homosexualismo,¿ enfermedad o pecado?

homosexualismo,¿ enfermedad o pecado?

  • PECADO

    Votos: 110 77,5%
  • ENFERMEDAD CON LA QUE SE NACE

    Votos: 14 9,9%
  • AMBAS COSAS

    Votos: 18 12,7%

  • Votantes totales
    142
Es un pecado que abre la puerta a una atadura demoniaca sobre la vida de una persona, y el demonio influencia la persepción, pensamientos y emociones del individuo(al igual que cualquier otra perversión sexual).

PARTICIPACIÓN EN EL REINO DE LOS CIELOS:
La misma participación que cualquier otro pecador que se arrepienta de lo malo que ha hecho, y reciba el lavamiento por la sangre de Jesus, y la libertad por medio del Espiritu Santo.

COCLUSIÓN:
El homosexual no nace, se hace... Pero Jesucristo puede liberarle y restaurarle a su verdadera naturaleza, "Pues para esto apareció JESUCRISTO, para recatar al hombre de pecar, y para DESTRUIR(no controlar)las obras del diablo."
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Por lo menos Jetonius trataba d eexplicarlo usando conocimiento y no "interpretaciones mitologicas"..cada dia s eparec ema sa un foro musulman :S los caminos de dios son tan insondables como para cuadrarlo en nuestro limitado entendimiento
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vivimos en una socieda dque clasifica ala gente y las etiquetea e sunapena que esa fea costumbre s emantenga
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Parece que no entendiste el asunto de que tu no naciste así, y que no lo causa un error genético, es una atadura espiritual. Pudiste haber nacido con ella, eso sí, ya que los pecados de los padres, abuelos, bisabuelos etcétera afectan a sus desendientes.
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Creo que hast am ibuen amigo Jetonius le corregiria que no e s "solo" una atadura espiritual sino algo mucho mas complejo me recuerda a las "interpretaciones" d ela inquisicion
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de la misma manera también JESUCRISTO puede liberarte de su infuencia y poder. TU NATURALEZA REAL NO ES SER HOMOSEXUAL fuiste creado Varón en tu totalidad, aunque el enemigo ha influenciado tus pensamientos y emociones por muchos años. Sin embargo DIOS no quiere ponerte un curita sobre un cancer, DIOS quiere arrancar el mal de raíz, y si tu por incredulidad no lo aceptas pues te tendras que conformara vivir "cargando" con eso. Pero si te apropias de la verdadera libertad en Jesucristo PUEDES ser verdaderamnete libre, en tus sentimientos y en tu mente.

Te invito a que busques a alguien que te ministre liberación al respecto y que por supuesto te apoye moralmente y en oración.

Por lo demás recuerda:

"PARA ESTO APARECIÓ EL HIJO DE DIOS PARA RESCATAR AL HOMBRE DE PECAR, Y PARA DESTRUIR LAS OBRAS DEL DIABLO"
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Unp oco menos d efanatismo y mas d ecomprencion y por favor....es bueno lucha r por cambiar pero ...¡¡¡no anden exigiendo notas!!!...la vida e suna lucha y el lucha rpor agradar a dios l oes ma salla d eque lograr o no lograr una meta terrenan x

suy@ Dreamer
 
El Nuevo Testamento NO condena la HOMOSEXUALIDAD

El Nuevo Testamento NO condena la HOMOSEXUALIDAD

El Nuevo Testamento de la biblia NO condena la homosexualidad.

El problema ha sido una traducción y una interpretación errónea de la Biblia.

Todas aquellas Biblias que contienen los siguientes términos, han sido mal traducidas y mal interpretadas : homosexuales, sodomitas, afeminados, invertidos.

El Nuevo Testamento fue ORIGINALMENTE escrito en GRIEGO clásico o antigüo. Después fue traducido a los restantes idiomas.

El término homosexual se inventó en el siglo XIX. Esa palabra no existía en el griego clásico, por tanto, no aparecía en el Nuevo Testamento.


