Reproduzco ahora un interesante debate que deja mucha tela para cortar, en donde se documentan hechos y acciones llevadas a cabo por la iglesia protestante de Alemania, en sus relaciones con Hitler:
Hitler y su religión
20 Nov 1999
es.charla.religion
M., un contertulio protestante evangélico, escribió este inaceptable artículo:
> > > Estaba leyendo la conversación iniciada por A.V. L. titulada Juan Pablo II y
> > > había una parte donde decían que Hitler de chico pintaba acuarelas, y
> > > recordé lo que leí hace un tiempo y me gustaría saber que más saben sobre
> > > estas informaciones.
> > >
> > > Pongo las fuentes de donde la saqué porque en la misma conversación de A.V.L.
> > > varios reclaman las fuentes cuando se habla de hechos históricos:
> > >
> > > He leído que Adolfo Hitler era católico, y que dijo a sus amigos: "Himmler es algo
> > > así como nuestro Ignacio de Loyola" (The Secret History of the Jesuits, por Paris,
> > > p. 167, publicado por Chick Publications)
> > >
> > > En Francia, la Acción Católica fue la quinta columna, bajo el nombre de Federación
> > > Nacional Católica. Los jesuitas decían a los católicos que el Papa respaldaba a
> > > Hitler y que estaban listos para servir al ejército católico nazi cuando llegara el
> > > momento. Francia cayó a los 30 días (New illustrated Encyclopedia of World
> > > History, p. 1048) de que los tanques alemanes la invadieran, gracias a la Acción
> > > Católica
> > >
> > > En los Estados Unidos, el padre jesuita Coughlin (apóstol de la esvástica) llegaba
> > > a través de la radio a mas de 20 millones de seguidores. También eres el encargado
> > > de las células comandos en los principales centros urbanos, que actuaban conforme
> > > a los métodos de los hijos de Loyola y eran entrenados por agentes nazis (The Secret
> > > History of the Jesuits, por Paris, p. 159, publicado por Chick Publications)
> > >
> > > Y así era la Acción Católica en los Estados Unidos entre 1936 y 1942
> > > (Encyclopedia Britannica, vol, III. Micropedia, p. 87)
> > >
> > > El símbolo de esta nueva inquisición que llegaba era la esvástica (un antiguo
> > > símbolo masónico). Hitler fue elegido del Vaticano. Estaba destinado a triunfar.
> > > Él y sus mas altos asociados tenían una cosa en común. Todos era católicos romanos.
> > > (The Secret History of the Jesuits, por Paris, p. 128, publicado por Chick Publications)
> > >
> > > Me gustaría saber que más saben de todo esto.
y el profundo de J. R. R. F. apostilló...:
> > Y para terminar: todo lo que pones no es más que una confirmación de que
> > los dirigentes de la Iglesia católica núnca se han creído que existiese un
> > Espíritu Santo con el cual poder hacer frente a las penurias. Si estuviesen
> > verdaderamente convencidos de eso otro gallo cantaría. En pocas palabras,
> > no se creen lo que predican y sabían muy bien que ante las SS de Himmler
> > no tenían nada que hacer.
> > No sé si se me ha entendido.
...lo que M. no dejó sin rematar, aunque fuese saliendo por bulerías:
> Sí, te entendí perfectamente. Sin intención de ofender a los católicos del grupo,
> te diré que personalmente creo que el hecho de estar rezando ante una imagen
> o cosas por el estilo, ya demuestra la falta de fe en Dios; porque se sabe que la
> fe es la convicción de lo que no se ve.
Anda que estáis buenos los dos, vaya pareja. No os está haciendo falta ni nada un curso básico de historia elemental explicada a los niños... aunque fuera por Internet.
