2010 Jueves de la 33ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura Libro del Apocalipsis 5, 1-10

El Cordero fue degollado y con su sangre nos compró de toda nación


Yo, Juan, a la derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, gritando a grandes voces: "¿Quién es digno de abrir el rollo y soltar sus sellos?" Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el rollo y ver su contenido. Yo lloraba mucho, porque no se encontró a nadie digno de abrir el rollo y de ver su contenido. Pero uno de los ancianos me dijo: "No llores más. Sábete que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David, y que puede abrir el rollo y sus siete sellos. "Entonces vi delante del trono, rodeado por los seres vivientes y los ancianos, a un Cordero en pie; se notaba que lo habían degollado, y tenía siete cuernos y siete ojos-son los siete espíritus que Dios ha enviado a toda la tierra-. El Cordero se acercó, y el que estaba sentado en el trono le dio el libro con la mano derecha. Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante él; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume-son las oraciones de los santos-. Y entonaron un cántico nuevo: "Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra."




Evangelio: Lectura del santo evangelio según San Lucas 19, 41-44

¡Si comprendieras lo que conduce a la paz!


En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando: "¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida".

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 19/11/2010 Viernes de la 33ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura Libro del Apocalipsis 10, 8-11

Cogí el librito y me lo comí


Yo, Juan, oí cómo la voz del cielo que había escuchado antes se puso a hablarme de nuevo, diciendo: "Ve a coger el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra." Me acerqué al ángel y le dije: "Dame el librito." Él me contestó: "Cógelo y cómetelo; al paladar será dulce como la miel, pero en el estómago sentirás ardor." Cogí el librito de mano del ángel y me lo comí; en la boca sabía dulce como la miel, pero, cuando me lo tragué, sentí ardor en el estómago. Entonces me dijeron: "Tienes que profetizar todavía contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes."




Evangelio: Lectura del santo evangelio según San Lucas 19, 45-48

Habéis convertido la casa de Dios en una cueva de bandidos


En aquel tiempo entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: "Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos"". Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 20/11/2010 Sábado de la 33ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura Libro del Apocalipsis 11, 4-12

Estos dos profetas eran un tormento para los habitantes de la tierra


Me fue dicho a mí, Juan: "Éstos son mis dos testigos, los dos olivos y los dos candelabros que están en la presencia del Señor de la tierra. Si alguno quiere hacerles daño, echarán fuego por la boca y devorarán a sus enemigos; así, el que intente hacerles daño morirá sin remedio. Tienen poder para cerrar el cielo, de modo que no llueva mientras dura su profecía; tienen también poder para transformar el agua en sangre y herir la tierra a voluntad con plagas de toda especie. Pero, cuando terminen su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra, los derrotará y los matará. Sus cadáveres yacerán en la calle de la gran ciudad, simbólicamente llamada Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado. Durante tres días y medio, gente de todo pueblo y raza, de toda lengua y nación, contemplarán sus cadáveres, y no permitirán que les den sepultura. Todos los habitantes de la tierra se felicitarán por su muerte, harán fiesta y se cambiarán regalos; porque estos dos profetas eran un tormento para los habitantes de la tierra." Al cabo de los tres días y medio, un aliento de vida mandado por Dios entró en ellos y se pusieron de pie, en medio del terror de todos los que lo veían. Oyeron entonces una voz fuerte que les decía desde el cielo: "Subid aquí." Y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según San Lucas 20, 27-40

No es Dios de muertos, sino de vivos


En aquel tiempo se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: "Maestro, Moisés nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano". Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella". Jesús les contestó: "En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos están vivos". Intervinieron unos letrados: "Bien dicho, Maestro". Y no se atrevían a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 21/11/2010, Domingo. Jesucristo Rey del universo





1ª lectura: Lectura Segundo libro de Samuel 5, 1-3

Ungieron a David como rey de Israel


En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron: "Hueso tuyo y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor te ha prometido: "Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel."" Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.




