El socialismo es el modelo económico del diablo.
Veamos:
Apocalipsis 13:16-17: «Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les dé una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca: el nombre de la bestia o el número de su nombre».
Tres cosas que debemos resaltar que el apóstol Juan nos indica sobre el modelo del «anticristo»:
1) En primer lugar, el poder político y económico están completamente centralizados. Los medios de producción son completamente propiedad del estado y, por ende, no existe la libertad económica fuera del sistema.
Lo que nos lleva al segundo punto:
2) Sin libertad económica, todos los habitantes dependen completamente del gobierno para vivir y prosperar. Tanto así, que sin la identificación propia otorgada por el estado, no se puede subsistir. El estado de bienestar ahora se ha convertido en el estado de prisión: no importa cuán rico seas, o cuán pobre y marginado puedas ser, sin la autorización del órgano central estatal, no puedes intercambiar bienes y viajar (y esto aplica tanto para individuos como para sus empresas).
Lo que nos lleva a la fase final tres:
3) La maduración del Estado policial virtual. Ningún comité central estatal podría ejercer tanto poder sin un sistema de vigilancia y cumplimento correspondientemente poderosos. Pero este nuevo estado «escucha todo» y «ve todo», monitorea cada pequeña compra que hiciste, cada conversación que tienes en la privacidad de tu hogar, rastrea todos tus movimientos diarios; tiene un perfil de personalidad detallado de todos sus ciudadanos, las personas ya no son propiedad de sus familias, son propiedad del estado leviatán.
No se tolera la disidencia mínima: por el bien de «la paz y la seguridad», todas las voces que se oponen a esta centralización del poder, son silenciadas con ligereza.
El Estado central es ahora el árbitro último de toda ley, de todo sentido del bien y del mal, define la justicia de forma autónoma y arbitraria. Quienes se oponen, son «enemigos del estado», y por ende, de «todos». DIOS desplazado como máximo legislador, la bestia ahora se hace pasar por dios, el apóstol Pablo declara: «el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios» (2 Tesalonicenses 2:4).
¿Cómo es posible que un mal tan grande, tan terrible y tan contrario al sentido común de la justicia, la libertad y la fe se haya apoderado de todos?
Sencillo: las mismas masas ingenuas, con sus votos y voces, escogieron al César antes que Cristo, y el Creador en Su justa ira, entonces los entregó a una mente depravada, para que llamen el bien como mal, y el mal como bien, y siendo necios y esclavos a sus instintos más bajos, se crean sabios y la generación más libre: «por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos, por esto DIOS les envía un poder engañoso, para que crean la mentira» (2 Tesalonicenses 2:10-11).
Y cómo le respondió DIOS al profeta Samuel: «Escucha la voz del pueblo en cuanto a todo lo que te digan, pues no te han desechado a ti, sino que me han desechado a mí para que no sea rey sobre ellos» (1 Samuel 8:7).
Entienda quien pueda…
- Pastor Joshua Enior Jiménez