Israel vs Palestina: Preguntas dificiles para un problema dificil

Israel vs Palestina: Preguntas dificiles para un problema dificil

  • Isael tiene derecho a la tierra, pues Dios se las dio

    Votos: 79 56,4%
  • israel no tiene derecho a la tierra, pues ellos la perdieron historicamentee

    Votos: 16 11,4%
  • Los palestinos e israelitas tiene los mismos derecho

    Votos: 43 30,7%
  • El mas fuerte debe quedarse con la tierra

    Votos: 2 1,4%

  • Votantes totales
    140


http://www.antesdelfin.com/atrocidadesjudias.html

El Lic. Ureña denuncia los actos terroristas de los Judíos


A veces, motivados por nuestro celo por la Palabra de Dios y la evidencia existente en ella sobre lo especial de Israel, el Pueblo de Dios, uno tiende a mostrar cierto tipo de parcialidad hacia el lado Judíos, en vez de tratar de ser imparcial y también informar al mundo sobre las atrocidades y los abusos, y porqué no, ¡Los actos terroristas cometidos por los Judíos contra los pobres palestinos!

Líderes árabes, entre ellos Yasser Arafat, el Presidente de Egipto, Mohammad Hosni Mubarak, han mostrado su frustración porque aparentemente el Oeste es totalmente parcial cuando se trata de los actos terroristas perpetrados por los Israelíes.

Pues ya está bueno. Hemos decidido ser veraces y de una vez y para siempre acabar con la injusticia de ser parciales con los Judíos. Los árabes que viven en el territorio Israelí merecen justicia.

Ahora, formalmente declaramos los actos de terrorismo contra los árabes por parte de los Judíos:


1. Condenamos a todos los atacantes suicidas judíos que han asesinado árabes

2. Condenamos las explosiones de autobuses árabes por parte de fundamentalistas judíos

3. Condenamos todas las pizzerías, centros comerciales, los paseos, y los autobuses destruidos por radicales judíos terroristas

4. Condenamos todos esos aviones palestinos secuestrados por judíos desde 1903

5. Condenamos todas a los judíos que han atacado árabes durante Ramadán en años pasados

6. Condenamos a todos los árabes linchados en ciudades judías

7. Condenamos a todos los atletas olímpicos palestinos asesinados por Judíos

8. Condenamos a todas las embajadas árabes atacadas y bombardeadas por los crueles judíos

9. Condenamos todas las mezquitas, cementerios y escuelas religiosas atacadas por Judíos

10. Condenamos enérgicamente la destrucción de propiedad del gobierno americano y propiedad de civiles por parte de los intolerantes Judíos

11. Condenamos los atacantes Judíos que asesinaron cientos de ciudadanos Australianos y Europeos en Bali a finales del 2002.

12. Condenamos todos esos libros Judíos que claman que los árabes se reúnen en secreto para planificar cómo dominar al mundo

13. Y en particular condenamos y nos sentimos avergonzados de la manera en la que los Judíos atacaron las torres gemelas del World Trade Center, el Pentágono y un avión cargado de civiles el 11 de septiembre del año 2001, y que hasta celebraron en las calles de Tel Aviv y Jerusalén la muerte indiscriminada de miles de civiles inocentes.

14. Condenamos a los judíos que armados de armas atacaron a dos templos Hindúes en Kashmir, India. Además los rebeldes Judíos advirtieron a las autoridades Indias que llevarían más ataques en el futuro.

15. Condenamos el asesinado de la misionera cristiana norteamericano Bonnie Penner, quien fue asesinada por parte de fundamentalistas judíos en Líbano. El Penner fue asesinada mientras se dirigía a su trabajo voluntario en el Centro Libanés Cristiano en el Líbano. Penner fue asesinada cruelmente por los judíos simplemente por ser americana.

16. Condenamos a los militantes suicidas Judíos que se voló a sí mismo cuando fue interceptado por una patrulla palestina en la Franja de Gaza, hiriendo a cuatro soldados palestinos.

17. Condenamos un nuevo atacante suicida judío que también mató a 12 palestinos en Jerusalén e hirió a otros 49 palestinos. El autobús iba cargado de estudiantes palestinos que se dirigían a su escuela. Se vieron niños palestinos llenos de sangre gritando "Mamá, Mamá" en medio de los restos del autobús.

18. Condenamos los hechos cometidos por los radicales fundamentalistas judíos cometidos en la ciudad de Kaduna, en Nigeria, donde estos grupos han matado a más de 215 personas, después de que un periódico publicara que no creían que Mahoma? se opusiera a la celebración de Miss Mundo, y que él hubiera escogido a una de las participantes para su harén. 22 de noviembre, 2002

19. Condenamos los ataques judíos contra objetivos árabes en Kenia. Tanto contra civiles árabes en un aeropuerto de Kenia, como el intento de derribar el avión cargado de civiles árabes que se dirigía a Jerusalén, usando dos misiles el 28 de noviembre, 2002

20. La lista continuará. No deje de visitarnos CASI DIARIAMENTE para que así se entere de las atrocidades cometidas por estos asesinos judíos contra casi... ¡TODO LO QUE RESPIRE!


Nota: No colocamos fotografías de las atrocidades Judías porque los Judíos también son culpables de encubrir toda evidencia de sus actos de horror contra los árabes. ¡Qué lamentable!

Los hermanos de RaptureReady.com fueron quienes nos motivaron a unirnos a esta denuncia.

Pastor Dawlin Ureña
Grand Rapids, Michigan. USA

 
¿EL TERRORISMO JUDÍO CONTRA LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA?


Norberto Ceresole





"La misma historia de siempre: atacar y huir tratando de engañar al mundo"

Israel: Sacred Terrorism, en Arabs News, 8 de marzo de 1980.


No debemos demonizar al Islam ni al mundo árabe... Se trata al Islam de una forma muy diferente que al cristianismo o al judaísmo. Años y años de prejuicios hacen que, por ejemplo, hablar de terrorismo judío nos deje indiferentes y que, sin embargo, sea habitual comparar a los musulmanes con el mal. Hay mucha pereza intelectual y mucha ignorancia en todo eso. Hemos aceptado como axioma las ideas de Samuel Huntington y el "choque entre las civilizaciones... Huntington busca enemigos como sea porque se arrastra la necesidad ideológica de magnificar la superioridad de Occidente sobre el mundo".

Edward Saíd, al Corriere della Sera, de Milán, el 10 de agosto de 1998


"Sólo treinta minutos después de que estallara la bomba, ya circulaban rumores de que habían sido los islamistas... El FBI se está introduciendo en nuestros barrios (musulmanes), llama a la gente (musulmana) a sus trabajos y los cita para interrogarlos...Eso nos está haciendo mucho daño, está creando mala sangre y falsas especulaciones... Sé que hay cierto resentimiento contra nosotros, los musulmanes, pero estoy seguro que los habitantes de Kenia tienen la suficiente madurez para superar esa afección, que es un virus inducido desde el exterior".

Marian Hens, La comunidad musulmana de Kenia en el punto de mira, en El Mundo, Madrid, 13 de agosto de 1998.


"Israel está llevando a toda la región hacia la violencia, la anarquía, la guerra y la destrucción"

Declaraciones de Yasir Arafat en Sudáfrica, el 12 de agosto de 1998.


"El valor del rublo se debe devaluar de un 15 a un 25% por debajo de su nivel actual"

George Soros, en el Financial Times, el 13 de agosto de 1998






Introducción

Desde hace cuatro años vengo analizando los llamados "Atentados de Buenos Aires". Esos atentados fueron dos explosiones en las que murieron más de cien personas y quedaron heridas varios cientos más. La primera explosión se produjo en el interior de la embajada de Israel, en 1992, y la segunda en la Asociación Mutual Israelita en la Argentina (AMIA), en pleno centro de Buenos Aires, en 1994. Hasta el momento, la justicia argentina, apoyada por los servicios israelíes (Mossad) y norteamericanos (FBI) no ha encontrado una sola prueba que pueda señalar a un sólo culpable. Lo curioso es que, al igual que en Nairobi cuatro años después, a la media hora de producirse la explosión en la AMIA de Buenos Aires, comenzaron a circular los primeros rumores acusando a los "islamistas" de ser los "verdaderos terroristas".

En un sentido muy concreto, para mí, los atentados ocurridos en Africa oriental, son como una película ya vista. Es un mismo esquema operativo en el cual sólo cambian los objetivos y los escenarios. Pero no los actores.

El resultado de mis investigaciones anteriores lo he objetivado en tres libros (más de mil cien (1.100) páginas, en total) ya editados en España. Ellos son: Terrorismo fundamentalista judío (1996), El nacional judaísmo (1997) y La falsificación de la realidad (1998).

A nivel personal he pagado un alto costo, porque mis investigaciones no coinciden con lo "políticamente correcto": un conjunto de parámetros intelectuales que hoy actúan como gendarmería del pensamiento en el mundo entero. Pero yo sigo pensando "a la antigua". Sigo creyendo firmemente que un intelectual tiene un deber prioritario de lealtad para con su patria y para con su pueblo. Y que esa lealtad es algo muy distinto a la estupidez del "compromiso". Soy, lo reconozco, un "sudaca" atrasado y tercermundista que sigue pensando como Martin Heidegger: "Sé por la experiencia y la historia humanas que todo lo esencial y grande sólo ha podido surgir cuando el hombre tenía una patria y estaba arraigado en una tradición".

A partir de los "atentados de Buenos Aires" los patriotas argentinos hemos sido expulsados a la clandestinidad por la ocupación judía de los aparatos del Estado y por el proceso de distorsión cultural que esas mismas organizaciones judías lograron establecer sobre el conjunto de la sociedad argentina. Yo mismo, por razones de seguridad, no puedo vivir en la Argentina. Hacia fines de 1996 tuve que optar por un segundo exilio (el primero me fue impuesto porque luché hasta el final contra la llamada "dictadura militar"). Había recibido numerosas amenazas de muerte realizadas, ¡qué duda cabe! por la "conexión interna judía-fundamentalista". En cuanto a la "justicia" argentina un sólo ejemplo: poco tiempo antes de salir del país mi abogado tuvo que interponer nada menos que dos recursos de habeas corpus preventivo, en un mismo día. Sólo el gobierno, en mi caso personal, mantuvo una actitud respetuosa. Lo peor fue que muchos amigos "de toda la vida", algunos de ellos judíos, me pidieron que ni siquiera los llamara, nunca más, por teléfono. Por haber publicado un libro -- mi libro número 25 -- con las conclusiones de una investigación que cumplía con todos los requisitos académicos, las organizaciones judías trazaron en torno a mi persona un verdadero cordón sanitario que destruyó el conjunto de mis actividades sociales y profesionales. Ni durante los peores momentos de la dictadura militar (primer exilio) sufrí semejante asedio. Tuve que recurrir a un segundo exilio, para salvar la vida. Así están las cosas en la República Argentina. Y en otros muchos lugares del mundo occidental.

Esa ocupación judía de un país, se puede medir por un complejo entramado jurídico-legal que le otorga a los judíos en la Argentina no sólo el status de ciudadanos de primera clase (una minoría étnica que está por encima del resto de los ciudadanos): la legislación argentina actual ha asumido -- de hecho y de derecho -- la naturaleza "diferencial" que los judíos se atribuyen a sí mismos, en tanto "pueblo elegido". Esa ocupación, ya realizada por un grupo étnico que en esencia no es argentino -- porque reivindica y privilegia su Ser Judío y, por lo tanto, el principio de la "doble lealtad", que significa lealtad prioritaria al Estado judío --, tiene manifestaciones múltiples, como la existencia comprobada de grupos paramilitares judíos armados que responden directamente ante la Inteligencia del Estado judío.

Recordemos, p.e., el atentado contra un diplomático iraní en 1996. Este fue baleado a plena luz del día en una de las avenidas más transitadas de Buenos Aires y salvó milagrosamente su vida. Para la Policía argentina se trató de un mero hecho delictivo. No existieron explicaciones diplomáticas por parte argentina. A partir de ese hecho, que se vino a sumar a una larga cadena de acusaciones y agresiones de todo tipo, Irán endurece el diálogo con la Argentina. Dos años después, en un acto judío realizado en Buenos Aires, un periodista de un diario ("La Nación"), que no puede ser definido, obviamente, como "antisemita" informa: "Más de 200 policías garantizaron la seguridad del acto... Estuvieron apoyados por perros entrenados de la Brigada de Explosivos, que husmeaban entre los bolsos de invitados y reporteros gráficos. A estos efectivos se sumaron otros jóvenes de civil y malos modos que se decían afectados a la seguridad del acto. Algunos de ellos, que no hablaban en español, se encargaban de identificar a los periodistas y dificultaban su desplazamiento entre el público" (Fuente: La Nación del 18 de julio de 1998). Esos jóvenes llegados de Israel, que ni siquiera se toman el trabajo de aprender el idioma del país (lo que nos demuestra hasta qué punto ha llegado la ocupación judía de la Argentina, ya que ni siquiera practican las reglas básicas del ocultamiento) son un calco psicológico de Ygal Amir, asesino del general Rabin. En Buenos Aires y otras ciudades de Argentina se ocultan en las escuelas rabínico-militares administradas por los grupos fundamentalistas judíos. Son ellos la verdadera "conexión local" del terrorismo fundamentalista judío.



AFRICA ORIENTAL

Marco histórico y geo-religioso

Kenia y Tanzania son países ribereños del Océano Índico. Durante la larga época premusulmana, sus costas fueron visitadas durante siglos por las flotas árabes y persas y, sucesivamente, colonizadas por los árabes. Ver mapa 1 (Fuente: Hervé Coutau-Bégarie, Géostratégie de L'Océan Indien, Fondation pour les études de défense nationale, París 1993).

A partir del nacimiento y de la expansión del islam toda la parte septentrional del Africa oriental se islamiza, en gran parte debido a las corrientes inmigratorias árabes. Kenia y Tanzania son, en un estricto sentido geográfico, naciones de origen musulmanas y árabes. Ver Mapa 2 (Ibídem).

El primer "choque de civilizaciones" con Occidente se produce en los comienzos de siglo XIV: es el choque entre portugueses y otomanos. Ver mapa 3 (Ibídem).

Pero cuando el Imperio Otomano comienza su decline ante las puertas de Viena, la expansión musulmana hacia el Índico se detiene y comienza la conquista de occidental. Fue en ese punto de inflexión de la historia universal cuando se cree poder llegar a definir un concepto geopolítico crucial: a los musulmanes la tierra, a los cristianos el mar (Andrew C. Hess, "The Evolution of de Ottoman Seaborne Empire in the Age of the Oceanic Discoveries", en American Historical Review, diciembre de 1970). La costa oriental africana fue ocupada por Inglaterra -- potencia marítima por excelencia -- porque era la otra ribera de la costa occidental de la India. Actualmente los musulmanes -- chiitas, shiitas y bahawitas, representan el 10% de la población en Kenia, y el 30% en Tanzania.


Los acontecimientos actuales

Cualquiera que haya analizado con cierto detalle la evolución de las relaciones entre el gobierno Demócrata norteamericano y el Estado de Israel en los últimos tiempos, estará en condiciones de conocer con absoluta certidumbre un hecho básico: dentro del fundamentalismo judío (en especial dentro de los "colonos") fue creciendo un odio cada vez más fuerte hacia la Administración Demócrata encabezada por el presidente Clinton. En el plano la política interior de los Estados Unidos, esa hostilidad se canaliza hacia una alianza política -- y, tal vez, estratégica -- con el fundamentalismo evangélico norteamericano, los "sionistas cristianos", a quienes, más adelante, describiremos.

Durante, pongamos por ejemplo, el último año, decenas de manifestaciones en Israel, en especial las organizadas por los colonos israelíes judío-norteamericanos, se convertían, sencillamente, en manifestaciones antinorteamericanas, y más específicamente, en manifestaciones anti-Clinton. La Administración Demócrata norteamericana es percibida por esos sectores fundamentalistas judíos como el enemigo principal de sus proyectos racistas y expansivos. Este es un hecho que cualquier lector de periódicos occidentales puede verificar, leyendo simplemente los despachos de los corresponsales en la región del Oriente Medio.

Parte de ese odio se manifestó en un creciente empeoramiento de las relaciones entre ambos gobiernos. Durante los últimos 50 años, incluyendo el tiempo de la invasión al Líbano (1982), nunca fueron tan malas las relaciones entre los gobiernos de Israel y de los EUA. Ese es el elemento que define, mejor que ningún otro parámetro, al período actual, signado por el "fracaso" del Plan de Paz.

Ese sentimiento antinorteamericano (más específicamente: anti-washingtoniano [Gobierno Federal. Ver, más adelante: relaciones entre el fundamentalismo evangélico norteamericano y el gobierno federal] - que en los últimos tiempos han asumido los colonos israelíes - que en gran parte son de origen norteamericano - no es algo nuevo en Israel. Allí existe, desde hace muchos años, una doctrina, elaborada básicamente por el ejército, que sostiene que "...las potencias occidentales son nuestro principal enemigo, y que el único modo de disuadirlas es por las acciones directas que las aterroricen... (Shimon) Peres comparte esa misma ideología; desea atemorizar a Occidente para que apoye los objetivos de Israel..." (Moshe Shariett, Diario, [Yoman Ishi - Diario Personal]).

Esa doctrina fue elaborada ya en los años cincuenta, y practicada a través de innumerables actos de "terrorismo encubierto", en especial contra "objetivos occidentales" ubicados en Egipto. Luego vuelve a cobrar vida en los años ochenta (Líbano). Ver anexo documental: Diario de Moshe Sharriet.

Actualmente resucita bajo una forma encubierta: "Aunque la responsabilidad por los dos atentados de bomba en Africa Oriental no ha sido todavía establecida, fuentes de la inteligencia israelí están convencidas de que extremistas islámicos están detrás de los atentados y que seguirán atacando blancos americanos -e israelíes- aparentemente desprotegidos... Es habitual que los grupos extremistas islámicos empleen nuevos nombres para sus grupos con el fin de obstruir las investigaciones... Mientras los grupos pueden ser diferentes -algunas veces incluso sin conocerse entre sí o sin tener un mando o un centro de control común- lo que sí tienen en común es la ideología. A las alas centristas y moderadas del Islam les resulta difícil controlar a los grupos extremistas, sea en Argelia donde el asesinato masivo de mujeres y niños está siendo conducido en nombre del Islam, o sea en los atentados sobre edificios americanos como p.e. en Arabia Saudí donde murieron muchos civiles locales. Los atentados en Africa oriental se planificaron obviamente fuera de la región. El empleo de cientos de kilogramos de explosivos es un indicio para la planificación a largo plazo y no corrresponde a una acción improvisada en respuesta a un acontecimiento concreto" (Haaretz, 9 de Agosto).

Ahora la lucha contra la "dictadura" del gobierno federal norteamericano es, además, un objetivo compartido entre el fundamentalismo judío y los sectores evangélicos más extremos dentro de los mismos EUA. Esta fue una de las grandes coincidencias entre Netanyahu y el senador Gingrich. En base ella se organizó el caso Lewinsky contra Clinton, el enemigo (coyuntural) común.

Para demostrar su inocencia ante el mundo, allí estuvieron los esforzados "socorristas" israelíes rescatando víctimas de entre los escombros. Afortunadamente los "socorristas" israelíes que llegaron a Kenia, para "investigar" una cuestión que afectaba directamente a la superpotencia, fueron expulsados del lugar de la explosión por los infantes de marina norteamericanos, que controlaron rápidamente la zona. Esos mismos "socorristas", cuatro años antes, habían llegado a Buenos Aires, (donde también media hora después de la segunda explosión circularon las primeras acusaciones contra Hezbollah e Irán) para dejar el lugar del atentado lleno de falsas pruebas.

En esta ocasión el Jesusalem Post puso el grito en cielo y denunció la expulsión de los agentes israelíes en términos muy duros contra los marines (en: Kenya: Israel aiding blast probe, 11 de agosto): "Agentes de los servicios de inteligencia israelíes están involucrados en las investigaciones sobre los atentados de bombas de las embajadas USA en Kenia y Tanzania, según comunicó el Canal 1 (TV israelí) anoche citando a un oficial militar de Kenia. Este reportaje fue publicado después de que el primer ministro Benjamín Netanyahu había ofrecido los servicios del Mossad y de otras agencias de inteligencia para seguir el rastro de los terroristas. El oficial keniano dijo que los servicios de inteligencia británicos están también en Kenia para ayudar en las investigaciones... El equipo israelí tiene el control sobre las operaciones de rescate y sobre otros equipos de rescate franceses y de voluntarios locales. Pero mientras los kenianos elogiaron el trabajo del equipo israelí, los marines USA han sido criticados, según se informa, por obstruir posiblemente los trabajos de rescate. Un miembro del equipo de rescate israelí dijo a The New York Post que oficiales americanos suspendieron la búsqueda de supervivientes en el interior de la embajada el sábado al anochecer. Otro oficial israelí dijo que tuvo que pelear con los americanos para obtener el permiso de colocar reflectores en lo alto de la embajada destruida para iluminar (el escenario de) la búsqueda ininterrumpida. La embajadora de EE.UU., Prudence Bushnell, herido en el atentado, dijo que debía existir un "malentendido" en la edición de ayer de The New York Post. Los marines estaban tratando de proteger el emplazamiento que podría proporcionar pruebas sobre el atentado del viernes. `Parece que estamos intentando impedir el paso a la gente, pero estamos intentando mantener el emplazamiento intacto', dijo" (Jerusalem Post, 11 de agosto)

Pocas horas después de que Mónica Lewinsky declarara formalmente ante el fiscal especial sobre sus relaciones especiales con el presidente, lo que puede significar el inicio en firme de su destitución, estallan las bombas en las capitales de Kenia y Tanzania. El significado estratégico -- y, aun, filosófico -- que se le pretende dar a ambos atentados, se orienta a favorecer netamente la postura del señor Netanyahu, basada desde siempre en la dicotomía seguridad versus paz. Los atentados "demuestran" -- en especial ante la opinión pública norteamericana, que es el verdadero target de las acciones terroristas- la prioridad absoluta que debe tener la "seguridad" por sobre la paz (y la devolución de territorios). Es decir, confirman la estrategia de la coalición Likud. Además, coyunturalmente, castiga a un presidente (norteamericano), odiado desde hace mucho tiempo por el fundamentalismo judío (y los evangélicos protestantes fundamentalistas norteamericanos: los "sionistas cristianos"), porque había cometido por lo menos tres pecados capitales: sugerir el reconocimiento del futuro Estado palestino, oponerse a la anexión judía de Jerusalén y proponer un acercamiento con la República Islámica de Irán.

En ese sentido meramente coyuntural, los atentados en Africa oriental no pueden sino acelerar la caída del presidente Clinton (que no tomó en cuenta -- y allí estás los atentados para demostrarlo -- los problemas de seguridad). El Financial Times del 10 de agosto señala este "problema de seguridad": los atentados de Africa "... plantean grandes amenazas para el presidente Bill Clinton. No sólo tiene que explicar el fallo del aparato de seguridad más sofisticado del mundo y de su red de inteligencia, también tiene que preparar a la nación para lo que podría ser un largo y arduo proceso para llevar a los responsables ante la justicia. Los antecedentes norteamericanos en determinar responsabilidades por actos terroristas han sido escasos... La política norteamericana sobre actos terroristas en el pasado... en buscar conexiones con un Estado, con Irán y Libia como principales sospechosos. Pero Libia se ha mantenido al margen en los últimos años e Irán... está estrechando sus lazos con los EE.UU. Washington actúa correctamente al moverse con cautela e insinuando que la investigación podría durar años. También sería bueno abstenerse de especular públicamente sobre los posibles sospechosos". El Financial Times no olvida recordar, al final de la nota, la presencia de Europa: "EE.UU. necesita el apoyo de sus aliados al enfrentarse a la amenaza terrorista. Esto es importante ahora que se toman decisiones delicadas en temas como las relaciones con Irán..."

El día 11 de julio de 1998 (menos de un mes antes de las explosiones africanas), todos los corresponsales occidentales en Oriente Medio difundieron una noticia que el gobierno libanés confirmó, luego, oficialmente: había sido descubierta en el Líbano una red de espionaje israelí, integrada por 77 ciudadanos libaneses, que tenía por objetivo principal destruir -- por medio de un "atentado terrorista" -- la embajada de Estados Unidos en Beirut. Luego, al igual que había sucedido en Buenos Aires unos años antes, se acusaría a Hezbollah de haber realizado el atentado. Un desertor del Ejército del Sur del Líbano desbarata la operación. Nada nuevo: terrorismo encubierto. Todos los estudiosos de la política exterior israelí conocen esa estrategia. "Es la misma historia de siempre: atacar y huir tratando de engañar al mundo" (Livia Rokach, El terrorismo de Estado israelí: un análisis de los Diarios de Moshe Sharett en Israel´s Sacred Terrorism, Arabs News, 8 de marzo de 1980).

En este caso, para engañar al mundo luego del fracaso libanés, había que generar a un "culpable" creíble.

La primera tentativa se orientó hacia Irak. Aunque no sea un Estado islámico es, al menos, un Estado árabe. La "venganza de Sadam" sigue siendo una imagen convincente y terrorífica. Pocos meses antes, estando Netanyahu de visita en los EUA, no se pudieron concretar los bombardeos sobre Irak, poseedor de "armas de destrucción masiva" con capacidad "para destruir tres veces al planeta tierra". Hasta ese punto se habían deteriorado las relaciones entre los gobiernos de Washington y de Tel Aviv. Pero ahora, dos días antes de las explosiones del Africa oriental, los inspectores de las Naciones Unidas se retiraron intempestivamente de Bagdad, luego de adoptar una postura insultante -- claramente provocadora -- para la dignidad de Irak. Se dice que ese gobierno pretendía impedir la continuidad de las inspecciones (que ya casi habían terminado: obviamente no había armas de "destrucción masiva" en Irak). Ante el extraño hecho consumado el gobierno de Sadam se queda atónito: faltaba muy poco para finalizar la inspección que levantaría el embargo. No podían impedir las inspecciones porque los inspectores, simplemente, ya se habían marchado (afortunadamente existe una película difundida por la televisión iraquí que absolutamente clarificadora sobre este episodio).

El segundo intento consistió en relacionar los atentados africanos con anteriores operaciones contra tropas norteamericanas de guarnición en Arabia Saudí: en los sagrados lugares. Para ello se inventa una organización inexistente: Frente Internacional Islámico para la Lucha contra Israel y los Cruzados. Hasta el nombre es ridículo e ilógico. Ridículo: porque intenta implicar forzadamente a Europa occidental [los "Cruzados"]; ilógico: porque no se comparecen los conceptos "internacional" e "islámico" [pertenecen a dos épocas distintas dentro del siglo XX: la comunista "internacional" y la poscomunista]. Personalmente no tengo dudas de que fue inventado por el propio Instituto para los Estudios de Contraterrorismo de Tel Aviv. Es esa institución la que difunde en Occidente la imagen de ese Frente Internacional Islámico y Anticruzada (una forma burda de implicar al cristianismo contra el islam): "Una organización que extiende sus tentáculos desde el desierto de Nubia, en Africa, hasta Afganistán".

Algunos grupos en Israel están particularmente interesados en señalar la naturaleza anónima e internacional del "nuevo terrorismo", dado que no hubo ni habrá reivindicación del atentado; lo que en teoría va contra toda lógica política: "Está claro que el terrorismo internacional e indiscriminado no está muerto, pero, como un virus maligno, parece que ha pasado por un proceso de mutación. A las organizaciones terroristas ya no les interesa identificarse reivindicando la responsabilidad de sus crímenes... porque han vuelto a la sombra. Y al igual que los terroristas que cometieron el atentado por bomba contra la embajada de Israel en Buenos Aires, los que atentaron contra las embajadas USA en Africa se han convertido en (terroristas) indiscriminadamente internacionales..." (Jerusalem Post, 9 de agosto de 1998). La guerra mundial contra el "terrorismo islámico" está servida: "El rastrear a terroristas es ahora una prioridad internacional y los americanos merecen pleno apoyo y colaboración internacional en la caza (de los terroritas). Ciudadanos de practicamente todos los países han sido asesinados por terroristas y quedan pocos países que hacen todavía concesiones por una motivación "ideológica" de estos crímenes. Por lo tanto, si se comparte el sufrimiento, la responsabilidad de atrapar a terroristas de cualquier índole debe compartirse doblemente" (Jerusalem Post, ibídem.)

La "conexión saudí" es señalada explícitamente por un periódico inglés de clara tendencia pro-israelí, The Independent. En su edición del 12 de agosto Robert Fisk escribe: "La clave de la identidad y los motivos que inspiraron a las personas que atentaron contra las embajadas de Estados Unidos en Nairobi y Dar es Salam se encuentra en las profundidades de la nación que los estadounidenses consideran su principal aliado en el Golfo Pérsico: Arabia Saudí. El ataque... reflejó la furia creciente de miles de saudíes -- incluidos algunos miembros de la familia real -- contra la continua presencia militar y política de EUA en la tierra que alberga dos de los más importantes santuarios del islam: La Meca y Medina... No fue una casualidad que las bombas explotasen... coincidiendo con el octavo aniversario de la llegada de las primeras tropas de EE.UU. a Arabia Saudía, en 1990..."

El Jerusalem Post, a su vez, recuerda el anterior atentado contra tropas norteamericanos realizado -- pero reivindicado -- en territorio saudí: "Las susceptibles autoridades saudíes, ante el temor que las investigaciones podrían revelar alguna conexión políticamente embarazosa con un Estado de la región, obstruyeron constantemente las investigaciones y negaron el acceso de oficiales USA a los sospechosos clave. Este comportamiento fue particularmente irritante, ya que los saudíes son aliados de los americanos y dependen en mucho de la protección americana contra amenazas regionales como desde Irak o Irán..." (Jerusalem Post, Ibídem).

La tercera hipótesis fue desarrollada por "analistas" argentinos al servicio del Estado judío, que quiere implicar a Irán a toda costa, en los atentados de Buenos Aires. Para estos cipayos los autores de los atentados africanos son miembros de "... la internacional islamista, (que es el) ala dura del poder iraní que intenta por todos los medios `frenar' el acercamiento a Occidente del nuevo presidente iraní (más) una combinación de varios actores en la que intervendrían algunos sectores disidentes del grupo chiita proiraní Hezbollah, teledirigido por Irán y Siria. El contexto interior iraní se hace obvio por la cruda batalla que libran en Teherán los renovadores de Jatamí y el ala conservadora fiel a los valores fiel a los valores del Ayatolah Jomeini" (en Página 12, Buenos Aires, 10 de agosto de 1998). Como de costumbre, se construye una gran imagen falsa a partir de algunos elementos ciertos. Como por ejemplo la disidencia de Hezbollah. Pero naturalmente no se aclara que el "grupo de Baalbek" no tiene ninguna capacidad de acción más allá del Valle de La Bekaa, en el Líbano.

De esa hipótesis, al parecer fecunda, se han derivado luego otras, como la que expone el Foreign Report de Londres, el 13 de agosto. Los "guardianes de la Revolución" iraníes habrían actuado en coordinación con las fuerzas del saudí Ussama Ben Laden, supuestamente exiliado nada menos que en el Afganistán talibán. Conviene recordar que los talibanes, en su origen, fueron una creación de la CIA contra las tropas soviéticas que habían invadido afganistán. Esto parece olvidarlo hoy en día la diplomacia rusa, que señala a Afganistán como el centro del "terrorismo islámico internacional". Pero ya sabemos cuál es la posición -- hegemónica -- que tienen los judíos en la Rusia pos-soviética. A través de los talibanes queda metido en la olla, donde se cocina este nauseabundo guiso de acusaciones, el Paquistán musulmán, flamante miembro del club atómico. Se hace difícil imaginar cómo los iraníes pueden negociar con elementos que mantienen secuestrados a 11 de sus diplomáticos en territorio afgano recientemente conquistado por las fuerzas talibanes. Por otra parte los iraníes, al igual que antiguamente los soviéticos, siempre han denunciado la conexión norteamericana e israelí dentro de la alianza talibán-paquistaní.

Para aumentar la confusión de los pobres ciudadanos occidentales, que deben trabajar todos los días de su vida en empresas con "productividad creciente", el movimiento "islámico-terrorista" por excelencia, Hezbollah, la pesadilla de Israel, condenó duramente los atentados africanos, calificándolos de "criminales". El Sheik Fadlallah consideró que todo este teatro es un montaje sionista-norteamericano. "Es inaceptable para un musulmán matar o herir a un gran número de personas inocentes, cualesquiera que sean las circunstancias. Las acusaciones contra los árabes tienen por objetivo arraigar en el espíritu del hombre occidental y en la opinión pública mundial que ser árabe y musulmán es sinónimo de terrorista" (L'Orient-Le Jour, Beirut, 13 de agosto).

Una lectura atenta de la prensa israelí durante los primeros días pos-atentados permite entrever una estrategia largamente preconcebida, siempre dentro de la línea del "choque de civilizaciones". Haaretz, el 9 de agosto, llama a una guerra contra el Islam. Ahora que el agredido es el propio Estados Unidos, Occidente debe elaborar un programa "activo y ofensivo", algo muy diferente al perfeccionamiento de simples mecanismos de defensa y de intercambio de Inteligencia. Un programa activo contra el terrorismo (islámico) es ahora necesario. Estados Unidos debe asumir un liderazgo que corre el riesgo de perder [En palabras de Joseph S. Nye, citadas por Huntington, "la potencia norteamericana se ha convertido en el `poder blando' que atrae, en vez del poder duro que obliga"]. Un día después el mismo medio "liberal" publica una nota editorial: Terrorism without borders. Todo el mundo debe participar en esta cruzada contra los "zelotes islámicos" [extraña combinación de conceptos: "zelotes" = judíos terroristas antirromanos -- según definición de Flavio Josefo -- de la época del Segundo Templo], incluidos los gobiernos árabes "moderados". Un objetivo secundario pero importante, para Israel, es que, durante todo el tiempo que dure la crisis internacional desatada por los atentados de Africa, podrá continuar oprimiendo al pueblo palestino, cada vez más carente de protección por parte de su "autoridad nacional": durante todo este período las autoridades israelíes continuaron confiscando tierras palestinas para ampliar los asentamientos de los "colonos". Según informó Al Quds, el 13 de agosto. "¿El pueblo palestino tiene derecho a tener un Estado propio?" -- La respuesta de Isaac Levi, líder del Partido Nacional Religioso de Israel fue clara y fulminante: "Nunca han tenido un Estado" (en El Mundo, Madrid, 14 de agosto).