En Romanos 1: 26 y 27 aparece la expresión griega "pará phýsis". Ha sido traducida como "anti-natural, contra-natura". Pero es una traducción ERRÓNEA. El término "pará" es una preposición que no significa "anti" o contra", sino "al lado de", "además de", "al margen de". Por otro lado, el término "phýsis" no significa "natural", porque es usado varias veces en el Nuevo Testamento para referirse a "lo característico, lo propio, lo esperado, lo habitual, lo normal" de las costumbres . Por tanto, "pará phýsin" significa aquello "fuera de lo acostumbrado o normal", "al margen de lo habitual o propio", "de manera no esperada".
Por consiguiente, la homosexualidad es natural, pero es un hecho, fenómeno, comportamiento o costumbre raro, poco habitual, poco normal.

También aparece la palabra "askhemosýne". Se suele traducir como acciones "vergonzosas". Pero sencillamente se refiere a actos "inapropiados" , "impresentables" o "inconvenientes".

También aparece el término "atimía" que es traducido como pasiones "deshonroras". La traducción correcta es pasiones "infravaloradas", "con mala imágen", "consideradas socialmente malas".


En I Corintios 6:9 aparece el término griego "malakoí" , un adjetivo en plural. El adjetivo en singular es "malakós" que literalmente significa "blando, suave, débil, flojo". Sin embargo, ha sido traducido como "afeminado" o "invertido". Pero es un ERROR, puesto que el adjetivo "malakós" o "malakoí" se utiliza varias veces en el Nuevo Testamento, y se usa para referirse a aquellas personas con una moral débil, floja o blanda, personas carentes de disciplina o control moral. Un concepto que no tiene nada que ver con lo afeminado o el comportamiento de hombres parecido al de las mujeres.


En I Timoteo 1:10 y I Corintios 6:9 aparece el término griego "arsenokóitai", un adjetivo en plural. El adjetivo en singular es "arsenokoítes", que es una palabra compuesta formada por dos términos : "arseno" que significa "masculino, macho, hombre", "koi" que significa "acostarse", y "tes" un sufijo que indica que se la expresión se refiere a los hombres: "hombres que se acuestan con hombres". Es traducida como "sodomitas" o "homosexuales". Sin embargo, es una traducción errónea, porque se refiere a los pederastras, a los prostitutos. En la época romana o griega, era muy frecuente la pedofilia, pederastria y la prostitución. Si la Biblia quisiera condenar la homosexualidad, se habría referido no sólo a la homosexualidad masculina, sino también a la femenina o lesbianismo, pero sólo hace referencia a los hombres, porque la pederastria sólo la practican los hombres.

Por tanto, o la homosexualidad masculina es mala y la femenima es buena, algo absurdo e incoherente, o el Nuevo Testamento se refiere a unos concretos y determinados actos homosexuales: los relacionados con la pederastria y la prostitución. Hay que recordar que el Antiguo Testamento no condena el lesbianismo.


CONCLUSIÓN : PARA EL NUEVO TESTAMENTO, LA HOMOSEXUALIDAD NO ES UN PECADO, SINO NATURAL, UN COMPORTAMIENTO NO HABITUAL, NO NORMAL, RARO, PERO UN COMPORTAMIENTO ACEPTABLE, VÁLIDO PARA DIOS.
 
Dios condena el lesbianismo y la homosexualidad masculina DE FORMA CLARA en Romanos 1:26-27


Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.


No se líe usted con el griego, y mucho menos copiando de algún lado que intenta justificar lo que para Dios ES PECADO



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quote:
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En I Timoteo 1:10 y I Corintios 6:9 aparece el término griego "arsenokóitai", un adjetivo en plural. El adjetivo en singular es "arsenokoítes", que es una palabra compuesta formada por dos términos : "arseno" que significa "masculino, macho", "koi" que significa "acostarse", y "tes" un sufijo que indica que se la expresión se refiere a los hombres: hombres que se acuestan con hombres.
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"arseno" es lo mismo que "hombre"

"koité" (en caso nominativo) es lo mismo que "koitos" , que en plural significa relaciones íntimas.


Le iría bien un curso completo de Griego clásico, antes de venir a darnos clase.


De todas formas, verifique sus fuentes de información, aquí, algunos tenemos conocimientos de Griego clásico.


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Por favor, si ustedes desean practicar la homosexualidad, no digan que ésta está permitida por Dios :(
 
Es obvio que los cristianos en cuestiones científicas, y a la hora de argumentar y razonar, son muy limitados y pobres ... sólo se dedican a descalificar ... es evidente que los cristianos son enemigos de la ciencia, la inteligenica y la razón.

