Lamentable Reforma

27 Septiembre 2003
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"Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los albañiles.”
Salmo 127,1
Seguramente que los reformadores tenían que estar conscientes de este versículo. ¿Entonces por qué lo ignoraron todos?


El propio fundador de la “Reforma”, Martín Lutero, fue el que “más se lamentó,” a medida que él revisaba los daños que había causado su rebelión contra la autoridad. Sus escritos muestran que él lamentaba su acción, cuando escribió las siguientes observaciones:
“Este no quiere oír de Bautismo, y aquel niega el sacramento, otro pone un mundo entre este y el último día. Algunos enseñan que Cristo no es Dios, algunos dicen esto, otros dicen eso; hay tantas sectas y credos como hay cabezas. Nunca un campesino es tan grosero como cuando tiene sueños y fantasías, él se considera inspirado por el Espíritu Santo y que debe ser un profeta.”
De Wette III, 51 citado en el libro de O’Hare “THE FACTS ABOUT LUTHER” [Los Hechos sobre Lutero], p. 208.
“ Los nobles, los citadinos, los campesinos, todos entienden el Evangelio mejor que San Pablo y yo; ellos ahora son sabios y se consideran más conocedores que todos los ministros.” Walch XIV, 1360 citado en el libro de O’Hare, ibid, p. 209.
"Nosotros aceptamos, tal y como debemos, que mucho de lo que ellos (la Iglesia Católica) dicen es verdad: que el papado tiene la palabra de Dios y la autoridad de los apóstoles, y que hemos recibido las Santas Escrituras, el Bautismo, los Sacramentos y el púlpito de ellos. ¿ Qué sabríamos de esto si no fuera por ellos?. El Sermón sobre el Evangelio de San Juan, Caps. 14 – 16 (1537), en el vol. 24 de el libro “LUTHER’S WORKS” [Los Trabajos de Lutero], San Luis, Misuri: Concordia, 1961, p. 304.
Todo esto y mucho más fue escrito por el fundador de la Reforma, sólo un corto tiempo después, cuando se dio cuenta del caos que había creado. Para este momento, Munzer, se había ido en esta dirección (en 1521, el mismo año en que Lutero se separó), Zwingli se había ido en esa dirección, Calvino en otra; todos ellos dispersando las ovejas y tomando sus propios rebaños con ellos. Lutero había comenzado un proceso sobre el que luego no tuvo ningún control y era incapaz de parar, “no le pudo volver a poner la tapa al frasco”.
Ciertamente estaba lleno de pesar cuando dijo:
“Una vez que abres la puerta al error, no puedes cerrarla.”
¡Cuanta verdad! Lutero se había convertido en la victima, al no prestar atención a las consecuencias de este simple proverbio.
“ Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los albañiles.”
Salmo 127, 1


Los frutos de la Reforma...
Hay un aumento continuo, en la taza de aceleración del interminable rompimiento del Cuerpo de Cristo hecho por las comunidades eclesiásticas no católicas, a pesar del mandato que viene directamente de los labios de Jesucristo...
“ ...y habrá un solo rebaño con un solo pastor.”
Juan 10, 16.
La Escritura nos ordena que seamos una mente, en un espíritu y con una boca para glorificar a DIOS.
Romanos 15, 5 –6, Filipenses 1, 27; 2,2.
“Les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús, Nuestro Señor, que se pongan todos de acuerdo y terminen con las divisiones, que encuentren un mismo modo de pensar y los mismos criterios.”
1 Corintios 1,10
En 1600, debido a la Reforma Protestante hubo más de 100 rompimientos en varias sectas. Para 1900, habían 1000; para 1981, más de 20,700. Hoy hay más de 33.800 fracturas en el Cuerpo de Cristo, y todas, excepto una, fueron fundadas por una simple criatura humana.
Las comunidades no católicas han aumentado en número en aproximadamente un 65 % en solo veinte años.
World Chistian Encyclopedia, [Enciclopedia Cristiana Mundial], Abril 2001, una publicación protestante.
Se debe hacer notar que algunas sectas prefieren no ser llamadas protestante, ya que ellas no estuvieron en la Reforma. Sin embargo, ellas sin lugar a duda le deben su existencia a la Reforma, ya que sin ella, sus comunidades probablemente no existirían. La primera [parte de la] palabra en *Protest-ante es Protestar. Así que cualquiera que diga que es cristiano y no esta activo en la Iglesia Católica es un protest - ante contra la Iglesia Católica, así que este mensaje se aplica a todos los cristianos no católicos, sin tener que ver como se quieran llamar.
Este escrito es acerca de la división hecha al Cuerpo de Cristo por los no católicos, sea por Protestantes o cualquier otro.
¿Cómo pueden los descendientes de los reformadores explicar porque hay 33.800 denominaciones en lugar de el rebaño único mandado por Jesucristo? ¿Dónde está la unicidad? ¿Dónde esta la unidad de mente? ¿Por qué hay tantas disensiones? ¿Cómo puede ser de Dios la reforma cuando hay tanta confusión y directa desobediencia de sus miembros a la Palabra del Espíritu Santo?
“Dios no es el autor de la confusión...”
1Corintios 14, 33 (Version de King James)
Sin embargo, este es otro versículo que los que abogan por la reforma, tienden a ignorar. ¿Sí Dios no es autor de 33.800 divisiones confusas en Su Cuerpo, entonces quién lo es? Ella es causada por la desobediencia de sus criaturas.
“¿Se ha dividido Cristo?”
1 Corintios 1, 13
“ Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los albañiles.”
Salmo 127, 1


" Obedezcan a sus dirigentes y estén sumisos, pues ellos se desvelan por sus almas, de las cuales deberán rendir cuenta. Ojalá esto sea para ellos motivo de alegría y no un peso, pues no les traería a ustedes ventaja de ninguna clase.”
Hebreos 13, 17
¿ Uds. piensan que Martín Lutero y los otros reformadores se angustiaron por este versículo o ellos, a propósito, simplemente lo ignoraron? Ciertamente, ellos sabían que estaba ahí. Muéstrenme el versículo de la escritura que les de la autoridad para desobedecer a los superiores? ¿ No es esto exactamente lo que los reformadores hicieron? ¿ No mostraron ellos una desobediencia flagrante en desafío a lo que enseña la Santa Escritura? Muéstrenme el versículo que autorice a cualquiera a separarse de la Iglesia fundada por Jesucristo y a formar su propia iglesia. Sí la autoridad no viene de DIOS, entonces no hay ninguna autoridad.
“Que nadie los engañe con razonamientos vacíos, pues son estas cosas las que Dios se prepara a condenar en los enemigos de la fe: no sea que ustedes compartan su suerte.”
Efesios 5, 6-7
“ Los maestros de la Ley y los fariseos han ocupado el puesto que dejó Moisés. Hagan y cumplan lo que ellos dicen, pero no los imiten, porque ellos enseñan y no practican. “
Mateo 23, 2-3
Este es un mandato al que hay que ser obediente sin tener en cuenta los sentimientos individuales, y viene de Jesucristo.


Jesucristo nos advirtió que habría escándalos en Su Iglesia.
“¡Ay del mundo a causa de los escándalos! Tiene que haber escándalos, pero, ¡ay del que causa el escándalo!”
Mateo 18, 7
Y dijo a Sus discípulos: “Es imposible que no haya escándalo y caídas, pero ¡pobre del que hace caer a los demás!”
Lucas 17, 1
Estas son las palabras del propio Jesucristo. ¿Dijo Él que la Iglesia era la fuente o la causa de los escándalos? No, Él dijo que es una persona. Recuerde que la Iglesia Católica no es un hotel de santos, es un hospital de pecadores.
¡Hmmm! Me parece recordar a cierto hombre llamado Judas, escogido por el mismo Jesús; este hombre fue el responsable de los latigazos, la crucifixión y la muerte del creador del universo. Fue el peor escándalo posible que jamás se concibió y se llevó a cabo... por ningún otro mas que por un hombre.
La Iglesia Católica en ella misma es indefectible, porque las Escritura así lo dice, y lo sabemos ya que tiene un fundador indefectible.
Ver Efesios 5, 25-27.
Nosotros no dejamos a Pedro y al resto de los Apóstoles por lo hecho por Judas.


A través de toda la Biblia, los líderes del pueblo escogido por DIOS pecaron abiertamente; pero, la comunidad de Dios, o su congregación, sobrevivió como un solo rebaño y un solo pastor...
Abram mintió (Génesis 12, 3), sin embargo se convirtió en Abraham, el padre de una multitud de naciones, Génesis 17, 4.
Isaac mintió (Génesis 26, 7 – 11), pero su rebaño sobrevivió intacto.
Jacob mintió y engaño (Génesis 27, 24), pero, el pueblo escogido por DIOS sobrevivió.
Moisés desobedeció a DIOS y por ello no se le permitió llevar a la comunidad a la tierra prometida (Números 20, 1 – 12). Sin embargo, la comunidad sobrevivió.
Aarón fue hecho sumo sacerdote (Éxodo 28, 1 – 3), pero luego llevó al pueblo a un grave pecado al hacer un ídolo de un carnero de oro y lo adoró (Éxodo 32, 21 – 35). Sin embargo volvió a ser el sumo sacerdote en Éxodo 40, 13, y la comunidad sobrevivió.
David cometió un asesinato y adulterio ( 2 Samuel 11, 1 – 27), pero la comunidad sobrevivió.
Salomón practicó la idolatría y tuvo 700 esposas y 300 concubinas, y una gran fortuna, 1 Reyes 11, 1 – 43. Vea Deuteronomio 1, 17 donde dice que los reyes no deben tener gran número de esposas ni acumular grandes riquezas, sin embargo la comunidad de Salomón sobrevivió.
Pedro le mintió a Jesús ( posiblemente sin saber Mateo 26, 35) y abiertamente lo negó tres veces (Mateo 26, 69 –75), pero se convirtió en el primer Obispo de Roma y en el Primer Papa, y escribió dos libros infalibles que usamos todavía hoy; y aún así, la Iglesia sobrevivió como un solo rebaño con un solo pastor.
Un Apóstol negó a Cristo (Mateo 26, 69 –75), uno lo traicionó (Mateo 26, 25), uno dudó de Él (Juan 20, 25), y todos huyeron de Él (Mateo 26, 56). ¿Esto cubre a todos los primeros doce, verdad? Sin embargo, la Iglesia que Jesucristo fundó, sobrevivió como un solo rebanó con un solo pastor y todos los Apóstoles, excepto uno, se hicieron santos.
Saulo persiguió a la Iglesia sin misericordia, puso en prisión a muchos cristianos y aprobó el asesinato de al menos uno, como se puede leer en Hechos 7, 58 – 59 y Hechos 8, 1-2. Sin embargo, la Iglesia se mantuvo como una sola y fiel a Pedro, y Saulo se convirtió en Pablo, uno de los más grandes Apóstoles.
Como Ud. puede ver, la autoridad de la Iglesia no depende de los trabajos de ninguno de sus miembros.
La Iglesia es más grande que cualquiera de sus miembros. Es más grande que ningún Papa u Obispo, o Padre de la Iglesia o Santo. Es más grande que Lutero, o Calvino, o Munzer o Zwingli, y que cualquiera de esos que se han separado de su propia iglesia.
¿Por qué la Iglesia es mayor que cualquiera de sus miembros?
Porque es el Cuerpo Místico de Cristo, y Él es su cabeza; cada miembro no es más que uno de los muchos sarmientos de la vid. Los sarmientos sin frutos pueden ser podados, pero la vid sigue viviendo.
Sí un miembro es cortado es como en la parábola del viñador:
“ Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Toda rama que no da fruto en mí la corta. Y toda rama que da fruto la limpia para que dé más fruto.”
Juan 15, 1 –2
¿ Notó quién hace la poda?
En ninguna parte en la Escritura se le da la autoridad a ninguno para comenzar otra iglesia diferente de La que fundó Jesucristo. Sin embargo, sí hay muchos versículos que advierten en contra del negar la autoridad, que ha sido dada por Dios, en cuanto a Su Congregación (V. T.) o la Iglesia (N. T.); la cual Él invistió sobre los profetas como Moisés (Éxodo 3 – 40) y en los Apóstoles (Juan 20, 21 –23), y a sus sucesores (Hebreos 13, 7 – 8 y 17)
Lea la rebelión de Coré contra la autoridad dada por DIOS de Moisés en Números 16. Vea como Moisés le pidió a él y a sus seguidores que pararan la revuelta que salía de la propia tribu de Moisés, la de los Levitas. Los rebeldes fueron inflexibles en su ”No” a él, versículo 14. Preste atención especial a lo que le pasó a Coré y a sus seguidores en Números 16, 25 – 35.
No es nada bonito.
Ahora bien, ¿la historia se repite?
Lea la historia paralela de Martin Lutero , al principio de la reforma cuando él presentó la misma obstinación hacia la autoridad Papal dada por DIOS, así como Coré había hecho con la autoridad dada por DIOS a Moisés unos 3000 años antes.
“ Sé que después de mi partida se introducirán entre ustedes lobos voraces que perderán al rebaño. DE ENTRE USTEDES MISMOS SURGIRÁN HOMBRES QUE ENSEÑARAN DOCTRINAS FALSAS E INTENTARÁN ARRASTRAR A LOS DISCÍPULOS TRAS SÍ.”
Hechos 20, 29 – 30
¿ Cómo se aplican estos versículos a los reformadores?
Bueno, Martín Lutero y Ulrich Zwingli eran sacerdotes católicos; así que ellos fueron, ” de entre ustedes mismos surgirán hombres“ y ellos “ enseñaran doctrinas falsas “ (Hebreos 13, 17 ¿se acuerdan?) , e ” intentarán arrastrar a los discípulos tras sí “
¿ No diría Ud. que se ajusta muy bien? ¿ No dio San Lucas justo en el clavo en
Hechos 20, 29 –30?

“ Lo que fue volverá a ser, lo que se hizo se hará nuevamente. No hay nada nuevo bajo el sol. Y si te dicen: ‘Mira, esto es nuevo’, aun eso ya fue en siglos anteriores. No hay memoria de los ancianos, igual pasará con sus descendientes, nadie los recordará entre los que existan después.”
Eclesiastés 1, 9– 11
Aquellos que no se aprovechan de los errores de otros en la Historia están condenados a repetirlos.
“ ... a quien obedecerán los pueblos “
Génesis 49, 10
“ A pesar de todo no se hunden los sólidos cimientos puestos por DIOS“
2 Timoteo 2, 19
“ Pero el Señor sabe librar de la prueba a sus servidores y reserva a los malos para castigarlos el día del juicio.
En especial esto vale para esa gente que corre tras los peores deseos de su naturaleza Y DESPRECIA LA AUTORIDAD...”
2 Pedro 2, 9-10
”Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los albañiles;”
Salmo 127, 1


He aquí una pequeña muestra de las 33.800+ denominaciones no católicas con su fecha de fundación:
1521, Martín Lutero inició a los Luteranos cuando se separó de la única Iglesia verdadera que ya había existido por 15 siglos. Antes de este momento, la falsa doctrina de “Sola Scriptura”,
o “ solo la Biblia”, no había existido, como tampoco la falsa doctrina hecha por el hombre de la “ Interpretación Individual” de la Sagrada Escritura.
1521, Tomas Munzer comenzó a los Anabaptistas al salirse del Luteranismo en el mismo año.
1534, el Rey Enrique VIII fundó la Iglesia de Inglaterra (Anglicanos),
1536, Juan Calvino enseño la predestinación y formó a los Calvinistas.
1560, Juan Knox, quien estudió bajo Lutero, comenzó los Presbiterianos.
1582, los Congresionalistas de Rob Brown se formaron como una rama de los Puritanos.
1609, Juan Smyth inició a los Bautistas, y estos se han dividido enormemente desde entonces.
1739, Juan Wesley comenzó a los Metodistas, al separarse de los Anglicanos.
1774, Teofilo Lindley comenzó a los Unitarios. .
1789, Samuel Seabury formó los Episcopales.
1793 – 1809, las Iglesias de Cristo tuvieron a cuatro fundadores diferentes.
1830, José Smith formó a los Mormones en Palmyra, Nueva York.
1860, William Miller, un campesino, inició a los Adventistas.
1863, Ellen Gould White comenzó a los Adventistas del Séptimo Día.
1865, William Booth inició la Armada de Salvación.
1875, la Nueva Era fue fundada por Elena Blavatsky. *Col. 2; 8
1879, Mary Baker Eddy instituyó la Ciencia Cristiana.
1879, Carlos Russell fundó a los Testigos de Jehová.
1895, French Abbe, Alfred Loisy y un jesuita inglés, Gorge Tyrrell fundaron el Modernismo.
1900 – 1920, los Episcopales, Luterano, Presbiterianos y Metodistas conservadores formaron un consorcio y comenzaron el Fundamentalismo.
1901, comenzó el Pentecostalismo en Estados Unidos. Y desde entonces muchas otras iglesias independientes
1914, Felix Manalo inició la Iglesia en Cristo.
1930, las Iglesias Independientes de América (IIA) se formó con un consorcio de iglesias.
1952, L. Ron Hubbard comenzó la Iglesia de la Cienciología.
1965, Chuck Smith inició la Capilla del Calvario.
1968, se formaron los Discípulos de Cristo al separarse de las Iglesias de Cristo.
1974, Ken Gullickson inició la Hermandad de la Viña Cristiana.
En el siglo XX, la Asamblea de Dios y otras separaciones de grupos pentecostales forman cientos de nuevas sectas fundadas solo por hombres.
¿ DIOS examinó y aprobó los planes de todas, o de al menos una, de estas separaciones en el Cuerpo de Cristo?
“ No actuarán cada cual según le dé la gana;“
Deuteronomio 12, 8; Jueces 17,6; Jueces 21,25
No es esta la mentalidad de la gente hoy?
"Haré lo mio"
"Lo que se siente bien, es lo correcto para mi."
"No importa a que Iglesia pertenezco."
La opinión personal no tiene nada que ver con la verdad doctrinal.
“¿Ha sido Cristo dividido?”
1 Corintios 1, 13
¿ Sí hubiera una sola Iglesia entonces Él no estaría dividido, verdad?
“ El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.”
Mateo 12, 30
“ Jesús sabía lo que estaban pensando, y les dijo, “ Todo reino que se divide, corre a la ruina; no hay ciudad o familia que pueda durar con luchas internas. Si Satanás expulsa a Satanás, está dividido; ¿cómo podrá mantenerse su reino? “”
Mateo 12, 25 – 26
¿ No es esto lo que esta sucediendo en las comunidades eclesiales no católicas? Ellas están explotando, hacia dentro, debido a estas interminables particiones. Las divisiones se están poniendo cada vez más pequeñas y más pequeñas, y eventualmente si esto se mantiene, cada miembro será su propia comunidad.
¿ Algunas de estas personas recibieron autoridad de DIOS para formar su propia comunidad eclesial?
¿ Algunas de estas personas recibieron autoridad de la Sagrada Escritura para formar su propia comunidad eclesial?
“ Pues bien, aquí estoy yo contra los profetas - oráculo de Yahveh - que se roban mis palabras el uno al otro. Aquí estoy yo contra los profetas - oráculo de Yahveh - que usan de su lengua y emiten oráculo. Aquí estoy yo contra los profetas que profetizan falsos sueños - oráculo de Yahveh - y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus falsedades y su presunción, cuando yo ni les he enviado ni dado órdenes, y ellos de ningún provecho han sido para este pueblo - dijo el Señor."
Jeremias 23,30-32
“ Así como hubo falsos profetas en el pueblo de Israel, también entre ustedes habrá falsos maestros. Introducirán novedades dañinas, pero sin tardar se perderán por renegar del Maestro que los rescató. Muchos imitarán sus vicios, y por su culpa será desprestigiado el camino de la verdad.“
2 Pedro 2, 1 –2
“Esos hombres son como animales irracionales, que vienen a la vida para ser capturados y muertos. Después de haber injuriado lo que no pueden entender, terminarán como animales y recibirán lo merecido por su maldad...“
2 Pedro 2, 12 - 13
¿ Cuantos no católicos han injuriado a los católicos por sus creencias sin ni siquiera tratar de entenderlos?
“Son descontentos y frustrados que sólo tratan de satisfacer sus pasiones; su boca está llena de palabras altisonantes y con ellas quieren impresionar a la gente para su propio provecho.
Pero ustedes, amadísimos, recuerden lo que los apóstoles de Cristo nuestro Señor les anunciaron. Ellos les decían que al final de los tiempos aparecerán hombres que se burlarán de todo y no tendrán en cuenta a Dios, sino que se dejarán llevar por sus pasiones. En la actualidad éstos son los que causan divisiones, se mueven en lo humano y no tienen el Espíritu.”
Judas 1, 16 – 19
“Hermanos, les ruego que tengan cuidado con esa gente que va provocando divisiones y dificultades, saliéndose de la doctrina que han aprendido. Aléjense de ellos. Esas personas no sirven a Cristo, nuestro Señor, sino a sus propios estómagos, engañando a los ingenuos con palabras bonitas y piadosas.“
Romanos 16, 17 – 18
“Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los albañiles;”
Salmo 127, 1
¿ Construyó el Señor algunas de estas casas presentadas arriba?



“ Y cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, los guiará en todos los caminos de la verdad.”
Juan 16, 13
La mayoría de las sectas declaran que el Espíritu Santo les esta “enseñando” a ellos la verdad. Sin embargo, tiene que haber una sola verdad. Desde el advenimiento de la Sola Scriptura y la interpretación individual de la Escritura, ¿ como puede estar el Espíritu Santo en cada una de las miles de sectas, enseñándoles a todas puntos de vistas opuestos? Se debe hacer notar que todas de las denominaciones enseñan de la misma Biblia, entonces, ¿por qué hay diferencias en la enseñanza?
¿ Cómo puede el Espíritu Santo decirle a los Luteranos que la Eucaristía es la verdadera presencia de Cristo, y luego decirle a los Bautistas que es solo un símbolo?
¿ Cómo puede el Espíritu Santo decir a los Metodistas que esta bien tener ministros femeninos y decirle a los Bautistas que no es bíblico?
¿ Cómo puede el Espíritu Santo decir a los Adventistas de Séptimo Día que el sábado es el día de adoración y luego decirle a los Presbiterianos que el día de adoración es el domingo y no el sábado.
¿ Cómo puede el Espíritu Santo decir a los Luteranos que la Bendita Virgen María fue y sigue siendo virgen, y después decirle a los Bautistas que ella tubo otros hijos?
¿ Cómo puede el Espíritu Santo decir a los Bautistas, “una vez salvo siempre salvo”, y decirle a la Iglesia de Cristo que la doctrina Sola Fides no esta en la escritura?
¿ Cómo puede el Espíritu Santo decir a los Episcopales que bauticen a los infantes y luego a los Pentecostales, que el bautismo de infantes es invalido?
¿ Cómo puede el Espíritu Santo decir a los Mormones que la Santísima Trinidad son tres personas separadas, y luego a los Metodistas, que la Trinidad son tres personas en un solo DIOS?
Podría hacer una lista mucho más larga que la de arriba, porque cada doctrina teológica, excepto la existencia de DIOS, que es enseñada por una iglesia no católica es negada por otra. ¿ Qué nos muestra esto, sino que el total y confuso caos, en el desenlace de la reforma?
¿Quién, en todas las comunidades eclesiales no católicas, tiene la autoridad para adjudicar las muchas disputas doctrinales que han surgido entre ellos?
¿Puede alguien contestar esta?
¿ No parece esto es una reminiscencia de la historia de la Torre de Babel en Génesis 11, 1 –9, la cual produjo consecuencias similares?
"No temas, que contigo estoy yo; no receles, que yo soy tu Dios. Yo te he
robustecido y te he ayudado, y te tengo asido con mi diestra justiciera. ¡Oh! Se avergonzarán y confundirán (divididos en 33,800 piezas talvez?) todos los abrasados en ira contra ti. Serán como nada y perecerán los que buscan querella."
Isaias 41:10-11
"Te harán la guerra, mas no podrán contigo, pues contigo estoy yo, dijo el Señor, para salvarte."
Jeremias 1,19
“ Entonces atravesarán mares y recorrerán la tierra desde el norte hasta oriente buscando la palabra de Yavé, pero no la encontrarán. ”
Amos 8, 12
“ El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.”
Mateo 12, 30
¿ Qué quiere decir este versículo? Significa que Jesús es el que recoge (Juan 10, 16) y aquellos que están en contra desparraman. ¿Quiénes son aquí los que desparraman? ¿ No son estos los fundadores de las 33.800 sectas, los que han dividido y diseminado el rebaño?
“ ¡Ay de esos pastores que pierden y dispersan las ovejas de mis praderas!“
Jeremías 23, 1
¿Quién es el “autor de la confusión” y quién no?
¿Se acordó de 1 Corintios 14, 33?
¿Tienen conciencia los que dicen, “ el Espíritu Santo me mueve”, que en verdad es uno de los tres espíritus, los que en verdad los están “moviendo“?
Ellos son:
El Espíritu Santo.
El espíritu humano dentro de cada uno de nosotros.
Un espíritu malvado o demoníaco.
Se deben discernir estos tres espíritus, así como también estamos obligados por la Sagrada Escritura de evaluar todos los espíritus.
“ Queridos míos, no se fíen de cualquier inspiración. Examinen los espíritus para ver si vienen de Dios, porque andan por el mundo muchos falsos profetas.“
1 Juan 4, 1
Este examen se puede hacer fácilmente ya que tenemos la Palabra de Dios con la cual podemos discernir los espíritus. Sí el impulso es contrario a la enseñanza de la Sagrada Escritura, entonces seguramente, NO viene del Espíritu Santo; lo que nos deja con solo dos opciones, de las cuales ninguna es de DIOS.
“En cambio, si un inspirado no reconoce a Jesús, ese espíritu no es de Dios; es el mismo espíritu del Anticristo. Han oído que vendría un Anticristo pues bien, ya está en el mundo.
1 Juan 4, 3
¿Yo diría que este versículo es ignorado completamente por aquellos que dividen a Jesús al formar su propia comunidad eclesial, verdad? ¿No prueba esto que ellos no siguen la Sagrada Escritura? ¿No es más como que “impresionan a la gente para su propio provecho” como se mostró anteriormente en Judas 1, 16?
En la Epístola de San Pablo a los Efesios 1, 22–23, cuando el menciona el “Cuerpo”, se refiere al Cuerpo de Cristo, Su sola y única Iglesia.
“ Dios colocó todo bajo sus pies, y lo constituyó Cabeza de la Iglesia. Ella es su cuerpo y en ella despliega su plenitud, Él que lo llena todo en todos.“
En Efesios 4, 4 – 6, Pablo dijo, “ Un Cuerpo (queriendo decir UNA sola Iglesia), Un Espíritu,... Un Señor, Una Fe, Un Bautismo, Un DIOS y Padre de todos...”
¿ Las comunidades eclesiales antes mencionadas, fundadas solo por hombres o mujeres, fueron criaturas de DIOS?
¿Algunas de estas personas tenían la autoridad bíblica dada por DIOS para fundar una iglesia? ¿Por favor, el versículo bíblico?
¿Es el renegar de Juan 10, 16 y de Juan 17, 20 – 23 contrario a la enseñanza en la Sagrada Escritura? ¡Sí. Sí!
¿Es el renegar de Bottom of Form
Romanos 15, 5 – 6 ó 1Corintios 1, 10 ó Filipenses 1, 27 ó Efesios 4, 1 – 6 contrario a la Sagrada Escritura? ¡ Sí, sí, sí y sí, este seguro sí!
Podemos deducir con confianza, que sí el espíritu que acabamos de examinar no es del Espíritu Santo, entonces, tiene que ser una de las otras dos opciones que quedan, los cuales son espíritus del falso profeta.


A continuación presento algunas citas de los Padres de la Iglesia Primitiva. Le sugiero que lea esta recopilación antes de continuar.

“Debido a las repentinas y repetidas calamidades e infortunios que nos han caído, creemos que hemos sido algo tardíos en volver nuestra atención a los asuntos que se disputan entre ustedes; amadísimos, especialmente esa abominable e impía sedición, totalmente aberrante y extraña a los elegidos de DIOS. La cual ha inflamado unas pocas desconsideradas y voluntariosas personas, llegando a tal punto, que el venerable e ilustre nombre de ustedes, digno de ser amado por todos los hombres, ha sido altamente difamado.” San Clemente de Roma, el cuarto Obispo de Roma
(88 – 97 D.C)… Carta a los Corintios, 97 D.C….