Pero volvamos a Hareetz (9 de Agosto)."Los atentados en Africa oriental este fin de semana se planificaron obviamente fuera de la región. El empleo de cientos de kilogramos de explosivo es un indicio para la planificación a largo plazo y no corresponde a una acción improvisada en respuesta a un acontecimiento concreto. Los Estados Unidos se enfrentan ahora al problema de tener que tomar la ofensiva contra los terroristas...Lo que es necesario es un programa agresivo para luchar activamente contra los terroristas y sus líderes. Pero Los Estados Unidos necesitan jugar un fuerte papel de liderazgo internacional y por ahora Washington lo tiene difícil desempeñar tal liderazgo como lo han demostrado con su respuesta a la carrera de armamento nuclear entre la India y Pakistán, o en la prueba de fuerza con Sadam Husein hace unos meses, o con la omisión de prevenir que Irán y Corea del Norte desarrollen misiles de largo alcance. En Arabia Saudí, por ejemplo, los Estados Unidos no han obrado con el rigor suficiente frente al gobierno saudí cuando solicitaron la colaboración de Riad en la investigación del atentado con bomba contra unas dependencias USA".

La Inteligencia israelí comprende perfectamente que el poder norteamericano en el mundo se encuentra en una fase "decadente". Que el enorme poder material de los EUA no se traduce en voluntad política. Que es el momento en que "países pequeños", como Israel, bien instalados en el interior de la política norteamericana, comiencen a a realizar "la conquista del imperio", desde "adentro" y desde "afuera". Para Arnold Toynbee ello sería un camino natural dentro del proceso universal de las "crisis de las civilizaciones". Por el momento el lobby judío norteamericano verá incrementado su poder con los 1.250 que le aportará la banca suiza, luego de la exitosa operación de chantaje realizada a partir de la religión del holocausto.

Recopilando toda la información histórica de que disponemos (relativa al comportamiento internacional del Estado de Israel) podríamos interpretar -- en buena lógica -- que las agresiones sufridas por dos delegaciones diplomáticas periféricas de la superpotencia, ha correspondido a un objetivo estratégico destinado a comprometer directamente a un futuro gobierno en Washington (recordemos la coincidencia con las próximas elecciones legislativas en los EUA) en una campaña militar contra los enemigos regionales del Estados judío; mejor dicho, contra quien el Estado judío percibe como sus enemigos regionales y religiosos.

De las operaciones ideológicas previas se encargarán -- como siempre -- las jaurías de escribas desparramadas por Occidente: tarea fácil luego de tantos años de histeria antimusulmana. El camino se está despejando para La guerra de 1999, largamente anunciada por el Estado Mayor Israelí. Tal guerra no será más que la destrucción -- utilizando para ello armas nucleares -- de los centros vitales del mundo árabe-musulmán: Teherán, Damasco, Bagdad, Beirut y, tal vez, El Cairo y Riad. Ahora, después de los salvajes atentados africanos, se justifica la destrucción hasta la raíz del odiado "terrorismo islámico"; ahora es preciso destruir los refugios de los que provocan la destrucción y la muerte irracional en nombre de Allah. Sólo un proyecto de tal envergadura puede justificar asumir -- para los grupos operativos judío-israelíes que cometieron los atentados en Africa oriental -- un riesgo tan alto: la posibilidad de que se descubra, por una vez, a los verdaderos culpables.

Sin embargo, hay algunos signos esperanzadores. El 10 de agosto el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan señaló en Lisboa la conveniencia de organizar una cumbre internacional contra el terrorismo; pudo fundamentar esa propuesta en infinitos antecedentes existentes sobre el tema, pero lo hizo señalando que esa cumbre había sido solicitada por los países islámicos reunidos en diciembre de 1997 en Teherán, en la VIII Conferencia Islámica. En un momento de máxima histeria antiislamista, Kofi Annam, uno de los diplomáticos más astutos de la historia de Naciones Unidas, cometió, al parecer, su primera "torpeza": hacer referencia a la VIII Conferencia Islámica como elemento moderador de crisis internacionales. Un día después "aclaró" su posición: "No está entre mis proyectos actuales convocar una conferencia sobre el terrorismo mundial... Lo que yo he dicho es que estuve presente en la reunión de la Organización de la Conferencia Islámica en Teherán en la que los jefes de Estado presentes condenaron el terrorismo y sugirieron que podría ser el momento de promover una conferencia mundial sobre esta cuestión. Lo que dije también es que posiblemente deberíamos tener en cuenta esa propuesta".

Y así llegamos al punto más importante de esta cuestión: la situación interior de la sociedad norteamericana y sus reflejos sobre su sistema de poder exterior. Si tomamos en cuenta algunos parámetros estructurales que esa sociedad presenta en este fin de siglo, los atentados en Africa pueden producir algo más que una crisis política interior en los EUA. Sus repercusiones podrían generar una verdadera fractura etno-cultural en la sociedad norteamericana, un conglomerado de grupos humanos todos ellos étnica y culturalmente minoritarios. Las recientes olas inmigratorias han modificado drásticamente la composición cultural, religiosa y étnica de los Estados Unidos. Los blancos europeos serán dentro de poco sólo algo más de la mitad de la población. Dentro de ese grupo étnico los más afectados serán los blancos anglo-protestantes. Lo que señala que el propio lobby judío se verá arrastrado a la baja en su poder decisional, que actualmente es enorme. Pero el 14% de la población negra norteamericana incluirá, posiblemente, a la mayor comunidad musulmana del Occidente-central (EUA+Europa Atlántica). Hoy, ya, la Nación -- negra -- del Islam es la mayor comunidad musulmana en Occidente. Y la que presenta un perfil ideológico más firmemente antijudío.

Estos cambios estructurales se producen en un ambiente donde predomina la ideología llamada del "multiculturalismo y la diversidad". La responsable de haber fragmentado a la política exterior de la superpotencia. El "interés nacional" se ha dividido y subdividido en innumerables "intereses étnicos", enfrentados entre sí. Son los lobbys de las diferentes minorías nacionales los que, en última instancia, definen la política de Washington hacia el "mundo exterior". "Para la comprensión de la política exterior de los EUA es necesario estudiar no los intereses del Estado en un mundo de Estados en competencia, sino más bien el juego de intereses económicos y étnicos en la política interior del país. La política exterior, en el sentido de acciones conscientemente designadas para fomentar los intereses de EUA como una entidad colectiva en relación con entidades colectivas semejantes, está lenta pero inexorablemente desapareciendo" (Samuel P. Huntington, Intereses nacionales y unidad nacional).

Dentro de este contexto es preciso reflexionar sobre las dos bombas que en el Africa oriental afectaron, a nivel físico, "intereses norteamericanos". Los efectos explosivos de esas detonaciones pueden ser más devastadores dentro de una sociedad norteamericana -- que ha perdido identidad de manera rápida y contundente a nivel étnico y cultural -- que sobre los mismos edificios de las embajadas de una superpotencia blanda, ubicados en lejanos puntos del planeta.

Dado el estado de fragmentación en que se encuentra el sistema decisional exterior, tampoco habría que descartar la existencia de una convergencia de intereses externos e internos, similar -- aunque en escala menor, naturalmente -- a los acontecimientos que permitieron a la escuadra japonesa, en diciembre de 1941, bombardear la base de Pearl Harbour. Sólo esa acción, que fue consentida y alentada por los más altos mandos militares y políticos de un gobierno universalista-demócrata, venció las resistencias sociales aislacionistas y posibilitó la entrada de los EUA en la segunda guerra mundial. Pero aquellos eran otros tiempos: los Estados Unidos representaban plenamente el papel de una potencia imperialista joven y dura.

Todo indica que estamos viviendo una época de la historia del mundo en la cual un grupo humano específico, dotado de una ideología mesiánica y de una arraigada conciencia de superioridad respecto del resto de los mortales, parece decidido a la conquista del mundo, y no sólo de los Estados Unidos de Norteamérica. Ese grupo humano no sólo se lanza al abordaje de bancos europeos -- suizos y alemanes, por el momento --; sobre todo, desde su bunker de Nueva York, la capital judía del Hemisferio Occidental, devalúa monedas y hunde naciones en todo el mundo, desde Indonesia hasta Rusia. Estos atracadores planetarios están atrincherados detrás de un Mito, el del "Holocausto". El es su única fuerza moral.

ESTADOS UNIDOS: CAPACIDAD DE GLOBALIZACIÓN Y VOLUNTAD "AISLACIONISTA". DE LA ESTRATEGIA DE "CONTENCIÓN" A LA ESTRATEGIA DE "EXPANSIÓN".

El primer Asesor de seguridad nacional del presidente norteamericano, Anthony Lake, expresó -- durante la última semana de setiembre de 1993 -- el primer esbozo público y explícito de la concepción estratégica globalista.

Según Lake, esta concepción fue elaborada con el objeto de sustituir la estrategia de contención dominante durante la guerra fría. "La estrategia continuadora de la doctrina de contención debe ser de expansión -- expansión de la comunidad libre de democracias de mercado del mundo" (Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la John Hopkins University).

Lake presentó los principales lineamientos dentro de los cuales el gobierno norteamericano escogerá sus opciones de política internacional. "Para ser exitosa una estrategia de expansión debe presentar distinciones y establecer prioridades". La nueva estrategia se desarrollará principalmente sobre cuatro prioridades.

La primera prioridad de la "estrategia de expansión", "debe ser el fortalecimiento de un núcleo conformado por las grandes democracias de mercado del mundo, así como los vínculos existentes entre ellas, revalorizando el sentido de sus intereses comunes". "El estancamiento económico y sus consecuencias políticas limitan una capacidad de acción decisiva de las grandes potencias democráticas en sus múltiples desafíos comunes, desde el GATT hasta Bosnia".

La segunda prioridad de la "estrategia de expansión" es ayudar a la democracia y a la economía de mercado a expandirse y sobrevivir en lugares como Rusia, Europa Oriental y otras regiones ex-comunistas, "donde tenemos las mayores preocupaciones de seguridad y donde podemos tomar la mayor ganancia. La meta es la transformación de países que en otro momento fueron amenazas, en socios económicos y diplomáticos".

Tercera prioridad: "Minimizar la capacidad de acción de Estados de fuera del círculo de la democracia y del mercado libre". Se procurará "aislar a esos Estados, en términos militares, diplomáticos, económicos y tecnológicos".

Cuarta prioridad: "Intervenciones humanitarias". Debe existir la decisión de intervenir. Vivimos en una época en la cual existen menos restricciones que en la época de la bipolaridad para intervenir en países extranjeros. Las intervenciones se justifican en la resolución de problemas de seguridad nacional.

El dato fundamental, que caracteriza a la actual interacción de EEUU con el mundo, es la inexistencia de una voluntad acorde con los principios antes enunciados. Ello significa, en términos políticos, más "reacción" que "acción", más "control de crisis" que "manejo de crisis"; ello sugiere, en última instancia, ir detrás de los acontecimientos y no delante de ellos.

La lógica del poder -- esto es, la de una política exterior global que pretenda mantenerse en la cúspide de las decisiones mundiales --, inevitablemente implica detentar la vanguardia y no la retaguardia en el devenir de los hechos. Significa necesariamente "estar" en el mundo. En ello se debate hoy, como en su origen, la "república-imperial": la tensión entre aislacionismo y globalismo vuelve al centro de la escena.

Lo cierto es que hoy es impensable un liderazgo mundial sin una activa, clara y decidida participación, que asuma oportunidades y riesgos. La república-imperial, so pena de desmoronarse, no puede ya replegarse. Pero la tendencia al aislacionismo es muy fuerte, y el globalismo activo -- base de toda política exterior de cualquier nación que pretenda detentar el rango de superpotencia -- se encuentra hondamente fracturado.

El "destino manifiesto" de la nación estadounidense, y su labor "civilizatoria" -- imposición de sus patrones fundacionales --, se ven hoy desorientados en la actual situación mundial. Las indecisiones, la ausencia de coherencia y de definición ante potenciales y actuales problemas y conflictos, se tornan día a día más graves. Los acontecimientos internacionales a los cuales se ha enfrentado EEUU, muestran no sólo su desconcierto y confusión, sino también la ausencia de una política exterior cabal y la falta de una elaboración estratégica no convencional acorde a los actuales tiempos, para dirimir acontecimientos y retomar el pretendido liderazgo.

Desde el punto de vista de sus "capacidades", los EEUU están en condiciones de desarrollar una política exterior auténticamente global, esto es, de proyectar poder en busca del logro de ciertos patrones de equilibrio que le den gobernabilidad al sistema. Pero, desde el punto de vista de sus "voluntades" -- y éste es el factor decisivo --, los EEUU se encuentran fuertemente inclinados hacia el "aislacionismo", por varias y diferentes cuestiones, lo cual impide el desarrollo de una política exterior "activa", convencida y convincente.

La sociedad norteamericana está polarizada (como lo estuvo y lo está, en otro nivel y circunstancia, la francesa [y gran parte de la europea] en torno a Maastricht). Esa polarización implica una fractura de la sociedad prácticamente en sectores iguales y antagónicos. No es casual que en todos los últimos grandes referendums producidos en los países capitalistas centrales, en los que la cuestión de fondo estaba siempre referida a la relación nación/mundo, en todos los casos las sociedades se escindieron en un empate casi simétrico. En los últimos tiempos esta situación va cambiando sólo en un sentido. Hacia fines de 1997 el 80% de los alemanes estaba contra el "proyecto de moneda única"; sin embargo la casi totalidad de la clase política dirigente de ese país lo apoyaba casi sin fisuras.

El resultado final de esta disociación -- hacia el mediano y largo plazo -- es el de restar total operatividad a cualquier decisión que se adopte, porque la misma -- cualquiera ella sea -- carece de la fuerza social interior necesaria para respaldarla en el largo plazo dentro de un entorno crecientemente desfavorable. Surgen así políticas carentes de convicción (voluntad) porque son políticas que surgen del disenso. Esto es, de la polarización interior.

Las grandes decisiones exitosas de la política exterior norteamericana tuvieron siempre un fuerte respaldo social interior. Por el contrario, sus grandes fracasos siempre se originaron en fallas y fisuras localizadas dentro de la sociedad norteamericana. Los dos grandes ejemplos, de una y otra situación, siguen siendo: la entrada norteamericana en la IIGM (luego de Pearl Harbour) y la derrota de sus ejércitos en Vietnam.

La administración Clinton parece agudizar y llevar al límite esta disociación-polarización, este divorcio entre capacidades y voluntades. La inexistencia de "voluntad" y apoyo en la opinión pública norteamericana hacia una política exterior activa, que normalmente obliga a descuidar los problemas domésticos, no permite que la clase dirigente asuma sin complejos ni temores de censura, el papel dinámico en el escenario mundial para estar a la altura de los acontecimientos.

La ausencia de voluntad y convicción por parte de la opinión pública, está condicionada por los costos que tal liderazgo y tal política exterior requerirían a su nación, en un mundo tan incierto y conflictivo. Ello, no sólo por factores externos (¿Por qué intervenir y morir en guerras ajenas?), sino también por factores internos que tienen que ver con una nueva definición del concepto de seguridad nacional de la cual la opinión pública es conciente: seguridad nacional es hoy, una economía fuerte que revierta la situación de los EEUU como principal deudor mundial, así como el deterioro en los niveles de vida ejemplificados por la creciente marginalidad, por el deterioro de los seguros sociales, médicos, etc.; casi todos hechos percibidos por el electorado norteamericano como consecuencia de la "cruzada" estadounidense llevada a cabo años atrás contra el comunismo. Por estos y otros factores, la cohesión y la voluntad interna para ejercer un fuerte liderazgo en la escena mundial, no existen. Una política exterior creíble, cabal y efectiva, debe estar apoyada en la convicción de utilizar el poder en caso de ser necesario. Pero ¿qué es el poder sino la sumatoria de capacidades y voluntades?

La ruptura del orden bipolar

La segunda causa del desconcierto norteamericano y de la ausencia de una política exterior coherente y activa (más allá de los intereses específicos del lobby judío-norteamericano, y de otros intereses organizados étnicos específicos, como el polaco, el saudí, el irlandés o el armenio), que no sólo se dedica a reaccionar ante problemas y conflictos, debemos buscarla en la honda incomprensión del nuevo escenario internacional y la consecuente carencia de estrategias no convencionales.

En los últimos cincuenta años, EEUU definió "intereses" a partir de "amenazas"; esto es, militarizó su política exterior. La ex Unión Soviética se convirtió en el objetivo político-militar de la política exterior norteamericana. El orden bipolar redujo amenazas y simplificó, no sólo la definición de intereses, sino también la "vida misma", a la vez que unificaba voluntades internas - opinión pública - y externas - mundo occidental.

Los EEUU siguen hoy definiendo intereses a partir de amenazas. Pero quien define la amenaza principal no es la sociedad americana en su conjunto, sino, principalmente, el lobby judío de la "costa este". Lo cierto es que hoy, con innumerables e inciertas amenazas y riesgos, no pueden ya seguir definiéndose intereses, puesto que ha cambiado la naturaleza misma de las relaciones entre aquellos y las actuales "amenazas". Los riesgos y las amenazas de hoy no pueden ya "sólo" militarizarse, ya que atañen más que nunca a nuevas definiciones del concepto de seguridad nacional. No significa esto descartar postulados del "realismo" político, ni que el poder deje de ser el factor central de la política internacional, sino y por el contrario, significa que el poder adquiere hoy formas mucho más variadas que las de la simple fuerza militar (Ver: El Estado Homogéneo Universal, en la tercera parte de este mismo libro).

El equívoco en la aplicación por parte de los EEUU de la vía militar en Somalía o en Haití, en Panamá o Irak, por sobre la salida política negociada, recuerda en buena medida -- salvando coyunturas -- el episodio de Vietnam. No alcanza muchas veces con ser el "más fuerte" para vencer. Y ello es especialmente cierto en esta fase de total hegemonía del lobby judío-norteamericano. Su extraordinaria potencia aparente es su gran debilidad, ya que la política exterior de este imperio sui géneris depende de la viabilidad de un micro-Estado: el de Israel. No hay ninguna analogía posible con Roma. La ausencia de claridad estratégica es, sin dudas, el mayor enemigo actual de la misma nación norteamericana.

Desorientado, y al comprobar que su poder panóptico no resulta efectivo en conflictos tan concretos como cercanos -- Haití, por ejemplo, -- EEUU se siente acechado por potencias "renovantes" o "estados transgresores" -- aquellos que pretenden modificar el status quo como única vía de mejorar posicionamientos --; esta situación obliga permanentemente a los Estados Unidos a definir hasta dónde está dispuesto a correr riesgos y comprometer recursos, en la determinación del nuevo mapa de poder de la pos-guerra fría.

Pero, en tal enfrentamiento, los EEUU se encuentran en situación de orfandad estratégica. De los elementos claves conformantes de toda estrategia -- capacidades, objetivos, conceptos y voluntades -- los EEUU poseen sólo, hoy, sin cuestionamientos, el primero de ellos. No obstante, tales "capacidades" norteamericanas se encuentran en declive merced no sólo al fortalecimiento de las capacidades y voluntades de actores secundarios, fundamentalmente los llamados "transgresores", sino también debido al deterioro de la misma situación interna estadounidense.

Agravando tal cuadro de orfandad estatégica, la confusión y el desconcierto norteamericano se profundiza al comprobar el propio EEUU la ineficacia de sus maniobras disuasivas, otrora exitosas. Ello no podía ser de otra forma, puesto que uno de los elementos centrales de la disuasión, es la proyección hacia terceros actores de la determinación propia. Pero ¿cómo puede existir determinación cuando se carece de la voluntad para la acción, cuando es un grupo concreto (lobby interno), y no "la Nación", quien define toda la política externa (e interna)?

Independientemente de los factores enunciados, los EEUU "desconocen" el mundo, debido a la "superioridad moral" que se autoadjudican. Ella es una herencia inequívoca de la lectura con ojos calvinistas del Antiguo Testamento o Biblia Hebrea. Esta superioridad, devenida en mandato moral destinado a enderezar el mundo (Tribunal de Nuremberg), en base a su misión civilizatoria enmarcada en la promoción de determinados valores -- democracia, libre mercado, derechos humanos -- alcanzó su cenit en la fundamentación de lo que se dio en llamar "el fin de la historia".

Pero la defensa y promoción de valores, sólo fue, es y será tenida en cuenta, después de que se hallan asegurado los intereses históricos vitales estadounidenses: seguridad, estabilidad y hegemonía. En tal caso, no sólo serán respetados aquellos valores sino, y también, utilizados con convicción y sin escrúpulos en la justificación de acciones "non sanctas". En este aspecto, EEUU sólo buscó siempre la Pax y no la Paz. Su política en Oriente Medio, encauzada por el lobby judío-americano, es la mejor demostración concreta de esta verdad genérica.

Hegel, Haushofer y Spengler

Así como en la Fenomenología del Espíritu, Hegel piensa a Napoleón, a su Imperio y al Estado Homogéneo Universal, el Polo Euroasiático (PEAS) fue profetizado por Oswald Spengler y el general profesor Karl Haushofer. El distanciamiento respecto de Europa y el resurgir del aislacionismo, son cuestiones que habían sido señaladas por el general Haushofer hace ya siete décadas. Haushofer imaginó exactamente un teatro altamente conflictivo, dentro de "una gigantesca tempestad". De hecho Haushofer aconsejó, a los dirigentes alemanes de la época, favorecer todos los factores que tiendan a profundizar la tradicional vocación norteamericana por el aislacionismo. Cuanto más grande sea la distancia entre ambas márgenes del Atlántico, mayor será la seguridad de los pueblos del corazón terrestre (Heartland).

El acortamiento de la distancia entre ambas orillas de la Cuenca del Atlántico significa que los Estados Unidos deciden unir su suerte a la del Imperio Británico (Haushofer,1925). Ello representa una situación de alto riesgo tanto para la Isla Mundial (Eurasia) como para el Satélite de la Isla Mundial (EUA). En 1930 Haushofer escribió estas proféticas palabras: "Nos enfrentamos hoy con un tipo de grandes potencias totalmente diferentes. Sólo un síntoma permanece sin alteración: la voluntad de poder y de expansión. Una estabilización de poderes en equilibrio no ofrece una solución final. Allí donde falta la voluntad de poder, el concepto de gran potencia carece de sentido, incluso cuando haya nacido en grandes espacios". Haushofer estaba convencido de que, en última instancia, los Estados Unidos retirarán de la mesa de juego su apuesta original por la dominación mundial, centrada en la lucha contra los nuevos imperios emergentes en el espacio euroasiático.

DEL TERRORISMO SECULAR AL TERRORISMO "TEOLOGICO".

Sobre el fundamentalismo evangélico/calvinista.

En los Estados Unidos de Norteamérica el fenómeno socio/cultural contemporáneo más importante es la emergencia de distintas modalidades de un fundamentalismo de raíz evangélico/calvinista. La plena vigencia de esta realidad tiene múltiples manifestaciones, aunque en esencia todas ellas buscan como objetivo central restaurar el poder de los Estados Unidos en el mundo. Esta es la clave para entender el significado de la alianza entre el fundamentalismo evangélico norteamericano y el fundamentalismo judío israelí, más allá de su clara convergencia teológica. Los primeros buscan re-encontrar una perdida voluntad de poder. Para ello proponen un retorno a los fundamentos religiosos "americanos". Los fundamentalistas judíos, en cambio, buscan controlar para sí la enorme capacidad norteamericana, dotándola de una nueva voluntad.

En el plano político/económico resultan obvias las relaciones entre fundamentalismo evangélico/calvinista y aislacionismo estratégico, porque la alternativa terrorista dentro de los Estados Unidos (Oklahoma), producida en función de factores absolutamente endógenos, es una situación en su totalidad indesligable del crecimiento político del ala más extrema del "republicanismo" norteamericano. La eclosión de un terrorismo endógeno de raíz fundamentalista en la tradición del evangelismo calvinista no pudo haberse manifestado -- bajo ninguna circunstancia -- antes de que se lograra esa hegemonía (no tanto política cuanto cultural) "conservadora", que es una expresión profunda de la sociedad norteamericana.

"Sólo los Estados Unidos pueden dirigir al mundo. Estados Unidos sigue siendo la única civilización global y universal en la historia de la humanidad. En menos de 300 años nuestro sistema de democracia representativa, libertades individuales, libertades personales y empresa libre ha puesto los cimientos del mayor boom económico de la historia. Nuestro sistema de valores es imitado en el mundo entero. Nuestra tecnología ha revolucionado la forma de vida de la humanidad y ha sido la principal fuerza impulsora de la globalización ... La revolución política y cultural que está ahora en proceso en Estados Unidos -- marcada por la llegada de un nuevo Congreso republicano a Washington -- está encaminada, por encima de todo, a acabar con la decadencia de nuestro sistema mediante la renovación del compromiso con los valores y principios que han hecho que la civilización norteamericana sea única en el mundo". Senador Newt Gingrich, Los Estados Unidos y los desafíos de nuestro tiempo.

Son muy pocos los analistas del sistema político norteamericano que relacionan el retorno masivo del "conservadurismo republicano" a los más importantes resortes de poder de ese país, con el largo y profundo proceso de transformaciones culturales y religiosas que vienen experimentando las bases blancas anglo-protestantes de la sociedad norteamericana en, por lo menos, las últimas dos décadas, y a ambas situaciones con el inicio de un conflicto civil (racial, económico, social y teológico) de grandes proporciones.

La clave de la nueva situación que se avecina puede ser graficada a partir de la imagen del iceberg: las escaramuzas que vemos en la superficie de la política norteamericana no son más que reflejos, efectos casi secundarios de "...un movimiento de fondo que ha llevado a ciertas capas de la sociedad estadounidense a formular en categorías evangélicas o fundamentalistas el rechazo a los 'valores seculares', que consideran dominantes y nefastos, y el anhelo de un cambio profundo de la ética social" (Gilles Kepel, La revancha de Dios).

A diferencia de lo ocurrido en la "era Reagan" (que, vista a la distancia, puede ser definida como una simple alteración de la política económica) lo que hoy se propone la nueva dirigencia evangélico/republicana es refundar lo que ellos llaman la civilización (norte)americana. El programa que contiene los objetivos políticos inmediatos del partido Republicano está contenido en un texto sugestivamente titulado Contrato con América. Tal "Contrato" se basa fundamentalmente en:

* La reducción al máximo del aparato del Estado;
* la supresión de casi todos los programas sociales;
* la rebaja de los impuestos a los sectores superiores de la pirámide social;
* el endurecimiento de la acción contra la delincuencia;
* el impulso decisivo a los valores religiosos tradicionales (oración obligatoria en las escuelas);
* la restricción casi absoluta de todo tipo de "ayuda exterior";
* El endurecimiento de la política hacia Rusia y el aceleramiento de la entrada en una OTAN norteamericanizada de los países de la Europa Central;
* La redefinición del rol de los Estados Unidos en la ONU (los eventuales "cascos azules" norteamericanos no actuarán nunca bajo la conducción de ningún general extranjero), etc.
Se trata sólo de medidas de corto plazo muchas de las cuales ya han sido adoptadas por el Partido Demócrata- ya que los principales dirigentes políticos y religiosos que avalan el Contrato previeron un tiempo mayor, que ya está llegando a su fin, para derrotar a las "élites progresistas, esa pequeña facción de liberales contraculturales que están aterrorizados ante esta gran oportunidad de renovar la civilización americana" (Gingrich se refiere sin duda alguna a la Administración Clinton, impulsora del "multiculturalismo").

La búsqueda de la nueva identidad norteamericana pasa hoy por un retorno decidido al individualismo y al calvinismo radical, con raíces en el valor del colono, en la confianza en el poder del individuo, en la fe sobre un sueño de éxito en una tierra de promisión. Esta última interpretación, que es genéricamente correcta, no logra sin embargo abarcar la diferenciada intensidad del nuevo movimiento que se avecina, luego de la caída de Clinton.

El nuevo conservadurismo norteamericano no es más que la expresión política superficial de un movimiento religioso y cultural profundo orientado a enterrar la "mentalidad liberal" y el "humanismo secular". Por debajo de los movimientos políticos están los movimientos religiosos y culturales que, por primera vez, son los que impulsan a los primeros. Por eso son tan importantes algunas cuestiones como la del rezo en las escuelas. A partir de allí los movimientos evangelizadores de base esperan lograr una nueva articulación entre la familia y la sociedad civil, impugnando la política educativa "sin Dios" que impulsa el Estado secular liberal.

Los activistas más destacados del movimiento tras la fachada política son los evangélicos, que han realizado en las últimas décadas una práctica social y educativa de gran significación en la sociedad norteamericana. Hacia los finales de los años 60 "...esa práctica se ejercía en diferentes niveles, de la parroquia a la constitución de redes nacionales que se valen de los grandes medios -primero la radio y la prensa, luego la televisión- para difundir un mensaje de resocialización, de reconstitución de comunidades creyentes que, más tarde, de mediados de los 70 en adelante, apuntará a la transformación política de América por medio de la recristianización". (Gilles Kepel, op.cit).

Las profundas modificaciones que se están introduciendo en la composición étnica de la población del espacio norteamericano de la civilización occidental es un factor que afecta decididamente al decline de esa civilización -entendiéndola a partir de su proyecto fundacional. Entre 1980 y 2050 la población blanca descenderá del 80 al 52,8%: es decir se convertirá sólo en la "primera minoría" racial.

Estamos en presencia de un gran cisma espiritual que fue señalado por Toynbee como causa básica de la crisis de las civilizaciones : "...es el signo inequívoco de una ruptura espiritual que hiere las almas de los individuos pertenecientes a una sociedad en proceso de desintegración. En las expresiones sociales de esa desintegración, subyacen las crisis personales de conducta, creencia y vida, que son la verdadera esencia y origen de las manifestaciones visibles del colapso social" (Toynbee, El Estudio de la Historia).

No es en absoluto una casualidad que el terrorismo en los Estados Unidos de Norteamérica, ya definido como endógeno, fundamentalista, conservador y aislacionista, que se manifiesta en contra de las grandes megalópolis "internacionalizadas" (en verdad, multirraciales, con altos crecimientos en la tasa demográfica) de ese mismo país, eclosione en los espacios tradicionales de la "América profunda". La estructura ideológica del terrorismo fundamentalista norteamericano responde con absoluta exactitud al modelo que expone David Rapoport (en: Terrorismo sagrado): "La tarea fundamental es deshacerse del enemigo interno porque, sin apóstatas, los enemigos externos son impotentes".

En este caso el Enemigo Interno Nº1 es un Estado Federal "globalizado". Ese Estado Federal -- cosmopolita y multirracial (o poliétnico y multicultural) --, dada la evolución actual de su base económica/productiva no tiene otra alternativa que erradicar "los elementos fundacionales de los Estados Unidos" en función de la globalización internacionalista. Allí aparecen los "guerreros de la tradición", quienes representan "el período fundacional" (de la nación norteamericana) en el cual Dios (en su versión original calvinista y, luego, evangélica) estaba en contacto directo con la comunidad de los colonos/peregrinos. Nótese el paralelismo con el pensamiento de los colonos judíos fundamentalistas, que proviene de dos lecturas similares del Antiguo Testamento.

Esa internacionalización es la vía que llevará al Planeta, de una guerra civil occidental, a una guerra global intercivilizaciones. El funcionamiento del sistema internacional de las últimas décadas y sus proyecciones más probables pueden ser periodizados de acuerdo a la siguiente secuencia: Guerra fría, período de incertidumbre, paz fría (situación actual), guerra civil mundial o guerra global intercivilizaciones.

Antes hemos utilizado ex-profeso la palabra "tradición", porque la misma tiene un correlato causal con la estructura económico/productiva - asimismo "tradicional" en la doble dimensión agro e industrial -- de la cual emergen estos grupos paramilitares, quienes se diferencian del terrorismo secular anterior porque sólo están legitimados por una determinada interpretación que hacen ellos mismos de su propio pasado, de su "período fundacional". El "viejo" terrorismo secular, en cambio "describe y evalúa un conjunto de tácticas diferentes, que funcionarán según lo indiquen la historia y la razón" (Rapoport, op.cit.).

Decadencia de la "civilización norteamericana": embriaguez de victoria. Exceso de ambición. Una sociedad idolizada.

Para explicar en términos culturales lo que hoy está sucediendo en el interior del Imperio transcribiremos un fragmento de un magno tratado de verdadera ciencia económica, que encierra una visión estratégica universal y atemporal: "Os quejáis de la agresión de enemigos externos. Mas si el enemigo externo cesara de hostigar, ¿serían realmente capaces los romanos de vivir en paz con los romanos? Si el peligro exterior de invasión por parte de bárbaros armados pudiera ser conjurado ¿no quedaríamos expuestos a una agresión civil, más feroz y pesada, en el frente interior, en forma de calumnias e injurias infligidas por los poderosos a sus más débiles conciudadanos? Os quejáis de las malas cosechas y de las hambres, pero las peores hambres no se deben a la sequía, sino a la rapacidad, y la más flagrante miseria nace del lucro excesivo y del aumento de precios en el mercado del trigo. Os quejáis de que las nubes no vierten su lluvia en el cielo, e ignoráis los graneros que dejan de verter su cereal en la tierra. Os quejáis del descenso de la producción y pasáis por alto el fallo en la distribución a quienes lo necesitan de lo que en la actualidad se produce. Denunciáis la plaga y la pestilencia, mientras que, en realidad, el efecto de tales calamidades es sacar a la luz o hacer comprender los crímenes de los seres humanos..." (San Cipriano, Ad Demetrianum, citado por Toynbee, en El Estudio de la Historia).

"Las civilizaciones han hallado la muerte no por causa del asalto de un agente externo e incontrolable, sino por sus propias manos (Toynbee, op.cit.). En el siglo IV un obispo cristiano occidental llegó a la misma conclusión: "El enemigo se halla dentro de vosotros; la causa de vuestro error radica en vosotros. Os digo que se encierra sólo en vosotros" (Ambrosio, Hexameron I).

Toynbee expone un proceso universal que conduce al "colapso de las civilizaciones". Simplificándolo brutalmente, ese "mecanismo" macrohistórico funciona de la siguiente manera. En principio la catástrofe se origina en la "facultad de mimesis" y finaliza con la "amnesis de la creatividad". Una sociedad caracterizada por la producción de "máquinas" (que son cada vez menos "mecánicas") convierte a las relaciones sociales en un "mecanismo", y comienza a implementar respuestas "mecánicas" a problemas nuevos. Queda erradicada la iniciativa, es decir aquello que llevó a esa sociedad a la cúspide del poder. La sociedad se mimetiza con la máquina que ella misma ha construido. "El ritmo mecánico constituye el noventa por ciento de un organismo (socio/histórico), y está subordinado al resto, a fin de que ese otro diez por ciento de energía pueda concentrarse en la evolución creadora. Si dicho ritmo se extiende a la totalidad (socio/histórica) ésta se degrada hasta la monstruosidad de un autómata. La diferencia entre un noventa por ciento y un ciento por ciento de mecanización es toda la diferencia en el mundo. Y precisamente se trata de una diferencia entre una sociedad en crecimiento y una sociedad estancada... Una pérdida de la autodecisión es el criterio último del hundimiento, pues es la inversa del criterio de crecimiento" (Toynbee).

