Israel vs Palestina: Preguntas dificiles para un problema dificil

Israel vs Palestina: Preguntas dificiles para un problema dificil

  • Isael tiene derecho a la tierra, pues Dios se las dio

    Votos: 79 56,4%
  • israel no tiene derecho a la tierra, pues ellos la perdieron historicamentee

    Votos: 16 11,4%
  • Los palestinos e israelitas tiene los mismos derecho

    Votos: 43 30,7%
  • El mas fuerte debe quedarse con la tierra

    Votos: 2 1,4%

  • Votantes totales
    140
"Se reconocer ante quien estoy . "

No creo que sepas Elisa, pq me has acusado de activista musulman en pokas palabras y que creo en Alá, soy cristiano evangelico al igual que tu y no tienes ningun derecho a juzgar de esa forma a nadie, eso si, exhortar al amor si.

Bendiciones
 
"Y por favor , no ofendas , que yo tambièn sè .

Y CREEME , QUE NO TE GUSTARA QUE TE LO DIGA PUBLICAMENTE ."

Mateo 5

38
Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente.
39
Mas yo os digo: No resistáis al mal; antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra;
40
Y al que quisiere ponerte á pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa;
41
Y á cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos.
42
Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses.
43
Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo.
44
Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
45
Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos.
46
Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos?
47
Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles?
48
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfect


No estas cumpliendo esto Elisa, te exhorto a que cambies tu forma de ser,

Ama a tu projimo como a ti mismo, no devuelvas mal con mal, sino vence con el bien el mal.

Pero en ninguna caso dagonse te hizo mal.

Bendiciones
 

http://www.aurora-israel.co.il/aurora/paginas/articulos.asp?id=-155900340

Un escrito de Imre Kertészun, Premio Nobel de Literatura

Mi estada en Jerusalem

Budapest, abril de 2002 (Traducción del húngaro de Adan Kovacsics) © Imre Kertész

Anteayer aún contemplaba la puesta del sol desde el balcón del hotel Renaissance de Jerusalem. El cielo palidecía sobre las colinas blancas de enfrente, una suave brisa llegaba desde la Ciudad Vieja; de pronto se oscureció la luz, y el incipiente crepúsculo parecía un melancólico alto el fuego. Recordé las palabras de Camus en “El extranjero”. Esa misma mañana, sin embargo, había estallado un autobús que iba de Haifa a Jerusalem, la fuerza de la detonación hizo saltar el vehículo, y pedazos de cuerpos humanos destrozados volaron por el aire.

Ni siquiera intento poner orden en mis pensamientos dispersos. He venido con mi esposa para asistir a un congreso, y jamás habría acudido si no me hubieran invitado precisamente a Jerusalem. No me gustan los congresos inútiles, en particular aquellos que llevan títulos tales como: “El legado de los supervivientes del Holocausto”, “Implicaciones morales y éticas para la humanidad”. La fecha, 9 de abril, figuraba desde hacía meses en mi libreta de apuntes, y aunque finjo tomarme en serio los insistentes consejos de mis amigos de Berlín y Budapest -la mayoría trata de disuadirme del viaje-, me mantengo en todo momento bajo el hechizo del proyecto inicial: desde Berlín volvemos a Budapest, doy mi voto probablemente inútil en las elecciones, y al cabo de dos días partimos hacia Jerusalem. La única pregunta que puede plantearse es si ir solo o no. Pero mi esposa no quiere saber nada de la segunda posibilidad. Juntos o nada. Después de sopesarlo un poco nos damos cuenta de que hemos de ir, por la sencilla razón de que, de lo contrario, tendríamos que vivir siempre con la idea de que nos llamaron, pero no fuimos.

Estoy, pues, en este balcón de un séptimo piso, y me resulta tan difícil juzgar aquí lo que de verdad ocurre como difícil me resultaba en Berlín o Budapest. En este momento no pienso tanto en la situación de aquí como en la reacción europea. Tengo la impresión de que el antisemitismo, que durante muchos años ha sido tenido a raya, emerge del pantano del subconsciente, como si fuese una erupción de lava con olor a azufre. Tanto en Jerusalem como en Berlín, veo en la pantalla del televisor las manifestaciones contrarias a Israel.

Veo sinagogas incendiadas y cementerios judíos profanados en Francia. A pocos cientos de metros de mi vivienda berlinesa, cerca del Tiergarten, dos jóvenes judíos norteamericanos fueron agredidos y apaleados en plena calle. Vi al escritor portugués Saramago en la televisión: inclinado sobre una hoja de papel comparaba con Auschwitz el proceder de Israel contra los palestinos, demostrando que el escritor no es consciente de la escandalosa irrelevancia del paralelismo que utiliza ni de que el concepto conocido por el nombre de Auschwitz, que hasta el día de hoy tenía un significado bien definido en el consenso cultural europeo, en la actualidad puede utilizarse, sin más ni más, de manera populista y para fines igualmente populistas.

Me pregunto si no es preciso distinguir el sentimiento hostil a Israel y el antisemitismo. ¿Pero es posible? ¿Cómo se puede entender que dos continentes más allá, en Argentina -donde, dicho sea de paso, bastantes problemas tiene ya la gente-, se produzcan manifestaciones contra Israel? Probablemente, pienso, porque la hostilidad a los judíos, que ya dura 2.000 años, se ha cristalizado y convertido en una forma de concebir el mundo. El odio se ha cristalizado y convertido en forma de concebir el mundo, y el objeto del odio es un pueblo que, pienso yo, de ningún modo está dispuesto a desaparecer de la faz de la tierra. Intento pensar de forma clara y sincera, y enunciar dentro de mí lo que pienso, con claridad, con sinceridad, apartando todo tabú.

El hecho de que personas jóvenes se revienten con gran placer haciendo estallar una bomba (dicho sea de paso, he leído en un diario que Sadam Husein paga veinticinco mil dólares a sus familias) demuestra que no sólo se trata de crear o no un Estado palestino. Estos suicidas se manifiestan como perdedores de la existencia. Su acto revela un tipo de amargura que no puede explicarse tan sólo por impulsos nacionalistas. Bajo la suave luz de Jerusalem, en las noches doradas, entre estas colinas pintorescas salpicadas de olivos, comprendí en un anterior viaje a esta ciudad, más con los sentidos que con el intelecto, por qué los dioses habían nacido precisamente aquí.

Ahora debería comprender por qué se los asesina aquí, con la pasión ostentosa del sangriento sacrificio humano. Confieso que no entiendo nada, y me cuesta creer que estemos ante una cuestión meramente política. Puede ocurrir también que la política procure evitar que yo lo vea como una cuestión meramente política y que sea víctima de una manipulación; sin embargo, cuando millones de personas son víctimas de la manipulación, el carácter de ésta se transforma, se interioriza... Hay quienes de pronto piensan seriamente que nuestra locura no es una sugestión dictada por fuerzas externas, sino que emerge desde nuestra propia alma, es una necesidad de nuestra alma: y ahí empieza el mal irremediable.

Lo confieso con toda sinceridad: cuando vi en la televisión los tanques israelíes que se dirigían a Ramala, una idea me atravesó el alma de forma involuntaria e ineluctable: Dios mío, qué bien que pueda ver la estrella judía sobre los tanques israelíes y no cosida sobre mi ropa como en 1944. O sea, que no soy imparcial ni puedo serlo.

Nunca he desempeñado el papel del árbitro imparcial: se lo dejo a los intelectuales europeos -y no europeos- que juegan a ese juego de manera tan excelente como a menudo dañina. Después de tanta solidaridad verdadera y fingida se ha vuelto la página: los mandarines han dirigido la mirada severa hacia Israel. En determinadas cuestiones sin duda tienen razón: sin embargo, nunca han comprado un billete para el autobús que hace el trayecto entre Haifa y Jerusalem.

Aquí en Israel todos llevan, metafóricamente, este billete en el bolsillo. Y eso va minando poco a poco la cordura de la gente. El frío juicio de los mandarines europeos aquí se vive en forma de preguntas existenciales candentes. Una amiga expresó de la manera quizá más concisa este desequilibrio. En el Yad Vashem, en ese enorme cementerio de las víctimas del Holocausto, nos dijo: “Primero vamos con la familia a una manifestación contra la guerra y luego nos equipamos como soldados”.

No he encontrado -al menos en este congreso- a ningún intelectual israelí que pusiera en duda la necesidad de un Estado palestino: “Hay que acabar con los asentamientos -dice uno de los historiadores que dirigen el Yad Vashem-, lo cual desembocará en una pequeña guerra civil que, sin embargo, tendremos que librar”. El aislamiento, la ausencia de solidaridad, provocan un dolor casi físico. Es imposible soportar el terror sin hacer nada, es imposible enfrentarse sin terror al terror. Un dilema atroz, unas preguntas atormentadoras, con las que, no obstante, hay que luchar solo. “Nos encierran en un gueto moral”, dice mi amigo Appelfeld, el escritor. Veo miedo, desconcierto y arrojo en las miradas que me rodean.

Exactamente como lo describe David Grossmann en su dramático artículo publicado en el Frankfurter Allgemeine: “El Estado de Israel se parece en la actualidad a un puño, pero al mismo tiempo a una mano que cae fláccida por la desesperación”. La ciudad está muerta, los taxistas rondan los hoteles como buitres hambrientos, y cuando alguien sale por la puerta, se abalanzan sobre su víctima... Generalmente en vano, pues la mayoría ha acudido por algún asunto oficial, y a éstos los esperan sus vehículos oficiales. Desayunamos en el comedor semivacío del hotel; han desaparecido los turistas y los señores encorbatados que leen el periódico mientras beben café, los infaltables hombres de negocios.

Casi he olvidado que he venido a un congreso, donde debo leer el texto que preparé: “Cuando digo que soy un escritor judío, no estoy diciendo que yo sea judío” -leo-. ¿Pues qué judío es aquel que no recibió una educación religiosa, que no habla hebreo, que apenas conoce, en el fondo, las fuentes de la cultura judía y que no vive en Israel, sino en Europa? Alguien para quien Auschwitz es la identidad judía principal y quizá única no puede calificarse de judío en cierto sentido. Es el “judío no judío” del que habla Isaac Deutscher, la variante europea desarraigada que apenas puede establecer una relación íntima con la condición de judío que le ha sido impuesta.

Casi me avergüenza leer estas líneas. Casi me avergüenza exponer mi existencia, los sutiles problemas del intelectual judío desarraigado, sus crisis de identidad, su situación de apátrida. De pronto calo la insostenible ironía de mi papel: como superviviente de la Shoah pronuncio una conferencia en suelo de Israel, que está en guerra, y explico, de hecho, por qué no puedo solidarizarme con el pueblo al que yo mismo pertenezco. Mi solidaridad consiste, a lo sumo, en atreverme a coger el avión que luego despega rumbo a Tel Aviv. Soy un visitante que recoge en vano sus impresiones, que interroga inútilmente a las personas; no las entenderá porque no comparte el destino de aquellos a los que en el fondo pertenece.

Jamás había sentido esto de una forma tan definida. Es como si ahora, cuando la simpatía y la compasión me llenan de sufrimiento, fuera aquí más extranjero que nunca. Ni un solo israelí deja de agradecernos que viniéramos a su país. Así concluyen casi todas las conversaciones, lo cual subraya aún más mi condición de extranjero. Reflexiono sobre las causas, y al observar con más atención los rostros, los coches engalanados, la atmósfera nerviosa y homogénea de la ciudad, de pronto tengo la impresión de comprender el cambio que está viviendo este país.


 
Originalmente enviado por: Cumbanchero
"Y por favor , no ofendas , que yo tambièn sè .

Y CREEME , QUE NO TE GUSTARA QUE TE LO DIGA PUBLICAMENTE ."

Mateo 5

38
Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente.
39
Mas yo os digo: No resistáis al mal; antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra;
40
Y al que quisiere ponerte á pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa;
41
Y á cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos.
42
Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses.
43
Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo.
44
Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
45
Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos.
46
Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos?
47
Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles?
48
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfect


No estas cumpliendo esto Elisa, te exhorto a que cambies tu forma de ser,

Ama a tu projimo como a ti mismo, no devuelvas mal con mal, sino vence con el bien el mal.


