En la Biblia, Dios estableció una ley muy interesante. Esta ley prohíbe el castigo del hombre sin fin, estableciendo un número limitado de azotes para quien fuera declarado culpable.
Deuteronomio 25:1–3 (RV1909)
Cuando hubiere pleito (controversia) entre algunos, y vinieren a juicio, y los juzgaren, y absolvieren al justo y condenaren al inicuo, 2 Será que, si el delincuente mereciere ser azotado, entonces el juez lo hará echar en tierra, y harále azotar delante de sí, según su delito, por cuenta. 3 Harále dar cuarenta azotes, NO MÁS: no sea que, si lo hiriere con muchos azotes a más de éstos, se envilezca tu hermano delante de tus ojos.
Dios, como el juez justo, estableció un límite de castigo para los que fueron hallados culpables y se merecían azotes. El limite era NO MÁS de cuarenta azotes. Y por temor de violar esta ley, el pueblo de Israel nunca dio los 40 azotes, sino siempre era menos uno.
Y esto continuó con la nación de Israel hasta después de la cruz porque Pablos sufrió estos azotes unas cuantas veces.
2 Corintios 11:22–24 (RV1909)
¿Son Hebreos? yo también. ¿Son Israelitas? yo también. ¿Son simiente de Abraham? también yo. 23 ¿Son ministros de Cristo? (como poco sabio hablo) yo más: en trabajos más abundante; en azotes sin medida; en cárceles más; en muertes, muchas veces. 24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.
Y para que no aislemos esta ley tan importante sólo a la ley del Antiguo Testamento, Dios se encarga de atribuir el mismo castigo (espiritualmente) a los malvados del mundo durante el día del juicio.
Lucas 12:46–48 (RV1909)
Vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera, y a la hora que no sabe, y le apartará, y pondrá su parte con los infieles. 47 Porque el siervo que entendió la voluntad de su señor, y no se apercibió, ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho. 48 Mas el que no entendió, e hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco: porque a cualquiera que fué dado mucho, mucho será vuelto a demandar de él; y al que encomendaron mucho, más le será pedido.
En esta parábola, Cristo nos explica que el castigo TIENE SU LÍMITE. Y Dios, quien se sujetó a Su propia palabra, no puede violar su propia ley. Y cuando dice que el castigo durante el día del juicio será con AZOTES, entonces ya sabemos que el castigo del pecador tiene un límite. Y esto armoniza perfectamente con el castigo del pecador siendo la muerte, la cesación de la vida enteramente. Esto es la aniquilación.
Pero a los que creen en el castigo de sufrimiento consiente eterno, su doctrina effectivamente da azotes SIN LÍMITE, y eso contradice la Biblia.
La belleza de la Biblia es que Dios la escribió para que se pueda mirar de cualquier ángulo y todavía llegar a la misma verdad. Esto se llama armonía. Pero cuando lo miramos desde este ángulo y contradice la doctrina del sufrimiento conciente terno SIN LÍMITE, entonces sabemos que Dios mismo nos está diciendo que estamos en el mal camino con nuestra doctrina.
Deuteronomio 25:1–3 (RV1909)
Cuando hubiere pleito (controversia) entre algunos, y vinieren a juicio, y los juzgaren, y absolvieren al justo y condenaren al inicuo, 2 Será que, si el delincuente mereciere ser azotado, entonces el juez lo hará echar en tierra, y harále azotar delante de sí, según su delito, por cuenta. 3 Harále dar cuarenta azotes, NO MÁS: no sea que, si lo hiriere con muchos azotes a más de éstos, se envilezca tu hermano delante de tus ojos.
Dios, como el juez justo, estableció un límite de castigo para los que fueron hallados culpables y se merecían azotes. El limite era NO MÁS de cuarenta azotes. Y por temor de violar esta ley, el pueblo de Israel nunca dio los 40 azotes, sino siempre era menos uno.
Y esto continuó con la nación de Israel hasta después de la cruz porque Pablos sufrió estos azotes unas cuantas veces.
2 Corintios 11:22–24 (RV1909)
¿Son Hebreos? yo también. ¿Son Israelitas? yo también. ¿Son simiente de Abraham? también yo. 23 ¿Son ministros de Cristo? (como poco sabio hablo) yo más: en trabajos más abundante; en azotes sin medida; en cárceles más; en muertes, muchas veces. 24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.
Y para que no aislemos esta ley tan importante sólo a la ley del Antiguo Testamento, Dios se encarga de atribuir el mismo castigo (espiritualmente) a los malvados del mundo durante el día del juicio.
Lucas 12:46–48 (RV1909)
Vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera, y a la hora que no sabe, y le apartará, y pondrá su parte con los infieles. 47 Porque el siervo que entendió la voluntad de su señor, y no se apercibió, ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho. 48 Mas el que no entendió, e hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco: porque a cualquiera que fué dado mucho, mucho será vuelto a demandar de él; y al que encomendaron mucho, más le será pedido.
En esta parábola, Cristo nos explica que el castigo TIENE SU LÍMITE. Y Dios, quien se sujetó a Su propia palabra, no puede violar su propia ley. Y cuando dice que el castigo durante el día del juicio será con AZOTES, entonces ya sabemos que el castigo del pecador tiene un límite. Y esto armoniza perfectamente con el castigo del pecador siendo la muerte, la cesación de la vida enteramente. Esto es la aniquilación.
Pero a los que creen en el castigo de sufrimiento consiente eterno, su doctrina effectivamente da azotes SIN LÍMITE, y eso contradice la Biblia.
La belleza de la Biblia es que Dios la escribió para que se pueda mirar de cualquier ángulo y todavía llegar a la misma verdad. Esto se llama armonía. Pero cuando lo miramos desde este ángulo y contradice la doctrina del sufrimiento conciente terno SIN LÍMITE, entonces sabemos que Dios mismo nos está diciendo que estamos en el mal camino con nuestra doctrina.