LA FE DE LA IGLESIA DE CRISTO
Jua 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
Jua 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar,
vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Esta es una palabra que nos sobrecoge. Yendo más allá del torrente del Cedrón:
“VENDRÉ OTRA VEZ”
Y cuando el Señor ascendió al cielo, allí en el monte de los olivos, sus discípulos se quedaron puestos sus ojos en el cielo hasta que dos ángeles les dijeron:
Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
De manera hermanos, que en la Iglesia primitiva esta Esperanza de su retorno era algo que ocupaba el corazón de los creyentes.
El apóstol Pablo les dice a los Corintios:
1Co 16:22 El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema.
Y finaliza este versículo con la expresión “MARANATHA”, esto significa: “EL SEÑOR VIENE”.
Debe arder en nuestros corazones esta esperanza como el fruto de nuestro amor hacia él, y de su Amor hacia nosotros:
“VENDRÉ OTRA VEZ Y OS TOMARÉ A MÍ MISMO”
El viene a llevarnos a la Casa de su Padre… porque nos Ama y porque nosotros lo amamos a él.
Que preciosa Esperanza… queremos estar en la Casa de su Padre, anhelamos ver al Señor, anhelamos ver a nuestros seres queridos que han partido antes a su Presencia. Allá los vamos a ver.
Y muchos himnos nos alientan a estar allá.
Todas nuestras flaquezas, enfermedades propias de un cuerpo en debilidad; las luchas y las aflicciones de la vida, quedan atrás y salga el sol de una mañana que no tendrá tarde; él en su retorno por nosotros, transformará este cuerpo de la humillación nuestra, en un cuerpo semejante al que él tiene.
Este pasaje lo enseña:
Flp 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
Flp 3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Pero lo más grande, hermanos, que debe haber en la venida del Señor, es lo que había en el corazón de Rebeca cuando hizo ese largo viaje, ella no conocía a Isaac. (Gén.24:64-65)
Y la biblia dice lo mismo de nosotros:
1Pe_1:8 a quien amáis sin haberle visto, en quien, creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;
Rebeca estaba interesada en conocer más detalles de Isaac; nosotros en cambio, tenemos a nuestro alcance muchos detalles de nuestro Amado Señor y Salvador, ella preguntó:
¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros?
- “este es mi Señor”- respondió el criado.
El corazón de Rebeca estaba palpitando.
De igual manera la Iglesia de Cristo pregunta:
¿Quién es este que viene hacia nosotros para tomarnos a sí mismo antes de la ira venidera?
“ÉL ES NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR”
Nuestro corazón está palpitando porque le veremos tal como él es.
Es muy lamentable, sumamente decepcionante, como el enemigo pretende destruir este gozo inefable y glorioso de nosotros, que amamos su venida, enseñando que primero tenemos que esperar al anticristo.
Porque tal es la enseñanza de Patricio Céspedes, LuisAlberto42 y demás secuaces de aquel ser que vino a matar y destruir.
Ellos no saben de qué espíritu son.
Porque si amaran al Señor, anhelarían su venida, porque tal es la Esperanza de la Iglesia.
Verlo a él, llena toda nuestra alma porque jamás nos separaremos más, tal como aprendemos aquí en el arrebatamiento de la Iglesia antes de la ira venidera:
1Ts 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
1Ts 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire,
y así estaremos siempre con el Señor.
Esta esperanza nos llena de gozo, nos anima, nos brinda aliento, leemos:
1Ts 4:18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
El Señor ha visto la aflicción de su Iglesia a través de los siglos, desde Esteban en adelante, pasando por millones de mártires, hasta en nuestros días, dónde hay países que por el solo hecho de tener una biblia, y ser cristiano, ya eso significa la muerte inmediata.
Pero estos foristas, que no tienen el Espíritu de Cristo, que no aman la venida del Señor, están enseñando que el anticristo viene primero.
Es otro cristo, un cristo cruel, porque lo que se halla detrás de esperar al anticristo primero, es este pensamiento:
“Ah, quieren conocerme, quieren que yo los arrebate. Pues entonces sufran primero, quiero más sangre, quiero más mártires, quiero que los decapiten por mi causa”
ESTE NO ES EL AMOR DE CRISTO A SU AMADA IGLESIA, ESTE ES EL ENGAÑO DEL DIABLO.
Tenemos esta preciosa Esperanza:
1Ts 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
NUESTRA FE NO ESTÁ CIMENTADA EN LOS QUE DIGAN LAS MUJERES O LOS HOMBRES POR PIADOSOS QUE SEAN, NUESTRA FE ESTÁ BASADA EN LA ESCRITURA.
PIERDE SU TIEMPO SATANÁS TRAYENDO RECURSOS HUMANOS PARA TRASTORNAR NUESTRA FE EN LA VENIDA DEL SEÑOR POR SU IGLESIA, ANTES DE LA IRA VENIDERA.
Que el Señor prospere su Palabra.