“No se equivoquen, hermanos míos; si alguno sigue a uno que hace un cisma en la Iglesia, no heredará el Reino de Dios.”
San Ignacio de Antioquia...
Epístola a los Filadelfios, cap. III, 105 D. C.
“Por lo tanto es inevitable que, los herejes antes mencionados, como están ciegos a la verdad, vayan por caminos diferentes y extraviados, y por esto los vestigios de sus doctrinas están todos diseminados sin acuerdo ni conexión.”
San Ireneo...
Contra las Herejías, 5, 20, 1, J257, 180 D. C.
“ No tengo suficiente tiempo en el día para mencionar los nombres de todas las diferente sectas de los herejes.”
San Ambrosio de Milán...
El Misterio de la Encarnación de Señor, 5, 35, 382 D. C.
“Los herejes se condenan por sí mismos, ya que ellos por su propia escogencia se retiran de la Iglesia, un retiro con el cual, como están conscientes de ello, constituye la condenación.”
San Jerónimo...
Comentarios sobre la Epístola a Tito, 3, 10, J1371a, 386 D. C.
“ Hagamos notar que cada tradición, enseñanza y fe de la Iglesia Católica, que nos dio el Señor, desde el comienzo, fueron predicadas por los Apóstoles y fueron preservadas por los Padres. Sobre esto se fundó la Iglesia; y si alguien se aparta de ello, en adelante ni es ni debe continuar siendo llamado cristiano.”
San Atanasio...
Carta a Serapio, 359 D. C.
“Por lo tanto, solo la Iglesia Católica mantiene la verdadera adoración. Esta es la fuente de la verdad, el domicilio de la fe, el templo de DIOS. Todo aquel que no entre en ella y que no salga de aquí, es un extraño a la esperanza de la vida y la salvación... Porque, aunque, todos los diferentes grupos de herejes están confiados en que ellos son los Cristianos, y piensan que la de ellos es la Iglesia Católica, que se sepa: que la verdadera Iglesia, es aquella en la que hay confesión y penitencia, y la que toma un cuidado integral de los pecados y las heridas a los cuales está sujeta la débil carne.”
Lactancio...
Las Instituciones Divinas, 304 D. C.
“La Iglesia, instituida por el Señor y confirmada por los Apóstoles, es una para todos los hombres; pero, el franco desatino de los diversos actos impíos de las sectas las han cortado de ella. No se puede negar que este desgarramiento de la fe, en todas direcciones, ha surgido del defecto de una pobre inteligencia, la cual tuerce lo que lee para conformarlo a su opinión, en lugar de ajustar su opinión al significado de lo que lee. Sin embargo, mientras que los partidos individuales pelean entre ellos, la Iglesia se mantiene revelada no solo por su propia doctrina sino por la de sus adversarios. Y aunque todos están concertados en contra de ella, ella refuta el más maligno error que todas ellas comparten, por el mismo hecho de que ella es sola y Una. Por lo tanto, todos los herejes vienen en contra de la Iglesia; pero, mientras todos los herejes se pueden conquistar unos a otros, no pueden ganar nada por sí mismos. Porque la victoria de ellas es el triunfo de la Iglesia, sobre todas ellas. Una herejía lucha contra las enseñanzas de otra, la cual la fe de la Iglesia ya ha condenado, en la otra herejía, porque no hay nada que los herejes tengan en común, y el resultado es que ellos afirman nuestra fe mientras se pelean entre ellos.”
San Hilario de Poitiers...
La Trinidad, 7, 4, 356 D. C.
“ No hay nada nuevo bajo el sol.”
¿ Se acuerdan del Esclesiates 1, 10?
“Si el Señor no construye la casa,
en vano trabajan los albañiles;”
Salmo 127, 1



San Cipriano de Cartago (200 – 258 D. C.) dijo en:
La Unidad de la Iglesia Católica (251 D. C.)
Capítulo 7, La Túnica sin Costuras.
“Este sacramento de unidad, este vínculo de concordia inviolada y sin rasgadura, es también representado por la túnica del Señor Jesucristo. Como leemos en el Evangelio, ella no fue dividida, ni de modo alguno, rasgada, sino sorteada. Esto quiere decir que quien se pone la vestidura de Cristo y tiene la dicha de revestirse del propio Cristo [Rom 13. 14; Gal 3, 27], debe recibirla toda entera y poseerla intacta y sin división.
Dice la divina Escritura: ‘En cuanto a la túnica de Jesús que era sin costuras, de una sola pieza, decidieron: ‘No la rompamos, más bien echémosla a la suerte, a ver de quien será’(Jn 19, 23-24). La unidad de la túnica venía de arriba – en nuestro caso, del cielo y del Padre celestial. Aquel que la recibía y guardaba no podía rasgarla de ningún modo, de hecho, ella era resistente y sólida por estar constituida de forma inseparable.
No puede poseer la vestidura de Cristo aquel que rasga y divide a la Iglesia de Cristo.
Sucedió lo contrario cuando murió Salomón, cuando su reino y su pueblo debían ser divididos. El profeta Ajiás fue al encuentro del rey Jeroboan en el campo, cortó su manto en doce partes y dijo: ‘toma para ti diez partes, porque así dice el Señor: Voy a dividir el reino de Salomón, a ti te daré diez tribus y a Salomón le dejaré solamente una tribu, para cumplir mis promesas a David y porque Jerusalén es la ciudad que me elegí entre todas las tribus de Israel.’ (1 Re 11, 30-36). Para separar las doce tribus de Israel, el profeta dividió su manto.
Mas el pueblo de Cristo no puede ser dividido, y por eso su túnica, que es un todo hecho de un solo tejido, no fue dividida por aquellos que la debían poseer. Y quedó solo una, bien firme en su contextura, ella muestra la unión y la concordia de nuestro pueblo, esto es, de aquellos que son revestidos de Cristo. Por esta señal sagrada de su vestidura, proclamó la unidad de la iglesia.”
(traducción literal de la versión original en Portugués)
“Si el Señor no construye la casa,
en vano trabajan los albañiles;”
Salmo 127, 1



Otras interesantes explicaciones hechas por Martín Lutero...
Sobre la Santísima Virgen María...
“ El gran asunto no es otro, que el de que ella se convirtió en la Madre de DIOS; en cuyo proceso se dispensaron tantos y tan grandes dones sobre ella que nadie puede comprenderlos. En consecuencia, sigue todo el honor, toda la santidad y el hecho de que en toda la raza del hombre, solo una persona esta por encima del resto, una a la que ninguno es igual. Por esta razón su dignidad esta concentrada en una sola frase, cuando la llamamos Madre de Dios; nadie puede decir mayores cosas de ella o a ella, aunque tuviera tantas lenguas como hojas de grama, como estrellas en el cielo y como arenas en las orillas del mar. También se debe meditar en el corazón sobre lo que significa el ser la Madre de DIOS.”
Die Erklarung des Magnificat – 1521.
Los primeros protestantes amaban y honraban a la Santísima Virgen María, la Madre de DIOS, así como lo hicieron los otros reformadores. ¿ Por qué el protestantismo se ha alejado de la enseñanza de sus fundadores?

Escrito por Bob Stanley, Abril 30, 2001
Actualizado Julio 22, 2001
Muchas gracias a los aportes de Terri Osborn, Jess Romero y Tim Staples.
Traducido por la Lic. Mayra Vega
 
Los primeros protestantes amaban y honraban a la Santísima Virgen María, la Madre de DIOS, así como lo hicieron los otros reformadores. ¿ Por qué el protestantismo se ha alejado de la enseñanza de sus fundadores?


Lutero todavía llevaba el veneno de Roma.


El protestantismo, se acerca a la Escritura, y en la Escritura NO HAY UN SOLO INDICIO de honrar a María, la bienaventurada mujer que dió a luz a Jesucristo.
 
Al menos podría usted citar la fuente......entrará a debatir punto por punto si le contestamos, o es pura basura propagandística romanista.
 
...Los primeros protestantes amaban y honraban a la Santísima Virgen María, la Madre de DIOS, así como lo hicieron los otros reformadores. ¿ Por qué el protestantismo se ha alejado de la enseñanza de sus fundadores?....

Porque hacemos lo mismo que el Apostol Juan (vuestro 'famoso hijo' al pié de la Cruz) que escribió nada menos que cinco libros que están en la Biblia y le hizo un 'salvaje' ignore a Maria que raya lo escandaloso en detrimento de las doctrinas católicas....

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Apocalipsis 12:1

Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del
sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce
estrellas sobre su cabeza.
 
Me alegra enormemente que me diga que la mujer de Apocalipsis 12, puede ser María, la madre de Jesús, ya que así usted me estaría reconociendo un asunto insalvable entre las enseñanzas católicas y lo que expresa claramente la Palabra de Dios, y sería que María tuvo más hijos aparte de Jesús; fíjese lo que se nos dice en Apocalipsis 12:17.

Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra CONTRA EL RESTO DE LA DESCENDENCIA DE ELLA, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo..

¿Sigue usted creyendo que María es la mujer de Apocalipsis?; yo le digo que no, ya que hay una analogía entre las doce estrellas y el sueño de José, ¿lo recuerda?, el significado era y es cada uno de los hijos de Jacob (Israel), y por tanto la mujer es una alusión clarísima al pueblo de Israel.

Fíjese además en el versículo 14:

Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.

Es curiosa la coincidencia con Daniel 12:7

Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y CUANDO SE ACABE LA DISPERSIÓN DEL PODER DEL PUEBLO SANTO, todas estas cosas serán cumplidas.

¿Sabe usted que pueblo es el pueblo santo? , ni más ni menos que Israel.

¡¡¡QUE GRAN COINCIDENCIA !!!!

También es digno de notar y de que busque en su Biblia, todas las veces que Israel es comparada con una mujer con dolores de parto: Miqueas 4:10, Oseas 13:13, Isaias 13:8, 26:17.


En fín, creo que le he demostrado con suficientes textos bíblicos que la mujer de Apocalipsis 12 es Israel y no María; si usted prefiere seguir creyendo a “su manera”, yo por lo menos ya le he explicado con claridad el asunto.
 
Originalmente enviado por: Xandros
Apocalipsis 12:1

Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del
sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce
estrellas sobre su cabeza.

Calamitosa respuesta (ver el aporte de Maripaz) que por descontado no responde a mis argumentos.
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1) La mujer es madre, pues se encuentra a punto de dar a luz. Su descendencia son los creyentes.

"Haré que tu y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia" (Gén. 3, 15).

2) Que esté vestida de sol, símbolo de luz, calor y vida, puede muy bien representar su calidad divina. ¿Qué otras visiones contenidas en la Biblia conceden esos atributos a otra persona?

"El es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es" ( Hebreos 1,3).

3) La luna debajo de sus pies bien podría indicar que ha vencido su calidad material femenina (representa la menstruación en las mujeres) así como Cristo venció al mundo.

4) Y como corona, sobre su cabeza, doce estrellas que pueden simbolizar dos cosas sin que éstas sean excluyentes: Las doce tribus de Israel y los doce apóstoles de Jesús.
 
Originalmente enviado por: Xandros
1) La mujer es madre, pues se encuentra a punto de dar a luz. Su descendencia son los creyentes.

"Haré que tu y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia" (Gén. 3, 15).

2) Que esté vestida de sol, símbolo de luz, calor y vida, puede muy bien representar su calidad divina. ¿Qué otras visiones contenidas en la Biblia conceden esos atributos a otra persona?

"El es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es" ( Hebreos 1,3).

3) La luna debajo de sus pies bien podría indicar que ha vencido su calidad material femenina (representa la menstruación en las mujeres) así como Cristo venció al mundo.

4) Y como corona, sobre su cabeza, doce estrellas que pueden simbolizar dos cosas sin que éstas sean excluyentes: Las doce tribus de Israel y los doce apóstoles de Jesús.



Puede, PODRÍA, pueden...

Tan solo SUPOSICIONES, aquí, presentamos EVIDENCIAS....y si no sabe debatir y tan solo copia de otros lugares, le recomiendo que estudie, aprenda y luego venga a debatir con conocimiento de lo que afirma.


¿Calidad DIVINA? ¿está usted diciendo que María es DIVINA?
 
Bienvenidos.

Bienvenidos.

¡Esto se anima!
Gracias a Dios hay Católicos mas preparados que yo, en este foro. Esto es bueno y creo que servirá para poder clarificar un poco el ambiente.
Ya pensaba que estaba solo aquí.
¡De acuerdo con tu escrito, XANDROS!

Que Dios nos bendiga a todos.
 
roma



¿y tu le llamas "preparados" a copiar de otros lugares, sin razonar?


este forista, hasta ahora nada ha aportado de su cosecha personal, tan solo copia y pega de otras webs, ¿necesito demostrartelo, o no sabes usar los buscadores?


¿tu también crees que Maria es DIVINA?
 
LA VERDAD SOBRE MARÍA



La figura de María (Myriam, nombre original hebreo) ha sido durante décadas, durante siglos, una de las más destacadas, controversiales y más mal interpretadas de toda la historia bíblica. En este breve y conciso estudio se pretende delinear los rasgos verdaderos a la luz de la Palabra de Dios, de la mujer en la cual los ojos del Eterno se posaron para cumplir la misión profética más importante de la historia para mujer alguna: llevar en su seno al futuro Mesías y Salvador de la humanidad, Jesús, (Yeshua, nombre original hebreo) el Hijo de Dios.

Profecía en el Antiguo Testamento (Tanak en hebreo)

Toda la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis presenta un cuadro profético del plan de El Señor para salvar al hombre a través de una persona específica y de la fe en ella: Jesús el Mesías. (Lc 24:27, 44; Jn 1:45, 5:46). Debemos partir de esto para no perder el rumbo (como lastimosamente ocurrió) y pecar contra el Nombre (HaShem, en hebreo) del Altísimo.

La esperanza judía de liberación se centraba en la promesa de la venida del Rey, hijo de David, el Mesías el cual había sido anunciado por boca de los profetas

“Saldrá una vara del tronco de Isaí y un vástago retoñará de sus raíces” Is 11:1

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Elohim Tsebaot hará esto”. Is 9: 6-7


Después de cumplidas las profecías con la llegada de Jesús el Mesías anunciado, se comenzaron a predicar las Buenas Nuevas (evangelio en griego) del Reinado de Dios en su Nombre y TODOS los apóstoles predicaron la salvación por la fe en Jesucristo y SOLO en Él.

La persona central en el Nuevo Testamento (Brit Hadasha, en hebreo) es Jesús el Mesías y NINGÚN personaje tiene más relevancia (junto con Dios el Padre y el Espíritu Santo) porque Él es el centro de la predicación.

Ahora bien, ¿podremos decir que las profecías del Antiguo Testamento no contienen referencias a María dentro de ese plan diseñado por Dios para la salvación del hombre?

Como ya se ha dicho, las palabras dadas a los profetas de Israel eran para anunciar la venida del Mesías que restauraría la nación y por lo tanto cualquier referencia a la madre de Jesús se hace en base a su cumplimiento mesiánico y no mariano.

Génesis 3:15

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”

El contexto de este pasaje es ya conocido: El Señor ha descubierto la desobediencia de Adán y de Eva al comer el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal y está dictando sentencia por haber quebrantado su mandato. La primera sentencia que se escucha de labios de Dios es contra la serpiente que engañó a Eva para que comiese de aquel fruto: “Y Elohim (Dios) dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida” (Gn 3:14). La misma Biblia desvela al autor disfrazado en la piel de la serpiente que engañó a la mujer: “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero…” (Apocalipsis 12:9 a). Así, Satán utilizando la astucia de la serpiente logró que el ser humano perdiera su comunión con su Creador y no sólo engañó a Eva sino como lo dice el apóstol Juan (Yohanan en hebreo) “…al mundo entero” también.

La enseñanza tradicional de la Iglesia Católica presenta este pasaje como referido a María que aplasta la cabeza de Satanás y esta escena es representada en varias imágenes, estatuas y estampas. Se cita a menudo este pasaje en círculos católicos para justificar la invocación del nombre de María en sesiones de liberación y se cree que a través de ella se logró o se logra la victoria sobre el Adversario. Pero al hacer una correcta interpretación y traducción del pasaje no es posible hacer una justificación de tales aseveraciones.

Vemos que la lucha será entre las simientes de la serpiente y de la mujer, no entre ellas directamente.

La palabra hebrea para simiente es masculina y no femenina haciendo referencia a que no será la mujer quien aplaste la cabeza de Satán. Es más, en una versión católica de la Biblia este pasaje es citado así:

“Yo pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; él te aplastará la cabeza y tú solo tocarás su calcañar” (Tomado de La Biblia para el Pueblo de Dios).

La correcta interpretación del pasaje sería: “Y pondré enemistad (rivalidad perpetua) entre ti (serpiente) y la mujer (Eva) y entre tu simiente (Satán) y la simiente suya (el Mesías); ésta (la simiente de la mujer) te herirá en la cabeza (herida mortal) y tú le herirás en el calcañar (herida pasajera)”. De la sola interpretación del pasaje es claro ver que Dios prometió un descendiente a través de la mujer que fue engañada y que tentó al hombre (Adán) para que desobedeciera a El Señor, y que por medio de él se propinaría una herida mortal al Adversario. Es la primera mención profética de una futura redención para la humanidad. El Señor mismo utilizará a la mujer para traer la salvación (Yeshua) del pecado que fue introducido por la desobediencia de la misma mujer. Más adelante ahondaremos en este aspecto.

Isaías 7:14

“Por tanto , el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel”

Nuevamente ponemos relevancia a leer detenidamente las citas bíblicas. Es un claro pasaje de visión mesiánica y como tal lo han interpretado las tradiciones judías. El personaje central no es la virgen (almah en hebreo) sino su hijo, el llamado Emanuel (Dios con nosotros). La señal sería que el Emanuel nacería de una virgen (almah) y como tal, Mateo (Mattityahu en hebreo) lo vió cumplido en Jesús (Mt 1:22-23). La palabra almah traduce doncella, mujer joven, lo que pondría en entredicho su traducción como virgen, pero al hacer un examen del significado profundo revela que se trata de una muchacha en edad temprana, que no ha conocido varón.

“La palabra hebrea para virgen es Betulah… En Génesis 24:16 dice: “Y la doncella era de aspecto muy hermoso, virgen…”. La Torah (el Antiguo Testamento hebreo) dice. “Betulah, ve silo yadaa” que quiere decir: “Una virgen la cual a ningún hombre ha conocido”.

En ese mismo capítulo, en el versículo 43, Rebeca es descrita como “ha almah ha yotzet lishov” que quiere decir: ”La virgen (almah) que venga para sacar agua”. En el versículo 16 de Génesis 24 se le dice a Rebeca Betulah y en el versículo 43 se le dice Almah lo que quiere decir que ambos son sinónimos (Virgen).

Según la regla de interpretación bíblica llamada GEZEIRA SHAVA, la cual se encarga de resolver pasajes difíciles dice:

Otra palabra explica otra que no es clara de entender y aunque no sea necesariamente la misma, siempre y cuando las dos palabras sean aplicadas para describir un mismo caso o circunstancia, dichas palabras llegan a ser entendidas como similares. Tal es el caso de BETULAH y ALMAH”. (Tomado del estudio Betulah y Almah del rabino judío mesiánico Edrey Brito en Mesiánicos.com 2001).

El cumplimiento se realizó cuando el Espíritu Santo se posó sobre María (Myriam) y sin intervención de hombre concibió un hijo cuyo nombre es Yeshua (YHVH salva). (Mt 1:18-25). Tal interpretación nos lleva a concluir que el Mesías tuvo un nacimiento sobrenatural al nacer de una joven virgen por intervención del Espíritu Santo y que esa almah era María. Por lo tanto quien no reconozca el nacimiento virginal de Jesús (consecuentemente, la virginidad de María) no se ha apegado a la palabra bíblica. De este hecho estudiaremos más adelante varias implicaciones que ponen bíblicamente en entredicho algunos dogmas marianos.

La verdad revela la falsedad

En el mundo, principalmente el Occidental se ve un fenómeno arraigado y en crecimiento continuo: la “veneración” de María. Se habla de una aparición aquí y otra allá, catástrofes profetizadas, refugio en su inmaculado corazón, protección del brazo justiciero de Dios en ella, se promulgan consagraciones de aldeas, pueblos, ciudades, naciones y hasta del mundo a su nombre, conjuntamente con dogmas nuevos que reafirman las creencias populares, círculos carismáticos presentan videntes tomados por la “señora” profetizando y se usa su intercesión para guardar hijos, bienes (bien o mal habidos), para empujar las almas de difuntos que se encuentran en el “purgatorio” hacia el cielo, para sanar enfermos, expulsar demonios y para acercarnos más a Jesús y a Dios el Padre!

Y ante semejante cúmulo de “santas” actividades ¿alguno de esos devotos (muchos que sinceramente buscan al Señor) se han detenido a ojear las páginas del Único Libro que Dios dejó para que fuera “lámpara a nuestros pies” (Salmo 119:105), las Sagradas Escrituras “las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Tim 3:15) y así constatar si tal veneración es de acuerdo a los propósitos de Dios y constituye un camino viable para acercarse a Él? Obviamente, algunos que lean esto, dirán “por supuesto” sosteniendo que se trata de la madre de nuestro Señor quien habla y que por lo tanto hasta milagros puede hacer. Bueno, pero ese argumento presenta ciertas deficiencias: en primer lugar no es un argumento bíblico, del cual hablaremos más adelante, en segundo lugar se da por sentado algo que enseñaron quienes se ven como los representantes reales de Dios en la tierra pero nunca se constató si correspondían a lo enseñado por la santa Palabra del Señor y tercero se nació en una cultura que desde pequeños nos marcó con moldes y patrones religiosos (la religión de nuestros abuelos) y por lo tanto es normal considerar como de Dios algo que lo aparenta.

Un viejo refrán popular dice: “las apariencias engañan” y otro”no todo lo que brilla es oro”.

Desde que nuestro Salvador Jesucristo ascendió al cielo y se sentó a la diestra de Dios Padre (Heb 12:2), los apóstoles predicaron un SOLO evangelio, Pedro (Kefas, en hebreo) predicó un SOLO evangelio, Juan (Yohanan, en hebreo) predicó un SOLO evangelio, Santiago (Yacob, en hebreo) predicó un SOLO evangelio, Pablo (S’aul en hebreo) predicó un SOLO evangelio, en las primeras comunidades cristianas se predicó un SOLO evangelio y hoy… penosamente se predican MUCHOS evangelios.

Pablo escribe “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo” (Gálatas 1:6-7) (cursivas del autor).

Hay un SOLO evangelio y éste es Yeshua (Jesús) y se le puede conocer al permitirle al Espíritu Santo lo revele a los corazones por medio de las Escrituras, pues son ellas el medio objetivo por el cual el creyente juzga si es de Dios o no. “La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia” (Sal 119:160) “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8:32) La verdad es Jesús el Mesías (Jn14:6).

La figura de María en el Nuevo Testamento

La primera alusión que se hace de María (Myriam) en el Nuevo Testamento es en referencia a la genealogía de Jesús(Yeshua) que muestra que Él desciende de Abraham y del rey David (Mt1:1). Mateo 1:16 dice “Y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo” Bíblicamente, María es en primer lugar esposa de José y madre del Mesías (Cristo es una palabra griega que significa Ungido lo mismo que la hebrea Mesías). Ni en esta, ni en la genealogía que recoge Lucas (Lc 3:23-38),ni en ningún otro pasaje de la Biblia se nombran los padres de María (que según la tradición católica se llamaron Joaquín y Ana) y nunca se habla de su lugar de nacimiento aunque era judía de nacimiento, por consiguiente Jesús era judío pues según la Ley todo aquel que tuviera como madre a una mujer judía era considerado judío aunque su padre fuera un gentil (goi, en hebreo significa gentil, no nacido judío).

La segunda cita en Mateo es el versículo 18 del mismo capítulo: “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes de que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo”.

En las tradiciones judías se acostumbraba realizar una ceremonia de compromiso en la que el novio tomaba como suya a la novia pero aún no podía compartir el lecho con ella hasta una nueva ceremonia, pero tal compromiso era concluyente e irrevocable. En este momento es cuando el Santo Espíritu concibe en ella a Jesús. Por lo tanto es iniciativa divina el formar al Mesías, el Verbo encarnado en el vientre de esta mujer virgen que aunque desposada aún no había compartido la intimidad con su esposo que al enterarse del embarazo su primera reacción fue rechazarla aunque tenía derecho de repudiarla públicamente y pedir su muerte por adúltera (ver Levítico 20:10). Sólo la intervención de un ángel del Señor hizo que José comprendiera que su mujer concebiría un hijo por intervención del Espíritu Santo.(v.20) Describamos este anuncio desde la perspectiva de Lucas:

Lc1:26 “Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret”.

Dios no hace nada sin anunciarlo primero; Él no violentaría la voluntad de María por eso manda al ángel Gabriel a la ciudad donde ella vive: Nazaret de Galilea.

Lc1:28-27 “Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo:¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vió, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta”. El ángel saluda y la llama muy favorecida. Ella ha recibido un favor, un regalo, un don que aún desconoce. Segundo declara que el Señor, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob se encuentra con ella. Y Tercero la llama bendita entre las mujeres. Entre todas las mujeres del mundo en ese entonces, Dios se fijó en ella para depositar dentro de sí a su Amado Hijo. Por eso es bendita, no por ella sino porque Dios está con ella, así como entre todos los pueblos de la Tierra eligió uno para dar a conocer su Nombre: Israel que es llamado un pueblo santo (kadosh en hebreo. Significa apartado consagrado)no por que fuera un pueblo obediente y bueno sino porque era pertenencia del Santo(Lev 20:26; Dt 7:6).Naturalmente ella se inquietó ante la figura celestial que se le apareció y aún no entendía lo que el ángel decía. No se llenó de orgullo y dijo ¡Vaya, soy la mejor de todas las mujeres y Dios mismo tuvo que venir a decírmelo! Se nota ingenuidad y humildad.

Lc 1:30 “Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios”

Tuvo que haber algo que Dios hallase en María para que su gracia, su favor inmerecido cayera en esta joven judía, esencial para que el Hijo del Altísimo naciera de ella. Muchos piensan que Dios la guardó desde su nacimiento sin el pecado original y que al ser perfecta podía albergar en su vientre al Mesías. Es decir su perfección moral fue lo que vió El Señor para elegirla. De allí nace el dogma católico de la Inmaculada Concepción. Vamos a detenernos aquí unos instantes para que la verdad de la Palabra de Dios revele lo que los deseos humanos han querido imponer.

El dogma definido por el papa Pio IX el 8 de diciembre de 1854 en una bula (descrito como documento “pontificio” en materia de fe) “Ineffabilis Deus” (Dios Infalible) dice así: … “con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los santos apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, afirmamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatífica virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, salvador del género humano, está revelada por Dios” (Denzinger N° 1641) y el concilio vaticano II lo ratificó en su constitución “Lumen Gentium” (Luz de las gentes): “Finalmente la virgen inmaculada, dice, preservada inmune de toda mancha de culpa original…” ( LG 59).

Estudiemos estas declaraciones para profundizar en la verdad bíblica. En primer lugar vemos que es un dogma que nació casi 1800 años después de las revelaciones apostólicas y proféticas del primer siglo, tiempo demasiado largo y absurdo para que Dios revele algo nuevo (dado que la Revelación como tal se cerró con la muerte del apóstol Juan) y en lo cual no existía un consenso en todas las regiones y hasta teólogos católicos no reconocieron. El documento se titula Dios Infalible, y es cierto, Dios es infalible, Él no cambia en su parecer y todo es certero en Él, ¿pero acaso este documento se presenta como la infalible Palabra de Dios? No puede ser porque “TODA la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Tim 3:16). La misma Biblia dice que TODA ella es inspirada por Dios para 1. enseñar, 2. redargüir (refutar), 3. corregir y 4. instruir en justicia. La fuente de la doctrina es la Escritura y no las palabras de hombres aunque se consideren inspirados por Dios. Todo juicio debe estar sometido a la Palabra del Señor. Es más, el dogma se da según la “autoridad” de Jesucristo, y de los apóstoles Pedro y Pablo. En ninguna de sus declaraciones y escritos se menciona algo con respecto al dogma formulado. Pablo sólo hace una alusión a María, aunque no la llama por su nombre y no en referencia a sí misma sino al hecho de que el Mesías nació de una mujer (Gal 4:4) y Pedro nunca hace una alusión a ella. Tal afirmación del dogma no tiene bases escriturísticas en ninguno de aquellos a los que reconocen su autoridad.

Vayamos al fondo de la declaración. María, según ellos, fue preservada de la mancha del pecado original. ¿qué es el pecado original? En primer lugar no es un término que se encuentre en la Biblia. Según la iglesia Romana es un pecado que se trasmite por tener la naturaleza de Adán y que trae muerte al alma por eso se practica el bautismo a niños para así no “perderse el cielo”, otra desacertada doctrina que por ahora no estudiaremos. Veamos el texto bíblico en Romanos 5:12-15:

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero el don no fue como la trasgresión; porque si por la trasgresión de aquel murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo”.

El pecado entró por Adán y por consiguiente la muerte. Se constata que el pecado entró en todos porque todos los descendientes de Adán murieron, aunque el versículo 14 dice que no todos pecaron a la manera de Adán. Al ser descendientes de Adán TODOS los hombres nacemos con la semilla del pecado, esa tendencia a desobedecer la ley de Dios, es lo que Pablo llama “la ley del pecado en mis miembros” (Rom 7:23). Eso es el pecado original: la naturaleza pecaminosa heredada de Adán y no un pecado con el que todos nacemos. Este perdió su gloria, su posición, la imagen de Dios se desdibujó en él y finalmente murió, así nosotros.

He dicho semilla porque esa naturaleza pecaminosa se desarrolla como algo que tiene vida. “Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Stg 1:15) Si bien todos tenemos esa semilla hay un momento en que empieza a recoger su fruto; un niño no peca por cuanto la ley de Dios escrita en el corazón que es la conciencia no es entendible por él, no sabe qué es bueno y malo a nivel moral; sólo cuando empieza a tener conocimiento de tal ley es que esa semilla del pecado germina y lo obliga a ir en contra de su conciencia y de la ley escrita (la Torah en hebreo) del Señor. No hay edad fija pero el pecado está latente hasta que su alma se independiza y éste se desarrolla. María como descendiente de Adán poseía esta naturaleza pecaminosa y como tal estaba necesitada de redención, pero es posible que tal desarrollo del pecado en María no hubiese empezado o sus efectos eran pocos aún cuando concibió a Jesús. El término almah denota a una mujer muy joven, probablemente entre los 12 y 15 años. María aún conservaba la inocencia e ingenuidad de la edad infantil como los rasgos bíblicos suyos lo demuestran. Pero el que no fuera aún sometida del todo por el pecado no era la razón por la cual el Señor se fijó en ella. La Palabra de Dios enseña que “No hay justo, ni aun uno” (Rom 3:10) y “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Rom 3:23) y sólo uno es justo y libre de pecado “Porque no tenemos un sumo sacerdote (Jesucristo) que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Heb 4:15).