Mt:23:25: ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque limpiais lo que está de fuera del vaso y del plato; mas de dentro están llenos de robo y de injusticia.
Mt:23:26: ¡Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera se haga limpio!
Mt:23:27: ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque sois semejantes á sepulcros blanqueados, que de fuera, á la verdad, se muestran hermosos, mas de dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad.
Mt:23:28: Así también vosotros de fuera, á la verdad, os mostráis justos á los hombres; mas de dentro, llenos estáis de hipocresía é iniquidad.
Mt:23:29: ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos,
Mt:23:30: Y decís: Si fuéramos en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros en la sangre de los profetas.
Mt:23:31: Así que, testimonio dais á vosotros mismos, que sois hijos de aquellos que mataron á los profetas.
 
¡Denuncia a Israel!
Ellen Cantarow
Soy judía. Soy escritora. Entre 1979 y 1989, desde Israel y Cisjordania, escribí para el VILLAGE VOICE, MOTHER JONES, INQUIRY y otras publicaciones estadounidenses. Durante esos años presencié el rápido crecimiento de los asentamientos israelíes y la incautación de las tierras y el agua palestinas para dichos asentamientos: hoy en día, más de la mitad de los recursos de Cisjordania (y la tercera parte de los de Gaza) están en manos israelíes.

Realicé exhaustivas entrevistas con colonos y líderes ultraderechistas israelíes cuya consigna era: 'O se doblegan, o que Israel los expulse.' Entrevisté a habitantes de aldeas palestinas que habían sido víctimas de grupos parapoliciales de colonos, y también leí informes sobre las acciones de estos grupos por periodistas hebreos con conciencia en HA'ARETZ y otros periódicos israelíes. Las acciones de estos grupos parapoliciales cubrían toda la gama del terror: destrucción desenfrenada de la propiedad y de las cosechas, destrozos y rotura de ventanas de autos a su paso por los pueblos, al grito de '¡mueran los árabes!', humillación de los civiles palestinos en las calles, palizas y asesinatos. Y desde dentro de Israel fui testigo de la creciente polarización de la sociedad israelí por el tema de la ocupación; el creciente racismo virulento de las nuevas generaciones. Tomemos por ejemplo los judíos marroquíes de Kiryat Shemona, miembros del electorado que votó por Menajem Beguin, acerca de los cuales escribí para el VILLAGE VOICE en 1982, cuando me decían que 'el único árabe bueno es un árabe muerto'.

Cuando llegué por primera vez a Israel en 1979, se acababa de redactar el 'Plan para el Desarrollo de los Asentamientos en Judea y Samaria, 1979-1983'. En este plan, Matityahu Drobles, jefe del Departamento de Asentamientos Rurales de la Organización Mundial del Sionismo escribió: 'Los asentamientos [israelíes] deben establecerse no sólo alrededor de los asentamientos de las minorías' [Drobles usa aquí el término 'asentamiento de las minorías' para referirse a ciudades y aldeas centenarias, como Belén y Hebrón] sino también entre ellas.' Los argumentos de Drobles para apoyar su plan eran que 'con el transcurso del tiempo --con paz o sin ella-- tendremos que aprender a vivir con y entre las minorías [cuando dice 'minorías' Drobles se refiere al pueblo palestino] mientras fomentamos buenas relaciones vecinales'. Es decir que desde el principio de la ocupación, la política israelí se formuló proyectando una colonización permanente de Cisjordania y, más adelante, también de Gaza. Señalar a Ariel Sharón como personificación excepcional de la maldad israelí (sugerir que si el no estuviera ahí, otras personas más educadas y decentes, como Simón Peres, sabrían guiar a su país) es ignorar la historia. El Plan Drobles no se formuló bajo el mandato de Ariel Sharón. Tampoco fue Sharón, sino el gobierno laborista quien estableció el asentamiento de Kiryat Arba en 1968. Los asentamientos permanentes, la retención y la expansión de estos asentamientos, han impulsado la política israelí bajo todos sus gobiernos desde 1967.

Para controlar los territorios que ha ocupado militarmente, Israel mantiene en ellos, desde finales de los años 60, un código militar de carácter completamente diferente a las leyes por las que se rige el estado de Israel. El ejercito, los tribunales militares y otras instituciones imponen una ley marcial bajo la cual, desde hace 34 años, los castigos colectivos en represalia por supuestos actos individuales están a la orden del día. Por ejemplo, toques de queda de 23 horas diarias mantenidos durante semanas, y demolición de viviendas.

(Durante la época en que yo escribía sobre esta situación, los castigos colectivos se aplicaban sobre todo en respuesta al lanzamiento de piedras y a las manifestaciones callejeras. Los suicidas-bomba son un fenómeno posterior a los acuerdos de Oslo, provocado por la duplicación del número de colonos en los asentamientos después de la firma de dichos acuerdos y la toma de conciencia de que éstos no eran sino la consolidación de un plan de 'bantustanización' permanente de Cisjordania al estilo del apartheid sudafricano.)

Durante todas mis estadías en Cisjordania presencié personalmente la humillación cotidiana a que son sometidos los palestinos en los controles; el paisaje diario y las imágenes sociales del apartheid, cuya manifestación más clara y continua eran los puntos de control, con tratamiento distinto para los palestinos, por una parte, y los israelíes y extranjeros por otra, así como los diferentes colores en las placas de matrícula de los autos: azules para los palestinos y amarillos para los israelíes. Me entrevisté con habitantes de las aldeas cuyas casas habían sido dinamitadas o demolidas por los soldados israelíes. Escuché relatos de hombres y mujeres encarcelados, abusados y torturados en las prisiones israelíes (la práctica de la tortura es un hecho establecido y reconocido por la B'tselem israelí y las organizaciones extranjeras de derechos humanos, y se sigue practicando ahora mismo, mientras escribo: el FINANCIAL TIMES del 6 de abril informa que 'la organización israelí de derechos humanos, B'tselem, recurrió ayer al Tribunal Supremo después de recibir informes de tortura en el centro de detenciones de Ofer, cerca de Ramala.'

Prácticamente todo lo que acabo de describir apareció abiertamente en la prensa israelí, mientras que el silencio de la prensa estadounidense fue casi total.

Y así llegamos a la pesadilla actual. Mientras escribo esto, los castigos colectivos se han intensificado hasta convertirse en auténticas atrocidades de guerra que se están cometiendo en toda Cisjordania. El ejército israelí ha penetrado en el norte de Cisjordania así como en Gaza, desde donde recibí esta mañana un mensaje de un voluntario estadounidense en las organizaciones de ayuda. Desde hace una semana recibo diariamente en mi computadora mensajes desesperados --a veces varios por hora-- que imploran ayuda de las organizaciones internacionales de derechos humanos. Me suplican (a mí y a los demás recipientes de las listas de correo) que llamemos a nuestros representantes y senadores en el Congreso, que escribamos cartas de protesta a la prensa. Uno de los autores de estos mensajes, un investigador universitario, describe el saqueo de su casa por los soldados israelíes: "Tenía algo de dinero (unos 800 NIS) en el cajón de mi escritorio; lo había sacado del banco el jueves cuando se esperaba que habría una invasión... El cajón había sido forzado y el dinero había desaparecido". Otro pasaje de un mensaje diferente dice: "sus 'visitas' a nuestras casas son como [las visitas] de una banda de gángsters. Fueron a ... las casas de mis vecinos, comienzan por meterlos a todos en un cuarto y ordenarles que permanezcan allí, de cara a la pared; luego entran en todas las habitaciones ... van a la cocina, cogen toda la comida ... empiezan a comerla y se llevan lo que sobra ... también se llevan joyas, dinero y aparatos electrónicos ... Dos de mis vecinos tienen problemas cardíacos. Lo primero que hicieron cuando se enteraron de su enfermedad fue recolectar todos los medicamentos y destruirlos delante de sus dueños". En el INDEPENDENT de Londres, Robert Fisk confirma: "El ejército israelí ... está demostrando una vez más --como hizo en el Líbano-- que no es la fuerza de élite que se pretende. Es imposible descartar los abundantes informes de saqueos en las casas de Ramala (entre otras razones porque esto es exactamente lo que hacían los soldados israelíes en el sur del Líbano en 1983); y el valiente profesor universitario israelí, Avi Schaaim, ha denunciado personalmente a Israel de ejecuciones extrajudiciales en Ramalla".

Otros mensajes describen ambulancias detenidas a balazos, a las que se impide llegar a su destino; hospitales invadidos por el ejército y personal médico al que se le impide (a punta de pistola) realizar su trabajo; gente muriendo desangrada mientras los soldados bloquean el paso con tanques y ametralladoras al personal de asistencia médica; cadáveres descomponiéndose en los pasillos de los hospitales (numerosos emails advierten del peligro de brotes de epidemias); familiares de víctimas a quienes se les prohíbe enterrar decentemente a sus muertos (un grupo de masacrados tuvo que ser enterrado en un estacionamiento de Ramala); civiles que se convierten en el blanco de disparos si se aventuran a salir a la calle; saqueos y destrucciones masivas de viviendas; invasión de instituciones culturales y destrucción de sus archivos; sistemas eléctricos de bombeo de agua destruidos para que zonas enteras de las ciudades se queden sin agua; miembros de la prensa (palestinos y extranjeros) heridos por disparos israelíes.

Mientras escribo, el 6 de abril, el mensaje más urgente que he recibido hoy describe una catástrofe en plena expansión: 'Crisis humanitaria deliberadamente creada alcanza un punto intolerable. 6 de abril, 2002, 11 de la mañana.' El mensaje pasa a describir seis hospitales de campaña en Nablús con un gran número de personas en estado grave o crítico, médicos obligados a operar sin apenas el instrumental mínimo necesario.

En uno de estos centros médicos improvisados los cadáveres se descomponen en el quirófano mientas los francotiradores israelíes disparan a toda persona que intente entrar o salir. En Jenín informan que 50 casas han sido seriamente dañadas con ataques desde helicópteros Apache; 20

Como Nerón, el presidente Bush se ha dedicado a la música mientras Roma es presa de las llamas. Lo que se necesita es una orden de retirada inmediata y amenaza de sanciones económicas (eso fue lo que hizo el presidente Eisenhower durante la crisis del canal de Suez en 1956, resolviéndola inmediatamente). Lo que se necesita es que Colin Powell se presente allí inmediatamente, no dentro de una semana o el domingo que viene. Sharón, el gemelo de Milosevic, que da las órdenes para la ejecución de estas atrocidades, es el mismo criminal de guerra que estaba al mando de la infame Unidad 101 en octubre de 1953 cuando masacraron a 99 civiles inocentes en Kibyeh; es el mismo que en agosto de 1977 ordenó la destrucción de 2000 casas en Gaza y la expulsión de 16,000 civiles durante una campaña de 'pacificación' israelí; es el mismo que supervisaba las Fuerzas de Seguridad israelíes mientras éstas permitían la masacre de más de 1000 palestinos a manos de las falanges en los campos de refugiados de Sabra y Shatila (Beirut) en 1982; el mismo que desencadenó la segunda intifada cuando, escoltado por 1000 soldados, 'visitó' la mezquita de Al Aksa en septiembre de 2000, y al día siguiente las Fuerzas de Seguridad israelíes dispararon sobre los manifestantes palestinos en la mezquita.

Tengo edad suficiente para recordar una infancia transcurrida inmediatamente después de la segunda guerra mundial. Siento una mezcla de dolor, impotencia, desesperación y rabia hacia Israel, que pretende actuar en mi nombre y usar el holocausto para absolver sus crímenes, mientras prosigue con su evidente plan de destruir la economía, las instituciones sociales, políticas y culturales, y todas las infraestructuras del pueblo palestino. Quienes no denuncian estos crímenes abominables son cómplices por su silencio. Quienes absuelven o excusan a Israel por cometerlos, son culpables por asociación.
 
La mala conciencia del sionismo
Joel Kovel
Empezaré formulando sin tapujos unas cuantas preguntas, tan duras como la situación actual en Israel/Palestina. ¿Cómo han podido los judíos, asociados desde tiempos primitivos con el sufrimiento y con elevados principios morales, identificarse con un estado-nación aborrecido en todo el mundo por la opresión que ejerce sobre un pueblo autóctono subyugado? ¿Por qué una mayoría sustancial de judíos ha escogido desafiar la opinión del mundo al solidarizarse con un estado que, en lo esencial, ha convertido las tierras que ocupa en un enorme campo de concentración y ha empujado a sus moradores a cometer actos tan espantosos como los atentados suicidas? ¿Por qué la sociedad sionista, enfurecida contra el terrorismo, se olvida de que tres de sus primeros ministros de los últimos veinte años -Begin, Shamir y Sharon- están considerados como antiguos terroristas y autores de grandes carnicerías? ¿Y por qué estas palabras que acabo de escribir -junto con las de otros judíos que critican Israel- serán recibidas con rencor y amargas quejas por los sionistas, que las tacharán de 'autofóbicas' y 'antisemitas'? ¿Por qué los sionistas no ven o, para ser más exactos, por qué ven pero niegan la brutal realidad que ha promovido dicho estado?