2ª lectura: Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 12-20

Nos ha trasladado al reino de su Hijo querido


Hermanos: Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 23, 35-43

Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino


En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: "A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido." Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: "Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo." Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: "Éste es el rey de los judíos." Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros." Pero el otro lo increpaba: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibirnos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada." Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino." Jesús le respondió: "Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.

Palabra del Señor.
 
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<span style="font-size:380%;color:#ff6600;"><strong><em>FESTIVIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO
</em></strong></span></div><div align="justify"><span style="font-size:130%;color:#33cc00;"><strong><em>CRISTO REINA DESDE LA CRUZ</em></strong></span>

La Iglesia nos pone hoy de relieve la figura del Crucificado, del que hacen burla las autoridades, los soldados romanos, el pueblo y, en un principio, los dos ladrones condenados probablemente por atentar contra el Imperio Romano.
Con esta fiesta acaba el Año Litúrgico fijándonos en aquel que ha sido el centro de nuestras celebraciones dominicales: Jesús de Nazaret.
Este domingo quiere ser como una recapitulación del mensaje cristiano, pues se nos vuelve a repetir la exhortación del Viernes Santo: <span style="color:#3333ff;"><strong><em>“Mirad el árbol de la cruz, en que estuvo clavada la salvación del mundo”.
</em></strong></span>La cruz preside solemnemente este día la celebración eucarística.
No fue así durante los tres primeros siglos de la Iglesia.
Los primeros cristianos representaban a Jesús con la imagen del Buen Pastor o sencillamente un pez. El advenimiento de Constantino como emperador romano, con el apoyo de los cristianos, acabó con las persecuciones y abrió una nueva Era de libertad para ellos. El slogan alusivo a la cruz, que circuló entre las tropas, <span style="color:#3333ff;"><strong><em>(“con este signo vencerás”)</em></strong></span>, será en adelante la señal el cristiano.

Los textos de la liturgia se desarrollan en dos vertientes: por un lado, el aparente fracaso de Jesús insultado y vejado por los verdugos, que refleja San Lucas, y por otro, el Cristo triunfal de la Carta a los Colosenses.

<span style="font-size:130%;color:#33cc00;"><strong><em>EL REINADO DE DIOS</em></strong></span>

Jesús comienza su vida pública con el anuncio del Reinado de Dios que empieza a “nacer” en todos aquellos que aceptan la Palabra, la meditan en su corazón y la plasman en frutos de buenas obras.
El centro del reinado de Dios, que comienza con el estallido de una fiesta en Caná de Galilea cuando Jesús convierte el agua en vino, marca el proceso continuo que se consumará en Jerusalén. Por el camino se hace palpable la sensibilidad de Jesús por todos los que han sido excluidos o marginados por la sociedad de su tiempo. Serán ellos los primeros súbditos de ese Reino: cojos, ciegos, leprosos, sordos, viudas y niños. Todo un ejército sin armas y con una única bandera: el AMOR.
Para acceder a esta “ciudadanía” sólo se necesita como bagaje aceptar la primacía de Dios y considerar a todos como hermanos en igualdad de condiciones. Y si algo debe prevalecer es el servicio humilde y desinteresado.
La conversión de la mente y del corazón son imprescindibles para alimentar el reinado de Dios, que tiene a Jesús como suprema garantía.
Es normal que los poderes fácticos del mundo quisieran deshacerse de Jesús dado que asentaban su bonanza económica sobre la explotación de los pobres y la esclavitud física. Seguro que se sintieron molestos con estas palabras:
<strong><em><span style="color:#3366ff;">“Sabéis que los jefes de las naciones las tiranizan y que los grandes las oprimen. No será así entre vosotros; al contrario, el que quiera subir, sea servidor vuestro y el que quiera ser primero sea esclavo vuestro. Al igual que el Hijo el Hombre no ha venido a que le sirvan, sino a servir y a dar su </span></em></strong><strong><em><span style="color:#3366ff;">vida en rescate por todos”</span></em></strong> <span style="font-size:85%;">(Mt 20, 25-29).
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Jesús se negó siempre a ser proclamado Rey. Lo intentó la multitud después de la multiplicación de los panes y los peces.
Quizás los Apóstoles aspiraban a ocupar puestos importantes en el Reino Mesiánico de Cristo.
Así lo da a entender los Hechos de los Apóstoles. Pero la llegada del Espíritu desechó definitivamente cualquiera de sus aspiraciones temporales. Comprendieron entonces la misión a la que habían sido llamados, que nos es otra que la misma misión de Jesús.