Cuando una civilización olvida que su rol es de creación y no de destrucción se genera un campo para que actúe "la envidia de los dioses". Según Herodoto: "No permite Dios que nadie se encumbre en su competencia". Pero en verdad se trata de una sociedad estancada que se destruye a sí misma. A partir del "olvido" de la creatividad, que se origina en la "embriaguez de la victoria" y en una "ambición excesiva" comienza el proceso terminal, consistente en la "idolización de un yo efímero": "La idolatría puede definirse como una adoración intelectual y moralmente ciega de la parte en lugar del todo, de la criatura en vez del Creador, del tiempo y no de la eternidad" (Toynbee). No sólo las sociedades modernas idolizan a ciertas instituciones y a ciertas metodología de pensamiento (democracia/ciencia, p.e.). "Un caso clásico en el que idolizar una institución condujo a una civilización entera al desastre, viene dado por el engreimiento de la cristiandad ortodoxa, que se consideraba como un espectro del Imperio Romano. Esta antigua institución cumplió su función histórica y completó su ciclo natural de vida antes de que la sociedad cristiana ortodoxa llevara a cabo su fatal intento de resucitarla" (Toynbee).

El punto final, en el que se encuentra actualmente la "civilización norteamericana", es la idolización de una tecnología y de una técnica militar efímera. "Antes del día fatal en que desafía a los ejércitos de Israel, Goliat ha cosechado tan rotundas victorias con su maciza lanza y su impenetrable armadura, que ya no puede concebir ningún otro armamento, y se considera invencible" (Toynbee).

LA "CONEXIÓN ARGENTINA": LOS ATENTADOS DE BUENOS AIRES

Existe un vínculo estrecho y directo que une a los atentados de Africa con los de Buenos Aires. Toda la prensa internacional e israelí lo ha señalado con fuerza y rotundidad.

Personalmente vengo trabajando en el estudio de esos atentados desde el mismo día en que se produjo el segundo de ellos, desde el 18 de julio de 1994. En mi último libro sintetizo los resultados de esa investigación de cuatro años. La edición española de La falsificación de la realidad, la Argentina en el espacio geopolítico del terrorismo judío, fue presentada en la Feria del Libro de Madrid a comienzos de junio de 1998, por Ediciones Libertarias, de Madrid.

Muchos lectores españoles opinaron que, La falsificación de la realidad es un libro "demasiado duro", "demasiado directo". Yo estaría de acuerdo con ellos si el origen de ese libro no hubiese sido una investigación sobre un asesinato colectivo, pues eso fueron ambos atentados de Buenos Aires.

Hubo, entonces, en el origen de ese libro, dos investigaciones sobre un asesinato colectivo. Una de ellas fue la oficial, la otra, la mía, la que se expone en el libro. Entre ambas investigaciones hay una enorme diferencia. La investigación oficial es un balbuceo político, un laberinto jurídico y, finalmente, un callejón sin salida. Incumplió con lo fundamental: sólo "aportó" sospechas y difamaciones, pero ni un sola prueba. La investigación que se desarrolla en este libro brinda lo que puede esperarse de él: una explicación lógica y coherente sobre uno de los más importantes asesinatos colectivos realizados en Occidente desde la última posguerra (naturalmente antes de que ocurriera la explosión de Nairobi). Y señala: las pruebas serán "liberadas" cuando la crisis del Estado de Israel llegue a su plenitud.

La investigación contenida en ese libro presenta al único culpable posible dentro de un contexto lógico-histórico: a las organizaciones terroristas judías que hoy co-participan del poder en el Estado de Israel. La investigación oficial nunca estuvo en condiciones de desmentir -- y hoy menos que nunca -- esta conclusión. En ningún momento dispuso de un contexto explicativo coherente sobre los atentados de Buenos Aires. Esas organizaciones judías fueron las que asesinaron a Isaac Rabin. Las que ejecutan atentados a todo lo largo y lo ancho del mundo (para luego adjudicárselos al "terrorismo islámico"). Son las bandas que agreden e intimidan a los intelectuales occidentales que dudan sobre los Mitos judíos. Son las mismas organizaciones que se han burlado descaradamente de Occidente negándose a cumplir con los Acuerdos de Oslo. Representan a la fracción nacionalista judía que niega el universalismo judío. Esas organizaciones están asimismo preparando un golpe de Estado contra la cúpula de la Administración Demócrata en los EUA. Representan al judaísmo nacionalista que vuelve a la versión primitiva, tribal y sangrienta de Yhaveh (a una interpretación real-literal del Antiguo Testamento). Son, en definitiva, el componente dominante de la actual estructura teológica y estratégica del mismo Estado judío.

El resto del libro no es más que una historia de los Mitos judíos que encajan absolutamente con la ficción que se pretendió construir en torno a los atentados de Buenos Aires, que son vistos en ese libro bajo la óptica de una doble acción delictiva: la realización de los atentados - propiamente dichos - y la inmediata intención de adjudicárselos al conjunto de la sociedad argentina, que fue totalmente ajena a los mismos. En esa doble operación criminal, las organizaciones que representan a los judíos radicados en la argentina se comportaron, en un estricto sentido, como extranjeros-enemigos. Los Mitos judíos que son expuestos en ese libro constituyen una historia de la que han surgido y de la que se nutren las organizaciones que llevaron a cabo las matanzas de Buenos Aires, y la inculpación automática de la sociedad argentina en ellas. Esas organizaciones se han autodesignado "elegidas". Allí donde estén, son "superiores" a las "gentes de la tierra". Por lo tanto no hay "dureza" en este libro, sino radicalidad, en el sentido en que Karl Marx, un judío racionalista, definía este concepto: llegar hasta la raíz del problema.

Judaísmo y globalización: el caso argentino

La ocupación judía del Estado argentino fue un proceso paralelo a la destrucción de la sociedad argentina, que se produce a partir de la la globalización de su economía.

Históricamente, Argentina tuvo Estado de Bienestar mucho antes que en Occidente se inventara ese concepto. Hoy, el 20% del segmento social más pobre, los habitantes de las áreas periféricas dentro del propio territorio nacional, más de siete millones de personas (Untermensh, o "cabecitas negras"), tiene un ingreso mensual de apenas 62 dólares, es decir, esos sectores etno-territoriales registran ingresos más bajos que los más bajos del mundo: Bangladesh y Nepal (Fuente: Encuesta permanente de hogares y distribución nacional del ingreso. Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, Buenos Aires, 1998).

Esos 7.224.986 argentinos, de un total de 35 millones, son los habitantes de las regiones de escaso "interés económico" o de "segunda velocidad". Son los habitantes "negros" del Noreste, de Noroeste y de la Patagonia argentina. En los conglomerados suburbanos que cercan a las grandes metrópolis, en esas enormes manchas de mugre, la situación es algo mejor: el ingreso medio de los más pobres es de 70 dólares mensuales. Entre 1974 y 1996 se produce un cambio espectacular en la distribución interna del ingreso:

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30% más pobre 10% más rico

1974 11,2% 28,2%

1996 8,2% 37,1%

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Es rigurosamente cierto que no hay un solo judío pobre hoy en la Argentina posperonista, en la Argentina "antisemita" de la propaganda judía, en la cual los ingresos de los ricos (blancos) son 23 veces superiores a los ingresos de los pobres ("negros"). Como podrá ver el lector de ese libro, estamos hablando de etno-pobreza y de etno-riqueza (Capítulo 4) que surgen ambas en etno-territorios con "velocidades" económicas muy distintas entre sí. También en este plano la alianza entre las organizaciones judías y las multinacionales llevó a cabo una obra devastadora.

Los hechos recientes

Muchos acontecimientos de suma importancia se produjeron desde la aparición de la primera edición española de ese libro, en los comienzos de junio de 1998, hasta el cuarto aniversario del segundo de los atentados, "conmemorado" el 18 de julio de 1998. El primero de ellos es que, al cumplirse el cuarto aniversario del segundo de los atentados (AMIA, 1994), la investigación judicial "... no logró constituir un argumento coherente que explique el atentado" (Informe del American Jewish Comittee correspondiente a 1998). Para algunos grupos judíos residentes en la Argentina (una fracción del lobby judío-argentino llamada "Memoria Activa") esa investigación es "... un desorden lleno de agujeros, una cáscara vacía" (Fuente: Página 12, Buenos Aires, 19 de julio de 1998). El Virrey Judío en Buenos Aires, el embajador de Israel Isaac Avirán, puso, como de costumbre, su grano de odio y de desprecio hacia "las gentes de la tierra", en sus acostumbradas intervenciones dentro de la "política interior" de la Colonia "Argentina": "Si hacemos un cálculo aritmético, no tenemos nada: tenemos cuatro años y cero culpables" (Fuente: Clarín Digital, 18 de julio de 1998). Otro acontecimiento ocurrido con posterioridad a la edición española de este libro es el "cambio estratégico" realizado por Estados Unidos y la Unión Europea, respecto de la República Islámica de Irán. Sobre él publiqué dos trabajos en el semanario Amanecer, de Madrid. Ambos textos son presentados en el Anexo Documental de esta Introducción.

Los atentados de Jerusalén: una reproducción de los de Buenos Aires

El siguiente hecho que vamos a mencionar tiene un importancia capital dentro de tema de los atentados terroristas de Buenos Aires y, como todo este caso de terrorismo, una estrecha y directa relación con los sucesos de Oriente Medio, ya que está ubicado dentro del "tiempo" y del "espacio" que se menciona en el Capítulo 1 de este libro. Tuve apenas la oportunidad de señalarlo, muy rápidamente, en las ediciones española y árabe.

Pero primero una "introducción" a cargo del Virrey Avirán.

El 16 de julio de 1998, el embajador de Israel en Argentina -- Isaac Avirán -- fue invitado, por primera vez, por la embajada de Egipto, para participar en la recepción recordatoria de la fiesta nacional del otrora orgulloso país de los faraones. Pero eso no fue lo más importante. Por encima de las caras de estupor y desagrado de la mayoría de los embajadores de los otros países árabes presentes, resaltaron las declaraciones a la prensa del señor Isaac Avirán: "Arafat tiene un doble discurso. En inglés, para Occidente, manifiesta un interés por la paz que no expresa en árabe para los palestinos. El tiene el poder para controlar el terrorismo pero no sólo no lo hace: a veces empuja sus acciones". En el escenario en que se encontraba, esa frase tuvo la obvia intención de acusar a la ANP de ser la responsable de los atentados terroristas de Buenos Aires de 1962 y de 1964.

-- Usted cree realmente que Arafat maneja el terrorismo palestino?

-- Sí

-- Los últimos atentados ocurrieron en pleno corazón de Jerusalén occidental, un área bajo el control exclusivo de la seguridad israelí.

-- Es cierto, hubo fallas en la seguridad israelí. Es difícil tener todo bajo control, cuando en Israel trabajan 150.000 palestinos. Pero los terroristas palestinos que detiene Arafat salen de la cárcel dos días después.

-- ¿Usted considera que el primer ministro Netanyahu es hoy el gobernante adecuado para Israel?

-- Es el hombre que ganó legítimamente las elecciones. El debe gobernar. Le digo más: si hoy hubiera elecciones (en Israel) yo creo que vuelve a ganarlas Netanyahu (Fuente: La Nación, Buenos Aires, 17 de julio de 1998). Issac Avirán es miembro del Partido Laborista Israelí. En Argentina es más que un embajador: se comporta como un Virrey del poder judío destinado a la más miserable de las colonias.

La pregunta del periodista sobre los atentados de Jerusalén, que el Virrey Avirán endosa a los Palestinos de la OLP-ANP hace al núcleo de una cuestión específica.

Como el lector podrá leer en el Capítulo 1 de mi libro ("Los atentados de Buenos Aires fueron el producto de la infiltración del terrorismo fundamentalista judío en el servicio de contraespionaje israelí - Shin Beth") yo analizo esos atentados dentro del espacio-tiempo de la crisis del Oriente Medio, porque sostengo que la Argentina, al igual que luego Kenia y Tanzania, fue un mero teatro de operaciones. Para datar el "tiempo" de esos atentados (ya que su "espacio" estuvo siempre muy alejado de la Argentina) señalo el comienzo de la Conferencia de Madrid y el asesinato de Isaac Rabin. Dentro de ese tiempo se producen los atentados de Buenos Aires.

Sin embargo hay que entender que el asesinato de Rabin fue el prólogo necesario del acceso al poder de la coalición Likud. Netanyahu no hubiese accedido al poder si no fuese porque se había eliminado al último líder laborista con capacidad para ejercer el mando en un país en crisis: Israel. Pero no bastó el asesinato de Rabin. Fueron necesarias otras acciones posteriores para demostrar a los electores israelíes la validez de la ecuación "seguridad versus territorio". Lo que "demuestra" la validez de la opción son los dos atentados a la bomba realizados en Jerusalén, en julio y septiembre de 1997.

En la nota 27 de la página 105 de mi libro (edición española) recojo una información periodística valiosísima, un informe enviado por Lino Ventosinos, que en esa época era corresponsal de El País, de Madrid, en Jerusalén, el 7 de septiembre de 1997. Reproduzco ese texto:

"En un inesperado giro de los acontecimientos, y mientras la sociedad israelí lamenta aún las muertes de las víctimas del atentado de la calle Ben Yehuda en Jerusalén, la Autoridad Palestina (AP), que preside Yasir Arafat, aseguró ayer que los autores de la acción son extremistas israelíes y acusó al gobierno de Benjamín Netanyahu de ocultar informaciones que lo prueban. Un inusual comunicado de AP asegura que "la dirección palestina confirma que la operación terrorista contra civiles israelíes en Jerusalén no fue llevada por palestinos". El gobierno de Arafat afirma tajantemente que dispone de pruebas israelíes que establecen la responsabilidad de radicales judíos en el triple "atentado suicida"..., e indica que los autores del atentado "vinieron del extranjero". La nota señala también que en los preparativos para el atentado "fueron ayudados por los grupos radicales israelíes que asesinaron a Isaac Rabin. La AP dice que el gobierno israelí tiene la información exacta sobre la identidad de los autores. El Gobierno palestino acusa a Israel de ocultar esa información y "otros detalles sobre quienes han dirigido, perpetrado y ayudado" en el atentado del pasado jueves".

En el mes de enero de 1998 tomo contacto con la Oficina de Representación Diplomática de la Autoridad Palestina en París. Le planteo la cuestión a mis amigos allí. Necesito mantener una conversación con algún responsable oficial de la Inteligencia palestina sobre esos atentados de Jerusalén, para ubicarlos, si ello fuese lógicamente posible, dentro del "tiempo-espacio" de los atentados de Buenos Aires. La respuesta a mi pedido fue positiva, pero el contacto recién se pudo establecer hacia mediados de junio, en la misma capital francesa, cuando la edición española de este libro ya había sido impresa.

El oficial de Inteligencia Palestino me dio a leer algunos documentos oficiales de su organismo, pero antes me había advertido:

-- Puedes leerlos, pero no copiarlos. No podemos permitirnos el lujo de hacerlos públicos en un momento políticamente tan frágil para nosotros.

-- ¿Puedo hacer referencia a esta reunión?

-- Sí, porque no sabes ni mi verdadero nombre ni mi verdadero cargo. Por lo tanto es tu responsabilidad la que está en juego y no la nuestra.

Estuve leyendo toda la tarde, en una modesta habitación de hotel, documentos de la inteligencia palestina redactados en idioma inglés. Recuerdo con absoluta claridad que todos ellos, desde distintos ángulos, hacían referencia y demostraban con hechos la responsabilidad directa del Shin Beth en ambos atentados de Jerusalén. Para la Autoridad Palestina no había dudas: sólo que aún no podían hacer público una acusación por una cuestión de oportunidad política.

Por lo tanto lo que yo quería que fuese una investigación se vio finalmente reducido a una historia muy corta, la que acabo de relatar. Su resultado coincidía absolutamente con el punto de partida, con las coordenadas iniciales que dio Lino Ventosinos en su artículo. Tuve entonces un nuevo cierre para mi "espacio-tiempo" de los atentados de Buenos Aires.

No iba a ser el último. El mismo día en que se realiza la reunión de compromiso exigida por el Departamento de Estado de los EUA entre israelíes y palestinos, el 19 de julio de 1998, la seguridad israelí "frustra" otro "atentado" en Jerusalén. La ANP señaló rápidamente a los fundamentalistas judíos como responsables de ese "atentado" no consumado.

Del "holocausto" argentino a "Nuremberg II"

Desde el inicio de la "Operación de guerra psicológica pos-atentados" (tema que se desarrolla en el Capítulo 3 del libro) existió un claro paralelismo entre el intento por inculpar al "terrorismo islámico" y la idea de instalar en la opinión pública occidental la infundada convicción de que la dictadura militar argentina (1976-1983) había practicado un "holocausto" a escala "sudaca" (este tema se trata en el Capítulo 2 del libro: Del "holocausto" argentino al "terrorismo islámico")

Ambas imágenes, la del terrorismo islámico y la del "holocausto" sudaca no podían sino ir en paralelo, aunque en progresiva convergencia, ya que lo que el judaísmo internacional (organizaciones judías internacionales) trataba de probar era y es la existencia de una "conexión" entre ambas situaciones. Los atentados de Buenos Aires se habrían producido porque hubo una conexión entre el "terrorismo islámico" (Irán) y los "nazis" indígenas, todos ellos residuos de una dictadura militar autora de un (relativamente modesto) "holocausto".

Se ha insistido mucho y desde todos los ángulos en esa falsa y estúpida "conexión". Recientemente un rabino de Nueva York, la capital judía del hemisferio occidental, volvió a recordar la "continuidad existente entre lo que ocurrió durante el gobierno militar" y los atentados "antijudíos" de Buenos Aires ().

Lograr fijar esa "conexión" en la "conciencia occidental" es, entonces, una cuestión absolutamente vital en el proceso de guerra psicológica orientada a travestizar los atentados de Buenos Aires. Para ello se recurre a un elemento altamente simbólico: al llamado juicio "Nuremberg II". Porque la única posibilidad de llevar hasta sus últimas consecuencias la tesis de la conexión islámico-nazi sería "demostrando" que en la Argentina de los años 60/70 había habido no una guerra originariamente declarada por las organizaciones guerrilleras irregulares, sino una vulgar matanza de "justos e inocentes" practicada despiadadamente (sin causa justificada, en apariencia; por puro sadismo, tal vez) por los militares establecidos, a los que apoyó, sin duda, el grueso de la sociedad argentina, incluidas las organizaciones judías locales (e internacionales).

En este punto fue el propio Fidel Castro quien, inesperadamente, se encargó de poner los puntos sobre las íes. En un discurso de increíble cinismo, y en pleno proceso de maquillaje político, dijo lo que ya muchos sabíamos: que Cuba, contra la opinión soviética, había exportado la revolución a toda América, exceptuando México ¿Es que México era el santuario de la justicia social? Nada de eso: México era el único Estado hispanoamericano que mantenía buenas relaciones con Cuba. "En el único lugar donde no intentamos promover la revolución fue en México. En el resto, sin excepción, lo intentamos".

Yo ruego al lector que lea con atención, en el Capítulo 2 de este libro, las páginas que dedico a intentar definir la naturaleza de la "guerra sucia" en la Argentina. Y que luego las compare con el discurso de Fidel Castro, algunos de cuyos párrafos reproduce Clarín Digital, el 4 de julio de 1998 (Ver: Anexo Documental).

La guerrilla -- hablemos sólo de la Argentina -- fue -- antes que nada --, y según Fidel Castro, una decisión política y estratégica cooptada en La Habana. Eso lo sabíamos y lo asumíamos en toda su dramaticidad todos aquellos que viajábamos a la capital de la Isla. Durante muchos años hubo un pacto de silencio para no hablar del tema, para no perjudicar a la "revolución". Recién en 1996 yo publico en mi investigación Subversión, contrasubversión y disolución del poder (Buenos Aires, CEAM) las reflexiones que reproduzco en el presente libro (Capítulo 2, pgs. 114-125).

El análisis de esta "confesión" del "líder máximo" es muy sencillo.

La guerrilla -- siempre en la Argentina --, "mentalizada" y "logistizada" por el Departamento de América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (comandante Piñeiro) declara la guerra al "sistema". Para ello emplea métodos terroristas (Ver: Norberto Ceresole: Nación y Revolución. Argentina: los años setenta, Puntosur, Buenos Aires 1988). Las agresiones terroristas de la guerrilla están orientadas principalmente hacia el ejército y las fuerzas armadas en general: "el brazo armado de la burguesía". Las estructuras militares reaccionan, se defienden y... "se exceden". El Terrorismo de Estado es tan evidente como el terrorismo teledirigido desde La Habana. Unos defendíamos a un modelo socialista decadente y ya moribundo; otros defendieron a un sistema capitalista explotador y arrogante, que en la actualidad está provocando la ruina de la Nación Argentina. Perdimos todos. No hubo ni "buenos" ni "malos". Por lo demás, la insularidad de la revolución cubana no tenía otra alternativa estratégica que la exportación de conflictos de baja intensidad. No era -- para La Habana -- sólo un problema ideológico sino, repetimos, estratégico. Era la única posibilidad para romper con el aislamiento a que había sido sometida la revolución. Durante años México y la España franquista fueron los dos únicos accesos occidentales a la Isla. Exportar la revolución era, para Cuba una cuestión de supervivencia. Es todo muy simple desde la perspectiva del tiempo.

A partir de estas declaraciones de Fidel Castro nadie debe llamarse a engaño. La operación montada por las organizaciones judías destinada a demostrar el "holocausto" argentino ya no tienen ningún fundamento. Las operaciones guerrilla-contraguerrilla en la Argentina no fueron una lucha entre "justos e inocentes bien intencionados" contra "perversos nazis nativos" (extraños "nazis" que disponían de asesores y armamentos israelíes: ¡todos juntos contra el comunismo!). Por ello las organizaciones de los "derechos humanos" argentinas son hoy cómplices de una conspiración judía contra la Nación Argentina.

Esas organizaciones judías internacionales logran -- con la complicidad de los que defienden, veinte años más tarde, los "derechos humanos" en la Argentina -- instalar en Alemania un juicio a los "militares argentinos" llamado "Nuremberg II" (). El simbolismo judío es algo fascinante. Logra fijar en la "conciencia occidental" hechos absolutamente distintos y distantes, en base al capital acumulado a partir del Mito del Holocausto.

La operación en Alemania (y en toda Europa) es conducida por el Consejo Ecuménico de las Iglesias (origen, también, de la "guerrilla" chiapeña en México, único país al que Cuba no le había "declarado la guerra" (Fidel dixit), fundado en Amsterdam inmediatamente después de la "Liberación" europea, el 27 de agosto de 1948. Durante años estuvo dirigido por el pastor protestante y masónico Carson Blake, y fue fuertemente apoyada, desde su creación, por el cardenal católico Cushing, de Boston, íntimo amigo de la familia Kennedy.

Ahora es precisamente "Prensa Ecuménica" quien señala que la "... investigación alemana (sobre los "nazis criollos" de la Argentina) posee un valor especial, porque desde los juicios contra los criminales de guerra nazis, hace más de 50 años, Nuremberg tiene un significado simbólico en cuanto a la aclaración y sanción de crímenes políticos cometidos durante la dictadura nazi". Muchos pretenden ver en "Nuremberg II" un paso importante en la instalación de la llamada Corte Criminal Internacional (CCI), ese proyecto globalista que le daría un golpe de muerte a las soberanías nacionales en el mundo entero. Sin embargo ni Estados Unidos ni Israel apoyan el proyecto. "Sólo podemos expresar nuestra indignación por ver cómo se incluyó la colonización (judía de Palestina) en el mismo nivel que los crímenes de guerra más odiosos", declaró el portavoz del ministerio de asuntos exteriores judío el 19 de julio de 1998. Para la política nacionalista del Estado judío -- quien durante un tiempo, y sobre esta cuestión, se manejará con independencia del conjunto de las organizaciones judías internacionales que sustentan a ese mismo Estado en Occidente -- la aceptación de que la colonización judía de Palestina es un crimen equiparable al Auschwitz que ellos sacralizaron, "... no refleja la realidad jurídica internacional y constituye un nuevo intento de los países árabes y de sus asociados para transformar esa Corte Criminal Internacional en una herramienta política destinada a condenar a Israel".

El problema de las organizaciones judías residentes en la Argentina - que no son más que un apéndice de las organizaciones judías internacionales, dada la "universalidad del judaísmo" () - es que no podrán sostener su "famosa" conexión por mucho tiempo, ya que ella, simplemente, además de nunca haber existido, es una construcción contra natura (personalmente conocí - en todo el mundo - a nazis protestantes [calvinistas y luteranos], católicos [y judíos], a árabes laico-nacionalistas, pero nunca a un nazi musulmán; ni puedo imaginar siquiera a un nazi chiíta, dada la naturaleza del Islam y la estructura esencialmente progresista (en la estricta definición occidental de ese concepto) del pensamiento del Ayatolá Jomeini) (Ver: Apéndice Documental, Chiísmo y catolicismo, nota sobre las Obras del Ayatollah Jomeini).

Por el contrario, la realización de atentados terrorista es un hecho habitual en la historia del Estado de Israel, y una práctica cotidiana de las organizaciones judías en el mundo. En ambos casos esa acciones se realizan bajos dos modalidades distintas: el sabotaje y la intimidación. Normalmente el Estado de Israel practica el sabotaje, es decir, acciones terroristas disfrazadas que tienen por objeto acusar a un tercero ¡Al mejor estilo de Buenos Aires! En el Diario de Moshe Sharret que cito extensamente en el libro se puede encontrar el origen de esta metodología que nace a poco de ser fundado el Estado de Israel. Decenas de atentados en los últimos años fueron atribuídos a terceros: en Egipto (Luxor), en Argelia (GIA), en el cementerio judío de París, etc., etc.

Inversamente, las organizaciones judías dislocadas en Occidente practican el terrorismo bajo la forma de intimidación. Para no hablar de mis experiencias personales en ese sentido, podemos ver lo que sucede en la mismísima París (Robert Faurisson: Milicias judías: más de quince años de terrorismo en Francia, en Archive Faurisson) y en otros muchos lugares del mundo.

La Argentina, agredida y ocupada por las organizaciones judías que sustentan, y son sustentadas, por el Estado de Israel.

Bajo la protección del Jewish Community Relations Council of New York (JCRC), entre el 20 y 21 de julio de 1998 se dijeron las mayores atrocidades contra el honor de la Nación Argentina, usando como vehículo feroces críticas contra el actual gobierno (al fin de cuentas, elegido por decisión democrática y mayoritaria del pueblo argentino). No viene al caso reproducirlas textualmente. Ello ya ha sido hecho, con toda amplitud, por Clarín, La Nación y, sobre todo Página 12, todos ellos diarios de Buenos Aires, en sus ediciones correspondientes a las fechas antes citadas. Sólo un ejemplo. Una tal señora Harriet Mandel, interrogada por Página 12 sobre si aún confiaba en la justicia argentina dijo: "¿Quién sabe? Cosas extraordinarias pasan todos los días. El hombre pisó la luna, por ejemplo. Aunque tal vez sea más fácil que el hombre aterrice en la luna que se haga justicia en la Argentina, -- suspiró".

El presidente argentino, Carlos Menem, se encuentra en la peor de las posiciones imaginables: enemistado con Irán y viviseccionado por los judíos. En el poco tiempo que, en apariencia, le queda, sólo tiene dos caminos. Ambos tendrán enormes costos que tendrá que afrontar según sea la opción que elija. Iniciar un proceso de acercamiento con Irán, con el mundo musulmán y árabe en general; o extraviarse definitivamente por el camino de la mentira, formalizando la ruptura con ese mundo y aceptando, hasta el último tornillo, las "recomendaciones" de las Organizaciones Judías. Con el agravante de que la comunidad argentina rechaza esta última opción. Ella parece estar adquiriendo, por fin, conciencia de sí.

La primera opción es, aún, posible. Su costo será altísimo: soportar la ira de esas Organizaciones. Pero en primer lugar está la conciencia popular argentina. Luego, ese es un camino que ya están recorriendo la Unión Europea y la propia administración Demócrata en los EUA. Ellos serían los "parachoques" del presidente. La otra opción tiene un costo aún más alto: no tiene retorno. Las organizaciones judías nunca aceptarán al "sirio" Carlos Menem. Hace mucho tiempo que han decretado su "desaparición".

La caída del menemismo significará, en principio, un avance avasallador de la ofensiva del lobby judío. No porque el menemismo se hubiese opuesto a ella, sino porque sus eventuales reemplazante han manifestado reiteradamente su voluntad de plegarse aún más íntimamente a la voluntad judía. Muchos de los "presidenciables" argentinos, como el señor De la Rúa, descendiente de marranos portugueses, son orgánicos de la judería. Toda la "oposición democrática" al menemismo está plagada de esos políticos "orgánicos".

El motivo por el cual las investigaciones judiciales sobre los atentados de Buenos Aires se encuentran en un callejón sin salida - y allí seguirán hasta que estalle un crisis múltiple en el Oriente Medio, único camino para "liberar" información - es muy simple: por razones claramente políticas se optó desde un principio por la hipótesis de trabajo más inverosímil. Desde un primer momento se buscó no a los autores de los atentados sino a los enemigos del Estado judío, que siempre fueron dos cosas muy distintas. Esa búsqueda sólo pretendió demostrar algo que necesitaba, desde el punto de visto estratégico, el Estado de Israel y el sistema de organizaciones judías que lo sustentan en el mundo occidental. Ante la burla internacional pública que el Estado de Israel hace del "Acuerdo de Paz", ese Estado y esas organizaciones judías necesitaban perentoriamente un nuevo conflicto, un conflicto intercivilizaciones, un choque entre el Occidente "judeo-cristiano" y el mundo islámico. Ese gran nuevo conflicto absorbería el anterior (el del Medio Oriente, propiamente dicho).

El segundo de los atentados (AMIA, 1994) estuvo también diseñado para contribuir al "choque de civilizaciones". Sólo en ese aspecto habría que separarlo del primero (Embajada de Israel, 1992). La implosión de la Embajada de Israel fue, sin la menor duda, un puro ajuste de cuentas entre facciones opuestas dentro del servicio de contraespionaje israelí; una fractura antagónica entre dos concepciones irreconciliables en torno a cómo administrar el "Plan de Paz" que comenzaba a rodar en esos tiempos. Recordemos que esa bomba implosiona en momentos en que estaba reunida en la Embajada de Israel en Buenos Aires la plana mayor del Shin Beth. Naturalmente esa reunión había sido planificada -- en Tel Aviv -- con prolongada anticipación. El grupo se encontraba analizando cuestiones de seguridad relativas a instalaciones israelíes en toda el área iberoamericana (lamentablemente, esas personas habían salido a almorzar fuera del edificio en el preciso instante de la deflagración, que produjo muchas víctimas inocentes).

La hipótesis más razonable, la más cercana al sentido común y la emergente de un análisis lógico (por qué no decirlo: científico) de todos los factores confluyentes en esos atentados, hubiese indicado la necesidad de partir del contexto internacional dentro del cual ellos se producen. En un país como la Argentina, en el cual nunca se habían registrado ese tipo de operaciones contra ningún grupo étnico de todos los que integraban su modelo demográfico, el traslado de la hipótesis del interior ("conexión local") al exterior (crisis interna en la sociedad israelí) hubiese sido un acto, como mínimo, sensato. En todo caso una hipótesis alternativa que ningún científico social podría descartar a priori.

La hipótesis de la "conexión local" - que en definitiva gira en torno a la supuesta existencia de un coche-bomba (el "arma del crimen") - debió haber sido rechazada, asimismo, para el caso del segundo de los atentados, ya que la superficie en la que se había producido la explosión quedó, durante muchos días, de forma exclusiva, en poder de una brigada de la seguridad israelí y, por lo tanto, se convirtió en un terreno excluido para cualquier investigador argentino. Las supuestas pruebas encontradas por los israelíes en ese territorio ocupado, y que señalan la existencia de un fantasmal "coche-bomba", bien pudieron ser "plantadas" por ellos mismos. Esta es una posibilidad razonable que nadie debería excluir "en principio". Pero a falta de otras pruebas se convierte en una sombra que, como mínimo, oscurece cualquier conclusión basada exclusivamente - como es el caso - en tales "pruebas".

Pero la hipótesis relativa a la necesidad de trabajar a partir de una determinada situación internacional localizada en un punto del planeta muy alejado de la Argentina, estuvo excluida desde un comienzo, por los motivos ya señalados, referidos a las necesidades estratégicas del Estado judío. Además hubo un factor agravante: existía una necesidad específica de las organizaciones judías operativas en la Argentina de agraviar a la comunidad argentina. De quitarle legitimidad y valores a todo lo argentino. De anular la argentinidad. De manifestar, en definitiva, de una manera súbita y, de ser posible, mortal, el antiargentinismo genético del judaísmo en la Argentina.

Esta férrea determinación del lobby judío residente en la Argentina no es algo nuevo. Existe desde sus mismos comienzos organizativos hacia mediados de los años 40. Pero ahora se manifiesta con particular intensidad. En esta coyuntura su objetivo específico no es tanto la "culpabilidad iraní", sino la destrucción de la "conexión local de los atentados" (rabino Rolando Matalón, en Nueva York, el 20 de julio de 1998). Se insiste en que el gobierno menemista es "cobarde", porque "la protege". Ese gobierno -- recordemos, legítimo -- es presentado como el Ersatz (la "sustitución") de esa "conexión local": "Denuncio al gobierno argentino por absolverse a sí mismo de investigar a todos los que están involucrados en este crimen... Denuncio al presidente de la Argentina, al señor Menem, que continúa con la larga tradición de enterrar la historia" (Rolando Matalón). He aquí otra vez al peronismo (del que el señor Menem se ha desvinculado hace una década) como el "lado malo de la Argentina": como la proyección sudamericana del nazismo. Y si el nazismo es el "mal absoluto" sólo quedan en pie los judíos, el núcleo de hierro del "lado bueno de la Argentina y del mundo". En última instancia se trata de vaciar a la Argentina ().