El empleo del concepto de 'negación' (denial) señala la necesidad de un tratamiento psicológico de la comunidad sionista. Pero en asuntos de esta categoría, la psicología es sólo un aspecto de un todo mayor, que incluye hechos inflexibles como el de la ocupación por la fuerza de territorios reivindicados por quienes los habitaban en otros tiempos. Es evidente que los fenómenos de conciencia se procesan de manera subjetiva. Pero ni se originan en la mente ni se limitan a los pensamientos y a los sentimientos. La conciencia es, también, algo objetivo y está vinculada con otras nociones, como la justicia y la ley, que existen fuera del deseo de cualquier individuo. La conciencia es, asimismo, colectiva y pertenece a los hechos realizados por el grupo en cuyo conjunto se desarrolla. Podríamos decir que estos fenómenos de grupo se organizan en 'universos éticos', en los cuales confluyen la historia, la mitología y los comportamientos individuales para formar un todo mayor. Dichos universos éticos pueden ser en sí mismos universales cuando el todo incluye a otros seres, considerados como partes integrantes de una humanidad común (o, en el caso de las criaturas no humanas, de la naturaleza); o bien, tal como suele suceder con frecuencia, pueden asimismo formar un todo en ausencia de virtudes morales.

Pues bien, en la actual situación de Israel/Palestina, esa humanidad común está negada, ya que el Otro carece de reconocimiento y la ley no es igual para todos, pues hay dos varas de medir. En los esquemas mentales de este jaez, que han mancillado la historia desde el principio y constituyen uno de los mayores impedimentos para lograr un mundo mejor, reina la ley del talión y se tolera la violencia contra el Otro, pero se demoniza al mismo tiempo la que proviene del Otro. Al igual que en los ámbitos de la materia y la antimateria, cada uno de estos universos éticos se encuentra emparejado con su adversario, pero ese doble reflejo especular no implica una equivalencia ética y en su resolución hay que aplicar las reglas de la justicia. En este caso, no debería de caber duda alguna de que los auténticos culpables son quienes desposeyeron a otros y ocuparon ilegalmente sus territorios nacionales. Esto no significa que debamos excusar las salvajadas que palestinos o árabes han cometido durante la lucha -lo cual sería una negación de lo ético-, pero proporciona un contexto para comprender el conflicto de manera más profunda y nos obliga a estudiar con un cuidado especial la curiosa situación de los judíos. A pesar de las innumerables variantes entre las diversas fracciones del judaísmo, hubo fuerzas históricas únicas que contribuyeron a dar forma a un dilema común y representaron un papel fundamental en el nacimiento del sionismo.

Existía la creencia de que los judíos tienen un mejor criterio, de que son mejores. El hecho de haber sufrido persecución y de vivir eternamente en los márgenes de Europa, supuestamente hizo que los judíos alcanzaran un mayor desarrollo moral. Puedo decirlo por experiencia propia, ya que de niño me hicieron sentir que era superior por el hecho de pertenecer a un pueblo más inteligente y con mayor ética que los no judíos que nos rodeaban. Nosotros, los judíos, éramos la excepción de la historia.

Hay un mito que prestó coherencia a esta certeza a lo largo de los siglos y que dio lugar a la identidad judía: se trata del 'Pacto' existente -una suerte de tratado preferencial- entre los judíos y Dios. How Odd of God to Choose the Jews [Es de admirar que Dios eligiese a los judíos], era el título de un libro de mis años de estudiante en la escuela ortodoxa. Uno se sentía imbuido de manera inequívoca por el Ser Supremo y se consideraba superior a los meros goyim [plural de goy (del hebreo gZy, 'pueblo, nación'). Término ofensivo con el que algunos judíos de origen asquenazí denominan a los gentiles., N. del T.]. Las implicaciones escasamente éticas de esta actitud y el rencoroso desprecio que a menudo la acompañaba -uno casi podía escuchar el escupitajo golpeando el suelo al pronunciar la palabra goyim- estaban mitigadas por el hecho de que los judíos hablaban desde la posición de víctimas. La excepción judía era una suerte de redención que anulaba los siglos de aislamiento forzado en guetos, la ausencia de derechos tan elementales como el de la posesión de tierra y el haber sido zaheridos, masacrados y expulsados, y no digamos ya la ignominia de vivir constantemente en la encrucijada del sistema racista del antisemitismo.

La convivencia con el antisemitismo, incluso cuando su violencia era latente, contribuyó a incrementar tanto la conciencia íntima del carácter judío como su extrema susceptibilidad. Pocos judíos son capaces de evitar por completo el miedo visceral inherente al legado del judaísmo: un redoble acusador con augurios de pogrom. El judío vive todavía inmerso en el hecho de que su pueblo ha sido durante siglos el chivo expiatorio de la Europa cristiana: seguimos soportando sobre nuestras espaldas la infamia de haber matado a Cristo y de ser responsables de los fracasos de la cristiandad; fueron los usureros judíos quienes destruyeron la comunidad medieval, no los propietarios ni los barones; los judíos fueron los causantes de la miseria del pueblo ruso, no el zar. Los judíos, de maneras demasiado cuantiosas para que las enumeremos aquí, pagaron por los crímenes de Occidente y por la traición de sus ideales. La peculiar exaltación de considerarse a sí mismos el pueblo elegido es tanto el efecto como, en cierto modo, la causa de la persecución antisemita: nos odian, pero somos mejores que ellos; y nos odian porque somos mejores que ellos. La excepción reforzó el carácter tribal impuesto a los judíos y el carácter tribal está relacionado con el antisemitismo, incluso si ambos son antitéticos.

De esta matriz surgió una gran variedad de maneras de ser judío, que incluían, en especial para los judíos de la diáspora europea occidental, la posibilidad de asimilarse o de permanecer al margen de las sociedades donde vivían. Algunos judíos, por supuesto, abrazaron la protección tribal como defensa contra un mundo duro y acusador. Otros, en cambio, adquirieron las habilidades pecuniarias que se le habían endosado al judaísmo mucho antes de que el capitalismo se convirtiera en el orden dominante y, una vez que el capital ocupó el centro del escenario, las desarrollaron hasta convertirse en genios de las finanzas. En Occidente, algunos judíos vieron en los grandes ideales de universalidad y de Ilustración una manera de trascender el agobiante papel tribal que se les había impuesto. Tras haber sido perseguidos, tras haber carecido de los derechos más elementales a la autodeterminación que el resto de los mortales poseía, los judíos de este tipo adoptaron los ideales de los derechos humanos universales, surgidos de la Ilustración, y se convirtieron en paladines de la emancipación.

Y entonces, a finales del siglo XIX, la antigua promesa del Pacto adquirió la forma de una verdadera Tierra Prometida. Israel ofreció a los judíos europeos la oportunidad material de equilibrar las tensiones existentes entre la tribu y la Ilustración. Empujado por el auge del antisemitismo que precedió y proporcionó su horrible estímulo al Tercer Reich, Israel se convirtió en el hogar de la tribu, en el lugar seguro donde los judíos podrían ser judíos. Al mismo tiempo, ofreció a los que se identificaban con la Ilustración la posibilidad de demostrar su competencia en los modos liberales occidentales (incluido el socialismo). De esta manera, nació un proyecto que buscaba combinar y sintetizar los avanzados valores democráticos occidentales y los valores tribales.

Los sionistas tomaron de Occidente los valores de la democracia liberal, pero también los objetivos, las prácticas y la mentalidad del imperialismo que a menudo acompañaban a ésta. En apariencia, la convergencia entre espíritu tribal e imperialismo parecía combinar con éxito los diversos impulsos del proyecto sionista. Desde el momento de los primeros asentamientos judíos en Palestina, una mentalidad imperialista permitió que los sionistas racionalizaran de buena gana la expulsión de los palestinos autóctonos, amparados en el principio de una misión civilizadora, entremezclada con el repertorio completo de prejuicios orientales.

La lealtad del sionismo a la modernidad le permitió asimismo alcanzar un alto grado de competencia tecnológica y de habilidad organizativa. Durante los años del Yishuv -asentamiento-, esto se hizo patente en la manera con que los sionistas superaron a los pueblos autóctonos en cualquier actividad, y ello pese a la enorme superioridad numérica de estos últimos. Más tarde, durante las guerras que dieron lugar al estado de Israel y las que llevó a cabo dicho estado, su mayor capacidad organizativa y militar convirtió a Israel en un gigante regional, guiado, además, por la ley del talión del tribalismo y la reducción racista del adversario.

Durante cierto tiempo resultó fácil simpatizar con un estado judío y pasar por alto sus tendencias imperialistas, en especial en el período crucial de finales de los cuarenta, cuando la realidad del Holocausto surgió como un recordatorio diabólico de la vulnerabilidad judía frente a las maldades de la denominada Civilización Occidental. Recuerdo el júbilo y la esperanza que sentí a mis doce años al saber que, por fin, íbamos a tener 'nuestro estado', y soy consciente de hasta qué punto los judíos que me rodeaban compartían dicho sentimiento.

Pero ni siquiera el hecho de comprender o de simpatizar puede anular la certeza de que, al adentrarse en este camino, el sionismo estableció el escenario -a la manera de Esquilo o Eurípides- que ha dado lugar a la tragedia actual. Y esto tiene mucho que ver con el hecho de que la noción de un estado democrático judío, a pesar de su atractivo, es tanto una imposibilidad lógica como una trampa. Parece mentira que un pueblo tan sofisticado tenga tantos problemas a la hora de entender la imposibilidad inherente a su noción de una Tierra Prometida: una democracia que funciona sólo para unos pocos no puede existir, por la razón elemental de que el estado democrático moderno se define por su universalidad.

Los estados-nación de la modernidad surgieron de la incómoda síntesis de dos conceptos: la nación, que encarna la historia vivida, sensorial, territorial y mítica de un pueblo, y el estado, que es el órgano superior que regula una sociedad y -tal como señaló Max Weber- posee la capacidad de ejercer la violencia legítima. En su forma premoderna y no democrática, el estado-nación pudo adoptar directamente la voluntad de un grupo nacional particular. En tales circunstancias, el grupo mayoritario que controlaba la nación controlaba el poder del estado. En la práctica, se trataba de una mezcla de reyes y aristócratas que ejercían el dominio directo territorial, junto con los teócratas de la clase religiosa, que controlaban la producción simbólica y mitopoética. La legalidad de los estados premodernos adquirió forma entre el derecho divino de los reyes y los poderes territoriales del clero.

El estado-nación 'democrático' fue una mutación de este arreglo, forjado para acomodar el poder de las clases capitalistas recién surgidas, pero también para hacer progresar la noción de un derecho humano universal, el exaltante ideal de que todos los seres humanos nacen iguales y libres ante la ley. La historia posterior a esta formación política revela, en toda su fragilidad, las tensiones inherentes al discontinuo desarrollo de los derechos humanos. Pero no deberíamos olvidar que nuestros anhelos de un mundo que supere las venganzas personales y el poder arbitrario de sus gobernantes depende del refuerzo y del desarrollo de la noción del derecho humano universal. La legitimidad de los estados-nación modernos -la legitimidad de la propia justicia- se basa en este derecho. Por supuesto, no todos los estados-nación democráticos son justos en la práctica ni funcionan necesariamente según los derechos humanos universales que profesan. Estados Unidos, Canadá, Australia y África del Sur son sólo algunos de los muchos ejemplos de estados-nación democráticos nacidos de la violencia. No obstante, los diversos horrores que marcaron la historia de estos países no les han impedido ofrecer una participación total en el gobierno a aquellos grupos sociales previamente esclavizados, expulsados o exterminados mientras se gestaba el estado-nación. Por ello, Ben Nighthorse Campbell, un indio estadounidense, hoy es senador, y Colin Powell y Condoleezza Rice, descendientes de esclavos africanos, dirigen la política exterior de EE.UU. (no es necesario añadir que de manera muy cordial para con Israel) y algún día podrían ser presidentes.

