1.- Nadie aquí ha dicho que el Nombre de Dios se conoce con exactitud. De eso se trata la discusión. Lo que se ha dicho es que el que es CONOCIDO COMO TAL (JEHOVÁ) es un “apodo”, “un capricho”, “una herejía”, un “desconocimiento”, una “ofensa”, “un invento”. Tú dices que llamarlo JAH O YAVÉ es “correcto”, aunque no dices que “JEHOVÁ” también lo sea, no sé si por temor de que te “caigan encima” o bien, por convencimiento común de que “JEHOVÁ” de ninguna manera sería correcto, esto, en el entendido claro, y espero no estés en contra, que fueron los PROTESTANTES quienes lo han utilizado durante más de 500 años en sus propias Biblias y durante todos estos siglos lo han declarado como el Nombre del Bendito Dios del Universo, al menos, el más “popular” y “acostumbrada” forma de verter el TETRAGRAMA en español. Además, si eres de la idea de llamarlo a como cada quien “le dé la gana hacerlo”, tampoco es correcto llegar a esos extremos. Jamás un nombre que no contenga siquiera las CUATRO CONSONANTES dentro de sí mismo como “raíz” aunque sea una traducción o una transliteración, debe emplearse como el NOMBRE DE DIOS, sólo porque se desconozca la pronunciación ORIGINAL. Esto es muy diferente. Por lo tanto, no estamos de acuerdo en que se le llame a Dios “Espíritu Santo”, primero, porque en la Biblia no hay ningún indicio o idea para que le llamemos así y, por otro lado, si de algo hay certeza que Dios no se llama es, precisamente, ESPIRITU SANTO, porque “espíritu santo” no es ningún nombre personal de nadie, aunque él mismo sea eso, un ESPÍRITU SANTO de conformidad con la declaración del mismo Jesucristo. Esto sería como que yo, Melviton, diga que mi otro nombre es “ser humano”, solo porque eso realmente soy. Espero que no discutas lo indiscutible.
2.- Bueno, llamar “Padre” a Dios no es incorrecto porque, en primer lugar, es cierto, es nuestro PADRE CELESTIAL, así como yo correctamente puedo llamar “papá”, “papito”, “padre”, a mi padre biológico. Eso es una cosa; otra, totalmente diferente, es que yo sólo le diga “papá” o “papi” porque nunca nadie me dijo cómo se llamaba y no me importa porque para mí no es importante el nombre que tenga sino su persona. Esto, dentro del concepto humano y propio del sentido común, podrá ser una posibilidad como tantas existen, pero de lógica no tiene ni un ápice. TODO SER HUMANO SOBRE EL PLANETA QUE HAYA EXISTIDO (con las excepciones a toda regla, claro) tuvo y TIENE NOMBRE. ¿El Soberano del Universo no lo va a tener? Eso tú mismo lo juzgarás. Es tu responsabilidad. El que yo llame a mi padre, diciéndole “PADRE” no indica que ese sea su NOMBRE DE PILA (el verdadero) porque no lo sé pronunciar debidamente o porque desconozco cómo se llama. Esto es un contrasentido. Además, Dios no se hizo “uno de nosotros”. Esto no es enseñanza de la Biblia. Juan 3:16, texto muy conocido y claro sin ambigüedades y directo, nos dice que Dios envió a su Hijo Unigénito al mundo. No dice que DIOS se envió a sí mismo que sería otro “cuento” que la biblia no “cuenta”. Esto es simplemente oponerse a la clara enseñanza de la doctrina que el mismo Jesucristo enseñó. Y tampoco Dios es nuestro “hermano”; lo que sí es, por el contrario, NUESTRO PADRE y así lo enseñó el que sí es considerado, verdaderamente, NUESTRO HERMANO: JESUCRISTO, el que Dios envió como HIJO y, por ser el HIJO, pues es lógico que sea también NUESTRO HERMANO.