Maripaz y compañía, me entran por un oido sus descalificaciones y me salen por el otro.


EXIJO ARGUMENTOS DE FILOLOGÍA, LINGUÍSTICA y apologética ... NO DOGMAS y frases REPETIDOS DE MEMORIA !!

El Nuevo Testamento NO dice que la homosexualidad es pecado.

¿ qué versículo del Nuevo Testamento dice que la homosexualidad es pecado? . NO existe.

Por otro lado, la traducción del Nuevo Testamento, escrito originalmente en griego antiguo, es erróneo y equivocado, como he demostrado.


Me dan asco muchos cristianos , porque son fundamentalistas, integristas, fanáticos, talibanes, irracionales, paranoicos, obsesionados ...

Me parece que hay muchos cristianos más ENFERMOS que algunos homosexuales ...
 
Disculpe usted, señor JUSTICIA SOCIAL


Yo le he tratado de forma respetuosa y le he dado argumentos. Y usted tan solo viene aquí a INSULTARNOS


El Nuevo Testamento, y el Antiguo también, (ambos son Palabra de Dios) condenan de forma clara la práctica homosexual.


Ya le he dicho que hagan ustedes lo que deseen con su sexualidad, pero no intenten ampararse en un permisividad INEXISTENTE por parte de Dios al respecto:

9¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios (1 Cor 6:9-10)


ni los afeminados, ni los que se echan con varones............heredarán el reino de Dios
 
Maripaz , compórtate de forma decente, y deja de ladrar, como suelen hacer los fundamentalistas cristianos.

Usted no ha argumentado nada, usted se ha limitado a repetir las frases que se sabe de memoria
 
contestar al grosero

contestar al grosero

si no te vas a sujetar a lo que dice la biblia,¿que haces aqui?,hay otros sitios para gente con la "mente mas despierta"(""),o crea tu religion donde se admitan homosexuales,lesb,ladrones,homicidas,y todo eso, de hecho YA TIENES TU RELIGION Y TU DOCTRINA, OJO AL FINAL DE TU VIDA VAS A RESPONDER POR CADA COSA,te guste o no, a mi no me preocupa tu punto de vista(y creo que a ninguno)te voy a decir lo que si no existe en la biblia :"has lo que se te de la gana, y ven al cielo" imaginense el cielo,lleno de gente,que vivio aqui como se le dio la gana(asi lo conciben los catolicos romanos),de toda la gente va para alla,narcos(los que pueden pagar mas misas),politicos,tiranos,homosexuales,etc , dios no se compra ni se vende ni se razona con el, asi de simpre, ¿quien eres tu cacharro de barro para discutir con el hacedor? SI QUIERES UN DIOS QUE TE ACEPTE Y TE SOLAPE EN EL CATOLICISMO hay "santos de todos colores a escoger",hay te dejan hacer lo que te venga en gana,nomas hay que pagar para el perdon(hay un sistema de pagar los pecados que todavia no cometes)ahi tendras tu dios,tu religion (""):terco:
 
por ultimo dios ordeno destruir a las naciones que estaban asentadas en canaan por sodomitas,idolatras cuando los angeles sacaron a lot de sodoma los varones los quisieron conocer(refiriendose al acto sexual)en la ley de moises se prohibe acostarse con varon del mismo modo que se acuesta con una mujer(mas claro que el agua),pero bueno pablo hablo de los que pierden la sensibilidad y se van a los idolos y dejan el uso natural de la mujer y escogen la lascibia,:no:
 
Justicia Social, no te molestes, pero estás esquizofrénico.

Primero preguntas:

El Nuevo Testamento NO dice que la homosexualidad es pecado.

¿ qué versículo del Nuevo Testamento dice que la homosexualidad es pecado? . NO existe.

Maripaz te responde:

Disculpe usted, señor JUSTICIA SOCIAL


Yo le he tratado de forma respetuosa y le he dado argumentos. Y usted tan solo viene aquí a INSULTARNOS


El Nuevo Testamento, y el Antiguo también, (ambos son Palabra de Dios) condenan de forma clara la práctica homosexual.


