Re: La Fe sin obras es muerta, por ende las obras la reviven
Apreciable Leal:
No creo que, menoscabar el ministerio de Santiago, de éste Santiago, sea necesario para defender la sola fide, creo que se puede hacer usando aún la misma carta de Santiago, yo abandoné el tema, creyendo que sería lo que procederías a hacer y no a tachar casi de "no inspirada" la carta.
No creo que sea adecuado pasarle por encima a la sola escritura, machacar el canon bíblico solo para defender la sola fide, simplemente no.
Bendiciones,
Lasaeta,
Todos los apóstoles son iguales en dignidad; pero no todos son iguales en el grado de conocimiento de la doctrina cristiana.
Tampoco hay que ignorar que entre los mismos apóstoles del principio, surgieron controversias doctrinales. Un sencillo análisis nos deja ver que de todos los apóstoles, Pablo fue el que recibió la doctrina completa, y no solamente el que la recibió, sino también el que la entendió por revelación de Jesucristo.
Santiago no fue constituido maestro ni apóstol de la iglesia; él figuraba entre los apóstoles a la circuncisión (en el caso que el autor sea el hermano de Jesús, algo que no está satisfactoriamente comprobado) A Santiago no se le dio la encomienda de dispensar la doctrina que explica la obra de Jesucristo y el plan de Dios. El autor de la epístola de Santiago ni siquiera da muestra de estar hablando por el Espíritu, pues una de las características que dejan ver que alguien está hablando por el Espíritu, es que glorifique a Jesucristo, y el autor de esa epístola no lo hace.
Lo que está escrito en la carta de Santiago lo pudo haber escrito cualquier Judíos, aunque no tuviera el titulo de apóstol; es más bien un tratado moral que un documento doctrinal. Esto no quiere decir que todo lo que dijo sea un error, sin embargo, en el tema de la fe, las declaraciones del apóstol y maestro de la iglesia, tienen más peso específico, son autoritativas y concluyentes. Esto se deja ver en el hecho que desde el principio, las epístolas de Pablo gozaron de reconocimiento entre los creyentes, en cambio la epístola de Santiago tuvo que recorrer varios siglos hasta que por fin fue aceptada, ¡y no por la mayoría!.
Si vamos a aplicar el principio de respeto a la autoridad establecida por Dios, tenemos que aceptar que en asunto de doctrina, el contenido de las epístolas del apóstol Pablo, es la cátedra a enseñar en la iglesia. En la historia de la revelación de Dios, solo dos hombres resaltan en asunto de doctrina: Moisés y Pablo; así como los que estaban bajo el antiguo pacto debían sujetarse a la autoridad doctrinal de Moisés (sus escritos), nosotros los que vivimos en el nuevo pacto, debemos sujetarnos a la autoridad doctrinal del hombre escogido por Jesucristo para dispensar el evangelio revelado y la doctrina que explica la obra de Dios en Jesucristo: Pablo.
Jesús de Nazaret le dijo a los que estaban bajo el AT: 2 En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. 3Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo;
Moisés fue un catedrático que impartió una metería específica: La ley (613 mandamientos)
Pablo fue un catedrático que impartió una materia específica: El evangelio revelado, que incluye los misterios que la iglesia necesitaba conocer, y la doctrina que explica la obra de Jesucristo y los beneficios que trajo a los hombres.
En tu caso, si aconteciera una situación similar entre un sacerdote y el Papa ¿Te quedarías con lo que dijo el Papa, o con lo que dijo un sacerdote?
Saludos.
Apreciable Leal:
No creo que, menoscabar el ministerio de Santiago, de éste Santiago, sea necesario para defender la sola fide, creo que se puede hacer usando aún la misma carta de Santiago, yo abandoné el tema, creyendo que sería lo que procederías a hacer y no a tachar casi de "no inspirada" la carta.
No creo que sea adecuado pasarle por encima a la sola escritura, machacar el canon bíblico solo para defender la sola fide, simplemente no.
Bendiciones,