Nada de esto niega el racismo que impide cumplir sus promesas al estado democrático moderno. Pero existe una gran diferencia entre un estado que no logra cumplir su contrato social debido a una historia saturada de racismo y otro en el que el racismo surge del propio contrato social, como ha sido el caso del estado de asentamientos coloniales de Israel, que pretende ser al mismo tiempo democrático y organizado de manera étnica, por y para el pueblo judío. En dicho contexto, el racismo es no solamente un atavismo histórico, sino un rasgo completamente normal, en perpetuo crecimiento, del panorama político. La existencia de un estado instituido explícitamente para un pueblo no cesa de reducir y de hacer mofa de los aspectos emancipadores del sionismo. El sionismo, en pocas palabras, se basa en una imposibilidad y quien vive en él y forma parte de él vive en el error.

En otras instancias de estados surgidos de asentamientos coloniales, por muy hipotecada que esté la promesa democrática, confiere legitimidad. En el caso de Israel, la lógica del estado etnocrático impide la democracia auténtica y le niega legitimidad. Toda la propaganda que describe a Israel como 'la única democracia del Oriente Próximo' y cosas por el estilo es falsa, por muchas instituciones magníficas que posea o por muchas migajas que se les echen a los árabes que tienen permiso para vivir dentro de sus fronteras. Esto se puede probar de muchas maneras, pero ninguna mejor que la incapacidad de Israel para redactar una Constitución con una Carta de Derechos.

Tal como sabemos, hay muchos estados en el mundo moderno que se proclaman servidores de un pueblo y que, en muchos aspectos, son lugares más desagradables que Israel, lo cual incluye algunos de los estados islámicos, tales como Pakistán o Arabia Saudita. Pero ninguno de ellos presume, como hace Israel, de la extravagante afirmación de encarnar las ventajas de la modernidad democrática. Por ello, uno no espera nada -y nada obtiene- de Pakistán o de Arabia Saudita desde el punto de vista del derecho democrático; en cambio, Israel se debate en las contradicciones impuestas por el hecho de asociar rasgos de la democracia liberal en el interior de una misión tribal, fundamentalmente premoderna.

En Israel, la excepcionalidad judía es el catalizador de la horrible disolución de las facultades éticas y, por extensión, del universo ético completo que polariza el pensamiento sionista. Pues el pueblo elegido de Dios, con su magnánima identidad obtenida con tanto sufrimiento, por definición no puede caer en la violencia racista. 'Nosotros no somos capaces de hacer eso', dice el sionista, cuando, de hecho, son precisamente los sionistas quienes lo están haciendo. El resultado inevitable es la fractura psicológica, que expulsa fuera de campo los actos que uno comete. De manera subjetiva esto significa que las diversas facultades de la conciencia, del deseo y de la conducta se desintegran y prosiguen su desarrollo por caminos separados. Debido a ello, bajo de su fachada de virtud excepcional, el sionismo carece de dialéctica interna y de posibilidades de corrección. El Pacto se convierte en una licencia que da derecho a dominar, en vez de en una obligación de progreso moral. Por lo tanto, el sionismo no puede crecer; sólo puede repetir sus crímenes y degenerarse cada vez más. Únicamente un pueblo que aspira a estar tan alto puede caer tan bajo.

Tales efectos, adicionados, producen la 'mala conciencia' existente dentro del sionismo. Aquí, la maldad se refiere a las consecuencias del odio, que es el primer afecto en surgir de la fractura entre las normas elevadas de la promesa divina y los imperativos del tribalismo y del imperialismo. Los resultados inevitables son una susceptibilidad hipertrofiada y una negación de la responsabilidad. La incapacidad de considerar a los palestinos como seres humanos completos y con derechos humanos equivalentes aguijonea la conciencia, pero el dolor sufre un proceso de inversión y surge en forma de odio contra quienes nos recuerdan la traición: los propios palestinos y aquellos que denuncian las contradicciones del sionismo, en especial si son judíos. Incapaz de tolerar la crítica, la mala conciencia convierte de inmediato la negación en proyección. El 'nosotros no somos capaces de hacer eso' se convierte en 'son ellos quienes lo hacen' y esto empeora el racismo, la violencia y la gravedad del sistema de desigualdad ante la ley. Por ello, el 'judío que se odia a sí mismo' es una imagen especular de un sionismo incapaz de hacer introspección. Es la pantalla en donde se puede proyectar la mala conciencia. Es una culpabilidad imposible de trascender y de convertirse en una concienciación o en una enmienda verdadera, y que se revuelve como acusación persecutoria y agresión renovada.

La mala conciencia del sionismo no puede distinguir entre la auténtica crítica y los delirios especulares del antisemitismo que yace en las profundidades de nuestra civilización y que ahora se despierta debido a la crisis actual. Ambos son amenazas, si bien la crítica progresista es más eficaz, puesto que se opone a la realidad concreta de Israel y, al diferenciar entre judaísmo y sionismo, busca la propia transformación; el antisemitismo, al considerar lo judío de manera abstracta y al demonizarlo con conceptos como el del 'dinero judío' o el de las 'conspiraciones judías', yerra el tiro. Por su parte, el sionismo utiliza el antisemitismo como un cubo de basura en el que arroja cualquier oposición y como semilla de miedos capaz de fusionar a los judíos. Esto no significa que se deba olvidar la amenaza que plantea el antisemitismo ni que debamos abandonar la lucha contra él. Pero la necesidad más perentoria consiste en desarrollar una perspectiva genuinamente crítica sin dejarse arrastrar por quienes confunden los reproches al estado de Israel con el antisemitismo. En conciencia, no es posible condenar el antisemitismo si se apoya a Israel, porque es Israel quien necesita un cambio fundamental si queremos que el mundo salga de esta pesadilla.

No es éste el lugar para analizar en qué consistiría dicho cambio, pero sí podemos formular cuál ha de ser el principio conductor. Al crear Israel como refugio y patria de los judíos después de siglos de persecución y, en especial, al hacer el pacto faustiano con el imperialismo, los judíos que optaron por el sionismo negaron sufrimientos anteriores y convirtieron en fuerza su debilidad. Pero dicha fuerza, basada en el dominio, en la opresión y en la expulsión de otros, es inútil. El sionismo negó lo que se les había hecho a los judíos, pero no logró negar la propia negación y, por ello, repitió el pasado con una nueva serie de máscaras. Si alguien lo duda, que se fije en las opresiones que la cristiandad impuso a los judíos al recluirlos en guetos, al negarles derechos tan elementales como el de la posesión de la tierra, al zaherirlos, masacrarlos, expulsarlos y someterlos a un sistema racista, y que se pregunte si no es eso mismo lo que el sionismo ha impuesto a los palestinos, con la única diferencia -que vale la pena señalar- de las condiciones del racismo.

Nunca es demasiado tarde para cambiar las cosas y un número nada desdeñable de gente de buena voluntad avanza ya en esa dirección, en medio de grandes dificultades. Pero sería irresponsable restarle importancia a la sombría realidad de que el viaje está condicionado por el hecho de que el núcleo del problema es el propio sionismo y su hipótesis de que es posible tener un estado democrático para un solo pueblo en particular. Mientras esta idea perdure, esa antigua tierra denominada Palestina o Israel seguirá supurando contradicciones venenosas. Y como resulta imposible imaginar que Israel -un estado no democrático o incluso fascista- es una mejora, llegamos a la sobria conclusión de que la base sobre la cual asentar una paz justa y duradera en la región pasa por una nueva definición de la excepcionalidad judía. Son muchas las implicaciones que están en juego y es necesario ponerse a la tarea. Pero ha llegado la hora de que el pueblo judío regrese a su lucha por la universalidad.

El psiquiatra y psicoanalista estadounidense Joel Kovel es profesor en el Bard College. Es coautor, junto con Michael Löwy, del Manifiesto ecosocialista (París, septiembre de 2001). Su libro más reciente, The Enemy of Nature, ha sido publicado por Palgrave (Zed Books, London).
 
Elisa:
Cuando veo un animal en el techo , si tiene bigotes y dice miau , se que es un gato , aunque tu me digas , que es una vaca .


Luis:
Noooooooo, es un loro disfrazado de gato
:D
:D
:D

Joel Kowel:
¿Cómo han podido los judíos, asociados desde tiempos primitivos con el sufrimiento y con elevados principios morales, identificarse con un estado-nación aborrecido en todo el mundo por la opresión que ejerce sobre un pueblo autóctono subyugado?

Luis:
Para empezar, no todo el mundo aborrece el Estado-nación de Israel
Para continuar, ese Estado llegó a existir como necesidad imperiosa de la raza judía de regresar a sus raíces históricas como resultado del holocausto nazi.
Para seguir, diremos que Israel estaba dispuesto en un principio, allá por el año 48, a compartir el territorio con el pueblo palestino. Sin embargo, los países árabes le declararon la guerra a Israel en repetidas ocasiones, (perdiendo siempre los árabes, claro). Es decir, los árabes SIEMPRE han querido la aniquilación del estado de Israel. SIEMPRE. Israel, a pesar de haber ganado tooodas las guerras que los árabes emprendieron contra su Estado, no adoptó la política de expulsar a TODOS los palestinos, que es lo que cualquier otro país occidental hubiera hecho para solucionar el tema, sino que sólo expulsó a unos millones (que además ahora son parte del problema)
Es muy fácil hablar ahora de opresión sin tener en cuenta la trayectoria histórica de este conflicto. Pero quede claro que si hoy hay un pueblo RODEADO de enemigos que esperan la menor señal de debilidad para destrozarlo (ya lo han intentado varias veces), ese pueblo es Israel. Basta echar un vistazo al mapa para comprobar lo que estoy diciendo.


Joel Kowel:
¿Por qué una mayoría sustancial de judíos ha escogido desafiar la opinión del mundo al solidarizarse con un estado que, en lo esencial, ha convertido las tierras que ocupa en un enorme campo de concentración y ha empujado a sus moradores a cometer actos tan espantosos como los atentados suicidas?

Luis:
Típica justificación de los atentados suicidas. Es decir, si Israel no se baja los pantalones y concede a los palestinos todo lo que quieren (Jerusalén incluída), entonces estos no tienen más remedio que acudir, poooobrecillos, a los atentados suicidas. O sea, la culpa de esos atentados no la tienen los palestinos. La tiene Israel.
Después de leer esa repugntante justificación del terrorismo palestino, no me merece la pena gastar un minuto más de mi tiempo en leer el resto del artículo
 
Elisa:
Cuando veo un animal en el techo , si tiene bigotes y dice miau , se que es un gato , aunque tu me digas , que es una vaca .


Luis:
Noooooooo, es un loro disfrazado de gato

Bueno : Es que yo las cosas siempre las cambio , buscando enfatizar lo que quiero , al maximo ( algunos me llaman dramàtica )
Es que los loros se pueden subir al techo , y este forista quiere hacerme ver que las vacas tienen alas , son trapecista , o manejan helicopteros . :D :D :D

Luis:
Típica justificación de los atentados suicidas. Es decir, si Israel no se baja los pantalones y concede a los palestinos todo lo que quieren (Jerusalén incluída), entonces estos no tienen más remedio que acudir, poooobrecillos, a los atentados suicidas. O sea, la culpa de esos atentados no la tienen los palestinos. La tiene Israel.
Después de leer esa repugntante justificación del terrorismo palestino, no me merece la pena gastar un minuto más de mi tiempo en leer el resto del artículo

¡¡¡ NO QUE VAAAAAAA !!! Si es que yo hablo sandeces : El distinguido forista , no es antijudio , ni pro/terrorista , soy yo que soy idiota , y por eso lo veo asì .

Mientras tanto hay otro que ora a Dios para que yo ame a los terroristas , y no es porque no ore buscando amor para ellos , si es que asi lo desea , sinò que sin dudas el cree que el amor hacia los musulmanes se demuestra aplaudiendo los ataques terroristas y su odio a Israel . ¡ Como hace el mismo !

Asì es la prepotencia humana , el me califica de desamorada , cuando quien no ama es el . ¿ Acaso piensa que los palestinos , y musulmanes en general , tienen derecho a que sus lideres les respeten , y sobre todo el derecho a oir hablar de Jesucristo , y ser cristianos si les parece , sin que por ellos se les persiga y asesine ?