Ya le he dicho que hagan ustedes lo que deseen con su sexualidad, pero no intenten ampararse en un permisividad INEXISTENTE por parte de Dios al respecto:

9¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios (1 Cor 6:9-10)

ni los afeminados, ni los que se echan con varones............heredarán el reino de Dios

y luego tú respondes:

Maripaz , compórtate de forma decente, y deja de ladrar, como suelen hacer los fundamentalistas cristianos.

Usted no ha argumentado nada, usted se ha limitado a repetir las frases que se sabe de memoria

Vamos, a ver... pides que te den una respuesta, te la dan, y porque te han dado respuesta, que tú esperabas que no, vas y la insultas.

O estás esquizofrénico, o símplemente estás aquí para insultar y atacar.

Lo que no puedes es venir a un foro Cristiano y no permitir que se te den respuestas cristianas, para eso vete a otro foro, que sea genérico o sociológico o lo que te dé la gana.

Aquí te pego un escrito que no es fundamentado de forma cristiana, pero sí es sociológico, como tú pides, aunque seguramente, luego me insultarás por haber puesto un escrito que no sea basado en el cristianismo :D :D :D

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La homosexualidad no es lo que era

<i>En 1973, en contra de una extendida opinión psiquiátrica, la Asociación psiquiátrica americana (APA) excluyó la homosexualidad de los trastornos psicológicos contemplados en el DSM-III. La decisión fue calurosamente aplaudida por los grupos de presión gays como la liberación de un estigma e incluso como un acto de justicia histórico. En apariencia, la psiquiatría abandonaba un error de años.</i>

<B>¿Cómo dejó de ser considerada la homosexualidad un trastorno psicológico?</B>

El juicio sobre la homosexualidad ha experimentado diversas variaciones a lo largo de la Historia. En general, las culturas de la Antigüedad generalmente la juzgaron moralmente reprobable. Egipcios y mesopotámicos la contemplaron con desdén mientras que para el pueblo de Israel se hallaba incluida en el listado de una serie de conductas indignas del pueblo de Dios que se extendían del adulterio a la zoofilia pasando por el robo o la idolatría (Levítico 18, 22). No en vano, el Antiguo Testamento incluía entre los relatos más cargados de dramatismo el de la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 13, 14, 18 y 19), cuyos habitantes habían sido castigados por Dios por practicar la homosexualidad. Durante el período clásico, la visión fue menos uniforme. En Grecia, por ejemplo, alguna formas de conducta homosexual —masculina y sin penetración— era tolerable mientras que en Roma fue duramente fustigada por autores como Tácito o Suetonio como un signo de degeneración moral e incluso de decadencia cívica. El cristianismo —que, a fin de cuentas, había nacido del judaísmo— también condenó expresamente la práctica de la homosexualidad. No sólo Jesús legitimó lo enseñado por la ley de Moisés sin hacer excepción con los actos homosexuales (Mateo 5, 17-20) sino que el Nuevo Testamento en general condenó la práctica de la homosexualidad considerándola contraria a la ley de Dios y a la Naturaleza (Romanos 1, 26-27) y afirmando que quienes incurrieran en ella, al igual que los que practicaran otro tipo de pecados, no entrarían en el Reino de los cielos (I Corintios 6, 9).

La condena de la práctica homosexual fue común en los Padres de la iglesia y en los documentos más antiguos de disciplina eclesial aparece como uno de los pecados que se penan con la excomunión. Partiendo de esta base no resulta extraño que el mundo medieval —tanto judeo y cristiano como musulmán— condenara las prácticas homosexuales e incluso las penara legalmente aunque luego en la vida cotidiana fuera tan tolerante —o tan intolerante— con esta conducta como con otras consideradas pecado. Esta actitud fue aplastantemente mayoritaria en occidente —y en buena parte del resto del globo— durante los siglos siguientes. Esencialmente, la visión negativa de la homosexualidad estaba relacionada con patrones religiosos y morales y no con una calificación médica o psiquiátrica. El homosexual podía cometer actos censurables —no más por otra parte que otros condenados por la ley de Dios— que incluso se calificaban de contrarios a la Naturaleza y de perversión. No obstante, no se identificaba su conducta con un trastorno mental o con un desarreglo físico. En realidad, para llegar a ese juicio habría que esperar a la consolidación de la psiquiatría como ciencia.