Algunos que defienden tal teoría de la inmaculada concepción de María sostendrían que al María ser tan pecadora como cualquiera de nosotros sería indigna para recibir al Señor Jesús en su vientre. Pero ¿alguien se cree digno de estar parado frente al Señor del universo? El Apocalipsis de Juan (Revelación 5:1-7) nos muestra que ni en todo el cielo de Dios, ni en la tierra ni debajo de ella se encontró a alguien digno de tomar de la mano de Dios el Padre el libro sellado; sólo el Cordero de Dios, Jesús el Mesías, fue hallado digno; ni el mismo ángel Gabriel que se le apareció a María, ni el arcángel Miguel, ni Pedro, ni Pablo ya muertos para ese entonces, y ni si menciona a la virgen madre de Jesús. Sólo Él.

De María le viene la naturaleza humana, nuestra semejanza, no la naturaleza pecaminosa; Jesús nació sin ella porque había sido engendrado desde lo Alto por el Espíritu Santo; la simiente era divina no humana, exenta de todo pecado. María nació de padres humanos, engendrada por un padre tan humano como Adán. Expliquemos esto. A Adán se le imputa y no a Eva que la semilla del pecado haya entrado al hombre, sobre Adán cayó la sentencia de Adonai (El Señor): “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” (Gen 3:17) a Eva la sentenció al dolor en su parto y el enseñoramiento del hombre sobre ella (v.16). Quien engendra es el hombre, no la mujer, en el pensamiento bíblico. La semilla del pecado viene del hombre y es transmitida por él. Yeshua (Jesús) al ser concebido en María no poseía esa tendencia natural humana al pecado porque su Padre era Dios mismo; la mujer aunque sea la más pecadora del mundo no puede transmitir esa semilla de pecado. A Dios no le interesaba mucho si María era santa (perfección moral y de obras) puesto que el Mesías no tendría pecado porque Dios mismo era su Padre, sino que la santificó (apartó, consagró para sí) para que su naturaleza humana, sus limitaciones y necesidades físicas y temporales, su apariencia y todo aquello inherente al hombre, exceptuando el pecado le fuera revestido al Hijo eterno de Dios y así en la naturaleza humana vencer la naturaleza pecaminosa del hombre al asumirla MAS ADELANTE en la cruz. ¡Bendito Hijo de Dios hecho Hijo de hombre, Dios hecho hombre, santo y perfecto hecho pecado en la cruz que con su muerte destruyó nuestro propio pecado…hasta el de su madre!

Como comentario. El 11 de febrero de 1858 (la declaración de La Inmaculada concepción fue en 1854) en Lourdes las “apariciones” que allí ocurren a una jovencita llamada Bernardette se dan a conocer con el nombre de Inmaculada Concepción. Es curioso que nunca antes se hubiesen denominado así sino después del dogma como si fuese necesario un impulso propagandístico “del cielo” para que la gente creyera al dogma formulado cuatro años antes. Pero acaso una aparición del cielo se llamaría con un nombre claramente antibíblico como ya lo hemos estudiado? Acuérdate, Dios es Infalible…su Palabra lo demuestra. En un apartado más adelante veremos la realidad de estas apariciones, mientras tanto sigamos con el estudio en el Nuevo Testamento sobre María.

Pero entonces, ¿qué vió El Señor en María, esta jovencita judía, inocente y virgen de Nazaret? La misma Biblia nos da la respuesta: Su prima Elisabeth (Isabel) que ya tenía en su vientre a Juan llamado posteriormente el Bautista, fue llena del Espíritu Santo cuando el bebé anunció con sus saltos la llegada del Mesías en el vientre de María; en el futuro haría él lo mismo. El Espíritu Santo iluminó a Elisabeth sobre el embarazo de su prima y que su fruto era Su Señor (Lucas 1:39-43). La bendijo porque aún ella que milagrosamente concibió no tuvo el privilegio de tener en su vientre al Señor mismo y lo reconoce al sentir como una deferencia que ella vaya a visitarla. Por eso entre todas las mujeres ninguna ha tenido un fruto bendito: el Mesías sin pecado. Y aquí viene lo que el Espíritu Santo también le reveló: versículo 45: “Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor”. MARÍA TENÍA FE Y CREYÓ A LAPALABRA DEL SEÑOR. Espero que te hayas dado cuenta de esto, pues fue esto lo que al Señor de señores le atrajo de María. Dios vió que ella creería a su Palabra. Dios vió lo esencial, los hombres vemos lo superficial. El mismo Lucas registra un hecho que confirma esto. Lc 11:27-28 “Mientras él (Jesús) decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo y los senos que mamaste. Y él les dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan” Podría parecer que Jesús no tiene aprecio por María al ser su madre, pero la respuesta que confronta no es contra ella sino contra los que le escuchan; no tienen puestos sus ojos en lo esencial sino en lo superficial; ven el hecho de que María debe ser bienaventurada por ser la madre de este profeta poderoso, pero Jesús los corrige al mostrarles que lo realmente importante es quien cree en la Palabra y la obedece después de oírla. Por eso es bienaventurada su madre, no por sus lazos familiares ni de sangre, sino por el hecho de que creyó la Palabra de Dios y LA OBEDECIÓ. Es más, en los versículos 46 al 55 de Lucas 1, se registra una ferviente declaración de María que en la iglesia católica es llamada el Magnificat, que no es más sino la comprobación del conocimiento y amor que tenía María de la Palabra de Dios, pues ella se apropia del cántico de Ana al tener a Samuel como se registra en 1 Samuel 2:1-10 y lo pone en su boca al regocijarse por el fruto de su vientre, que era el Ungido de Adonai, prometido a Israel. Hoy los hombres ven solo lo superficial: la madre de Dios, nuestra señora, la intercesora, la madre de la iglesia y no se dan cuenta que ella es bienaventurada por ser sierva obediente a la Palabra de Dios. ¿Por qué no se quieren dar cuenta? Jesús también los está mirando a los ojos y les dice: “Bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios y la guardan”. Es más fácil rendirle honores humanos a la madre de Jesús que seguir su ejemplo. ¡Cree en la Palabra de Dios y guárdala!

El ángel Gabriel le revela la misión que le encomienda El Señor a María : Lc 1:31 “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS” La misión se resume así: concebir, dar a luz y llamar a un hijo Jesús (Yeshua) que será:

1 Grande

2 Llamado Hijo del Altísimo

3 Rey sobre el trono de David y la casa de Jacob (Israel) para siempre

4 Llamado Hijo de Dios.

5) María no pregunta sobre su hijo sino sobre la manera en que esto acontecerá en ella. Es una mujer práctica pero aún le falta iluminación. “Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón” (v.34) El ángel respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios” (v.35)

6)

7) En la historia de Israel ya había sucedido un hecho similar: “Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Adonai llenó el tabernáculo” (Ex 40:34). El tabernáculo era la tienda que Adonai había mandado fabricar a Israel en el desierto para que su presencia permaneciera junto al pueblo siempre; en ella se depositó el Arca del pacto, pero aún no se encontraba su presencia (Shekiná en hebreo) sino hasta cuando la nube se posó sobre ella y la gloria de Adonai la llenó. Destaquemos unas similitudes entre estos dos hechos:

1 La nube es una figura del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento,

2 El poder de Dios cubrió a María y la gloria de Dios llenó el tabernáculo,

3 El tabernáculo no tenía la presencia de Dios aunque ya estaba completamente construido con todos los utensilios dentro y hasta la misma arca del pacto también, así mismo María como tabernáculo (todos somos templos. 1Cor 6:19) ya estaba hecha y tenía fe pero la presencia de Dios aún no la llenaba. Note que el ángel le dice a futuro que el Espíritu Santo la cubrirá, no como un hecho cumplido sino a cumplir, por lo tanto es falso que ella desde su nacimiento hubiese sido llena de la gracia del Señor;

4 Ambos lugares eran sitios de reunión, reunión ¿de qué? Del pueblo de Israel con Dios en el tabernáculo y del hombre (naturaleza humana) con Dios (naturaleza divina) en el vientre de María.

5 Ambos son hechos de dos pactos. El tabernáculo era señal que Dios había hecho pacto con Israel y Él sería su Dios y ellos su pueblo; y Jesús nacido de María sería el pacto renovado de Dios con su pueblo. Ezequiel 34: 23-25 dice: “Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Adonai les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Adonai he hablado. Y estableceré con ellos pacto de paz…” Es emocionante ver que bajo los mismos términos del pacto en el Sinaí (donde también estaba la nube de gloria), luego del cual se inició la construcción del tabernáculo, se estableció el Pacto Renovado (Brit hadasha) en el descendiente de David, que estableció su morada entre los hombres (hizo tabernáculo) primera y físicamente en María.

6 El verdadero tabernáculo de Dios, el verdadero Templo de Dios no era María, ni el templo de Jerusalén sino el Señor Jesús mismo “Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo” (Jn 2:19-21)y es en Jesús, no en María donde Dios puso plenamente su morada “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col 2:9).

7 Los hombres se fijaron más en el tabernáculo (posteriormente se convirtió en un Templo) que en el Señor que lo mandó construir y hoy los hombres se fijan más en la madre del Señor que en el Señor que la santificó(apartó, consagró) y que murió por ellos y por ella.

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13) “Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase en mí conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia” Lc 1:38 María reconoce que en esa misión ella no es más que una sierva que cumple la voluntad del Señor, no reclama privilegios, ni títulos (¿por qué el hombre se los ha dado?). Es humilde y sumisa a Dios. “Pero Él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Stg 4:6). Dios vió de antemano la humildad con la cual creería y obedecería a una misión extraordinaria. La fe no es orgullosa, pues no es de nosotros sino don de Dios (Ef 2:8). María creyó en la Palabra de Dios; curiosamente muchos de sus devotos ni la leen.

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Jesús nació en Belén (Beit Lejem, nombre original hebreo) de Judea tierra de José su padre para la sociedad, y tierra de David su antepasado, según las Escrituras (Miqueas 5:2). José y María fueron empadronados (censados) allí por decreto de Augusto Cesar y a causa de la multitud que llegó a la ciudad no tuvieron sitio donde aguardar la noche. Nació el Rey de reyes en una humilde pesebrera donde llegarían más tarde unos pastores a los cuales se les había aparecido un ángel anunciándoles el suceso más extraordinario en la historia de Israel: el nacimiento del Salvador, el Mesías, el Señor (Lc2:11). María escuchó su relato y lo guardó en su corazón. (v.19) meditando en todas estas cosas. ¿Sobre qué cosas meditaba María a los pies de ese indefenso bebé? La mente de María estaría llena de hechos y declaraciones sorprendentes que aún no los entendía por completo, que aún tenía que meditar: Su concepción por el Espíritu Santo, las declaraciones del ángel Gabriel, de Elisabeth, de José, de los pastores, de los sabios venidos de oriente, todo apuntaba que su hijo era alguien grande, intuía o conocía a medias que él era el Mesías prometido a Israel, pero también quién era su Padre verdadero, eran cosas tremendas para una jovencita adolescente. Sin embargo María las meditaba.

“Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS” (Mt 1:25)

“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón” (Lc 2:7)

Entremos profundamente en las relaciones familiares de Myriam (Maria). La iglesia católica los presenta como el ideal de familia, ‘la familia de Nazaret’, pero ha obviado, ocultado o ignorado ciertas cosas sobre esta familia judía con el fin de justificar algunos dogmas humanos. Se dice que esta familia estaba conformada por José, el carpintero, la virgen madre María y el niño Jesús; nadie más. Pero entonces por qué la Biblia, en boca de dos evangelistas presenta a Jesús como PRIMOGÉNITO y no como UNIGÉNITO como debería ser si es que Jesús fue el único hijo que tuvieron. Unigénito significa uno solo nacido y primogénito significa el primero nacido. Jesús es llamado el Unigénito del Padre y no primogénito del Padre. Si hubo uno primero hubo uno segundo o si no, sería único. La iglesia romana defiende la virginidad eterna de María, esto significa que María después del nacimiento del Mesías no tuvo más hijos ni mantuvo relaciones íntimas con su esposo legal José, y curiosamente además defiende el celibato como la opción ÚNICA para servir ministerialmente o religiosamente al Señor, dando entre otros argumentos este estilo de vida célibe de María. Veamos lo que sostiene la Eterna Palabra de Dios.

Para hablar de la primogenitura de Jesús (como conclusión de que tenía más hermanos de sangre) tendremos que llegar irremediablemente a las relaciones maritales de José y María. La Biblia muestra a Dios hablándoles a Adán y a Eva después de crearlos “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla…” (Gen 1:28). El plan de Dios incluía el matrimonio y la fructificación de tal en hijos, no era un pecado; después de llegado éste, Dios redactó leyes que regulaban las relaciones entre hombres y mujeres, pero nunca dijo nada pecaminoso sobre las relaciones íntimas entre esposos excepto en aspectos de impureza ritual en los días de menstruación o cosas similares. “¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, vuélvase a su casa, no sea que muera en batalla, y algún otro la tome” (Dt 20:7) Para Dios es normal que un hombre después de desposar a una joven deba estar con ella. Jurídicamente si no se ha consumado no hay matrimonio. José había desposado a María y aún no había estado en intimidad con ella, ¿María seguiría el camino del celibato voluntario? Jesús dijo “Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba” (Mt 19:12) Hay gente que como llamamiento escoge el celibato como opción al servicio del reino, SOLO SI ERAN CAPACES de recibir esto. Incongruentemente, ¿María habría escogido el celibato cuando estaba casada o es que Dios llama a unos al celibato y al matrimonio a la vez?. Imposible, no puedes ser uno con tu esposo(a) y pretender vivir como soltera(o).

Mateo 1:25 dice que no la CONOCIÓ HASTA QUE dio a luz a su hijo primogénito. Conocer en la Biblia tiene un significado de comunión íntima y entre hombre y mujer significa relación sexual íntima. “CONOCIÓ Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Adonai he adquirido varón” (Gen 4:1)

Lo que la Escritura dice con la expresión HASTA QUE, es que mientras Jesús estuvo en el vientre de María, José no la tocó. Con referencia al tabernáculo “Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Dios lo llenaba” (Ex 40:35). Mientras que en el vientre de María estuviese el Santo de Dios no podía ser tocada, la gloria de Dios estaba sobre ella, y ella había sido apartada (santificada) para una misión. Recordemos: concebir, dar a luz y poner nombre al Hijo de Dios en sus entrañas. No se le pidió que lo educara en la ley de Moisés, ni que peregrinara a Jerusalén para ponerlo a disposición de los maestros, ni que trabajara horas extras para sostener a ese hijo repentino, ni que se encerrara en un monasterio a contemplar, ni mucho menos dejar de cumplir sus deberes conyugales. Después de nacido y llevado a circuncidar cuando le pusieron por nombre Jesús (Yeshua), la misión de María había concluido (quienes quieran añadir algo más a la Palabra de Dios en la boca del ángel Gabriel se exponen a blasfemar contra Su Nombre (Hashem) porque pretenden hacer decir algo que Él no dijo) y ahora como buena judía se dispondría a cuidar su casa, educar a su hijo (no como misión específica revelada de Dios, sino como el deber natural de una mujer, y de una mujer judía) y atender a su esposo. Entonces ahora sí, José la “conoció”. María fue coherente con el llamado supremo de concebir al Mesías y José fue coherente al no tocarla mientras el Hijo de Dios estuviera en su vientre, sabía que había sido santificada por Dios para sí, dada la revelación del ángel en sueños (Mt 1:20-24).

Marcos 3:31 “Vienen después sus hermanos y su madre y quedándose afuera, enviaron a llamarle (a Jesús)”

La Biblia muestra a María acompañada de otras personas que identifica como hermanos de Jesús. La palabra griega para hermano es adelphos . La iglesia de Roma al constatar que ese adelphos puede significar hermanos, parientes muy cercanos de sangre, primos, ha pretendido hacer creer que la Biblia realmente habla de primos y no de hermanos de Jesús, por consiguiente hijos de María también. Eso no explica la referencia a la primogenitura de Jesús, ni el porqué María tiene una relación cercana a estos ‘hermanos’ de Jesús por más sobrinos que sean, dado que no es la única referencia que se hace de ellos. Veamos Mt 13:55 “¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo (Santiago), José, Simón y Judas?¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?” Es entendible que los judíos de Nazaret al mencionar el origen conocido de Jesús mencionen a sus padres, ¡pero mencionar a los primos! ¡y ni siquiera se nombra a los tíos! Es demasiado presuntuoso hacer creer que son primos cuando la evidencia bíblica demuestra que Jesús tenía hermanos de sangre, que incluso en su ministerio terrenal no creyeron en él (“y le dijeron sus hermanos: ‘Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces manifiéstate al mundo’. Porque ni aún sus hermanos creían en él” Jn 7:3-5) y hasta nos da sus nombres: Santiago (Jacobo en hebreo), José, Simón, Judas y otras hermanas de las cuales desconocemos sus nombres dado que no era costumbre judía mencionarlas. Este Santiago (Jacobo) finalmente creería que su hermano era el Ungido de Dios, el Eterno Hijo del Altísimo después de su resurrección, y se erigiría como columna de la iglesia en Jerusalén (que no se trata de Jacobo el apóstol, hermano de Juan se constata que fue asesinado por Herodes (Hch 12:2) y que este Jacobo hermano de Jesús (Gal 1:19) es quien preside la reunión en Jerusalén (Hch15:13), era tenido por Pablo como columna de la iglesia (Gal 2:9) y es el autor de la epístola que lleva su nombre). La contundencia habla que María sostuvo con José relaciones maritales, en nada reprobables y que menguan en nada su figura de bienaventurada entre todas las mujeres (pensar que es por su virginidad después del nacimiento de Jesús es juzgar las apariencias y no por lo esencial que enseña la Palabra de Dios, es enseñar doctrinas de hombres) ya que asumió su rol como esposa y madre como su llamamiento personal. Tuvo un primogénito llamado Yeshua, Hijo de Dios por el Espíritu Santo y otros más, hijos de José: Jacobo, José, Simón, Judas y otras mujeres, a los cuales no contó quién era Él en realidad mientras Jesús estuvo en su ministerio terrenal, pues bíblicamente ella guardó todas estas cosas en su corazón. José fue un padre bendecido (en Israel era sinónimo de bendición divina el tener muchos hijos) y un esposo aún más bendecido al tener una mujer como dice Proverbios 31:10-31.

Volvamos al Templo de Jerusalén cuando este niño especial era presentado por sus padres al Señor su Padre para cumplir como buenos judíos los ritos de la ley de Moisés así como a los ocho días le circuncidaron y le pusieron por nombre YESHUA (Jesús). Hay un hecho que pone en tela de juicio la ausencia de pecado en María y el nacimiento sobrenatural de Jesús (en cuanto que María estuvo exenta de dolores y se mantuvo virgen-pura después del nacimiento de Jesús). En el versículo 24 se narra que además de presentar a Jesús conforme a la ley de Moisés, María tuvo que ofrecer un par de tórtolas, o dos palominos, según la ley del Señor,¿para qué? Leamos Levítico 12:6-8 “Cuando los días de su purificación fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero de un año para holocausto, y un palomino y una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo de reunión, al sacerdote y él los ofrecerá delante de Adonai, y hará expiación por ella, y será limpia del flujo de su sangre. Esta es la ley para la que diere a luz hijo o hija. Y si no tiene lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto y otro para expiación; y el sacerdote hará expiación por ella, y será limpia.” Vemos que José y María no eran acaudalados para comprarse un cordero y llevaron entonces dos tórtolas o dos palominos para ofrecer holocausto (esto es sacrificios de acción de gracias) pero también para EXPIACIÓN de ella. Expiación era un sacrificio de sangre que se hacía por los pecados. Si María era libre de pecado, totalmente limpia, es injustificable que ella se hubiese presentado al Templo para hacer expiación por sus pecados como claramente lo afirma la ley del Señor. Más adelante ya no tendría que presentarse al Templo de Jerusalén cada año a ofrecer expiaciones por su pecado, pues Dios ya habría provisto el Cordero que quita el pecado del mundo, de una vez para siempre: Jesucristo. María recibiría un poco más de iluminación sobre su hijo y hasta de ella misma al escuchar las palabras proféticas de Simeón: Lc 2:34-35 “Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí , este está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y señal que será contradicha (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones”. Palabras fieles ciento por ciento, palabras inspiradas por el mismo Espíritu Santo (v.27) y se cumplieron. Jesús mismo fue una piedra de tropiezo para los sabios de Israel, maestros y escribas, fariseos y saduceos, para los incrédulos, los militantes, los Sumos sacerdotes; y fue puesto como levantamiento de los pobres de Israel, ovejas sin pastor, ciegos, paralíticos, desesperanzados, despreciados pecadores, oprimidos por el diablo y por lo que el mundo tenía por menos. Fue señal que contradijeron los dirigentes del pueblo cegados por su orgullo y religiosidad, por su temor a perder sus puestos ya que había llegado el Mesías, hijo de David que contradecía sus expectativas de un Mesías glorioso triunfante que aplastaría al invasor romano, y que en vez de eso era un Mesías que revelaría los pensamientos de los corazones. Y a María… no sabría decir cuándo se cumplió exactamente esa palabra, pero en mi opinión esa espada se le atravesó en el alma cuando su hijo fue atravesado con la lanza del soldado. Momento crucial, aquel quién ella SABÍA que era el Mesías de Israel y el Hijo Eterno de Adonai ya no presentaba señales de vida. ¿Cómo era esto posible? Su sentimiento de madre se unió a la lamentable visión del Hijo de Dios muerto inexplicablemente (porque a ella no se le había iluminado aún sobre el propósito de la cruz, ni aún sus discípulos más cercanos lo sabían y eso que el Maestro ya les había advertido que pasaría). ¿Dónde estaba la restauración de Israel prometida por Dios a través de los profetas en el Mesías si éste estaba muerto? Y una espada atravesó su propia alma.

Jesús cumplió 12 años, tiempo en el cual ya debía y podía enseñar y tomar en sus manos los libros de la Torah, ya había cumplido su Bar Mitzvah, su mayoría de edad para el pueblo judío. Formaba parte de una piadosa y típica familia judía que celebraba la pascua cada año en Jerusalén. En ese año, Jesús se perdió entre la multitud, o más bien sus padres se perdieron entre la multitud y creyeron que su hijo estaba a su lado entre sus parientes y conocidos que también habían viajado con ellos y por eso no se preocuparon.

Sólo fue tres días después que lo encontraron en alguno de los patios del Templo en medio de doctores de la ley. Les oía y preguntaba. Estaban maravillados con su inteligencia y sus respuestas. Entonces salió la maternidad de María a flote. “Cuando le vieron, se sorprendieron y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí tu padre y yo te hemos buscado con angustia” (Lc 2:48). Entendible reproche (humanamente).

Jesús les respondió espiritualmente: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabías que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?” (v. 49)y no entendieron. Aunque conocían quién era realmente su Padre, su espíritu no estaba preparado para entender la manera en que Jesús se relacionaría con ese Padre y cómo desarrollaría su mesianismo. María no entendía pero guardaba estas cosas en su corazón y Jesús se le sujetaba en perfecto cumplimiento del mandamiento “Honrarás a tu padre y a tu madre”.

Aquí la figura de María no aparece por algún tiempo, ¿por qué? Porque de Jesús tampoco se habla nada. Él es el personaje principal y sólo aparece al relato público cuando va a iniciar su ministerio. Ya ha dejado su casa en Nazaret y de ahí en adelante es camino hacia la cruz.

María aparece al lado de Jesús y de sus discípulos en Caná de Galilea una pequeña población a unos 15 kilómetros de Nazaret. De seguro los dueños de casa eran viejos conocidos de María y la habían invitado a una boda, ¿de quién? No tenemos idea, lo importante es lo que se desarrolla allí. Como una deferencia a María y porque probablemente conocían a Jesús, él fue invitado a la boda con sus nuevos “amigos”, sus discípulos. Era una típica fiesta judía, tal vez como la que se realizó cuando María se casó con José, siete o más días de gozo, de regocijo familiar, del festejo por la unión de estos hijos de Israel, de música, flautas, tambores y panderos, de baile nupcial hebreo y por supuesto…de vino. Y el Maestro fue allí y al parecer no fue solo para saludar y ¡adiós! Tengo unas obligaciones tremendas en la iglesia!, porque ya se había acabado el vino, clara muestra que ya llevaban unas varias horas, o tal vez días.

“Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino” (Jn 2:3) María obviamente no lo decía para que fuera a comprar más a la tienda o porque tenía amigos en el viñedo más cercano que sacaran a los anfitriones de la fiesta del apuro que se les presentaba. Lo decía porque sabía (en parte) quién era Él y de donde provenía y que haría algo tremendo para que apareciera vino, sobretodo porque ya le veía cumpliendo su llamado profético de Mesías junto a sus discípulos allí reunidos.

“Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora”. (Jn 2:4)

María está hablando desde sus expectativas, buenas pero sólo humanas. Tal vez quería que ya fuera conocido como el Ungido de Dios pero Jesús no ve con buenos ojos la propuesta de su madre. La llama mujer no como un término despectivo sino como un término respetuoso y dignificante que era de común uso en tiempos de Jesús. ¿Qué tienes conmigo? No miras las cosas como yo. María aún no ve claramente cómo la voluntad del Santo de Israel que le fue revelada se va desenvolviendo en su Hijo. “Aún no ha llegado mi hora” Jesús se refiere a la hora de la cruz. ¿Por qué el hacer un simple milagro era relacionado por Jesús con su inminente muerte en la cruz? Él sabía que al manifestar el poder de Dios, los incrédulos dirigentes de la nación se sentirían tambalear en sus cómodos y seguros roles y provocarían su muerte, por eso Jesús trataría en lo posible de realizar obras silenciosamente y hasta sus propios hermanos le reprocharían que no aparece en público realizando obras milagrosas; hasta que “fuera su hora”.

“Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere” (Jn 2:5)

Su madre entiende que sólo es por voluntad de su hijo que se hará o no se hará el milagro. Ya no es un deseo de ella, ya depende de Jesús, por eso recomienda a los sirvientes que hagan caso en todo lo que Jesús les dijera. No es su palabra la que vale, es la de Jesús. Su única recomendación (la única en la Biblia) que ella hace a otros es Haced lo que él os dijere. Lo que ella quiere de ahí en adelante es que se haga lo que Jesús dice. Desastrosamente muchos hacen cosas para venerar a María, muchas cosas, pero ninguna es esta: Hacer lo que Jesús dice. Si fuera así ni le rendirían veneración y agradarían realmente al Señor. Si es así en tu vida, escucha lo que la palabra de Dios dice en boca de María: Haz lo que Jesucristo dijo. “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor” (Jn 15:10). Ahora el mensaje en sus “apariciones” es yo les pido, yo les ordeno, hagan lo que yo les digo y tendrán mi auxilio y mi protección a la hora del juicio de Dios. ¿A que voz le obedeces, a la de María de la Biblia o a la de “María” de las apariciones? Te prometo más adelante que estas incongruencias aparentes de personalidad entre una y la otra serán estudiadas y examinadas bajo el tamiz de la Palabra de Dios.

“Entonces su madre y sus hermanos vinieron a él; pero no podían llegar hasta él por causa de la multitud. Y se le avisó, diciendo: Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte. Él entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la hacen” (Lc 8:19-21)

Las condiciones en el reino de Dios para juzgar la verdadera familia no son simplemente los lazos de sangre. Si bien éstos son importantes, no son para el creyente (así como para Jesús) la medida para determinar a alguien como su familia. La manera de identificarlo es ver si éste oye la Palabra de Dios y la cumple. Para Lucas la reprensión de Jesús era para sus oyentes y no para su familia carnal, pues los primeros tendrían que ser parte de la familia de Jesús al creer en la Palabra de Dios y obedecerla, lo mismo que su familia carnal. Para Mateo y Marcos (Mt 12:46-50 y Mr 3:31-35) el tono varía hacia su familia carnal al indicar que son sus discípulos, los que le seguían, quienes realmente eran su familia y no la primera. Jesús dijo: “De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna” (Lc 18:29-30); y al hablar así, también hablaba de su experiencia. Si Jesús se hubiese quedado en Nazaret con su familia carnal no hubiese conocido que el reino de Dios traería mucha más familia para él, ya no sujeta a los lazos de sangre sino al amor a Dios su Padre manifestado en la obediencia a su Palabra. El hecho que se narra desde la perspectiva de Mateo y Marcos nos muestra a su familia (María incluida) como un grupo de personas que no seguían constantemente a Jesús y que algunos de ellos (sus hermanos) no creían en él (Jn 7:5). Tal vez Jesús pretende llamar la atención de sus discípulos sobre las exigencias del reino, pero también se percibe el requerimiento hacia su familia carnal para que creyeran en su obra, que era la voluntad de Dios (“el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gal 1:4)). Aunque María sabía quién era su hijo, aún Jesús le pedía que creyera en Él hasta ver la voluntad del Padre cumplida en la cruz. María tenía que perfeccionar su fe y su obediencia a Dios al pasar por la prueba más difícil: ver morir a su primogénito en la cruz, símbolo del oprobio y la humillación.

“Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofás, y María Magdalena. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Después dijo al discípulo: He aquí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa” (Jn 19: 25-27). A los pies del madero se encontraban unas mujeres que habían seguido a Jesús en su ministerio y habían oído de sus labios las promesas de la inauguración del reinado de Dios y visto pecadores arrepentidos, ciegos sanados y oprimidos por el diablo liberados como corroboración de esas promesas. María por fin había seguido a su hijo y había llegado al momento de la crisis en su fe cuando la “espada le atravesaría su alma”. Todos sus discípulos se esparcieron como ovejas atemorizadas, solo unas mujeres, unos discípulos secretos del Señor y un solo discípulo abierto se quedaron con él. Este discípulo era a quien Jesús amaba. Era Juan. Entonces Jesús vió a su madre y a Juan, y se dirigió a ella: Mujer, he aquí a tu hijo. Ahora en la cruz, Jesús le quería enseñar a María que su fe tenía que ayudarla a verlo no como su hijo carnal, pues Él moriría, y a ver en otros que comparten su fe en la cruz como parte de su familia. No se narra que sus hermanos estén allí, aún no formaban parte de la familia verdadera de Jesús; por lo tanto Jesús debía dejar el cuidado de su madre a otro hermano, pero éste no de sangre sino en la fe, y es en esas circunstancias que Jesús confía el cuidado a Juan de su madre, no porque sus hermanos carnales no lo pudieran hacer, sino porque carecían de la fe probada en la cruz. Y Juan fielmente la recibió en su casa…hasta que finalmente llegó la revelación definitiva.