Fariseos hipòcritas .

Detràs de ese fariseismo y retorcimiento de la verdad , hay un verdadero gato .... pero encerrado :burla: :D :burla:
 


Saludos, aquí les pego la respuesta que dí a un antisemita en el foro de Iblnews.com y creo que esta es la ocasión perfecta para compartirla con vosotros.

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No hace falta que nos enzarcemos en una improductiva guerra de "propaganda", podríamos publicar miles de páginas rebatiéndonos mutuamente. Basta con coger un libro de historia y punto ;-).

Pero historia de verdad, no historia distorsionada o falseada para dar existencia a un Pueblo que lidera (bajo una dictadura (no fue elegido democráticamente)) el "Egipcio" de Arafat.

Un poco de historia:

Los Palestinos dicen que vienen de los Cananeos, una raza muy anterior a los Judíos.

¡¡Mentira!!, los Cananeos desaparecieron de la faz de la tierra hace 3 milenios y no hay ninguna prueba de que hayan sobrevivido descendientes, si es que llegaron a tenerlos.

La palabra "Palestino" es una derivación de los "Filisteos", un pueblo AGEO que vivían en el siglo 12 AC.

El término "Palestina" se designó a la región de Judea por los ROMANOS, en un intento de minimizar la identificación de los Judíos con la tierra de Israel.

Los Hebreos entraron en la Tierra de Israel en el 1300 Antes de Cristo, viviendo como tribus bajo el reino de Saul. El segundo rey, David, estableció Jerusalem como su capital en el 1000 antes de Cristo. El hijo de David, Salomón construyó el templo en Jerusalem que más tarde adquirió las funciones administrativas y militares del reino.

Como comprenderás, los Judíos llevan un poquito más de tiempo :) y tienen más derecho que nadie a vivir en SU Tierra, pues si no hubieran sido expulsados varias veces de SUS tierras, su reinado tendría más de 3000 años. (Tierra que les fue prometida por Dios).

Todo lo que hoy en día es Israel fue invadido por los árabes de alrededor, después de la invasión romana en el año 70 Después de Cristo. Aunque siempre hubo una pequeña presencia judía que no marchó a la diáspora. En aquel entonces todavía no existía ningún estado árabe o Palestino llamado Palestina. (es el nombre que se le dió a la región de Judea pero no estaba habitada por Palestinos).

Se empezó a hablar de los Palestinos y de un estado Palestino ¡¡POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA!! en Jerusalem en el año 1919 en el primer congreso de asociaciones Musulmanas y Cristianas para elegir a los representantes de la conferencia de paz de París en la que se adoptó la siguiente resolución:

"Consideramos Palestina como una parte de la Siria Árabe, de la cual nunca ha sido separada. Estamos conectados con ellos nacionalmente, religiosamente, naturalmente, económica y geográficamente."

En 1937, un lider Árabe local (Auni Bey Abdul-Hadi), dijo a la "Comisión Peel", que estaba sugiriendo la partición de Palestina: "No existe ningún país (Palestina), "Palestino" es un término que inventaron los Sionistas. No existe Palestina en la Biblia. Nuestro país siempre ha sido parte de Siria durante siglos.

En 1947 los representantes de la liga Árabe afirmaron ante Naciones Unidas en la Asamblea General en Mayo de 1947 que "Palestina era una parte de la Provincia de Siria" y que, "políticamente, los Árabes de Palestina no tenían la intención de formar una entidad política separada". Unos cuantos años después, Ahmed Shuqeiri, que más tarde sería el presidente de la Organización Para la Liberación de Palestina, dijo al consejo de seguridad: "Es de todos sabido que Palestina no es nada más que el sur de Siria".

¡¡¡¡¡LOS PROPIOS ÁRABES Y "PALESTINOS" RECONOCEN QUE PALESTINA ESTABA EN EL SUR DE SIRIA Y ERAN UN PUEBLO, NO UNA NACIÓN!!!!!.

El nacionalismo Árabe-Palestino nació a partir de la guerra de los Seis Días y después de la captura del West Bank por parte de Israel en el año 1967.

Por esa regla de tres que tú (y muchos más) justificas/apoyas, demos la independencia a los Vascos, Las Canarias, Ceuta y Melilla a los marroquíes... Muchos justifican el terrorismo palestino, para conseguir unas tierras que no les pertenecen históricamente. La mayoría de las fronteras se trazan con las guerras y si hiciéramos caso de las fronteras históricas o de las fronteras después de la guerra de los Seis Días, casi toda Siria, Egipto, Líbano, etc... debería ser tierra Israelí. Por eso fueron las naciones Unidas las que designaron las fronteras de Israel. Si eso no te vale y prefieres que se hagan las fronteras de forma histórica... demos toda España a los Mulsulmanes que estuvieron más tiempo que nadie, y espérate que no lo vuelva a ser ;-).

El justificar la causa y terrorismo palestino, es lo mismo que justificar el nacionalismo y terrorismo de Eta, o el del Ira...

De verdad, no te creas lo que te digan, que no te coman el coco, no recurras a la propaganda y a la información tergiversada, piensa por tí mismo y la respuesta a este tema lo tienes en los libros de Historia (si no te crees lo que te cuento).

Una cosa muy distinta es que seas antisemita, entonces con tal de alimentar tu odio contra los judíos te crees lo primero que te digan (y lo que quieres escuchar), pero eso mismo es aplicable a cualquier otra raza o nación.

Ahora lo que mola y está de moda es meterse con los "yankis" y los "sionistas", es lo más guay, progre, antisistema, antiglobalización, superizquierdasguayquetecagas y comunista del séptimo día :-DDDDDDDD.

Un saludo.

Bart.

P.D: La Biblia es el mejor libro de historia de todos :)

 
Originalmente enviado por: Elisa
Mt:23:25: ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque limpiais lo que está de fuera del vaso y del plato; mas de dentro están llenos de robo y de injusticia.
Mt:23:26: ¡Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera se haga limpio!
Mt:23:27: ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque sois semejantes á sepulcros blanqueados, que de fuera, á la verdad, se muestran hermosos, mas de dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad.
Mt:23:28: Así también vosotros de fuera, á la verdad, os mostráis justos á los hombres; mas de dentro, llenos estáis de hipocresía é iniquidad.
Mt:23:29: ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos,
Mt:23:30: Y decís: Si fuéramos en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros en la sangre de los profetas.
Mt:23:31: Así que, testimonio dais á vosotros mismos, que sois hijos de aquellos que mataron á los profetas.


jajajajajaj elisa cada dia te pones mas histerica, encomiendate al Señor, ora por los judios y los palestinos y deja de defender a un unico pueblo, que al unico que debes de defender es al pueblo de Dios, nosotros.

Bendiciones
 
Originalmente enviado por: Cumbanchero
jajajajajaj elisa cada dia te pones mas histerica, encomiendate al Señor, ora por los judios y los palestinos y deja de defender a un unico pueblo, que al unico que debes de defender es al pueblo de Dios, nosotros.

Bendiciones

Veo que Elisa tiene razón, eres tu la que la 'busca' y la provoca, quizás no pensaste que esto te delataría... te equivocaste de nuevo chavá!! ;)
 
1ª Reyes,11:31 Y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti daré diez tribus; 32 (Y él tendrá una tribu, por amor de David mi siervo, y por amor de Jerusalem, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel

Tal como se aprecia, claramente, el Reino de Israel, lo representan las 10 tribus ajenas a Judá.

El actual estado de Israel es una suplantación, pues se debería denominar estado de Judá, igual que antiguamente fué el reino de Judá, tras la muerte de Salomón.

¿Es que a los Sionistas, les dá verguenza la creación de un estado judío?.
¿Oserá que no encontrarían el apoyo fanático de los cristianos, si fuera el estado de Judá; y para manipular las creencias de lo judíos de verdad y de los cristianos, pegaron el cambiazo?

El Reino de Israel, es espiritual y es el reino de Díos, que es amor.
 
Sequen el pantano y se acabarán los mosquitos

Al atacar a Irak, EE.UU. incitará a una nueva ola de ataques terroristas
Por Noam Chomsky
El 11 septiembre conmocionó a numerosos estadounidenses llevándolos a comprender que harían mejor en prestar más atención a lo que el gobierno de EE.UU. hace en el mundo y a cómo se perciben sus acciones. Se han abierto numerosos temas a la discusión que no estaban anteriormente en la agenda. Tanto mejor.

También es de la más elemental cordura, si esperamos que se reduzca la probabilidad de futuras atrocidades. Puede ser reconfortante pretender que nuestros enemigos "odian nuestras libertades," como dice el presidente Bush, pero es poco prudente hacer caso omiso del mundo real, que nos trae lecciones diferentes.

El presidente no es el primero que pregunta: "¿Por qué nos odian?" En una discusión de su equipo hace 44 años, el presidente Eisenhower describió "la campaña de odio en contra nuestra [en el mundo árabe], no de los gobiernos sino de los pueblos". Su Consejo Nacional de Seguridad señaló los motivos básicos: EE.UU. apoya a gobiernos corruptos y opresivos y "se opone al progreso político o económico" por su interés en el control de los recursos petrolíferos de la región.

Estudios posteriores al 11 de septiembre en el mundo árabe revelan que las mismas razones valen en la actualidad, combinadas con el resentimiento por políticas específicas. Sorprendentemente, es el caso incluso en sectores privilegiados, orientados hacia Occidente, en la región.

Para citar sólo un ejemplo reciente: en la edición del 1 de agosto de la Far Eastern Economic Review, el especialista en la región internacionalmente reconocido Ahmed Rashid escribe que en Pakistán "existe creciente enojo ante el apoyo que EE.UU. da al régimen militar [de Musharraf] para que postergue la promesa de democracia".

Actualmente no nos hacemos ningún favor si queremos creer que "nos odian" y "odian nuestras libertades". Al contrario, se trata de actitudes de gente a la que le gustan los estadounidenses y que admiran muchas cosas en EE.UU., incluyendo sus libertades. Lo que odian son las políticas oficiales que les niegan las libertades a las que ellos también aspiran.

Por tales razones, cuando Osama bin Laden se puso a despotricar después del 11 de septiembre - por ejemplo sobre el apoyo de EE.UU. a regímenes corruptos y brutales, o sobre la "invasión" de EE.UU. en Arabia Saudí - obtuvo una cierta resonancia, incluso entre los que lo desprecian y temen. Del resentimiento, la cólera y la frustración, las bandas terroristas esperan conseguir apoyo y reclutas.

Debiéramos también concienciarnos de que gran parte del mundo considera que Washington es un régimen terrorista. En los últimos años, EE.UU. ha emprendido o respaldado acciones en Colombia, Nicaragua, Panamá, Sudán y Turquía, para sólo nombrar unas pocas, que caen bajo las definiciones oficiales de "terrorismo" de EE.UU. - es decir, cuando los estadounidenses aplican ese término a sus enemigos.

En la más sobria publicación del establishment, Foreign Affairs, Samuel Huntington escribió en 1999: "Mientras EE.UU. denuncia regularmente a varios países como 'estados canallas,' desde el punto de vista de numerosos países se está convirtiendo en la superpotencia canalla... la mayor amenaza exterior a sus sociedades."

Semejantes percepciones no son modificadas porque, el 11 de septiembre, un país occidental sufrió, por primera vez, en su propio suelo un horrendo ataque terrorista, del tipo que es demasiado familiar a las víctimas del poder de Occidente. El ataque va mucho más allá de lo que se llama a veces el "terror al por menor" del IRA, el FLN o las Brigadas Rojas.

El terrorismo del 11 de septiembre provocó una dura condena en todo el mundo y una ola de simpatía por las inocentes víctimas. Pero con reservas.

Una encuesta Gallup internacional realizada a fines de septiembre descubrió poco apoyo para un "ataque militar" de EE.UU. contra Afganistán. En América Latina, la región con más experiencias en intervenciones de EE.UU., el apoyo varió entre un 2% en México y un 16% por Panamá.

La actual "campaña de odio" en el mundo árabe es, desde luego, alimentada también por las políticas de EE.UU. hacia Israel-Palestina e Irak. EE.UU. ha dado un apoyo crucial a la dura ocupación militar por Israel, que ahora está en su 35º año.

