Mas que nada se trata de vivir eternamente.
La vida gusta, y da para mucho, y aunque hay personas para todo, yo creo que la mayoría, si pudiera vivir para siempre, lo haría.
Creo que Dios nos creó con esa idea.
Lo que también creo, es que esta vida, que el hombre ha construido a golpes, es muy injusta y desequilibrada.
No es que estoy dándote un discurso de izquierda pero es un hecho de que no todos cuentan con las mismas posibilidades.
Y también creo que hay personas con deseos de buena voluntad y otros que no les importa nada de nada.
Tampoco creo en una salvación por decreto de todos los hombres que han vivido.
En lo personal creo que toda jactancia es mala, porque el hombre se trasformó en un ser intrínsecamente malo y que resiste naturalmente a la autoridad.
Debe arrepentirse sinceramente para contar al menos con chances de figurar.
No creo que la vida eterna deba ser para todos, sino solo para aquellos que estén dispuestos a someterse a reglas comunes y a respetar al prójimo y obedecer a Dios en todo. A los rebeldes y contumaces no los termina queriendo nadie y todo lo que hacen es molestar a los demás y provocar daño.
Aunque creo que la salvación siempre fue por obras, porque toda la biblia lo confirma hoja por hoja, también creo que esas obras que Dios siempre quiso que el hombre hiciera, ya las hizo Cristo por nosotros.
Dios esperaba de Adán obras de obediencia.
Que no comiera de aquel árbol famoso pero Adán no alcanzó el agrado de su creador.
Jesús en cambio fue en todo complaciente y de esta forma logro reconciliar, en sus hechos a Dios con el, como representante de toda la raza humana.
El resulta ser el nuevo modelo de hombre. El segundo hombre formado por Dios ya que el primero se desvió y se perdió.
El nuevo hombre y la nueva creación de Dios, sobre quien todos, deberíamos volver a nacer.
Y al final por el y en el somos todos salvos y justificados.
Dios también espera obras de nosotros, pero esas obras deben ser el resultado de una fe viva y dinámica.
Una fe verdadera que me arma de los pies a la cabeza para la batalla.
Una victoria que ya es nuestra sin siquiera pelear.
Por fe y por zambullirnos en Cristo, varón perfecto.
Para muchos la desaparición total sería como un cielo, mientras que otros preferirán no morir.
Y entonces se necesitarán dos lugares diferentes, para que estén, por un lado, los que están dispuestos a bajar la cabeza y convivir en igualdad, con otros, bajo las nomas y leyes de Dios, y otro, donde quedarán confinados todos aquellos que no aceptan someterse a Dios y a su autoridad.
No se si esta respuesta llegará a contestar tu pregunta.