Venga, sentaos los dos, badulaques, que os voy a dar la primera lección:
«Pese a los intentos del clero protestante y católico de autoengañarse, Hitler no era cristiano y la mayoría de los miembros de su movimiento era explícitamente anticristiana. Por supuesto, a veces Hitler adoptaba una actitud engañosa. (...) En la década de 1920 dijo a Ludendorf que tenía que disimular su odio al catolicismo porque necesitaba el voto de los católicos bávaros tanto como el de los protestantes prusianos: "el resto puede llegar más tarde". (...) En realidad, odiaba al cristianismo y demostró un justificado desprecio por sus fieles alemanes. Poco después de asumir el poder dijo a Hermann Rauschnig que se proponía arrancar "de raíz" el cristianismo alemán. "Uno es cristiano o alemán. No es posible ser ambas cosas". Creía que el método podía ser "permitir que se pudra como un miembro gangrenado". También decía: "¿Usted cree realmente que las masas volverán a ser cristianas. Tonterías. Nunca más. La historia ha terminado... pero podemos apurar las cosas. Obligaremos a los párrocos a cavar sus propias tumbas. Traicionarán a su Dios por nosotros. Traicionarán lo que sea en beneficio de sus miserables empleítos y sus rentas"».
(Paul JOHNSON [historiador británico que no ahorra críticas a la Iglesia], Historia del Cristianismo, Javier Vergara Editor, Barcelona 1999)
<<«»Los ataques públicos de los nazis contra el cristianismo, por ejemplo, producían mucha insatisfacción en el pueblo alemán, y especialmente en las zonas católicas. Los intentos locales de los funcionarios nazis de restringir las prácticas religiosas y eliminar los crucifijos de las escuelas ocasionaron tal indignación,
tales tumultos y unas protestas tan furiosas que los funcionarios, en general, revocaron sus órdenes>>.
(Daniel Jonah GOLDHAGEN [historiador norteamericano de origen judío, que dirige duras críticas a los católicos alemanes en su obra], Los Verdugos Voluntarios de Hitler. Los alemanes corrientes y el Holocausto, Taurus, Madrid 1998)
Y eso sólo era el prólogo, chicos, porque si leyerais un poco de lo que en su día guardé aquí (Nazismo y fascismo) os subiría a la cara un intenso tono bermellón que suscitaría la más explosiva chifla de todos los presentes...
En fin, como el zoquete de J. R. R. F. se ha dormido sobre el pupitre, le explicaré la segunda lección a M. en clase particular (citas extraídas de la obra de Paul Johnson):
«Para un alemán, la Iglesia es la comunidad de los creyentes
que están obligados a luchar por una Alemania cristiana... El
Estado de Adolfo Hitler apela a al Iglesia: la Iglesia debe
responder a la llamada».
(Resolución de la primera Conferencia Nacional del Movimiento de la Fe [protestante] 3/4/1933)
«La Iglesia evangélica casi unánimemente dio la bienvenida
al régimen de Hitler, con auténtica confianza, incluso con las
más altas esperanzas».
(Karl Barth)
«Hitler, el redentor de la historia de los alemanes... la ventana a
través de la cual la luz se proyecta sobre la historia del cristianismo».
(Del manifiesto de los Cristianos Alemanes de Turingia [Iglesia evangélica]).
«La esvástica en nuestros pechos, la cruz en nuestros corazones».
(Lema de los Deutschen Christen o cristianos alemanes [protestantes]).
«Hitler y los nazis son regalo de Dios».
(Del discurso de aceptación del título de obispo del Reich, recibido por el pastor Ludwig Muller de manos del propio Führer. Durante la misma ceremonia, el pastor Leutheuser cantó: Cristo ha venido a nosotros a través de Adolfo Hitler... Hoy sabemos que el Salvador ha llegado... Tenemos una sola tarea, ser alemán, no ser cristiano)
«Le envío un cálido agradecimiento por la primera operación de rescate».
(Telegrama del dr. Dietrich, obispo evangélico, a Hitler tras la terrible matanza perpetrada por el Estado nazi contra señalados católicos disidentes el 30 de junio de 1934. Entre los asesinados, se hallaban varios directores de periódico, así como el secretario general de la Acción Católica. Tras la masacre también hubo una circular protestante que afirmaba que la carnicería demostraba al mundo la grandeza única del Führer que nos ha sido enviado por Dios)
«La Iglesia evangélica alemana se compromete a afirmar
unánimente su lealtad incondicional al Tercer Reich y a su
jefe. Condenamos en los términos más enérgicos la intriga
o la crítica contra el Estado, el pueblo o el movimiento [nazi],
formas destinadas a amenazar al Tercer Reich. Sobre todo
deploramos las actividades de la prensa extranjera que intenta
falsamente representar las discusiones en el seno de la Iglesia
como un conflicto contra el Estado».