Una manera como EE.UU. podría disminuir las tensiones entre israelíes y palestinos sería dejando de negarse a unirse al consenso, que existe desde hace tiempo en el ámbito internacional, que llama a reconocer el derecho de todos los estados en la región a vivir en paz y seguridad, incluido un estado palestino en los territorios actualmente ocupados (tal vez con ajustes fronterizos menores y mutuos.)

En Irak, una década de duras sanciones debidas a la presión de EE.UU. ha fortalecido a Sadam Hussein mientras conducía a la muerte a cientos de miles de iraquíes - tal vez más gente "de la que ha sido asesinada por las llamadas armas de destrucción masiva a través de la historia", escribieron los analistas militares John y Karl Mueller en Foreign Affairs en 1999.

Las actuales justificaciones de Washington para atacar Irak tienen mucha menos credibilidad que cuando el presidente Bush padre daba la bienvenida a Sadam como aliado y socio comercial después de que éste cometió sus peores brutalidades - como en Halabja, donde Irak atacó a los kurdos con gas tóxico en 1988. En esa época, el asesino Sadam era más peligroso de lo que es hoy en día.

En cuanto a un ataque de EE.UU. contra Irak, nadie, ni siquiera Donald Rumsfeld, puede estimar de manera realista los posibles costos y consecuencias. Los extremistas islamistas radicales esperan con toda seguridad que un ataque contra Irak costará la vida de mucha gente y destruirá gran parte del país, suministrando reclutas para acciones terroristas.

Presumiblemente también les es bienvenida la "doctrina Bush" que proclama el derecho al ataque contra potenciales amenazas, que son virtualmente ilimitadas. El presidente ha anunciado: "Es imposible predecir cuántas guerras van a ser necesarias para asegurar la libertad en la patria." Es cierto.

Las amenazas están por todas partes, incluso dentro del país. La receta para una guerra sin fin presenta un peligro mucho mayor para los estadounidenses que el que causan los que son considerados como enemigos, por razones que las organizaciones terroristas comprenden muy bien.

Hace veinte años, el antiguo jefe de la inteligencia militar israelí, Yehoshaphat Harkabi, que también es un destacado arabista, dijo algo que mantiene su validez. "Ofrecer una solución honorable a los palestinos, respetando su derecho a la autodeterminación: ésa es la solución al problema del terrorismo. Cuando desaparezca el pantano, no habrá más mosquitos."

En esa época, Israel gozaba de una práctica inmunidad contra represalias dentro de los territorios ocupados; inmunidad que ha mantenido hasta hace muy poco. Pero la advertencia de Harkabi era acertada, y la lección es más generalmente aplicable.

Bastante antes del 11 de septiembre, se consideraba que con la tecnología moderna, los ricos y poderosos perderán su cuasi monopolio de los medios de violencia y pueden contar con que sufrirán atrocidades en su propio suelo.

Si insistimos en crear más pantanos, habrá más mosquitos, con una horrenda capacidad de destrucción.

Si dedicamos nuestros recursos a secar los pantanos, a encarar las raíces de las "campañas de odio", podemos no sólo reducir las amenazas que enfrentamos, sino vivir según los ideales que profesamos y que están a nuestro alcance si nos decidimos a tomarlos en serio.

Noam Chomsky es catedrático de lingüística en el Massachussets Institute of Technology y autor del best seller en EE.UU. "9-11"

Correo: [email protected]

(c) Noam Chomsky/New York Times Syndicate
 
Las masacres no ocurren sin más
Sabra y Shatila 20 años después
por Lauri King-Irani
Hace hoy veinte años, en una cálida y sofocante mañana de sábado, se esclareció una espantosa realidad en el Líbano. Algunas personas que se acercaban a los campos de refugiados contiguos de Sabra y Shatila en las afueras de Beirut tenían sus sospechas de que, un día más, oscuros actos habían tenido lugar en las callejuelas, casas y calles de los campos. Desde el miércoles por la noche anterior, las tropas y los tanques israelíes habían rodeado los campos a medida que esta área se vio bajo fuego de artillería constante.

Los soldados de la Fuerza de Defensa Israelí (FDI), dirigidos por el General Ariel Sharon y asistidos por Rafael Eitan y Amos Yaron, habían prevenido a todo el mundo de que no entrasen o dejasen el campo... a todo el mundo, claro, menos a los milicianos falangistas financiados, armados y suministrados por Israel, infames por su odio asesino hacia los palestinos. Por la noche, soldados de la FDI lanzaron bengalas al cielo para asistir a estos milicianos en sus horribles tareas cuyos resultados conmocionarían al mundo esa noche de sábado de septiembre, hace dos décadas.

Aún antes de que los periodistas, diplomados, el personal de la Cruz Roja y otra hubiesen entrado a los campos esa mañana, sus peores temores se confirmaban con el olor nauseabundo a carne putrefacta y el zumbido audible de las deleitadas moscas, el único sonido que rompía el agobiante silencio antes de que los gritos angustiados de los sobrevivientes reventaran en el aire. Periodistas habituales vomitaron. Hombres adultos se desmayaron. Los representantes experimentados de la Cruz Roja están aturdidos.

"Mi vida se divide en al antes y el después a Sabra y Shatila", dice Elias, un antiguo voluntario de la Cruz Roja con el que trabajé en el Líbano. "No he vuelto a ser la misma persona desde que vi todos aquellos cuerpos de bebés y los cadáveres de mujeres con el estómago abierto y desgarrado. Durante semanas imaginé que todavía podía oler todos esos cuerpos hediendo en el calor de aquella mañana. Aquello alteró completamente mi visión de la naturaleza humana".

Con sólo 17 años en la época, Elias estaba entre los más jóvenes de los que descubrieron una de las peores atrocidades de la era posterior a la segunda Guerra Mundial en los campos de refugiados el 18 de septiembre de 1982. Ahora, cerca de cumplir los cuarenta, nunca olvidará aquella fecha o su significado.

Desafortunadamente, mucha gente no sabe, ni mucho menos recuerda, que las masacres de Sabra y Shatila ocurrieron.

Algunos, tras enterarse de que al menos 1.500 inocentes civiles libaneses y palestinos fueron torturados, violados, mutilados y masacrados en una orgía de asesinato y caos de dos días, después de un verano en el que el ejército invasor israelí cometió numerosos crímenes de guerra cuyo resultado fue la muerte de unos 15.000 civiles, simplemente se encogen de hombros, como diciendo "Bueno, ¿qué puede hacerse? Después de todo, se trata de Oriente Medio. Cosas así ocurren constantemente por allí".

Pero las masacres no "ocurren sin más". No son desastres naturales, como terremotos, tornados o maremotos. Las masacres requieren ser pensadas, planeadas y coordinadas. Las masacres surgen de estrategias calculadas y de la astuta manipulación de las emociones, los hechos y la razón. Requieren un particular conjunto de roles sociales entrabados y unas pautas de comportamiento específicas. Cada masacre tiene su propia organización política amparada por una serie de creencias motivadoras e ideologías legitimistas.

Las masacres no ocurren de forma espontánea, como las peleas en los bares. Cuando un ejército está implicado (como claramente fue el caso hace 20 años en Beirut, una ciudad dividida bajo la ocupación militar de la FDI), las masacres requieren además una línea de mando. Se dan órdenes, se colocan tanques, se revisan y aprueban papeles, se niega el paso, se bloquean las carreteras, se sellan las salidas, se lanzan bengalas, se transportan soldados tras las líneas demarcadas, se estipulan asesinatos, se cavan tumbas colectivas, se ocultan cadáveres, la gente desaparece, y después se cuentan cuentos, se ofrecen excusas y, siempre, se niegan los hechos. La primera baja de toda guerra y la última de toda masacre es la misma: la verdad.

Según las normas internacionales, específicamente la IV Convención de Ginebra, la responsabilidad impuesta por crímenes de guerra cae en última instancia sobre los oficiales militares presentes de más alto rango. En el caso de las masacres de Sabra y Shatila, esa persona era y sigue siendo el general Ariel Sharon. El hecho de que, 20 años después, Sharon es un asentado jefe de gobierno disfrutando de los gajes del poder y el prestigio mientras los muertos de Sabra y Shatila yacen olvidados en tumbas sin marca, debería ser causa suficiente para propagar la alarma y el ultraje. Su ausencia es un siniestro; comprende la evidencia de otros asesinos, tanto reales como metafóricos.

Las masacres tienen autores; son crímenes que deben ser investigados y enjuiciados. Para los desolados, las masacres nunca acabarán hasta que se haga justicia. Tras ese espantoso sábado de 1982 todos los días han sido 18 de septiembre una y otra vez para los supervivientes de Sabra y Shatila. Olvidar una masacre es matar a los muertos por segunda vez; olvidar a los muertos es condonar el crimen y excusar a los asesinos. Y los muertos de Sabra y Shatila han sido asesinados muchas, muchas veces. Cada vez que pasaba un año y nadie lo advertía, cada vez que la basura profanaba el lugar de la tumba colectiva, cada vez que las autoridades libanesas se negaban a investigar o enjuiciar los crímenes, no sólo los muertos, sino que también los atormentados supervivientes, eran asesinados una y otra vez.

Y cada vez que el primer ministro israelí Ariel Sharon quien, de acuerdo con una comisión de investigación oficial israelí, "admite responsabilidad personal" en las masacres, es proclamado un "hombre de paz" y un líder admirable, la verdad es asesinada una vez más. Ésta es la forma en que la impunidad florece, en que las leyes se vuelven insignificantes y en que la delicada fábrica de asuntos sociales y políticos humanos se corroe gradualmente.

La impunidad por las masacres de Sabra y Shatila no sólo es reprensible moralmente e insoportable psicológicamente, sino que también es peligrosa políticamente a causa del precedente que marca y de los corazones y mentes que envenena. Aquel al que se le niega la justicia buscará la venganza. De este modo, el mal de un crimen condonado se infesta y se expande, eventualmente alcanzando a otros, incluso a kilómetros de distancia y décadas más tarde.

Hoy, el vigésimo aniversario de las masacres de Sabra y Shatila, bien puede que sea la fecha más dolorosa para los afligidos. El año pasado, 23 valientes supervivientes presentaron un pleito contra Ariel Sharon, Amos Yaron y otros israelitas y libaneses en una corte belga bajo el principio de Jurisdicción Universal con la esperanza de finalmente hacer justicia a los muertos y dejar a los vivos descansar. El principio de jurisdicción internacional, escrito en la IV Convención de Ginebra, el derecho humanitario internacional y la Convención sobre la Tortura de 1984, se basa en el derecho tradicional y en un consenso, reforzado por los horrores de la segunda guerra mundial, en que algunos crímenes son tan atroces que llegan a amenazar a la raza humana. La jurisdicción para perseguir esos crímenes debe ser universal, no sólo territorial.

La Convención de Ginebra declara específicamente que todos los signatarios de la convención no sólo tienen el derecho sino también el deber tanto de perseguir como de extraditar a los individuos culpables de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio. En 1993, el Parlamento belga incorporó formalmente el principio de Jurisdicción Universal en Bélgica, un código criminal que permite, así, a las cortes belgas tratar casos de crímenes de guerra sin conexión alguna con Bélgica.

A pesar de la esmerada documentación y los muchos testimonios, a pesar del apoyo consistente del Ministro de Justicia de Bruselas a los argumentos presentados por los supervivientes de la masacre y no a los abogados que representaban a los acusados durante la audición que precedió al juicio, y a pesar de contar con nuevas evidencias que seguían implicando al personal de la FDI en las masacres así como en la desaparición de cientos de hombres y niños en el período posterior a la matanza, un Tribunal de Apelación belga rechazó el caso por un absurdo detalle técnico: el caso no podía seguir a la fase de apelación porque los acusados "no estaban presentes en suelo belga".

Especialistas en derecho internacional, al igual que Amnistía Internacional y Human Rights Watch, observaron que este fallo burlaba el principio de jurisdicción universal para crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Otro asesinato emanaba de las masacres de Sabra y Shatila: el asesinato de la fe popular en los principios, acciones y eficacia de la ley internacional. Con la decisión de este Tribunal de Apelación belga, las consecuencias de los crímenes cometidos hace veinte años en Beirut cobró nuevas e inquietantes dimensiones internacionales. La masacres de Sabra y Shatila ya no son tan sólo un sangriento capítulo del conflicto palestino-israelí, sino un recuerdo patente del fracaso de la comunidad internacional al aplicar la ley internacional de forma justa y consistente.