Muchas personas llaman a María “Madre” y llegan a justificar dicho título en este relato de la acogida del “discípulo amado” a María como madre en su casa. De nuevo aclaremos que cuando el apóstol Juan escribió el evangelio, se autodenominó el discípulo a quien Jesús amaba, como un medio para velar su nombre y manifestar su estrecha relación con su Maestro. La palabra específica de Jesús en el madero fue para María y Juan. Quienes quieren verse identificados con el discípulo a quien Jesús amaba tienen que confrontarse con el hecho de que antes de llamarse hijos de María, TIENEN QUE SER DISCÍPULOS DE JESUCRISTO. Para llegar a experimentar la pertenencia a la familia del Hijo de Dios no basta con devociones a la madre de Jesús, hay que “hacer lo que Jesús dice”: <>. Sólo así se puede pertenecer a la familia de Dios. Y ¿qué significa oír y obedecer la Palabra de Dios? Significa creer en Jesús, que es la Palabra (Verbo) de Dios (ver Jn 1:1) y obedecerle. La Biblia no enseña a ser hijos de María, sino a ser hijos de Dios por la fe en Jesús el Mesías. “Mas a todos los que le recibieron (a Jesús), a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Jn 1:12-13), “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abbá, Padre!.” (Gal 4:6), “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gal 3:26), “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios, por eso el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él” (1 Jn 3:1), “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados” (Rom 8:14-17)

El peligro es llamar “madre” a María sin ser discípulo de Yeshua (Jesús) y sin haber nacido por el Espíritu quien nos hace hijos de Dios, hermanos adoptivos de Cristo y hermanos unos con otros en la misma fe.

“Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.” (Mr 10: 29-30). El Señor nos dijo que en el reino de Dios tendríamos cien veces más de lo que dejamos: hermanos, hermanas, hijos y madres… muchas, no una sola, pero por qué no nombra padres? Porque él nos dijo: “y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos” (Mt 23:9); así es que tenemos muchos hermanos y hermanas, muchos hijos y muchas madres, pero un solo Padre. Declarar “Madre” a María (Myriam) es pensar en su posición privilegiada frente a Cristo por ser su madre, y es juzgar por la apariencias y no por la Palabra de Dios que nos enseña que ella es una entre muchas, y que tuvo que ser discípula para entrar en la familia del Hijo de Dios por la fe al igual que tú o yo, no por ser la madre carnal de Jesús.

“Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hechos 1:14) ¡Jesús ha resucitado! ¡Jesús ha ascendido hasta la diestra de Dios el Padre! Su misión aquí en la tierra como el Hijo del hombre ha terminado. Consumado es. Los apóstoles y otros discípulos han sido testigos de que el Crucificado ahora es Resucitado por Dios y está vivo, lo pueden constatar por cuarenta días, pero ahora su presencia física se ha ido y ¿qué les ha dicho?, que no se fueran de Jerusalén sino que esperasen la promesa del Padre anunciada por Él (Hch 1:4) La promesa a la que el Mesías se refería era el Espíritu Santo, del que ya les había hablado:

“Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré” (Jn 16:7) Para los discípulos era mucho mejor que Jesús partiese y que no se quedara con ellos, pues solo le conocían a un nivel superficial aunque convivieron con él cerca o más de tres años, y aunque a ellos el Maestro les habló claramente sin parábolas. No podían entender las realidades que se les avecinaban porque no habían nacido del Espíritu. SABÍAN cosas de Jesús, pero no lo CONOCÍAN, aún no tenían una comunión íntima y personal desde ADENTRO. Esta era la obra del Espíritu Santo. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío y os lo hará saber” (Jn 16:13-14). ¿Por qué Jesús fue ‘incapaz’ de hacerles entender a sus discípulos más cercanos las realidades de Su persona y su misión durante tres años, aún sabiendo que Jesús estaba lleno del Espíritu Santo desde su bautismo? Por dos cosas fundamentales: El pecado en el mundo aún reinaba (en sus discípulos también) y por lo tanto el Espíritu Santo no podía descender a este mundo. No podía tener comunión con el pecado (Él es Santo) mientras éste siguiera gobernando al hombre; tendría que ser arrancado para que el Espíritu descendiera. Jesús no había muerto por el pecado de la humanidad, por el pecado de sus discípulos que con una mente dominada por el pecado era incapaz de comprender las realidades divinas. Después de pagar el precio de nuestro pecado en la cruz, el pecado murió y ahora sí el Espíritu Santo podía tomar su lugar en los corazones. Los discípulos reunidos en Jerusalén ya estaban limpios de pecado pero aún no entendían todas las cosas que su Maestro y Señor les había enseñado, todavía eran tímidos, cobardes, cotidianos (ver Jn 21:3 y ss.). Si ya eran limpios de pecados por la redención en la cruz del calvario ¿por qué seguían siendo iguales aunque habían visto a Jesús resucitado? Porque su vida era aún natural, necesitaban nacer sobrenaturalmente. “De cierto, de cierto os digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn 3:5-6) Ahora sí podrían conocer a su Maestro; si nacían del Espíritu Santo conocerían las verdades espirituales y ya no serían iguales, serían nuevas criaturas.

Entonces, ¿qué hacía la madre de Jesús reunida con los apóstoles, con otras mujeres y con otros discípulos en un número cercano a los 120, en un aposento alto precisamente esperando lo que Jesús había prometido: el Espíritu Santo? La iglesia católica enseña que ella asistía al nacimiento espiritual de la iglesia así como asistió al nacimiento de Jesús. Según estas doctrinas, ella estaría “concibiendo” de manera espiritual a la iglesia (ekklesia es un término griego que significa asamblea, congregación) y de allí el título Madre de la Iglesia. El relato bíblico no hace ninguna alusión a un papel materno de María el día de Pentecostés, ni a ninguna palabra similar a la del nacimiento virginal del Mesías a través de ella. Esta conclusión fue sacada “bíblicamente” por el hecho de ser la madre del Señor y Salvador quien se encontraba allí reunida. No se tomaron la molestia, o tal vez no quisieron tomársela, de concluir verazmente según la Palabra de Dios y no según criterios humanos de los que ya hemos hablado anteriormente. Entre los argumentos que sostienen es que en las Escrituras ninguna palabra es en vano, y que la sola mención de María entre la iglesia reunida en espera del Santo Espíritu es suficiente para afirmar que Dios nos quiso decir algo: ella es la Madre de la Iglesia también (dogma definido 1900 años! después de la predicación apostólica, por el papa Pablo VI, el 21 de noviembre de 1964). Es muy cierto que ninguna palabra en la Escritura es en vano, es muy cierto que el Espíritu Santo quien inspiró a los escritores de la Biblia puso las palabras que Él quiso para enseñarnos algo nuevo y es muy cierto que en este pasaje Él nos enseña algo al mencionar la presencia de María (Myriam) entre los creyentes, pero ¿nos está enseñando lo que la iglesia de Roma sostiene? Afirmar esto, es afirmar que María no necesitaba ser llena del Espíritu Santo, que no necesitaba CONOCER a Jesús desde ADENTRO, que no necesitaba nacer del Espíritu y al afirmarlo concluir que Jesús era mentiroso al decir que el Espíritu Santo aún no estaba entre sus discípulos. Claro, pues si Jesús al enseñarnos que su madre no era bienaventurada por ser su madre sino por ser su discípula al oír y obedecer la voz de Dios, pretende decirnos que uno de sus discípulos no tenía necesidad de nacer de nuevo por el Espíritu, se hace mentiroso. TODOS necesitaban nacer del agua y del Espíritu para ver el reino de Dios y María no era la excepción; por eso estaba allí, en la espera del Consolador junto con sus demás hijos, hermanos de sangre de Jesús. ¿Pero si a María se le llama “llena del Espíritu” (en el catolicismo) quiere decir que ella sí estaba exenta de una nueva llenura del Espíritu Santo en Pentecostés y lo que realizó fue una labor materna? dirán algunos.

Vayamos por la Biblia y escudriñemos un poco para entender algunas cosas que aclararán estas preguntas.


Publicado el 26-09-2003 | 8:32 pm


En ninguna parte de la Escritura se menciona a María como “llena del Espíritu”. En Mateo se hace alusión al Espíritu Santo como el personaje que ENGENDRA al Hijo de Dios en María y en Lucas se manifiesta que la sombra de Dios, el Espíritu Santo cubriría a María para ENGENDRAR a Jesús, y en el saludo del ángel no se habla de que María sería o ya fuera llena por el Espíritu Santo sino que fue llenada de la gracia (que significa favor inmerecido)al fijarse en ella. NO se menciona que haya permanecido en ella después del nacimiento de Jesús o si no cómo se explica que María no siempre entendiese lo que hacía o decía su hijo si Él mismo afirmó que cuando viniera el Espíritu, éste enseñaría todas las cosas y los llevaría a la verdad.

En las Escrituras cuando Dios llama a alguien, lo santifica, lo aparta para sí, lo consagra, como a Moisés, Isaías, Elías, Samuel, Jeremías, Sansón, pero no lo llena PERMANENTEMENTE de su Espíritu. Las apariciones del Espíritu en el Antiguo Testamento son para que el profeta, rey, vidente, sacerdote o caudillo cumplan una misión en específico durante un tiempo, luego el Espíritu vuelve a Dios. Pero esto no los hace llenos de la plenitud del Espíritu como lo menciona Jesús. Hay sin embargo un caso que se menciona de alguien lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre (aparte de Jesús): “porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre” (Lc 1:15) Se trata de Juan el Bautista. Según este relato Juan no hubiese necesitado del nacimiento nuevo en el Espíritu pero Jesús dice: “De cierto, de cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él” (Mt 11:11) Jesús reconoció que el llamado de Juan para ser su precursor lo hacía el mayor entre los hombres, su misión estaba llena del Espíritu Santo pero no se compara con el menor en el reino de los cielos ¿por qué? Simplemente porque Juan no había nacido del Espíritu. “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; el os bautizará en Espíritu Santo y fuego…Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” (Mt 3: 11.13-14) La llenura que tenía del Espíritu era a nivel ministerial, pero no a nivel de su naturaleza, por eso el más pequeño en el reinado de Dios es más grande porque experimenta la plenitud del Espíritu dado como garantía de los bienes venideros y le ha hecho una nueva criatura en Cristo. Juan no pudo experimentar el ser bautizado en el Espíritu por Jesús, pero María sí.

No hemos dado respuesta a la pregunta ¿qué hacía María allí reunida?. En ninguno de los relatos de las apariciones de Jesús resucitado en esos cuarenta días se menciona a María (su madre)como testigo de la resurrección, pero se narra que se encontraba con muchos hermanos y hermanas (en la fe) en el aposento alto de alguna casa en Jerusalén donde vivían los apóstoles, temerosos de los judíos del Sanedrín. Acordémonos que Juan había acogido a María en su casa, y que este apóstol fue testigo presencial de la resurrección del Señor. Es lógico suponer que si María estaba allí perseverando en oración y súplicas con los demás discípulos fue porque Juan le comunicó la Buena Nueva de la resurrección de Yeshua (Jesús) al no ser ella testigo de este suceso. Es más, su fe y la de los demás discípulos en su resurrección, llevaron a sus incrédulos medio hermanos de sangre a perseverar también junto con ellos en oración, pues también Jacobo (Santiago), su hermano, contó con el privilegio de ver a Jesús resucitado (1 Cor 15:7).

Por lo anteriormente estudiado, no se puede decir algo más que esto: ya había pasado la hora de prueba de su fe, María había creído en la proclamación de que Jesús había resucitado posiblemente por boca de Juan (su hijo en la fe) y de Santiago (Jacobo) su hijo (en la carne) y ya sabía que el Dios de Israel había levantado al Mesías, hijo de David y con él las esperanzas anunciadas por el ángel; ahora en compañía de los demás creyentes esperaba el bautismo del Espíritu anunciado a los apóstoles, con perseverancia y unanimidad en la oración y en las súplicas, hasta cuando llegó el día de Pentecostés cuando el viento recio (ruaj en hebreo. Significa lo mismo que espíritu) llenó la casa donde se reunían, las lenguas de fuego se posaron sobre cada uno y fueron TODOS llenos del Espíritu Santo, hasta María, e incluso se puede afirmar que ella habló en lenguas (Hch 2:4). Finalmente el Espíritu que se posó sobre ella para engendrar a Jesús, ahora era una realidad plena que la llenó y completó lo que hacía falta en su fe: un nuevo nacimiento; y finalmente ese Jesús que se formó en su vientre ahora se formaría en su corazón. Decir que ella es la Madre de la Iglesia , es no darse cuenta que como discípula del Señor también necesitaba nacer del Espíritu y ser llena plenamente de Él como los demás creyentes que se reunieron con ella, es ponerla al nivel del Espíritu quien realmente hizo nacer la nueva congregación (iglesia) de Israel (a tal punto había llegado esta herejía que se enseñaba en algunos sectores que María era realmente el Espíritu Santo) ya que Él es Dios y ella era una bienaventurada mortal y sólo Él tiene la potestad de hacer nacer de nuevo al creyente.

Antes de conocer cuál fue el fin de Myriam (María) vamos a leer dos últimas citas relacionadas con ella (al menos una de ellas sí lo hace). En Gálatas 4:4 aparece la única mención referente a María fuera de los evangelios. “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley” Como ya se han podido dar cuenta, ni siquiera se menciona su nombre, solo se hace referencia porque de ella nació el Hijo de Dios. Hay una gran diferencia entre la iglesia de los tiempos de Pablo, de Juan, de Pedro a la iglesia romana actual que equipara muchas veces la figura de María a la de Jesús. En las congregaciones judeocristianas del primer siglo nunca se hace mención de María si no es en vista a probar que la Escritura no se equivocó al profetizar que el Mesías nacería de una virgen, que nació de una mujer y que fue tan humano como nosotros y no una aparición o un ángel. No existe la veneración a la persona y mucho menos a imágenes de la madre de Jesús. Sólo Jesús era el centro, sólo Jesús era predicado, sólo en Él había salvación, sanación, justificación, redención y perdón a los pecadores. La justificación es que los dogmas van desarrollándose con el tiempo, ¿pero acaso la Palabra de Dios que ayer decía una cosa hoy va a decir otra?¿Dios se contradice con el tiempo y va añadiendo a la Revelación de su Palabra cosas nuevas? “El cielo y la tierra pasarán más mis palabras no pasarán” (Mr 13:31) “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Is 40:8)¿ Acaso esta iglesia considera más importante ciertas cosas como la veneración a María, cuando la poderosa congregación de los apóstoles ni siquiera llegó a pensarla? ¿Eso no es añadirle doctrinas humanas, innecesarias y hasta blasfemas al Evangelio puro predicado por Pedro, Jacobo, Pablo, Juan y los demás? O es que acaso ¿dicha iglesia se cree con mayor autoridad y revelación que la edificada por los apóstoles, testigos de la resurrección de Jesús y de los profetas? “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Ef 2:20).

La segunda cita para analizar es Apocalipsis capítulo 12. “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas” (v.1) La interpretación católica de este versículo en primer plano, hace referencia a la iglesia, y en uno segundo a María porque el versículo 5 dice: “Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono”. A primera vista parecería que se está hablando de María. Obviamente ese hijo varón del que se habla es Yeshua (Jesús), pues el Mesías es descrito como quien regirá con vara de hierro a todas las naciones, y fue arrebatado hasta el Trono de Dios. La interpretación (superficial) sería también obvia: Jesús es hijo de María y en este texto de la Revelación (Apocalipsis) se habla de una mujer de la que nació el Mesías (Jesús), por lo tanto este pasaje se refiere a María. Interpretaciones filosóficas pero no bíblicas. Muchas veces se han utilizado estos versículos también para demostrar la lucha entre María y Satán y cómo ella sale vencedora, pero como vamos a estudiar no hay tal. Si la interpretación católica fuera cierta ¿cómo va a ser María la mujer que se describe en Apocalipsis 12:1, pues en el versículo 2 dice:”y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento” si dentro del dogma de la virginidad perpetua de María se describe que ella no sufrió dolor alguno en el parto ni padeció detrimento que afectara su virginidad? Dios no se puede contradecir pero al parecer la iglesia romana sí; o bien María si sufrió los dolores del parto como cualquier mujer como describiría Apocalipsis 12:2, o no los sufrió para guardar su virginidad en orden de estar libre de pecado como lo afirma el dogma de la Perpetua Virginidad de María en el Concilio de Letrán. Ya probamos que la segunda era un completo error, pero al quedarnos con la primera estaremos afirmando que Apocalipsis 12 sí se refiere a María?. Aunque la Biblia no menciona que María sufriera dolores del parto de Jesús, es claro, como ya lo hemos analizado que María no fue exenta de la naturaleza de pecado y por lo tanto de las consecuencias de la desobediencia de Adán y Eva. Las Escrituras enseñan que por Adán entró el pecado y por consiguiente la muerte y eso es para toda la humanidad, pero para la mujer, Dios dijo: “Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos..” (Gn 3:16). Antes de la caída, la mujer podía dar a luz sus hijos sin dolor, después del pecado sí, y es ahí donde se afirma que María sí pudo sentir dolores en el parto de Jesús. En primer lugar, heredó la naturaleza pecaminosa de Adán, por consiguiente la muerte física y de Eva si bien no recibió dicha naturaleza, si heredó la maldición del Edén por ser mujer, aunque no era pecado. El dolor en el alumbramiento fue CONSECUENCIA de la desobediencia de Eva, la muerte fue CONSECUENCIA del pecado de Adán, no el pecado mismo. Si Jesús asumió nuestra naturaleza humana en todo menos el pecado, también asumió la muerte consecuencia del mismo, incluyendo un nacimiento según nuestras debilidades. María al alumbrar con dolor no pecó, simplemente asumió la condición caída de Eva así como asumió la muerte de Adán, aun cuando ya no tuviera poder sobre ella y sobre cuantos creen en Cristo (Rom 5:21). ¿Ahora sí está claro que Apocalipsis 12 se refiere a María? Pues no, no se refiere a ella. ¿Entonces se refiere a la iglesia? Sí y no. Vamos a ver por qué.

Si fuera la Iglesia (utilizando el término conocido por todos) no se explica cómo pudo dar a luz al Mesías si fue Él quien desde el cielo envió al Espíritu Santo para dar a luz a la Iglesia. Lastimosamente se piensa que la “iglesia” es una institución que fundó Jesús y que nació en Pentecostés, e incluso muchas iglesias cristianas utilizan este concepto. Pero el término Ekklesia (Kehilá en hebreo) significa congregación y también era aplicada a Israel. Por lo tanto, era legítimo decir la iglesia (congregación) de Israel. En Pentecostés surgió la verdadera y renovada congregación (iglesia) de Israel, no la Iglesia como la conocemos, y muchos menos la Iglesia Católica Romana. Entonces Sí se refiere a la iglesia, pero a la de Israel, y ¿cómo comprobamos esto? Las características de esta mujer (en el Antiguo Testamento solía compararse a Israel con una mujer (p.e. Oseas 2:2)) son:

1 Vestida de sol

2 La luna debajo de sus pies

3 Tenía una corona de doce estrellas sobre su cabeza.

Leamos en Génesis 37: 9 “Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí” El que tuvo el sueño fue José uno de los doce hijos de Jacob (Israel) y la interpretación que le dieron no fue que María (si esta fuera la interpretación) se inclinaría ante él. “Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? (v.10) Ya tenemos parte de la interpretación que le dio Jacob: él es el sol, Raquel la luna y las once estrellas eran sus hermanos. La doceava estrella era José mismo (aunque luego se dividió en sus dos hijos Manases y Efraín). Eran las doce tribus de Israel. Esta es la interpretación bíblica: No es María, no es la iglesia cristiana, es la congregación de Israel de quien se habla en Apocalipsis 12 y quien dio a luz al Mesías que fue arrebatado al Trono de Dios, y que es sustentada por Dios en el desierto, protegida de ser arrasada por la serpiente Satanás y cuyos descendientes (creyentes en Yeshua, el Mesías de Israel) también libran la guerra contra el dragón.

Del final de la vida de María no se tienen noticias en el texto bíblico, pero no por eso se han dejado de enseñar dogmas inventados por hombres sobre el hecho. Ahí es donde nace el dogma de la Asunción de María. La paradoja resulta del hecho de que se desconoce el momento, las circunstancias y motivos de la muerte de María pero Sí se sabe con autoridad dogmática que fue llevada en cuerpo y alma al cielo. Ciertamente María murió aunque la Biblia no lo narra, pero el dogma define que fue asunta al cielo porque su cuerpo mortal no podía experimentar la corrupción de los pecadores. En primer lugar, la única referencia bíblica de la no experimentación de la corrupción corporal en el sepulcro se hace en referencia al Mesías y como tal lo interpretó Pedro (Sal 16:8-11; Hch 2:29-32); en segundo lugar se puede decir que Pablo, Pedro, Mateo, Marcos, Jacobo y los demás permanecieron en su pecado pues sus cuerpos experimentaron la corrupción en la tumba, y si permanecieron en el pecado, la redención de Cristo no sirvió para nada. ¿Acaso la corrupción de este cuerpo mortal es señal de permanecer en pecado? Pues todos, los incrédulos y los creyentes al morir no hacen sino recordarnos que somos polvo (Sal 103:14). Entonces las momias egipcias serían los santos entre los santos. La enseñanza bíblica nos enseña que es necesario que este cuerpo carnal sea destruido porque con Él no podremos ver a Dios “Pero dirá alguno: ¿cómo resucitarán los muertos? ¿con qué cuerpo vendrán? Necio, lo que tú siembras no se vivifica si no muere antes” (1 Cor 15:36) “Pero os digo hermanos: que la carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción” (1 Cor 15:50) Ya sabemos que con nuestro cuerpo carnal no podremos recibir el reino de Dios, no porque este cuerpo físico sea malo como lo enseña el pensamiento griego, sino porque estaremos en un plano espiritual, el que tenía Adán y Eva antes de la caída; así es que ¿qué justificación pretenden dar si según el dogma, María fue llevada en su cuerpo carnal al cielo y la Palabra de Dios enseña que con éste no podremos ver el reino de Dios? La incorrupción necesaria para esto, procede de un cuerpo RESUCITADO no ASUNTO “Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción” (1 Cor 15:42) Jesús no experimentó la corrupción de su cuerpo porque Dios le RESUCITÓ y no porque lo llevara en su cuerpo carnal hacia el cielo. María también murió y si no fue llevada asunta al cielo ¿entonces resucitó? “Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho” (1 Cor 15:20) Jesús fue la primicia de los resucitados; el primero, ¿entonces María sería la segunda? “Pero cada uno a su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (1 Cor 15:23) No se nombra a María como siguiendo a Jesús en su resurrección. Dios ha establecido un orden: primero Jesucristo y luego los que son de Él EN SU VENIDA. María, al igual que todos los que somos de Cristo tendremos que esperar ver la resurrección de nuestros cuerpos hasta el día de su venida como Mesías glorioso. Si no está resucitada, ni asunta ¿dónde se encuentra? Bíblicamente el lugar de descanso de los muertos se llama Seol (Sheol en hebreo) donde su persona está “como durmiendo esperando el día del Señor” Es un lugar donde no hay conciencia y en donde no hay comunicación con el cielo “como la nube se desvanece y se va; el que desciende al Seol no subirá” (Job 7:9) “Porque en la muerte no hay memoria de ti. En el Seol ¿quién te alabará? (Sal 6:5) “Porque el Seol no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperarán tu verdad” (Is 38:18). Si como hemos visto, María no tuvo privilegios por ser la madre de Jesús, también sabemos que aunque no tenga comunicación con el Trono de Dios donde se sienta el Hijo de Dios(y esto refuta otras teorías que estudiaremos más adelante), la esperanza en su vida fue ver el día en que su cuerpo mortal fuera revestido de la inmortalidad de Cristo cuando Él regresará por ella y por quienes murieron siguiéndole. “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.” (1 Tes 4:16).

Otras consideraciones erróneas

María, Madre de Dios

Esta es uno de los dogmas más antiguos, populares y arraigados en el catolicismo, siendo la definición dogmática por excelencia al interior de las jerarquías eclesiásticas. Analicemos un poco de la historia de cómo se definió este dogma:

A inicios del siglo V d.C. se estaban sentando bases doctrinales para la definición de la naturaleza de Jesucristo, pues ya habían surgido muchas herejías que atacaban tanto la humanidad como la divinidad del Señor. En este contexto aparece la figura de un obispo en Constantinopla llamado Nestorio que niega el título de Madre de Dios a María. En esas regiones “cristianas” ya se le había empezado a nombrar así entre la gente. Theotokos palabra griega que significa Madre de Dios, también era defendida por teólogos y jerarquías. Nestorio no niega la humanidad de Jesús ni su divinidad y llama a María, madre de Cristo. Pero en la figura de Cirilo de Alejandría se ataca a Nestorio porque se piensa que niega la unión de la divinidad y la humanidad de Cristo al negar reconocer a María como Theotokos. El papa Celestino interviene y convoca un concilio en la ciudad de Éfeso para definir la verdad. Curiosamente se define el dogma de Theotokos sin haber escuchado la versión de Nestorio, que se hallaba en medio de una tormenta en el mar Egeo sin poder llegar al concilio. Triste manera de definir la verdad. Luego Nestorio es excomulgado, tratado como hereje y merecedor del fuego del infierno…aunque nunca se le permitió defender su posición oficialmente. El dogma se escribió así: “En la encarnación tuvo lugar una unión de dos naturalezas, por lo que es único Cristo, único Hijo y único Señor que confesamos…por razón de esta unión indisoluble confesamos que la santísima virgen es Madre de Dios porque el Verbo de Dios se ha hecho carne, se ha encarnado y con la encarnación se ha unido así al templo de carne que ha asumido de María”

Cuando se enseña este dogma no se habla de las bases históricas que lo motivaron pues arrojan una verdad nada halagadora para la imparcialidad del mismo. Remontémonos hasta los orígenes de la religión babilónica. En esta zona de la Mesopotamia surgió el paganismo en su esencia, con su culto a decenas de deidades y cultos idolátricos entre los que se destacan Nimrod (en Asiria llamado Marduk) el dios sol adorado en toda Babilonia y que con el pasar los años su culto fue absorbido y mezclado con ideas helénicas de Alejandro Magno, el conquistador griego y llegó al corazón del Imperio Romano donde fue conocido como Mitra, el Sol invictus y su fiesta de nacimiento se celebraba cada 25 de diciembre! Su esposa, que era conocida como Semiramis, diosa-reina de la fertilidad y la caza, tuvo un hijo con Nimrod, llamado Tammuz que era conocido como el salvador del mundo! Su imagen se representaba de dos maneras (a Semiramis): la primera era la de una guerrera que aplastaba la cabeza de una serpiente! que posteriormente derivaría hacia las interpretaciones locales donde llegara el culto babilónico, fuera en la India donde se llamaba Crishana o en Grecia donde era conocida como Artemisa, Roma adoptó la imagen de los griegos y la llamó Diana; y la segunda con su hijo Tammuz entre sus brazos coronada, una figura que se empezó a adoptar dentro del sistema católico del siglo V sólo que se le llamó la Virgen y el niño divino. En cuanto a la primera ya dijimos que en Asia menor (hoy Turquía) se le veneraba con el nombre de Diana y su principal centro de culto era Éfeso, la misma ciudad donde llegó el apóstol Pablo a predicar y fue sacado por las presiones de los devotos de Diana que gritaban ¡Grande es Diana de los efesios! (Hch 19:34). Después de varios años el culto cambió y el cristianismo dominó espiritualmente hasta que el Imperio se “cristianizó” (o el cristianismo se paganizó?) con el emperador Constantino en el siglo IV. El culto a Artemisa seguía latente ante la tibieza de los entonces cristianos y se fundía con la imagen de Semiramis y Tammuz en brazos por toda el Asia menor hasta que la gente empezó a conocerle con una nueva advocación: Theotokos. Como el ambiente religioso se “cristianizó” gracias a un decreto de Constantino era necesario fundir el culto a Artemisa Theotokos con algún elemento cristiano y por supuesto la figura perfecta era María, entonces los paganos que se hacían llamar cristianos identificaron la imagen de Semiramis madre del hijo del dios-Sol Nimrod y Diana de Éfeso con la madre del Señor y así empezaron a llamarla: Theotokos. Como se popularizó ese nombre, las masas presionaron a los obispos reunidos en Éfeso y por obvia conveniencia se le otorgó oficialmente el nombre de Theotokos a María. Si estudiáramos las declaraciones oficiales del Vaticano sobre cada nombre o advocación con que se le llama a María nos encontraríamos con el hecho de que hay elementos paganos fundidos a su imagen verdadera que se han popularizado previamente.

