Algo hay de eso, pero lo más importante es que un cuepro glorificado tiene una dimensión distinta, tiene propiedades distintas.
No requiere respirar, por ejemplo.
El oxígeno, la hematosis, la hemoglobina, son para vivir en la tierra, pero ya no estaremos atados a la vida orgánica de la tierra (sudar, defecar, orinar, dormir, tener sexo, reproducirse...), la cual tiene un límite, pero afuera de la tierra no hay oxígeno que respirar.
Ahora tenemos un "aliento de vida" (pneuma), sí, pero de vida orgánica.
Por ahora, en la tierra, en nuestra sangre esta esta vida orgánica, pues es la sangre la transportador de éste aliento de vida por todo el organismo y que conocemos como respiración celular, y que habremos de entregar algún día al morir exhalando ese "último aliento de vida"
Al morir, ésta vida orgánica tal y como la conocemos, en donde la respiración celular por medio del oxígeno difundido en la sangre era fundamental, la habremos de entregar y, tal parece, que no heredará el reino, Parafraseando esto último, se podría decir que, no requerimos sangre en el tercer cielo, ni habrá oxígeno, ni aire, ni estará más limitada nuestra vida a la oxidación
Irónicamente es la oxidación la que termina por envejecer el cuerpo.
¿Querrás oxidarte por la eternidad?, si es así, añade a tu entorno (tercer cielo) oxígeno, hazte de un transportador biológico que lleve el oxígeno a cada célula de tu cuerpo, como la sangre por ejemplo, y puedes estar seguro que un buen día, terminarás molecularmente oxidado.
Por cierto, los glóbulos rojos de la sangre, que son los transportadores del oxígeno y por tanto encargados de transferir el pneuma o vida orgánica, sobreviven solo 90 días.
Así funciona la respiración celular, lo siento.
Te lo digo, porque varios aqui estan poniendo sus esperanzas en heredar la carne con su sangre para la vida eterna, pero me temo que esto no es posible.
Llevarán su cuepro glorificado la imagen y semejanza de Dios, con ojos, pies y manos, pero de eso a querer defecar, orinar, sudar, transpirar, sangrar, aparearse y ponerse rubicundo, me parece que pertenece más a la forma de vida en la tierra tal y como la conocemos, que en el cielo.
Saludos.