Primero Gálatas, luego Hebreos, ahora Romanos:
Primero Gálatas, luego Hebreos, ahora Romanos:
ROMANOS
2:17 He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios,
2:18 y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor,
2:19 y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,
2:20 instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad.
2:21 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?
2:22 Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio?
2:23 Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?
2:24 Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros. [Isaias 52. 5]
2:25 Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión.
2:26 Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión?
2:27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.
2:28 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne;
2:29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.
3:19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;
3:20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; [Salmos 143. 2] [Galatas 2. 16] porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
3:21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;
3:22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, [Galatas 2. 16] para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
3:24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
3:25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
3:26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
3:27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.
3:28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
3:29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles.
3:30 Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.
3:31 ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.
4:15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
4:16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. [Galatas 3. 7]
4:17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. [Genesis 17. 5]
4:18 El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. [Genesis 15. 5]
4:19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años [Genesis 17. 17] ), o la esterilidad de la matriz de Sara.
4:20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,
4:21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;
4:22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia.
4:23 Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada,
4:24 sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,
4:25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.
5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
5:2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
5:9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
5:10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
5:11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
5:20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
5:21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
6:2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
6:3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. [Colosenses 2. 12]
6:7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
6:8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
6:9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
6:10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.
6:11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
6:14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
6:15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
6:16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?
6:17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;
6:18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
7:4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
7:5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.
7:6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
7:7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. [Exodo 20. 17] [Deuteronomio 5. 21]
7:8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.
7:9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
7:10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;
7:11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.
7:12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
7:13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.
7:14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
[8:2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
8:3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
8:4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
10:1 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
10:2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
10:3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;
10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
10:5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. [Levitico 18. 5]
10:6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo);
10:7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).
10:8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. [Deuteronomio 30. 12-14] Esta es la palabra de fe que predicamos:
10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
10:11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. [Isaias 28. 16]
10:12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;
10:13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. [Joel 2. 32]
11:5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.
11:6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
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Saludos, que nuestro Señor y Dios Jesucristo les bendiga. Amén.
Espero que lean con detenimiento el texto que arriba he puesto, y que por favor analizen los énfasis añadidos (negrita, texto grande, subrayado). Esto lo digo porque parece que solo han leído los breves comentarios que he añadido en los textos anteriores, y me responden con preguntas sin contestar las inquietudes propuestas, ni mucho menos comentar los énfasis a los textos.
Si alguna persona quiere cambiar la justicia de Dios por la justicia (imposible de alcanzar) de las obras de la ley (Torá) comete un grave pecado contra su misma persona, y ni que decir si intenta enseñarle a otro que somerterse a la Torá es someterse a la voluntad de Dios. En la carta de Pablo a los Romanos es evidente que el apóstol enseña inspirado por el Espíritu Santo que si alguno no quiere someterse a la fe, se resiste a la justicia de Dios que es gratuita para todo el que cree y que además ignora la voluntad de Dios por su falta de conocimiento, entendimiento e incredulidad.
Reitero lo que he dicho en los textos anteriores y lo amplio. Si alguno enseña que es necesario vivir conforme a la Torá y no conforme a la nueva ley, la ley de la fe en Jesucristo, cuyos mandamientos son creer que Jesús es el Señor, que murió por nuestros pecados (pagando nuestra condena ratificada por la Torá) para justificarnos gratuitamente, y creer que Dios le levantó de los muertos y le ha confirmado como Rey de Reyes y Señor de Señores, Juez de vivos y muertos, y que nos amemos los unos a los otros de la misma forma en que Dios nos amó, el tal enseña y predica un evangelio diferente al anunciado por el Señor Jesucristo y sus apóstoles. La sentencia para los tales ya es conocida por todos los foristas.
Los predicadores de la ley ignoran que por la ley el hombre alcanza el favor de Dios por lo que hace, y eso es contrario a la fe, es contrario a creer en que Dios nos amó y tuvo misericordia de nosotros, pues como dice el texto "estamos vendidos al pecado", por más buena, santa, justa, perfecta, hermosa, digna, etc, que sea la ley no puede ayudarnos a acercarnos a Dios, todo lo contrario (y es nuestra culpa, no de la ley). La debilidad de "la perfecta ley de Dios que convierte el alma" está en aquellos que la reciben y aceptan, pues aunque yo admita la justicia de la ley para mí es imposible realizarla o alcanzarla (por lo tanto soy digno de muerte). Para explicar esto les expongo la siguiente analogía: La ley es semejante al antibiótico perfecto, capaz de aniquilar cualquier clase de infección (pecado), tan poderoso y tan bueno que ninguna bacteria o microbio tenga la oportunidad de crear resistencia al mismo, pero que su debilidad está en que los organismos no tienen la capacidad de soportarlo, pues el efecto del mismo también produce la muerte del organismo que desea salvar, así es la ley de Dios para el hombre, la ley es perfecta, es buena, pero el hombre no puede cumplirla o asimilarla, es imposible para él sujetarse a tales mandamientos y preceptos, cualquiera que crea lo contrario se engaña a sí mismo y peca contra la ley que tanto defiende, y niega el propósito mismo de la ley: llevarnos a la cruz de Cristo (por la muerte) y reconocer que no podemos salvarnos a nosotros mismos, y que sólo Dios nos salvó porque así lo quiso, no por ninguna otra razón.
Además la ley condena al transgresor a la muerte, por esa razón Jesús dijo que no había venido para abrogar la ley sino para cumplirla, Cristo cumplió la ley en dos aspectos, logró su propia justificación ante Dios por sus obras pues en él nunca se encontró pecado (Cristo sí se ganó su salvación), pero por otro lado Jesús también cumplió la ley en la sentencia de muerte que la humanidad justamente recibe, la Torá dice que el que no cumple los mandamientos debe morir, por esa razón Jesús cumplió la sentencia de muerte de la Ley en la cruz sustiyendo a los condenados a muerte. Pero como leemos, ahora ya no vivimos bajo la ley pues con Cristo estamos juntamente crucificados, y ya no vivimos nosotros, sino que Cristo vive en nosotros, y lo que vivimos lo vivimos según la fe en Cristo Jesús (no por la ley).
También quiero añadir lo siguiente:
Si lo que estamos tratando no es la justificación por las obras de la ley, y por "equivocación" los foristas que defendemos la justificación gratuita recibida únicamente por la fe, sino que lo que se expuso al principio se debe a la debilidad de la fe de algunos, entonces solo encuentro el siguiente mandamiento:
14:1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.
14:2 Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres.
14:3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.
14:4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.
14:5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.
14:6 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. [Colosenses 2. 16]
14:7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.
14:8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
14:9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.
14:10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. [2 Corintios 5. 10]
14:11 Porque escrito está:
Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla,
Y toda lengua confesará a Dios. [Isaias 45. 23]
14:12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
14:13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
Pero si en efecto lo que estamos tratando es una aberración doctrinal, los creyentes en la fe, los que creemos que tenemos vida eterna no porque cumplimos "la Torá" sino que vivimos porque Cristo nos salvó tenemos el siguiente mandamiento de Dios:
16:17 Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.
16:18 Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos.
16:19 Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal.
16:20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
Espero de todo corazón que ustedes guarden y vivan conforme la "nomos-ley" de Jesucristo, y que por ninguna razón la cambien por nomos (duendes y diablos) que engañan los corazones de los ingenuos. Amén.
Alejandro.