De haber tenido éxito esta operación de vaciamiento, en una época de "globalidad", es decir, en un tiempo histórico signado por la anulación de los valores singulares en general (en beneficio de la "universalidad" judía), la Argentina hubiese quedado completamente inerte. Hubiese sido convertida en "tierra de nadie" como ya, en parte, lo es, por una acumulación de factores entre los cuales la cuestión judía es sólo uno de ellos.

Sin embargo podemos visionar el fracaso del complot. Sólo una mínima parte de la comunidad judía en la Argentina concurrió a los distintos actos organizados por distintas organizaciones judías (que mantienen un conflicto entre sí similar al que actualmente fractura a la propia sociedad israelí) en recordación del cuarto aniversario del atentado a la AMIA. Al mayor de esos actos sólo concurrió (aproximadamente) 0,5 de cada 100 judíos residentes en el país, la inmensa mayoría de ellos co-propietarios de la ciudad "autónoma" de Buenos Aires. Y, por supuesto, ningún no-judío estuvo allí presente excepto, naturalmente, algunos políticos "democráticos" - orgánicos a la judería - y miembros de organizaciones de "derechos humanos", que son parte del complot, desde el primer día, ya que su trabajo, desde hace mucho tiempo, se planifica y se financia desde la Jerusalén ocupada. Es por ello que para las organizaciones de "derechos humanos" argentinas los derechos humanos palestinos -- y, árabes y/o musulmanes, en general -- simplemente no existen. Es por eso que nunca se los menciona.

La "sociedad" argentina no participa en los ritos judíos. Los considera - con toda razón, ritos extranjeros. Los rechaza. Tal vez esa "sociedad" esté en vías de transformarse en "comunidad". Es decir en un agrupamiento humano que evoluciona de un "contrato" -- que se hereda de la "revolución de mayo", que no fue más que un subproducto de la "revolución francesa" -- a un "destino común", con conciencia de su pasado y de su futuro. A juzgar por su actitud hacia las acusaciones y las intromisiones judías, la comunidad argentina es ya una entidad histórica con capacidad para distinguir un "nosotros" de un "ellos": evoluciona, por primera vez, hacia un saber vivir a partir de separar a sus extranjeros-enemigos.

El conflicto interior ya está planteado y es irresoluble, excepto por la derrota o expulsión de una de las partes. Han sido tan terribles y tan inmerecidos los agravios sufridos por la comunidad argentina por parte de las organizaciones judías ("nacionales" e internacionales) - y de muchos judíos en particular - que la cohabitación entre ambas (comunidad nacional y "organizaciones" internacionales) es impensable de cara al futuro. Alguien se tendrá que ir - algún día - del territorio aún hoy llamado Argentina. Y esos serán sus extranjeros genéticos.
 
ANEXO DOCUMENTAL

UN GIRO INESPERADO. 18 de julio de 1998. (cuarto aniversario de la implosión en la AMIA de Buenos Aires)

Publicado en Amanecer, Madrid, 17 de julio de 1998

"Desde hace cuatro años nos dicen que la semana próxima habrá novedades decisivas, pero nunca pasa nada. Es una vergüenza".

Laura Ginsberg, esposa de una de las víctimas del atentado

(Fuente: Página 12, Buenos Aires, 13 de julio de 1998)




A partir del giro dado por la política exterior norteamericana en relación con Irán, las "investigaciones" judiciales que se realizan en la Argentina respecto de los dos grandes atentados "antijudíos" (en verdad intra-judíos) han experimentado un cambio espectacular. Progresivamente la culpabilidad" de Irán se fue diluyendo hasta el punto de que ya se acepta el hecho de "...que no hay pruebas. Lo cierto es que en este momento sólo hay indicios, una historia que deja una enorme cantidad de dudas y han transcurrido nada menos que 48 meses (desde el segundo de los atentados)" (Fuente: Página 12, Buenos Aires, 12 de julio de 1998).

El único procesado ("chivo expiatorio") podría ser un vendedor de autos robados-usados, que está ilegalmente detenido desde hace años (sin acusación en firme) sospechoso de ser "partícipe secundario" del segundo de los atentados. Se da por supuesto de que en ese atentado se usó un "coche bomba", pero ello nunca ha sido en absoluto demostrado. A los otros cuatro encarcelados (también aún ilegalmente detenidos, porque no existen acusaciones concretas contra ellos), ex oficiales de la policía de la provincia de Buenos Aires, tampoco se les pudo probar ninguna conexión en relación con el mismo atentado. La estúpida e irracional "pista" que señalaba una supuesta "conexión interna" (un grupo de "nazis" nativos a las órdenes del "terrorismo islámico") se derrite como un cubo de hielo en pleno verano.

En definitiva, todos los intentos por sustraer el atentado de los verdaderos sucesos de política internacional que los enmarcó desde un comienzo, resultaron vanos: ni el "terrorismo islámico" ni los "nazis locales" aparecen por ningún lado. ¿Será porque los más importantes servicios de inteligencia del Occidente judeo-cristiano, el Mossad incluído, son irrecuperablemente estúpidos? ¿O, más bien, porque hasta ahora siguieron una pista falsa, piadosamente implantada desde un comienzo por los aparatos de seguridad del Estado de Israel?

A partir del momento en que el presidente Clinton, pocos días antes del famoso partido de fútbol Irán-EUA (mediados de junio de 1998), solicita al gobierno de Teherán una progresiva normalización de relaciones, la investigación de la "justicia independiente" del gobierno cipayo que hoy asola la Argentina frena sus ímpetus originales. La nueva estrategia de Washington había sido percibida, con una velocidad cercana a la de la luz, por el personal de servicio nativo residente en la Argentina: el gobierno de Buenos Aires recomienda -- ahora -- calma y "...evitar una ruptura total con Teherán" (Galeano demora el pedido de captura de Rabbani, por Gerardo Young, en Clarín, Buenos Aires, 5 de julio de 1998).

[Agregado el 12 de agosto de 1998] En este punto aparece el famoso "Informe" del FBI, que en esencia no es más que un re-frito de la masa inorgánica de informaciones que se acumulan en el expediente del juez Galeano, cuyo máximo interés es encontrar evidencias contra Irán. El "Informe" fue de tan escaso interés que el propio ministro del Interior argentino, el judío Carlos Corach lo descartó, el mismo 10 de agosto de 1998, como evidencia judicial: "No hay afirmaciones terminantes que prueben la participación de Irán en los atentados",dijo.

A partir de allí la investigación da un giro copernicano, ¡y queda empantanada en otra enorme cantidad de contradicciones insalvables! El señor Telledín, traficante de autos usados-robados, va a ser, aparentemente (ya que contra los cuatro policías no existe ninguna prueba consistente) el único acusado como "cómplice del atentado". Pero: ¿Cómplice de quién? ¿De un terrorismo iraní cuya inexistencia, en principio, ya fue decretada por la propia administración norteamericana que fundamenta su permanencia electoral en el voto de los judíos "progresistas" de la Costa Este?

Desde un comienzo la "investigación" del inefable Galeano fue algo que repugnaba a la razón, y que sólo se podía sustentar en una "opinión pública", nacional e internacional, totalmente oprimida por la acción de los media que proclamaban a los gritos, y todos los días, la culpabilidad universal del "terrorismo islámico". Por esa vía de la pura histeria se logró, provisoriamente, el objetivo buscado por el Estado de Israel: separar los atentados terroristas de Buenos Aires del proceso de crisis interna que enfrenta, desde el comienzo del ex "Plan de Paz", a dos bandos irreconciliables que fracturan tanto a la sociedad israelí como al poder judío en el mundo. Se logró, provisoriamente, desviar la atención nacional e internacional de la guerra a muerte que está teniendo lugar entre esos dos bandos judíos irreconciliables (por el momento la víctima más notoria de esa guerra -- si es que se puede llamar víctima a un ex-verdugo -- ha sido el general Rabin).

El giro que realiza la Administración Clinton es, también, producto de esa guerra civil intrajudía, con enormes consecuencias sobre la política interior norteamericana. Ese giro estratégico, ese intento por revertir las alianzas, está enmarcado por acontecimientos capitales que se suceden en el escenario internacional y sus respectivas proyecciones en el plano de la política interior de los Estados Unidos. No sólo la guerra civil judía influye en ese intento norteamericano por revertir las alianzas. Otros factores conexos están presentes:

*La creciente importancia geopolítica y económica de Irán en el mundo islámico (reforzada a partir de la VIII Conferencia) sumado a su enorme "valor de posición" en la geografía regional, al papel moderador que ha jugado hasta hora en todos los conflictos de zona (p.e. Afganistán), y a la progresiva coincidencia de objetivos entre el gobierno islámico iraní , EUA y Europa en los Balcanes (Kosovo).
*La desestabilización global provocada por las explosiones nucleares ario-védicas, impropiamente definidas en Occidente como "bomba hindú", y a las evidentes conexiones tecnológicas (aunque tal vez no, aún, estratégicas) entre Delhi y Tel Aviv. El único país musulmán aceptado como interlocutor por el nacionalismo hindú actualmente gobernante( El Bharatiya Janata Party (BJP) y su núcleo duro ideologizador, el Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), u Organización Nacional de Voluntarios) en la India es el Irán, que tiene una larguísima historia pre-islámica ario-pérsica.
*Al rotundo fracaso del "Plan de Paz" en Oriente Medio (negativa israelí a devolver a sus primitivos poseedores las "tierras sagradas" yahavíticas).
*A la alianza teológica y política ya consumada entre el fundamentalismo judío y el "sionismo evangélico" norteamericano (Partido Republicano), lo que supuso una intromisión sin precedentes de un gobernante extranjero (el mismísimo Primer Ministro de la "pequeña" Israel) en la política interior de los EUA (potencia "imperial").
Todos estos problemas, evidentemente, superan la capacidad analítica de los cipayos argentinos y, por supuesto, no rozan siquiera la extrema posición periférica que ocupa la Argentina en el mundo, pero que sin embargo provocan enormes destrozos en los países vecinos amigos de la Argentina ().

Pero allí están, afectando la irracionalidad de una investigación judicial que desde un principio pretendió mantenerse alejada de los aspectos sobresalientes de la realidad mundial, pero que no pudo despegarse de una histeria antimusulmana que ahora se está disipando -muy lentamente- en Occidente. Ya no es un buen negocio alinearse automáticamente a la política exterior del Estado Judío ().

Si los funcionarios de los Servicios de Inteligencia de la Argentina fuesen un poco menos ignorantes, si al menos tuviesen un mínimo de conocimientos de teología y de historia de las religiones, hubiesen rechazado desde un comienzo la versión judía sobre la "culpabilidad" iraní en los "atentados de Buenos Aires". Las raíces abrahámicas del monoteísmo musulmán, que el chiísmo (en especial) subraya sistemáticamente, hacen radicalmente imposible que tales atentados "antijudíos" pudiesen haberse cometido en nombre del Islam.

En el Corán se dice, en varias Suras, que el Antiguo Testamento o Biblia Judía (y protestante), o Torah, ha sido falsificado por los escribas hebreos. El Corán denuncia la falsificación de un libro que se ha convertido en el fundamento teológico e ideológico de un Estado criminal, el Estado de Israel. Mi opinión, que sólo puede ser válida dentro del marco de lo sociológico, es que no es posible aceptar ese libro en tanto "libro sagrado". La "historia" de Israel que relata el Antiguo Testamento es, en un sentido estricto, una historieta. No es una historia sino una mitología, como siempre fue entendido por el catolicismo tradicional. La crítica al judaísmo actual debe incluir al Antiguo Testamento. Debe partir de la Torah. Es decir, debe partir de una definición de judaísmo que se atenga a la realidad: él es un hecho totalizador y totalitario: teológico, racial, económico, histórico y estratégico.

Sin embargo, existe en el Islam chiíta un fuerte y definido énfasis, una tal vez excesiva ideologización orientada a señalar su matriz abrahámica. Es decir, en resaltar la confluencia teológica antes que la divergencia política y estratégica con el judaísmo, al que se insiste en definir como "monoteísmo fundador". Me pregunto si esta ideologización de una cuestión teológica no estará en la raíz de muchas distorsiones estratégicas, y en la base de una convicción cultural instalada en el Islam, en tanto ideología política orientada a la "coexistencia" antes que al conflicto. Podría ser que los cambios que se están registrando actualmente en la política exterior de Irán estuviesen asimismo motivados por una cosmovisión teológica que privilegia su origen abrahámico, debilitando al mismo tiempo otro tipo de consideraciones.

Percibo una debilidad estratégica visible que se podría derivar de una teologización de la política. Sociológicamente no puede existir acción política independiente (de una clase, raza, nación o agrupación religiosa o política) sin que previamente exista una total diferenciación ideológica respecto del sistema de pensamiento del cual se nutre el enemigo. A partir de esta definición, que por supuesto puede ser discutible, intentaré señalar la debilidad estratégica de origen teológico (que -me parece- existe en el Islam chiíta) a partir de un diálogo que mantuve en julio de 1996 con el Sheik Mohammad Hasan al-Amin, en el Sur del Líbano.

Primero el escenario. Sur del Líbano, al este del antiguo puerto fenicio cananeo de Saida (Sidón). Para llegar hasta la residencia del Sheik tuvimos que utilizar pequeñas carreteras comarcales sin saber muchas veces de qué lado de la frontera estábamos. Las explosiones de la artillería pesada israelí se sucedían a un ritmo regular, como acompasando el calor perezoso de aquella tarde de verano. Cuando finalmente nos sentamos alrededor de una mesa, en el patio exterior de la vivienda del Sheik, que está ubicada en el punto más alto de una colina, pudimos ver, hacia el sur, la frontera que separa el Líbano de la "zona de seguridad" impuesta por Israel. Las explosiones y los correspondientes temblores de tierra -- cuya intensidad indicaba que se estaba usando munición de 155 mm -- se sucedían al mismo ritmo regular, sólo que ahora mucho más cerca.

-- NC. ¿Nos disparan a nosotros?

-- SMHA. No, en absoluto, disparan al azar. Esto ocurre todos los días y lo hacen con el objeto de mantener aterrorizada a la población.

-- NC. Eso es una perversidad digna de Josué, el profeta militar judío.

-- SMHA. No es un problema de los judíos, sino de los sionistas. Nosotros los musulmanes reconocemos al judaísmo y a sus profetas, pero rechazamos al sionismo. Además, como dice el Corán, el Antiguo Testamento fue adulterado por los escribas hebreos.

-- NC. ¿Pero cómo pueden ustedes combatir a un enemigo con el cual se reconocen unidos por un mismo origen religioso?

-- SMHA. Nosotros combatimos al sionismo. El objetivo militar es liberar a nuestras tierras libanesas, no expulsarlos de Palestina. Estamos preparados para convivir pacíficamente con los judíos una vez que hayamos derrotado la criminalidad del sionismo.



Y así sucesivamente. Esta visión no tiene en cuenta la creciente imbricación entre el sionismo y el judaísmo nacional-religioso: el actual fenómeno del nacionalismo judío mesiánico. Al subrayar con insistencia la continuidad teológica que existe entre el judaísmo y el Islam, se incapacita a este último para alcanzar la fuerza totalizadora que se origina en la percepción absolutamente diferenciada que los judíos tienen de sí mismos.

Despierta mi curiosidad esta creciente voluntad de rescatar la "continuidad teológica", cuando son bien conocidas las severas críticas que el profeta Mahoma, hacia el final de su vida terrenal, les hace a los judíos, en el plano social, político y económico. La cuestión central es que el judaísmo se percibe a sí mismo no sólo como un hecho religioso fundacional (padre del monoteísmo), sino como un hecho racial, nacional y social, al mismo tiempo.

El Islam reúne muchos elementos para convertirse en el núcleo cultural de un proceso de liberación (de la raza árabe y otras etnias musulmanas contiguas, como la persa y la turca), respecto del hecho judío más trascendente de toda la historia: el espacio geopolítico actualmente dominado por el Estado de Israel. Pero carece de la fractura teológica que existe entre el cristianismo tradicional (hoy resistente ante una jerarquía romana crecientemente judaizada) y el judaísmo. Esa fractura teológica está corporizada en la figura de Jesucristo. Las palabras de Jesús constituyen una ruptura total con la tradición judía. El misterio de Jesús no debe ser considerado como una tentativa de reformar el judaísmo desde una supuesta secta judía (la de los cristianos): Jesús aporta un elemento absolutamente diferente que no puede ser reconciliado con el judaísmo. Jesús revela un Dios que es esencialmente distinto a Yahvé, al Dios nacional judío que nos muestra el Antiguo Testamento. El hijo de Dios y la Virgen María han sido y volverán a ser la frontera infranqueable entre judaísmo y cristianismo. Yo no veo que esa frontera teológica exista en el Islam, que privilegia la continuidad con el monoteísmo fundador.

En definitiva: la estrategia islámica contra Israel no es una "estrategia total", no está basada en una concepción de "guerra total": es decir, de guerra teológica (religiosa). Excluye a priori y absolutamente acciones terroristas como las que asolaron en Buenos Aires, un lugar desconocido muy alejado del teatro de operaciones del Oriente Medio, a dos instituciones judías. En ese sentido la estrategia del Islam chiíta es esencialmente diferente a la estrategia del judaísmo contra "el resto del mundo", contra el mundo musulmán chiíta y sus propios judíos "traidores" o asimilados a la sociedad gentil.

Esa estrategia defensiva limitada se materializa en un misil de alcance intermedio que no lleva carga nuclear. Es un arma básicamente concebida como "capacidad de respuesta" ("segundo golpe", en el lenguaje de la "guerra fría") ante el enorme potencial nucleo-misilístico israelí.

La estrategia limitada del Estado iraní está precisamente limitada por consideraciones de tipo teológico. Los judíos, así como los cristianos y los pueblos que creen en Dios y en el Ultimo Día son considerados por el Islam en su conjunto Gentes del Libro. Entiendo que eso es una consideración de tipo doctrinal que tiene una serie de consecuencias en el terreno legislativo, como puede ser la posibilidad de casarse con sus mujeres. Las Gentes del Libro son un grupo especial de los denominados en árabe: kufar, es decir que entran en la categoría de aquellos creyentes que no reconocen al Dios único, o a alguno de sus profetas, o a la Resurrección o al Juicio Final. Para el Islam, los kufar se clasifican en dos categorías: kufar dimmí y kufar harbí. Kufar dimmí, de manera muy resumida, es aquel que no mantiene una actitud hostil hacia los musulmanes y kufar harbí es el que manifiesta una actitud hostil hacia los musulmanes.

Es evidente que la actitud del Islam respecto a cada una de estas categorías es diferente, aunque responde a un mismo principio: el de no ser agresores (estrategia limitada defensiva). El kufar dimmí puede convivir con los musulmanes y en territorio islámico y tiene derecho a ser defendido por el Estado islámico en caso de ser atacado por sus enemigos, etc. En cambio, frente al kufar harbí, los musulmanes tienen el derecho de defenderse si son atacados o de acudir en ayuda de los oprimidos por ellos. Clarificar esta posición, hoy, en Occidente, atenazado por una "propaganda de guerra" en la cual Huntington no actúa como su único, ni siquiera como su principal exponente, es un acto temerario: significa la expulsión automática del campo de lo "políticamente correcto".

Los musulmanes en general, al igual que la cúpula romana del catolicismo institucional actual, considera al judaísmo como el origen de las religiones monoteístas, es decir, como el producto de un mensaje divino revelado a través de uno de los profetas de Dios. En rigor de verdad, ese es el mensaje de Dios mismo. El hecho de que su mensaje haya sido desvirtuado posteriormente y que sea utilizado por un sector o varios sectores o por la práctica totalidad de los judíos de una manera perversa, no anula la importancia del mensaje mismo. El reconocimiento explícito de ese hecho por los musulmanes contribuye a reforzar la idea central de la unidad transcendente de las religiones y, en definitiva, de la existencia de un solo Dios (Tauhíd).

Ese tipo de consideraciones naturalmente no impide en absoluto a los musulmanes defenderse y defender a los oprimidos frente a la agresión de los desviados, se llamen a sí mismos judíos, cristianos, ateos o, también, musulmanes: Si dos grupos de creyentes combaten unos contra otros ¡reconciliadles! Y, si uno de ellos oprime a otro ¡Combatid contra el opresor hasta reducirle a la obediencia de Allah! Y, cuando sea reducido ¡Reconciliadles de acuerdo con la justicia y sed equitativos! Dios ama a los que observan la equidad. Corán, Sura 49: aleya 9 (en la traducción de Julio Cortés).

No es lícito afirmar que el mundo musulmán esté desprevenido frente a la maldad de los judíos: Juro que encontrarás que los peores enemigos de aquellos que creen son los judíos y los idólatras. Corán, 5:82. Pero: Ciertamente, aquellos que creen y aquellos de los judíos y los cristianos y los sabeos que crean en Dios y en el Ultimo Día y obren rectamente, tendrán su recompensa junto a su Señor y no habrán de temer y no estarán tristes. Corán, 2:62.

Se supone, entonces, que de la meditación de todas las enseñanzas del Corán y de los hadices, sobre los judíos y sobre el resto de la creación, sobre las verdades metafísicas y sobre las experiencias de la historia, surge la estrategia y la táctica de la comunidad musulmana. Una comunidad de la que Dios ha dicho: Sois la mejor comunidad humana que jamás se haya suscitado: Ordenáis lo que está bien, prohibís lo que está mal y creéis en Dios. Si la Gente de Libro creyera, mejor les iría. Hay entre ellos creyentes, pero la mayoría son perversos. Corán, 3:110.

Esta última cita es significativa porque señala un hecho político de suma trascendencia: importantes sectores (pero aún minoritarios, institucionalmente hablando) de la comunidad musulmana internacional son los que constituyen hoy la verdadera resistencia contra la opresión judía. Sin embargo, hay que subrayar la palabra "resistencia", ya que ella señala el núcleo de una estrategia defensiva limitada y, en ese sentido, esencialmente distinta a la estrategia total y totalizadora del judaísmo. Desde hace 1400 años existe infinitamente menos enemistad entre las comunidades judías huéspedes de las sociedades y los Estados musulmanes, que entre ellas y los Estados y sociedades cristianos.





CAMPAÑA DE CERCO Y ANIQUILAMIENTO CONTRA IRAN. CARTA ABIERTA A MIS AMIGOS IRANÍES

Publicado en Amanecer, de Madrid , del 29 de mayo de1998

Queridos Hermanos:

La decisión que podría adoptar el gobierno de mi país referente a la ruptura de relaciones diplomáticas con la República Islámica de Irán, es una alternativa que llena de vergüenza a la gran mayoría del pueblo argentino. En especial porque esa decisión vendría acompañada por una grave acusación contra un ciudadano iraní, el Sheik Mohsen Rabbani, antiguo agregado cultural de la Embajada de Irán en Buenos Aires.

No es posible justificar de ninguna manera el curso de acción asumido por el gobierno argentino. Todos los habitantes de mi patria saben que esa decisión está en vías de ser adoptada por la fuerte presión que sobre un gobierno débil y miserable mantienen los Estados Unidos de América e Israel. La posición del gobierno argentino no puede ser justificada porque, precisamente, y desde sus orígenes, ese gobierno proclamó públicamente el alineamiento total y absoluto, el "alineamiento automático", con la política de Washington, que está determinada hasta en sus más íntimos detalles por el lobby judío-norteamericano.

Fue esa política de alineamiento automático, también definida como de "relaciones carnales", la que impuso sobre el pueblo argentino, y especialmente sobre sus sectores más humildes, una opresión económica y una miseria nunca vista en la historia de mi país. Fue esa política de "relaciones carnales" la que impulsó un proceso de desnacionalización económica total; la que esclavizó a la población de un "país rico" que hoy tiene hambre, la que ha implantado la prostitución generalizada, como "forma de vida", y la creciente fractura territorial de mi Patria. Fue esa alineación automática con la lobby judío quien destruyó la moral y los valores humanos y religiosos del pueblo argentino. Fue esa misma política la que impuso la indefensión total de la Argentina: destruyendo sus fuerzas armadas y su infraestructura productiva, científica y tecnológica. Mientras el pueblo argentino se encuentra hoy en el colapso histórico, la totalidad de su clase política -- y no solamente el partido del gobierno --, y de la clase dirigente en general, está corrompida hasta el tuétano, no sabiendo hacer otra cosa que inclinarse servilmente ante los dictados del lobby judío-norteamericano.

Es ese proyecto adoptado por la totalidad de la "clase dirigente" argentina el que actualmente impulsa hacia la ruptura de relaciones diplomáticas con la RI de Irán, y hacia la infundada acusación contra el Sheik Rabbani. El pretexto de la ruptura pretende fundamentarse en la sospecha, nunca confirmada documentalmente, de que personal diplomático iraní y miembros de la Resistencia Nacional Libanesa Hezbollah participaron en los "atentados de Buenos Aires". Los llamados -- por el juez argentino a cargo de la causa, sistemáticamente manipulado por la Embajada de Israel --, "testigos", no son más que opositores violentos al actual régimen de Teherán y agentes activos de servicios de inteligencia occidentales. Naturalmente, ninguno de ellos estuvo, siquiera remotamente, ni en el tiempo ni en el espacio, en las proximidades de los hechos. Todos dicen que escucharon decir que "A" dijo que "B" y que por lo tanto "C"... Esta anormalidad jurídica llevó a decir al juez francés Jean Louis Bruguiere, experto en terrorismo "antiislámico y antiárabe": "La acusación (del gobierno argentino) contra Irán me parece que tiene un objetivo político más que técnico. Considero un peligro el terrorismo islámico, pero hay que ser más prudentes en este tipo de acusaciones" (en Buenos Aires, a Clarín, 18 de mayo de 1998) ().

Lo que en verdad está en la base de la acusación es un hecho de naturaleza estratégica: la voluntad de Israel y de los Estados Unidos de Norteamérica de internacionalizar el conflicto contra Irán. Argentina es sólo un pequeño eslabón dentro de la larga cadena de decisiones ya adoptadas. Esa voluntad estratégica está incorporada, desde su mismo origen, a las "investigaciones" judiciales realizadas en Buenos Aires. En otras palabras: esas "investigaciones" se acomodaron total e integralmente a una voluntad estratégica previamente diseñada.

Desde 1994 yo he escrito varios libros intentado demostrar que aquellas acciones terroristas (los "atentados de Buenos Aires") fueron cometidas por grupos judíos que actuaron y actúan contra el Plan de Paz en Oriente Medio. Las de Buenos Aires fueron típicas acciones de judíos cometidas contra otros judíos ("guerra" -- expansión territorial -- contra "paz", en Oriente Medio). Sobre esos dos atentados de Buenos Aires la Inteligencia israelí ha montado una verdadera guerra psicológica, en todo Occidente. En una primera fase, desviando toda sospecha sobre los grupos terroristas judíos que en aquellos momentos conspiraban contra el gobierno laborista de Issac Rabin, a quien finalmente asesinaron. La segunda fase fue acusar a Irán y a Hezbollah de haber sido los responsables de esos atentados. Esta fase se desarrolla, hasta el día de hoy, dentro de un marco cultural de histeria antimusulmana instalado en Occidente.

El control del judaísmo sobre Occidente es la causa primera del conflicto que se pretende crear entre el Islam y Occidente. Es por ello que la "cuestión judía" afecta no solamente al Islam sino al mundo entero. Es el judaísmo quien pretende racionalizar una división irreversible entre los hombres a escala planetaria, entre los "elegidos" y los "humillados", entre los amos y los esclavos. Es el judaísmo quien pretende constituirse en el núcleo ideológico del capitalismo globalizante, que es la forma de dominación más inhumana que haya existido jamás a lo largo de la historia universal. Los intentos que en estos tiempos realizan los EUA e Israel en el sentido de pretender internacionalizar las agresiones contra Irán, son secundados, principalmente, por miserables gobiernos secundarios y dependientes, totalmente subordinados a la estrategia judío-norteamericana. Entre esos gobiernos se encuentra, desgraciadamente, el de mi propio país, Argentina.

La actual irano-fobia del gobierno argentino no expresa en absoluto el sentimiento del pueblo de mi patria. Sólo mide, con total precisión, el grado extremo de control que han logrado los intereses judíos y norteamericanos sobre la estructura de poder que hoy asola a mi país. Contra ese control y contra esa dependencia estamos luchando actualmente. Es la misma lucha por la cual la sociedad argentina recobrará su dignidad usurpada, y la patria de los argentinos su soberanía vendida.

Desde el punto de vista de la política internacional, todo ese proceso debe ser entendido sólo como un segmento de una estrategia antiiraní más amplia, que denominaremos "cerco y aniquilación". Esta estrategia es el origen de los ataques de los distintos sectores del lobby judío que opera en la Argentina y que se produjeron a diario, durante los últimos cuatro años, contra la República Islámica de Irán, el movimiento Hezbollah y los propios intereses nacionales del pueblo argentino. El objetivo final de la ruptura diplomática prevista por el lobby judío-norteamericano es que el gobierno argentino pueda presentar -- inmediatamente después --, ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, una denuncia contra Irán, considerándose "país agredido". Es por ello que el gobierno de Irán no debería subestimar los "mensajes" provenientes de los distintos grupos sociales y políticos manipulados por el lobby judío de Buenos Aires. No estamos enfrentados a una mera disputa entre dos Estados (Argentina versus Irán) como algunos pretenden hacernos creer, sino a una fase, a un elemento integrante de un proceso global de "cerco y aniquilamiento" a la República Islámica de Irán ().

El lobby judío en la Argentina

Hoy podemos analizar, con total claridad, la crisis existente dentro de la comunidad y del lobby judío en la Argentina. Esas sectas están profundamente divididas entre sí (existen por lo menos tres grupos antagónicos) por líneas de fractura que van desde los negocios hasta las diferentes percepciones culturales y teológicas ya instaladas en Israel y en la totalidad de la judería occidental. Esas líneas de fractura también producen distintas interpretaciones sobre las circunstancias concretas que provocaron los atentados de Buenos Aires.

La crisis intrajudía en la Argentina se deriva de las fracturas que afectan a la propia sociedad israelí (), y a las luchas violentas que allí se producen, aunque ninguno de esos grupos judíos puede explicitar que los verdaderos autores de los atentados terroristas de Buenos Aires fueron los mismos judíos -nacional-mesiánicos y fundamentalistas- que luchan abiertamente por el poder en Israel y en todas las juderías del mundo ().

Creo que las actividades antiiraníes y antilibanesas de la comunidad judía, y los acontecimientos que se suceden dentro del lobby judío que opera en la Argentina, no son lo suficientemente entendidos en Teherán. Existe una extrema pasividad por parte del gobierno iraní al respecto. Las acusaciones antiiraníes que provienen de los distintos sectores del lobby judío en la Argentina, no son cuestiones que se originan dentro de un gobierno sometido y dependiente -el argentino- que tiene un poder decisional insignificante en el mundo. Con absoluta seguridad el gobierno argentino es sólo el peón de una estrategia global israelí, decididamente nacional-mesiánica, expansiva y fundamentalista, que en todo momento está potenciada por y desde Washington. Reducir los sucesos a un conflicto intrascendente entre Teherán y Buenos Aires no es sólo minimizar el problema. Es algo mucho peor aún: es adoptar un análisis estratégico profundamente equivocado.

Para el gobierno argentino la obediencia a Israel significa poder mantener su política de "relaciones carnales", es decir de esclavitud en su dimensión más patológica, respecto de los Estados Unidos de América. El motor de toda esa estrategia es el lobby judío-norteamericano (en sus dos versiones: la fundamentalista-evangélica y la liberal-laica) y su hermano menor: el lobby judío en la Argentina. En este escenario no hay sólo dos actores, Irán y Argentina sino muchos más: Israel, los lobbies judío-norteamericanos, el gobierno de los Estados Unidos de América, Irán y, finalmente, un actor secundario: el gobierno argentino, profundamente afectado por su "propio" lobby judío.

Es posible constatar la existencia de tres sectas en conflicto dentro de ese lobby judío en la Argentina. Como ustedes recordarán, el "coche-bomba" fue una de las imágenes más publicitadas desde un primer momento (en ambos atentados, pero especialmente en el segundo), que tuvo por objeto señalar la presencia del "terrorismo islámico" en Buenos Aires, utilizando técnicas muy conocidas de guerra psicológica. Ahora existen por lo menos dos versiones radicalmente distintas dentro del propio lobby respecto del famoso "coche-bomba". Una de ellas niega incluso que haya existido un "coche-bomba" en el segundo de los atentados (AMIA, 1994). Esta versión fue elaborada por la secta judía más ligada al gobierno argentino del señor Menem y, por lo tanto, más alejada de la Embajada de Israel: "La teoría del coche-bomba es insostenible. Sólo se encontró un 7% del presunto vehículo, cuando el promedio de atentados explosivos con vehículos es del 35 al 40 %. Además los peritajes indicaron que los pedazos de chapa hallados no fueron sometidos a temperaturas superiores a las del proceso de pintura" (Página 12, Buenos Aires, 26 de abril de 1998).

Otra de las sectas afirma que existió un coche-bomba en el atentado de 1994, pero que las pruebas de su existencia fueron aportadas por la unidad del "ejército israelí" que investigó en exclusiva el lugar de la explosión, como si ese pequeño espacio de la ciudad de Buenos Aires fuese territorio bajo soberanía israelí: "Los informes técnicos prueban la existencia del coche-bomba, del que se identificó una enorme cantidad de piezas encontradas en el lugar del hecho, muchas de ellas por la brigada israelí de 'socorristas' (en realidad era un grupo de inteligencia operativa del Shin Beth). El motor apareció en la dirección que teóricamente había indicado el jefe de esa brigada (de inteligencia israelí)" (Página 12, Buenos Aires, 26 de abril de 1998).

Finalmente, la tercera secta, la más radical-fundamentalista, ataca violentamente a las dos anteriores, y pide una investigación transnacional sobre los atentados. Responsabiliza al gobierno de Carlos Menem de "obstaculizar las investigaciones" y está íntimamente ligada a los dos partidos opositores popularmente conocidos como "sinagogas democráticas": el llamado Partido Radical y el FREPASO (Página 12, Buenos Aires, 27 de abril de 1998).

Pero en el punto en que todos los grupos judíos coinciden es en el de señalar la "culpabilidad" de Irán y, por supuesto, la de su "brazo ejecutor", Hezbollah. En ese sentido el mando lo sigue manteniendo el propio embajador de Israel, Isaac Avirán, que se comporta como un arrogante virrey del imperio en una "provincia" periférica y subalterna llamada Argentina: "No nos cabe ninguna duda de que Irán es el país ideólogo de los atentados. No nos cabe ninguna duda de que Hezbollah hizo los atentados" (Clarín, Sábado 25 de abril de 1998).

