A LOS LECTORES CRISTIANOS
Es reiterativo el vulgar error del judaizante de hacer a Cristo y su Pureza de vida a un lado en sus razonamientos.
Es evidente que la ley por medio de Moisés fue dada y que la Gracia y la Verdad vinieron por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Es en este terreno de la Gracia, es en esta Verdad viva que se conduce el redimido.
Cristo como Cabeza de la Iglesia nos gobierna desde el mismo cielo a través de su bendita Palabra revelada a nuestra mente y escrita en nuestro corazón.
El mismo Señor es nuestra Norma de Vida...en Él hay Verdad, en Él hay Pureza, en Él hay libertad para abrir nuestra boca y expresar sus glorias, sus bendiciones, el evangelio de la gracia de Dios.
Cuando un judaizante irrespetuoso y grosero como "MartinH" (que no alcanza a comprender que el dueño de nuestro destino es Cristo mismo, por cuanto el pagó por nosotros un alto precio su sangre preciosa derramada en el altar de la cruz...) hace este tipo de pregunta:
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...está injuriando a Cristo.
Igual ocurrió cuando el judaizante Saulo de Tarso perseguía a nuestros hermanos en Cristo y hasta consintió en la muerte de Esteban...ignorando que estaba persiguiendo a Cristo mismo, quién es el que responde por lo que es suyo...por lo que pagó un alto precio...
"Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"
El Señor había descendido del cielo mismo y lo evangelizó para que entendiese que no es en la ley del viejo pacto que el debía andar sino en la gracia de Dios del Nuevo Pacto.
Y allí mismo lo transformó en un hombre nuevo...en el apóstol Pablo bajo la Gracia.
¿Cuando me responda a mi mismo?
No se equivoque, el problema suyo es con el Señor...no conmigo...nada soy sin Cristo y lo que ahora vivo en mi carne, lo vivo en la Fe de Aquel que me rescató de la condenación eterna e hizo de mí una herramienta en sus manos para su honra y gloria.
El Señor no vino aquí a destruir sino a construir...el magnificó la ley del viejo pacto al cumplirla.
Jamás ningún descendiente de Adán lo hizo...ni lo hará nunca...porque la ley fue hecha para el hombre pecador que se cree autosuficiente para agradar a Dios sin ayuda de nadie.
Tal compromiso presuntuoso es el que discernimos cuando retaron al Señor en el desierto, leemos:
¿HAREMOS?
¿El hombre irredento y sin el sello del Espíritu Santo se ha atrevido a presentar a Su Creador su propio esfuerzo?
No existe un átomo de humildad en este compromiso...si tan solo hubiesen pronunciado: "...separados de ti...nada podemos hacer".
Son muchos los lectores que pasan por encima de este pasaje sin discernir la soberbia del hombre natural contenida en este compromiso presuntuoso.
Todavía Moisés no había descendido con las dos tablas de piedra y ya el pueblo estaba danzando y adorando alrededor del buey Apis en el desierto.
Que solapado cinismo hay hoy en día en estos hombres que se escudan en la ley para menospreciar el Señorío de Cristo y rechazar sus mandamientos.
Más les valiera no haber nacido.
Nada puede superar la reverencia de Nuestro Señor Jesucristo por la Palabra de Dios...por sus mandamientos dados en el Monte de Sinaí...lo que el descendiente de Adán no pudo obedecer, Cristo lo hizo y con plena Autoridad les dijo:
Esta Autoridad de Cristo no fue impuesta, fue ganada mediante la Obediencia a los mandamientos de su Padre Dios...de ahí que ni una tilde dejará de cumplirse porque el aval, o la garantía de ese pacto de la ley fue el mismo Hijo de Dios.
Con pleno derecho de hacerlo, el legisla sus santos preceptos para su Iglesia, leemos:
"ASÍ COMO YO HE GUARDADO LOS MANDAMIENTOS DE MI PADRE"
Este es el fundamento nuestro para obedecer su Legislación...el viejo Pacto de la ley sustentado con sangre de animales, que constituyó el camino hacia el Hijo de Dios ha dado lugar al Nuevo Pacto sustentado con la sangre de Jesucristo, como está escrito:
[/SIZE]Permanecer en el Amor del Padre es obedecer los mandamientos del Hijo, no hay otra salida, reposamos en Cristo.
Natanael1