(Comunicado de 12 jefes evangélicos tras haber sido recibidos oficialmente por Hitler en enero de 1934)
Y esto no es nada, M., porque lo que tengo en mi web de los Deutschen Christen... como lo leas, no vas a tener más remedio que vestirte de saco y dormir sobre ceniza por la inconcebible adulación que tus cobardes antepasados dispensaron a esa partida de ogros que fueron Hitler y sus secuaces. Anda, atrévete a saber.
Y cuando perdieron los nazis y se cerró el grifo de culetes para lamer, ¿qué paso? pues que los evangélicos los encontraron abundantes y orondos entre los comunistas recién encaramados al poder. Y ahora tus correligionarios andan lloriqueando por aquellos indignos devaneos y pidiendo disculpas como magdalenas... Anda, refuta algo de esto, si es que puedes: ¿Más vale tarde...?
Yo que tú no volvía a sacar temas así, M., porque, además del ridi que has hecho, vuestro pasado de servilismo a los príncipes de turno es mucho, muchísimo más oscuro que el de los católicos: os apartasteis de la digna sede apostólica de Pedro, instituida por el Maestro, para arrojaros a los pies de las mesas señoriales, a recoger las sobras de las comilonas de los emperadores fondones y a poner cara de agradecidos cada vez que se dignaban dirigiros la mirada de soslayo.
Re: Hitler y su religión
20 Nov 1999
M. escribió:
> Miguel Ángel, te agradezco tu aporte a la conversación, pero me parece que
> deberías conversar sin sarcasmos, solamente exponiendo tus ideas, que es
> a fin de cuentas el objeto de estos grupos.
>
> El objeto de mi publicación fue solamente el de intercambiar conocimientos al respecto.
Con el mayor de los respetos, M., y mi profunda consideración, pero no me lo creo.
Saludos.
21 Nov 1999
J. R. R. F. escribió:
> Ay, M., qué poco conoces al Migue! Él, si no es faltando al personal e
> intentar ridiculizarlo, no es capaz de pulsar una tecla del ordenador.
> Lo que sí es cierto, diga lo que diga el Migue, es que el Sr. Hitler, don
> Adolf, era católico. Lo que pasa es que no lo era de esos de ir a misa los
> domingos, pero sí lo era: siempre estaba nombrando a la Providencia
> y por lo que he leído decía que era un enviado de esa Providencia.
> En fin... no sé qué decir más del escrito del Migue porque como por la
> mitad me quedé dormido...
De la obra citada del historiador británico Paul JOHNSON:
<<Hitler no era cristiano y la mayoría de los miembros de su movimiento era
explícitamente anticristiana. Por supuesto, a veces Hitler adoptaba una actitud
engañosa. Nunca abandonó oficialmente la Iglesia; a veces se refería a la
"Providencia" en sus discursos, y durante los primeros años en el poder asistió
varias veces a la Iglesia. En la década de 1920 dijo a Ludendorf que tenía que
disimular su odio al catolicismo porque necesitaba el voto de los católicos
bávaros tanto como el de los protestantes prusianos -"el resto puede llegar más
tarde"-. Su programa partidario era intencionadamente ambiguo: "Reclamamos
libertad para todas las corrientes religiosas del Estado, en la medida en que no
constituyan un peligro para el mismo y no militen contra las costumbres y la
moral de la raza alemana". Estos cuidadosos condicionamientos hubieran debido
bastar para poner sobre aviso a un cristiano inteligente. Sin embargo, persistió
la creencia, sobre todo entre los protestantes, de que Hitler era un hombre muy
piadoso. Aceptaban sus seguridades tranquilizadoras cuando se desasociaba, o
desasociaba al movimiento si le convenía, de los escritos de sus hombres; por
ejemplo, destacó que el folleto anticristiano de Rosenberg titulado "El mito del
siglo XX", incluido en el Índex por los católicos, era una posición personal y
no la política oficial del partido. En realidad, odiaba al cristianismo y
demostró un justificado desprecio por sus fieles alemanes>>.