Con la intención de validar el nombre Theotokos para María era necesario que el calificativo de Madre de Dios se adaptara a las verdades bíblicas, aunque este mismo nombre era absolutamente antibíblico. La verdad bíblica enseña que el Verbo era Dios (Jn 1:1; Fil 2:6; Heb 1:3; Jn 10:30; Rom 9:5) y que se hizo carne como la nuestra (Jn 1:14; Gal 4:4; 1 Jn 4:2; 1 Tim 3:16). La naturaleza divina unida indisolublemente a la humana en el Hijo de Dios; esto es radicalmente cierto, pero al querer defender esta verdad (¿o era al contrario? ¿defender el dogma de María Theotokos?) se les olvidó que si bien la naturaleza divina de Jesús se encontraba desde el mismo instante de su concepción en el vientre de María, ésta le pertenecía desde antes del nacimiento de María que solamente podía brindarle su naturaleza humana. Jesús dijo: “Lo que es nacido de carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn 3:6) La naturaleza de María no podía generar naturaleza divina, porque ella era carne pero el Espíritu Santo si podía generar la vida divina en Jesús. Si se le criticó a Nestorio por llamar a María Christotokos, o sea madre de Cristo con el argumento de que con esto se destruía la unidad de naturalezas en Jesús, es aún más criticable, reprochable y condenable el hecho de que se le llamara Theotokos, madre de Dios, pues en primer lugar cómo va a ser la madre del Verbo eterno si este fue antes de la creación del mundo? Si por Él fueron hechas todas las cosas (Heb 1:2); la criatura no puede engendrar a su Creador. Hacerla madre del Creador es hacerla Dios por encima de Dios! Y en segundo lugar el Hijo no es solo Él Dios. Hacer a María madre de Dios es atacar la misma Unidad indisoluble de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Llamarla Madre de Dios es llamarla también Madre del Padre y Madre del Espíritu Santo, algo totalmente absurdo que no contemplaron al declarar este dogma a la multitud paganizada; y pensar que el nombre Christotokos más apegado a lo enseñado en las Escrituras era escandaloso y contrario a la sana doctrina según los obispos reunidos en Éfeso. María no fue sino la madre de Yeshua, el Verbo de Dios hecho carne, el Mesías de Israel. Esto es bíblico y no lo que las culturas paganizadas pretender hacer de las verdades bíblicas.

María, reina del cielo, del mundo, regina ángelus, Intercesora, Señora, Co-redentora y Abogada

Hemos tomado un apartado del libro The Manual of Holy Catholic Church: Embracing Light from the Altar or The True Catholic in the Church of Christ (El Manual de la Santa Iglesia Católica: Acogiendo la luz del altar o el Verdadero católico en la Iglesia de Cristo) del sacerdote James J. McGovern, aprobado por el Vaticano en la cabeza del arzobispo de Chicago James Edward Quigley de 1920.

“Como Reina del Cielo y dispensadora de los multiformes dones de la gracia obtenidos por su Hijo, ella puede ayudarnos en todo tiempo. Ella usará su poder plenamente si tan solo reconocemos su Señorío y nos unimos a todos los santos para darle toda la gloria en nuestro poder…Ayúdame querida Madre, a arrancar de mí mi propia voluntad de modo que pueda ser lleno de tu espíritu, que es el Espíritu de Dios (pág 123)

Esta es una declaración reconocida y aprobada por la Sede romana y refleja el sentir doctrinal que fluye desde las más altas jerarquías católicas hasta el más pequeño de los fieles a Roma. Analicémosla:

1 Se le ha otorgado el título “Reina del cielo” pero ¿es novedad este nombre dentro de la historia de la humanidad? En Jeremías 7:18 dice “Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira” lo mismo se narra en Jer 44:16-18 “La palabra que nos has hablado en nombre de Adonai no la oiremos de ti; sino que ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo, derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén y tuvimos abundancia de pan, y estuvimos alegres, y no vimos mal alguno. Mas desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo, y a espada y de hambre somos consumidos” Luego de lo cual el Señor decretó juicio sobre Judá (Jer 44:25-29). Esta “reina del cielo” era un nombre dado a una divinidad egipcia (la Semiramis babilónica) que los judíos llegaron a adorar y que por lo tanto fue el motivo del castigo de Adonai sobre ellos. Si este nombre es abominación a los ojos del Santo de Israel ¿por qué la Iglesia católica lo usó para llamar así a María? Como vemos, los judíos rebeldes del tiempo de Jeremías desecharon la Palabra de Dios y en vez de obedecerla ofrecieron libaciones e incienso a la reina del cielo a cambio de la comodidad con que los “bendecía”. No ha cambiado mucho de ese tiempo para acá donde el culto a la Reina del cielo exige sacrificios pero sin querer ver la luz brillante de la Palabra de Dios.

2 Se dice que ella es la dispensadora de los multiformes dones de la gracia, pero la Palabra de Dios nos enseña que es el Espíritu Santo quién da estos multiformes dones de la gracia “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo…pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho…Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1 Cor 12:4.7.11)

3 Si se le reconoce su Señorío, ella utilizará su poder. Y este es otro título con el que es invocada: “Señora”; aunque a estos guías ciegos se les olvida que la Palabra de Dios enseña otra cosa “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho SEÑOR y Mesías” (Hch 2:36) vemos que no es un nombre dado por hombres, Dios mismo le ha otorgado el nombre de Señor (Adonai) a Jesús (Yeshua) y solo a Él, pues al reconocer su Señorío alcanzamos la salvación “que si confesares con tu boca que Jesús es SEÑOR, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos serás salvo” (Rom 10:9) y este reconocimiento es por obra del Espíritu Santo “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús SEÑOR, sino por el Espíritu Santo” (1 Cor 12:3) y su Señorío no es compartido con nadie, pues sólo hay un Señor “UN SEÑOR, una fe, un bautismo” (Ef 4:5) “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos y en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es SEÑOR, para la gloria de Dios Padre” (Fil 2:9-11) Todos, los que están en el cielo, en la tierra y debajo de ella, incluso María, tendremos que doblar rodilla ante Jesús para confesar que Él y sólo Él es SEÑOR.

4 Junto con todos los santos darle gloria en nuestro poder. La gloria sólo se le da a Dios porque es propiedad suya, no de una criatura como María. Incluso Jesús al enseñarnos el modelo de oración y que muchos rezan sin entenderlo, declara que de Dios es la gloria “…porque tuyo es el reino, y el poder y la gloria por todos los siglos. Amén” (Mt 6:13b); “Yo Adonai; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas” (Is 42:8) “Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono y al Cordero sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos” (Ap 5:13) Incluso María reconocerá que de Dios y del Cordero es la gloria ¿por qué los hombres pretender dar gloria a ella entonces?

5 Según esta declaración el Espíritu Santo es el espíritu de María que llena al que le pide su protección, pero las Escrituras enseñan que es el Espíritu de Cristo (Fil 1:19, 2 Cor 3:17; Gal 4:6)

El 13 de mayo de 1946, el papa Pio XII declaraba a la virgen de Fátima como Reina del mundo, otro título que con arrogancia se levanta en contra de la sana doctrina bíblica que enseña “Porque Adonai el Altísimo es temible; Rey grande sobre la tierra” (Sal 47:2), “Porque Adonai es Dios grande; y Rey grande sobre todos los dioses” (Sal 95:3) “Más Adonai es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra y las naciones no pueden sufrir su indignación” (Jer 10:10) “Y Adonai será rey sobre toda la tierra. En aquel día Adonai será uno, y uno su nombre” (Zac 14:9) “Decid a la hija de Sión: He aquí, tu Rey viene a ti, Manso y sentado sobre una asna, sobre un pollino, hijo de animal de carga” (Mt 21:5) “ Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (Ap 19:16) Sólo Dios y Jesús como Dios puede ser el Rey de mundo, de la tierra, de los reyes de ella. Si María fuera Reina del mundo tendría que ser absurdamente esposa de Dios (ilógico, pues quien está llamada a ser la esposa de Dios es el pueblo renovado de Israel: “Convertios, hijos rebeldes, dice Adonai, porque yo soy vuestro esposo y os tomaré uno de una ciudad y dos de una familia, y os introduciré en Sión” (Jer 3:14)) o al menos compartir los atributos de Dios, algo totalmente imposible.

El término Regina ángellus significa reina de los ángeles, también adoptado por la doctrina antibíblica del catolicismo. María nació como mujer, hija del género humano del que se dijo. “Le hiciste un poco menor que los ángeles, Le coronaste de gloria y de honra, Y le pusiste sobre las obras de tus manos; Todo lo sujetaste bajo sus pies” (Heb 2:7) El género humano (del que María hace parte) fue hecho inferior, ni siquiera igual, a los ángeles que son mayores en fuerza y poder (2 Pe 2:11). Sólo Jesús (Yeshua) fue constituido superior a los ángeles “hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos” (Heb 1:4) ¿Cuál nombre? El de Hijo de Dios, que comparte la Deidad con el Padre. Por eso es superior. Esta es la primera objeción a esta advocación de María: si ella es criatura al igual que los ángeles pero en dignidad es menor que ellos, no puede ser, por lo tanto, reina (superior) de ellos. Es como si el alcalde tuviera autoridad sobre el gobernador. Y no se puede recurrir al hecho de que ella es la madre de Jesús, primeramente porque en el reino de Dios no se reconocen este tipo de privilegios, y en segundo lugar, ella no deja de ser un ser humano por el hecho de ser la madre de Jesús. El Maestro enseñó: “Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos” (Mr 12:25) Jesús nos mostró que al ser resucitados nuestra naturaleza será semejante a la de los ángeles, pero no superior a ellos. Hacer a María superior a los ángeles al llamarla su reina es contradecir la enseñanza de las Escrituras, porque sólo alguien superior puede tener autoridad sobre ellos: este es Dios.

“Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares” (Sal 68:17 a) “Bendecid a Adonai, vosotros sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto” (Sal 103:20) “Alabadle, vosotros todos sus ángeles; alabadle, vosotros, todos sus ejércitos” (Salmo 148:2) El Señor es conocido como Elohim Tsebaot (Dios de los ejércitos), al ser el Dios de los millares de ángeles. Jesús mismo es el Capitán de estas huestes: “Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos” (Ap 19: 13-14) “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mt 24:31).

La iglesia católica enseña que María es intercesora ante su Hijo y ante Dios el Padre y hasta invita que la experiencia de fe se viva por María hacia Jesús. En primer término ¿cuál es el significado de la palabra interceder? Según la definición del diccionario, significa rogar o mediar por otro para alcanzarle una gracia o librarle de un mal (Diccionario Enciclopédico VOX). Centrémonos en el primer verbo de esta definición: rogar por otro. Esto es, suplicar. Pero María está imposibilitada para esta labor pues ahora se encuentra en el lugar del descanso de los muertos llamado Seol, como ya lo hemos aclarado, lugar que no tiene comunicación con los lugares celestiales, ni con el mundo terrenal. Ella está esperando la resurrección y no suplicando por los pecadores. Sólo Jesús puede clamar a su Padre por nosotros “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Heb 4:14-16) Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará” (Jn 16:23) “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Jn 14:13-14). Jesús puede hacer todo esto por la sencilla razón de que Él es Dios y cuenta con los atributos propios de la Divinidad; María, aunque no estuviese en el Seol sino en el cielo, no podría ser intercesora, ya que no podría contestar las peticiones que se le hagan en México, Somalia y Nueva Zelanda al mismo tiempo, pues carece de un atributo de Dios: la omnipresencia (la capacidad que tiene Dios para estar en cualquier lugar); Jesús sí, el Espíritu Santo sí. La oración con la que el cristiano se dirige al Padre es siempre en el nombre de Jesús, hacerlo de otra manera es como decir, yo no tengo la suficiente confianza para entrar en la presencia de Dios, entonces pidámosle a alguien que esté cerca de Él pero que no sea tan terrible. Es como si tuvieras que pedirle un favor al dueño de una gran empresa, si eres un completo extraño tendrás que hacer antesala ante la secretaria de la secretaria primero para poder hablar con él, pero si tú eres el (la) hijo(a) del dueño entrarás confiadamente a su oficina. La fe que es por María hacia Jesús y luego hacia el Padre es una fe temerosa, es la fe de alguien que no ha conocido aún al Hijo de Dios con todo su amor, misericordia y compasión. La escalera al cielo sólo tiene un peldaño: Jesús el Mesías: “porque por medio de Él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre” (Ef 2:18).

Vayamos al segundo verbo de la definición encontrada en el diccionario: mediar por otro. La mediación es poner dos partes juntas para que dialoguen. Roma no declara abiertamente que María sea mediadora, pero en la práctica sí que lo hace. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres; Jesucristo hombre” (1 Tim 2:5) “Jesús le dijo: Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Jn 14:6). En la mediación, el mediador pone a dialogar a Dios totalmente santo con el hombre absolutamente pecador y esto es solo porque la barrera que existía (el pecado)se ha quitado, al morir redentoramente. Por eso “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch 4:12). María no puede ejercer como mediadora pues ella no murió para quitar la barrera que impedía la comunión entre Dios y los seres humanos, es más, ella misma fue redimida y salvada por el mediador, el Señor Jesús.

Tomando esta última afirmación podemos rebatir otro título totalmente anticristiano dado a María por la iglesia de Roma: el de co-redentora. Dicha declaración se basa en el hecho de que como madre de Jesús está ligada íntimamente a la obra de su hijo, y si Él es redentor, básicamente ella es redentora también. Pero ¿Qué significa redención? “El vocablo ‘redimir’ tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento, significa comprar algo de nuevo, mediante el pago de un precio ; liberar de la esclavitud en pago de un precio” (Tomado del libro Teología Bíblica y Sistemática, de Myer Pearlman, Editorial Vida, 1992, Pág. 148) y dicho concepto es sacado de la Torah. Leamos Levítico 25: 47-49: “Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia del extranjero; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará. O su tío o el hijo de su tío lo rescatará o un pariente cercano de su familia lo rescatará; o si sus medios alcanzaren él mismo se rescatará” Este es el concepto del pariente redentor que paga por la libertad de su pariente. Yeshua “siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.” (Fil 2:7-8) se hizo pariente nuestro al asumir nuestra naturaleza y pagó con su propia vida, con su propia sangre en el madero que era el precio que tenía fijado el extranjero que era nuestro amo: Satán, y así nos hizo libres. Ahora yo me pregunto ¿acaso María, la madre de Jesús, murió y derramó su sangre por ti y por toda la humanidad para pagar el precio estipulado por el maligno al igual que lo hizo nuestro Señor, para que sea llamada co-redentora de la humanidad? Las Escrituras nos muestran que el único que realizó tal pago, tal redención fue nuestro Maestro (rabi’, en hebreo) y Señor (‘adon,), Yeshua. Según el diccionario VOX la partícula ‘co’ indica unión o compañía, así co-heredero significa que hereda juntamente con, co-director significa que dirige en compañía de otro que también dirige, etc., es decir, que realizan las mismas funciones al lado o en unión con otro. María JAMÁS podría ser co-redentora, pues NO redimió (pagó con su sangre el precio de nuestras vidas) juntamente con Jesús. Entonces aquello de que María por ser la madre del Redentor, ligada íntimamente a él, es en su compañía, redentora también, es un argumento bastante pobre aunque le adornen con palabras teológicas, pues las obras de los padres no pueden, por lógica, ser atribuidas a sus hijos y viceversa. ¿o usted se dejaría operar por la madre de un cirujano, aunque ella hubiera ayudado a costear la carrera de su hijo? ¿Verdad que no? No existe ninguna universidad en el mundo que dé el título de co-cirujana a ninguna madre de algún cirujano, aunque hubiese costeado hasta la crema dental de su hijo durante la carrera. Quien estudió para ser cirujano fue su hijo, así como Yeshua se preparó para ser nuestro redentor en una cruz y no su madre aunque hubiese prestado su vientre para que naciese el Mesías.

En cuanto a este último título de Abogada, es muy corto y conciso lo que voy a decir. En la Biblia nunca se le da el título de Abogado a María, solo en primer lugar a Jesús “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Jn 2:1) y en segundo lugar al Espíritu Santo “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros” (Jn 14: 16-17).

“La palabra Consolador (paracletos en griego)tiene el siguiente significado literal: uno llamado al lado de otro para el propósito de ayudarle en cualquier forma, particularmente en procedimientos legales y criminales” (Teología Bíblica y Sistemática, Myer Pearlman, Pág. 208). Jesús cumplió como abogado al anular el acta de decretos que había contra nosotros, quitándola de en medio y clavándola en la cruz (Col 2:14) y a la diestra del Padre está presentando su sangre como prueba en contra de las acusaciones de Satán y en la tierra el Espíritu Santo protege al creyente de las artimañas del diablo.

Las apariciones marianas

Llegado a este punto, espero que tus oídos estén dispuestos. Cuando Jesús afirmaba algo categóricamente decía: “El que tenga oídos para oír que oiga”. Ya hemos hecho un repaso por la descripción bíblica de María y refutado con las Escrituras los dogmas humanos que a su alrededor se han venido tejiendo, pero ahora estudiaremos qué hay de cierto en las apariciones marianas que desde el siglo XIX se han venido incrementando.

“¿No es mi palabra como fuego, dice Adonai, y como martillo que quebranta la piedra?” (Jer 23:29) “La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Heb 4:12). Si algo hay que ser estudiado, debe serlo a la luz de la Palabra de Dios, si algo debe ser cambiado es porque no se sujeta a la Palabra de Dios y si algo ha de ser consumido, quebrantado o cortado es porque blasfema contra la Palabra de Dios. Cortar ciertas cosas duele y si has esperado encontrar una revelación de Dios en esas apariciones créeme que sentirás cómo la espada de dos filos atraviesa lo que haya que atravesar. No pretendo ser duro ni juzgar a nadie, no pretendo ser un guardián de la verdad ya que esta ya tiene quien lo haga: el Espíritu Santo; solo quiero difundir la verdad del Evangelio de Cristo y para hacerlo en esta ocasión fue necesario quitar algo de la cizaña que no permitía ver el trigo, quitar los adornos humanos que le han puesto a la sencillez del Evangelio para que pudieras, si no lo has hecho, creer en Él y ser salvo(a).

Pongamos de ejemplo una de las apariciones más resonadas e importantes dentro del catolicismo: la de Fátima. En los años 1916 y 1917, tres niños, tres pastorcillos portugueses de nombres Lucía, Francisco y Jacinta tuvieron las visitas de unas “apariciones” que se manifestaron primero como si fuera un ángel y luego se dieron a conocer como María, la madre de Jesús, la Inmaculada Concepción. Examinemos el trasfondo histórico en el que se desenvolvieron: Europa estaba sumida en una guerra sanguinaria, el ambiente era de terror y desesperanza; era la Primera Guerra Mundial. Portugal había sido en los años previos y durante las apariciones un estado masón y ateo que reprimía las manifestaciones religiosas. Fátima era un pequeño pueblo de Portugal llamado así cuando las invasiones musulmanas en el siglo XIII y XIV llegaron a la península ibérica (España y Portugal). Fátima, era realmente el nombre de una de las hijas de Mahoma y de allí se tomó el nombre para la localidad. Pero la hija de Mahoma no solo pasaría su nombre al pueblo sino también una serie de pensamientos dejados por sus descendientes, los fatimitas, que vivieron en esta zona hasta que fueron expulsados de la península. Toda una visión de los juicios divinos y del carácter de Dios (Alá) según el islamismo que vivieron ocultos en la conciencia colectiva de la región. Hasta el día de las apariciones. Además se había convertido en una comarca típica católica con todas sus tradiciones religiosas.

Como vemos era el ambiente perfecto para lo que vendría.

Sigamos con el estudio. Lucía, la mayor, al experimentar las primeras visiones dudó si era realmente obra de Dios o del diablo. A continuación trascribo las palabras mismas de Lucía:

“Cuanto me ha hecho sufrir esta reflexión, sólo Dios lo sabe, porque sólo Él puede penetrar hasta lo más íntimo de nuestro corazón. Comencé entonces a preguntarme si aquellas manifestaciones no serían del diablo, en un intento suyo por hacer que yo pierda mi alma…¡Qué angustia sentí! Dejé saber a mis primos [que también vieron la manifestación del espíritu] en cuanto a mis dudas. “¡No, no es el diablo!” respondió Jacinta. “¡Qué va! Dicen que el diablo es bien feo y que está debajo de la tierra en el infierno. Aquella Señora es bien bella, y la vimos ascender al cielo”. El Señor se valió de esto para aquietar un tanto las dudas que sentía… Aquel fue el día en que Nuestra Señora [María] se dignó revelarnos el secreto. Después de aquello, para reavivar mi flaqueante fervor, nos dijo: “Sacrifíquense por los pecadores, y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”. Gracias a nuestro buen Señor, aquella aparición disipó las nubes de mi alma y mi paz quedó restaurada” (Fátima in Lucía’s Own Words, Fátima en las propias palabras de Lucía, editado por Fr. Louis Cóndor, SVD., The Ravengate Press, 1976, pp 69-71)

Hubo dos elementos que alejaron de Lucía la intranquilidad (¿o la verdad?) que sentía. El primero de ellos fue el testimonio de sus primos sobre lo que se les había enseñado del diablo y el segundo la revelación de la “señora”, curiosamente en el mismo día que aún no disipaba sus dudas. El apóstol Pablo instó a los creyentes a “examinarlo todo y retener lo bueno” (1 Tes 5:21), los judíos de Berea creyeron en el Evangelio, no sin antes escudriñar las Escrituras para ver si lo que Pablo y Silas les decían era cierto (Hch 17:11). En el Vaticano se estudian cuidadosamente todos los casos de milagros y apariciones, pero el criterio para declararlos como enviados por Dios no es si están sometidos a la suprema y absoluta verdad de la Palabra de Dios, sino, si están de acuerdo con las declaraciones de sus “Pontífices” y de su magisterio eclesial y si en estos casos de apariciones y milagros se constata que no hubo fraudes, sino que realmente los milagros sí sucedieron; ¡cómo si el que un milagro suceda de verdad, es hecho suficiente para declararlo como venido de Dios! “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán aun a los escogidos” (Mt 24:24) “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos” (1 Tes 1:8-9) “También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió” (Ap 13:15). El apóstol Juan nos dijo: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Jn 4:1). No solo en este caso, sino en la gran mayoría de apariciones se ven las romerías de gente, incluso algunas de ellas sanadas, que creen ciegamente que lo que allí se manifiesta es de Dios sin primero haber probado ese espíritu como lo ordena la Palabra de Dios; ¿pero cómo probamos a estos espíritus? Más adelante les daré la respuesta.

Dijimos que el primer elemento que hizo que Lucía creyera a la aparición fue el testimonio de sus primos sobre lo que se les había dicho del diablo, esto era que él era feo y que estaba debajo de la tierra en el infierno. La Biblia no nos narra cual es la apariencia de Satán aunque como ángel caído perdió el resplandor de la gloria de Dios, sí nos dice que él puede tomar apariencia de algo bueno y bello “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz” (2 Cor 11:14). La imagen tradicional de la religión sobre Satanás es que es un ser de piel roja o negra con cachos, cola y tridente, horrible ciertamente, pero nunca se le llegó a decir a la gente que podía disfrazarse y tomar apariencia de algo bueno como procedente de Dios como lo es un ángel de luz. Primera falla. En segundo lugar se dijo que él estaba debajo de la tierra dominando el infierno; se le pintó como el señor del ardiente infierno donde moraban los demonios atormentando a los infieles pecadores, pero Pablo enseña que habita en el aire “en los cuales anduvisteis en otro tiempo siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia”(Ef 2:2), la visión de Juan en el Apocalipsis no describe la señal del dragón identificado como Satanás saliendo de la tierra sino en el cielo (Ap 12:3) y nuestra lucha espiritual no es contra espíritus malignos venidos del infierno “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Ef 6:12). No se le llegó a decir a la gente que los demonios y potestades de Satanás se encontraban también en las regiones celestiales (no en la presencia de Dios). Segunda falla.

Ahora analicemos el segundo elemento que se usó para convencer a Lucía de que eso era de Dios: el Secreto revelado por la “señora”. Veamos primero el contenido de la declaración de la aparición antes de juzgar los tres secretos revelados de los que ya se han hablado: La aparición les dijo: Sacrifíquense por los pecadores, y díganle muchas veces a Jesús, especialmente cuando presenten algún sacrificio: Oh Jesús, es por amor a ti, por la conversión de los pecadores, y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María. Les pide que se sacrifiquen por los pecadores, pero las Escrituras nos enseñan que “pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios.” (Heb 10:12) “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante” (Ef 5: 2) La Biblia nos enseña que ya no hay que hacer sacrificios por nuestros pecados o por los ajenos ya que Jesucristo se entregó a sí mismo como sacrificio por ellos ante el Padre, una vez para siempre, y lo hizo por amor a nosotros, de ahí que su sacrificio haya sido como olor fragante a Dios. ¡Jesús te ama inmensamente y ningún sacrificio se le compara al de Él, pues ofreció su propia vida por ti, por tu salvación y gozo eterno! Dios no nos pide que le hagamos sacrificios, cosas religiosas difíciles de cumplir, votos, mortificaciones de nuestro cuerpo como lastimosamente obligaron a hacer a estos niños portugueses en sus vidas, sino que le amemos con todo nuestro ser y amemos nuestro prójimo “y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios” (Mr 12:33). Dios no nos pide que “le hagamos” sacrificios sino que “seamos” un sacrificio vivo, santo y agradable a Él “Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Rom 12:1). Esta aparición estaba pidiéndoles una cosa totalmente antiescritural, en contra de la Palabra de Dios, además les dice que los pecados cometidos eran contra el corazón Inmaculado de María. Ya vimos de la falsedad del dogma de María Inmaculada, libre de pecado; pero también debemos aclarar que nuestros pecados no son cometidos contra María sino contra Dios mismo “Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en el juicio” (Sal 51:4) ¿Cómo es que Dios va a permitir que un enviado suyo pida cosas que van en contra de su eterna e incambiable Palabra? ¿Acaso María, que en vida obedeció la Palabra de Dios, después de muerta va a pedir algo que claramente va en contra de dicha Palabra?

Pero antes de desenmascarar a la aparición de Fátima plenamente, así como las demás apariciones de “María” volvamos sobre los tres secretos dados a los pastorcillos autorizados para que salieran a la luz pública por los papas del siglo pasado. Sólo hago comentarios y en cursivas pongo el texto original.

PRIMER SECRETO: “Nuestra Señora nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar debajo de la tierra. Sumergidos en ese fuego, los demonios y las almas, como si fuesen brasas transparentes, negras o bronceadas, con forma humana que fluctuaban en el incendio…” y se continua con la descripción dantesca y musulmana del infierno, aunque ya sabemos que los muertos, creyentes o no, se encuentran bíblicamente en el Seol, lugar de descanso e inconciencia donde no hay llamas ni nada por el estilo. Como dato, la misma Iglesia Católica que aprobó estas apariciones y secretos, años más tarde declaró dogmáticamente que el infierno como lugar no existe.

SEGUNDO SECRETO: “Visteis el infierno donde van a parar las almas de los pobres pecadores; para salvarlas Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si se hace lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz…” lo que la aparición pidió que se hiciera fue la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, y si se hacía se salvarían muchas almas. La Biblia enseña “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch 4:12). Los rusos no se salvarán aunque hubiesen sido consagrados a la Inmaculada aparición si no creen en Jesucristo, el Señor. “…Pero si no dejan de ofender a Dios, en el pontificado de Pio XII comenzará otra peor…” La Segunda Guerra Mundial comenzó en 1938 cuando Pío XII era papa y si esta predicción no fue adulterada, entonces podríamos decir que sí acertó; y si acertó ¿podría ser esto prueba de que Dios sí lo reveló? “Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciéndote: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Adonai vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Adonai vuestro Dios, con vuestro corazón y con toda vuestra alma” (Deuteronomio 13: 1-3) El que se cumplan ciertas predicciones no significa que es Dios quien las ha revelado. Si se cumplen pero llevan a las personas a servir a un “dios” diferente al Dios de Israel, Padre de Jesús (Yeshua) el Mesías, Señor y Salvador nuestro, no son enviadas por Adonai (El Señor), que las permite para que se muestre quienes lo aman de verdad y quienes no. Esta aparición pide que se siga al dios llamado Inmaculado Corazón de María y se le consagre el mundo, hace que la gente siga a “un” Jesús, pero no el bíblico, sentado a la diestra del Padre, hecho sacrificio por nosotros, sino a un Jesús que pide sacrificios y penitencias (no arrepentimiento genuino, conversión), y a un “Dios” juez castigador que de no ser por la intervención de “María” ya nos hubiese aplastado como cucarachas, siendo que el Dios de Yeshua es amor “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo Unigénito al mundo, para que vivamos por él” (1 Jn 4:9).

TERCER SECRETO: “…hemos visto al lado izquierdo de nuestra Señora a un Ángel con una espada de fuego en la mano derecha; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo, pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha hacia él…” luego se hace una descripción de la muerte de obispos, sacerdotes y monjas a manos de un ejército, donde sobresalía la figura de un obispo vestido de blanco. Dicho secreto fue interpretado por el papa Juan Pablo II cuando finalmente decidió liberarlo al público en el 2000 como cumplido cuando sufrió un atentado en la década de los 80 a manos de un extremista islámico. Si el secreto ya aprobado profetizaba que un obispo vestido de blanco (que luego identificaron con el papa) y otros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, y seglares iban a morir por las balas de un ejército, ¿cómo es que al cumplirse no sucedió nada de eso? Según Roma, la Virgen al profetizar esto, le salvó la vida al papa, pero no explica cómo un hombre que intenta asesinarlo puede ser comparado a un ejército y tampoco qué aconteció con la parte donde se habla de la muerte de los demás.

