Yo creo en Dios, y no creo en los hombres, empezando por mí mismo
También creo en Dios, pero por supuesto que creo en los hombres.
Personas agnósticas, ateas, de todo corte y condición han embellecido el mundo, lo han hecho portador de mejoras, de conquistas sociales, cambios dramáticos que han permitido a la humanidad progresar y salir del medievo, ilustrarnos, bendecirnos con un planeta cada vez más pacífico, aunque parezca lo contrario.
Voy a dar unos simples datos para demostrarlo:
En el siglo XIX el ser humano tenía en los países más desarrollados una vida media del entorno de 45 años (por mortalidad infantil muy elevada)
La única anestesia que se conocía hasta el siglo XIX era emborracharte y ahí te las compusieras con el dolor. Imaginemos los procedimientos quirúrgicos y su "enorme" precisión".
La probabilidad de morir de un virus o infección era de un 40% aproximadamente, las muertes violentas eran infinitamente mayores, otro 30% de personas morían por estas causas. Apenas un 30% moría de forma natural con enfermedades que naturalmente hacían sufrir mucho más que actualmente con los tratamientos paliativos.
Hemos salido al espacio, pisado la luna, dos sondas han salido del Sistema Solar, hemos llegado a Marte.
Conocemos cada vez mejor los epifenómenos de la Tierra, las causas de los sismos, prevenimos desastres en un mundo cada vez más pacífico aunque a veces el sesgo de estar muy informados parezca decirnos lo contrario.
¿Y no podemos creer en los seres humanos?
Eso es no entender bien el mensaje revolucionario de Jesucristo. Creo que hemos sido verdaderos cristianos cuando lo verdaderamente cristiano emergió, esto es: valorar a cada uno de los "pequeños" que somos, buscando ante todo la paz, el bienestar de los demás y liberarnos de los yugos fariseos que la iglesia Católica de entonces había mantenido férreamente. El "buen samaritano" es precisamente los maravillosos sistemas de salud pública europeos, donde nadie que padece una enfermedad se enfrenta a la ruina, porque ente todos se teje un sistema de protección entre humanos.
Eso es entender el mensaje de Dios, eso es Dios en nuestras vidas y Cristo como ejemplo.