Estos diz que defensores de la Divinidad del Cristo que dicen proteger son un encanto de pupilos del “cobijo celestial” del Ser que repudian con sus actos impuros de la más recalcitrante hipocresía capaz de confundir al más inocente de sus seguidores del característico histrionismo al que están acostumbrados.
Podrán conocer toda esa historia sagrada que rechazan a manera de material informativo, tan necesaria en una honesta defensa de la fe de cualquier forista que se precie de ser consecuente con lo que argumente. El problema con estos “entusiastas y acérrimos” contertulios es que siempre minimizan, pero de manera infame e irónica, desestabilizando a como puedan el peso argumental que saben tienen que sostener para no tambalearte del sobrepeso que les puede aplastar si no lo refuerzan con sus consuetudinarias y sarcásticas arremetidas personales.
Nunca se debe minimizar el conocimiento aunque lo hayamos repasado mil veces y hagamos alarde de nuestro resplandeciente “espíritu de sabiduría” que hayamos recibido de lo “Alto”. Podemos tener mil años de leer las Escrituras sin una plena comprensión de lo que leemos y esto, lo deben saber muy bien. Y lo de lumbreras, permítanme ponerlo en serias dudas mis queridos y “divinos” consortes. ¿Ustedes lumbreras? ¡Por Dios, nada más desafinado y ruidoso! ¿Ustedes que se la pasan escondiendo las “lámparas” espirituales de los millones de almas sedientas del agua de vida? ¿Ustedes que han considerado una “violación a la intimidad” el que “toquemos” las puertas para llevar el mensaje de salvación a las personas en sus propios hogares?
El “toro” se “torea” en el redondel, no desde la barrera en cómodas butacas acolchadas y en donde tenemos sombrillas que nos protejan del sol abrazador. La orden del Señor fue ir a buscar a las “ovejas perdidas de la casa de Israel”, no dejar que las “ovejas sin pastor y perdidas en el mar de la ignorancia y enredos escatológicos que ustedes se inventan para sí, sean las que tengan la responsabilidad de buscarles y rogarles o, al menos, mendigarles las “migajas” que caen de vuestra abundante y repleta mesa de estupideces y ridículas enseñanzas propias del más recalcitrante paganismo de la historia humana.
A ustedes se les ha hecho tambalear sus mismísimas bases de paja y ni cuenta se han dado. Lo único que han hecho con toda sinceridad, es ensañarse en el ataque personal a discreción. De hecho, no escuchan los argumentos por estar pensando a quién le caen de “planchetazo” y a quién van a “despedazar” como cuando lo “santo” es tirado a los “perros” que, encolerizados y ciegos por la rabia que no les permite aceptar nada de nada; esa misma rabia que envalentonó a los convencidos fariseos, cuando a una, se abalanzaron sobre el discípulo Esteban arrastrándolo y lapidándolo como justa retribución por su insolencia y herética postura contra los autonombrados “Hijos de Abraham” del sanedrín judío de Jerusalén.
Nos acusan de ridículos cuando el término ni siquiera lo inventamos nosotros y, en su caso, creo que nos llevan demasiada ventaja. Ridícula es la postura de “santos” que asumen “rasgándose las vestiduras” como buenos puritanos consumidos por la rabia que les ocasiona el vernos a nosotros predicar el verdadero Evangelio en su lugar. Ustedes los “voceros oficiales” de la Deidad que dicen adorar no son más que legítimos remedos de un cristianismo fracasado e impotente cuyo fanatismo sin fronteras han endurecido las mismísimas bases que otrora forjaron la era más obscura de la historia humana en donde el “desaforado” fue revelado a sus anchas, dándose “cuatro gustos” persiguiendo y aniquilando a cuanto “hereje” desprevenido e incauto era torturado en los recintos de la incomprensión y la ignorancia disfrazados de “celo por la Casa” de su “Señor y Maestro”.
Ustedes, que profieren todo tipo de sandeces y ridículas burlas personales criticando hasta la apariencia física que podamos tener, llenan hasta el colmo la medida de la más putrefacta condición espiritual en la que se encuentran, con tal de agredir con cuanto epíteto o apelativo dispongan sus “benditos” labios proferir como si fueran “alabanzas” que “arrullen” el oído del Todopoderoso. Y lo peor de todo es que esa “canalla” de orgullosos cristianitos que atentos “escuchan” la bella canción de alabanza personal que blandean como su mejor argumento, encima, se dan el lujazo de aplaudir a cuanta estupidez aparezca por el foro que haga burla hasta de los aspectos personales de algunos de nuestros foristas.
Hago un sentido llamado de alerta a mis hermanos del foro para que recapaciten y mediten en para no seguir exponiéndose a una burla injusta y, sobre todo, innecesaria, al menos con ciertos foristas cuya complacencia es la calumnia, la burla y el ataque personal. Recuerden que nuestro verdadero foro está en la calle, no dentro de ningún foro, en donde no se exige el “derecho de admisión” de las “chusmas” sectarias de religiosos fundamentalistas de extremo fanatismo que deambulan por el mundo a la caza de los verdaderos Hijos de Dios y se filtran por cuanto orificio encuentren de manera solapada para seguir pervirtiendo el verdadero Evangelio del Señor Jesús. Nuestra misión no es convencer sino dar testimonio. Esa fue la comisión del Señor Jesús. Creo que el testimonio que se ha dado es más que suficiente.
Un caluroso saludo a todos.