¿Qué ESPERA LA IGLESIA DE CRISTO?
PARA REFLEXIONAR
En las Escrituras del Antiguo Testamento, no se registra la idea de que el Señor venga del cielo para que sus santos sean arrebatados para reunirse con él en el aire (1Ts.4:17).
Leemos bastante acerca de la venida del Mesías a la tierra y su reinado, sentándose en el trono de David y reinando en Jerusalén ante sus antepasados en gloria, porque en los profetas tenemos las bendiciones prometidas al pueblo terrenal de Dios.
La verdadera expectativa de los judíos, por lo tanto, es que el Mesías vendrá a establecerlos en bendición en la tierra; y en esto tienen razón, porque esto es lo que enseñan Escrituras como éstas:
Sal_37:29 Los justos HEREDARÁN LA TIERRA,
Y vivirán para siempre sobre ella.
Isa_60:21 Y tu pueblo, todos ellos serán justos, PARA SIEMPRE HEREDARÁN LA TIERRA; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.
Pero desde que Cristo resucitó de entre los muertos y envió al Espíritu Santo para formar la Iglesia, que es su cuerpo, otra esperanza ha surgido, UNA ESPERANZA QUE NADA TIENE QUE VER CON LA ESPERANZA DE ISRAEL, la Iglesia no hereda la tierra.
LA PORCIÓN DE LA IGLESIA ES EL CIELO, los lugares celestiales con Cristo.
Digo verdad en Cristo y no miento, y el Espíritu Santo da testimonio de esto cuando afirma:
Efe_1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual EN LOS LUGARES CELESTIALES EN CRISTO,
Efe_2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar EN LOS LUGARES CELESTIALES CON CRISTO JESÚS,
Es cierto que nuestro amado Señor dijo al dejar a sus discípulos para ir al Padre:
Jua 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
Jua 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Pero cómo podrían los discípulos entender este traslado al cielo, si el escenario profético de su segunda venida está marcado por un período de angustia:
Jer 30:7 !!Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; TIEMPO DE ANGUSTIA PARA JACOB; pero de ella será librado.
Un tiempo de ira:
Sof 1:15 DÍA DE IRA AQUEL DÍA, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento,
Un tiempo de Castigo:
Isa 24:21 Acontecerá en aquel día, que Jehová CASTIGARÁ al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.
Un tiempo de Juicio:
Apo 14:7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, PORQUE LA HORA DE SU JUICIO HA LLEGADO; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Lo más probable es que muchos de sus discípulos partieron a la presencia del Señor sin haber leído al apóstol Pablo, y el Apocalipsis de Juan que todavía no se había escrito.
1Ts 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, QUIEN NOS LIBRA DE LA IRA VENIDERA.
A la asamblea en Tesalónica se le enseñó simplemente a esperar de los cielos a Jesús, con la bendita seguridad de que habían sido librados de la ira venidera, del castigo, del juicio, de la angustia, de ese período, que las mismas Escrituras identifican como “EL DÍA DEL SEÑOR” (2Ts.2:2), leemos:
2Ts 2:2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que EL DÍA DEL SEÑOR está cerca.
Pero tan poco entendieron el verdadero carácter de la esperanza de ser librados de la ira venidera, pues cuando vieron morir a sus hermanos en Cristo, se entristecieron y pensaron:
- “Se perdieron la venida del Señor- “
Por lo tanto, encontramos una revelación que el apóstol había recibido del Señor sobre este punto, leemos:
1Ts 4:13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
4:14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
1T1Ts 4:15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
1Ts 4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
1Ts 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor
En este contexto de la resurrección de la Iglesia (muertos en Cristo) y los que estemos vivos uniéndonos a ellos para ser arrebatados para reunirnos con Cristo en el aire, se responde a la angustia de los santos de Tesalónica, en el sentido de que los muertos en Cristo no se perderían la venida del Señor por su Iglesia.
Porque ellos resucitarían primero.
Aquí en este contexto del arrebatamiento de la Iglesia, no tenemos la enseñanza sobre la transformación de nuestros cuerpos a la venida del Señor por sus santos, esta revelación la tenemos en 1 Cor.15:51, donde el apóstol comunica lo que jamás antes se había conocido, leemos:
1Co 15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
1Co 15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, A LA FINAL TROMPETA; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Aquí no se trata de la final trompeta de juicio da Apocalipsis, el apóstol tiene en mente la final trompeta de plata de Números 10, leemos:
Núm 10:7 Pero para reunir la congregación tocaréis, mas no con sonido de alarma.
Cuando el pueblo oía el sonido de esta trompeta en el desierto, debía empacar todo para seguir en su ruta hacia la tierra prometida.
En el caso de la Iglesia, este sonido nos indica que ha llegado el momento de abandonar la tierra, para reunirnos con Cristo y ser trasladados a la casa de su Padre, más allá de las estrellas.
Qué precioso es todo esto, y con qué sencillez el Señor en Su Palabra a marcado cada paso de esta manera celestial, para que no quede ninguna duda, sino que cada alma pueda esperar de manera inteligente y felizmente al Hijo de Dios del cielo, como también se les escribió a los Filipenses, leemos:
Flp 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
Flp 3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Finalizo señalando que nuestra bendita Esperanza de esperar de los cielos a Jesús, es algo mucho más que el conocimiento de la Doctrina del arrebatamiento de la Iglesia antes de la ira venidera.
Nuestra bendita Esperanza es una energía viva y activa de nuestra alma.
Porque para que nuestros corazones se hallen expectantes, fervientes, amando su venida, debemos considerar cómo estamos andando delante de él, leemos:
1Jn 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; PERO SABEMOS QUE CUANDO ÉL SE MANIFIESTE, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
1Jn 3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, SE PURIFICA ASÍ MISMO, así como él es puro.
De modo que nuestro objetivo actual, en Cristo, es considerar la forma práctica de esperarlo a él, separándonos de lo que no conviene, de lo que sabemos, no le agrada al Señor.
Qué el Señor bendiga su Palabra.