IMPORTANCIA DE LA IGLESIA PARA CRISTO
Gén 2:21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.
Gén 2:22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
Eva, formada de un hueso tomado del cuerpo de Adán.
Una hermosa ilustración del Señor Jesucristo muerto en la Cruz.
Cuando aquel soldado traspasó el costado de Jesús, no sabía que estaba cumpliendo esta porción de la Palabra de Dios.
Adán, con el costado abierto formando a Eva.
Cristo en la cruz con el costado abierto, base fundamental la formación de la Iglesia.
Nos llama la atención la expresión en Efesios:
“Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella”, (Ef.5:25)
Una preciosa ilustración de Cristo formando su Iglesia en el altar de la Cruz.
Efe 5:24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
Efe 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
Efe 5:26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
Efe 5:27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
Ahora, en esta porción:
Gén 24:1 Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años; y Jehová había bendecido a Abraham en todo.
Gén 24:2 Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,
Gén 24:3 y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito;
Gén 24:4 sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.
Gén 24:12 Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham.
Gén 24:14 Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor.
Gén 24:15 Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca, que había nacido a Betuel, hijo de Milca mujer de Nacor hermano de Abraham, la cual salía con su cántaro sobre su hombro.
Gén 24:21 Y el hombre estaba maravillado de ella, callando, para saber si Jehová había prosperado su viaje, o no.
Gén 24:22 Y cuando los camellos acabaron de beber, le dio el hombre un pendiente de oro que pesaba medio siclo, y dos brazaletes que pesaban diez,
Otra preciosa ilustración del Espíritu Santo enviado a la tierra para buscar Esposa para el Hijo de Dios que está en el cielo, a la diestra de su Padre Dios.
Es algo de mayor importancia para el creyente, reconocer que, desde el momento de arrepentirnos y creer en Cristo, cada creyente tiene el Espíritu Santo de Dios.
La Presencia del Espíritu de Dios es lo que produce la nueva vida en Cristo.
Un hermano en Cristo comentaba cuánto le costaba frenar su boca acostumbrada a decir malas palabras antes de creer en Cristo.
Tenía una boca muy sucia.
El Espíritu Santo en él le ayudó a exterminar ese lenguaje impío.
La nueva vida en Cristo brota espontáneamente, los cambios se hacen muy patentes en vidas que se entregan completamente a honrar al Señor.
Esta porción:
Sal 8:4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el Hijo del hombre, para que lo visites?
Adán no era Hijo de Hombre…. Hay una referencia a dos hombres aquí:
Adán encabezando la creación terrestre, con un conocimiento pleno de lo que existía en la creación, él dio nombre a todos los animales. No está dando nombres absurdos. Adán está dando nombres de acuerdo a la naturaleza de cada animal. Adán era consciente de todas las partes de la creación de Dios y con inteligencia podía poner nombre a todos los animales.
En contraste, el Hijo de Dios, es mucho más que él, porque cuando el “Hijo del Hombre” del Salmo 8 se cita en Hebreos, la aplicación no es a la creación terrestre, el Señorío de Cristo va mucho más allá, esta expresión:
Heb 2:8 Todo lo sujetaste bajo sus pies.
El segundo Adán, Cristo, es la Cabeza Federal de una nueva raza, no de esta creación:
Jua 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
Jua 1:13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Esta es la diferencia entre estos dos hombres, “el hombre” y “El Hijo del Hombre”.
Gracias por el Señor Jesucristo exaltado en gloria.
El caso de José en Egipto, nos muestra la forma como el Faraón lo exaltó en gloria.
Gén 41:42 Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;
Gén 41:43 y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.
Gén 41:44 Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.
Gén_41:45 Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.
El nombre dado a José “Zafnat-panea” por el Faraón, guarda cierta relación con “El que revela lo secreto”, como hizo en el caso de Faraón cuando le interpretó el sueño que los sabios de Egipto no pudieron hacer.
Es muy interesante que en el evangelio de Juan 4, haciendo referencia aquella tierra ocupada por los Samaritanos era la parte que Jacob había dado a su hijo José, el terreno que pertenecía inicialmente a José:
Jua 4:5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
Y el Señor en aquel lugar revela la vida secreta de la mujer.
Ella quiso encubrir todo: “No tengo marido”.
Entonces el Señor saca lo oculto de ella, este es “Zafnat-panea” El que revela lo secreto.
José tenía el Espíritu de Cristo (1P.1:11).
Juan en la isla de Patmos también tenía el Espíritu de Cristo…
Y cuando Cristo le da una información que constituye una llave para comprender este libro, leemos:
Apo 1:19 Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas.
¿Cuáles son las cosas que Juan vio?
A Cristo glorificado en medio de los siete candeleros.
¿Cuáles son las cosas que son?
Las cosas que están contenidas en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis, el mensaje a las siete Iglesias, entre ellas la promesa a la Iglesia de Filadelfia:
“yo también te guardaré de la hora de la prueba”
¿Y cuáles son las cosas que han de ser después de estas?
Leemos:
Apo 4:1 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.
La iglesia entonces desaparece de este escenario de terror que sigue a continuación y no vuelve a ser mencionada hasta el capítulo 19 donde la contemplamos en las Bodas del Cordero, lista para su descenso a la tierra.
Por lo tanto, podemos concluir con seguridad que, si no hay instrucciones dadas con respecto a las terribles circunstancias de "la hora del juicio", es, porque nunca estaremos en ellas.
Que el Señor prospere su Palabra.