3.- Es que ese es el problema mi estimado. Fue DIOS quien se puso su propio NOMBRE. Ningún humano lo bautizó o llamó tal o cual porque así quiso y se le “metió entre ceja y ceja” llamarlo a como le dio la gana. No, esto no es correcto. Dios le reveló a Moisés cuál sería el NOMBRE en el cual iría ante Faraón, y el NOMBRE QUE LE DIO, ni fue “espíritu santo”, ni “el hijo santo”, y mucho menos que era un “revoltijo” de deidades. Simplemente, según la Biblias protestantes: JEHOVÁ, este es mi NOMBRE PARA SIEMPRE”. Con él “te presentarás ante Faraón y con Él como baluarte, sacarás a mi pueblo Israel del cautiverio”. (Exodo 3:15). Por lo tanto, JEHOVÁ no es ningún NOMBRE COMPUESTO de padre, hijo y ningún espíritu santo. Esas son enseñanzas de los hombres y las herejías que por siglos el catolicismo propició desde el tercer siglo de nuestra era
4.- No pongas como ejemplo a los “jodidos” judíos porque ellos de Dios no saben ni quieren saber nada. Para ellos DIOS todavía les va a enviar al MESÍAS porque a Jesús nunca lo aceptaron (generalmente). Ellos esperan todavía al “MESÍAS” de Dios. Por lo tanto, todo lo que digan o no digan los judíos hay que ponerlo, como quien dice, “en cuarentena” para su análisis general y escritural. Dios requiere de nosotros que lo adoremos con “espíritu y con verdad”. Con espíritu porque debe ser reconocido que es el ESPÍRITU POR EXCELENCIA que gobierna el Universo y todo tiene que tener su aprobación para que marche como debiera. Y con “VERDAD” porque debemos saber quién es el DIOS AL QUE ADORAMOS; si es una persona o no (que tiene personalidad, espero que esto no lo discutas) y que es UN SOLO JEHOVÁ, no DOS NI TRES. Eso nunca lo enseñó. Lo contrario fue lo que enseñó. Si lo que tú dices fuera cierto, Pablo no debió dar el discurso que le propinó a los griegos cuando dijo que se “volvieran de esas cosas vanas al Dios vivo”. Los griegos tenían todo un panteón de dioses y diosas y cada cual le adoraba como querían y donde querían y hasta tenían una “tumba” dedicada “a un dios desconocido”. El Dios del Universo no mora en ningún templo “hecho de manos”; no es una PLURALIDAD DE DIOSES dentro de sí y tampoco es para adorarle A COMO NOS DÉ LA GANA HACERLO, según nuestras perspectivas y nuestras “verdades”. JEHOVÁ DIOS fue muy claro y enseñó así:
1. JEHOVÁ EL PADRE
2. JESÚS EL HIJO DEL PADRE (enviado por el Padre a la Tierra).
3. El ESPIRITU SANTO es el poder de Dios otorgado por el Padre como la fuente de ese espíritu santo que ahora se recibe, únicamente, por medio del Hijo de Dios.
4. ESTA ES LA UNIDAD CRISTIANA. Reconocer al PADRE COMO EL ÚNICO DIOS VERDADERO; al HIJO COMO EL HIJO DE ESE DIOS VERDADERO como el MESÍAS-SACERDOTE DE DIOS y al ESPÍRITU SANTO, el poder mediante el cual DIOS EJECUTA su santa voluntad. Punto. Decir otra cosa es hablar de más.
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5.- En parte dices bien, pero en parte no. Por ejemplo, si fuera EN TODOS LOS CASOS, las palabras de Jesucristo carecerían de sentido cuando dijo claramente: “Ahora bien, aprendan de la higuera la ilustración: Luego que su rama nueva se pone tierna y hace brotar sus hojas, ustedes saben que está cerca el verano. Así mismo también ustedes, cuando vean acontecer estas cosas, sepan que él está cerca, a las puertas”. (Marcos 13:28,29). Y aunque estoy de acuerdo en no dar “fechas específicas” como muchos se precipitaron por ignorancia o “emoción” descontrolada, sí se dan las pautas y las “evidencias” de la naturaleza para que estemos “preparados” por los “síntomas” o por las “señales” que los propios tiempos nos dirán que algo está por venir. Esto en sí es otra cosa.
7.- Para santificar un NOMBRE, por más que lo nieguen, se tiene que CONOCER Y USAR EL NOMBRE que pretendemos SANTIFICAR. No es lógico que digamos que SANTIFICAMOS A DIOS si ni siquiera conocemos el NOMBRE y, aunque no se tenga la certeza de ser el que el PRONUNCIÓ mediante el ÁNGEL A MOISÉS, de alguna manera el que nos llegó siglos después debe tener su aprobación ya que permitió que se utilizara y así se hizo y se dio a conocer como JEHOVÁH a las naciones y, hoy por hoy, es el NOMBRE BENDITO que está dando la vuelta al mundo y a quien el mundo no acepta sólo porque nosotros lo estamos publicando como el NOMBRE que debemos SANTIFICAR sin avergonzarnos de Él. El ejemplo más notorio es el nombre JESÚS, que, aquí se han dado todas las pruebas escriturales para determinar que TAMPOCO ES SIQUIERA PARECIDO al Nombre hebreo del “Mesías” de Dios, y sin embargo, parece que a nadie le importa usar y publicar y Santificar un NOMBRE QUE NO CORRESPONDE A LA REALIDAD de cómo se pronunciaba el NOMBRE DEL HIJO hace 2000 años.
Un saludo cordial.