Partiendo de una visión que consideraba como natural el comportamiento heterosexual —que meramente en términos estadísticos es de una incidencia muy superior— la psiquiatría incluiría desde el principio la inclinación homosexual —y no sólo los actos como sucedía con los juicios teológicos— entre las enfermedades que podían y debían ser tratadas. Richard von Kraft-Ebing, uno de los padres de la moderna psiquiatría del que Freud se reconocía tributario, la consideró incluso como una enfermedad degenerativa en su Psychopatia Sexualis. De manera no tan difícil de comprender, ni siquiera la llegada del psicoanálisis variaría ese juicio. Es cierto que Freud escribiría en 1935 una compasiva carta a la madre norteamericana de un homosexual en la que le aseguraba que “la homosexualidad con seguridad no es una ventaja, pero tampoco es algo de lo que avergonzarse, ni un vicio, ni una degradación, ni puede ser clasificado como una enfermedad”. Sin embargo, sus trabajos científicos resultan menos halagüeños no sólo para las prácticas sino incluso para la mera condición de homosexual. Por ejemplo, en sus Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad, Freud incluyó la homosexualidad entre las “perversiones” o “aberraciones sexuales”, por usar sus términos, de la misma manera que el fetichismo del cabello y el pie o las prácticas sádicas o masoquistas. A juicio de Freud, la homosexualidad era una manifestación de falta de desarrollo sexual y psicológico que se traducía en fijar a la persona en un comportamiento previo a la madurez heterosexual.

En un sentido similar, e incluso con matices de mayor dureza, se pronunciaron también los otros grandes popes del psicoanálisis, Adler y Jung. Los psicoanalistas posteriores no sólo no modificaron estos juicios sino que incluso los acentuaron a la vez que aplicaban tratamientos considerados curativos contra la inclinación homosexual. En los años cuarenta del siglo XX, por ejemplo, Sandor Rado sostuvo que la homosexualidad era un trastorno fóbico hacia las personas del sexo contrario, lo que la convertía en susceptible de ser tratada como otras fobias. Bieber y otros psiquiatras, ya en los años sesenta, partiendo del análisis derivado de trabajar con un considerable número de pacientes homosexuales, afirmaron que la homosexualidad era un trastorno psicológico derivado de relaciones familiares patológicas durante el período edípico. Charles Socarides en esa misma década y en la siguiente —de hecho hasta el día de hoy— defendía, por el contrario, la tesis de que la homosexualidad se originaba en una época pre-edípica y que por lo tanto resultaba mucho más patológica de lo que se había pensado hasta entonces. Socarides es una especie de bestia negra del movimiento gay hasta el día de hoy pero resulta difícil pensar en alguien que en el campo de la psiquiatría haya estudiado más minuciosa y exhaustivamente la cuestión homosexual. Curiosamente, la relativización de esos juicios médicos procedió no del campo de la psiquiatría sino de personajes procedentes de ciencias como la zoología (Alfred C. Kinsey) cuyas tesis fueron frontalmente negadas por la ciencia psiquiátrica.

De manera comprensible y partiendo de estos antecedentes, el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) incluía la homosexualidad en el listado de desórdenes mentales. Sin embargo, en 1973 la homosexualidad fue extraída del DSM en medio de lo que el congresista norteamericano W. Dannemeyer denominaría “una de las narraciones más deprimentes en los anales de la medicina moderna”. El episodio ha sido relatado ampliamente por uno de sus protagonistas, Ronald Bayer, conocido simpatizante de la causa gay, y ciertamente constituye un ejemplo notable de cómo la militancia política puede interferir en el discurso científico modelándolo y alterándolo. Según el testimonio de Bayer, dado que la convención de la Asociación psiquiátrica americana (APA) de 1970 iba a celebrarse en San Francisco, distintos dirigentes homosexuales acordaron realizar un ataque concertado contra esta entidad. Se iba a llevar así a cabo “el primer esfuerzo sistemático para trastornar las reuniones anuales de la APA”. Cuando Irving Bieber, una famosa autoridad en transexualismo y homosexualidad, estaba realizando un seminario sobre el tema, un grupo de activistas gays irrumpió en el recinto para oponerse a su exposición. Mientras se reían de sus palabras y se burlaban de su exposición, uno de los militantes gays le gritó: “He leído tu libro, Dr. Bieber, y si ese libro hablara de los negros de la manera que habla de los homosexuales, te arrastrarían y te machacarían y te lo merecerías”. Igualar el racismo con el diagnóstico médico era pura demagogia y no resulta por ello extraño que los presentes manifestaran su desagrado ante aquella manifestación de fuerza.