Ostentar el poder, adueñarse del dinero y buscar la gloria entra en el capítulo de las acciones humanas y suponen una perenne tentación para medrar a costa de los demás y salvaguardar sus intereses. El cristiano debe tener como punto de referencia servir y no aprovecharse de coyunturas favorables que hieren los intereses del prójimo.

Hay dos momentos en los que Jesús acepta ser proclamado rey: el primero, en su entrada triunfal en Jerusalén sobre un borrico (montura de los pobres) y con el séquito de un gentío enfervorizado, y el segundo en su comparecencia ante Pilatos en el pretorio. En ambos lugares deja claro que su reinado no es de este mundo.

<span style="font-size:130%;color:#33cc00;"><strong><em>LA CRUZ Y LAS INJUSTICIAS</em></strong></span>

La única manera que tenían los escribas, fariseos y principales del pueblo de deshacerse de Jesús era amotinando a la plebe o acusándole de proclamarse rey, lo cual implicaba condena por sedición. Lo lograron por pasividad del procurador romano que, como tantas veces ocurre en los juicios humanos, se lavó las manos para condenar al justo.
Pero la sabiduría de Dios resplandece a través de los medios más insospechados.
La cruz que era la maldición de los sacrificados como proscritos, esclavos y enemigos del pueblo, se convierte en árbol de vida y de libertad.

<span style="color:#ff0000;"><strong><em>¿Qué habría ocurrido si Jesús hubiera bajado de la cruz a reafirmar su poder, como le pedían con sorna los enemigos presentes en el Calvario?</em></strong></span>
Dostoievski se plantea esta posibilidad en su famosa novela “Los hermanos Karamazov” y dice:
<span style="color:#3366ff;"><strong><em>“No bajaste de la cruz, porque no quisiste hacer esclavos a los hombres por medio de un milagro. Tenías sed de amor voluntario, no de encanto servil ante el poder”.</em></strong></span>

Gracias a esta disposición de la Providencia amorosa de Dios, los más pobres de la tierra: los desterrados, los que sufren, los desfigurados por la enfermedad o el martirio, los humillados y perseguidos, los desamparados... pueden mirar al Crucificado como uno de los suyos.
La muerte de Jesús en la cruz da sentido al sufrimiento humano y, al mismo tiempo abre un portal infinito a la esperanza, pues <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“si con El sufrimos, reinaremos con El” “en un Reino eterno y universal: el reino de la verdad y de la vida, el reino de la santidad y de la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz”</em></strong></span> (Prefacio de la Eucaristía de hoy).

