Hermanos, como hoy los católicos celebramos la Solemnidad de san José, patrono de la Iglesia, quería abrir este epígrafe en homenaje a san José y comentar al menos dos elementos que nos hablan de su importancia en la historia de la salvación:
1. La grandeza de san José radica principalmente en que Dios puso bajo su custodia a las dos personas más santas que han existido. Dios puso bajo su custodia a su Hijo Amado, a jesucristo. José sin duda tiene que haber sido dotado por Dios de gracias extraordinarias para cumplir santamente esta misión.
2. Otro elemento a considerar en José, es que junto con María pero él en un rol principal, le tocó ser un padre para Jesús, y Jesús se sujetó a su autoridad. Es incrible pensar en esto. Jesús cumplió perfectamente la Ley de Dios, y uno de los mandamientos ordena honrar y obedecer y amar a los padres. Es increible pensar que Dios-encarnado se haya sujetado a la autoridad paterna de José y le haya obedecido en todo y lo haya honrado! Jesucristo, Dios encarnado, honró admirablemente a José y se sujetó a su autoridad, cumpliendo perfectamente la Ley de Dios.
Vaya mi homenaje de cariño y gratitud a san José, custodio de María y de Jesús. A tan enorme y elevada misión corresponden también enormes gracias divinas para realizarlas, y no veo otra manera de cumplirlas que con un alma dotada de gran santidad y celo por Dios.
1. La grandeza de san José radica principalmente en que Dios puso bajo su custodia a las dos personas más santas que han existido. Dios puso bajo su custodia a su Hijo Amado, a jesucristo. José sin duda tiene que haber sido dotado por Dios de gracias extraordinarias para cumplir santamente esta misión.
2. Otro elemento a considerar en José, es que junto con María pero él en un rol principal, le tocó ser un padre para Jesús, y Jesús se sujetó a su autoridad. Es incrible pensar en esto. Jesús cumplió perfectamente la Ley de Dios, y uno de los mandamientos ordena honrar y obedecer y amar a los padres. Es increible pensar que Dios-encarnado se haya sujetado a la autoridad paterna de José y le haya obedecido en todo y lo haya honrado! Jesucristo, Dios encarnado, honró admirablemente a José y se sujetó a su autoridad, cumpliendo perfectamente la Ley de Dios.
Vaya mi homenaje de cariño y gratitud a san José, custodio de María y de Jesús. A tan enorme y elevada misión corresponden también enormes gracias divinas para realizarlas, y no veo otra manera de cumplirlas que con un alma dotada de gran santidad y celo por Dios.