Cerco y aniquilamiento

Israel ha diseñado, hace ya mucho tiempo, una estrategia de "cerco y aniquilamiento" respecto de la República Islámica de Irán. Es esa estrategia la que enmarca todas las "investigaciones" que se realizan en la Argentina sobre los dos atentados terroristas, el de 1992 y el de 1994. Israel no necesita ni mucho menos desea encontrar a los verdaderos culpables -que son sus propios judíos terroristas- sino señalar a quien el Estado judío mesiánico actual percibe como sus enemigos principales: Irán y Hezbollah.

Tal estrategia global está fundamentada en un principio elemental: Israel no puede tolerar la hipótesis de un sistema defensivo iraní basado en armas y vectores de lanzamiento que puedan afectar decisivamente a cualquier punto de su territorio e, incluso, a la totalidad de su territorio. Israel no puede aceptar esta posibilidad ni siquiera como hipótesis, ya que el costo de una defensa eficaz -- mantenimiento de una hipotética capacidad de "segundo golpe" -- contra un tal sistema de armas, sería absolutamente destructivo para la economía israelí, y totalmente disociador para la sociedad y el Estado judíos. Esa hipótesis -- y no ya la realidad que pueda existir detrás de ella -- es presentada como una conspiración contra la famosa supervivencia de Israel. Tal es la percepción que expresan, incluso públicamente, todos los dirigentes israelíes en la actualidad.

Naturalmente desconozco si Irán dispone o no de esas armas que no necesariamente deben ser "atómicas", según una errónea definición popular. De lo que sí estoy convencido es que si Irán no hace un esfuerzo serio por acceder a ellas en el más breve plazo, estaría cometiendo simplemente un acto de suicidio. Estamos hablando de una hipótesis -- la existencia de un Irán con capacidad nuclear y misilística -- que Israel ya ha logrado instalar dentro del sistema de poder norteamericano, a través sus lobbies judíos. A partir de esa instalación, todos los Estados vasallos de los EUA actúan en la maniobra de "cerco" contra Irán. Contrastando fuertemente con la política adoptada por la Unión Europea. En ese plano -- como Estado vasallo -- encuentra su lugar el gobierno de Buenos Aires, que acepta el dominio judío sobre la sociedad argentina con el único objetivo de mantener sus "relaciones carnales" con los Estados Unidos de América, que ya está asimismo totalmente controlado por su propio lobby judío, que defino en mi libro como "el gobierno mundial".

La totalidad de las instituciones que conforman el gobierno argentino en la actualidad -- y en un futuro políticamente previsible -- son -- y serán -- simples marionetas de una estrategia global, a la que ni siquiera logran percibir plenamente ni en toda su magnitud. Es esa misma estrategia la que atenta contra los intereses del pueblo argentino y pervierte la idea de Patria que muchos argentinos aún sostenemos como proyecto nacional. Para mí es absolutamente claro que la recuperación de la soberanía y de la dignidad nacionales de la Argentina pasan por la destrucción de la estrategia global que sirve únicamente a los intereses de un Estado judío que, cada día que pasa, es más abiertamente terrorista y fundamentalista (nacional-mesiánico), como bien sabemos por los testimonios cotidianos que nos ofrecen nuestros hermanos palestinos.

Contraestrategia iraní

Desde Europa no se percibe que exista una contraestrategia iraní diseñada en correspondencia a la escala monumental que posee la amenaza judío-norteamericana. En mi opinión el gobierno de Teherán sigue subestimando muchos de los elementos concretos y puntuales que integran esa amenaza elaborada por los judíos de Israel y por los sionistas -- judíos y evangélicos -- que ejercen el poder en los Estados Unidos de América. El único movimiento sionista no judío existente en el mundo está localizado en el fundamentalismo protestante (evangélico-calvinista) de los EUA. Ese movimiento fundamentalista cristiano es el principal aliado actual del gobierno israelí. Está en el fondo de todos los complots anti-Clinton, quien, sin embargo continúa siendo apoyado por la fracción laica-sionista (Costa Este) del lobby judío-norteamericano.

Las acusaciones antiiraníes que se originan todos los días y en escala creciente en todos los niveles de la judería argentina son parte orgánica de esa estrategia. Si el gobierno de Teherán sigue ignorándolas, la amenaza judío-norteamericana puede llegar a concretarse en un tiempo histórico muy corto. No olvidemos que la validez de los "Acuerdos de Oslo" expira en agosto de 1999. Luego vendrá la declaración unilateral de la independencia del Estado Palestino y las consiguientes represalias israelíes: un escenario de crisis de dimensiones finales desconocidas, ya que por primera vez habrá una proyección de ese duelo dentro del Estado y de la sociedad norteamericanas. Dentro de ese escenario, concretar la amenaza querrá decir: desencadenar una guerra de agresión contra Irán, contra el "cerebro" del "terrorismo islámico". Y esa guerra de agresión, naturalmente, no podría tener sino una dimensión nuclear, que actuará con un "escudo de protección" convencional -aero/naval- proporcionado por EUA.

Chiísmo y catolicismo

En este punto sería interesante señalar un cierto paralelismo entre el chiísmo y el llamado catolicismo "preconciliar" o tradicional. Cuando en Occidente se menciona a lo "preconciliar", en esta época, se sobreentiende que se hace referencia al Concilio Vaticano II, origen del "catolicismo progresista" y gran puerta de entrada de los judíos al "mundo occidental", similar a la ofrecida por el protestantismo en el siglo XVI (más por Calvino que por Lutero). El cristianismo tradicional, o "tradicionalista", también entendido como elemento resistente, es hoy asimismo una minoría dentro del mundo católico. Pero sin embargo plantea la irreconciabilidad teológica con el judaísmo. A pesar de ser una minoría -aunque no deberíamos olvidarnos de las Iglesias cristiano-orientales- está en la base de fenómenos políticos nuevos en Europa, como es el caso del FN en Francia. Asimismo desde la antigua matriz protestante (luterana) alemana, desde el mismo núcleo de la Mitteleuropa, emergen hoy nuevos movimientos de resistencia popular y nacional (nacionalismo alemán) a los que será necesario prestar una creciente atención en los próximos tiempos. También desde el Extremo Oriente ruso soplan vientos de cambio en la misma dirección.

Pero sin duda alguna Irán hoy es el centro de la resistencia contra la hegemonía agresora y agresiva del judaísmo, por la sencilla razón de que -también- es el target principal de la estrategia de "cerco y aniquilación". El gran cambio se produce a partir de la la gran revolución islámica del Ayatolá Jomeini ().

Es a partir de allí que una de las ramas del Islam -- y no todo el Islam -- adopta ante el Estado judío una posición de enemistad política y sociológica -- lo que no tiene por qué afectar a ningún principio teológico -- mucho más firme. Esa posición es de inmediato combatida -- guerra mediante -- por un Estado árabe que, in extremis, siempre recurre a la protección del Islam. En lo fundamental es el chiísmo -- revolución islámica mediante -- quien reemplaza con decisión y eficacia la anterior etapa laica de la resistencia árabe contra el invasor.

El fracaso de esa resistencia laica fue manifiesto, y no sólo en el mundo árabe. La fractura del mundo bipolar no hace más que acelerar esa mezcla de derrota asumida y traición a los principios de subsistencia más elementales. Hoy vemos a la dirigencia de la OLP, apoyada por gran parte del mundo musulmán, dando su batalla desde el lobby palestino de Washington con el aparente apoyo de un presidente que tambaleó con "escándalos sexuales" preparados y potenciados por el lobby evangélico judío-norteamericano. Este nuevo "campo de batalla" -- el Estado y la sociedad norteamericanos -- es una cuestión que no debe ser subestimada en ningún caso. De una manera muy concreta se está trasladando (proyectando) parte del conflicto del Oriente Medio al interior de los Estados Unidos de América. Tal vez el próximo asesinato presidencial en la superpotencia se origine en esos conflictos proyectados desde la Periferia. Siempre la Periferia actuó sobre el Centro de la misma manera. Todos los imperios han caído por ese tipo de mecanismos, y no sólo el Romano ya cristianizado por un Profeta de lengua aramea que había nacido en la periférica Palestina.

Sin embargo, muchos de nosotros desearíamos que la contraestrategia iraní estuviese más orientada a desmantelar puntualmente -- en todos los casos y caso por caso -- la estrategia de guerra, de "cerco y aniquilación" (eufemísticamente: "doble contención") ideada por Israel y apoyada por EUA. No solamente a resistir ante ella. Desmantelar una estrategia quiere decir desmontar todas las piezas que la componen, y destruirlas una a una.

Estrategia limitada

El gobierno argentino, para empezar, es un gobierno "cipayo". Saben ustedes que la palabra "cipayo" es una castellanización del persa "sipahi": que era la denominación de las tropas indias que defendían a la corona británica, en todo el mundo, durante los tiempos del imperio. En su famosa novela sobre el frente del oeste en la Primera Guerra Mundial, Tempestades de Acero, Ernst Jünger, entonces un joven y heroico oficial alemán, relata un combate entre alemanes y sipahis muy cerca de Cambrai, en el norte de Francia. Junger saca importantes conclusiones sobre ese choque, relativas al futuro de Alemania.

Fiel a esa vocación, el gobierno del señor Menem actúa exactamente igual a cómo lo hace el señor Arafat y su ANP: no de cara a Israel sino de cara a Washington. De cara a las decisiones imperativas que allí toman los lobbies judío-norteamericanos: el fundamentalista-evangelista que apoya a Netanyahu, y el laico-liberal de la Costa Este que apoya a Clinton.

Ambos lobbies se mueven dentro de la dialéctica "hermano-enemigo" que hoy sacude los cimientos de la sociedad israelí. Cuando la señora Hillary Clinton habló, hace pocos días, de la posibilidad de reconocer un futuro Estado palestino, evidentemente estaba devolviendo el golpe: estaba enfrentando el complot (montado por Israel y un sector del lobby judío norteamericano) que había estallado en torno de una pareja formada por su marido y una figura femenina perteneciente a una familia del establishment judío-norteamericano. La declaración de la señora Clinton generó una importante respuesta de ese sector de ese lobby. La administración Clinton recibió fuertes embates del lobby judío-evangélico. Newt Gingrich, presidente de la cámara de representantes y líder de la oposición, acusó al presidente Clinton de estar extorsionando a Israel, y 81 senadores (de un total de 100) dijeron, en una carta conjunta al presidente, que debía permitirse a Israel usar sus propios criterios en cuestiones de seguridad. Más de la mitad de los 435 miembros de la cámara de representantes firmaron otra carta con el mismo contenido. Otro sector de los judíos norteamericanos apoyó al presidente Clinton. Pero los dos sectores enfrentados del lobby, el mayoritario "evangélico" y el minoritario laico, apoyan las demandas de "seguridad" israelíes, a partir de las cuales Netanyahu esconde el proyecto de expansión territorial de los colonos. Para algo han asesinado al general Rabin, que, sin embargo, fue el líder israelí que más asentamientos aprobó en toda la historia del Estado judío. Dentro de este esquema hay que analizar el proyecto "unilateral" del gobierno del señor Menem de romper relaciones diplomáticas con la República Islámica de Irán.

Si la cuestión se pudiera reducir a una simple disputa bilateral no habría ningún problema. Las decisiones que pueda tomar un Estado períferico carecen de importancia en todo sentido. Pero es evidente que no estamos ante un caso de mera bilateralidad. Argentina es socio junior de la OTAN y un Estado anti-terrorista modélico, según la opinión del Departamento de Estado ().

Por lo tanto la idea de romper relaciones con Irán no se ha elaborado en Buenos Aires, sino en Washington, con el beneplácito de ambos lobbies judíos en EUA. A partir de allí será necesario considerar esa decisión, y la larga historia de agresiones que la antecede, como un mero segmento de una estrategia global de internacionalizar un conflicto contra la RI de Irán. A partir de este momento el mundo entero tendrá un "leading case" (denuncia de Argentina a Irán como "país agresor" en el Consejo de Seguridad de las NU) que será modélico en la estrategia de cerco y aniquilamiento.

Esta perspectiva global a la que nos introduce el "ejemplo argentino" no fue, en su momento, percibida por el gobierno de Teherán. No haber interceptado esa política en su momento fue un error muy grave; no hacerlo ahora es aún peor. Se están dejando las puertas abiertas para la continuidad de la estretegia global de cerco y aniquilamiento. Con la humillación agravante de que un ciudadano iraní completamente inocente, mi amigo Mohsen Rabbani, puede tener un pedido de captura internacional, vía INTERPOL, como si se tratase de un peligroso delincuente internacional. En innumerables oportunidades y circunstancias yo he señalado esa debilidad estructural, y no para beneficio exclusivo de Irán, sino pensando siempre en el destino aciago de mi propia Patria, que ha sido conquistada desde dentro por un grupo humano perverso que aspira a desatar una nueva guerra mundial, de "supervivencia" para el Estado de Israel.

La estrategia limitada de Irán se traduce -como ya hemos señalado para el caso argentino- en una extrema pasividad ante situaciones muy agresivas que se suceden en el mundo occidental, y en la Periferia de Occidente, que incluyen naturalmente acciones contra la propia República Islámica de Irán. Simplemente, el Estado iraní no re-acciona adecuadamente contra esas agresiones. No incorpora las resistencias locales que se originan contra esas agresiones dentro de una estrategia más amplia, necesariamente global. La lucha contra el Estado judío no puede quedar localizada y geográficamente aislada en el llamado Oriente Medio.

En mi anterior libro El nacional-judaísmo pretendí demostrar que el sionismo ha sufrido una metamorfosis tan radical en los último años que prácticamente hoy ha devenido en "otra cosa": en un mesianismo nacionalista-religioso. La clásica dicotomía entre judaísmo religioso y sionismo laico es una ecuación que pertenece al pasado. Yo llego a esta conclusión a partir de estudiar casos concretos de terrorismo judío que se suceden en lugares muy remotos, en la extrema periferia del mundo occidental.

Todas las religiones sufren distintas ideologizaciones a lo largo de la historia. Este es un proceso sociológico perfectamente comprensible y bien comprendido por algunos historiadores. No hay alteraciones teológicas importantes pero sí sucesivas adaptaciones políticas. Yo he estudiado muchas ideologizaciones sufridas por el cristianismo a lo largo de 2.000 años, y algunas de las experimentadas por el judaísmo. Conozco menos la historia musulmana. Hoy sería deseable ver una ideologización islámica que no enfatizara tanto sus raíces abrahámicas cuanto sus diferencias políticas y estratégicas con el judaísmo. Ello no representa, creo, ninguna alteración teológica substancial para el Islam en su conjunto ¿No es acaso el propio chiísmo una ideologización dentro del Islam?

Vengo analizando el escenario de conflicto del Mediterráneo Oriental y del Asia Central desde hace algunos años. En 1996 publiqué un libro donde ya señalaba el problema: Terrorismo fundamentalista judío, nuevos escenarios de conflictos (Libertarias-Prodhufi, Madrid). Un año después la misma editorial lanzó al mercado de lengua española otra investigación, donde traté de definir la naturaleza del judaísmo contemporáneo: El nacional-judaísmo, un mesianismo post-sionista. Es en este libro donde además desarrollo, mucho antes que otros analistas en Occidente, la hipótesis de la guerra civil judía (conflicto intra-judío). A finales del mismo año de 1997 aparece otro trabajo mío enfocando la misma cuestión desde otro ángulo: España y los judíos, expulsión, inquisición, holocausto, 1492-1997 (Amanecer, Madrid). Actualmente estoy finalizando un nuevo libro, el actual, que fui redactando sobre el terreno en Oriente Medio y zonas contiguas, con el cual espero completar todo un ciclo de investigaciones sobre el terrorismo judío.

Dentro del terreno que me compete, este libro que ahora sale tiene precisamente el objetivo de contribuir a destruir uno de los elementos de la estrategia global judío-norteamericana, impulsando un proceso de dignificación del pueblo y de la nación argentinas. De recuperación de la soberanía nacional argentina. Es mi forma de participar en este conflicto codo a codo con mis hermanos árabes y persas, al lado de los humillados contra los arrogantes de este mundo.

Me despido de ustedes con un fuerte abrazo fraternal.

Norberto Ceresole.

Madrid, 25 de mayo de 1998.



Sábado 04 de julio de 1998

LA GUERRILLA EN AMERICA LATINA: LAS CANDENTES DECADAS DEL 60 Y DEL 70 Fidel Castro admite que promovió la subversión. Tras años de negativas, Castro lo reconoció ante un foro de economistas · La URSS se opuso a sus planes · México no fue involucrado porque no apoyaba la política aislacionista de EE.UU.

HERALD THOMAS. La Habana. Especial para Clarín

Después de negar durante décadas su rol como exportador de revoluciones, Fidel Castro reconoció oficialmente su papel de promotor de la subversión en América latina, durante la década del 60 y del 70, cuando Cuba intentó crear "un Vietnam gigante" a lo largo de toda la región. Así se expresó el presidente caribeño ante unos 400 economistas reunidos esta semana en La Habana, en ocasión del foro organizado por la Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe, que concluyó ayer.

Castro reivindicó esas acciones de su gobierno en todo Latinoamérica, menos en México, y culpó a la ex Unión Soviética por la falta de éxito. "El Che (Guevara) llamó al mundo para crear uno, dos, muchos Vietnam. En América latina existían las condiciones objetivas, en ocasiones mucho mejores que las cubanas, para hacer una revolución como en Cuba. Un gran Vietnam", dijo. Y aseguró: "En el único lugar donde no intentamos promover la revolución fue en México. En el resto, sin excepción, lo intentamos". Castro justificó el caso mexicano al indicar que fue el único país de la región que no se sumó a la estrategia de Estados Unidos de aislar económica y políticamente a Cuba. Las palabras de Castro representan el primer reconocimiento oficial de Cuba respecto de que el país promovió activamente la revolución no sólo en algunos países sino en toda América Central y América del Sur. Hasta el momento, La Habana sólo había admitido extraoficialmente su papel en algunos pocos países a través de los testimonios de algunos de los involucrados.



"El Che no soñaba"

"Realmente era lo que teníamos que hacer como revolucionarios. Tratamos de respaldar y desarrollar movimientos revolucionarios armados en contra de las oligarquías y los Estados Unidos. El Che no soñaba. Era posible en Venezuela, Chile, Colombia, Brasil...", dijo en alusión a los planes que tenía el guerrillero argentino cubano Ernesto Che Guevara de iniciar una revolución en América latina comenzando por Bolivia. Guevara fue asesinado por el ejército boliviano en 1967. Castro agregó que "los Estados Unidos decían que los soviéticos eran los que promovían la revolución, cuando en realidad se opusieron en todo lo que queríamos hacer". Tras indicar que algún día se contará toda la historia, el presidente cubano culpó a la influencia soviética sobre los partidos comunistas latinoamericanos, y a las disputas sino-soviéticas por el fracaso de crear un "gran Vietnam". "No tengo absolutamente ninguna duda de que una revolución en este hemisferio era posible", insistió, y continuó: "Las condiciones objetivas existían, pero las condiciones subjetivas fallaron". El líder revolucionario agregó ante la nutrida concurrencia de economistas que "los soviéticos estaban preocupados, y se oponían a nosotros. Lo que hicimos, todos nuestros esfuerzos, lo hicimos en contradicción con los soviéticos, quienes tenían una gran influencia sobre los partidos latinoamericanos. Algunos cooperaron -dijo- otros se opusieron. Y otros se involucraron en argumentos teóricos y en la disputa sino-soviética". "Pero hicimos un esfuerzo", sentenció el presidente. Y añadió: "Estoy seguro de que habríamos ganado si los factores subjetivos no fallaban. Habríamos cambiado la historia. Habría sido distinto". Esta última consideración de Fidel hizo las veces de respuesta a una sugerencia de los economistas sobre si Cuba podría proporcionar una alternativa a las políticas neoliberales implementadas en América latina. El líder cubano, de 72 años, dijo que los tiempos han cambiado y que la revolución armada ya no es posible. Castro pronunció así un adiós a las armas como medio para expandir la revolución socialista. "La época es distinta hoy, el capitalismo desarrollado derrota al socialismo desarrollado, y domina al mundo", dijo y concluyó que "lo que se necesita hoy es algo nuevo a escala global". © Copyright 1998 Clarín Digital.



El terrorismo de estado israelí: un análisis de los diarios de Moshe Sharett

Muchas veces los acontecimientos recientes nos hacen olvidar la historia o los orígenes del fenómeno que estamos estudiando. Las acciones de terrorismo emprendidas en los últimos tiempos por el Estado de Israel contra otros Estados, forman parte en realidad de la naturaleza del Estado judío, y no de coyunturas más o menos pasajeras.

La lectura de los 8 volúmenes del Diario de Moshe Sharett, uno de los principales dirigentes fundadores del movimiento sionista, una de las primeras "palomas" del sionismo, tiene la virtud de darle al fenómeno del terrorismo de Estado israelí una dimensión histórica de muy largo plazo. A lo largo de toda su historia el ejército y los servicios de inteligencia del Estado judío han organizado "operaciones de aniquilación" y acciones terroristas de todo tipo, dentro de casi todos los países, incluídos los europeos. La soberanía de los "otros" Estados nunca fue un problema para los agentes secretos del "pueblo elegido".

Los diarios de Moshe Sharet se publicaron originalmente en hebreo, y luego se hizo una primera traducción al inglés. A comienzos de los años 80 la Association of Arab-American University Graduates, en base a los diarios de Sharett, publicó Israel's Sacred Terrorism, que es la versión que utilizamos nosotros en este trabajo.

La extrema importancia que presenta a los ojos de un investigador esos Diarios de Moshe Sharett es que se trata de las "memorias secretas" de una "paloma", que cuando se entera que un grupo de comandos israelíes prepara una acción punitiva contra Jordania, protesta en voz baja y sin salirse de los estrechos ámbitos del gabinete ministerial.

En octubre de 1953 un grupo armado israelí asesinó a 66 aldeanos árabes en Qibya, Jordania. Mientras una parte del grupo comando dinamitaba las casas habitadas, la otra ametrallaba sus puertas para impedir que sus ocupantes árabes huyeran. Sharett se encuentra ante el dilema típico de la paloma: ansioso por condenar la atrocidad, no se decide a acusar de ese acto al verdadero culpable: el ejército israelí. Escribe en su Diario:




Condené el asunto Qibya, que nos ha expuesto frente a todo el mundo como una pandilla sanguinaria capaz del asesinato masivo y a la que no le importa que sus acciones puedan conducir a la guerra... Ben Gurión insistió en excluir del comunicado oficial toda mención a la responsabilidad del ejército...




Lentamente Sharett va comprendiendo que esos actos de terrorismo basados en acciones de destrucción sobre los países árabes vecinos, eran en realidad operaciones perfectamente planificados por un estado mayor, civil y militar, que las concebía como la mejor forma de generar un estado de guerra permanante con los vecinos árabes de Israel. El manteniemiento de ese estado de guerra permanente había sido visto por ese estado mayor como la mejor forma de asegurar la expansión de las fronteras del Estado de Israel, al mismo tiempo que sus palomas clamaban ante el mundo la desprotección de un pequeño grupo de judíos rodeados por masas de árabes hostiles.

Comienzan así, desde muy temprano, los llamados "incidentes autoprovocados". Todas las acciones de represalias tomadas por Israel contra acciones del "terrorismo árabe" tenían por objeto la realización final de la expansión territorial. Ello le hace pensar a Sharett -- y así lo consigna en su diario -- que ese "terrorismo árabe" en muchos casos no fué más que provocaciones organizadas por el mismo ejército israelí.

El 14/4/54 anota en su Diario:


Existe un plan israelí de represalias que será puesto en práctica con un programa establecido: su objetivo es lograr una firme escalada de la tensión en el área, para producir una guerra...

El 5/3/55 después de informarse sobre una acción de "represalia" del ejército en territorio jordano, en la que mueren degollados cinco beduinos, escribe:

Esto se tomará como prueba concluyente de que hemos decidido pasar a una ofensiva sanguinaria general en todos los frentes: ayer Gaza, hoy Jordania, mañana Siria, etc. Pediré al gabinete que a los asesinos se los juzque como a criminales... El fenómeno que ha prevalecido en nosotros por años y años es el de la insensibilidad a las malas acciones, a la corrupción moral... Para nosotros una mala acción en sí misma no es nada serio; sólo despertamos a ella si está relacionada con una crisis o una consecuencia grave: la pérdida de una posición, la pérdida de poder o de influencia. No tenemos un enfoque moral de los problemas morales... Una vez, los soldados israelíes asesinaron a un grupo de árabes por razones de venganza ciega... la conclusión es que la sangre de los árabes se puede derramar libremente... Todo esto altera el sentido de justicia y de honestidad, hace que el Estado (de Israel) aparezca ante los ojos del mundo como un Estado salvaje que no reconoce los principios de justicia tal como han sido establecidos y aceptados por la sociedad contemporánea.

En el mes de julio de 1954 la inteligencia militar israelí da comienzo a una campaña de sabotajes en Egipto con el objetivo de crear el caos en esa sociedad y preparar la invasión militar a la zona del canal. Los comando estaban formados por judíos egipcios dirigidos por oficiales de la inteligencia militar de israel. Los atentados debían tener como objetivos instalaciones occidentales en Egipto, y debían dar la impresión de que existía un terrorismo árabe tan fuerte como para provocar la intervención occidental en ese país.

Entre el 2 y el 27 de julio de 1954, mientras se realizaban las negociaicones entre El Cairo y Londres sobre la zona del Canal, centros culturales ingleses, edificios públicos egipcios, oficinas norteamericanas y otras instalaciones occidentales fueron objeto de atentados con bombas, al mismo tiempo que las sospechas sobre los autores se desviaban hacia la Hermandad Musulmana.

Sharett, sabiendo lo que sucedía, escribe en su Diario el 14/1/55:

Nunca hubiese imaginado que podríamos llegar a un estado tan terrible de relaciones envenenadas, el desencadenamiento de los más bajos instintos de odio y venganza y de engaño mutuo... Doy vueltas como un loco, horrorizado y perdido, completamente impotente... ¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer...

El 25/1/55 vuelve a escribir:

Dayan desea secuestrar aviones y raptar oficiales árabes en los trenes, desea mano libre para asesinar al presidente sirio. Lavon sugirió la ocupación de la franja de Gaza... Suya es la doctrina de que las potencias occidentales son nuestro principal enemigo y que el único modo de disuadirlas es por acciones directas que las aterroricen... Peres comparte la misma ideología; desea atemorizar a Occidente para que apoye los objetivos de Israel...

Mientras el Egipto de Nasser solicitaba conversaciones de paz a través de delegados norteamericanos, los israelíes preparan la guerra de anexión.

Nota del Diario correspondiente al 27/2/55:

Ben Gurión llegó a mi oficina acompañado por el jefe de estado mayor que tenía las manos ocupadas con mapas enrrollados... Propuso atacar una base del ejército egipcio a la entrada de la ciudad de Gaza... Instruí a las embajadas que trabajaran para condenar a Egipto y no para defenderlo... Ahora se tendrá la impresión general de que mientras nos lamentamos por nuestro aislamiento y los peligros para nuestra seguridad, en realidad somos agresores sanguinarios que aspiramos a perpretar masacres masivas...

En efecto, ese ataque de "legítima defensa" de Israel a Egipto en Gaza enfría la política de Nasser de acercamiento para firmar un acuerdo paz con Israel.

Todo la memoria de Sharett es una repetición de lo mismo, en todos los frente durante la época en que le tocó actuar: el terrorismo de estado practicado por ese país estuvo siempre orientado a la expansión territorial y a lograr condiciones abrumadoras de superioridad para establecer niveles de "seguridad" totalmente desproporcionados respecto de la seguridad de los países árabes.

Durante toda su vida Moshe Sharett -- una "paloma" sionista -- había supuesto que la supervivencia de Israel sería imposible sin el apoyo de Occidente, pero que la "moralidad" occidental nunca le permitiría apoyar al Estado judío "que se comporta de acuerdo a las leyes de la jungla" y "eleva el terrorismo al nivel de un proncipio sagrado". Al prominente líder del Mapai, David Hacohen, que se declaró convencido que los israelíes "debían comportarse en Medio Oriente como si fuesen locos" para aterrorizar a los árabes y chantajear a Occidente, le contestó: Si nos comportamos como locos seremos tratados como tales: se nos internará en un manicomio y se nos aislará del mundo.

Moshe Sarett estaba equivocado: la moral occidental fue la exacta medida de la moral israelí. El terrorismo de Estado isarelí es una de las constantes aceptadas de la política internacional es estos tiempos de "nuevo orden mundial".

17 de septiembre de 2001


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La Asociación de Antiguos Aficionados a los Relatos de Guerras y Holocaustos (AAARGH) ofrece este texto en Internet con fines meramente educativos, para alentar la investigación, sin intereses comerciales y en vistas a una utilización comedida. La dirección electrónica de la Secretaría es <[email protected]> . La dirección postal es : PO Box 81475, Chicago, IL 60681-0475, USA.
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Nos colocamos bajo la protección del artículo 19 de la Declaración de Derechos Humanos, el cual estipula :<ARTICULO 19 <Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundidrlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.>Declaracion universal de los derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 en París.
 
Dagonse ha vertido más veneno anti-judío


Las Escrituras se están cumpliendo, estamos en los últimos días.


MARANATHA
 

¡ No ! Maripaz, estas equivocada, lee con atención, no es veneno anti-judio, es veneno anti-evangélico, anti-protestante, anti-calvinista, anti-democrático, anti-americano, anti-judío, antitodo lo que represente los valores judeocristianos, es decir nuestra sociedad occidental.

Después del fracaso del comunismo, los enemigos de nuestra sociedad siguen intentando destruirla, aunque para ello tengan que convertirse al Islam, sé a través de los medios, de un individuo, no recuerdo si de ETA o próximo a ésta, que se convirtió al Islam, y fue detenido por formar parte de Alqaeda.

Bendiciones

Bart

 
http://www.wallstreet-inversiones.com/historia/soros.htm

George Soros
20.08.2002


Es el más grande y exitoso especulador del planeta. Y en America, hasta los niños del jardin de infantes conocen sus legendarias aventuras en los mercados mundiales de capitales. El más grande timbero internacional no solo es un refinado especulador, tambien es filántropo, filósofo, experto financiero, manager e inversor de peso en las arenas bursátiles de todo el mundo.

Fué la primera figura y actor destacado de las diversas crisis financieras y economicas que padeció la region asiatica. Más de un amarillo no puede escuchar su nombre sin que le agarre dolores de estomago. Y más de un primer ministro, ya sea nipón o malayo, hace la cruz cuando se lo nombra.

Tambien los rusos debieron padecer en carne propia los vaivenes de la timba financiera, desatados durante la crisis del rublo en 1.998, gracias a la magia de Soros. Fué el único especulador que se llevó por delante una regla de oro en la bolsa: "No especules núnca contra el Banco Central".

En 1.992 apostó a la desvalorización de la libra, haciendo temblar al Sístema Monetario Europeo, poniendo de rodillas al Bank of England y despúes de pasar la varita mágica, sus arcas se incrementaron en ...1.100 millones de dolares! Por aquellos dias, en importantes despachos del Viejo Continente, el nombre de Soros no se podía pronunciar. El que cometiera tal deslíz, corría el riesgo de terminar bajo la guillotina.

George Soros es el hombre que le alcanzaba proposiciones a Margret Tatcher y a George Bush para reformar las relaciones financieras y economicas mundiales y el que habló frente al congreso de los Estados Unidos, diciendo que el sístema capitalista mundial es sacudido permanentemente por crisis finacieras y que más tarde o más temprano estallaría, por lo cual estaba convencido de que el sístema nesecitaba importantes reformas.

El Hungaro/Americano Soros es un hombre que no posee gustos extravagantes o placeres muy sofisticados. A principios de los años 80, tenia una fortuna calculada en unos 25 millones de dolares. No era moco de pavo poseer semejante montaña de billetes. Pero no alcanzaba. Tiempo despúes, sus fondos de inversiones Quantum representaban una fortuna cerca de los 100 millones de dolares. Tampoco alcanzaba. Al comenzar el nuevo milenio, la fortuna de Soros se estimaba en unos 5.000 millones de dolares.

Despúes de salir disparando de los comunistas en Budapest, Soros comenzó a estudiar en Londres. A los 26 años trabajó como broker y analista en distíntas firmas de los Estados Unidos. Se hizo independiente, y junto a su socio Jim Rogers, otro que sabe bastante en ésto de multiplicar los dolares, compró un fondo de inversiones, el Quantum Funds, muy conocido en ese tiempo por sus buenas perfomances.

Soros especulaba en la bolsa a corto plazo, y el nivel de riesgo de sus fondos Hedge, era muy elevado. Los Hedge Funds son conocidos como Short-Seller, de altisimo riesgo y apuestan a la baja o caida en las cotizaciones. Los asi llamados Short-Seller "tiran" al mercado títulos que no poseen, y especulan a que bajen, para despúes adquirirlos a menor precio y devolverlos.

La diferencia entre venta y compra es la ganancia, menos una comisión que deben pagar por el "prestamo", ya sea a los bancos o fondos de inversiones. Es para especuladores de mucha pero mucha "pasta", y para aquellos que no llevan un marcapasos de última generacion. Generalmente es para grandes inversores privados, de esos que poseen montañas de dolares, que los hay por doquier en los USA, o para inversores institucionales...si, tambien a los grandes bancos, las companias de seguros o casas de inversiones, les encanta la timba.

La Soros Fund Management administra seis Hedge Funds con un total de inversiones de más de 70.000 millones de dolares. George Soros está convencido de que sus especulaciones con derivados y otros "productos financieros" de altisimo riesgo, podrían llegar a desatar en forma automatica una reacción en cadena en los mercados de todo el mundo.

Soros logró hacer una fortuna inmensa en los mercados financieros. Parte de ella va a parar a distíntas organizaciones y fundaciones alrededor del mundo. Las mismas apoyan la formación en derecho, medios, cultura e internet. En octubre del 2001 la billetera del "mago" se desprendió de unos 250 millones de dolares que fueron a parar a la "Central European University" de Budapest, la cual el mismo llamó a vida en 1.991, para estudiantes de toda Europa del este y a la cual apoya anualmente con unos 20 millones de dolares.

Soros tambien dió a conocer su intención de crear en China un centro de formación similar. En 1.992 Soros aportó 50 millones de dolares a las Naciones Unidas para que los hiciera llegar a a los habitantes de Sarajevo, afectados por la guerra, y en 1.996 fué el mayor donante de los Estados Unidos para la ayuda de inmigrantes legales, con un aporte de 360 millones de dolares.

