EL HIJO del DIOS ALTÍSIMO DIJO:
EL PADRE es MAYOR que YO
El Señor no se encarnó para glorificarse a sí mismo.
Vino del mismo cielo, no para hacer su voluntad, sino estrictamente a cumplir con un propósito salido del corazón de Dios, la Obra de la Redención, una Expiación Mundial, donde tanto el judío como el gentil quedan absueltos de todo pecado, por cuanto la sentencia que se había proferido contra ellos, quedó plenamente pagada por el Hijo de Dios en el Altar de la Cruz.
La Obra de la Redención es una obra perfecta, donde la Justicia de Dios, queda plenamente satisfecha, al justificar al impío, al reo, al infierno, al nacido bajo condenación:
Rom 5:18 Así que, como por la transgresión de uno
vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
Rom 5:19 Porque así como por la desobediencia de un hombre, los muchos fueron constituidos pecadores, así también
por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
POR LA OBEDIENCIA DE SU HIJO
Somos justificados por su Gracia (Ef.2:5)
Somos salvos por medio de la fe (Ef.2:8)
Somos redimidos por su sangre (Col.1:14)
Y esto lo hizo el Hijo en su condición de Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn.1:29)
Un Cordero que fue destinado antes de la fundación del mundo (1P.1:18-20).
Sería entonces, bien extraño, que el Hijo no estuviese sujeto al Padre en todo.
Pero que no se nos olvide esto.
Una vez a punto de terminar su misión aquí en la tierra, como el Hijo del Hombre, el pudo hacernos notar este ruego, con toda humildad:
Jua 17:4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
Jua 17:5 Ahora pues, Padre,
glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
No era una gloria menor al Padre, la expresión:
"QUE TUVE CONTIGO"
Nos habla de igualdad, tal como el Espíritu Santo lo confirma en porciones tales como:
Flp_2:6 el cual, siendo en forma de Dios,
no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
Jua 5:17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
Jua 5:18 Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre,
haciéndose igual a Dios.
En la siguiente porción sobre la seguridad de nuestra salvación eterna:
Jua 10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Jua 10:29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Jua 10:30 Yo y el Padre uno somos.
En el v.29 leemos que el Padre es mayor que todos, y el Hijo mismo se incluye como "mayor que todos" al rematar el versículo siguiente con la expresión:
"YO Y EL PADRE UNO SOMOS"
De manera que una mente espiritual sabe discernir el momento cuando dijo "El Padre mayor es que yo" en relación con su condición de Hijo del Hombre y como igual a Dios.
NO está SUPEDITADO a LA CARNE....
El vino en "carne" pero en su preexistencia aprendemos que el Verbo era Dios (Jn.1:1).
El diablo anda muy ardido con esta realidad, por cuanto esperaba ser nombrado "Hijo" como cuando Amán, en la corte del Rey Azuero, esperaba ser homenajeado con todos los honores que corresponden al que el Rey quiere honrar. Leemos:
Est 6:6 Entró, pues, Amán, y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey? Y dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey honrar más que a mí?
Heb 1:5 Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Mi Hijo eres tú,
Yo te he engendrado hoy,
A ninguno, porque el Hijo no es una criatura, es igual a Dios.
No tengo duda que este anuncio provocó la rebelión celestial (Is.14:14; Ez.28:15).
Y hubo que repetir el anuncio, ya no como anuncio, sino como decreto, como una orden dada a las criaturas, leemos:
y otra vez:
Yo seré a él Padre,
Y él me será a mí hijo?
Heb 1:6
Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.
Siglos después, luego que el diablo fue arrojado del cielo debido a su rebelión, le vemos suplantando la adoración al Hijo, por la adoración a él mismo como diablo, leemos:
Luc 4:6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
Luc 4:7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
Es la atrevida proclamación de un derecho disputado.
Satanás reivindica la condición de Primogénito, el heredero de derecho de la creación, el verdadero Mesías y, como tal, demanda la adoración de la humanidad.
Cuando un forista se empecina en rechazar al Hijo de Dios, como igual a Dios, su Padre, está adorando al diablo.
La adoración que recibió el Hijo de Dios aquí en la tierra, desde su nacimiento (Mt.2:11)
Como Hombre (Mt.14:33)
Después de su resurrección (Mt.28:9,17)
Y en su ascensión al cielo, con su cuerpo de Hombre Digno de ser adorado (Ap.5:9,11)
Le contemplamos en el mismo Trono de su Padre, como Hombre, siendo adorado por los siglos de los siglos:
Apo 5:13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir:
Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
TAMPOCO está SUPEDITADO a LA CARNE....
Claro que no, es el reconocimiento en el cielo y en la tierra, de Jesús como Hombre digno de ser adorado como Dios, para la gloria del Padre.
CONCLUSIÓN
Los foristas que no reconocen al Hijo de Dios, como Dios, simplemente están adorando al diablo.
Es un derecho disputado.
¿O me adoran a mí o lo adoran a él?
Su imponente título es el de «el dios de este mundo»; un título concedido por Dios al Maligno, y no porque el Supremo haya delegado Su soberanía, sino porque el mundo le rinde su homenaje, descalificando a Jesús como Igual a Dios.