21 Nov 1999
V. P. M. contradecía a M.:
> > Eso depende a qué se refiera uno con "gesto". Para mí, "gestos" son lo que sigue:
> >
> > El 13 de Abril de 1938 PioXI envió a todas las universidades católicas a
> > traves de la congregación de Roma una circular criticando los "inaceptables
> > dogmas racistas".Dicha circular sería publicada de nuevo el 3 de Mayo bajo
> > forma de una lista con 8 puntos, en el Vaticano: justo el día después del
> > desfile de Hitler en Roma. (fuerte)
> >
> > Pío XI,después de conocer la nueva ley racista que debía ser aplicada en
> > Italia declaró ante un grupo de peregrinos belgas,el 6 de Septiembre de
> > 1938:"En sentido espiritual somos todos semitas".(solidariamente fuertísimo)
> >
> > En plena subida de temperatura,Pío XI tomó la decisión de romper con el
> > discurso tradicional de la iglesia:El 22 de Junio de 1938 llama al americano
> > Jesuita padre John LaFarge para encargarle un discurso.El papa conoció a
> > LaFarge,famoso en Estados Unidos por la lucha antiracista,a traves de su
> > obra "Interracial Justice"(1937).
> > El resultado de ese discurso sería la Enciclica "Humani Generis Unitas".En
> > sus páginas pueden leerse frases tales como:
> > "...Aquí proclaman rígidos ideologos la unidad de la nación
> > como valor supremo.Allí ensalza un dictador las almas a traves de ébrias
> > llamadas a la unidad de raza..."(p.1)
> >
> > "En esta hora,en la que tantas contradictorias teorias
> > precipitan al hombre hacia una sociedad caótica,la iglesia se ve en la
> > obligación de hablar al mundo"(p.2)
> >
> > "La respuesta de la Iglesia al antisemitismo es clara e
> > inequivoca"(p.148)
> >
> > Y un largo,largo etcetera.
> >
> > Recordemos que solo la muerte impedió a PioXI pronunciar esta enciclica.(tan
> > fuerte que el Vaticano,con lógica prudencia,decidió no hacerla pública)
> >
> > En definitiva,si esto es la Iglesia-Nazi-católica que algunos pretenden,
> > apaga el quiosco y vamonos...
y M. replicaba a su vez:
> Pero es bastante curioso que todo eso que dices se hizo en 1937 hacia adelante,
> y se puede pensar que se tenía que asegurar de alguna forma una supuesta
> derrota de Hitler en la segunda guerra mundial.
La posibilidad de una derrota rotunda de Hitler -fuera de los sueños de la gente sencilla o de la que tenía fe en la Providencia y creía en milagros- sólo se empezó a entrever tras el desastre alemán de Stalingrado (¿tengo que ponerte la fecha?). Y digo sólo entrever porque todavía tenía que dar Hitler graves sustos, como la ofensiva de las Ardenas o los tremendos progresos de las investigaciones atómicas en curso, que él mismo había puesto en marcha.
21 Nov 1999
M. insistía:
> > Mientras que en 1933, al que igual que Italia, los alemanes firmaron en Roma
> > un concordato con el Vaticano. El concordato lo firmó el cardenal Pacelli (más
> > tarde el papa Pío XII). En 1933 Pacelli era secretario de estado del Vaticano.
> > E inclusive hay una foto donde Pacelli y Montini (más tarde el papa Paulo VI)
> > con Franz Von Papen, un nazi siniestro y devoto católico romano.
> > Von Papen al alardeaba ante el mundo: "El Tercer Reich es el primer poder que
> > no solo reconoce sino que pone en práctica los altos principios del papado" (Del
> > "Voelkischer Beobachter", 14 de enero de 1934).