(Nota: las referencias en cursiva son tomadas directamente del documento oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, encargada de aprobar las doctrinas en el Vaticano)

Pero dejemos que el comentario final sea extraído del libro “Fátima nunca más!” del sacerdote católico Mario de Oliveira, portugués, en el cual denunció las falsedades de las apariciones de Fátima:

“…Porque el Dios que allí se anuncia y revela no tiene nada que ver con el Dios de Jesús de Nazaret. Se relaciona más bien con un Dios sanguinario, que se complace en el sufrimiento de inocentes, un Dios creador de infiernos para castigar a quienes dejan de ir a misa los domingos, o dicen palabras desagradables, un Dios incluso peor que algunas de sus criaturas…

“…Con estas actitudes cargadas de masoquismo religioso y sacrificial pretendían –con una ingenuidad e inocencia sobrecogedoras y de las que personalmente no eran responsables sino víctimas- consolar a Nuestro Señor y al Papa (la preocupación por el Papa vino después de que en cierta ocasión un sacerdote les habló de él y les informó que estaba siendo perseguido por los “enemigos” de la Iglesia)…

…La Iglesia Católica que desde el principio ha administrado a Fátima, no ha sido capaz aún de evangelizarla. ¡Y vaya que es necesario! Por el contrario, se ha mostrado más interesada en aprovecharse sacrílegamente del fenómeno. Tal vez porque él, como dice la publicidad de la lotería, es fácil, barato y dá millones. Y garantiza elevadas estadísticas, a la hora de contabilizar a los católicos portugueses, lo que da un mayor poder reivindicativo a la respectiva jerarquía, frente al poder establecido…”

Aunque no hubo un pronunciamiento oficial del Vaticano al libro sí se anunció la beatificación de los dos pastorcillos menores muertos hace años. ¿Pero qué sucedió con Lucía? De Oliveira considera que la religiosa de 90 años fue obligada a escribir sus experiencias por “obediencia al obispo de Leira” y que secuestrada desde entonces ha sido sometida a rigurosos tratos religiosos en donde vive enclaustrada, víctima de alucinaciones, visiones y apariciones a todo momento en un estado psiquiátrico de demencia y delirio.

Ya hemos visto lo que ésta, y la gran mayoría de apariciones marianas enseñan: un evangelio de sacrificios, rosarios para salvar almas, consagraciones al Inmaculado Corazón para salvar a los pecadores del brazo implacable de Jesús y de Dios el Padre, mortificaciones al cuerpo, anuncios de calamidades y desastres, protección bajo Su manto “si se hace lo que ella dice”, un evangelio de peregrinaciones hacia los sitios de las apariciones, de coronación de estatuas que la representan y su posterior veneración y adoración (aunque Roma afirme que es solo veneración), de sanaciones físicas pero que no representan necesariamente una conversión a Dios y no necesariamente hechas por Él, no una adoración en Espíritu y en verdad (Jn 4:24) sino un aumento en las expresiones religiosas que llevan a rendirle un culto a la persona de María pero que en nada se ve reflejado el amor al prójimo.

El apóstol Pablo dijo una cosa tremenda: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio del que habéis recibido, sea anatema [maldito]” (Gal 1:8). Hermano(a), solo hay un Evangelio que ni siquiera puede ser cambiado por los apóstoles, por un mensajero del cielo como lo es un ángel, o incluso por María, y cualquiera que enseñe o anuncie otro evangelio es declarado por la Palabra de Dios MALDITO.

Y antes de hablar del único Evangelio de Cristo, concluyamos nuestro estudio de las apariciones marianas.

Voy a decir una cosa que tal vez no guste pero que es necesario decirla para desenmascarar al responsable de dichas apariciones. Porque hay un responsable y tiene nombre: Satanás. Disfrazado de ángel de luz, se presenta bajo la apariencia maternal de María (quién osaría decir que esa bella, radiante y esplendorosa dama de las apariciones fuese en realidad una potestad del Maligno. De allí su astucia y peligrosidad)y ante el fenómeno que congrega masas anuncia un evangelio, no lo rechaza, pero lo modifica a tal punto que el que lo escucha se aleja cada vez más del verdadero Evangelio. Los cultos satánicos son buenos para él, para atraer un determinado grupo de jóvenes hacia la perdición, pero la forma más sutil no es esta, es presentando al hombre una mentira revestida con ciertas verdades y que tiene la apariencia de ser de Dios, con el propósito de hacerle creer al ser humano que está sirviendo a Dios cuando en realidad ni siquiera ha creído en el verdadero Evangelio y por consiguiente no es salvo. ¿Por qué he llegado a esta conclusión que a muchos ofende? En primer lugar, no he dicho que María, la llamada por todas las generaciones bienaventurada, por haber creído, sea Satanás. La Myriam (María) de la Biblia como ya lo hemos estudiado, no tiene nada que ver con la María dogmatizada por los hombres y popularizada en las apariciones. Entonces si no es la bíblica María, la madre de Jesús, obediente y sumisa a la Palabra de Dios, si Dios mismo no puede ser ya que Él no se contradice con su Palabra, si no es un mensajero de Dios o ángel que ejecuta la palabra y los preceptos de Dios fielmente (Sal 103:20), si ya vimos que Satanás puede disfrazarse como uno de ellos; que las apariciones al desvanecerse ascienden hacia el cielo y que este no es motivo para pensar que vienen de Dios, pues Satanás y sus potestades y demonios tienen su habitación en los lugares celestiales; si Satanás puede utilizar la Palabra de Dios para tergiversarla y empujar al hombre hacia la desobediencia a Dios (ver Mt 4:1-11); si anuncian un evangelio que presenta ciertas similitudes con el Evangelio de Cristo pero que en su trasfondo lo niegan y tergiversan y que la misma Biblia condena bajo maldición; y si finalmente, no es un producto de la imaginación (en algunos casos) de un hombre o una mujer, sino que realmente aconteció un hecho sobrenatural, no queda más que decir con profundo pesar, ¡Satanás ha estado engañando al ser humano, a inocentes almas, durante largos años! Pero el Evangelio (Buenas Noticias) puro, verdadero y sin adulteraciones es este: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, para que el mundo sea salvo por Él” (Jn 3:16-17) “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil 2:8) “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”(Rom 5:8) “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; mas aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” (Rom 8:34) “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tes 4:15-16).

“Jesús le dijo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, nadie viene al Padre sino por mí” (Jn14:6)

“Y en ninguno otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvos”

(Hch 4:12)

“Que si confesares con tu boca que Jesús es Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”

(Rom 10:9)

“Diciendo(Jesús): El tiempo se ha cumplido, y el reino se Dios se ha acercado; arrepentios y creed en el evangelio” (Mr 1:15).

Si oyes estas palabras, que no son palabras de hombres sino la Santa Palabra de Dios y aún no has experimentado la vida abundante que promete Jesucristo (Jn 10:10), no las religiones, y has tenido visiones erradas de la figura de María, le has rendido honor, gloria, veneración y hasta adoración, orándole en cualquiera de sus advocaciones, o ante una estatua que dice representarla, pensando por tus propios razonamientos o porque algunos que se dicen llamar representantes de Cristo en la tierra te lo han dicho, que así te acercarás más a Dios; si lo que has leído en el texto ha llegado a inquietar tu corazón y el Espíritu Santo ha sembrado una duda que te haya hecho meditar en lo que dicen los hombres en contraste con que dice la Palabra de Dios y si quieres ser salvo, hijo de Dios, hermano de Jesucristo y coheredero con Él de sus bendiciones y promesas y creer en el evangelio que es Jesús el Mesías mismo, entonces hazle caso a María que dijo: Haz todo lo que él te diga, y Él te dice: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se te ha acercado; arrepiéntete y cree en el Evangelio. Si gustas, puedes repetir, pero de todo corazón, esta oración que escribo o puedes tomarla como modelo para que hagas una propia con tus palabras. Recuerda que “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. (Sal 51:17):

Señor, he escuchado tu Palabra

Y ella me ha mostrado que estoy errado(a)

Te buscaba pero por un camino que no era el tuyo

Pues he escuchado que solo Tú eres el Camino

Creí que te conocía y que te agradaba

Pero no era más que una mentira

Por eso estoy aquí ante ti, aunque no lo entienda

Y me encuentro arrepentido(a)

Te pido perdón por haberle dado gloria a una criatura

Antes que a Ti que eres el Creador

Te pido perdón por cada oración, consagración y veneración

a lo que consideraba que era María,

Por postrarme ante una imagen suya hecha por manos de hombres

Y por no comprender que lo importante

era creer en Ti y obedecer tu Palabra.

Te pido perdón por este y por cada uno de mis pecados

con los cuales me he apartado de Ti

Y me entrego a Ti como sacrificio vivo

para amarte con todas mis fuerzas

y para guardar tu Ley

que pido, escribas en mi corazón

mediante tu Espíritu Santo.

Amén

Si has hecho esta, o tu propia oración sincera y de todo corazón, y realmente te encuentras arrepentido(a) (eso sólo tú lo sabes) te invito a que hagas a viva voz esta declaración:

Señor, te agradezco porque me has escuchado.

Ahora te pido que escribas en el libro de la Vida mi nombre

Y que me hagas hijo(a) tuyo.

Declaro que Tú, Jesús eres mi Señor y Salvador personal

Y que fuera de ti no hay otro

Que moriste en una cruz por mí

Para ser libre de pecado

Y tener una vida abundante

Y creo firmemente en mi corazón que no te quedaste en el sepulcro

Sino que resucitaste de entre los muertos

Y que ahora intercedes por mí

A la diestra de Tu Padre.

Amén


Ahora te espera vivir en la comunión real con el Padre y con el Hijo, pídeles el Espíritu Santo para experimentar su llenura. Te aseguro que no andarás de aquí para allá tratando que alguien te lleve hasta Él, pues experimentarás Su presencia cercana, y un gozo y paz sobrenatural invadirán tu alma. “Esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado” (Jn17:3) Esta vida eterna la tendrás hoy, en esta vida y en la siguiente.


Con amor en Yeshua.



BIBLIOGRAFÍA

SANTA BIBLIA, Versión Reina Valera , Sociedades Bíblicas Unidas 1960

LA BIBLIA PARA EL PUEBLO DE DIOS, Taller San Pablo. Bogotá, Colombia

BROWN, Rebeca, “Preparémonos para la guerra,” Whitaker House. Pittsburg, USA, 1990

FORERO, Jaime “María en la Biblia y la Teología” Centro Carismático Minuto de Dios. Bogotá, Colombia, 1986

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 1992

PEARLMAN, Myer “Teología Bíblica y Sistemática” Editorial Vida; Deerfield, Florida, USA 1992

DE OLIVEIRA, Mario “Fátima, nunca más!” Editora Campo das letras, Portugal, 1999

Además hemos incluido bibliografía tomada de algunos sitios en Internet:

BRITO, Edrey “Betulah y Almah” www.mesiánicos.com 2001

SEXTON, Rebeca “Luz desde el altar de la iglesia católica” www.cuttingedge.org/sp/

Incluidas notas de la cátedra de Hebreo del prof. Mariano Escobar y de la cátedra Misterio de Dios de Carlos Barraza, ofm. Universidad de San Buenaventura, Bogotá, Colombia, 1996.



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http://estudios.iglesia.net/leer.php?id=698_0_1_0_M9
 
Vengo a llevarme otro revolcón.

Vengo a llevarme otro revolcón.

Originalmente enviado por: Maripaz
Me alegra enormemente que me diga que la mujer de Apocalipsis 12, puede ser María, la madre de Jesús, ya que así usted me estaría reconociendo un asunto insalvable entre las enseñanzas católicas y lo que expresa claramente la Palabra de Dios, y sería que María tuvo más hijos aparte de Jesús; fíjese lo que se nos dice en Apocalipsis 12:17.

Cierto, hay gente que no escarmienta nunca. Dicen que perdiendo se aprende. Yo estoy dispuesto a aprender y aquí vengo a llevarme otro revolcón, como esos torerillos que acuden a las fiestas de los pueblos y son revolcados por las vaquillas una y otra vez, pero recogen sus trastos y vuelven a la faena.

Sólo les ruego que sean benévolos conmigo y no tiren con bala. No traten de hacerme sangre, que soy muy sensible.

Y después de este preámbulo, de este poner la venda antes de recibir el golpe, ahí va mi pregunta:



¿De verdad hay quien cree que la virgen María solamente tuvo un hijo?

Por favor, contéstenme con suavidad, que hoy estoy magullado de tantos revolcones.


Saludos cordiales.
 
http://www.icp-e.org/hemeroteca/e2002/e021105pb.htm

HERMANOS DE JESÚS, ¿HIJOS DE MARÍA?

Un hallazgo arqueológico ha puesto de actualidad la tan debatida cuestión de los hermanos de Jesús, asunto nada importante en si mismo si no fuese porque pone en el disparadero uno de los dogmas romanistas más protegidos, el de la virginidad perpetua de María, por la que es “Aeiparthenos”, y por extensión la infalibilidad papal que lo declaró, en este caso a Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus.

A pesar de que la probabilidad de que los restos correspondan al Jacobo bíblico son bastante remotos basándose exclusivamente en las inscripciones del sarcófago, porque los nombres de Jacobo, Jesús y José eran bastante comunes entre los judíos y la coincidencia dentro de la misma familia bastante frecuente, las evidencias bíblicas de la existencia de los hermanos de Jesús están suficientemente claras para cualquier no prejuiciado lector, sin necesidad de hallazgos sensacionales.

HISTORIA Y RAICES DEL EL DOGMA CATÓLICO DE LA VIRGINIDAD PERPETUA DE MARÍA

Con todo cabe resaltar que la negación interesada de su existencia fue bastante temprana, desde los siglos II y III, y corresponde a la proliferación de las corrientes hiperascéticas que irrumpieron con fuerza en el cristianismo de aquella época estableciendo con la etiqueta de “santidad” ciertas normas de vida rígida consistentes en la abstinencia de determinados alimentos junto con la mortificación de los instintos y pasiones, así como la negación de cualquier tipo de placer sensual e incluso estético. Bajo esta mentalidad que llegó a ser bastante enfermiza (Rom. 14:14), las relaciones sexuales eran consideradas como algo concupiscente y pecaminoso, y destacaban la virtud del célibe por encima de cualquier otra. En muchos lugares y círculos llegaron a imponer su criterio contra el pensamiento histórico del pueblo de Israel que siempre había considerado a la maternidad como la más alta dignidad para una mujer y la culminación de sus aspiraciones en la vida, porque así cumplía con el propósito divino de procrear y llenar la tierra (Gen. 9:7 y Jer. 29:5-7), mientras que ser estéril ó no procrear era toda una desgracia (Gen. 25:21; 29:31; Ex. 23:25-26; Deum. 7:14; Job. 24:21; 1Sam. 1:5-7; Sal. 113:9; Prov. 30:16; Is. 54:1; Heb. 11:11). Fruto de estas ideas peregrinas encontramos en la historia del cristianismo situaciones absurdas como la de Tertuliano, que al “hacerse cristiano” acuerda con su esposa no mantener más relaciones sexuales durante el resto de su vida, ó la del más radical Orígenes que llegó a castrarse en una interpretación literal extrema de Mateo 19:12, cuya sana interpretación está contextualizada con lo que escribió Pablo en 1 Cor. 7:25-35, sobre aquel deseo y necesidad para que algunos cristianos “voluntariamente” (“se hacen a si mismos”, no por que alguien lo decida por ellos, ni lo imponga) deciden no asumir cargas y responsabilidades familiares para disponer de más tiempo y disponibilidad en la extensión del evangelio.

Estos grupos provenientes del paganismo desplegaron una gran actividad en la promoción de este tipo de vida y una de las formulas más eficaces fue su actividad literaria entre la comunidad cristiana. Con la difusión de libros tales como el Evangelio Armenio de la Infancia, la Historia de José el Carpintero ó el pseudo evangelio de Mateo, consiguieron propagar una historia falsa de María que daba cobertura a tales ideas aunque contradijesen los relatos más antiguos y serios de los evangelios que hoy conocemos como canónicos. Según esa pseudo historia, que presenta algunas diferencias entre los diversos relatos, podría resumirse que María, desde los tres años de edad en los que ya era una persona completamente madura, decide ser célibe (en el sentido de mantenerse virgen toda su vida), y entra para vivir en el templo para formar parte de una comunidad de vírgenes que están dedicadas a la oración día y noche. Cuando cumple doce años, para evitar que le sorprenda en el templo la menstruación y pueda contaminarlo, los sacerdotes deciden casarla con un hombre de bien, y por sorteo le correspondió que contrajese matrimonio con José, un anciano viudo de la tribu de Judá, que tenía más de 90 años, y que fruto de los 49 años de su matrimonio anterior tenía 4 hijos varones llamados Judá, Josetos, Simeón y Jacobo y dos hijas Lisia y Lidia. Según alguno de los relatos incluso tenía nietos de más edad que la de la propia María. Pero este matrimonio no se presenta como normal pues José hasta su muerte debía ser realmente el preservador de la virginidad de María, no un marido a todos los efectos. El relato afirma que al desposarse María se encontró con que Jacobo, el hijo de José, era muy pequeño y ella se ocupó de criarlo, y esa es la razón por lo cual se la conoce como la madre de Jacobo. Desde los doce años vivió con José en su casa y a los catorce fue cuando el ángel le anunció el providencial nacimiento, etc. etc.

TEXTOS BÍBLICOS SOBRE LA MADRE Y LOS HERMANOS DE JESÚS

Pese a lo estúpidos y absurdos relatos que contienen tales libros, que contradicen totalmente los relatos de las escrituras canónicas inspiradas, suficientemente claras como veremos en cuanto al matrimonio de María y José, y su familia, tuvieron un gran éxito por el apoyo del movimiento monacal que se originó en aquellos tiempos y ha llegado hasta nuestros días con mayor ó menor énfasis. Como una de las premisas en todas las actuaciones históricas del romanismo es que “el fin justifica los medios”, con el fin de mantener y promover ordenes monásticas célibes y un sacerdocio sometido al voto de castidad, asuntos ambos muy rentables económicamente para la organización vaticana, y a la vez propagar como centro del fervor popular a una María mítica asimilable a las diosas paganas, reina del cielo y madre de Dios, que enlaza tan bien ahora como en el paganismo con la sensiblería popular, realizó una gran defensa de esta cuestión y promovió una amplia gama de argumentos respuesta tan pueriles como falsos para contradecir el claro relato de las Sagradas Escrituras, en relación a la existencia de los hermanos de Jesús:

1.- El relato evangélico de la relación de José y María asume un matrimonio normal de la época: Dice así Mt.1:18 Y el nacimiento de Jesucristo fue así: Que estando María su madre desposada con José, antes que se juntasen, se halló haber concebido del Espíritu Santo… Mt.1:24 y 25: Y tomó la esposa de él; y no conoció a ella “hasta” (ews) que dio a luz un hijo y llamó el nombre de él, Jesús. Creo que es bastante elocuente en el sentido de que José se unió a María en un matrimonio normal, no que se hiciera cargo de la adopción de una niña. No existe ninguna referencia a la edad de los contrayentes, ni a cualquier matrimonio anterior por parte de José.

2.- Jesús es mencionado como el hijo primogénito de María.- Lucas Lc. 2:7 afirma que “dio a luz al hijo de ella el primogénito (prwtotokon)”. Primogénito significa engendrado en primer lugar.

3.- Los vecinos de la familia los conocían como tales. Así lo afirman los cuatro evangelistas sin excepción: Mateo, Marcos, Lucas y Juan:

Mateo. Mt. 12:46-48: La madre y los hermanos (adelfoi) de él (autou)… (v-47) la madre de ti y los hermanos (adelfoi) de ti (sou)… mas él, respondiendo… ¿Quién es la madre de mí, y quienes son los (adelfoi) de mi (mou)? Mt. 13:55: ¿No la madre de él es llamada María y los hermanos (adelfoi) de él (autou) Jacobo y José y Simón y Judas y las (ai) hermanas (adelfai) de él (autou) ¿acaso no todas (pasai) frente a nosotros están?

Marcos: Mr. 3:31-35 (v-31) “… la madre de él y los hermanos de él (adelfoi autou)…” (v-32) “…la madre de ti, y los hermanos de ti (oi adelfoi sou) y las hermanas de ti (ai adelfai sou)…”.

Lucas: Lc. 8:19-21) usa exactamente las mismas palabras (adelfoi).

Juan: (Jn. 2:12) “… y la madre de él y los hermanos (adelfoi) [/I]y los discípulos de él…[/I]”. Jn. 7:3-10 (v-5) “Mas ni aún sus hermanos (adelfoi autou) creían en él”).

4.- El mismo Jesús los reconoce como hermanos según el relato de Mateo, Marcos y Juan:

Mateo -Mt. 28:10: “… anunciad a los hermanos (adelfois) de mí (mou) que vayan…”;

Marcos - Mr. 3:34: “Mira la madre de mí y los hermanos de mí (>adelfoi mou). Cualquiera que hace la voluntad de Dios este hermano de mí y hermana (adelfas mou kai adelfh) y madre es:

Juan -Jn. 20:17 “… vete a los hermanos de mí …” (tous adelfous mou).

5.- Pablo afirma que Jacobo era hermano de Jesús: Escribiendo en Gal. 1:19, dice: “… Jacobo el hermano del Señor (adelfon tou kuriou). Judas, el autor de la epístola del mismo nombre, dice que él es hermano de Jacobo (Jud. 1). Así ya tenemos a dos de los hermanos identificados por su papel en la iglesia apostólica.

6.- La profecía corrobora que tendría hermanos por parte de su madre: El salmo 69 es uno de los innegables salmos proféticos por excelencia, y como tal uno de los más citados en el Nuevo Testamento en relación con Jesús y con su ministerio, en el vers. 8 dice así: “He sido extrañado a mis hermanos y extraño a los hijos de mi madre”. (Ojo, en el énfasis “de mi madre”). Concretamente esta profecía está en relación con la afirmación de Juan 7:5: “porque ni los hermanos de él, creían en él”.

Los argumentos romanistas para aceptar la versión de los apócrifos y descalificar los relatos de los evangelios son los siguientes:

a.- En el idioma hebreo llama en muchas ocasiones hermanos a los parientes, sin tener en cuenta el grado de parentesco, como en algunos casos del Antiguo Testamento. La falacia consiste en ocultar a sus lectores, mayoritariamente poco versados en las Escrituras, que el Nuevo Testamento fue escrito en griego y no en hebreo, por lo que nada tiene que ver una cosa con la otra; y que la población de Palestina en los tiempos de Jesús era bilingüe en su mayoría, pues el griego era el idioma comercial, diplomático, escolar e internacional, mientras que el arameo, que había sustituido prácticamente al hebreo, era el dialecto siríaco derivado de este y una lengua de ámbito restringido que ni siquiera la conocían muchos de los judíos y casi ninguno de los que vivían fuera de Palestina.

Todos los escritos relativos al Nuevo Testamento están escritos en lengua griega. Sus autores conocen perfectamente el idioma griego y distinguen entre los términos de hermano, primo y pariente. Por ejemplo: Pablo cuando quiere decir “pariente” usa la palabra griega que significa “pariente” (suggene), no hermano. (Vere:11)ee "palabra griega que significa "tou kuriou) no de musas y equivocas.

Rom. 16:11, 16:7 y 16:21). Y cuando quiere decir “primo”, no dice pariente ni hermano, sino primo, con la palabra griega “aneyios”, como en Col. 4:10 “el primo de Bernabé”. Juan el evangelista hace lo propio en Jn. 18:26. “… pariente que era (suggenhs) del que cortó Pedro la oreja”.

También Lucas, que en su evangelio, 1:36, se refiere al grado de parentesco entre María y Elizabeth las llama “parientas” (suggenis), no hermanas. En 1:58 igualmente emplea la palabra parientes, sin equivocarse: “…los parientes de ella (oi suggeneis autes)”; y en 2:44 “… buscabánle entre los parientes (>suggeneusin) y los conocidos”. Incluso es capaz de usar los diferentes términos en una misma frase sin confusión alguna, como en 14:12 “… ni a los hermanos tuyos (adlfous sou), ni a los parientes tuyos (tous suggeneis sou)”, lo cual repite en 21:16 “y hermanos y parientes… (kai adelfwn kai suggenwn). Así pues el argumento de que se llama hermanos a los parientes en otro grado porque no tengan otra palabra disponible es absolutamente falso. Pero además, al que niega la evidencia le corresponde la carga de la prueba, por ello debieran presentar algún ejemplo del Nuevo Testamento donde a un pariente se le llame “hermano”. Aunque carece de valor acogerse al termino “hermanos” referido a los que son de la fe, porque está al margen de la estructura familiar humana y al parentesco de la carne.

b) Eran hijos de José, de un anterior matrimonio, ¿por qué razón sino habría de pedir Jesús desde la cruz a Juan que cuidase de su madre?.- Ya hemos mencionado las fuentes originarias de la pretensión de que eran hijos del anterior matrimonio de José y las razones. Veamos los argumentos para entender que no solo no eran mayores, sino que eran más jóvenes que él.

b.1.- Aparecen acompañados de su madre, cuando Jesús ya tiene más de 30 años (Jn. 2:12; Mt. 12:46; Mr. 3:31; Lc. 8:19; Hch. 1:14). Si ellos fuesen mayores, tendrían sus propias familias de las que cuidarse, y aunque alguno fuese con su madre, el plural determina que iban todos juntos, lo que es normal solo si fuesen lo bastante menores en edad para que su madre los mantuviese bajo su cuidado.

b.2.- La razón de que Jesús pidiese a Juan que cuidase a su madre abunda en que estos eran más jóvenes como para asumir esa responsabilidad. Otra razón era que sus hermanos no creían en él, pero tampoco en su madre quien seguramente les habría hablado de su providencial concepción y de las milagrosas circunstancias que rodearon su nacimiento. Parece que la fe surge cuando se les aparece una vez resucitado (1Cor. 15:7)

b.3.- Cuando José y María bajan a Belén para empadronarse, también tendrían que ir a empadronarse los presuntos hijos adultos de José, y luego huirían todos juntos a Egipto, pero el ángel únicamente le dice que tome al niño y a su madre (Mt. 2:13) ¿Dónde y con quién quedaron los presuntos hijos de José? ¿Cómo es que no creyeron en él si presenciaron su nacimiento, la adoración de los pastores, la de los magos, la estrella, etc.? Si hubiesen quedado en Belén, ¿no sufrirían la persecución de Herodes, por si alguno de aquellos fuese el Mesías? Cuando Jesús a los doce años baja al Templo, y lo buscan entre sus parientes, todavía no hay ninguna referencia a que tuviese hermanos, ni de padre, ni de ninguna otra clase.

b.4.- Los hermanos siempre aparecen como un grupo compacto, si fuesen mayores, hijos de José, tendrían más edad que Jesús, como es que no aparecen junto con sus familias, ni se atribuían dentro del grupo familiar a sobrinos? Sabemos que las muchachas por entonces se casaban bastante jóvenes, luego las de Jesús debieran estar ya casadas y normalmente con hijos. Cuando Pablo escribe sobre el año 57 la primera epístola a los corintios, aquí si menciona que los “hermanos del Señor” (adelfoi tou Kuriou) están casados y tienen esposa, lo cual ya parece más normal que se hubiese producido al transcurrir 27 años desde la muerte de Jesús, así incluso los más jóvenes se habían casado ya.

b.5.- Si solo fuesen hijos de José, no serían hermanos de Jesús, en absoluto, porque Jesús era hijo de María, pero no de José, y estos serían hijos de José, pero no de María. ¿Cómo osarían llamarse ellos mismos hermanos de Jesús, si no tenían ninguna cosanguineidad? ¿O cual de los escritores inspirados habría osado llamarles “hermanos de Jesús” sin añadir una coletilla que dijese, por ejemplo, “según la gente creía”, como en el caso en el que se menciona a José como padre en Lc. 3:23 en relación con 4:22. ¿Pablo les llamaría “hermanos del Señor” (adelfoi tou Kuriou) como en 1Cor. 9:5 ó en Gal 1:19, en lugar de hijos de José?

c) Eran hijos de otra María.- Ya no me paro sobre esta sandez, pues ya ha sido abandonada por el romanismo, aunque durante mucho tiempo incluso aparecía en las notas de sus traducciones bíblicas.

d) La palabra “hasta” de Mateo 1:25, no significa “que después la hubiese conocido” y citan en su apoyo 2ª Sam. 6:23 que dice: “Y Mical, hija de Saúl, nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte”. En tono satírico dicen que si “entonces se debe suponer que los tuvo después”. La diferencia es que sabemos que la muerte interrumpe la vida y la posibilidad de tener hijos, circunstancia que no concurre en el caso de María, que siguió viviendo después del parto de Jesús. La frase de que José “no la conoció hasta después de que diese a luz a su hijo”, tiene un contexto, y es que todos los autores le reconocen hijos.

e) Un “primogénito” no significa posteriores “genitos”.- Otra de las argucias de los romanistas consiste en afirmar que primogénito no establece que haya otros “genitos” posteriores, sino que siendo el primer hijo de María ya podría ser llamado primogénito aunque no tuviese hermanos. El fallo de su argumento es que el relato no fue escrito cuando el hecho se produjo, y el escritor ignoraba si habría ó no hijos posteriores, porque los evangelios están escritos muchos años después de la muerte de Jesús, cuando los escritores ya sabían si María había tenido ó no más hijos, es decir si era primogénito ó unigénito. Al conocer la conclusión, no se necesita ni la intuición ni la precaución. Lucas, que es el que le llama primogénito, lo hace muy bien, como vemos en otro lugar de su evangelio en que al hijo de una mujer viuda le llama “el unigénito”, y no el “primogénito” (Lc. 7:12) “…habiendo muerto un unigénito hijo (monogenhs uios) de la madre de él, y ella era viuda”. En su calificativo no solo apela a la posibilidad biológica de la mujer, sino a otros aspectos que van desde su condición como viuda ó incluso por la edad avanzada de la mujer, entendiendo que ya no podría tener más. De la misma manera que Jesucristo es presentado como el “Unigénito” (monogenous) del Padre (Jn. 1:14), en su género y esencia, pero el primogénito de muchos hermanos (Rom. 8:29) adoptivos (Ef. 1:5), los hijos de Dios por medio de la fe (Jn. 1:12).

f) Ninguna respuesta ni mención al salmo profético.- Los romanistas que nunca pudieron con este texto del Salmo 69, decidieron simplemente ignorarlo de su referencia profética, como si no existiese, aunque hay referencias a varias partes del mismo por parte de Juan (15:25; 2:17; 7:5; 19:29) de Pablo en Rom. 11:9, 10; y de Mateo en 23:38. Y un gran contenido paralelo con pasajes de Isaías.

