Re: Iglesia adventista del séptimo día
El primer Evangelio que se escribió fue el llamado de "Marcos" .
...
Cuando el autor del llamado Evangelio de "Lucas" escribió su evangelio consultó ( copió) textos del de"Marcos" .
también existían anteriormente la llamada "Fuente Q" de la palabra alemana "quelle" que significa "fuente" . Son unos escritos que recogen los dichos de Jesús. De esta "Q" también copió el autor de "Lucas" .
..
Basta leer LUCAS 1:1-4 para comprobarlo . El tal LUCAS copió de lo que ya existía anteriormente. Y además le dio el orden que quiso a los relatos , pues inicia el Ministerio de Jesús en Galilea y de forma lineal, conforme va organizando el relato, lo va aproximando a Jerusalén hasta concluir en la "Semana de Pasión " (Compárenlo con la descripción que hacen Marcos y Mateo = Jesús va de Galilea a Judea, sube a Galilea, baja a Perea , baja a Judea, vuelve a subir y vuelve a bajar pasando por Samaria...etc, etc)
...
Lo que ocurre es que esto algunos lo ignoraban.
..
(lo menos que podían hacer los que se llaman a si mismo "creyentes" es leer los Evangelios y compararlo. Saber cómo fueron compuestos, su origen...) Pero , claro, la ignorancia es muy atrevida.
Hace algunos años cuento con el Libro de Cesar Vidal, doctor en Historia (premio extraordinario de fin de carrera), en teología y en Filosofía y licenciado en Derecho. Se refiere a Lucas, "que en los primeros versículos de su Evangelio señala cómo ha ido recopilando materiales procedentes de testigos oculares a fin de dar un relato exacto de la vida y enseñanza de Jesús (Lucas 1:1-3)" Pág.12 "El Documento Q"
Lucas escribió el Evangelio que lleva su nombre, uno treinta años luego de la muerte y ascensión del Señor, y probablemente en su investigación habló personalmente con la madre de Jesús; y fue adoctrinado por Pablo como sugieren algunos comentaristas.
El mismo Pablo señala que recibió por revelación el misterio de Cristo
"Por esta causa yo Pablo, prisionero de CristoJesús por vosotros los gentiles; si es que habéis oído de la administración dela gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; que
por revelación me fuedeclarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente,
leyendo lo cualpodéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio queen otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, comoahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu" Efesios 3:1-5.
Con estos eruditos de "la vida del Señor y sus enseñanzas" y otros testigos presenciales que convivieron con Cristo, Lucas investigando y recopilando información y antecedentes de primera fuente, pudo ampliar sus conocimientos, y no necesitó mencionar a sus colaboradores ni la procedencia de sus citas en el Libro bíblico que lleva su nombre.
¿Y qué hay del documento Q?
¿Qué puede decirse del documento Q, (la fuente que supuestamente consultaron Mateo y Lucas para redactar sus Evangelios)?
El profesor de Religión James Robinson aseguró: “Q es el documento cristiano más importante que poseemos”. Sin duda, se trata de una sorprendente afirmación, sobre todo si se tiene en cuenta que dicho documento nunca ha sido encontrado y que ni siquiera puede demostrarse que haya existido alguna vez. Y si, como dicen los expertos, debieron existir numerosos ejemplares, llama mucho la atención que no haya sobrevivido ninguno. Tampoco podemos pasar por alto el hecho de que los Padres de la Iglesia nunca citaron del documento Q.
Si nos detenemos a pensar, vemos que los críticos se basan en dos suposiciones:
1) que el documento Q existió y
2) que dicha fuente respaldaba la teoría de que el Evangelio de Marcos fue el primero.
Pero ¿no estamos ante una hipótesis apoyada en otra hipótesis? En casos como este conviene recordar el siguiente proverbio: “El simple cree cualquier palabra; el prudente sabe confirmarla” (Proverbios 14:15, La Sagrada Biblia más bella del mundo).
Los Evangelios son auténticos y dignos de confianza.
Las especulaciones y las teorías infundadas de algunos críticos han distraído a muchas personas de estudiar algo que sí vale la pena: los confiables relatos bíblicos sobre la vida y el ministerio de Jesús. En ellos se revela con claridad que los primeros cristianos no veían como simples mitos la vida, el ministerio, la muerte y la resurrección de Jesús.
De hecho, en todos esos acontecimientos hubo cientos de testigos oculares. Dispuestos como estaban a afrontar la persecución y la muerte por seguir a Jesús, los primeros cristianos sabían perfectamente que su fe no tendría sentido si el ministerio y la resurrección de Cristo fueran un cuento y nada más (1 Corintios 15:3-8, 17, 19; 2 Timoteo 2:2).
En referencia a las polémicas conjeturas sobre el Evangelio de Marcos y el misterioso documento Q, el profesor de Teología George Buchanan declaró: “Cuando un estudiante de la Biblia se concentra en las hipótesis sobre el origen del texto, se distrae del estudio del texto en sí”. Esa afirmación está en sintonía con el siguiente consejo que el apóstol Pablo dio en su primera carta a Timoteo: “[No] presten atención a cuentos falsos ni a genealogías, que terminan en nada, pero que proporcionan cuestiones para investigación más bien que una dispensación de cosa alguna por Dios con relación a la fe” (1 Timoteo 1:4).
Queda claro, por tanto, que
los Evangelios son dignos de confianza. Contienen relatos fidedignos procedentes de testigos oculares y de investigaciones exhaustivas. Además, ofrecen numerosos episodios fascinantes de la vida de Jesucristo. Por tanto, lo más sabio es hacer caso de estas palabras que Pablo dirigió a Timoteo: “Continúa en las cosas que aprendiste y fuiste persuadido a creer”. En efecto, tenemos sobradas razones para confiar en que “toda Escritura [incluidos los cuatro Evangelios] es inspirada de Dios” (2 Timoteo 3:14-17).