Sin embargo, el obstruccionismo gay a las exposiciones de los psiquiatras tan sólo acababa de empezar. Cuando el psiquiatra australiano Nathaniel McConaghy se refería al uso de “técnicas condicionantes aversivas” para tratar la homosexualidad, los activistas gays comenzaron a lanzar gritos llamándole “sádico” y calificando semejante acción de “tortura”. Incluso uno se levantó y le dijo: “¿Dónde resides, en Auchswitz?”. A continuación los manifestantes indicaron su deseo de intervenir diciendo que habían esperado cinco mil años mientras uno de ellos comenzaba a leer una lista de “demandas gays”. Mientras los militantes acusaban a los psiquiatras de que su profesión era “un instrumento de opresión y tortura”, la mayoría de los médicos abandonaron indignados la sala. Sin embargo, no todos pensaban así. De hecho, algunos psiquiatras encontraron en las presiones gays alicientes inesperados. El Dr. Kent Robinson, por ejemplo, se entrevistó con Larry Littlejohn, uno de los dirigentes gays, y le confesó que creía que ese tipo de tácticas eran necesarias, ya que la APA se negaba sistemáticamente a dejar que los militantes gays aparecieran en el programa oficial. A continuación se dirigió a John Ewing, presidente del comité de programación, y le dijo que sería conveniente ceder a las pretensiones de los gays porque de lo contrario “no iban solamente a acabar con una parte” de la reunión anual de la APA. Según el testimonio de Bayer, “notando los términos coercitivos de la petición, Ewing aceptó rápidamente estipulando sólo que, de acuerdo con las reglas de la convención de la APA, un psiquiatra tenía que presidir la sesión propuesta”. Que la APA se sospechaba con quien se enfrentaba se desprende del hecho de que contratara a unos expertos en seguridad para que evitaran más manifestaciones de violencia gay. No sirvió de nada.

El 3 de mayo de 1971, un grupo de activistas gays irrumpió en la reunión de psiquiatras del año y su dirigente, tras apoderarse del micrófono, les espetó que no tenían ningún derecho a discutir el tema de la homosexualidad y añadió: “podéis tomar esto como una declaración de guerra contra vosotros”. Según refiere Bayer, los gays se sirvieron a continuación de credenciales falsas para anegar el recinto y amenazaron a los que estaban a cargo de la exposición sobre tratamientos de la homosexualidad con destruir todo el material si no procedían a retirarlo inmediatamente. A continuación se inició un panel desarrollado por cinco militantes gays en el que defendieron la homosexualidad como un estilo de vida y atacaron a la psiquiatría como “el enemigo más peligroso de los homosexuales en la sociedad contemporánea”. Dado que la inmensa mayoría de los psiquiatras podía ser más o menos competente, pero desde luego ni estaba acostumbrada a que sus pacientes les dijeran lo que debían hacer ni se caracterizaba por el dominio de las tácticas de presión violenta de grupos organizados, la victoria del lobby gay fue clamorosa. De hecho, para 1972, había logrado imponerse como una presencia obligada en la reunión anual de la APA. El año siguiente fue el de la gran ofensiva encaminada a que la APA borrara del DSM la mención de la homosexualidad. Las ponencias de psiquiatras especializados en el tema como Spitzer, Socarides, Bieber o McDevitt fueron ahogadas reduciendo su tiempo de exposición a un ridículo cuarto de hora mientras los dirigentes gays y algún psiquiatra políticamente correcto realizaban declaraciones ante la prensa en las que se anunciaba que “los médicos deciden que los homosexuales no son anormales”.

