La intolerancia de los creyentes
A veces, no llegamos a comprender, el porqué de la intolerancia de los creyentes, que durante la mayor parte de la historia de las iglesias cristianas. Se obstinan en defender asuntos mencionados en la Biblia, que nos parecen ahora intrascendentes.
Muchos piensan que, tras la experiencia religiosa, se ocultan mecanismos de represión, proyección y neurosis que alienan al ser humano o, al menos, bloquean su desarrollo y plenitud personal.
Hay un motivo muy importante.
Si aceptamos que la Biblia contiene algunos errores, Por pequeños que estos sean. Entonces podremos seguir cuestionando temas de mayor trascendencia. Y la mazorca comienza a desgranarse.
Y ¿ Quien puede definir ahora, el punto donde termina el mito, y comienza la verdad. ?
Esto coloca al pensamiento religioso en trance. Debido que bajo ese esquema, tiene que ser justificado cada argumento, para comprobar su veracidad.
Y los laicos, comienzan a cuestionar asuntos que no les competen.
Y todo el edificio de la religión tradicional, se viene abajo. Pues se presenta ahora, el relativismo de las verdades reveladas.
Parece que hoy en día. Los creyentes deben hacer un análisis de conciencia, y aceptar que su percepción de la verdad, no es absoluta.
El mensaje de Jesucristo se fincó en la tolerancia, la invalidación de los ritos, y la exaltación de la empatía entre los hombres. Con el tiempo, la religión cristiana, se transforma en una doctrina rígida, dogmática, fanática, intolerante, y en ocasiones cruel y despiadada.
Pero el credo no es así. El mensaje se mantiene ajeno del manipuleo de la política, y la lucha del poder. Es el hombre y sus iglesias, quienes conforman la política, y la praxis de la doctrina.
Lo mismo sucede, con las demás religiones monoteístas.
Esto nos lleva a la conclusión, de que el ser humano es intolerante. Y que las iglesias son solo una de las respuestas, a esa propensión.
También son las iglesias cristianas en muchos casos, el mecanismo para la manifestación de los valores de caridad, empatía y solidaridad entre los hombres. Y este es el escenario que nos toca apreciar generalmente en la vida cotidiana.
Pero no siempre es así.
Porque cuando el fanatismo se adueña de las almas. Las pasiones se vuelven incontrolables. Y si a eso, agregamos el sentimiento de creer sancionadas, y avaladas nuestras acciones, por la Divinidad. Tenemos un panorama explosivo.
Esto nos lleva a la conclusión, de que la religión, es el instrumento ideal para la manifestación de las pasiones, buenas o malas, del ser humano.
Y que si hoy desaparecieran todas las religiones del mundo. Mañana florecerían credos similares. Y con las mismas características de tolerancia o intolerancia, que tenían las originales. Cambiaria el credo y el rito. Pero las iglesias no.
Clasicko
A veces, no llegamos a comprender, el porqué de la intolerancia de los creyentes, que durante la mayor parte de la historia de las iglesias cristianas. Se obstinan en defender asuntos mencionados en la Biblia, que nos parecen ahora intrascendentes.
Muchos piensan que, tras la experiencia religiosa, se ocultan mecanismos de represión, proyección y neurosis que alienan al ser humano o, al menos, bloquean su desarrollo y plenitud personal.
Hay un motivo muy importante.
Si aceptamos que la Biblia contiene algunos errores, Por pequeños que estos sean. Entonces podremos seguir cuestionando temas de mayor trascendencia. Y la mazorca comienza a desgranarse.
Y ¿ Quien puede definir ahora, el punto donde termina el mito, y comienza la verdad. ?
Esto coloca al pensamiento religioso en trance. Debido que bajo ese esquema, tiene que ser justificado cada argumento, para comprobar su veracidad.
Y los laicos, comienzan a cuestionar asuntos que no les competen.
Y todo el edificio de la religión tradicional, se viene abajo. Pues se presenta ahora, el relativismo de las verdades reveladas.
Parece que hoy en día. Los creyentes deben hacer un análisis de conciencia, y aceptar que su percepción de la verdad, no es absoluta.
El mensaje de Jesucristo se fincó en la tolerancia, la invalidación de los ritos, y la exaltación de la empatía entre los hombres. Con el tiempo, la religión cristiana, se transforma en una doctrina rígida, dogmática, fanática, intolerante, y en ocasiones cruel y despiadada.
Pero el credo no es así. El mensaje se mantiene ajeno del manipuleo de la política, y la lucha del poder. Es el hombre y sus iglesias, quienes conforman la política, y la praxis de la doctrina.
Lo mismo sucede, con las demás religiones monoteístas.
Esto nos lleva a la conclusión, de que el ser humano es intolerante. Y que las iglesias son solo una de las respuestas, a esa propensión.
También son las iglesias cristianas en muchos casos, el mecanismo para la manifestación de los valores de caridad, empatía y solidaridad entre los hombres. Y este es el escenario que nos toca apreciar generalmente en la vida cotidiana.
Pero no siempre es así.
Porque cuando el fanatismo se adueña de las almas. Las pasiones se vuelven incontrolables. Y si a eso, agregamos el sentimiento de creer sancionadas, y avaladas nuestras acciones, por la Divinidad. Tenemos un panorama explosivo.
Esto nos lleva a la conclusión, de que la religión, es el instrumento ideal para la manifestación de las pasiones, buenas o malas, del ser humano.
Y que si hoy desaparecieran todas las religiones del mundo. Mañana florecerían credos similares. Y con las mismas características de tolerancia o intolerancia, que tenían las originales. Cambiaria el credo y el rito. Pero las iglesias no.
Clasicko