Ahora con los argumentos en pro y en contra, el lector decida su propia postura personal sobre el asunto en cuestión. Solo añadir que como se le dijo al rico que estaba en el Hades, si no creen a las Escrituras tampoco creerán aunque alguno volviese de entre los muertos y menos por el hallazgo de los restos de algún muerto. Si la ceguera es una forma de ignorancia, el fanatismo es una ignorancia consentida y deseada.
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Pablo Blanco
 
Más ejemplos del "ignore" de Juan a María:

"Jesús le responde: 'Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? Todavía no ha llegado mi hora'. Dice su madre a los sirvientes: 'Haced lo que él os diga'" (Jn 2, 4-5)

"Luego dice al discípulo: 'Ahí tienes a tu madre.' Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa" (Jn 19, 27).
 
Originalmente enviado por: Xandros
1) La mujer es madre, pues se encuentra a punto de dar a luz. Su descendencia son los creyentes.

"Haré que tu y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia" (Gén. 3, 15).

2) Que esté vestida de sol, símbolo de luz, calor y vida, puede muy bien representar su calidad divina. ¿Qué otras visiones contenidas en la Biblia conceden esos atributos a otra persona?

"El es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es" ( Hebreos 1,3).

3) La luna debajo de sus pies bien podría indicar que ha vencido su calidad material femenina (representa la menstruación en las mujeres) así como Cristo venció al mundo.

4) Y como corona, sobre su cabeza, doce estrellas que pueden simbolizar dos cosas sin que éstas sean excluyentes: Las doce tribus de Israel y los doce apóstoles de Jesús.

Esos versiculos no nombran para nada a María, ni piden (ni muchisimo menos) que se le culto o cosa parecida... solo son flacos argumentos...
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¿Hermanos carnales de Jesús? ¡Pobre desatino!
1998/08/25
es.charla.religion
H. L. escribió:

> Los curas que me catequizaron a mí eran más embusteros y menos sutiles
> que los que te catequizaron a ti, porque mientras a mí me decían que todos
> estaban en arameo, a ti simplemente te convencían de que Jesús no tenía hermanos

En hebreo no es posible distinguir léxicamente entre hermano, primo, primo segundo y demás. Para casi todos los miembros del grupo familiar se emplea la palabra ´ah. Ejemplos de ello los tenemos por decenas en la Biblia, pero, para no agobiar con citas, recuérdese sin más cómo Abraham llama hermano a su sobrino Lot, cómo Jacob dice que es hermano de Labán, su tío, cómo los hijos de Quis (1 Cro 23, 21-22), primos de las hijas de Eleazar, con quienes se casan, son llamados hermanos suyos, etc. Incluso en la famosa inscripción hebrea Panamou aparecen 77 hermanos. Algo similar ocurre con la palabra hermana (p. ej. Tobías llama a su mujer, hija de un primo suyo, mi hermana).

Pero lo más interesante de la discusión es, como de costumbre, lo que más se obvia en este grupo (¿o más se desconoce?), cuando se pretenden estas cursiladas de los "hermanicos" del Señor: En modo alguno podemos pasar por alto la importantísma traducción griega de la Biblia, llamada de los Setenta (LXX). Esta versión del siglo II antes de Cristo, cuidadosamente elaborada para el servicio de la populosa e influyente diáspora judía helenizada, desarrolla un griego de fuerte componente hebraico. Pues bien, apenas utiliza la voz anepsiós, primo o pariente en griego (¡sólo dos veces: Nm 36, 11 y Tb 7, 2!), en favor de adelfós, es decir, hermano. El griego del Nuevo Testamento se esfuerza por no alejarse un ápice de la versión de los Setenta, por ser ésta ampliamente leída e incluso considerada milagrosa e inspirada. Algo que pesó grandemente en Lucas, pulcro helenista.

Otras evidencias de que los pretendidos hermanos de Jesús son realmente primos las tenemos, p. ej., en Hechos 1, 4 y en Marcos 6, 3. Como indica Jerónimo, "Todas sus hermanas" connota un grupo numeroso que excede el ámbito de la familia monógama. Pero es sobre todo Mateo 13, 55-56 y Marcos 6, 3 donde se nombran a cuatro hermanos de Jesús: Santiago y José (o Joset), Simón y Judas. Ahora bien, Santiago y Joset, según Mc 15, 40 y Mt 27, 56, son los hijos de otra María, la mujer o hermana de Clopás (o Cleofás). Respecto de Simón, el escritor Eusebio (Historia eclesiástica, 4, 22, 4) trae una cita de Hegesipo en la que este autor afirma que sucedió a Santiago como obispo de Jerusalén porque era también un primo de Jesús.

Si se aduce el hecho de que Lc 2, 7 llame a Jesús prototókos, es decir primogénito, adviértase que la Biblia designa con tal nombre al primer hijo de una mujer sin referencia a la existencia de hijos posteriores. Prueba indubitada de ello lo constituye el epitafio de Tel Yaudieh: En el parto de mi hijo primogénito, la suerte me condujo al final de la vida. Ninguno de los dos Evangelios de la infancia (Mateo y Lucas), tan explícitos y ricos en detalles, menciona la presencia de más hijosen el hogar de José y María. Es más, en el pasaje de Lucas en que se relata cómo un Jesús de 12 años es hallado por sus padres en el templo, la angustia que precedió a ello y las circunstancias de la peregrinación habrían hecho necesaria la mención de más hermanos si los hubiera habido. ¿Habría podido peregrinar María acaso cada año (Lc 2, 4) si hubiese tenido hijos pequeños?

Ojo al dato y al argumento de autoridad: a Jesus se le designa como el hijo de María, con el artículo determinado (Mc 6, 3). Cf. M.-J. Lagrange, Évangile selon saint Marc, París, 1983. Juan (19, 25) nos habla de que María tenía una hermana, casi con seguridad, la mujer de Clopás. Los hijos de ésta, Santiago y Joset, sólo podían ser llamados hermanos de Jesús, según el lenguaje de la Biblia hebrea, asumido por la traducción de los Setenta y por el estilo que adopta el Evangelio. Sea como sea, todos los autores que han estudiado a fondo la cuestión de los hermanos de Jesús (el más grande exégeta anglicano del siglo XIX, J. B. LIGHTFOOD, Saint Paul´s Epistle to the Galatians, Londres, 1887, p. 252-290; Joseph BLINZLER, Brüder und Schwestern Jesus, Stuttgart, 1967; John McHUGH, La Mère de Jésus dans le Nouveau Testament, Cerf, París, 1977) han caído en la cuenta de que los hermanos de Jesús nombrados en el Evangelio no son hijos de María, sino de otra mujer.

Para concluir me permito aportar una pequeña prueba testimonial. Mi última bestia negra (je, je,
...), A. Piñero -catedrático de Griego de la Complutense y coleguilla, para más señas, del *piensador Ojea-, en medio de una soflama reciente y en plena efervescencia dogmática, al llegar a esta espinosa cuestión de los supuestos hermanos de Jesús, desinfló la vehemencia de su discurso y sólo acertó a decir:


Santiago, de quien, personalmente opino que era verdadero hermano de Jesús...

Y aquí llega lo bueno ¿Cómo es posible que quien lleva una hora pontificando toda clase de herejías, que de ser verdad -que ni de coña marinera, como tuve ocasión de hacer ver allí- echarían por tierra los fundamentos del cristianismo, al llegar a este punto sólo "cree personalmente"? ¿Cómo puede "opinar personalmente" todo un catedrático de Griego de la Universidad Complutense de Madrid en un asunto que alcanza tan de lleno a su ciencia?
Yo os lo adelanto: la ideología, que, en algunos que se dicen racionalistas, puede harto más que la razón.


Re: ¿Hermanos carnales de Jesús? ¡Pobre desatino!
1998/08/30

L. (mujer) escribió:

> No sé qué es lo que realmente molesta de los hermanos de Jesús.
> Supongo que refleja un determinado modo de enjuiciar la sexualidad.

Déjate de pamemas, L. El asunto de los supuestos hermanos de Jesús alcanza de lleno a la entraña de la fe católica. Y ya lo creo que alcanza: pregunta si no a los que inventaron la conseja y la mantienen contra viento y marea. Contra toda evidencia histórica, arqueológica, filológica y exegética.



1998/08/31

L. (varón y Testigo de Jehová) escribió:

> Miguel, que la evidencia está para el otro lado...
> Pero claro, para defender ese estilo de vida antinatural es mejor tener a un
> San José casado pero célibe y a una Santa María virgen con un solo hijo.
> Pero, ¿Qué digo? si la incoherencia es tan grande hasta la frase suena mal.

A vosotros os parecerá incoherente o antinatural, a otros discriminatorio o vaya Vd. a saber. A muchos imposible... Sólo te digo una cosa, L.: si, como se desprende clarísimamente de las Escrituras -apoyadas en su exégesis por el testimonio independiente de la historia, la arqueología y la filología-, Cristo, Señor de la Historia, quiso nacer como el hijo único de María, perpetuamente Virgen y concebida sin mancha, no voy a ser yo quien le enmiende la plana.

Entendéoslas vosotros con Él, con el Rey inmortal de los siglos, si le discutís lo que fue su gran designio.

1998/09/02

L. escribió:

> Pero... ¿Opinan todos los católicos como tú? veamos...
> "Brevemente y en lenguaje mesurado,[...] la posición tradicional parece
> vulnerable y frágil." Jean Gilles, Les "frères et sœurs" de Jesus (Los
> "hermanos y hermanas" de Jesús). "Los católicos modernos [...] en siglos
> subsiguientes." "Mary in the New Testament" Joseph A. Fitzmyer, de la
> Universidad Católica de América. "El grupo estaba [...] no hay nada sobre
> ninguna de estas dos creencias." (Comentario acerca del libro citado
> anteriormente de Tom Harpur, redactor de temas religiosos del Star de Toronto)
> (...) J. B. Lightfoot comenta: "San Jerónimo no alegó que la tradición confiriera
> autoridad a su teoría, y por ello la prueba a favor de esta solo ha de buscarse
> en las Escrituras. He examinado las pruebas bíblicas, y el conjunto de
> dificultades contrarresta con creces los argumentos secundarios a su favor y,
> de hecho, llevan a que se rechacen". (St. Paul's Epistle to the Galatians,
> Londres, 1874, pág. 258) (...) Incluso algunos vecinos de Nazaret reconocieron e
> identificaron a Jesús como "el hermano de Santiago y de José y de Judas y de
> Simón", y añadieron: "Y sus hermanas están aquí con nosotros, ¿no es verdad?". (Mr 6:3.)

Bien, L., Jean GILLES, adulado por Henri GUILLEMIN en "Le Monde" y en "Le Figaro Magazine", levantó la airada protesta nada menos que del padre P. BENOÎT, por entonces director de la Escuela Bíblica de Jerusalén. Pero, mira: en favor de la doctrina constante de la Iglesia, los concilios y los papas, los teólogos más acreditados mantienen el dogma de la virginidad perpetua de María basados en sólidos fundamentos bíblicos, tradicionales y teológicos. Ahí tienes, si no, a H. CAZELLES, en "Frères du Seigneur", Catholicisme, 4, 1956, pp. 1630-1633; a C. PERROT, en "Les Évangiles de l´enfance", Cahiers Évangiles, 18-11-1976; a P. GRELOT, Note aux éveques y en Esprit et Vie, nº 46, 17-11-1994; a E. COTHENET, en "Proévangile de Jacques", Supplément du Dictionnaire de la Bible, París (1972), pp. 1374-1383 y, sobre todo, 1391; a B. SESBOUÉ, en Pédagogie du Christ, Cerf, París, 1995, p. 205; a S. M. PERELLA, en "Il parto virginale di Maria nel dibattito teologico contemporaneo" (1962-1974), en Marianum, 56, 1994, pp. 215-244.
Respecto a la cita de LIGHTFOOT (siglo XIX), que, como ya dije, en esa misma obra reconoce que tales "hermanos" no son hijos de María, toma nota:


Basilio de Cesarea y Epifanio de Salamina reaccionaron inmediatamente frente a la pretensión de Eunomio de Cízico de que María era madre de familia numerosa (G. JOASSARD, Maria, 1, pp. 88-89).
En Occidente, la virginidad perpetua de María ya había sido formulada por Zenón de Verona (X380) en Tractatus, 2, 3, 2; PL 11, 414A-415A: Tras el parto, permaneció Virgen.
Carterio y Jerónimo (Adversus Helvidium) hicieron lo propio y, por negarlo, el obispo Joviniano fue excomulgado con 8 de sus adeptos, según San Agustín (Retractationes, 2, 22, 1, PL 32, 639).
A fines ya del siglo IV, Bonosio, obispo de Iliria, realizó un último intento de atribuir varios hijos a María, pero constituyó un fracaso estrepitoso: la cristiandad entera ya estaba hecha una piña en considerar a María perpetuamente Virgen. La contestación a esta indiscutible verdad no volvió a asomar ¡HASTA LA SEGUNDA MITAD DE NUESTRO SIGLO!
Pero, L., la gran prueba de que Jesús era hijo único, la indestructible, ante la que vosotros, los Testigos de Jehová -y con vosotros los ateos (por aquello de enredar) y los católicos que se autoproclaman "modernos"-, palidecéis, es la evidencia filológica. 'Letras' cantan: el análisis filológico actual de los textos no deja lugar a dudas, y su grado de certeza convierte en risibles consejas toda vuestra 'erudición' de medio pelo. Ahí va un texto definitivo de L. C. FILLION:

El hebreo no es rico en expresiones, como nuestras lenguas occidentales,
como el griego y el latín. Es particularmente pobre para expresar los grados
de parentesco, carece de término propio para designar a los primos y cuando
quiere hablar de ellos les llama simplemente "hermanos". Se trata de un hecho
incontrovertible, que ningún hebraísta ignora y que es conocido hasta por los
simples lectores de la Biblia. La palabra hebrea ´ahh no se aplica
solamente al hermano propiamente dicho, sino a un pariente cualquiera:
sobrino, primo, marido. Tiene un sentido más amplio todavía: sirve también
para expresar que el hombre de quien se habla pertenece a un pueblo de la
misma raza, que es un aliado o simplemente un amigo. Se da también el nombre
de "hermano" a los que ocupan los mismos cargos. Cierto que los autores del
Nuevo Testamento escribieron en griego; pero, a decir verdad, su lengua,
sobre todo en los Evangelios no es sino el hebreo o el sirocaldeo vestido de
griego. En particular para la denominación de los grados de parentesco
emplean únicamente los términos que se hallan en el Antiguo Testamento y se
sirven de la palabra adelfós 'hermano', como lo hicieran los Setenta, para
traducir la palabra hebrea ´ahh, cualquiera que sea el sentido que a ésta
deba darse. La palabra "hermano" aún se extendió en el Nuevo Testamento en
lugar de restringirse. Jesucristo y sus apóstoles dieron el nombre de
"hermanos" a todos los cristianos. Este argumento no admite réplica.
Filológicamente -dice Vigoroux- es cierto que de la palabra "hermano",
empleada en el Antiguo Testamento, no se puede concluir que aquel a quien de
este modo se nombra sea descendiente de los mismos padres que la persona de
quien se llama hermano. Es este punto muy notable y fuera de discusión.

¿Qué te parece, L.? ¿A que te recuerda al artículo que redacté para enhebrar este hilo?

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Los "hermanos" de Jesús: una conseja acientífica
15 May 1999

H. L. le decía a P. L.:
> Mira, P. L., cuando un mismo texto se traduce por varios traductores,
> y la Biblia es buen ejemplo, y todos los traductores coinciden en que "adelfós"
> se traduce por hermano, el que andando los tiempos algún teólogo se dé cuenta
> de que el hagiógrafo ha metido la pata y quiera corregir el error no significa que
> el error no exista.

Humm, qué interesante y sesuda disertación hermenéutico-filológica...

Pero aún queda algo que me escama, doctor H. L.: ¿cómo vierten al español todos los traductores los términos latinos frater y soror? Convendrás conmigo en que sólo pueden traducirse como hermano y hermana respectivamente, ¿me equivoco? Resulta obvio y bastaría con consultar un simple diccionario escolar latino-español.

Y eso, H. L., ya constituye motivo suficiente para traducirlos indefectiblemente así, pero ¿estás seguro de que debemos entenderlos SIEMPRE en el sentido de 'hermanos carnales', sea cual sea el contexto y el autor que emplee los fraternales términos susodichos?. Pues, oh paradoja, me surge un escollo de difícil superación ¿puedes ayudarme tú, H. L., clasicista consumado?

Resulta que el gran OVIDIO, en Metamorfosis, I, 351 nos presenta a Deucalión llamando soror a la que todos sabemos que es en realidad su prima hermana (y esposa) Pirra. Y más abajo -en XIII, 31- Áyax, primo hermano del gran Aquiles (hijos de los hermanos Telamón y Peleo, respectivamente), pide las armas que un día fueron de su "hermano":


«Frater erat: fraterna peto...».

Pero es que será el mismo vate sulmonense (Ovidio), el que en las Heroidas (XIV, 123 y 129), nos presente a Hipermestra escribiéndole una carta a su primo hermano y esposo Linceo, en la cual ella se llama a sí misma soror y se dirige a su consorte directamente como frater.
Antes, en Heroidas, VIII, 27-29, aparece también Hermíone, prima hermana y esposa de Orestes, calificándo a su marido y también a sí misma de frater y soror sucesivamente:


«...Vir, precor, uxori, frater succurre, sorori».

Ah, claro, H. L., a ti todo esto sólo te parecen licencias de poetas. Si pudiera hallarse algún prosaico ejemplo de un prosista... ¿Qué tal CICERÓN, el célebre abogado y político romano de finales de la República?
Se da la circunstancia de que Cicerón llama "hermano" a su primo hermano Lucio Cicerón (hijo de L. Tullius Cicero, hermano de Marco, padre de Cicerón) en De finibus, V, 1; y luego hace lo propio en Verrinas, III, 170; IV, 25 y 137 y 145. Finalmente, lo vuelve a repertir en carta a su amigo Ático (ad Att., I 5,1), en la que le comunica la triste muerte de su primo hermano, llamando a éste de nuevo "hermano":


«Quantum dolorem acceperim... Lucii fratris nostri morte... tu existimare potes».

Cicerón, en fin, califica como "hermano" de su propio hijo al que en la realidad es también primo hermano de éste: su sobrino Quinto Cicerón (ad Att., XII 7,1).
¿Qué hago ahora, maestro en gramáticas Lobo? ¿Cómo se lo explico a los alumnos? ¡Sácanos de la aporía!

[El fino estudio del que acabo de dar cuenta lo he extraído del artículo Los "hermanos" de Jesús y la iconografía de Moisés", publicado hace escasos años (olvidé poner el año en las fotocopias que tengo delante) en la revista de la UNED y firmado por don Antonio RUIZ DE ELVIRA, catedrático emérito de Filología Clásica y autor del mejor manual existente en español sobre mitología. En dicho artículo, el dr. Ruiz de Elvira, valiéndose también de otros muchos argumentos filológicos, desmonta del todo la tosca fábula de los hermanos carnales de Jesús]

> ¿O es que cuando Dios le pregunta a Caín por su hermano debe
> interpretarse también como que le pregunta por un pariente?

A ti te ocurre que, en tu esquemática mentalidad, te has creído que la lingüística es una ciencia exacta, y no la ciencia que estudia el complejo, vario, multíplice, rico y diverso fenómeno del lenguaje, primordial medio con el que nos comunicamos los humanos...

> La metedura de pata existe y arranca de las correcciones a que fueron sometidos
> los Evangelios durante sus primeros veinte o treinta años de existencia.

¿Y la metedura de pata de los supuestos "correctores" de un Ovidio y un Cicerón en qué años se localiza?

> Léete el artículo de hoy mismo de L. sobre este tema, perfectamente coherente pese
> a haber sido escrito por una pandilla de mafiosos místico-financieros de Brooklyn.

Sí, ya ves, se te nota impresionadísimo. Y es que hay que admirarse de lo que han avanzado las técnicas de crítica textual desde que los Testigos de Jehová se han empeñado en sacarse la ESO...


Re: Los "hermanos" de Jesús: una conseja acientífica

16 May 1999

H. L. escribió:

> ¿Pero qué coño tendrán que ver Ovidio, Cicerón o Pomponio Mela con el "adelfós" griego?

Aquí nadie ha traído a colación a Pomponio Mela para nada. Pero Ovidio y Cicerón, que son los que nos ocupan,... ¿por ventura sabes en qué época escribieron y de qué fuentes beben? ¿Cómo que un lírico elegiaco helenizante como Ovidio, que funda casi toda su creación en la mitología helena, no tiene nada que ver con el griego?

> No hacía falta irse a los clásicos latinos; bastaría con señalar que en
> español adquiere distinto significado la palabra hermano según hables
> de las hermanitas de la caridad, de ciudades hermanas como Valencia y
> Timisoara, de "¡uníos, hermanos proletarios!", de los hermanos de leche,
> de los hermanos políticos, de los hermanos Quintero o del Hermano Lobo.

Ahora sí que te vas tú por los cerros de Úbeda, H. L. ¿Estas simplezas a qué vienen? Lo importante es que en todos los ejemplos que cita el prof. Ruiz de Elvira -que son un montón, no se olvide- la palabra hermano esconde el parentesco de "primo hermano", que es lo que afecta de lleno a la cuestión de los versículos controvertidos del Nuevo Testamento.

> Los evangelios de Marcos y Mateo o las Epístolas no son libros poéticos

Tampoco son libros de historia ni de antigüedades como los de Flavio Josefo, sino que la intención y la lengua son sumamente distintas de las del historiador, con lo que quedaría invalidado el paralelismo que haces más abajo con el susodicho Josefo.

> y cuando en ellos se dice "hermano" se usa la voz en una de sus acepciones
> habituales, que son sin excepción las normales de hermanos de sangre o
> miembros de un mismo grupo social o religioso.

Pues a nadie puede extrañar que unos evangelistas, que, tanto en su lengua cotidiana como en su lengua litúrgica, nunca distinguen esa clase de parentesco continúen sin hacerlo; máxime, con el enorme precedente que supone LA BIBLIA GRIEGA DE LOS SETENTA, QUE USA SIEMPRE ADELFÓS.

> No sé, ni viene al caso, cuántas veces utilizó Homero la palabra "hermano"
> para referirse a miembros de la misma tribu o del mismo geno, ni cuántas la
> utilizaron Jenofonte o Esquilo para dar a entender que se trataba de
> concuñados o de vecinos.

Déjate de cuentos y de evasivas, H. L.: PARIENTES CERCANOS es lo que está en litigio.

> Pero sí sé que en el NT siempre que se utililiza la voz corresponde
> a una de las dos acepciones citadas en el párrafo anterior menos,
> qué curioso, si se trata de los hermanos de Jesús,

La cosa está bien clara: la palabra anepsiós (primo) sólo sale dos veces dos en toda la mamotrética Biblia griega de los Setenta. Y, atención, UNA SOLA VEZ en todo el Nuevo Testamento -en San Pablo: Col 4, 10-, frente a las 343 veces que aparece adelfós (hermano). ¿Qué ocurre, H. L.? ¿Tan sólo hay un primo de otro entre todos los personajes que pueblan el Nuevo Testamento?

Además, luego está la crítica interna. Yo escribí esto:


Pero es sobre todo Mateo 13, 55-56 y Marcos 6, 3 donde se nombran a cuatro
hermanos de Jesús: Santiago y José (o Joset), Simón y Judas. Ahora bien,
Santiago y Joset, según Mc 15, 40 y Mt 27, 56, son los hijos de otra María, la
mujer o hermana de Clopás (o Cleofás).

Chúpate esa, H. L.. Solucióname ese pedazo de contradicción si tengo que creerme que Jesús, Santiago y Joset eran hermanos carnales.
> y sé también que Flavio Josefo, judío que escribía en griego por los mismos años
> en que se escribía el Nuevo Testamento, en toda su extensa obra j_a_m_á_s utilizó
> la palabra "adelphós" o "adelphoi" para referirse a concepto que no fuese el de hermano
> o hermana de sangre.

Se nota la categoría de los informadores que tienes: ¿qué tendrá que ver la lengua, la pretensión y el estilo del Nuevo Testamento con el griego de Josefo? ¿Sólo el que sus autores fueran judíos? Además, el análisis estaría completo si me indicases también cuántas veces aparece anepsiós en Josefo, pues yo no tengo unas concordancias a mano del autor de La guerra de los judíos.

> Déjale al emérito profesor y atolondrado embarullador con sus piadosas
> mistificaciones y sus inoportunos latinajos, métete tú en la primera iglesia
> que encuentres para que puedas recomponer tu credulopatía y no nos trates
> a los demás como si fuésemos tarados mentales.

Venga, hombre, que Renan está ya cuarteado por el tiempo y por todo que hoy se sabe. A don Ernesto el amojamado ya sólo se lo creen los Testigos de Jehová, la tropa integrista del ¡lo dice la Biblia! y los cuatro que escribís aquí.
Y Pepe Rodríguez, faltaría plus.



16 May 1999

L. escribió:

> Siempre es bueno no quedarse con la visión de una sola persona ¿Verdad?

Te olvidas de un detalle, L.

En el post al que contestas había un extracto del artículo de uno de los más grandes filólogos clásicos vivos de España: don Antonio RUIZ DE ELVIRA, autor, entre otras muchas obras, de su célebre Mitología Clásica, publicada por la selecta editorial Gredos. Y decía que ese artículo machacaba literalmente con argumentos irrebatibles la increíble fábula de los "hermanos" mitológicos que le habéis inventado a Jesús. No he puesto más del artículo (publicado en la revista de la Universidad Nacional de Educación a Distancia -UNED, de España), porque es densísimo, y, en suma los argumentos estríctamente bíblicos coinciden con lo que yo tengo en mi página. Pero lo de Cicerón y Ovidio -que, aunque parece el huevo de Colón por lo conocido de las obras, es absolutamente original del prof. Ruiz de Elvira- me ha parecido fascinante y desde luego que contribuye a poneros a vosotros los Testigos de Jehová, por ejemplo, en una situación todavía peor [Hechos 26:14 Te es duro dar coces contra el aguijón...].

> Oye, H. L.: ¿A que no sabes concretamente cuántos
> hermanos/as carnales tenía Jesús? ¿Arriesgas un número?

¿No te digo? Si hasta hacen genealogías. ¡Como los mitógrafos grecorromanos: que si los Titanes, que si los Gigantes, que si las Nereidas...!

Y nos llaman apóstatas a los católicos estos cacho-paganos...



18 May 1999

M. M. escribió:

> Hola:
> Como cristiano te diré que la única fuente espiritual está en La
> Biblia y en Mateo Capítulo 1 dice en los siguientes versículos:
> 24.Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió
> a su mujer.
> 25.Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.

¡Cielos, estás equivocado!. En Mt 1, 25 sólo pone éteken uión (griego), es decir, dio a luz un hijo. Lo de suum primogenitum (latín) no es más que una adición de ciertas ediciones de la Vulgata.
En realidad, tú te estás refiriendo al versículo de Lucas:


Lucas 2:7
y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le
acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.

A ese respecto yo escribí:
Si se aduce el hecho de que Lc 2, 7 llame a Jesús prototókos, es decir primogénito, adviértase que la Biblia designa con tal nombre al primer hijo de una mujer sin referencia a la existencia de hijos posteriores. Prueba indubitada de ello lo constituye el epitafio de Tel Yaudieh: En el parto de mi hijo primogénito, la suerte me condujo al final de la vida. Ninguno de los dos Evangelios de la infancia (Mateo y Lucas), tan explícitos y ricos en detalles, menciona la presencia de más hijos en el hogar de José y María. Es más, en el pasaje de Lucas en que se relata cómo un Jesús de 12 años es hallado por sus padres en el templo, la angustia que precedió a ello y las circunstancias de la peregrinación habrían hecho necesaria la mención de más hermanos si los hubiera habido. ¿Habría podido peregrinar María acaso cada año (Lc 2, 4) si hubiese tenido hijos pequeños?

> Lo cual demuestra que nuestro Dios el Señor Jesucristo,
> mientras estuvo en la Tierra tuvo hermanos y hermanas;

Yo no estaría tan seguro...

> y que el tener hijos e hijas en el matrimonio no hace impuro a las personas.

Serías tú el que lo dudabas, tocayo. Porque lo que es por mí, tengo una hija y dos hijos en mi matrimonio, pequeños los tres, y casi que me atrevo a decir que su presencia, sus carreras infantiles, sus risas y sus juegos me purifican y me hacen mejor.

> Por ejemplo Santiago (que escribió el libro de Santiago) era su hermano.

Hombre, curiosamente, has dejado sin borrar el siguiente párrafo del mensaje en que contradigo a H. L., y al que tú contestas. Resuélveme, pues, el problema, chico:

> > Además, luego está la crítica interna. Yo escribí esto:
> >
> > <<Pero es sobre todo Mateo 13, 55-56 y Marcos 6, 3 donde se nombran a cuatro
> > hermanos de Jesús: Santiago y José (o Joset), Simón y Judas. Ahora bien,
> > Santiago y Joset, según Mc 15, 40 y Mt 27, 56, son los hijos de otra María, la
> > mujer o hermana de Clopás (o Cleofás)>>.
> >
> > Chúpate esa, Lobo. Solucióname ese pedazo de contradicción si tengo que creerme
> > que Jesús, Santiago y Joset eran hermanos carnales.

Pues ya lo has visto, M. M., chúpate esa tú también... y dame una solución.

19 May 1999

M. M. escribió:

> No estoy equivocado. La cita de Mateo 1 habla que "no la conoció
> hasta que dio a luz a su hijo primogénito". Ese "no la conoció" significa
> que José no tuvo relaciones con María hasta después que nació el Señor
> Jesús; y por consiguiente "primogénito" según el pasaje se refiere a su primer hijo.

Mira la traducción que da la Biblia de Jerusalén, que está considerada como una de las mejores versiones del mundo:


Mateo 1:25
Y no la conocía hasta que ella dio a luz
un hijo, y le puso por nombre Jesús.