Como gran especulador, Soros es incorregible. Es el único a quien se le ocurre invertir montañas de dolares en un pais que está en la lona desde hace tiempo y cuyo futuro ni los adivinos pueden pronósticar. Soros es el más grande terrateniente de Argentina con 400.000 hectareas y sus más de 160.000 vacas adornan las pampas gauchescas.

Tambien posee centros de compras en la tumultuosa Buenos Aires, hoteles y participaciones en varias empresas. En Mexico Soros tambien tiene algunas fichas apostadas. Complejos habitacionales, apartamentos, oficinas, hoteles, y otras inversiones que superan los 1.300 millones de dolares.

Si bien actualmente Soros sigue "prendido" en el negocio, ya hace rato que se alejó de los ajetreos diarios de Wall Street. Reside en la Park Avenue y como es usual en aquellos que fueron "tocados" por la fortuna, se dedica a donar parte de su riqueza a obras de beneficencia y caridad. Ayuda en la construcción de la economia de Europa del Este. Viaja alrededor del mundo. Disfruta de sus millones.

Y además se dedica a escribir libros criticando los tumores y aberraciones del capitalismo.


Wallstreet Inversiones



Soros es el más grande terrateniente de Argentina con 400.000 hectareas y sus más de 160.000 vacas adornan las pampas gauchescas.

La gente se puede morir de hambre, en uno de los países más ricos del mundo, mientras eso sí, no tiene nada que ver que un propietario especulador, sea judíos, es otra casualidad, porque como va dando ciertas limosnas o diezmos, su conciencia estará tranquila y la de los demás tambien.
 
Afortunadamente para todos, el comunismo acabó, de lo cual soy el primero en congratularme, por la enorme cantidad de cristianos que murieron masacrados en Rusia y Ax-URSS.

Pero, no estaría de más, echar un vistazo a quienes protagonizaron aquel exterminio, a quienes lo organizaron y ocupaban los cargos de responsabilidad; ya que resulta lastimoso, que el Comunismo, inventado por judíos (no los de apie, que son igual que los demás en todo el mundo), llegaron a ocupar, según las fuentes oficiales dadas por los EE.UU el 52% del Soviet Supremo, contra el 80% que atestiguan otras fuentes.

Cualquier duda, es fácilmente contrastable con el autor de dicha lista, corroborada.



Jewish Communists
Many thanks for this list of Jewish communists which was compiled by Michael A. Hoffman II

V.I. Lenin, supreme dictator.
Leon Bronstein (Trotsky): supreme commander of the Soviet Red Army.
Grigory Apfelbaum (Zinoviev): executive, Soviet Secret Police.
Solomon Lozovsky: deputy Soviet foreign minister.
Maxim Wallach (Litvinov): Soviet foreign minister.
Yuri Andropov: director, Soviet KGB, later supreme dictator of the Soviet Union.
Jacob Sverdlov: first president of the Soviet Union. Sverdlov ordered the massacre of the Czar's family-women and children-in the town named after Catherine the Great, Yekaterinburg, (renamed Sverdlovsk in 1924 in honor of the murderer).
Jacob Yurovsky: commander, Soviet Secret Police. Yurovsky led the death squad which carried out Sverdlov's order for the murder of the Czar's family, including the bayoneting to death of the Czar's daughters. The Ipatyev house, where, in the basement, the massacre had occurred, stood intact until 1977, when the local Communist party boss at that time, Boris Yeltsin, ordered it demolished, lest it become a shrine to anti-Jewish sentiment.
Lazar Moiseyevich Kaganovich (pictured at left): chief mass murderer for Stalin, ordered the deaths of millions and the wholesale destruction of Christian monuments and churches, including the great Cathedral of Christ the Savior. Standing amid the rubble of the cathedral, Kaganovich proclaimed, "Mother Russia is cast down. We have ripped away her skirts." (N.Y. Times, Sept. 26, 1995).
Mikhail Kaganovich: deputy commissar of heavy industry, supervisor of slave labor, brother of Lazar. Rosa Kaganovich: Stalin's mistress; sister of Lazar. Paulina Zhemchuzina: member of the Central Committee and wife of Soviet Foreign Minister Molotov.
Olga Bronstein: officer, Soviet Cheka Secret Police, sister of Trotsky, wife of Kamenev.
Genrikh Yagoda: chief of Soviet Secret Police, mass murderer extraordinaire. (Jewish poet Romain Rolland, winner of the Nobel Prize, wrote a hymn of praise to Yagoda).
Matvei Berman and Naftaly Frenkel: founders, the Gulag death camp system.
Lev Inzhir, commissar for Soviet death camp transit and administration.
Boris Berman: executive officer of the Soviet Secret Police and brother of Matvei. K.V. Pauker: chief of operations, Soviet NKVD Secret Police.
Firin, Rappoport, Kogan, Zhuk: commissars of death camps and slave labor, supervised the mass deaths of laborers during the construction of the White Sea-Baltic Canal.
M.I. Gay: commander, Soviet Secret Police.
Slutsky and Shpiegelglas: commanders, Soviet Secret Police.
Isaac Babel: officer, Soviet Secret Police.
Leiba Lazarevich Feldbin (Aleksandr Orlov): commander, Soviet Red Army; officer, Soviet Secret Police. Feldbin was chief of Soviet Security in the Spanish Civil War. He supervised the massacre of Catholic priests and peasants in Spain.
Yona Yakir: general, Soviet Red Army, member of the Central Committee.
Dimitri Shmidt: general, Soviet Red Army.
Yakov ("Yankel") Kreiser: general, Soviet Red Army.
Miron Vovsi: general, Soviet Red Army.
David Dragonsky: general, Soviet Red Army, Hero of the Soviet Union.
Grigori Shtern: general, Soviet Red Army.
Mikhail Chazkelevich: general, Soviet Red Army.
Shimon Kirvoshein: general, Soviet Red Army.
Arseni Raskin: deputy-commander, Soviet Red Army.
Haim Fomin, commander of Brest-Litovsk, Soviet Red Army. At least one hundred Soviet generals were Jewish (cf. Canadian Jewish News, April 19, 1989).
Generals who were not themselves Jewish often had Jewish wives. Among these were Marshal Voroshilov, Marshal Bulganin, Marshal Peresypkin and General Pavel Sudoplatov (Sudoplatov assassinated hundreds of Christian leaders including Ukranian Catholic Archbishop Teodor Romzha). This Jewish wife "insurance policy" extended to Politburo members such as Andrei Andreyev and Leonoid Brezhnev.
Sergei Eisenstein: director of communist propaganda films which depicted Christian peasants (kulaks) as hideous, money-grabbing parasites. The kulaks were subsequently massacred. (Cf. for example Eisenstein's Bezhin Meadow).
KOMZET: commission for the settlement of Jewish Communists on land seized from murdered Christians in Ukraine; funded by Jewish-American financier Julius Rosenwald.
Ilya Ehrenburg, Minister of Soviet Propaganda and disseminator of anti-German hate material dating from the 1930s. Ehrenburg instigated the Soviet Red Army rape and murder of German civilians. Referring to German women, Ehrenburg gloated to the advancing Red Army troops, "that blonde hag is in for a bad time."
In a leaflet addressed to Soviet troops, Ehrenburg wrote: "...the Germans are not human beings...nothing gives us so much joy as German corpses."(Anatol Goldberg, Ilya Ehrenburg, p. 197). Goldberg concedes that Ehrenburg, "...had always disliked the Germans...now that there was a war on he turned his old prejudice into an asset."(Ibid., p. 193).
Another publication distributed to the Red Army, this time as the soldiers approached Danzig, was described by a historian: "Millions of leaflets were air-dropped on the troops with a message composed by the propagandist Ilya Ehrenburg and signed by Stalin: 'Soldiers of the Red Army! Kill the Germans! Kill all Germans! Kill! Kill! Kill!" (Christopher Duffy, Red Storm on the Reich).
The Soviet leadership acknowledged that Ehrenburg sought the extermination of the entire German people (cf. Pravda, April 14, 1945. [Pravda was also published in a Yiddish edition, Einikeyt). Ehrenburg won the Order of Lenin and the Stalin Prize. He willed his papers to the Israeli Yad Vashem 'Holocaust' Museum.
Solomon Mikhoels: commissar of Soviet propaganda.
Soviet film propagandists:
Mark Donsky,
Leonid Lukov, Y
uli Reisman,
Vasily Grossman,
Yevgeny Gabrilovich,
Boris Volchok
and Lillian Hellman (old movies written by her continue to be broadcast on American telelvision).
Soviet propagandist: Yevgeny Khaldei who staged the photo of the raising of the hammer and sickle flag over the Reichstag in Berlin, May 2, 1945. Afterward, a special plane was waiting to fly Khaldei, Stalin's top Tass photographer, to a Moscow lab, where his photo was further doctored (loot displayed on one of the Soviet soldier's wrists was removed in the negative and Khaldei added clouds and smoke to the scene for dramatic effect (see photo of Khaldei and his beloved flag at left). Khaldei continued to work as a premier Soviet propagandist until his retirement from Pravda in 1972. His Communist propaganda is proudly on display at the Jewish Museum of New York and the Jewish Museum of San Francisco. N.Y. Times writer Vicki Goldberg exulted in the raising of the blood-drenched Soviet flag, emblem of the slaughter of millions of peasants and Christians; describing it as, "...a national (and worldwide) symbol of triumph, justice and revenge." (Jan. 31, 1997, p. B-26).
Jewish Anti-Fascist Committee (JAC): new form of the Bolshevik YEVKOM, Stalin's recruiting conduit for funding money, supplies and political influence for Soviet Russia from world Jewry as well as the dissemination of gas chamber atrocity propaganda (cf. The Black Book).
Nikolai Bukharin: Lenin's chief theorist.
Samuel Agursky: commissar.
Karl Radek: member, Central Committee.
Mikhail Gruzenberg (Borodin) commissar.
A.A. Yoffe: commissar.
David Ryazanov: advisor to Lenin.
Lev Grigorievich Levin: physician, poisoner of Stalin's enemies.
Lev Rosenfeld (Kamenev): member of the Central Committee.
Ivan Maisky: Soviet Ambassador to Britain. Itzik Solomonovich Feffer: commissar, Soviet Secret Police.
Abraham Sutskever: Soviet terrorist-partisan.
Mark Osipovich Reizen: Soviet propagandist, winner of three Stalin Prizes.
Lev Leopold Trepper: Soviet espionage officer.
Bela Kun (Kohen): supreme dictator of Hungary in 1919. Kun was later Stalin's chief terrorist in the Crimea.
Zakharovich Mekhlis: top executioner for Stalin.
Henrykas Zimanas: leader of Lithuanian communist terrorists, butcher of Christians.
Moshe Pijade (sometimes spelled Piade): commander, Yugoslav Communist People's Army. Tito's top butcher of hundreds of thousands of Croatian Christians. Pijade later served as president of the Yugoslav Communist Parliament. At least eighteen generals in the Yugoslav Communist People's Army were Jewish. The Yugoslavian communist party sent massive arms shipments to Jewish fighters in Palestine in the 1940s.
In post-war Poland that nation was completely dominated by Jewish communists: the torturer Jacek Rozanski, head of the Secret Police; the Politboro commander Jacob Berman (pictured at right) and commissars Minc, Specht (Olszewski) and Spychalski. These men murdered or deported to Kolyma and the other Arctic death camps, tens of thousands of Catholic Poles.
According to Jewish researcher John Sack, "In 1945 many Poles felt (and not without reason) that Jews ran the Office of State Security...the chief of the Office was Jacob Berman, a Jew, and all or almost all the department heads were Jews." Sack reports that 75% of the officers of the Communist Secret Police in Silesia were Jews. He noted that many Jews in the Communist terror apparatus in Poland changed their names to Polish ones like General Romkowski, Colonel Rozanski, Capt. Studencki and Lt. Jurkowski. (cf. John Sack, The New Republic, Feb. 14, 1994, p. 6. Sack in this article also refutes some shoddy research performed by Daniel Jonah Goldhagen, author of Hitler's Willing Executioners, who, in the double standard typical of the Jewish mentality, refuses to accept the proven fact that Jews ran the Polish Communist secret police even as Goldhagen asserts the racist myth that the entire German nation was guilty of genocide. Sack does a good job of proving Goldhagen wrong about Poland).
In Poland, "...a disproportionate number of Communists were Jews. In 1930, at its peak, 35% of the members of the party were Jewish. In Communist youth organizations, Jewish membership was even higher, while Communists of Jewish origin occupied most of the seats on the central committee. Communism appealed to some Jews because it opposed anti-Semitism more vigorously than any other Polish party...Jewish Communists reached their apogee in the years immediately after World War Two, when the party leadership was totally in the hands of the prewar Communist leadership that abhorred anti-Semitism." (Sheldon Kirshner, The Canadian Jewish News, Nov. 5, 1992, p. 16).
Of course when one encounters the issue of Jews, Communists and Catholics in Poland in the Establishment media or universities today, the mass murder of the Polish Catholics at the hands of the Jewish Communists, is never raised. Instead, a minor attack on Jews by Polish peasants enraged at the role of Jews in Communist terror, which occurred in July, 1946 at Kielce and which has come to be called the "Kielce pogrom" will be the centerpiece of the "discussion. " The motivation for the attack is not usually mentioned. Rather, the Catholic peasantry are painted in terms of "fiendish bigots" whose "blind, irrational hate" for the "poor, persecuted Jews" resulted in "yet another martyrdom of God's Chosen."
But the Catholic Primate of Poland at the time, Cardinal Hlond, a brave prelate in a stalwart tradition of Christian resistance to Jewish tyranny in Poland, so different from the traitorous philo-Judaism of the current Pontiff, stated that the attack in Kielce occurred because of resentment 'due to the Jews who today occupy leading positions in Poland's (Communist) government and endeavor to introduce a governmental structure that the majority of Poles do not wish to have." (Ibid., Kirshner).
As Piotr S. Wandycz of Yale University observes, "The average Pole could not but notice in the Stalinist era that the two most powerful men in the country-Berman and Minc-were both Jewish as was the dreaded security official Rozanski." (N.Y. Review of Books, Aug. 18, 1983, p. 51).
With this record it is interesting to note that the Polish occupant of the papacy, John Paul II, consistently lent his prestige and his presence to canonizations and commemorations of politically correct victims of the Nazis. Nowhere did this Pope breath a word about the openly Jewish, Communist massacres of Polish Catholics, Spanish Catholics, Croatian Catholics, Lithuanian Catholics-he was too busy, intoning the Shoah, referring to the heirs of the Pharisees as "our Elder Brothers in the Faith" giving official recognition to an Israeli state which even many orthodox, Haredi rabbis regard as a blasphemous and abominable entity, and attacking the German people as "the image of the beast."
Solomon Morel (pictured at left): commandant of a post-war Communist concentration camp for Germans in Poland. Stalin deliberately put Jews in charge of such camps. Morel tortured and murdered thousands of Germans, sometimes with his bare hands (cf. "The Wrath of Solomon," Village Voice, March 30, 1993 and John Sack, An Eye for an Eye). Morel is comfortably esconsed in Tel Aviv. German survivors of Morel's camp have demanded he be tried as a war criminal, but for the Establishment media and the phony, partisan, "human rights" groups, bringing Morel to justice is simply a non-issue. After all, he murdered helpless Germans, so what's the problem?
Julius Hammer, M.D.: New York abortionist and co-founder of the American communist party.
Armand Hammer: fundraiser and financier for Lenin and Stalin, son of Julius.
Lev Davidovich Landau: Stalinist physicist, co-father of the Soviet atomic bomb.
Klaus Fuchs: helped steal atomic bomb secrets for Stalin.
Ruth Werner: colonel, Red Army GRU intelligence, assisted Fuchs.
Julius and Ethel Rosenberg: stole American atomic bomb secrets for Stalin.
Morris Cohen (Peter Kroger): assisted the Rosenbergs.
Markus Wolf: chief of German Communist Stasi Secret Police.
Howard Fast: American communist propagandist for Stalin.
David Dubinsky:Stalin's ally, head of the U.S. International Ladies Garment Workers Union.
Nahum Goldmann: founder, World Jewish Congress, communist propagandist.
Rabbi Moses Rosen: agent, Romanian communist party.
Victor Rothschild: top British espionage agent for Stalin.
Mark Zborowski: "...considered by historians of Soviet terror operations to have been the most fearsome...(Soviet) spy of all time" (Stephen Schwartz, Forward, Jan. 26, 1996). Zborowski, a medical researcher, murdered a dissident with a poisoned orange at the Soviet-run hospital in Paris. Zborowski was implicated in several other assassinations in 1936 and 1937. In the 1940s worked for both the American Jewish Committee and the KGB. In the 1960s Zborowski worked as a medical researcher at Mount Zion Hospital in San Francisco. He trained numerous psychiatrists and medical specialists in the Bay Area. He died in 1990 (cf. "The Strange Case of Doctor Zborowski and Monsieur Etienne" by Philippe Videlier, in Le Monde Diplomatique, Dec. 1992).
On Oct. 16, 1948, 50,000 Jewish communists turned out in Moscow's Red Square to welcome the first Israeli delegation to Moscow. Stalin supported Zionism's 1947 Palestine partition plan, gave crucial recognition to the newly-created state of Israel and voted for Israel's admission to the United Nations.
In 1951 communist and Marxist parties had twenty-three seats in the Israeli Knesset. The kibbutz system was the most powerful movement in the country and the most powerful kibbutz leaders were nearly all Marxists. The biggest Israeli holiday was May Day, celebrated with rallies, marches, red banners and red songs.
As recently as 1987 the Israelis were providing the KGB with American intelligence secrets (cf. UPI dispatch by Richard Sale, Dec. 13, 1987 and The City Paper [Washington, DC], Jan. 15, 1988). Jonathan Jay Pollard was part of one such spy ring. British traitor and Communist spy Kim Philby was assisted in obtaining safe haven in the Soviet Union by the Israeli Mossad (cf. Sunday Telegraph [England], April 16, 1989). This was most appropriate since Philby's KGB handler in Moscow was also Jewish.
Romania's communist regime received favorable trade deals from the U.S. for years due to Israeli pressure on Congress in its behalf (N.Y. Times, Jan. 18, 1992, p. 23). The notion that the Zionist Jewish movement was anti-communist is a fallacy. The truth is more complex. There was a left wing and a right wing within Zionism. The rightists, like the terrorists Jabotinsky and Stern, took a fascist approach. Leftist Zionists like David "I am a Bolshevik" Ben-Gurion admired the Soviet model of Jewish power and sought to incorporate it as the political economy of the Israeli state.
"National and racial chauvinism is a vestige of the misanthropic customs characteristic of the period of cannibalism. Anti-semitism, as an extreme form of racial chauvinism, is the most dangerous vestige of cannibalism...under USSR law active anti-Semites are liable to the death penalty." (Stalin, Collected Works, vol. 13, p. 30).
The African National Congress (ANC) in South Africa was guided by two Communist Jews, Albie Sachs, "one of its foremost intellectuals"( London Sunday Times, Aug. 29, 1993) and Yossel Mashel Slovo (Joe Slovo).
Slovo was born in a shtetl in Lithuania and grew up speaking Yiddish and studying the Talmud. He joined the ANC's terrorist wing, the Umkhonto we Sizwe, in 1961 and eventually became its commander. He was named Secretary General of the South African Communist Party in 1986. ("Joe Slovo," Jewish Chronicle, Jan. 13, 1995).
Slovo had been the " planner of many of the ANC terrorist attacks, including the 1983 car bomb that killed 19 people and injured many others... Slovo, who had traveled to the Soviet Union many times, was awarded a Soviet medal on his 60th birthday...Slovo is a dedicated Communist, a Marxist Leninist without morality of any kind, for whom only victory counts, whatever the human cost, whatever the bloodshed...Slovo disputes little of his image as 'the Communist mastermind' behind the ANC's armed struggle. For him the fears of South Africa's whites are both a measure of the ANC's growing strength and a crucial factor in hastening what he believes will be its ultimate victory. 'Revolutionary violence has created the inspirational impact that we had intended, and it has won for the ANC its leading position,' Slovo said." ("Rebel Strategist Seeks to End Apartheid," L.A. Times, Aug. 16, 1987, p. 14). When Nelson Mandela's ANC took over South Africa, Slovo was named Minister of Housing.
Nelson Mandela and Joe Slovo give the clenched fist salute in front of the blood-drenched Hammer and Sickle flag of Jewish Bolshevism.
Slovo, a Yiddish-speaking Lithuanian Jew, was Secretary General of the South African Communist Party and director of the military wing of the ANC, which perpetrated numerous terror bombings against white civilians.
Mandela was hailed as a great statesman by Britain's Queen Elizabeth II in her 1996 Christmas message to the realm.
When we look at these gruesome personalities, who are only the tip of the Jewish iceberg that was Soviet Communism and who were responsible for the deaths of upwards of thirty million people; when we realize how little is written or filmed about their crimes, we begin to realize that the exclusive focus on the crimes of the Germans, real and imagined, is a function of propaganda.
If the facts about the Jewish Communist holocaust against the peasants and Christians of Russia and Eastern Europe were given massive publicity, the supposed "special evil" of the Germans would stand exposed as a racist fraud.
German actions during World War Two must be viewed in a vacuum in order for the New World Order to advance its covert objective of Jewish supremacy.
When Nazi actions are placed within the context of Jewish Communism's abominable crimes against the Christian people of Russia and Eastern Europe, the public will begin to understand that Hitler and the Nazis were a reaction, however unbalanced and excessive, to the Jewish Communist genocide against millions of Christians and peasants in the East.
This is why the crucial facts about Jewish Communism must never be documented in Hollywood films, discussed in university courses or pictured in contemporary news magazines. This is why Malcolm Muggeridge's book, an eyewitness account of the Jewish Communist holocaust against Christians, Winter in Moscow, has been tightly suppressed.
In the Sunday Telegraph (London, England: Nov. 18, 1990) the question is asked, "Why then has it (Winter in Moscow) never been republished? The answer may lie in Muggeridge's handling of what was then called the 'Jewish question.'...Winter in Moscow is acutely concerned with Jews...It was of course the case that a very disproportionate number of the early Bolsheviks were Jews and thus of commissars and apparatchiki..."
The Campaign for Radical Truth in History's documentation of these forbidden facts constitutes the chief motivation for the suppression attempts of such Stalinist censorship groups as the A.D.L. and Simon Wiesenthal Center. Both of these organizations would, if they could, have this writer jailed for publishing the documentation herein in Germany, France, or Austria. They regularly supply "intelligence files" to those governments on pro-Christian and pro-German writers. In 1995 the ADL sought to assist the prosecution of 69 year old American writer Hans Schmidt who was imprisoned in Germany for publishing a newsletter in Florida. These Jewish censors would like to have similar laws passed worldwide, resulting in the jailing of more writers and researchers who will not toe the party line or worship the Golden Calf.
To give the other side of history, the revisionist side-to give voice to the voiceless millions of dead victims of Jewish Communism-is regarded as "hateful" by the vain Zionists who demand for themselves the right to vomit forth a daily barrage of sewage upon the sacred memory of our grandparents and ancestors.
To defend against the dishonoring of our heritage and our ancestors, is surely not hate; it is the right of self-defense against psychological warfare.

Michael A. Hoffman II
P.O. Box 849
Coeur d'Alene
Idaho 83816 U.S.A.
 
Islero, el toro que mató a Manolete también se ha descubierto que era judío.:D

Cristo también era judío.

:confused:
 


http://www.libertaddigital.com/./opiniones/opi_desa_11605.html

29-XI-2002

Israel: un temible enemigo para Al Qaeda

EDITORIAL

Cuando George W. Bush, con ocasión del ataque contra el régimen talibán y las bases de Al Qaeda en Afganistán, afirmó que la guerra contra el terrorismo sería larga, quería evitar que el entusiasmo por la destrucción del régimen taliban hiciera bajar la guardia a los aliados. La caída de los talibanes supuso, sin duda, un duro golpe para Al Qaeda, y es seguro que ha evitado muchos atentados y masacres al restar capacidad operativa y de entrenamiento a los secuaces de Ben Laden.

Pero la batalla de Afganistan no fue más que el primer episodio de esa guerra contra el terrorismo. Refugiados en países y territorios musulmanes donde la ley, el orden y el respeto por los derechos humanos brillan por su ausencia (como Sudán, el sur de Filipinas, zonas de Indonesia, el norte de Nigeria, el área de Pakistán fronteriza con Afganistán, etc.), los miembros de Al Qaeda han continuado entrenándose y planeando masacres contra los judíos y los “cruzados”.

La matanza en la isla de Yerba, la masacre de Bali y el ataque a un petrolero francés en Yemen son pruebas evidentes de que Al Qaeda, pese a haber recibido un duro golpe, está lejos de haber perdido su operatividad. Y sería un gravísimo error considerar la matanza de israelíes el jueves en Kenia, cometida desde el vecino estado integrista de Sudán por una organización pantalla de Al Qaeda llamada “Ejército de Palestina”, como un episodio más del “problema palestino”. La coincidencia de la masacre del hotel de Mombasa con el asesinato de al menos cinco israelíes en el norte de Israel a manos de terroristas de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa –el brazo armado de Al Fatah, la organización de Arafat– frente a una sede del Likud –que celebraba elecciones internas donde Sharon derrotó ampliamente a Netanyahu– indica que los terroristas palestinos y Al Qaeda mantienen con toda seguridad un estrecho contacto.

Hasta ahora, Israel se había mantenido oficialmente al margen de la guerra contra el terrorismo impulsada por Bush y sus aliados. En primer lugar porque los israelíes ya tenían bastante con combatir a Hamas, la Yihad y Al Fatah; y en segundo lugar, porque su participación hubiera puesto en peligro la frágil coalición contra Afganistán, que necesitó de neutralidad o la colaboración de países como Pakistán, no precisamente neutrales en cuanto a la causa israelí. Pero es probable que la matanza de Kenia acabe con la forzada neutralidad de Israel, cuyo Gobierno no está dispuesto a observar pasivamente cómo masacran a sus ciudadanos más allá de sus fronteras. Un indicio de ello son las declaraciones del embajador de Israel en España a La Linterna de la Cadena Cope. El diplomático señaló que el terrorismo, lejos de ser un problema local, concierne al conjunto de la comunidad internacional, pues todos las organizaciones terroristas, al perseguir el mismo fin –la destrucción de Occidente– mantienen contactos entre sí y se apoyan unas a otras, constituyendo una especie de fraternidad mundial de criminales. Por ello, es deber de la comunidad internacional aunar esfuerzos para combatir cualquier manifestación del terrorismo.

No es descabellado, pues, que el Mossad, –el servicio de inteligencia israelí, que tiene fama de ser el más eficaz del mundo– entre pronto a formar parte activa de la red de intercambio de información que los servicios secretos occidentales pusieron en funcionamiento a raíz del 11 de septiembre; ni tampoco que el Gobierno israelí tome pronto alguna represalia contra Al Qaeda. Acostumbrados por la fuerza de la necesidad a ejercer activamente el derecho a la legítima defensa, los israelíes son un temible enemigo para Ben Laden y los mejores aliados concebibles en la guerra contra el terrorismo. Sin embargo, puede que la entrada de Israel en la guerra haga tambalearse la precaria neutralidad de Arabia Saudí y de las monarquías del Golfo, principales financiadores y difusores de la versión integrista del islam entre los inmigrantes musulmanes en el mundo occidental así como en los estratos sociales menos favorecidos de los países musulmanes, precisamente el caldo de cultivo donde Al Qaeda recluta a sus miembros y partidarios.

Será entonces cuando EEUU y el mundo occidental tengan que elegir entre un amigo y fiel aliado como Israel o amigos de conveniencia como Arabia Saudí. Saavedra Fajardo, a la hora de elegir partido, recomendaba en sus Empresas Políticas apoyar siempre a quienes nos pidan ayuda y rechazar a quienes nos exijan u ofrezcan sólo neutralidad. Los primeros son amigos en apuros que en el futuro devolverán el favor. Los segundos son enemigos potenciales que no desean ver crecer nuestra fuerza e influencia y que, por supuesto, no nos devolverán el favor.

 
Paz.

La verdad veo muy dificil que Estados Unidos deseche a los Judios por sus petroleros amigos arabes, si bien requiere el petroleo de estos, la comunidad judia en estados unidos es ENORME y de ENORME influencia en todos los aspectos (Econominos, POliticos, informativos que es un eje de poder, etc.)

Asi que EUA es un segundo israel asi como rusia, claro con algunas pequienias asperesas sin importancia.

Al fin y al cavo, si Saudiarabia no coopera, pues simplemente le hacen guerra estos "gringos" y le endilgnan como Irak un bloqueo de intercambio petroleo-comida(muy conveniente a occidente).

La guerra no es buena ni ganada dicen algunos, pero los estados unidos lo que menos que necesitan es un buen pretexto para iniciarla.

Bendiciones
 
Autocrítica Israelí

http://www.prensaveraz.com/Critiques/action_65.asp


En el marco de las operaciones antiterroristas en territorio palestino, las Fuerzas de Defensa Israelíes eliminaron a Salah Shehada; uno de los más cruentos terroristas preso en 1994/ 1998 y liberado por Arafat.

En el marco de las operaciones antiterroristas en territorio palestino, las Fuerzas de Defensa Israelíes eliminaron a Salah Shehada; uno de los más cruentos terroristas preso en 1994/ 1998 y liberado por Arafat. Era el líder del brazo militar de Hamas y responsable directo del planeamiento y ejecución de docenas de atentados donde fueran asesinados deliberadamente cientos de civiles israelíes.

Ante la decisión del Régimen de Arafat de liberar a los terroristas de las cárceles palestinas, financiar sus atentados y encubrirlos para que no sean arrestados; las eliminaciones selectivas de los terroristas son la única alternativa de Israel para proteger a su población civil contra nuevos atentados.

Las operaciones israelíes se dirigen contra los terroristas. Hay una fuerte y clara política de restricción para evitar victimas civiles palestinas, especialmente considerando que los terroristas se esconden en campos de refugiados y casas de familia.

Ante el triste desenlace de la ultima operación contra Salah Shehada, uno de los oficiales israelíes declaraba que "...de haber sabido el resultado, por supuesto que no se habría llevado a cabo la operación”. El resultado inesperado fue que el edificio en el que se encontraba la vivienda del terrorista se derrumbó parcialmente ocasionando víctimas entre los civiles Palestinos. Israel hizo una dura autocrítica y elaboró una comisión que estudiará el porque del trágico error en el que perdieran la vida y resultaran heridos numerosos civiles Palestinos.
 
El Alzheimer del pueblo palestino
por Marcos Aguinis



cortesia de http://antesdelfin.com/Alzheimer.html

Un chiste macabro dice que la enfermedad de Alzheimer brinda un gran beneficio: sólo permite conocer gente nueva... Pero causa el enorme daño de borrar la propia historia. Y esto no es un chiste. La tragedia palestina, al marginar la historia, obtura sus vías de solución. Se ha dicho que los palestinos “no pierden la oportunidad de perder la oportunidad”. Y esto es así porque no recuerdan sus propios errores y, en consecuencia, no advierten que pueden hallar su independencia y prosperidad a la vuelta de la esquina.

¿Qué cosas tan importantes han olvidado? Por razones de espacio, sólo puedo brindar una síntesis.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Palestina estaba bajo el mandato colonial de Gran Bretaña. La comunidad judía profundizó su lucha emancipadora porque, desde finales del siglo XIX, venía construyendo su Estado y no aceptaba algo que no fuera la independencia. Había fundado centenares de kibutz, escuelas, hospitales, caminos, granjas, teatros, forestó yermos, canalizó el agua y hasta edificó Tel Aviv sobre dunas de arena. Creó la primera universidad, la primera orquesta sinfónica y el primer instituto científico del Medio Oriente. Tenía aparato administrativo y Fuerzas de Defensa. Gran Bretaña, que contaba con el apoyo de la comunidad árabe de Palestina y de la Liga Árabe que ella misma había ayudado a fundar, elevó el problema a las Naciones Unidas con la esperanza de que condenasen las pretensiones judías y pudiese continuar su mandato.

Se formó un comité integrado por países neutrales que recomendó el fin del tiempo colonial británico y la partición de Palestina en dos estados: uno árabe y otro judío. Las fronteras del Estado judío fueron dibujadas según las poblaciones predominantemente judías y el resto fue adjudicado al Estado árabe. Ambos se mantendrían unidos por cruces territoriales y la complementación económica.

¿Qué pasó? Los judíos aceptaron el veredicto. Aunque no se les hacía un regalo, porque Israel ya existía gracias al sudor de sus habitantes, se legitimaba su anhelo de soberanía. Los árabes, en cambio, rechazaron la oferta y proclamaron su intención de arrojar a todos los judíos al mar. En efecto, apenas Israel proclamó su independencia, siete ejércitos árabes violaron la decisión de las Naciones Unidas y se arrojaron sobre el exiguo territorio. Los judíos carecían de armas: nadie se las vendía porque consideraban imposible que pudiesen sobrevivir. El único país que accedió a proporcionárselas fue Checoslovaquia, porque suponía que el socialismo del flamante estado lo llevaría a la órbita soviética.

En conclusión, si la agresión árabe hubiese triunfado, no existiría Israel. Pero la historia fue distinta. La guerra la quisieron y forzaron los árabes, no Israel. Y perdieron. Ahí comenzó la tragedia palestina. Por culpa de sus dirigentes. De haber actuado con sensatez, en 1947 ya hubieran tenido su estado propio.

Luego de la derrota, los países vencidos se apoderaron de lo que quedaba de Palestina. Gaza pasó a ser administrada por Egipto y Cisjordania fue anexada al reino de Transjordania, que cambió su nombre por Jordania. En consecuencia, los territorios que hubieran correspondido al Estado árabe palestino fueron devorados por esos dos países, no por Israel. Pero durante 18 años ni una sola voz egipcia, jordana o palestina reclamó convertirlos en un Estado independiente con Jerusalén Este de capital. Jerusalén Este había quedado en manos jordanas, pero no fue convertida en su capital ni fue a visitarla ningún jefe de Estado árabe; era un villorrio marginal donde, eso sí, se destruyeron las centenarias sinagogas, se arrancaron lápidas del Monte de los Olivos para construir letrinas y se prohibió el acceso de los judíos al Muro de las Lamentaciones.

