Por supuesto que no existe versículo que contradiga Juan 3:16 a 18 porque ninguna parte e la biblia se contradice, sino que todo concuerda como una sola verdad. Y Dios escribió la biblia de tal manera que si alguien depende de lo que dice un par de versículos para pruebar su punto, entonces Dios le provee tal versículos como piedra de tropiezo. Pero es cuando estamos dispuestos de armonizar todo lo que la escritura tiene que decir sobre cualquier doctrina que podemos declarar algo con certeza porque tenemos armonía con las escrituras.
Entonces, Juan 3:16 a 18 se utilíza mucho como prueba clara que todo aquel que cree significa que todos los que quieren creer pueden hacerlo de su propia voluntad y ser salvos. Y esa conclusión contradice la verdad de la biblia. Solamente tenemos que preguntar a la biblia si Dios habla sobre gente que creyeron de su propia voluntad, pero nó fueron salvos. Y la biblia responde que sí.
Hechos de los Apóstoles 8:13 (RV1909)
El mismo Simón creyó también entonces, y bautizándose, se llegó a Felipe: y viendo los milagros y grandes maravillas que se hacían, estaba atónito.
Hechos de los Apóstoles 8:22–23 (RV1909)
Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te será perdonado el pensamiento de tu corazón. 23 Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
Cuando leemos Juan 3:16 a 18 tal como está escrito y creemos que está escrito tan claramente que no se puede argumentar contra lo que claramente dice, entonces Simon hizo exacatamente tal como está escrito. El creó por su propia voluntad, y por el pie de la letra segun Juan 3:16 a 18, el debía haber sido salvo. Pero no era. Nada en su condición había cambiado cuando el tomó esa decisión. Esto nos dice entonces que Juan 3:16 a 18 (y ninguna otra escritura) se puede tomar al pie de la letra sin primero escudriñar todo la biblia. Miremos otro ejemplo.
Juan 8:30 (RV1909)
Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él (en Jesus).
El texto no puede ser mas claro, que cuando Cristo estaba hablando su mensaje, que muchos creyeron en el. Perfecto entonces, ellos pueden estar seguros ahora que son salvos hijos de Dios ¿verdad? La biblia dice nó. Miremos al versículo que sigue.
Juan 8:31–33 (RV1909)
Y decía Jesús a los Judíos que le habían creído: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 Y conoceréis la verdad, y la verdad os libertará. 33 Y respondiéronle: Simiente de Abraham somos, y jamás servimos a nadie: ¿cómo dices tú: Seréis libres?
Entonces, para estar seguro que estamos leyendo esto correctamente, vemos que muchos Judios creyeron en Cristo por su mensaje. Pero miremos que les dice Jesus especificamente a ellos que creyeron en el.
Juan 8:40–44 (RV1909)
Empero ahora procuráis matarme, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios: no hizo esto Abraham. 41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Dijéronle entonces: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. 42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuera Dios, ciertamente me amaríais: porque yo de Dios he salido, y he venido; que no he venido de mí mismo, mas él me envió. 43 ¿Por qué no reconocéis mi lenguaje? porque no podéis oir mi palabra. 44 Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir. Él, homicida ha sido desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
¿Como puede ser que estos judios que la biblia nos dice claramente que creyeron en el, sin embargo todavía eran hijos del diablo? Es porque Juan 3:16 a 18 no se puede tomar a pensar que cualquiera que quería pudiera creer y ser salvo de su propia voluntad.
Entonces, Juan 3:16 a 18 es cierto que el que cree en Jesucristo tiene vida eterna (en su alma) y tendrá vida eterna (en su cuerpo). Pero lo que nó es cierto es que una persona puede, de su propia voluntad, creer para ser salvo. La fe nesesaria para creer de manera que Dios requiere no viene hasta después que Dios nos salvó por Su propia fe y no antes.