¿Dónde ves tú "primogénito"? Pues en ninguna parte porque no está en los códices griegos. Si no te basta lo que ya te he puesto, te puedo transcribir todo el versículo entero en griego para que me desmientas, si puedes. El término "primogénito" en ese versículo fue un añadido de un par de ediciones de la Vulgata, que hasta la misma Neovulgata ha rechazado por restablecer la fidelidad al original griego.
> Estos versículos que mencionas no dicen que se refieran a otra María, mujer de Cleofás
> (...)
> Más bien yo te pongo estos versículos donde SÍ dice que el Señor Jesús tenía hermanos y
> hermanas, en Marcos 3:
> 31 Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle.
> 32 Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están
> afuera, y te buscan.

Tú solito te pillas los dedos: si te fijas, en los versículos que citas se dice expresamente SU madre y TU madre. ¿A cuento de qué va luego el evangelista a decir "María la madre de Santiago y José (o Joset)" -sin citar a Jesús- para referirse a esa misma mujer, a la madre de Jesús, cuando, para colmo, está hablando de Él?
Toma nota:


Mateo 27:55
Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que
habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle.
Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de
Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

Marcos 15:40
Había también unas mujeres mirando desde lejos, entre ellas,
María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de
Joset, y Salomé,

¡Y lo dicen tal cual dos evangelistas sinópticos dos! Para que espabilen los que, cuando les conviene, se escudan en las "innumerables contradicciones evangélicas" (H. L.).
Pensar que se esté refiriendo a María de Nazaret, la madre del propio Jesús, es sencillamente un disparate. Hasta un niño entendería que se refiere a otra mujer. A la vista de estos versículos queda meridianamente claro que Santiago y Joset no son en realidad hermanos carnales de Jesús, aunque, a la usanza bíblica, se les llame hermanos.
21 May 1999

M. M. escribió:

> Pues en mi versión de la Reina Valera de 1960, que fue desde el principio
> una de las primeras en traducirse y ha sido revisada mucho antes (y sigue
> haciéndose) que la de Jerusalén, dice en Mateo 1:25 los siguiente:
> Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.

Mira, M. M., para tu información: justamente hace un año que ha visto la luz una nueva traducción de la Biblia de Jerusalén, que ha supuesto seis años de trabajo a quince especialistas, y en la que se han incorporado los más recientes avances. Por si quieres cerciorarte, la primera edición ha salido en francés y la editan, como siempre, la célebre Escuela Bíblica de Jerusalén y las Ediciones del CERF. En español, la tienes en Desclée de Brouwer.
Busca, busca en ella el suum primogenitum de la Vulgata...

> ¡Qué extraño que la Neovulgata rechace Mt 1:25 de mi traducción!

Pues sal de tu extrañeza porque así es. Pero lo mejor que puedes hacer es ir tú mismo directamente a los originales griegos: localiza una versión griega, o bilingüe, o hasta trilingüe de los Evangelios y verás como digo la verdad.

> Vamos a analizar el versículo que expongo y los dos que tu expones:

¡Venga, sí!

> La verdad no se en estos versículos como puedes deducir que no se trata de la misma María.

¿Ése es todo tu análisis? Muéstraselos a cualquier testigo imparcial y te confirmará lo que estoy diciendo. Hay que estar muy fuertemente influido por otros para concluir que el evangelista habla de la misma mujer.

> Si en Mateo 3 dice explicitamente "su madre" el evangelista, y los que están
> junto al Señor "tu madre", es por la enseñanza del pasaje; es decir; el evangelista
> podría en esta ocasión decir "su madre" para enseñar (cual es el objetivo de La
> Biblia) que los que se convierten al Señor ( y no ha una religión) son hijos de Dios.

Huy, huy, huy qué flojo... ¿Cómo conseguís convencer a tanto incauto con esos argumentos tan vulnerables?

> Finalmente como cristiano (que es salvo por gracia, por medio de la fe, y no por obras)
> te expongo lo que nuestro Dios el Señor Jesucristo dijo en Juan 4:
> 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

En fin, tocayo, esperaba este excursus. No te queda otra salida (eso es precisamente lo que significa excursus: salida). Pero te voy a poner otra vez en aprietos delante de toda esta gente. Vuelvo a invocar esa fe inquebrantable que profesáis en lo que dice la Biblia y en su tenor literal.
Lee estos pasajes de la Biblia HEBREA (compruébalos en tu Reina-Valera, si lo deseas):


Génesis 13:8 [tío y sobrino]
Dijo, pues, Abram a Lot: «Ea, no haya disputas entre nosotros
ni entre mis pastores y tus pastores, pues somos hermanos.
Génesis 14:14 [sobrino]
Al oír Abram que su hermano había sido hecho cautivo

Génesis 14:16 [sobrino]
recuperó toda la hacienda, y también a su hermano Lot

Tobías 6:19 [prima hermana]
Cuando Tobías oyó las razones de Rafael y que era hermana
suya, del linaje de la casa de su padre, se enamoró de tal
modo que se le apegó el corazón a ella.

Tobías 7:9 [prima hermana]
«Hermano Azarías, di a Ragüel que me dé
por mujer a mi hermana Sarra.»

Tobías 7:11 [cónyuges]
A partir de ahora, tú eres su
hermano y ella es tu hermana.

I Crónicas 23:22 [primos hermanos]
Eleazar murió sin tener hijos; sólo tuvo hijas, a las que los
hijos de Quis, sus hermanos, tomaron por mujeres.


Esto es la Biblia, M. M. , la Biblia hebrea, la genuina, y me dejo muchos ejemplos iguales. ¿Qué hago? ¿Tengo que creerme en este momento que todos esos parentescos diversos en realidad corresponden a hermanos carnales? ¿Tengo que creerme que Tobías y las hijas de Eleazar cometieron incesto? Pero, claro, tú ahora me dirás que el hebreo no distingue. Es cierto. Pero hay que ver: cuando yo os lo argumento, a vosotros no os sirve, pero cuando os conviene... Mas no es del todo exacto: el mismo hebreo, en ocasiones, sí sabe decir "pariente", y "tío", y "sobrino", y "marido"...:

Exodo 32:27
...y matad cada uno a su hermano, a su amigo y
a su pariente.»
Levítico 21:2
como no sea pariente cercano suyo: la madre, el padre, e
hijo, la hija, el hermano,

Levítico 25:49
Lo rescatará su tío paterno, o el hijo de su tío, o algún otro
pariente cercano suyo dentro de su familia, o, si alcanzan sus
recursos, él mismo podrá rescatarse.

Números 27:11
Y si su padre no tenía hermanos, daréis la herencia al
pariente más próximo de su clan,

Rut 2:1
Tenía Noemí por parte de su marido un pariente de buena
posición, de la familia de Elimélek, llamado Booz.

Rut 3:12
Ahora bien: es verdad que tengo derecho de rescate, pero hay
un pariente más cercano que yo con derecho de rescate.

I Reyes 16:11
Cuando se hizo rey, apenas sentado sobre su trono, mató a toda
la familia de Basá, sin dejar ningún varón ni pariente ni amigo.

Tobías 3:15
Soy la única hija de mi padre;
no tiene otros hijos que le hereden,
no tiene junto a sí ningún hermano
ni pariente a quien me deba por mujer
Ya perdí siete maridos

Tobías 6:11
es pariente tuyo y tiene una hija que se llama Sarra;

II Macabeos 11:1
Muy poco tiempo después, Lisias, tutor y pariente del rey


Por mi salud espiritual, M. M., ¿no me puedes solucionar la contradicción sin necesidad de sermonearme?

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20 May 1999

C. escribió:

> Migue, si Santiago no era hermano de Jesus, como justificas que
> tuviera preeminencia en la comunidad de Jerusalen, incluso sobre el
> mismo Pedro, cuando la famosa polemica con Pablo y el bautismo de gentiles?

Porque era su primo. Por si no me creyeses, sabe que es un antiquísimo escritor cristiano, Hegesipo (citado por Eusebio en Historia Eclesiástica, 4, 22, 4), el que afirma que Simón (otro de los hermanos de Jesús) "sucedió a Santiago como obispo de Jerusalén porque era TAMBIÉN un primo de Jesús". Y, como certeramente comenta R. Laurentin, con el riesgo de instaurar una dinastía, por lo que el Evangelio trata con severidad a la familia de Jesús (Juan 7:5 Es que ni siquiera sus hermanos creían en él).



20 May 1999

Y. escribió:

> Los únicos que se empeñan en hacer un conflicto y hasta una batalla de la
> existencia de hermanos (sic) de Jesús (el Cristo, el Mesías, el Hijo de
> Dios), son los católicos, a fin de defender la veneración y/o adoración a
> personas (vivas y/o muertas) y a figuras de yeso o de madera o de metal...,
> pues si no, no se explica de otra manera tal empeño.

Venga, venga, Y., no nos cambies las cosas a estas alturas. La interpretación tradicional, la que se remonta a los primeros cristianos, es la que defiende la Iglesia católica. Esa conseja de los hermanos carnales de Jesús, como artificial que es, sólo cobró fuerza a partir de E. Renan (o sea, ¡mediados delsiglo pasado!). Porque vosotros, que tanto toletole dais con la Biblia, no nos aclaráis a los demás los problemas que conlleva creer que Jesús tenía hermanos carnales:

1º) Por qué en la Biblia griega de los Setenta sólo aparece dos veces la palabra anepsiós (primo) frente a los cientos de veces en que aparece adelfós (hermano). ¿Todos menos dos eran hijos de la misma "mamma"?

2º) Por qué en los Evangelios no aparece ni una sola vez el término griego anepsiós (primo) y en el resto del NT, sólo una vez, frente a las 343 veces en que aparece adelfós (hermanos). ¿Todos menos uno eran hijos de María de Nazaret?

3º) Por qué si en Mateo 13:55, se dice ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?, luego, ese mismo evangelista da a entender que Santiago y José no son hijos de la misma María, madre de Jesús, sino de otra María:


Mateo 27:55
Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas
que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle.
Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de
Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

Y, encima, va otro evangelista, Marcos, y lo confirma para que no quede ninguna duda:

Marcos 15:40
Había también unas mujeres mirando desde lejos, entre ellas,
María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de
Joset, y Salomé,

Y esto no lo digo yo solo. Todos los biblistas -protestantes incluidos, como Lightfoot- que han investigado monográficamente este asunto han concluido también que Santiago y José (o Joset, según los autores) no son hijos de María de Nazaret, sino de otra mujer (ver arriba).
4º) Por qué un autor tan antiguo como Eusebio (s. III-IV), citando a otro autor cristiano todavía más antiguo, Hegesipo, confirma que Santiago y Simón eran primos de Jesús (Historia Eclesiástica, 4, 22, 4: "[Simón] sucedió a Santiago como obispo de Jerusalén porque era TAMBIÉN un primo de Jesús").

5º) Por qué Judas, al inicio de su carta, arranca con esta salutación, en la que se declara hermano de Santiago y lo silencia respecto de Jesús, del que sólo se declara siervo:


Judas 1:1
Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago...

6º) Por qué disimuláis el hecho de que Juan afirma claramente que María de Nazaret, madre de Jesús, tenía una hermana (que puede identificarse con María, mujer de Cleofás o Clopás):

Juan 19:25
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de
su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena.

7º) Por qué Jesúcristo, en la cruz, confía a su propia madre al apóstol Juan. ¿No decís que María tenía tantos hijos? ¿Por qué la confía, como madre, a un extraño, y a éste a su vez lo confía a ella como hijo?
> Que Jesucristo tuviera hermanos (sic), ¿qué cambia del Evangelio y de Jesucristo mismo?

Espera, espera, lo que no concuerda es que haya que aceptar lo que para nada se desprende de la Escritura porque lo diga un autor caduco del siglo pasado y una secuela de libretistas que se arrogan modestamente el sobrenombre de "racionalistas". Ejem.

> Exactamente, nada. A lo único que afecta es a la adoración de la madre de Jesús
> practicada por los católicos, en contradicción con el mandamiento de Dios que
> señala que a él y sólo a él debemos venerar y adorar.

O sea, que cuando os conviene, "la Biblia lo dice, amén y no se hable más", pero cuando no, claro, la Biblia no cuenta ¿verdad?, sólo cuenta lo idólatras que somos los católicos que nos lo apañamos para seguir adorando ídolos. Que donde esté Ernest Renan, que se quite el Evangelio ¿me equivoco?

> Que Jesucristo tuviera hermanos (sic), no impide creer en la concepción del
> Hijo de Dios tal como se nos narra en el NT. ¿O es que posteriormente a la
> concepción de Jesús se le impuso el deber del celibato?: No: no lo dice en
> ningún sitio del NT.

Y de lo que sí dice ¿qué? ¿por qué no me lo aclaras?

> Creo que es una lástima perder energía en defender y/o debatir dogmas que
> tienen su origen en la mente humana y no en las Escrituras. La transmisión
> del Evangelio es otra cosa y va por otros caminos y tiene otras finalidades.
> Y, por supuesto, ello empieza por atenerse a lo que está escrito en la Biblia.

Pues empieza predicando con el ejemplo: Renan no está entre los evangelistas.

> Con respecto a las palabras griegas "adelphoi" y "adelphai" usadas en Mateo
> 13.55-56, dice la New Catholic Encyclopedia (1967, tomo IX, pág. 337) que
> "tienen el significado de hermano y hermana en sentido pleno en el mundo de
> habla griega del tiempo del Evangelista y naturalmente serían tomadas en este
> sentido por su lector griego. Hacia fines del siglo IV (c. 380) Helvidio, en
> una obra que se ha perdido, recalcó este hecho a fin de atribuir a María
> otros hijos además de Jesús y hacer de ella un modelo para las madres de
> familias grandes. San Jerónimo, motivado por la fe tradicional de la iglesia
> en la virginidad perpetua de María, escribió un tratado en contra del
> Helvidio (383 a.C.) en el que desarrolló una explicación [...] que aún está
> en boga entre los eruditos católicos".

Hombre, tendría gracia, dar crédito a Helvidio, defenestrado en toda regla por todo un San Jerónimo, y hacer como si no existiesen Eusebio y Hegesipo, que dan fe de que Santiago y Simón eran, en efecto, primos de Jesús...Mira, yo mismo conté en las news cómo fue la historia en realidad (debo esta exposición a la obra de René LAURENTIN, de quien lo he aprendido casi todo al respecto de los falsos hermanos carnales de Jesús):


Basilio de Cesarea y Epifanio de Salamina reaccionaron inmediatamente... [ver arriba].

> En Marcos 3.31-35 también se habla de "tu madre, tus hermanos y tus
> hermanas", respecto a Jesús, utilizando el mismo término. Si se tratara de
> parientes y no de hermanos "en sentido pleno", se habría utilizado el término
> "syggenon", como en Lucas 21.16.
¿"Se habría", dices? ¿La lengua viene a equivaler para ti a la resolución de un problema matemático, en el que sólo puede darse un resultado correcto? A ver, la Biblia de los Setenta está en griego ¿no? ¿o es que te parecen malos helenistas los sabios de la diáspora judía de Alejandría? Pues te voy a citar siete pasajes siete en los que adelfós (frater en la Vulgata) son inequívocamente "parientes" en grados diversos [No tengo inconveniente, si así lo deseas, en transcribírtelos en griego]:


Génesis 13:8 [tío a sobrino]
Dijo, pues, Abram a Lot: «Ea, no haya disputas entre nosotros
ni entre mis pastores y tus pastores, pues somos hermanos.
Génesis 14:14 [sobrino]
Al oír Abram que su hermano Lot había sido hecho cautivo...

Génesis 14:16 [sobrino]
recuperó toda la hacienda, y también a su hermano Lot con su
hacienda así como a las mujeres y a la gente.

Génesis 13:11 [tío y sobrino]
Eligió, pues, Lot para sí toda la vega del Jordán, y se
trasladó al oriente; así se apartaron el uno del otro
[los Setenta dicen: "cada uno de los hermanos se separó del otro"].

Génesis 29:12 [sobrino]
Jacob anunció a Raquel que era hermano de su padre e hijo de Rebeca

Génesis 29:15 [tío a sobrino]
Labán dijo a Jacob: «¿Acaso porque seas hermano mío has de
servirme de balde?

I Crónicas 23:22 [primos hermanos]
Eleazar murió sin tener hijos; sólo tuvo hijas, a las que los
hijos de Quis, sus hermanos, tomaron por mujeres.


Dame una explicación, Y., que te estoy citando la Biblia. Y, además, la venerable Biblia de los Setenta, escrita de cabo a rabo en griego.
21 May 1999

Y. escribió:

> Pero, además, se trata otra vez de lo mismo de siempre: en este como en otros
> casos respecto a cuestiones de religión, los hombres establecen un dogma, lo
> anteponen a lo que está escrito

A ver si lo he entendido: te presento un aluvión de objeciones puramente filológicas ("lo que está escrito", Y., eso mismo). Tú no te has molestado en refutar ni una sola (porque no puedes, claro) y ahora dices que no-sé-quién antepone no-se-qué a lo que, según tú, "está escrito". ¿Qué está escrito, Y. , lo que hay en tu mente o lo que consta en los códices? ¿Quién es en realidad el dogmático?

> en lo que aceptamos que es la Palabra de Dios, y seguidamente buscan
> la manera de que lo que está escrito, que no dice lo que dice el dogma,
> parezca que acaba diciendo lo que dice el dogma.

Pues refútamelo, si todo te parece tan sencillo. ¿¿¿A qué estás esperando???

> Rompiendo mi propósito de no alimentar polémicas ajenas a lo que es
> sencillamente la transmisión y la reflexión del Evangelio y sobre el
> Evangelio, apuntaré (sin que pueda dar referencias detalladas ahora mismo,
> por no tener la bibliografía adecuada a mano, a riesgo de que por ello mismo
> lo invaliden) que la consideración de la virginidad perpetua de María, madre
> de Jesucristo, a fin de convertirla en objeto de veneración, tuvo su origen
> en la influencia pagana extendida entre las masas de adoración a diosas (o
> sea, versiones femeninas de divinidades). Como no podía ser menos, la Iglesia
> Católica, institución de peso y tamaño notorios en la sociedad, debió
> incorporar ese tipo de práctica a su doctrina general, no fuera caso que si
> no lo hacía perdiese feligreses.

Ay, cómo me recuerda toda esta perorata indocta a L. y a los Testigos de Jehová. ¿Qué religión profesas, si no es indiscreción? (no temas si eres evangélico: para mí es casi el mismo discurso, que no califico por respeto). Mira, Y., no toda la gente va de tonta por ahí. Está claro que vosotros sólo os manejáis bien entre demagogias baratas: "que si los apóstatas e idólatras católicos y sus figurillas de escayola o madera y bla, bla, bla...", toda esa casquería. Pero cuando se os ponen delante argumentos históricos, textuales o filológicos, y lo hacen profesionales como éste que suscribe os quedáis más tiesos que mojamas.

Y, como ahora, volvéis a vuestra demagogia habitual de "figurillas de purpurina" y demás, de la que vuestros jefes no os enseñan a salir...

> A eso me refiero, de otro modo, en otras dos intervenciones sobre el tema.

Todo evasivas. Da la cara, Y., sal de una vez a los medios, tú que tanta vara das con Biblia para arriba y Biblia para abajo. ¿Qué temes de un pobre filólogo clásico?



22 May 1999

A. V. escribió:

> Migue, ¿quién ha negado que en hebreo o en arameo,
> "hermano" pueda significar "primo" o "pariente"?

Y entonces ¿por qué lo negáis del griego bíblico o incluso del griego sin más? Dad las razones al menos. ¿Escribían o no escribían en griego los doctos autores judíos de la Biblia de los Setenta? ¿Hablaban o no hablaban griego los judíos de la diáspora que leían los Setenta?

¿Sabías que algunos pasajes del Antiguo Testamento en los que incluso la Biblia de Jerusalén trae pariente, en los Setenta, sin embargo, aparece adelfós (hermano)? ¿Conoces las enormes concomitancias que, aparte de la cuestión de los falsos hermanos de Jesús, se dan entre el griego de los Setenta y el griego neotestamentario? ¿Hallarías tales paralelismos si comparases los Evangelios con la obra de Homero, Platón o Plutarco? Haz la prueba o pregunta a alguien que controle griego.



24 May 1999

J. N. escribió:

> Yo procuraría buscar textos similares o de autores del mismo entorno del que hablo.
> Por eso se me ocurre preguntar: ¿Por qué no lo comparamos, por ejemplo, con algún
> texto de Flavio Josefo?

Imagino que ese estudio ya estará hecho. Pero lo cierto es que yo no he visto apenas referencias a la lengua de Josefo y menos aún una comparación en toda regla en los artículos que abordan la cuestión de los hermanos de Jesús o de la perpetua virginidad de María. Ni a favor ni en contra.

Debe de ser porque, aunque no lo parezca, están francamente alejados esos dos mundos: su estilo, su intención, sus materiales... Mira, la comparación entre los Setenta y el Nuevo Testamento es obligada, aunque sólo fuese porque era el camino normal por el que los judíos helenizados accedían a la Biblia hebrea para ser comprendida en profundidad. Aunque sólo fuese porque en el Nuevo Testamento aparecen continuas referencias al AT, y citas completas de éste con extraordinaria profusión, cuyo paralelismo con el literal de los Setenta es perfecto.

26 May 1999

J. N. escribió:

> La primera objeción es la diferencia en el tiempo más de mil años entre el Génesis y
> el NT, por lo que no tienen por qué tener el mismo significado muchas de las palabras.

No, los términos familiares son los más antiguos y los que más perduran en todas las lenguas. Por ejemplo, las tremendas concomitancias observadas en los vocablos "padre", "madre", "hermano" y demás, junto con los númerales, en muchas lenguas fueron los indicios a partir de los cuales se construyó esa hipótesis irrefutable que hoy llamamos "lengua indoeuropea".

> Otra objeción es que mientras los evangelios fueron escritos en griego (¿koyne?),
> el Génesis (que era de donde tú sacabas las principales citas) no, por lo que
> estamos comparando la traducción de un pasaje antiquísimo escrito en
> hebreo y traducido al griego con otro escrito miles de años después en griego.

Parece que no tienes en cuenta la estrecha relación que existe entre los Setenta y el NT. No hay posibilidad de desvincularlos: a lo largo de toda la historia de la Literatura unos autores influyen poderosamente en otros. Catulo no es pensable sin Safo ni Alceo; José María Álvarez no es pensable sin Kavafis...

La historia de los textos no puede estudiarse en compartimentos estancos: ese sería un camino absurdo y abocado al fracaso. La lengua y el estilo de la Biblia de los Setenta está continuamente presente en el proceso de elaboración de los materiales y fuentes que los Evangelistas tenían a su disposición. Nadie en su sano juicio podría negar esto.

> La última objeción que se me ocurre es que los párrafos donde se
> mencionan los presuntos hermanos de Jesús no se refieren para nada a
> citas del AT, por lo que no veo la necesidad de compararlos. Otra cosa
> sería algo así como "Como dijo Isaías, los hermanos de Jesús" donde se
> cita claramente al NT (es un supuesto).

Hay que comparar, J. N., EN FILOLOGÍA ES PRECISO COMPARAR. El proceso de creación literaria ha sido un continuum entrelazado de mil caprichosas maneras desde el primero que soltó un ripio y llamó la atención a los demás...
Por cierto, ¿sabías que algunos se apoyan en Isaías para probar que Jesús tuvo hermanos carnales...?. Claro que yo a esos también puedo aducirles este versículo de Ezequiel :


Ezequiel 44:2
Y Yahveh me dijo: Este pórtico permanecerá cerrado. No se le
abrirá, y nadie pasará por él, porque por él ha pasado Yahveh,
el Dios de Israel. Quedará, pues, cerrado.


25 May 1999

H. L. escribió:

> Flavio Josefo nunca utilizó "adelfós" para referirse a los parientes.

Ni creo que Platón lo hiciera tampoco: ninguno de los dos escribió en griego bíblico.

> Pero el problema es mucho más simple de lo que pretende hacernos creer mi
> amigo el Migue: hay mala fe y eso lo explica todo. Él sabe muy bien que el
> magisterio católico miente deliberadamente aduciendo de forma torticera y
> con el único fin de engañar a sus propios fieles que el Evangelista escribía
> en griego pero con conceptos arameos.

Demuestra fehacientemente lo que dices. Sólo tienes que solucionarme, -sin soltar palizas sobre lo contradictorio que te resulta a ti el NT- , las numerosas pegas sobre las que Y. y los demás protestantes y testigos de Jehová han evitado pronunciarse por todos los medios. Cuando termines con ésas, vete preparando que tengo preparada otra batería que os van a hacer los ojos chiribitas...

> En inglés, por poner un ejemplo, sólo existe una palabra, "bell", que puede
> decirse en francés "sonnerie" o "cloche" según se refiera a un timbre o a
> una campana. Si un inglés escribe "on sonne jamais les cloches des églises
> dépuis minuit" ("sauf le tocsin", cabría añadir), traducir al español "les
> cloches des églises" por "los timbres de las iglesias" so pretexto de que en
> inglés sólo hay una palabra para decir campana y timbre es falaz y engañoso.
> El contexto de la frase no permite la menor duda. Y no vale alegar que en
> una obra de Racine o en un verso de Ronsard se hable de "sonnerie" como
> repique de campanillas, que eso es marear la perdiz. Por suerte, los
> traductores de la biblia son menos fanáticos que algunos de sus lectores y
> traducen siempre "adelfós" por "hermano". Hasta los católicos.

Como en toda su vida ha declinado ni la más humilde palabra griega, siempre acaba enrollándose con las lenguas corrientes... ¿se creerá que el resto de los mortales no leemos inglés y francés?

> Tanto es el paralelismo entre el NT y la Septuaginta que hasta repite el
> error de traducción de "almah" por "parthenos" para gracias a este error
> justificar la virginidad de María. Si yo fuera apologista militante me
> cuidaría de haber escrito este párrafo.

La culpa la tuvieron los Ptolomeos de Egipto. Ellos propusieron al mismísimo H. L. para el equipo de los Setenta Sabios que iban a traducir la Biblia, pero se les escapó que no tenía ni p. idea de griego ni de hebreo. Y, claro, los judíos empezaron con sus disimulos: que si no eran setenta no les salía la cábala, que si no estaba bien que hubiese un gentil traduciendo la Torá en el Qahal, que no quedaban camas, que si encima era ateo, que si para eso más valdría llamar al Migue...

Pero yo estoy seguro que fue por culpa de los Ptolomeos, que se fueron de la lengua con lo del griego y el hebreo... Me apuesto dos talentos ¿quién las ve?.



26 May 1999

A. V. escribió:

> Pero, ¿No eran 72? En mi Biblia dice que eran seis por cada tribu, pero
> como decir la Biblia de los setenta y dos quedaba largo, redujeron
> el nombre, no el número. Corrígeme si me equivoco.

A mí siempre me han encantado esas historias. Pero no se sostienen: son leyendas. No soy un profundo conocedor de los Setenta más allá de cualquier otro clasicista, pero casi que te puedo decir que no fue redactada de una vez. Es obra de varios autores -probablemente, eso sí, judíos de la comunidad de Alejandría- a lo largo de tres siglos (III-I a. C.).

> ¿Sabes hebreo, Migue?

Pues tengo rudimentos, en serio. Cuando tenía veintitrés años, lo estudié durante un curso.Al enterarse mis hermanos de que pasaba del latín y el griego por las mañanas al hebreo bíblico por las tardes me soltaron sin ambages:

Coño, Miguel Ángel ¿y no podías aprovechar tu tiempo libre para hacer algo más práctico?.

Y no supe qué decir. Con lo a gusto que me habría quedado su hubiese podido espetarles: "¿Y entonces cómo voy a laminar a H. L. en las news?"



2 Jun 1999

Y ya al final de toda esta polémica, terció J. F. I. -un contertulio extremadamente crítico contra la Iglesia-, creyendo coronar con magistral colofón:

> > Creo que es una lástima perder energía en defender y/o
> > debatir dogmas que tienen su origen en la mente humana
> > y no en las Escrituras.

A lo que alguien que se hacía llamar N. R. S. apostilló:

> Es cierto que es lamentable perder energia en debatir
> dogmas que tienen un origen humano o material

...para acabar escribiendo cosas raras, raras:

> (...) This is a special prayer request to prevent the possibility of WORLD WAR III ...

Si de algo me admiro siempre es de las compañías intelectuales en las que se ve siempre a los firmes detractores "laicos" de la Iglesia católica. Invito a los lectores más ecuánimes de las news a que no pierdan de vista estas pintorescas alianzas. Yo por mi parte ya he señalado unas cuantas en un montón de mensajes (ver especialmente threads conteniendo las siguientes producciones serie B, je, jeee...: La conjura opusdeísta-mafioso-alienígena contra Juan Pablo I; Ben Panthera y el Sol Invicto se citan en Tokio; Papas antropófagos del Renacimiento. La película; ¡Demostrado: Torquemada y Daza se reencarnaron en Himmler y Heydrich!; Ciencia médica: el catálogo de enfermedades fulminantes de la que se halla aquejado el Papa actual, desde hace más de diez años, le forzará a dimitir tarde o temprano, etc.).

[La polémica continúa -de nuevo en serio- en Josefo y los "hermanos" de Jesús y en "Hermanos" de Jesús: argumentos chocantes]

M. Á.
 
Y después de acogerla en su casa, el "desagradecido" y nada mariano discípulo Juan, NO VUELVE A NOMBRARLA NUNCA MÁS en un escrito suyo
 
Excepto en el Apocalipsis, donde María, la nueva Eva, símbolo de toda la cristiandad, se enfrenta al Dragón, la vieja serpiente del Génesis, el Anticristo.

Es normal que la serpiente odie a María, ¿verdad Maripaz?.
 
señor Xandros


¿va usted a rebatir y debatir de forma personalizada nuestros argumentos, o solo va a seguir pegando largos fragmentos de otros foros, que incluso contienen palabrotas?


lo digo porque hay normas claras en estos foros.....