Heb 3:1 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;
Heb 3:2 el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.
Heb 3:3 Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo.
Heb 3:4 Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios.
Heb 3:5 Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;
Heb 3:6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
Heb 3:7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo:
Si oyereis hoy su voz,
Heb 3:8 No endurezcáis vuestros corazones,
Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,
El Hebreo que viene siguiendo el hilo del pensamiento del Escritor Sagrado, está contemplando al Hijo ya glorificado a la Diestra de su Majestad en el mismo cielo, después de haber efectuado la purificación de nuestros pecados aquí en la tierra.
Por lo tanto, cuando lee sobre la fidelidad del Hijo de Dios sobre la Casa de Dios en comparación con la de su siervo Moisés aquí en la tierra, forzosamente tiene que admitir que dicha fidelidad del Hijo no se refiere a la tierra sino al cielo.
El es el Apóstol y Sumo Sacerdote de Dios para nosotros trabajando en el Lugar Santísimo no de esta creación.
De manera que su Fidelidad a Dios en el cielo está en relación directa con el fruto de la aflicción de su alma aquí en la tierra en su oficio de Sumo Sacerdote para interceder eternamente por nosotros.
Si elevamos nuestra mirada al Cielo, lo contemplamos allí desempeñando sus oficios, fiel a Aquel que lo designó.
El es nuestra garantía eterna de nuestra salvación...en base a una vida indestructible.
¿Dónde entonces dejamos el sacerdocio levítico y la obediencia a la ley?
El Hebreo necesariamente tiene que tomar una decisión...o sale fuera del campamento judío llevando el vituperio de Cristo para ser inscrito en el Libro de la Vida del Cordero o se queda en el judaísmo obedeciendo una ley que a la postre lo va a juzgar y condenar...como está escrito:
Rom_3:19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;
Natanael1
