Vamos a ver si entendemos que es la gracia de Dios en este ejemplo:
Usted tiene una tremenda deuda con Dios, tanto, que por mucho que se esfuerce y por usted mismo, toda su vida, por mucho que se esfuerce, incluso viviendo 1000 años, aun así, no podría saldarla.
Bien, Dios y en su gracia acude a su banco, allí donde usted tiene su cuenta corriente, y Él y por su gracia le ingresa la cantidad total que usted le debe.
Dios jamás la retirará, sino todo lo contrario, bien sabiendo que usted jamás la podrá pagar, aun así, Dios y en su gracia ha depositado todo cuanto necesita para que usted cubra la deuda.
Y usted lo sabe, sabe que Dios le ha ingresado la cantidad necesaria para que usted, si lo toma, por gracia, sin nada a cambio, usted acuda a Él y pague su deuda por siempre.
Pero usted, lo rechaza y sigue pretendiendo por si mismo, mediante su esfuerzo, trabajando día y noche, sin descanso, pretender lograr reunir todo cuanto necesita para pagar su deuda a Dios, pero bien sabe que es imposible, pero usted se cree capaz, no quiere recibir el don y gracia de Dios, y por ello, en toda su vida, NO LOGRARÁ PAGAR LA DEUDA.
Deuda que Dios ya ha pagado por usted, deuda que Dios ya le ha dado todo cuanto necesita para que quede plenamente solucionada. Usted nomás tiene que tomar lo que Dios le ha ingresado en su cuenta, acudir ante Dios, y decirle, mi Señor aquí y por tu gracia tienes pagada mi deuda.
Pues exactamente lo mismo pasa con nuestros pecados, con nuestro ser caído ante Dios, que Dios y en su gracia YA PAGO NUESTRA DEUDA, DE HECHO NOS COMPRÓ A UN ELEVADO PRECIO QUE EL MISMO PAGÓ, la muerte en la Cruz de su propio Hijo, su unigénito, el Señor.
Y es usted, yo, y todos, quienes hemos de decidir si tomamos el don y gracia de Dios y por ello lograremos tener vida eterna, o por el contrario, seguir pretendiendo mediante nuestros vanos esfuerzos lograr nada, por tanto que el pago del pecado lo es la muerte, y solo Cristo Jesús es quien por gracia y don de Dios nos salva.
Que Dios les bendiga.