Los palestinos perdieron otra vez la oportunidad de proclamar su Estado en Gaza y Cisjordania. Llegó el año de 1967. Los Estados árabes, impulsados por el entonces presidente de Egipto, Gamal Abdel Nacer, decidieron terminar con Israel. Bloquearon el Golfo de Akaba y exigieron el retiro de las tropas de Naciones Unidas que evitaban el encontronazo de los enemigos. Pese a los desesperados ruegos de Israel, las Naciones Unidas se marcharon y dejaron libre la ruta de la matanza. Pero Israel, que no tenía vocación suicida, no esperó a que fuera demasiado tarde, a que la mano del verdugo lo agarrase del cuello. Estalló la Guerra de los Seis Días.

La victoria israelí fue impresionante. Pero no cambió la realidad: Israel seguía siendo un pequeño Estado en medio del océano árabe. En consecuencia, tendió la mano a sus enemigos y ofreció negociaciones de paz que incluían la devolución de territorios. Los líderes árabes se reunieron en Jartum para dar su respuesta. Y la respuesta fueron los arrogantes y famosos “tres noes”: no al reconocimiento, no a las negociaciones y no a la paz con el Estado de Israel.

Los palestinos volvieron a perder esa oportunidad. Ahora olvidan que un halcón como Menahem Bejín, para obtener la paz con Egipto, le reintegró generosamente hasta el último grano de arena del Sinaí. Y que además le obsequió pozos petrolíferos, rutas, aeropuertos, los complejos turísticos de Taba y Sharm El Sheik, desmantelando incluso la ciudad judía de Yamit, construida entre Gaza y el Sinaí. Vale la pena recordar que quien estuvo a cargo de la penosa tarea de sacar a los colonos israelíes de la península fue el entonces general Ariel Sharon.

Debo obviar otros hechos para referirme a la última, magnífica y ya olvidada oportunidad desperdiciada. Sucedió en Camp David II. El primer ministro israelí, Ehud Barak, más pacifísta que Rabin, le ofreció a la Autoridad Nacional Palestina todo lo que pretendía (menos la autodestrucción, por supuesto). Arafat replicaba con un monocorde no. Clinton le reprochó, irritado: “Basta de decir no: haga sus propias propuestas”. No las hubo. No las hubo porque hubieran conducido a la paz.

El líder Israelí volvió triste: había ofrecido sin resultado mucho más de lo que su pueblo aceptaría. Arafat volvió alegre porque continuaría la guerra que lo mantiene en la primera página de los diarios de todo el mundo. Su vida de combatiente le otorga más laureles que la aburrida administración de un país. Era obvio que pocos días después iba a lanzar la segunda, innecesaria y criminal Intifada.

Digámoslo sin cobardía: entre la creación de un Estado palestino pacífico y la promocionada Intifada, ¡Arafat eligió la Intifada! Si ahora no existe un Estado palestino independiente es por voluntad de la dirigencia palestina, no de Israel. Hay que denunciar esta verdad simple y dura. De lo contrario, se ahondará en la estéril tragedia que enluta al Medio Oriente y demora una solución que está al alcance de la mano.

La enfermedad de Alzheimer impide recordar que esta Intifada fue decidida antes de Camp David, como confesó el ministro palestino de Comunicaciones. No estalló contra Sharon, que ni siquiera era ministro, sino contra el pacifista Barak, quien durante los cinco meses que le quedaban en el gobierno recurrió a todas las declaraciones y negociaciones posibles, directas e indirectas, para que cesara la violencia y continuara el proceso de paz. No hubo caso, no hubo un solo día sin ataques palestinos y el efecto inevitable fue el triunfo electoral del primer ministro Ariel Sharon.

Desde hace décadas, en Israel actúa el Movimiento Paz Ahora, que dinamiza a un millón de adherentes. ¿Qué movimiento por la paz existe entre los palestinos? No pido que reúnan 100 mil, ni 10 mil. ¡Me conformaría con sólo mil! Pero eso no es posible porque su dirigencia ha estimulado la pérdida de memoria y un desmesurado crecimiento del odio. Los palestinos, después de cada nueva frustración, se dedican a matar judíos. “Habrá paz”, dijo Golda Meir, “cuando amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros”. Esta también es una simple y dolorosa verdad."
 

http://www.libertaddigital.com:83/ilustracion_liberal/articulo.php?id=239

Nº 11 - ANTISEMITISMO E INTEGRISMO MUSULMÁN
El antisemitismo después del 11 de Septiembre

Por Federico Jiménez Losantos


¿Qué tiene Yasser Arafat para suscitar tanta simpatía, tanta comprensión, tanto apoyo político entre los países de la Unión Europea, empezando por la propia España? ¿Qué tiene el viejo jefe de la OLP, de Al Fatah y de otras marcas publicitarias -Tanzim, Brigadas de Mártires de Al- Haksa- del terrorismo palestino desde hace medio siglo para concitar tantos respaldos de países que ni de cerca ni de lejos tienen que ver con los palestinos? ¿Ha sido un héroe civil, un gran pacificador en tiempos de guerra? No, porque Arafat siempre ha elegido el bando de la guerra, regular o preferiblemente terrorista, frente al de una paz real, estable y duradera. Nunca ha defendido la causa de la paz entre los suyos y cuando la ha firmado con Israel, nunca la ha cumplido. Su último rechazo en el último proceso de paz tuvo lugar en Camp David, con el entonces Presidente de los USA William J. Clinton como anfitrión, cuando ante las generosas propuestas del primer ministro israelí Ehud Barak de autonomía total para el 98% de los antiguos territorios ocupados y un estatuto especial para Jerusalén, fingió que reflexionaba y negociaba pero en realidad hacía meses que había preparado y decidido lanzar la Segunda Intifada contra Israel.

Incluso cercado en Ramala por el Tsahal, el ejército israelí, Arafat se permitió la bravuconada de decir que su lucha sólo terminaría cuando "algún cachorro o alguna flor" (niño o niña en la cursi terminología guerrillera) "hiciera ondear la bandera palestina sobre las iglesias y mezquitas de Jerusalén" (se supone que las sinagogas habrían sido destruídas y su culto prohibido por los simpáticos cachorros y las delicadas florecillas de Arafat.

No, no es por su voluntad de vivir en paz con los judíos, ni siquiera con los países árabes (los jordanos, por ejemplo, llegaron a matar catorce mil palestinos cuando amenazaron el trono de Hussein, que los había acogido) por lo que Arafat provoca tan generalizada simpatía entre la clase política y la opinión pública de muchos países occidentales, comenzando por los europeos.

¿Será tal vez por su defensa de la libertad, por su apego a la democracia como método para resolver las diferencias políticas? No. Jamás se ha sometido Arafat a un régimen de elecciones periódicas y libres; nunca ha existido una pluralidad legítima de partidos políticos palestinos bajo su protección; y tampoco ha vacilado Arafat en asesinar a sus adversarios palestinos o a sus rivales dentro de la OLP y Al Fatah. Y, ciertamente, nada parecido a la democracia ha existido en los territorios entregados hace algunos años a la Autoridad Nacional Palestina, presidida y dirigida personalmente por Arafat, empezando por la pública rendición de cuentas. Nunca ha explicado en qué y cómo se han gastado los inmensos fondos donados por la comunidad internacional para la construcción de infraestructuras básicas y la atención de las necesidades de la población civil. Salvo propaganda, aleccionamiento político-militar y compra de armas al por mayor (hasta un barco entero fue capturado con un inmenso alijo de armas encargado personalmente por Arafat), no se sabe dónde ha ido a parar tanto dinero, salvo los lujosos chalés y caros objetos de consumo que los dirigentes palestinos se han adjudicado a si mismos, se supone que previo pago de su oneroso importe. En fin, que tampoco como demócrata, como defensor de las libertades civiles o como honrado administrador de fondos públicos puede suscitar admiración o simpatía Yasser Arafat.

¿Y cómo organizador de la economía? ¿Ha mejorado las condiciones de vida de su pueblo? Ha sabido conducir o favorecer una actividad económica que evite a los palestinos depender de la caridad internacional? ¿Ha creado una infraestructura productiva que permita a los palestinos crear sus propias empresas, competir internacionalmente, ganarse bien la vida según las normas de la economía moderna? En absoluto. Se da la paradoja de que ningún pueblo árabe ha dispuesto de tantas becas y ayudas económicas para conseguir titulados universitarios en los mejores centros del mundo. Y sin embargo, esa capacitación intelectual y profesional no se ha traducido en la organización de una administración y un empresariado moderno. Todo lo contrario: los ingresos fundamentales de los palestinos en los territorios de Arafat provienen de trabajar en territorio israelí como mano de obra no cualificada. Viven de la ayuda internacional o, cuando trabajan, de los salarios de Israel. Como economista no es lo que se dice una lumbrera ni puede provocar en Occidente la menor consideración. Todo lo contrario. Es el peronismo con turbante, el castrismo mirando a la Meca, la ruina con kefir.

¿Como caudillo militar, entonces? ¿Cómo invicto guerrillero que en el campo de batalla o en las trincheras haya conducido una y otra vez a sus tropas a la victoria? Pues no. Todas las guerras en las que ha participado Arafat han concluido en sangrientas derrotas, donde los que más muertos han cosechado han sido precisamente los palestinos. A veces, a manos de Israel y otras veces a manos de los países árabes, sus presuntos aliados, que no han dudado en masacrarlos cuando se han convertido en un problema político y militar dentro de sus fronteras. Los árabes han matado probablemente muchos más palestinos que los propios judíos. En cambio, los palestinos han asesinado a más judíos que todos los países árabes y grupos musulmanes juntos, aunque no de forma regular y en el campo de batalla, sino mediante el terrorismo. Pero los palestinos, bajo la dirección de Arafat, sólo han cosechado la dudosa gloria de vender como victorias algunas de sus humillantes derrotas, como su expulsión del sur del Líbano, posterior en años a la matanza en Jordania del "Septiembre Negro". Nombre éste adoptado luego por los terroristas palestinos, pero no para vengarse de los jordanos que los degollaron en masa sino para asesinar a una docena de deportistas israelíes desarmados en la Villa Olímpica de Munich. La última apuesta militar de Arafat fue su apoyo incondicional a Sadam Hussein en la invasión de Kuwait y contra la coalición internacional que lo derrotó en la Guerra del Golfo. Sólo Arafat entre los países árabes defendió hasta el final la causa del genocida iraquí. Sólo él pidió al sanguinario dictador que disparase misiles "Scud" contra las ciudades israelíes, y sacó a la calle a su gente para celebrar los pocos que lograron llegar a ellas y provocar muertos y heridos. Como siempre y desde siempre, Arafat también perdió esa guerra. Su estrella militar tampoco es, pues, lo que puede conmover o entusiasmar a los países que públicamente lo apoyan.

¿Se ha distinguido entonces Arafat por su lucha contra el terrorismo, salvaje expresión de la incivilidad, escuela y morgue de la violencia, negación de la libertad individual y la pluralidad política en todas las sociedades? ¿Es su denodada tarea en la represión del terrorismo, que tenía encomendada por mandato internacional en los territorios entregados a la Autoridad Nacional Palestina, lo que suscita el aprecio y el afecto de tantos países occidentales? Tampoco. Más bien todo lo contrario: ha protegido a cualquier terrorista palestino y ha dirigido personalmente a la mitad de los terroristas, suicidas o no, que en los últimos años se han dedicado a asesinar israelíes. Su complicidad con el terrorismo, especialmente en el asesinato de un ministro de Israel ha sido el hecho desencadenante de la intervención militar israelí en Gaza y Cisjordania.


El dudoso mérito de matar judíos

Y si no tiene ningún mérito de tipo político, económico, civil o militar, ¿qué ha hecho Arafat a lo largo de su vida para cosechar tantas simpatías reales y oficiales en Europa? ¿Cuál ha sido su actividad fundamental? ¿Cuál sigue siéndola, todavía hoy? Una sólo: matar judíos. Cierto que también ha matado palestinos, en número impreciso aunque abundante, y cierto también que gente de otras naciones, razas y religiones han caído bajo las balas o las bombas del terrorismo dirigido personalmente por Arafat, pero sobre todo han sido judíos. Siguen siéndolo, todavía hoy. ¿Y puede un mundo como el occidental, que ha hecho de Hitler la encarnación política del Diablo y de Auschwitz la versión laica del Infierno, bendecir y proteger a alguien cuyo única tarea histórica ha sido objetivamente la misma: matar judíos?

Ya lo creo que puede. Del mismo modo que ha podido y puede distinguir el terror de Stalin y Hitler, defendiendo además el uno como efecto e incluso como remedio del otro, nunca como equivalente; de la misma forma que el Gulag ha sido ocultado durante décadas, cuando no abiertamente negado por los partidos comunistas y la izquierda "progresista" internacional; del mismo modo que ha convertido en Bestia a Pinochet y en Ángel a Fidel Castro; del mismo modo que ha instalado en las aulas y en los periódicos, en las televisiones y en las conciencias una suerte de esquizofrenia ética para que los asesinados se conviertan en muertos si el arma que los mata es "progresista". Y siempre mediante esa síntesis casi perfecta de desinformación y censura que ha dado en llamarse "corrección política", que se halla identificada hoy con todos los mitos pro-soviéticos de antes de la caída del Muro, empezando por la "lucha anti-imperialista" de la que Arafat y su OLP era destacadísimo símbolo, junto al "Che", Fidel Castro, Salvador Allende, Ho Chi Minh y demás panoplia del Mayo del 68, cuna apócrifa de tantos barbados izquierdistas de ayer que son los canosos diputados, catedráticos, directores de periódicos, burócratas y millonarios "progresistas" de hoy.

En la mitología estúpida pero coherentemente totalitaria del "sesentayochismo" Israel tenía asignado su rinconcito "progresista": el kibbutz, institución de corte soviético precursora de las ONG en vivir de la subvención y en exhibir una buena conciencia blindada, avasalladora y contagiosa. Así cautivó a muchos universitarios que peregrinaban un verano como "kibbutzim" a Israel y al siguiente, o al otro, como "turistas revolucionarios" a La Habana. Había que ser anticapitalistas, antiliberales, antiburgueses y antidemócratas, es decir, comunistas, pero bajo especie exótica. Y a cambio de Moscú -pese a todo siempre al fondo, con la Revolución de Octubre momificada cuanto mitificada en la Plaza Roja- valía cualquier lugar teñido simbólicamente de rojo: Hanoi, Argel, Trípoli, Managua, Pekín... hasta Jerusalén.

La izquierda apoyaba a los palestinos que mataban judíos para destruir Israel y a los judíos "progresistas" que defendían Israel. Eran "contradicciones inevitables en la construcción mundial del socialismo", que la jerga izquierdista resolvió con una fórmula mágica: no se atacaba Israel sino el Estado Sionista, no se cultivaba el antisemitismo sino el antisionismo. Así la buena conciencia "antifascista" (Made in Komintern) quedaba a salvo. Y, naturalmente, se podía y se debía matar judíos. Era un derecho y una obligación de los palestinos, esencialmente de la OLP y Arafat, que recibían el apoyo y la simpatía sin fisuras de todas las fuerzas "progresistas" del mundo. ¿Ha cambiado algo de entonces a hoy? Cayó el Muro, llegó el Once de Septiembre... y Arafat sigue matando judíos. Y Europa y buena parte del mundo siguen respaldándole.

Ese apoyo a Arafat es hoy una corriente con tres afluentes principales: el antisemitismo ancestral que comparten implícita o explícitamente sociedades islámicas y cristiano-laicas; la ideología tercermundista y antioccidental de cuño soviético que la izquierda de todo el mundo revive como "lucha antiglobalización"; y, aunque de forma inconfesada, el efecto de terror producido en Occidente por el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York. La forma en que se presentan y canalizan ante la opinión pública internacional esas tres corrientes ideológicas y políticas es aparentemente inocua y devastadoramente eficaz: el cultivo sentimental de la imagen del palestino, bien como víctima injusta de la represión de Israel, bien como victimario terrorista justificado por esa misma represión y al que su condición suicida confiere la legitimación del "martirio" a costa de la invisibilidad de las víctimas despanzurradas de su acción criminal.

Siguiendo los medios de comunicación de masas de Occidente, hay práctica unanimidad en que los palestinos no hacen lo que quieren hacer (es decir, matar judíos) sino lo que "no tienen más remedio que hacer"; no masacran indiscriminadamente a civiles israelíes desarmados sino que supuestamente defienden a civiles palestinos desarmados de la permanente masacre a que les somete el ejército israelí; tampoco quieren destruir Israel sino "recuperar su tierra" (que nunca fue suya de hecho ni de derecho) y crear un Estado Palestino que nunca existió y que siempre se negaron a admitir el mundo árabe, la OLP y el propio Arafat, por considerarlo incompatible con la existencia del Estado israelí.


Los réditos del terror

El factor nuevo con respeto al antisemitismo ancestral de las sociedades musulmanas y cristianas y al "antisionismo" con que la izquierda prosoviética y tercermundista lo rebautiza para disimularlo es el 11 de Septiembre. Era inevitable que un hecho de esa magnitud real y de esa intensidad simbólica tuviera un efecto muy serio sobre el mundo occidental, ferozmente agredido y desafiado por el terrorismo islámico. Lo que no sabíamos era cómo se haría visible, a través de qué fenómeno se manifestaría la huella del terror en las conciencias de los ciudadanos occidentales y en la opinión pública de los países supuestamente identificados con las víctimas de Manhattan, no tanto con las del Pentágono. Pues bien, ya lo sabemos. La campaña contra el Primer Ministro Ariel Sharon por su intervención militar en los territorios autónomos tras la salvaje campaña de atentados terroristas palestinos contra la población civil de Israel sólo se explica, a mi juicio, como la primera respuesta al terror sentido e interiorizado el 11 de Septiembre del 2001. Que en la opinión occidental, por antisemitismo antiguo o moderno, el llamado "antisionismo" (que desde la fundación de Israel es simple antisemitismo de izquierdas o buena conciencia antisemita pero que ahora goza de todos los créditos de la "corrección política"), se haya desatado un auténtico vendaval informativo contra las operaciones antiterroristas de Sharon podría pasar por una nueva demostración de antisemitismo antiamericano o de antiamericanismo antisemita. Pero que asistamos a una autentica reivindicación del terrorismo palestino incluído el de Arafat como si fuera el efecto y no la causa de la actuación israelí en Gaza y Cisjordania, ya es asunto muy diferente, y eso es justamente lo que está pasando. Que junto a la cosecha de manifestaciones masivas contra Israel y su política se esté desarrollando en toda Europa, especialmente en Francia, una campaña feroz contra las personas y bienes judíos, una sucesión implacable de atentados, saqueos, incendios y profanaciones contra sinagogas, centros cívicos o cementerios judíos, generalmente a manos de musulmanes pero con el silencio o la complacencia del resto de la sociedad, es cualquier cosa menos una casualidad. En rigor, creo que estamos ante manifestaciones distintas de un mismo fenómeno: la identificación de los judíos como víctimas propiciatorias y la aceptación de su sacrificio como forma de satisfacer las exigencias del terrorismo islámico tras el 11 de Septiembre.

Naturalmente, ese designio no se manifiesta como lo que es, una cesión ante el terrorismo y una concesión al propósito genocida del fundamentalismo islámico, pero hay sobrados indicios que lo prueban. El primero es que pese a que Ben Laden justificó su masacre por la "tragedia del pueblo palestino", la campaña de atentados suicidas palestinos que ha costado cientos de muertos en la población civil israelí no se ponen en relación con el resto del terrorismo islámico. No importa lo que ellos mismos dicen, no importa que tanto Hamas como Hizbolá como la OLP hayan respaldado entusiásticamente la masacre del 11 de Septiembre; no importa que los palestinos (como en la Guerra del Golfo cuando los primeros misiles "Scud" cayeron sobre la población israelí) hayan bailado en la calle para celebrar el asesinato de miles de personas en Nueva York y Washington. Esas imágenes de los palestinos festejando las hazañas de Ben Laden como antes las de Sadam Hussein han desaparecido súbitamente de las televisiones de todo el mundo, pese a que son la evidencia de la identificación de todo el terrorismo islámico contra los mismos enemigos: Israel y Occidente, los "infieles". ¿Y por qué? Pues porque separando el terrorismo antijudío del terrorismo antioccidental, o por lo menos antieuropeo, se aspira inconsciente -o no tan inconscientemente- a transferir en exclusiva sobre Israel y los judíos la amenaza terrorista global del Islam.

El mecanismo lo conocemos bien los españoles, porque lo hemos padecido durante años y seguimos viviéndolo con el terrorismo etarra. La primera concesión que se hace al terrorismo es aceptar que las víctimas no tienen importancia o que son, de alguna manera, culpables de su asesinato. El "algo habrá hecho" fue la frase ritual con que el vasco nacionalista solía encogerse de hombros ante el último asesinado por ETA. Era la época en que a las víctimas del terrorismo se las sacaba por la puerta de atrás de las iglesias. Era el tiempo en el que los gobiernos socialistas españoles negaban cualquier ayuda económica a las víctimas del terrorismo mientras la multiplicaban a las oenegés pro-cubanas, pro-sandinistas o... pro-palestinas. Era el tiempo en el que el nacionalismo llamado "democrático" justificaba, como ahora por otra parte, el terrorismo etarra por el "inmovilismo" del "Estado Español" y su "incomprensión" del "conflicto vasco". Pero el proceso de sometimiento al terrorismo o de sobrecogimiento ante él pasaba por la negación del dolor y de la identidad individual de las víctimas, que es también el punto de partida de todo terrorista: deben ser no personas para asesinarlas sin remordimientos.

Eso se está haciendo de forma sistemática y escandalosa en todas las televisiones occidentales con las víctimas israelíes del terrorismo islámico. Dejo a los estudiosos israelíes o simplemente a los amigos de la verdad una evaluación cuantitativa del tiempo que se ha dedicado en los noticiarios a los muertos de Israel y a los muertos palestinos, el espacio y el cuidado dispensados a las víctimas palestinas del ejército de Sharon y a las víctimas de los terroristas directamente dependientes de Arafat, la culpabilización de los Estados Unidos por respaldar -aun con objeciones- a Israel, mientras se presenta como lógico, normal y moralmente impecable el respaldo de los países árabes y los grupos musulmanes de todo el mundo al terrorismo antijudío siempre que sea palestino. Mientras, la única política europea ha sido proteger a Arafat.

¿O acaso no se trata de proteger a Arafat, sino más bien de buscar en la protección de Arafat la forma de "pagar la protección" del terrorismo islámico, la manera de evitar que Londres, París o Madrid sufran lo que Nueva York el 11 de Septiembre? Un dato lo avala de forma especialmente triste para los españoles, la nación que más ha padecido el terrorismo desde hace treinta años, ante la indiferencia europea y universal: el discurso de Aznar y del Gobierno español ha sido milimétricamente calcado del que los nacionalistas del PNV, Fidel Castro o los congresistas de Idaho utilizan para exculpar los crímenes etarras y transferir la responsabilidad de los muertos al Gobierno español: "hay que situar los atentados palestinos en su contexto" (no la respuesta israelí); "no todos los terrorismos son iguales" (el israelí es peor); "la solución nunca es la violencia sino el diálogo" (para Israel; para Arafat la violencia se acepta como forma peculiar de expresión política); y así todas las fórmulas que desde hace un cuarto de siglo justifican el terrorismo etarra. Las víctimas israelíes en los dos años de Intifada sobrepasan las cuatrocientas; sólo en el mes de Marzo Israel tuvo -si se tiene en cuanta la proporción de su población con la española- un número mayor de asesinados que España por la ETA durante treinta años.

Y si Aznar, que tan fervorosa y razonablemente aprovechó el 11 de Septiembre para conseguir una mayor coordinación internacional contra los terrorismos nacionales y una cooperación de los países occidentales en su lucha contra ETA, comenzando por los USA; si Aznar, que estuvo a punto de ser él mismo una víctima mortal de ETA, utiliza la jerga habitual de los nacionalistas, los izquierdistas y los indiferentes ante las víctimas del terrorismo de otros, ¿qué harán Jospin o Schroeder? Pues lo que hacen: presionar única y exclusivamente a Sharon y a los USA para que el ejército Israel se retire de Gaza y Cisjordania, como si lo que le ha llevado allí no fuera precisamente el más feroz e indiscriminado terrorismo. Se puede dudar de la eficacia y el acierto del Gobierno israelí en la represalia pero lo que hacen los gobiernos y la opinión pública europeos es negar la legitimidad de esa respuesta.


Sharon : Israel, antisionismo, antisemitismo

Y el recurso habitualmente empleado es, de puro repetido, eficaz: echarle la culpa en exclusiva a Ariel Sharon, como si no fuera el Presidente elegido democráticamente por los ciudadanos de Israel, como si no presidiera un Gobierno de concentración nacional, con la participación destacada -nada menos que la cartera de Defensa- del Partido Laborista, como si hubiera desarrollado una iniciativa particular, propia de su lunático carácter genocida y no la respuesta a la última fase de una ofensiva terrorista, la Intifada, que dura desde hace más de dos años y que a su vez fue la miserable respuesta de Arafat a la generosa propuesta de paz israelí de Ehud Barak.

En realidad, Sharon es un espantajo, una coartada para fingir que no se ataca a Israel, del mismo modo que la Izquierda viene respaldando desde hace medio siglo al terrorismo palestino como "antisionista" pero negando ser por ello "antijudía". Como si no fueran judíos todos los muertos, como si no se les matara por ser judíos, como si se pudiera distinguir el "antisionismo" teórico de su realización en 1948 en el Estado de Israel y como si desde ese mismo día los países árabes, primero por su cuenta y luego usando a los palestinos como escudo y excusa, no hubiesen tratado de destruir Israel mediante la única vía posible: vencer militarmente a su ejército y sus milicias para así exterminar o expulsar a los judíos de Palestina.

¿Y qué alternativa se ofrece a Sharon y a los israelíes a cambio de la suspensión de su campaña contra el terrorismo islámico en los territorios bajo autoridad de Arafat? ¿Qué garantías se dan a Israel de que no seguirá sufriendo la misma masacre que hasta ahora? ¿Qué seguridad dan los países árabes llamados moderados y la Unión Europea a Sharon y a su Gobierno, representantes legítimos de la ciudadanía israelí? Ninguna. La única obligación de estos judíos parece ser la misma que desde hace siglos vienen observando en la fantasía social y en la realidad política de tantas sociedades cristianas y musulmanas: dejarse matar por el único pero definitivo hecho de ser judíos. Ser el chivo expiatorio de otras muertes, ser ese "crimen cometido en común" que según Freud funda toda sociedad, el único elemento que justifica la existencia política de la Nación Árabe, el ara sacrificial sobre la que democracias occidentales y fundamentalistas islámicos podrían llegar a un compromiso para evitarse otro 11 de Septiembre y la guerra contra el terrorismo. Al cabo, matar judíos se ha hecho durante demasiado tiempo en demasiadas partes del mundo como para haberse olvidado del todo.

Pero el sacrificio de Israel sólo serviría para ganar tiempo, del mismo modo que los pogromos en la Edad Media europea o en la Rusia del XIX y el XX sólo calmaban por breve tiempo la insatisfacción popular, a la que periódicamente debían ofrecerse nuevas víctimas. Este antisemitismo "políticamente correcto" que de forma subrepticia se ha instalado en el mundo occidental después del 11 de Septiembre y que se manifiesta hoy en una política de deslegitimación pública de Israel y de ataque generalizado a los judíos es un respuesta irracional a un temor razonable -ahí están los escombros de las Torres Gemelas que no permiten dudas al respecto- pero que hay que combatir de forma tan racional como implacable. Si el terrorismo islámico se cobra la pieza de Israel, las democracias occidentales estarán más cerca y no más lejos de seguir sus pasos. El matadero no ha sido nunca reservado en exclusiva para el cordero o para el chivo. Cualquier animal, incluso el hombre o sobre todo el hombre, puede ser sacrificado. Si es "infiel" -judío, cristiano o ateo-, Alá suele verlo con simpatía insaciable.

 

http://www.libertaddigital.com:83/ilustracion_liberal/articulo.php?id=241

Nº 11 - ANTISEMITISMO E INTEGRISMO MUSULMÁN
El agresor es Europa

Por Gustavo D. Perednik


Voltaire, quien urgió a desembarazarse de los prejuicios medievales, a uno no logró vencer. Más de un cuarto de las entradas de su Diccionario Filosófico arremeten contra "el pueblo más imbécil de la faz de la Tierra, enemigos de la humanidad, el más obtuso, cruel, absurdo..." La entrada más larga es sobre (contra) los judíos, apenas el 1 por ciento de la población.

En el siglo XIX, Francia no corrigió el XVIII. Ni en su literatura socialista puede hallarse compasión por los judíos perseguidos, aun cuando ese lapso engendró seiscientos pogromos. Sobre el Caso Dreyfus, explicaba el ministro Gastón de Galliffet que "la gran mayoría de su país" es judeofóbica. Hoy también; las sinagogas no se incendian en el vacío. Hace unas semanas hubo un par de embajadores francos: Jacques Huntzinger justificó el terrorismo contra Israel, y Daniel Bernard nos llamó "el paisito de porquería culpable de los males del mundo". Por su milenaria perseverancia, la enfermedad social que envenenó los corazones de Europa, no habrá de superarse en un tris.

El judío fue percibido por siglos como un ser diabólico, brujo, réprobo de Dios, confabulador, sanguinario. El judaísmo, como una religión de venganza, "superada por la religión del amor". Hoy los prejuicios atávicos se descargan contra el judío de los países, el más censurado del planeta, el único al que se cuestiona su básico derecho de existir. Todos los países nacieron gracias a movimientos nacionales, pero a los ojos europeos el único bastardo es el sionismo.

¿Pregunta el lector qué tiene que ver la milenaria judeofobia con el antisionismo actual? El pequeño Estado cuya creación fue de apremiante necesidad para salvar millones de vidas de las garras de Europa, es el Estado que despertó en Europa la más sostenida hostilidad. La única democracia del Medio Oriente, cuyo territorio cabe quinientas veces en el de los países árabes, es el blanco de los embates.

Una delegación de periodistas europeos vino en estos días a expresar solidaridad con Arafat y, al dejar sus oficinas en Ramallah, escondieron entre ellos a trece terroristas buscados. Nadie nos pedirá disculpas. La Unión Europea regalará a la Autoridad Palestina 50 millones de euros para compensarla por la destrucción que le causó Israel. ¿Merecerá algún judío una reparación europea por las muertes que el terrorismo de Arafat ha desatado aquí con ayuda de Europa? La Unión Europea pide ceses de fuego sólo cuando Israel se defiende; las agresiones contra civiles israelíes le pasan inadvertidas.

De todos los pueblos sufridos del mundo, José Saramago ha elegido el palestino para venir a solidarizarse y comparar su situación con la de los judíos bajo el nazismo. A ningún país llegó a llamarlo "nazi", sólo a Israel.

Los "territorios ocupados" en 1967, son la excusa; no el quid de la cuestión. En 1965 los delegados soviéticos en la ONU se opusieron a que la Declaración de los Derechos Humanos incluyera una condena a la judeofobia. Más aún: exigieron que el texto denunciara como crímenes raciales "el sionismo, el nazismo y el neonazismo" (en ese orden). La única "agresión" a la que osaba Israel por entonces era su mera existencia. Pero los ataques árabes eran una constante. Arafat y su OLP ya mataban para "liberar" los territorios... que Israel aún no poseía. Europa se olvidó de que "la ocupación" fue consecuencia de la agresión árabe; no su causa.

Además, Israel ya ha propuesto reiteradamente terminar con toda ocupación y que los palestinos establezcan su Estado en paz. La respuesta fue un baño de sangre de casi dos años.


Europa y (contra) los judíos

Los enemigos de Israel no son los árabes, ni siquiera los palestinos. Los pueblos árabes están sometidos a regímenes monolíticos y violentos, sin libertad de opinión. Sabremos qué opinan verdaderamente cuando puedan expresar sin miedos sus íntimos deseos de paz. Sólo entonces habrá paz duradera. Después de todo, entre democracias, nunca hay guerras. En el mundo árabe, sus regímenes son nuestros adversarios, tanto del pueblo de Israel como de los pueblos árabes.

Mas el encono profundo, la judeofobia, proviene desde Europa. Sus pueblos sí pueden expresarse en manifestaciones, parlamentos, prensa libre. Ellos sí podrían exigir de sus representantes que dejen de agredir a Israel en su lucha por sobrevivir en este mar de tiranías. Pero no: para la mayoría de ellos, el malo de la película es este exiguo pueblo que hizo del desierto un vergel y que siempre estuvo dispuesto a transigir para construir la paz con sus vecinos.

º El Holocausto fue perpetrado específicamente por el nazismo, por Alemania en una acepción menos particular, y por Europa en términos generales. Una mancomunión entre los activos judeófobos y los silentes europeos, que posibilitó que en menos de un lustro, uno de cada tres judíos en el mundo, fuera asesinado en medio de inenarrables sufrimientos. Tierras alemanas, mares británicos, traición francesa, banca suiza, silencio vaticano.

Los estertores del Holocausto continúan. No sólo por la última ola de atentados contra sinagogas. La Comunidad Europea nos mata en Israel, por medio de legitimar las acciones más viles de quienes se empeñan en destruirnos. Y lo hacen bajo un estandarte que constituye la máxima hipocresía del siglo XX: la supuesta solidaridad con el pueblo árabe palestino.

A los europeos los palestinos les importan muy poco. No harían esfuerzos por ellos. El único país que les creó universidades y servicios, fue Israel. Cuando Jordania mató a miles de ellos o cuando Kuwait expulsó a decenas de miles, no hubo voces de solidaridad. Lo que motiva no es el bienestar palestino sino el dudoso placer de castigar a Israel. A los europeos tampoco les interesa que carezcan de Estado los cachemiros, tamiles, corsos, tibetanos, curdos, neocaledonios, ibos, vascos, aymaras, sioux, lapones o kelpers. De los cientos de naciones sin Estado, sólo los palestinos han despertado su solidaridad incondicional.

Y siempre para acusar a Israel de la situación. Los gobiernos hebreos, incluido el del demonizado Sharon, han ofrecido reiteradamente que los palestinos abandonen las bombas y se dediquen, de una vez, a establecer su Estado en paz. De nada sirve: Europa les hace creer que el único medio para lograr un Estado palestino es la violencia, aun cuando todo lo poco que los palestinos obtuvieron fue gracias a negociaciones y no a su terror. Cualquier medio estaría permitido para arrancarle a los judíos un Estado palestino: bombas en pizzerías, en fiestas de cumpleaños, en ceremonias religiosas, discotecas y escuelas. Lo que no perdonarían de ningún otro grupo, es condenable si la víctima es Israel.

La judeofobia medieval quería desalojar al judío de la sociedad; la contemporánea tiende a aislar al Estado judío de la familia de las naciones.

