Un tesoro en vasijas de barro.
...Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro, para comprobar que su extraordinario valor es del Señor, no de nosotros. Aunque estemos bajo la tristeza, no vivimos angustiados. Aunque estemos en acoso, no caemos en la deseperación. Aún bajo la persecución, no estamos en el abandono. Y si aún somos derribados, no quedamos destruidos. A donde quiera que vayamos, cargamos la muerte de Jesús en nuestros cuerpos mortales; de este modo, la vida de Jesús resplandece en ellos...
...Porque las penalidades que ahora sufrimos, que son leves, pasajeras, darán como resultado un peso de gloria, inmensa e incalculable. Porque nuestro objetivo no está en lo visible, que es temporal, sino en lo invisible y eterno.