El mes que viene se espera que el Parlamento belga, ante la urgencia de una coalición basada en la apertura de las ONG y de individuales que representen diversos puntos de vista políticos, apruebe un nuevo punto en la legislación interpretativa que salvará la ley de jurisdicción universal del país y dejará claro que la parte acusada no tiene por qué estar presente en el suelo belga para que se proceda a su juicio. Si se aprobase la legislación propuesta hará nula la apelación de los supervivientes de la masacre de Sabra y Shatila al Tribunal Supremo belga, permitiéndoles lanzar otra tentativa por la justicia en Bélgica por las masacres de 1982 en Beirut.

Tras veinte años de justicia, los supervivientes de Sabra y Shatila siguen esperando lograr que se haga justicia para dejar a sus muertos descansar en paz y comenzar a vivir de nuevo. Pero la justicia, como la masacre, no ocurre sin más. Coordinación, esfuerzo, paciencia y habilidad considerables serán necesarios antes de que los supervivientes puedan por fin pasar la página de la triste fecha del 18 de septiembre.
 
Análisis feminista y la crisis

Por Cynthia Peters

Cynthia Enloe, experta feminista y autora de varios libros y artículos sobre mujeres y los militares, sugiere que sería bueno preguntar: ¿Dónde están las mujeres? Un observador casual de los acontecimientos recientes podría contestar justificadamente: No hay ninguna. O por lo menos no muchas.

Bueno, tenemos a Condoleeza Rice, pero está normalmente rodeada de hombres trajeados declamando retóricas machistas sobre "fulminar estados" (Sub-secretario de defensa, Paul Wolfowitz) y usando metáforas de vaqueros para describir como van a cazar a Osama Bin Laden "vivo o muerto" (el presidente Bush). Los taliban, por supuesto, son todos hombres, así como los de la Alianza del Norte. Los terroristas son todos hombres. Todos los protagonistas de la tragedia desplegada son hombres -incluyendo ( por lo menos según las fotos publicadas en los periódicos) los heroicos bomberos que corrieron a entrar en un edificio en llamas para salvar a gente que ni siquiera conocían. Para no mencionar a los hombres valientes que trabajan para obtener la ayuda alimenticia tan necesaria en Afganistán.

Pero las mujeres están ahí. Solamente tenemos que mirar debajo de la superficie para encontrarlas.

En Afganistán

Antes que los taliban tomaran el control de Kabul, muchas mujeres afganas tenían papeles importantes en la vida pública. El cuarenta por ciento de los médicos de la capital, el cincuenta por ciento de los funcionarios públicos y el setenta por ciento de los profesores, estaba constituido por mujeres. Bajo el régimen talibán, no estaban ni siquiera autorizadas a salir de casa si no eran acompañadas por un familiar masculino. Tenían prohibido trabajar o ir al colegio. Alejadas del mundo laboral pero forzadas a ganarse la vida a duras penas debido a la muerte o incapacidad de sus maridos, muchas mujeres afganas recurrieron a la prostitución.

Un informe de la página web de la Asociación revolucionaria de mujeres afganas (www.rawa.org) nos recuerda las dificultades de una mujer afgana para manejarse en la vida pública, empleando diferentes identidades para mantener a su familia y evitar la muerte: "Las mujeres que trabajan en un burdel, normalmente llevan tres tipos de carnets de identidad. Un carnet identificándolas como viudas con hijos que usan para obtener ayuda de Naciones Unidas o la Cruz Roja. Otro carnet, que muestra que está casada, les permite alquilar casas y demás. Si los talibanes las arrestan por Zena (un crimen por practicar el sexo fuera del matrimonio), usan su tercer carnet que las identifica como solteras. Ser soltera las ayuda a no ser lapidadas." Son lo que Cynthia Enloe llama "mujeresyniños"- víctimas inocentes enfrentándose a las bombas estadounidenses, a las fronteras cerradas y a la hambruna pues los ataques aéreos pusieron fin a programas de ayuda masivos para ayudar a millones de Afganos a sobrevivir los rigores del invierno.

"Yo no he visto a Osama. No conozco a Osama. ¿Por qué cuando pasa algo en el este, el oeste o el norte del mundo, los problemas tienen que venir aquí y golpear directamente a la gente de Afganistán?" preguntaba Farida, una viuda de 40 años y madre de cuatro hijos que estaba mendigando en las calles de Kabul, la capital de Afganistán. "Rezo a mi dios para que tan pronto como Estados Unidos ataque, el primer misil caiga sobre mi casa y me mate a mí y a mi familia," dijo la ex profesora desde detrás del velo que la cubre por completo. Enumera una lista larga de desgracias que incluyen la falta de agua y de instalaciones sanitarias en su casa, un edificio en ruinas.

¿Es esta la versión femenina de una misión suicida?

Las condiciones que producen hombres con voluntad de acero que orquestan la muerte instantánea de miles de personas así como la suya propia, también produce esto, la desgracia y la falta de esperanza de una madre afgana que reza por su muerte y la de sus hijos. Si Farida y las mujeres como ella no mueren en un bombardeo, tendrán que luchar para conseguir restos de comida y de autodeterminación. La muerte por hambre es una amenaza que sienten particularmente las mujeres pues son las que tienen la responsabilidad primaria sobre sus hijos.

Suponiendo que no se mueran de hambre, hay otra emergencia sanitaria a la que se enfrentan las mujeres afganas según el Fondo de Naciones Unidas para Actividades en materia de Población FNUAP (UNFPA, siglas en inglés). Miles de mujeres embarazadas carecen de cobijo, comida y cuidados médicos y las condiciones insalubres representan un riesgo serio para estas mujeres y sus hijos en edad infantil. Incluso antes de la crisis actual, las pobres condiciones sanitarias y la malnutrición hacían el embarazo y el parto extraordinariamente peligrosos para las mujeres afganas.

Con la retirada de los talibanes, las mujeres afganas se enfrentan ahora a un tormento similar con sus "liberadores" que apoya Estados Unidos. Según Robert Fisk, en un artículo de "El Independiente" de Londres, la Alianza del Norte está compuesta por conocidos violadores y asesinos. En los 90 "se abrieron paso hasta la periferia de Kabul saqueando y violando.... Escogían niñas para forzarlas al matrimonio y asesinaban a sus familiares." RAWA (Asociación Revolucionaria de Mujeres Afganas) definió la retirada de los talibanes como "un cambio positivo", pero la toma de poder de Kabul por parte de la Alianza del Norte "no es sino noticias espantosas y sobrecogedoras para dos millones de residentes cuyas heridas de los años 1992 al 1996 no se han curado todavía" (13-11-01).

Es verdad, la retirada de los talibanes puede proporcionar una apertura para las mujeres. Pero mientras las caras recientemente reveladas de las mujeres afganas son mostradas por los fotógrafos de las agencias de prensa (AP, Associated Press) muchas -las víctimas inocentes de los bombardeos de Estados Unidos y las que se mueren de hambre- permanecen tapadas por un grueso velo. Sus historias son enmascaradas por los principales medios de comunicación que están haciendo un esfuerzo considerable por minimizar las víctimas civiles, siguiendo las directrizes de su perro guardian, FAIR.

A pesar de las presiones de consecutivos gobiernos opresores, las mujeres de Afganistán no han sido invisibles. La asociación pro-democracia y pro-derechos de la mujer RAWA (Asociación Revolucionaria de Mujeres Afganas) ha trabajado diligentemente para dar a conocer su estado lamentable. Las mujeres afganas se arriesgan a la pena de muerte por su trabajo organizativo. Aun así, según Katheleen Richter en un artículo para Z Magazine, tienen unas 2.000 miembros, la mitad en Afganistán y la mitad en Pakistán. RAWA dirige escuelas clandestinas para niños y niñas en Afganistán que operan desde sus casas, tiene en funcionamiento equipos sanitarios móviles, también clandestinos, en los dos países y organiza proyectos que generen ingresos para las mujeres afganas. También provee a las organizaciones de derechos humanos informes sobre violaciones llevadas a cabo por los talibanes y otros fundamentalistas y produce cintas grabadas con material educativo, convoca veladas poéticas y narrativas y publica una revista trimestral.

A pesar de la victimización a la que son sometidas por parte del gobierno y las reglas religiosas, las mujeres afganas se han unido en un movimiento de paz y justicia al mismo tiempo que se unen para subsistir en su frágil día a día. Las mujeres y hombres afganos, y no los gobiernos de occidente, son los que tienen las semillas para su propia liberación. En nuestro enfoque para resolver los problemas mundiales -como el de detener terroristas y castigar a los gobiernos que les dan cobijo- podríamos encontrar útil preguntarnos: ¿Dónde están las mujeres?, y no sólo eso sino: ¿Qué están diciendo?.

En Estados Unidos

Si algo nos ha enseñado recientemente el feminismo en Estados Unidos, es a tener cuidado con la palabra "unidad". Como esto es todo lo que oímos estos días ("Unidos resistiremos", "América unida", etc., etc.) valdría la pena tomarnos tiempo para ver qué es lo que queda excluido de existir cuando todos somos "uno".

Cuando el líder de la mayoría en el senado, Tom Daschel (demócrata, Dakota del Sur) salvó las diferencias entre los partidos más importantes diciendo: "Estamos resueltos a trabajar juntos, no como demócratas o republicanos, sino como americanos", algunos pueden opinar que no hizo demasiado esfuerzo. Pero añadió: "Esta noche, el presidente nos ha pedido "unidad"......Haremos lo que sea necesario para proteger nuestra nación. Nada es más urgente".

Las llamadas a la unidad y las afirmaciones de que solo hay un grupo de intereses que proteger en "nuestra nación" rechaza las inmensas divisiones que existen de una parte a otra de este país sobre raza, clase, genero, geográficas, étnicas, sexuales y religiosas. Muchos de los movimientos sociales que se ocupan de desmantelar las instituciones que generan racismo, sexismo, clasismo y homofobia son silenciados y marginados agresivamente al tiempo que todo lo que signifique el "American way" se promociona como el equivalente a la libertad y la democracia.

Jerry Falwell expresó su versión cristiana fundamentalista de la insistencia en la unidad de Tom Daschle cuando escupió que los ataques terroristas habían sido causados por "paganos, partidarios del aborto, feministas, gays y lesbianas quienes están tratando enérgicamente de hacer de ello una alternativa de vida, la Asociación americana para las libertades civiles (American Civil Liberties Union), Ciudadanos por la American Way (People for the American Way) y todos aquellos que han tratado de secularizar EE.UU. Yo les señalo con el dedo y digo: "Vosotros habéis contribuido a que esto ocurra".

Porque estas declaraciones eran tan absurdas y su señalar con el dedo incluía tantos elementos del espectro político para ser consideradas de mala educación, Falwell tuvo que retractarse y pedir disculpas. Sin embargo revelan algo sobre lo que hay detrás de estas llamadas de unidad. Falwell se equivocaba acerca de que feministas, gays y lesbianas causaran los ataques terroristas, pero tenía razón sobre aquellos de nosotros que combatimos la supremacía blanca institucionalizada, la patriarquía y retamos la unidad del mercado estadounidense y por lo tanto desestabilizamos el poder de los Estados Unidos.

Tanto como si usan las palabras extremistas de Falwell como las educadas de Daschle, los líderes estadounidenses están usando los ataques terroristas como una oportunidad para los Estados Unidos de consolidar el poder, y esto incluye más marginación a los movimientos sociales que han combatido en contra del funcionamiento y los resultados de las instituciones estadounidenses.

Mientras que las personas no creyentes y los partidarios del aborto no son bienvenidas, las mujeres tienen un papel especial en ayudar a consolidar el poder de los Estados Unidos. Aunque principalmente se supone que nos tenemos que mantener calladas, estamos finalmente escuchando declaraciones directas de Laura Bush del modelo a seguir acerca de cómo podemos ayudar durante estos periodos de necesidad de nuestro país. Durante una entrevista reciente en el programa de Larry King, la primera dama se lamentaba que "ha perdido un poco a su marido porque él se está entregando más al país", según un informe de UPI (United Press International, agencia de prensa) "es increíblemente estresante", continuó la Sra. Bush, "creo que hoy parecía un poco cansado"

Un momento de quejas es aceptable si rápidamente se transforma en animación: "pero lo está haciendo fenomenal", añadió la primera dama, "está muy resuelto, lo está haciendo muy bien".