Y V. P. M. volvía a puntualizarle:
> Hay que felicitar su retroactiva capacidad visionaria de la historia.
> De haber sabido en el 37 que Hitler iba a perder la guerra, los aliados se
> hubieran quedado en casa fumando puros...
> Le recomiendo que, después del culebrón de Cornwell, se vea una pelicula
> titulada "Hitlerjugend Salomon", también conocida como "Europa" en la que
> dejan muy clarito que incluso al final de la guerra,quedaban muchos soldados
> alemanes que no tenían idea del destino reservado a los judios. La pelicula
> está basada en hechos reales y el protagonista aparece al final del
> entrañable filme en carne y hueso y cantando salmos.
> No solo el Vaticano sino media Europa firmó tratados con Alemania en el 33.
> ¿Usted se cree que en el 33 alguien iba a saber lo que tenía Hitler en la cabeza?
> Claro,ahora lo sabemos todos. Pero gracias por recordarnoslo, de todas maneras...
En efecto, V. P. M., una película de veras sorprendente (aquí se tituló Europa, Europa) y de enorme interés, además de los muchos valores estrictamente cinematográficos que la adornan (p. ej. atrae la atención todo el tiempo, lo que no es poco).
21 Nov 1999
H. L. escribió:
> Me parece de dudosa honestidad intelectual que se espiguen únicamente los
> aspectos negativos de las relaciones de las iglesias evangélicas con el
> nazismo. Debería incluirse también el hecho de que ya en 1934 las iglesias
> evangélicas, en la Confesión de Barmen, rechazaron explícitamente la
> ideología nazi.
De la obra citada de Paul JOHNSON, historiador británico que no puede considerarse precisamente un hagiografo del papel de los católicos alemanes durante el régimen hitleriano:
Los evangélicos fueron los más cobardes partidarios de Hitler y,
paradójicamente, el único sector de las iglesias oficiales que se le opuso. Una
forma de resistencia comenzó con la "Confesión de Barmen" (evangélica) de mayo
de 1934, que rechazó la falsa doctrina de que el Estado, más allá y por encima
de su tarea especial, debía y podía convertirse en el orden único y totalitario
de la vida humana, incluyendo por lo tanto también la función de la Iglesia.
Pero fue una declaración teológica y no política: la Iglesia confesional nunca
intentó ser una oposición política. Incluso en la Iglesia de Niemöller las
banderas nazis colgaban de los muros y la congregación hacía el saludo nazi.
Además, el coraje de los pastores era limitado. Cuando algunos de ellos enviaron
una protesta privada a Hitler, en 1936, documento que más tarde fue publicado en
Suiza, el clamor público -la popularidad de Hitler en ese momento estaba
aumentando- indujo a retractarse a los firmantes. Una vez concluidos los Juegos
Olímpicos, el doctor Weissler, que había autorizado la publicación (y después
fue desautorizado por la "Iglesia confesional") fue enviado a Sachsenhausen y
matado a golpes pocos meses más tarde.
De la obra citada de Daniel Jonah GOLDHAGEN, el joven historiador judío norteamericano que el año pasado revolucionó los estudios sobre el antisemitismo alemán contemporáneo:
«Poco despues de la "Kristallnacht", un importante eclesiástico protestante, el
obispo Martin Sasse de Turingia, publicó un compendio del vitriolo antisemítico
de Lutero. En el prólogo del libro aplaudía los incendios de sinagogas y la
coincidencia de la fecha: "El 10 de noviembre de 1938, aniversario del
nacimiento de Lutero, las sinagogas arden en Alemania". El obispo instaba al
pueblo alemán a escuchar aquellas palabras "del máximo antisemita de su época,
que advirtió a su pueblo contra los judíos". En vista del antisemitismo
eliminador que impregnaba las iglesias protestantes, no es muy sorprendente que
incluso muchos dirigentes importantes de la Iglesia apoyaran moralmente unas
medidas antijudías que eran todavía más radicales que las de la "Kristallnacht"».