La inscripción colocada en lo alto del patíbulo: <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“Jesús nazareno, rey de los judíos”</em></strong></span> destaca la humildad del Reino, cuyo trono es la cruz y cuya corona está labrada con espinas.
El buen ladrón supo ver desde los ojos del corazón y de la fe la dimensión de ese reino, y se acoge a la misericordia de Jesús agonizante. <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“Acuérdate de mí cuando estés en tu reino”</em></strong></span> <span style="font-size:85%;">(Lc.23, 42). </span>
También lo han sabido ver los millares de mártires de la Guerra Civil que derramaron su sangre por Jesús y le confesaron delante de sus verdugos con un <span style="color:#ff0000;"><strong><em>“¡Viva Cristo Rey!”</em></strong></span>
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Leí recientemente la biografía de Carlos de Habsburgo, emperador de Austria y rey de Hungría, a quien tocó gobernar a su pueblo en unas circunstancias trágicas de la historia de Europa durante la I Guerra Mundial.
Sobrecogido por la crueldad de la contienda, decía tras visitar los campos de batalla: <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“Ningún hombre puede responder de esto ante Dios. Yo pongo punto final lo antes posible”.
</em></strong></span>Trató inútilmente de convencer a los países beligerantes para que concertaran la paz. Fracasó en su intento. Austria-Hungría perdió la guerra y él, con su esposa y sus hijos, fueron deportados a la isla de Madeira por las potencias vencedoras.
Anatole France, socialista radical francés, decía: <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“Fue el único hombre decente surgido durante la guerra en un puesto directo; pero no se le escuchó. Deseó sinceramente la paz, y por eso fue despreciado por todo el mundo. Se perdió una ocasión estupenda”.</em></strong></span>
Años después, en 1.922, fallecía en Funchal, viviendo pobremente y sin haber alimentado rencor alguno.
Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en Roma el 3 de Octubre de 2.004.
Testimonios como estos son un canto a la libertad de espíritu y una tácita condena al mal proceder de los insensatos.

<span style="font-size:130%;color:#33cc00;"><strong><em>SALVACIÓN UNIVERSAL</em></strong></span>

La primera lectura del 2 libro de Samuel nos recuerda cómo el rey David (s.XI antes de Jesucristo) logró aglutinar en Hebrón, capital del reino, a todas las tribus de Israel, primero en Hebrón y años más tarde en Jerusalén.
Inauguró así un tiempo de esplendor y de paz.
Las tribus (sal.121) acuden con alegría a la Jerusalén terrena para homenajear a su rey y adorar a Dios.
Esto es un anticipo de la nueva Jerusalén, la Jerusalén Celestial donde todos, no sólo las tribus, tienen cabida y donde quedan disipadas para siempre las tinieblas del pecado.
El <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“Hijo querido”, “imagen del Dios invisible”, primogénito de toda criatura”, “cabeza del cuerpo de la Iglesia” y “primero en todo, en terminologías de San Pablo, se ha establecido como rey universal por la sangre de su cruz</em></strong></span> <span style="font-size:85%;">(Col.1,12-20)</span> <span style="color:#3366ff;"><strong><em>y convertido en árbitro de las naciones</em></strong></span> <span style="font-size:85%;">(Mt 25,31 ss).</span>
Cuando venga en su gloria lleno de majestad seremos juzgados por el amor que hayamos irradiado antes de entrar en su reino glorioso.
Al rezar el Padrenuestro pidamos con fervor la llegada de su Reino en nosotros y en todos los hombres. Un día estaremos en el Paraíso prometido al buen ladrón si creemos en El.
</div><div align="center"><span style="font-size:380%;color:#ff0000;"><strong><em>¡FELIZ DOMINGO!</em></strong></span>
 
Re: Leamos la BIBLIA




Buenos y feliz día:


Lecturas del 22/11/2010 Lunes de la 34ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura Libro del Apocalipsis 14, 1-3. 4b-5

Llevaban grabado en la frente el nombre de Cristo y el de su Padre


Yo, Juan, miré y en la visión apareció el Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre. Oí también un sonido que bajaba del cielo, parecido al estruendo del océano, y como el estampido de un trueno poderoso; era el son de arpistas que tañían sus arpas delante del trono, delante de los cuatro seres vivientes y los ancianos, cantando un cántico nuevo. Nadie podía aprender el cántico fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, los adquiridos en la tierra. Éstos son los que siguen al Cordero adondequiera que vaya; los adquirieron como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero. En sus labios no hubo mentira, no tienen falta.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según San Lucas 21, 1-4

Vio una viuda pobre que echaba dos reales


En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el cepillo del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: "Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra; pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir".

Palabra del Señor.