"El hecho es", dijo en un punto, "que la mayoría de nosotros estamos seguros. Casi todos nosotros estamos seguros, nuestros hijos están seguros en el colegio. Necesitamos reafirmarles esto.

"Sé que hay gente que esta volviendo a montar en aviones lo cual me alegra" dijo. Acabó la entrevista con una nota alentadora: "Quiero hacer llegar a todos el mensaje de que creo que necesitamos volver a nuestra vida cotidiana y empezar a sentirnos seguros otra vez y por supuesto ayudar a hacer que los niños se sientan seguros mientras vuelven a su vida de siempre.

El papel de una madre y esposa durante los tiempos de crisis es admirar a nuestros hombres y con valentía sufrir sus comprensibles preocupaciones, tranquilizar a los niños, y suspirar con alivio la vuelta a las actividades cotidianas. Podemos celebrar las cosas pequeñas y no preocuparnos con los temas grandes como si la política de nuestro país ocasionará o no un genocidio en Afganistán. Todo lo cual nos lleva a la segunda cosa más importante que debe hacer una mujer: Volver a ir de compras. No preocupares si los accionistas están desinvirtiendo, las compañías aéreas despidiendo miles de personas y los ricos están reescalando y protegiendo su bienestar. No se preocupen si millones de estadounidenses no tienen ingresos disponibles y muchos más se las arreglan sin seguro médico o de vida. No se preocupen de todo eso, el deber patriótico de una mujer es ir de compras.

Cynthia Peters es la coordinadora de Boston de la red de acción de Timor-Lester y escritora independiente.
 
Originalmente enviado por: toni
Veo que Elisa tiene razón, eres tu la que la 'busca' y la provoca, quizás no pensaste que esto te delataría... te equivocaste de nuevo chavá!! ;)





Bueno Toni, tu no tienes ni idea de las barbaridades que me dijo elisa, me llamo nazi, antisemita, activista musulman y varias cosas mas, y solo por decir que tenemos que orar por los palestinos, TE PARECE ESO UNA OFENSA?



ella es la que en cada epigrafe que se lleva el tema de israel palestina es la que degrada a todos los que no piensan igual que ella, y te lo puedo demostrar, eh visto ataques contra esas personas de parte de elisa.


Lo unico que me delata que voy con la verdad por delante y los ciegos que son guias de ciegos hacen tropezar a los ciegos.



Y no me ekivoko justamente con elisa, ella es la que se cree que la estoy persiguiendo, solo pq escribo en los mismos foros que ella.



Toni, si lees mis aportaciones NUNCA me eh diriguido directamentre a ella, sino al tema en cuestion, es ella la que empieza a discriminar y a llamarnos "timoteo" a todos los que no pensamos como ella, ella no respeta y no practica el amor de Dios, así que Toni, informate un poko mejor.



La primera vez que entré a un foro y debatí este tema elisa ya me estaba insultando, ¿te lo demuestro?



Me importa poko si la crees a ella, pq todo va a salir a relucir, así que no tengo remordimientos de conciencia, y mucho menos por ella!!!!


Y otra cosa, donde me eh delatado yo?:

"jajajajajaj elisa cada dia te pones mas histerica, encomiendate al Señor, ora por los judios y los palestinos y deja de defender a un unico pueblo, que al unico que debes de defender es al pueblo de Dios, nosotros.

Bendiciones "


es que es malo que diga esto? es malo que diga que defienda al pueblo Cristiano y que ore por los demas pueblos? es malo pedir oracion por las guerras en medio orinente y cesen? es malo pedir oracion para que israel como pueblo antiguo se convierta de nuevo al Señor?¿


Toni, yo no se que es lo que se te pasa por la cabeza, pero como se que tu y elisa sois dispensacionalistas normal que os apoyesis el uno al otro, si lees apoc 13 las dos bestias tambien se ayudan mutuamnete.



Lo sienro toni pero te has ekivokado tu, lee de nuevo el aporte del otro foro, y dime tu donde eh ofendido yo primeramente, si lees mis aportes estan acorde al tema, estes de acuerdo con mis opiniones o no o mi interpretacion, pero son interpretaciones y es eso lo que hago , ponerlas en un foro, no me veras a mi contestando a los insultos de elisa, antes de que ella empiece.

Y yo se que no eh mostrado sintomas de "timoteismo" sino de Cristologia.

Bendiciones Toni que el Señor te guarde.
:angel: :angel: :angel: :angel: :angel: :angel: :angel:
 
Yo se que sabiendo tu la situación como estaba, además de que Elisa te pidió que la ignoraras, vienes acá a este foro y le contestas a Elisa un mensaje de mas de dos semanas....

Eso en mi tierra (que es la tuya también) es venir a tocar los 'imnombrables'

Nada mas que decirte, paso...

DTS y mucho!!!
 
Originalmente enviado por: toni
Yo se que sabiendo tu la situación como estaba, además de que Elisa te pidió que la ignoraras, vienes acá a este foro y le contestas a Elisa un mensaje de mas de dos semanas....

Eso en mi tierra (que es la tuya también) es venir a tocar los 'imnombrables'

Nada mas que decirte, paso...

DTS y mucho!!!

Muchas gracias Toni, Dios me bendice, a ti tambien, amado hermano.

Y contesto los mensajes cuando me llegan y cuando leo los demas como los del hermano dagonse, son muy buenos los de ese hermano y si no me da tiempo a leer y contestar estos es pq estoy en otros dos foros, es cuestion de tiempo, es como el Señor, contesta cuando quiere y en el momento oportuno no crees?


Por cierto, ella me conestó a una exhortacion de Dios hacia ella por medio de mi como instrumento de Dios, es malo pedir que nos amemos unos a otros e incluso al tener diferentes posturas escatologicas? pq de momento yo no eh vist ese respeto de ella hacia mi, y yo hacia ella si, por lo menos pq ella es mayor que yo (y no tanto) y pq ella sabe mas que yo.

No soy yo el que provoca las contiendas si te das cuenta hermano.


"no que la palabra de Dios haya fallado, solo que no todoslos que descienden de Israel son Israel"

"en isaac te será llamada descendencia"


Y si vosotros sois de Cristo VERDADERAMENTE LINAJE DE ABRAHAM SOIS"


Hasta otra iglesia de Cristo, Israel.
 

http://www.antesdelfin.com/noticias.html

Los atentados suicidas de los Palestinos son crímenes de guerra, dice Human Rights Watch

Noviembre 1, 2002

CIUDAD GAZA -- Aquellos que planean y ejecutan ataques suicidas que deliberadamente matan a civiles son culpables de crímenes contra la humanidad y deben ser llevados a la justicia, afirmó una agrupación de defensa de los derechos humanos en un informe dado a conocer el viernes.

El reporte de 170 páginas de la organización Human Right Watch evalúa las operaciones con atacantes suicidas de Hamas, Jihad Islámica, Brigadas de Mártires Al Aqsa y el Frente Popular para la Liberación de Palestina, todos grupos que se han responsabilizado de la mayoría de los recientes atentados de esta naturaleza. El informe sostiene que los líderes de estos grupos deberían enfrentar una investigación criminal. Human Right Watch también aseguró que el gobierno autónomo palestino y su presidente, Yasser Arafat, han fracasado en la detención de los ataques suicidas o en llevar a sus perpetradores a la justicia, lo que ha contribuido a "una atmósfera de impunidad" para tales crímenes.

"Las personas que llevan adelante atentados suicidas no son mártires, son criminales de guerra, lo mismo que la gente que ayuda a planear tales ataques", indicó Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch. Un líder político de Hamas no está de acuerdo. "Ese reporte está negando todos los académicos árabe musulmanes que no reconocen estas operaciones como suicidas. Está aceptando la terminología de Israel, describiendo tales operaciones como suicidas", señaló Mahmoud El Zahar. "Esta operación no es suicida, ellos son mártires".



 
SIMPLEMENTE INPRESIONANTE

SIMPLEMENTE INPRESIONANTE

No confunda, no le llamé necio, sino hipócrita y fariseo.



Usted es de aquellos que aparecen por los foros y que les gusta jactarse de su propia santidad, intentando remarcar los errores de los demás. Que si beben vino en las comidas, que si se caen para atrás, que si dicen a alguien que reconoce vivir una situación pecaminosa y que no conoce a Cristo que NO ES CRISTIANO.

Usted es de aquellos que pretende ser más bueno que Dios mismo. Ya conozco a los de su especie.



Mt:23:25: ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque limpiais lo que está de fuera del vaso y del plato; mas de dentro están llenos de robo y de injusticia.
Mt:23:26: ¡Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera se haga limpio!
Mt:23:27: ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque sois semejantes á sepulcros blanqueados, que de fuera, á la verdad, se muestran hermosos, mas de dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad.
Mt:23:28: Así también vosotros de fuera, á la verdad, os mostráis justos á los hombres; mas de dentro, llenos estáis de hipocresía é iniquidad.
Mt:23:29: ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos,
Mt:23:30: Y decís: Si fuéramos en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros en la sangre de los profetas.
Mt:23:31: Así que, testimonio dais á vosotros mismos, que sois hijos de aquellos que mataron á los profetas

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ES IMPRESIONANTE TODAS LAS OFENSAS QUE SE HAN DICHO A HERMANOS QUE PIENSAN DISTINTO A LOS DEMAS :
FARISEO HIPOCRITA, LA MAS SUAVE
DIRA JESUS LO MISMO QUE ESTOS HERMANOS QUE EMITEN SUS OFENSAS Y CREEN TENER UNA SOLA VERDAD A COSTA DE SABLAZOS Y MUY MALAS PALABRAS DESCALIFICADORAS YO NO QUISE COLOCAR A NINGUNO DE SUS AUTORES PARA NO CREAR ENREDOS Y PORMENORES.

E LEIDO ABSOLUTAMENTE TODO ESTE TEMA QUE VAN OPINIONES DE HERMANOS QUE DEFIENDEN A ISRAEL Y OTORS QUE DEFIENDEN A PALESTINA TAMBIEN HAY OTROS QUE SIGUEN A JESUS QUE CREEN QUE HAY QUE AMAR TANTO A ISRAELIES COMO PALESTINOS

PERO ES IMPRESIONANTE LA CANTIDAD DE PERSONAS QUE EMITEN JUICIO COMTRA OTROS TENIENDO UNA UNICA Y EXCLUSIVA VERDAD

LO PRIMER EL TEMA ESTE ES UN FORO Y SI ALGUIEN QUIERE DAR UN TEMA ME PARECE EXCELENTE Y SI A ORTA PERSONA NO LE GUSTO SIMPLEMENTE NO RESPONDA PRACTICAMENTE LO UNICO QUE HICIERON CUANDO EL AUTOR DIO EL TEMA ES JUZGARLO Y POCO MENOS LE FALTO DECIR QUE REA EL ANTICRISTO.


HERMANOS DONDE A QUEDADO EL AMOR DE JESUS HACIA LOS DEMAS HERMANOS
EN QUE HAY QUE DESCALIFICAR O HAY QUE EDIFICAR

PD: EL SEÑOR BENDIGA A TODO ESTE FORO Y EN ESPECIAL A LOS HERMANOS QUE FUERON VITUPEREADOS Y ATACADOS SIN COMTEMPLACION POR " ERUDITOS DE LA PALABRA " " DOCTORADOS EN JUICIO" Y TITULADOS EN " LA VERDAD ABSOLUTA"

SIMPLEMENTE HAY PERSONAS QUE CREEN QUE POR LLEVAR MUCHO TIEMPO TIENEN DERECHO DE PÁSAR COMO UN CAMION POR DELANTE DE LAS PERSONAS
NO,NO,NO,NO

EL SEÑOR DIJO QUE EL MAS PEQUEÑO ES EL MAS GRANDE EN EL REINO DE LOS CIELOS

SIMPLEMENTE VIENDO ESTE TEMA ME PUDE DAR CUENTA DE LA DUREZA DE CORAZON Y AMOR QUE SE HA PERDIDO EN ALGUNOS CRISTIANOS, Y KLA FALTA DE HUMANIDAD

PD: DIOS NOS DE DANDO SABIDURIA CADA DIA MAS PARA PODER DAR AMOR A AQUELLOS QUE SUFREN INDEPENDIENTE DE SU PAIS TODOS SON SERES HUMANOS