«El 17 de diciembre de 1941, los dirigentes de la Iglesia evangélica
protestante de Mecklenburg, Turingia, Sajonia, Nassau-Hesse, Schleswig-Holstein,
Anhalt y Lübeck emitieron colectivamente una proclamación oficial en la que
declaraban a los judíos incapaces de salvarse por medio del bautismo, debido a
su constitución racial, responsables de la guerra y de ser "enemigos innatos del
mundo y de Alemania" (geborene Welt- und Reichsfeinde). En consecuencia
instaban a que "sean adoptadas las medidas más severas contra los judíos y que
se les expulse de las tierras alemanas"».
«Después de la guerra, Martin Niemöller, quien por entonces había comprendido
lo maligno que era el antisemitismo alemán, convino en este juicio devastador.
En una conferencia pronunciada en Zurich, en marzo de 1946, afirmó; " Los
cristianos de Alemania tienen una mayor responsabilidad ante Dios que los
nacionalsocialistas, las SS y la Gestapo. Deberíamos haber reconocido al Señor
Jesús en el hermano que sufría y era perseguido a pesar de que fuese comunista o
judío...¿No somos los cristianos mucho más censurables, no soy mucho más
culpable, que muchos que tenían las manos cubiertas de sangre?"».
¿Qué propaganda fundamentalista lees, H. L., que hasta el propio Niemöller -héroe sincero contra el nazismo, pero tardío, y que durante años sostuvo tesis explícitamente antisemitas- te ganaba por la mano ya en 1946?
> No hubiera sido tampoco mala idea haber señalado que el
> primero y único gesto contrario por parte del Vaticano está fechado
> en 1937 y básicamente consiste en una queja porque el III Reich no
> respetaba el concordato que Roma había firmado con Hitler.
Ni yo ni siquiera la propia Iglesia católica niega sus responsabilidades en el avance del nazismo y el horror que éste desplegó. Pero que, gracias a la infinita misericordia divina, el catolicismo se salvó de incurrir en los gravísimos errores y sevicias pro-nazis que cometieron los protestantes evangélicos en su conjunto, es algo que ya está fuera de toda duda.
Al que lo niegue le retaré una y otra vez con pruebas. Por ejemplo, además de todo lo que ya he escrito y de lo que acaba de escribir Victoriano, que alguien me cite un sólo dignatario protestante europeo que llegase a proclamar algo la mitad de comprometido en favor de los judíos que lo que el arzobispo católico de Toulouse (Francia), Jules-Gérard Saliège, declaró en medio del infierno de las persecuciones antisemitas:
<<Ha correspondido a nuestra época ser testigo del triste espectáculo de niños, mujeres, padres y madres tratados como un rebaño de animales; ver a miembros de la misma familia separados unos de otros y enviados a un destino lejano y desconocido... Los judíos son hombres, las judías son mujeres... No se les puede maltratar a discreción... Pertenecen a la especie humana. Son hermanos nuestros, como lo son tantos otros. Un cristiano no puede olvidar esto>>.
(Citado por Saul Friedländer en su obra de 1966, tremendamente agresiva contra el supuesto silencio del papa Pacelli, Pius XII and the Third Reich: A Documentation, así como por el propio Goldhagen)
P. d.: Al hilo de esta discusión, me acaba de escribir mi amiga americana de la Red -una verdadera autoridad en múltiples cuestiones de la historia moderna y contemporánea europea, ilustrándome con sus consideraciones, cuya publicación creo que viene muy a cuento en este grupo tan aficionado a los temas recurrentes...:
Creo que te interesaría saber que Teresa Neumann, de la que tú hablas, cuando
profetizaba, llamaba a Hitler el Anti-Cristo. Alrededor de ella se juntó un círculo de católicos y simpatizantes que sacaban de ella el coraje de oponerse al régimen. Ese circulo tuvo tambien su influencia en los conjurados de Julio. (Lamento no tener el libro "Explicando a Hitler" de Rosenbaum. Él habla de eso).
M. Á.
Hay aún mas para proximas entregas, si estan interesados.
Dios los bendiga a todos y obre para que la luz ilumine las tinieblas de la falsedad y el engaño.