Mientras los líderes de centenares de pueblos son ilustres desconocidos, Arafat ha tenido la tenebrosa suerte de elegir al enemigo perfecto, uno que lo catapultó al estrellato de los medios de difusión y aun al Premio Nobel de la Paz. ¿Quién sabría de Arafat si no fuera por Europa? ¿Por qué habría de dejar de matarnos, si Europa aplaude? Europa sabe que los cabecillas palestinos se comprometieron en cinco tratados de paz con Israel a renunciar al terrorismo y a esgrimir sus demandas sólo en la mesa de negociaciones. Pero en el mejor de los casos se limita a condenar "la violencia" de ambas partes, la del agresor y la de la víctima agredida.

Explota una bomba en una discoteca en Tel Aviv, pero la BBC de Londres se las ingenia para escarbar en una guerra de hace veinte años y exigir que quien sea juzgado por "crímenes de guerra" (una matanza de cristianos contra musulmanes) sea el Primer Ministro... judío. Israelíes son baleados día a día y el ministro noruego anuncia que está permitido matarlos. Noruega boicotea sólo productos israelíes. Una iglesia de Belén acepta refugiar terroristas y el Papa pide que no se humille a Arafat.

La judeofobia no puede agotar la explicación del conflicto en el Medio Oriente. Pero desconocerla como factor influyente, es cuando menos ingenuo.

La contribución que Europa podría hacer a la paz es inmensa, si demandaran el fin de la incitación en las escuelas, la violencia indiscriminada que vino a suplantar las negociaciones, si recordara que hasta el día de hoy Israel ni siquiera figura en los mapas de los árabes, que los niños palestinos estudian en clase que Israel debe ser destruido, y que quien se suicida haciendo explotar una bomba en un ómnibus de pasajeros judíos es elogiado como modelo de "mártir sagrado".

La actual ofensiva militar israelí tiene como objetivo desmantelar esa infraestructura de la muerte. Desbandar a los grupos terroristas que actuaban con impunidad desde la región palestina. Debido a los acuerdos de Oslo, Israel importó a su territorio a los líderes palestinos, venidos desde Túnez. Los proveyó de territorio, dinero, armas y prestigio. Su respuesta no fue desarmar el aparato terrorista, sino alentarlo, entrenarlo y glorificarlo. Pero es la ofensiva israelí lo que ofende a Europa, que aspira a continuar su matricidio contra el pueblo hebreo. Uno que trasciende las explicaciones sociológicas y económicas. Por miles de años vienen matando judíos, o perdonando a quienes los matan o, como hoy, denostando a los judíos porque no se dejan matar.

Si se invirtiera en la democratización de los Estados árabes un pequeño porcentaje de lo que invirtió en la democratización de Latinoamérica, Sudáfrica y el mundo comunista, si se exigiera la legitimación del Estado judío, y el respeto a la democracia y los valores humanos, se habría avanzado hacia la paz. Aunque ése es el quid de la cuestión, Europa tiene otras prioridades.



 
El mito del pueblo palestino

El mito del pueblo palestino

El Mito Del Pueblo Palestino.
por Iejezkel Bin-Nun

cortecia de http://elreloj.com/Opinion..html

“Los palestinos dudan de que Blair pueda cumplir”, anuncia la BBC. “Cuatro palestinos mueren el en Margen Occidental”, informa la CNN. “El IDF, Ejercito de Defensa de Israel, demuele edificios usados por francotiradores palestinos”, anuncia el canal numero uno de noticias de la television, propiedad del Estado de Israel. Los medios de comunicación contemporaneos estan llenos de historias acerca de los palestinos, su dificil situacion, sus dilemas y sus luchas. Todos los aspectos de sus vidas parecen que se han puesto bajo la mirada de un microscopio. Solo una cuestion nunca parece haberse cuestionado: Quienes son los palestinos? Quienes son este pueblo que reclama como suya la Tierra Santa? Cual es su historia? De donde vienen? Como arribaron al pais al que llaman Palestina? Ahora que tanto el Presidente norteamericano George Bush y el Primer Ministro israeli, Ariel Sharon (en plena opocision de la plataforma en la que fue elegido) han apoyado la idea de un Estado Palestino, seria prudente buscar respuestas a estas preguntas.


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Por todo lo que sabemos, Palestina puede ser tan real como Disneylandia. La impresión general que dan los medios es que los palestinos, han vivido en la Tierra Santa por cientos, y sino por miles de años. No sorprende entonces, que una encuesta reciente hecha a los ciudadanos franceses, muestra que la mayoria cree (erroneamente), que antes de la creacion del Estado de Israel, existia en su lugar un estado arabe palestino independiente. Aun asi, curiosamente, cuando se trata de encontrar a la historia de este “antiguo” pueblo, es dificil ir mas atras que 1900. CNN, una agencia que ocupa un sinfín de horas de aire, por el “problema” de los palestinos, tiene una website que tiene una seccion especial sobre el conflicto en Medio Oriente llamada, “Lucha por la Paz”. Incluye una seccion prometedora que se llama “La tierra a traves de los siglos”, en la cual asegura detallara la historia de la region usando mapas. De manera extraña, los mapas que alli se encuentran no son de antes de 1917. La website de la CBS news, tiene una seccion de fondo llamada “Una lucha por la paz de Medio Oriente”. Su historia tampoco empieza antes que 1897. La NBC news tambien cuenta con una seccion de fondo llamada “Buscando la Paz” que tiene una historia que comienza en 1916. La historia de la BBC comienza en 1948. Aun asi, el argumento decisivo, deberia ser la propia website de la Autoridad Nacional Palestina. Aun si es bastante repetitiva en frases tales como “ocupacion israeli” y “violaciones de derechos humanos por parte de los israelies”, el site no ofrece practicamente nada en la historia de el asi llamado pueblo palestino. El unico articulo en el site que tiene un contenido historico es llamado, “La historia milenaria palestina del siglo 20”, que parece confirmar que antes de 1900 no existia este concepto del pueblo palestino. Mientras que los medios de comunicación actuales pueden estar un poco cortos en informacion acerca de la historia del “pueblo palestino”, el archivo historico no lo es. Libros, como el “Campo de batalla” de Samuel Katz y “De tiempo inmemoriales” por Joan Peters, detallan la historia de la region. La Tierra de Israel; lejos de haber estado asentada por palestinos por cientos de años, y porque no miles de años; de acuerdo a docena de visitantes a la tierra, hasta el principio del ultimo siglo, yacia practicamente vacia. Alfonse de Lamartine, visito la tierra en 1835. En su libro, “Recoleccion del este” escribe: “Fuera de las puertas de Jerusalem, no vimos ningun ser viviente, no escuchamos ningun sonido…” Nadie mas que el famoso autor norteamericano, Mark Twain, quien visito la Tierra de Israel en 1867, confirma esto. En su libro “Inocentes de viaje”, escribe: “Una desolacion hay aqui, que ni siquiera la imaginacion puede con gracia y pompa de vida y de accion. Hemos llegado a Tabor, a salvo... No hemos visto a ningun ser humano en todo el viaje”. Aun el consul britanico para Palestina declaro en 1857: “El pais esta de una considerable forma, vacio de habitantes y por ello es muy necesario que cuente con una poblacion...” De hecho, de acuerdo al censo oficial Turco-Otomano de 1882, en toda la Tierra de Israel, habia solo 141.000 musulmanes, tanto arabes como no arabes. Este numero disparo a 650.000 arabes en 1922, un 450% de incremento en solo 40 años. Para 1938 este numero seria de cerca de 1 millon, o un incremento de un 800% en solo 56 años. El crecimiento de la poblacion era escencialmente alta en las areas en la que vivian los judios. De donde vienen todos estos arabes? De acuerdo a los arabes este numero es por el crecimiento natural de la poblacion. En 1944, por ejemplo, ellos alegaron que el crecimiento natural (nacimientos menos muertos) de arabes en la Tierra de Israel fue de la impresionante figura de 334 por 1000. Esto haria casi tres veces los numeros correspondientes del mismo año del Libano y de Siria y casi cuatro veces los numeros de Egipto, considerado uno de los mas altos del mundo. Sin querer decir lo que viene; si el incremento masivo no era de los nacimientos naturales, entonces de donde venian todos estos arabes? Toda los puntos de evidencia dan a los vecinos paises arabes de Egipto, Siria, Libano y Jordania. En 1922 el Gobernador Britanico del Sinai hizo notar que “la inmigracion ilegal no solamente pasaba por el Sinai, sino tambien por Transjordania y por Siria”. En 1930, el Mandato Britanico, apoyo a Hope Simpson Report, que hizo incapie en que “la lista de desempleo esta siendo ampliada por los inmigrantes de Transjordania” y por la “inmigracion ilicita a traves de Siria y a traves de la frontera norte de Palestina que se esta materializando”. Los mismos arabes fueron testigos de este desarrollo. Por ejemplo, el Gobernador del distrito sirio de Hauran, Tewfik Bey el Hurani, admitio en 1934 que en periodo de solo unos pocos meses, mas de 300.000 sirios de Hauran se mudaron a la Tierra de Israel. Aun el Primer Ministro britanico, Winston Churchill hizo incapie en la inmigracion arabe. Churchill, un veterano de los primero años del Mandato Britanico en la Tierra de Israel, dijo en 1939 que “lejos de ser perseguidos, los arabes han llenado el pais llegando y se han multiplicado”. Lejos de desplazarlos, como ellos decian, los judios eran la verdadera razon por la cual los arabes eligieron asentarse en la Tierra de Israel. Los trabajos que proveian la nueva industria sionista que se habia establecido y la agricultura siendo atractivos para ellos alli, asi como la construccion israeli y las industrias proveian a la mayoria de los arabes en la Tierra de Israel, en su principal fuente de ingresos. Malcolm MacDonald, uno de los principales autores del Papel Blanco britanico de 1939, que restringia la inmigracion judia a la Tierra de Israel, admitio (conservativamente) que sino fuera por la presencia judia, la poblacion arabe seria un poco mas de la mitad de lo que actualmente era. Hoy dia, cuando por la ultima “intifada”, los arabes de los territorios menores de 35 años, no tienen permitido ingresar a los territorios pre 1967 de Israel para trabajar, el desempleo se ha disparado a un 40% y la mayoria cuenta con la ayuda europea aerea, que se les envia para sobrevivir. No solo los pre estados arabes mienten acerca de ser indigentes. Aun hoy dia, muchos de los prominentes asi llamados palestinos, parece ser, han nacido en el exterior. Edward Said, un profesor de literatura del Ivy League y uno de los mayores propagandistas palestinos, reclama hace mucho haber sido criado en Jerusalem. Claro esta, que en un articulo de Septiembre 1999, en una edicion de la revista Commentary, Justus Reid Weiner revelo que Said realmente crecio en el Cairo, Egipto, un hecho del cual el mismo Said fue mas tarde obligado a admitir. Pero porque preocuparse por Said? El propio jefe de la OLP Yasser Arafat, “lider del Pueblo palestino”, ha clamado siempre que nacio y fue criado en “Palestina”. De hecho, de acuerdo a su biografo oficial Richard Hart, como asi tambien de la BBC, Arafat nacio en el Cairo el 24 de Agosto de 1929 y alli es donde fue criado. Manteniendo este acertijo de ser una poblacion indigente, los propagandistas arabes deben hacer un poco mas de esfuerzo, que reescribir la historia. Una mayor parte de este reescribir involucra el renombre de la geografia. Por dos mil años, la region de las montañas centrales de Israel era conocida como Judea, Samaria, como lo demuestra cualquier mapa medieval del area. Aun asi, el Estado de Jordania ocupo el area en 1948 y la renombro como el Margen Occidental. Este es un nombre gracioso para una region que realmente esta en la parte este de la tierra y solo puede ser llamada “Occidental” en referencia a Jordania. Esto parece no molestarle a la mayoria de las cadenas noticiosas, que cubren la region, quienes universalmente se refieren a la region por su nombre jordano reciente. El termino “palestino” por si mismo, es una deformacion absoluta de la historia. De ser presentados a si mismos como indigentes, los colonos arabes adoptaron el nombre de una tribu canaanita, los Filisteos, que desaparecieron hace mas de 3000 años. La conexión entre esta tribu y los arabes de la epoca moderna es nula. Quien puede notar la diferencia? sin contar con una informacion historica, uno puede entender porque Yasser Arafat reclama que Jesus el cristiano, un carpintero judio de la Galilea, era un palestino. Cada año, en la epoca de las navidades, Arafat va a Betlejem y le dice a los devotos que Jesus fue de hecho “el primer palestino”. Si los palestinos son de hecho un mito, entonces surge la pregunta real: Porque? Porque inventar a un pueblo ficticio? La respuesta es que el mito del Pueblo palestino, sirve de justificacion para la ocupacion arabe de la Tierra de Israel. Mientras los arabes poseen 21 estados soberanos para ellos (mas de lo que tiene cualquier otro pueblo en la tierra) y controlan una superficie de tierra de mas de 800 veces la medida de la tierra de Israel, y esto no es parece ser suficiente para ellos. Entonces ellos tienen la necesidad de robar a los judios su unico pais, uno de los mas chicos del planeta. Desafortunadamente, mucha gente ignorante de la historia de la region, incluyendo a muchos de los medios de comunicación del mundo, no quieren ayudar en esto. Es interesante hacer incapie que la Biblia hace referencia a esta nacion ficticia que se opone a Israel. “Ellos han provocado en mi celos rezando a un no D’s, haciendome enojar con sus vanidades. Yo los provocare con una no nacion; haciendoles enojar con una nacion tonta.” (Deuteronomio 32:21). Y un segundo pensamiento mas; seria injusto comparar a Palestina con Disneylandia. Ya que Disneylandia existe realmente

.--------------------Articulo publicado por Arutz 7.www.israelnationalnews.com
 

http://www.larazon.es/lared/laredisrael.htm

sábado 7 de diciembre de 2002

Al Qaida amenaza a través de Internet con nuevos atentados contra Israel, según The Washington Post

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Ep - Washington .-

El web (www.mojahedoon.net) supuestamente vinculado a La Base (Al Qaida) anunció que esa organización cometerá atentados suicidas contra Israel, informó ayer el diario The Washington Post. El sitio, que contiene textos en árabe, resultó ayer de muy difícil acceso debido a problemas técnicos o a la excesiva demanda de los curiosos después de que The Washington Post publicase un extenso artículo sobre él y su página de entrada, en la cual aparece una foto del multimillonario de origen saudí Osama ben Laden.

Ben Laden es considerado el jefe supremo de La Base, acusada por Washington de los atentados suicidas que el 11 de septiembre de 2001 destruyeron las Torres Gemelas de Nueva York y un ala del Pentágono.

Según The Washinton Post, en el sitio de Internet atribuido a La Base se anuncia también la formación de una Organización Al Qaida Islámica en Palestina con el propósito de socavar cualquier negociación entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina, que preside Yaser Arafat. «Al Qaida Islámica en Palestina une su voz a la de los muyahidín (combatientes islámicos) en Palestina en su resistencia a las soluciones parciales y sumisas, y no aceptará otra cosa que no sea la liberación total de la tierra palestina», proclama el web, según el diario.

En este sentido, Rachel Bronson, experta en Oriente Medio en el grupo privado «Consejo sobre Relaciones Exteriores», dijo al diario que «la idea de que Al Qaida establezca una operación especial que se enfoque en Israel es horrorosa». El papel de esa organización en el conflicto árabe-israelí «podría ser extremadamente desestabilizador porque Al Qaida sumará peso al bando de Hamas», nombre con que se conoce al Movimiento de Resistencia Islámica, que se ha responsabilizado de numerosos atentados suicidas en Israel.

De hecho, el pasado día 28 en Mombasa (Kenia), un atentado suicida destruyó un hotel, con un resultado de trece muertos -entre ellos tres israelíes- y se perpetró un ataque con misiles contra un avión de la aerolínea de Israel, El Al, que despegaba con destino a Tel Aviv. «Expertos en terrorismo dicen que la entrada anunciada de Al Qaida a la lucha entre palestinos e israelíes es un acontecimiento inquietante y que probablemente llevará a más violencia», indicó The Washington Post.

 

http://www.libertaddigital.com/./opiniones/opi_desa_11796.html

Formar terroristas

La educación de los niños palestinos

Alicia Delibes


L’Arche es el nombre de una revista judía que se edita en París y se distribuye en Bélgica, Suiza, Estados Unidos, Canadá e Israel. Casualmente ha llegado a mis manos un número atrasado del año 2001 que incluía una muestra de un exhaustivo informe sobre los textos escolares que los niños palestinos estudian en sus escuelas.

El trabajo había sido realizado por el CMIP (Center for Monitoring the Impact of Peace), una ONG creada en Nueva York en 1998 que se puede encontrar en edume.org.

Los textos seleccionados por L’Arche son verdaderamente aterradores. En ellos se muestra que al niño palestino, no sólo se le enseña que los judíos son desleales y traidores por naturaleza y que han usurpado sus tierras, sino que, además, constantemente se le llama al martirio por Alá y a la guerra santa contra el infiel (“la yihad es un deber religioso de todo musulmán y de toda musulmana”). Por ejemplo, para mostrar a los niños de 9 años cómo se ha de formar el plural de una frase se les pone el modelo: “Un mártir es honrado por Alá. Dos mártires son honrados por Alá”.

Los textos de educación islámica resultan mucho más directos. En ellos se puede leer que “el martirio es la muerte de un musulmán por manos de Alá”, que “el que así muere es un mártir” y que “el martirio por Alá es la esperanza de todos aquellos que creen en Él y tienen confianza en sus promesas”.

En estos textos se pueden también encontrar poemas que llaman directamente al sacrificio:

Madre, la marcha está próxima, prepara mi ropa.
Madre, marcho ya a la muerte, no vacilaré.
Madre, si caigo no llores por mí,
pues la muerte no me asusta y mi destino es el martirio
”.

En cuanto a la educación de adolescentes, se han editado libros para la formación de profesores que están plagados de consignas bélicas:

“El alumno deberá adquirir los valores siguientes: combatir el imperialismo bajo sus diversas formas y ser guiado por las acciones de los combatiente árabes de la yihad”. “El alumno deberá hacer explícita la necesidad de la yihad para proteger a los musulmanes y preservar su religión así como definir los métodos para la difusión del islam en la población”.

En la introducción al informe, los autores dejan claro que la responsabilidad en la elección de estos libros de texto no es exclusiva de las autoridades palestinas, ya que la Unión Europea, Naciones Unidas y la UNESCO financian los programas escolares palestinos. En particular, desde los acuerdos de Oslo de 1993, es la Unión Europea quien se encarga de sostener las bibliotecas escolares y de pagar los salarios de los profesores.


 

En vista de que nadie publica la noticia en castellano, la trazuco yo del inglés. Lo que no me explico es por qué no sale en todos los medios publicados... o por qué la CNN (o cualquier otra cadena de informativos) no abre sus noticias con las horribles imágenes de los atentados palestinos en Pizzerías, discotecas, autobuses... israelíes con la pantalla llena de muertos, miembros amputados y sangre y con un gran titular que ponga: El 80% de los palestinos apoya esto.

¿Por qué las ONG´s guardan silencio, por qué la Onu guarda silencio, por qué Europa guarda silencio, por qué los izquierdistas guardan silencio, por qué los antiglobalización guardan silencio...?

Aquí les pego la noticia traducida que no aparece en otros medios:

http://story.news.yahoo.com/news?tmpl=story&u=/ap/20021218/ap_wo_en_po/me_gen_palestinian_poll_2

Los Palestinos apoyan los ataques suicidas con bomba y la violencia en contra de Israel
Miércoles 18 de Diciembre, 9:47 AM ET

JERUSALEM - La mayoría de los Palestinos cree que los ataques suicidas com bombas contra Israel están justificados y sólamente un puñado apoya el fin de la violencia que ya se ha tomado más de 2.700 vidas en ambas partes, de acuerdo a una encuesta publicada el Miércoles.

Sobre el 63% de 1.200 Palestinos encuestados decían que los ataques suicidas com bomba deberían continuar y sólamente el 17% decía que estaban en contra de la intifada, 26 meses de violencia que ha tomado las vidas de 1.997 Palestinos y 685 Israelíes. El 80% dijo que la intifada debería continuar.

La encuesta también reflejó un extendido sentimiento de desilusión en los Palestinos sobre sus propios líderes.

Una inmensa mayoría -- el 83% de los encuestados -- cree que hay corrupción en la Autoridad Palestina, y el 30% dice que ellos no creen en ninguno de sus líderes -- más de los que se identifican con Yasser Arafat como "su figura Palestina más apoyada".

Arafat fué elegido por el 25% de los Palestinos, una delgada decadencia de popularidad desde Septiembre, cuando el 28% de los Palestinos encuestados le pusieron en el primer lugar de la lista.

La encuesta decía que el segundo Palestino más apoyado, con el 11.5%, es Sheikh Ahmed Yassin, fundador y líder espiritual de Hamás. El tercero fue Marwan Barghouti, líder de Al-Fatah encarcelado en Israel con un 5%.

Más del 56% de los que han respondido dicen que esperan que Arafat sea reelegido presidente si se hicieran elecciones democráticas, una leve caída de un 4% desde Septiembre.

La encuesta de 1.200 Palestinos en el Banco Este y en Gaza fue realizada por la empresa de encuestas JMCC entre el 8 y el 12 de Diciembre y tiene un margen de error de un 3%.





Palestinians support continued suicide bombings, violence against Israel
Wed Dec 18, 9:47 AM ET

JERUSALEM - Most Palestinians believe suicide bombings against Israel are justified and only a handful support ending the violent uprising that has claimed nearly 2,700 lives on both sides, according to a poll released Wednesday.

Some 63 percent of 1,200 Palestinians surveyed said suicide bombings should continue, and only 17 percent said they oppose the intefadeh, 26 months of violence that has claimed the lives of 1,997 Palestinians and 685 Israelis. Eighty percent said the intefadeh should continue.

The survey also reflected widespread disillusionment among Palestinians with their own leadership.

An overwhelming majority — 83 percent of people surveyed — believe there is corruption in the Palestinian Authority (news - web sites), and 30 percent said they do not trust any of their leaders — more than those who identified Yasser Arafat (news - web sites) as their "most trusted Palestinian figure."

Arafat was chosen by 25 percent of Palestinians, a slight decline in popularity from September, when 28 percent of Palestinians surveyed placed him at the top of the list.

The poll said the second-most trusted Palestinian, with 11.5 percent, is Sheikh Ahmed Yassin, founder and spiritual leader of Hamas. Third was Marwan Barghouti, a Fatah (news - web sites) leader jailed in Israel, with 5 percent.

Some 56 percent of respondents said they expect Arafat to be re-elected as president if democratic elections are held, a slight drop of 4 percent from September.

The survey of 1,200 Palestinians in the West Bank and Gaza was done by the JMCC polling firm between Dec. 8 and 12 and has a margin of error of 3 percentage points.

 

http://es.news.yahoo.com/fot/ftxt/20021217103604.html

17 de diciembre de 2002, 10h36

Yahoo! Noticias


Netanyahu acusa a Arafat de no querer la existencia de "dos Estados" sino sólo de Palestina

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ROMA, 17 (EUROPA PRESS)

El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Benjamin Netanyahu, acusó al presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, de no haber querido nunca "dos Estados" sino sólo la existencia de Palestina, mientras que aclaró, en una entrevista que publica hoy el diario italiano 'La Stampa', que los israelíes "no queremos gobernar a los palestinos".

"Hemos tratado de todas las maneras posibles de convencer a Arafat para que acabe con el terrorismo con vistas a un regreso a las negociaciones" pero él, añadió, "ha continuado fomentando, exaltando y financiando el terrorismo".

"Arafat, salvo cuando yo le obligué a cesar el terrorismo en los tres años de mi mandato como primero ministro, nunca ha deseado verdaderamente dos Estados, sino un sólo Estado, Palestina", declaró, subrayando que el 'rais' palestino pensaba que los palestinos podrían expulsar de sus territorios a los israelíes al igual que la milicia radical chií Hezbolá les expulsó de Líbano. Ahora bien, añadió, "para ser claros, nosotros no queremos gobernar a los palestinos".

Por otro lado, preguntado sobre si lo que quería era exiliar al líder palestino o incluso acabar con su vida, Netanyahu aseguró que nunca había dicho eso, sino que en su opinión, "Arafat debería retirarse".

En este sentido, apuntó la posibilidad de que "la destitución del presidente iraquí, Sadam Husein, podría cambiar el panorama general en Oriente Próximo, ayudando a la llegada de un proceso de democratización".

El ministro israelí rechazó considerar la presencia de tropas israelíes en Belén como "un castigo colectivo", afirmando que se trata de una forma de "abrir la ciudad todo lo que se puede", ya que "los musulmanes han expulsado a la mayor parte de los cristianos" de ella. Según explicó, el Gobierno israelí "se limita a responder al terrorismo" y a las informaciones con que cuentan los servicios de inteligencia sobre la presencia de terroristas en esta ciudad. "Si nos vamos de allí, tendremos casi con toda seguridad un nuevo atentado desde Belén", añadió, subrayando que muchos de los kamikazes palestinos procedían de esta ciudad. "No creo que los cristianos quieran festejar la Navidad con una explosión y con nuevos muertos inocentes", matizó.

Por otro lado, Netanyahu admitió que en su "intento de defenderse" del "continuo ataque terrorista", Israel "causa pérdidas no deseadas combatiendo en condiciones difíciles". Pero, agregó, "hay una gran diferencia con la planificación sistemática de ataques contra la población civil".

En cuanto a la muerte de niños en las operaciones militares israelíes, apuntó que esto se debe a que "los terroristas se esconden en medio de la población civil". En cuanto a sus diferencias con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, que le derrotó en las primarias de su partido, el Likud (derecha), Netanyahu aseguró que tiene "muchos puntos en común" con Sharon aunque también tienen diferencias. Los dos coincidimos en que se abrirían muchas posibilidades nuevas si las organizaciones terroristas fueran desmanteladas realmente, se cambiase el régimen y naciese un gobierno democrático, si hubiese una reforma visible y si tuviese lugar una desmilitarización", precisó.

Netanyahu llegará esta noche a Roma, primera etapa de su gira europea que le llevará a continuación a París, Londres y Moscú. En la capital italiana se reunirá mañana con su homólogo, Franco Frattini, así como con el primer ministro, Silvio Berlusconi, según informó el Ministerio israelí de Exteriores. En París, se reunirá con su homólogo Dominique de Villepin; en Londres con Jack Straw; y en Mocú con Igor Ivanov.


 
http://www.antesdelfin.com/Alzheimer.html

El Alzhaimer del pueblo palestino
SIZE=4]Por: Marcos Aguinis[/SIZE]

Un chiste macabro dice que la enfermedad de Alzheimer brinda un gran beneficio: sólo permite conocer gente nueva... Pero causa el enorme daño de borrar la propia historia. Y esto no es un chiste. La tragedia palestina, al marginar la historia, obtura sus vías de solución. Se ha dicho que los palestinos “no pierden la oportunidad de perder la oportunidad”. Y esto es así porque no recuerdan sus propios errores y, en consecuencia, no advierten que pueden hallar su independencia y prosperidad a la vuelta de la esquina.

¿Qué cosas tan importantes han olvidado? Por razones de espacio, sólo puedo brindar una síntesis.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Palestina estaba bajo el mandato colonial de Gran Bretaña. La comunidad judía profundizó su lucha emancipadora porque, desde finales del siglo XIX, venía construyendo su Estado y no aceptaba algo que no fuera la independencia. Había fundado centenares de kibutz, escuelas, hospitales, caminos, granjas, teatros, forestó yermos, canalizó el agua y hasta edificó Tel Aviv sobre dunas de arena. Creó la primera universidad, la primera orquesta sinfónica y el primer instituto científico del Medio Oriente. Tenía aparato administrativo y Fuerzas de Defensa. Gran Bretaña, que contaba con el apoyo de la comunidad árabe de Palestina y de la Liga Árabe que ella misma había ayudado a fundar, elevó el problema a las Naciones Unidas con la esperanza de que condenasen las pretensiones judías y pudiese continuar su mandato.

Se formó un comité integrado por países neutrales que recomendó el fin del tiempo colonial británico y la partición de Palestina en dos estados: uno árabe y otro judío. Las fronteras del Estado judío fueron dibujadas según las poblaciones predominantemente judías y el resto fue adjudicado al Estado árabe. Ambos se mantendrían unidos por cruces territoriales y la complementación económica.

¿Qué pasó? Los judíos aceptaron el veredicto. Aunque no se les hacía un regalo, porque Israel ya existía gracias al sudor de sus habitantes, se legitimaba su anhelo de soberanía. Los árabes, en cambio, rechazaron la oferta y proclamaron su intención de arrojar a todos los judíos al mar. En efecto, apenas Israel proclamó su independencia, siete ejércitos árabes violaron la decisión de las Naciones Unidas y se arrojaron sobre el exiguo territorio. Los judíos carecían de armas: nadie se las vendía porque consideraban imposible que pudiesen sobrevivir. El único país que accedió a proporcionárselas fue Checoslovaquia, porque suponía que el socialismo del flamante estado lo llevaría a la órbita soviética.

En conclusión, si la agresión árabe hubiese triunfado, no existiría Israel. Pero la historia fue distinta. La guerra la quisieron y forzaron los árabes, no Israel. Y perdieron. Ahí comenzó la tragedia palestina. Por culpa de sus dirigentes. De haber actuado con sensatez, en 1947 ya hubieran tenido su estado propio.

Luego de la derrota, los países vencidos se apoderaron de lo que quedaba de Palestina. Gaza pasó a ser administrada por Egipto y Cisjordania fue anexada al reino de Transjordania, que cambió su nombre por Jordania. En consecuencia, los territorios que hubieran correspondido al Estado árabe palestino fueron devorados por esos dos países, no por Israel. Pero durante 18 años ni una sola voz egipcia, jordana o palestina reclamó convertirlos en un Estado independiente con Jerusalén Este de capital. Jerusalén Este había quedado en manos jordanas, pero no fue convertida en su capital ni fue a visitarla ningún jefe de Estado árabe; era un villorrio marginal donde, eso sí, se destruyeron las centenarias sinagogas, se arrancaron lápidas del Monte de los Olivos para construir letrinas y se prohibió el acceso de los judíos al Muro de las Lamentaciones.

Los palestinos perdieron otra vez la oportunidad de proclamar su Estado en Gaza y Cisjordania. Llegó el año de 1967. Los Estados árabes, impulsados por el entonces presidente de Egipto, Gamal Abdel Nacer, decidieron terminar con Israel. Bloquearon el Golfo de Akaba y exigieron el retiro de las tropas de Naciones Unidas que evitaban el encontronazo de los enemigos. Pese a los desesperados ruegos de Israel, las Naciones Unidas se marcharon y dejaron libre la ruta de la matanza. Pero Israel, que no tenía vocación suicida, no esperó a que fuera demasiado tarde, a que la mano del verdugo lo agarrase del cuello. Estalló la Guerra de los Seis Días.

La victoria israelí fue impresionante. Pero no cambió la realidad: Israel seguía siendo un pequeño Estado en medio del océano árabe. En consecuencia, tendió la mano a sus enemigos y ofreció negociaciones de paz que incluían la devolución de territorios. Los líderes árabes se reunieron en Jartum para dar su respuesta. Y la respuesta fueron los arrogantes y famosos “tres noes”: no al reconocimiento, no a las negociaciones y no a la paz con el Estado de Israel.

Los palestinos volvieron a perder esa oportunidad. Ahora olvidan que un halcón como Menahem Bejín, para obtener la paz con Egipto, le reintegró generosamente hasta el último grano de arena del Sinaí. Y que además le obsequió pozos petrolíferos, rutas, aeropuertos, los complejos turísticos de Taba y Sharm El Sheik, desmantelando incluso la ciudad judía de Yamit, construida entre Gaza y el Sinaí. Vale la pena recordar que quien estuvo a cargo de la penosa tarea de sacar a los colonos israelíes de la península fue el entonces general Ariel Sharon.

Debo obviar otros hechos para referirme a la última, magnífica y ya olvidada oportunidad desperdiciada. Sucedió en Camp David II. El primer ministro israelí, Ehud Barak, más pacifísta que Rabin, le ofreció a la Autoridad Nacional Palestina todo lo que pretendía (menos la autodestrucción, por supuesto). Arafat replicaba con un monocorde no. Clinton le reprochó, irritado: “Basta de decir no: haga sus propias propuestas”. No las hubo. No las hubo porque hubieran conducido a la paz.

El líder Israelí volvió triste: había ofrecido sin resultado mucho más de lo que su pueblo aceptaría. Arafat volvió alegre porque continuaría la guerra que lo mantiene en la primera página de los diarios de todo el mundo. Su vida de combatiente le otorga más laureles que la aburrida administración de un país. Era obvio que pocos días después iba a lanzar la segunda, innecesaria y criminal Intifada.

Digámoslo sin cobardía: entre la creación de un Estado palestino pacífico y la promocionada Intifada, ¡Arafat eligió la Intifada! Si ahora no existe un Estado palestino independiente es por voluntad de la dirigencia palestina, no de Israel. Hay que denunciar esta verdad simple y dura. De lo contrario, se ahondará en la estéril tragedia que enluta al Medio Oriente y demora una solución que está al alcance de la mano.

La enfermedad de Alzheimer impide recordar que esta Intifada fue decidida antes de Camp David, como confesó el ministro palestino de Comunicaciones. No estalló contra Sharon, que ni siquiera era ministro, sino contra el pacifista Barak, quien durante los cinco meses que le quedaban en el gobierno recurrió a todas las declaraciones y negociaciones posibles, directas e indirectas, para que cesara la violencia y continuara el proceso de paz. No hubo caso, no hubo un solo día sin ataques palestinos y el efecto inevitable fue el triunfo electoral del primer ministro Ariel Sharon.

Desde hace décadas, en Israel actúa el Movimiento Paz Ahora, que dinamiza a un millón de adherentes. ¿Qué movimiento por la paz existe entre los palestinos? No pido que reúnan 100 mil, ni 10 mil. ¡Me conformaría con sólo mil! Pero eso no es posible porque su dirigencia ha estimulado la pérdida de memoria y un desmesurado crecimiento del odio. Los palestinos, después de cada nueva frustración, se dedican a matar judíos. “Habrá paz”, dijo Golda Meir, “cuando amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros”. Esta también es una simple y dolorosa verdad."

“El Alzheimer del pueblo palestino” por Marcos Aguinis.

Marcos Aguinis es escritor y ganador del premio Planeta con la novela ‘La cruz invertida’.

Por: Marcos Aguinis