Finalmente, la alianza de Kent Robinson, el lobby gay y Judd Marmor, que ambicionaba ser elegido presidente de la APA, sometió a discusión un documento cuya finalidad era eliminar la mención de la homosexualidad del DSM. Su aprobación, a pesar de la propaganda y de las presiones, no obtuvo más que el 58 por ciento de los votos. Se trataba, sin duda, de una mayoría cualificada para una decisión política pero un tanto sobrecogedora para un análisis científico de un problema médico. No obstante, buena parte de los miembros de la APA no estaban dispuestos a rendirse ante lo que consideraban una intromisión intolerable y violenta de la militancia gay. En 1980, el DSM incluyó entre los trastornos mentales una nueva dolencia de carácter homosexual conocida como ego-distónico. Con el término se había referencia a aquella homosexualidad que, a la vez, causaba un pesar persistente al que la padecía. En realidad, se trataba de una solución de compromiso para apaciguar a los psiquiatras —en su mayoría psicoanalistas— que seguían considerando la homosexualidad una dolencia psíquica y que consideraban una obligación médica y moral ofrecer tratamiento adecuado a los que la padecían. Se trató de un triunfo meramente temporal frente a la influencia gay. En 1986, los activistas gays lograban expulsar aquella dolencia del nuevo DSM e incluso obtendrían un nuevo triunfo al lograr que también se excluyera la paidofilia de la lista de los trastornos psicológicos. En Estados Unidos, al menos estatutariamente, la homosexualidad —y la paidofilia— había dejado de ser una dolencia susceptible de tratamiento psiquiátrico.

Cuestión aparte es que millares de psiquiatras aceptaran aquel paso porque la realidad es que hasta la fecha han seguido insistiendo en que la ideología política —en este caso la del movimiento gay— no puede marcar sus decisiones a la ciencia y en que, al haber consentido en ello la APA, tal comportamiento sólo ha servido para privar a los enfermos del tratamiento que necesitaban. Se piense lo que se piense al respecto —y la falta de unanimidad médica debería ser una buena razón para optar por la prudencia en cuanto a las opiniones tajantes— la verdad era que la decisión final que afirmaba que la homosexualidad no era un trastorno psicológico había estado más basada en la acción política —y no de la mejor especie— que en una consideración científica de la evidencia. Por ello, ética y científicamente no se diferenciaba mucho, por lo tanto, de aberraciones históricas como el proceso de Galileo o las purgas realizadas por Lysenko.

Autor: César Vidal
Fuente: <A HREF="http://libertaddigital.com/cgi-local/otros/revista2/display.cgi?articulo=1275323365">Libertad Digital</A>.


LA HOMOSEXUALIDAD NO ES LO QUE ERA (Parte II)

En 1973, en contra de una extendida opinión psiquiátrica, la Asociación psiquiátrica americana (APA) excluyó la homosexualidad de los trastornos psicológicos contemplados en el DSM-III. La decisión fue calurosamente aplaudida por los grupos de presión gays como la liberación de un estigma e incluso como un acto de justicia histórico. En apariencia, la psiquiatría abandonaba un error de años ¿Cómo dejó de ser considerada la homosexualidad un trastorno psicológico?

Partiendo de una visión que consideraba como natural el comportamiento heterosexual —que meramente en términos estadísticos es de una incidencia muy superior— la psiquiatría incluiría desde el principio la inclinación homosexual —y no sólo los actos como sucedía con los juicios teológicos— entre las enfermedades que podían y debían ser tratadas. Richard von Kraft-Ebing, uno de los padres de la moderna psiquiatría del que Freud se reconocía tributario, la consideró incluso como una enfermedad degenerativa en su Psychopatia Sexualis. De manera no tan difícil de comprender, ni siquiera la llegada del psicoanálisis variaría ese juicio. Es cierto que Freud escribiría en 1935 una compasiva carta a la madre norteamericana de un homosexual en la que le aseguraba que “la homosexualidad con seguridad no es una ventaja, pero tampoco es algo de lo que avergonzarse, ni un vicio, ni una degradación, ni puede ser clasificado como una enfermedad”. Sin embargo, sus trabajos científicos resultan menos halagüeños no sólo para las prácticas sino incluso para la mera condición de homosexual. Por ejemplo, en sus Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad, Freud incluyó la homosexualidad entre las “perversiones” o “aberraciones sexuales”, por usar sus términos, de la misma manera que el fetichismo del cabello y el pie o las prácticas sádicas o masoquistas. A juicio de Freud, la homosexualidad era una manifestación de falta de desarrollo sexual y psicológico que se traducía en fijar a la persona en un comportamiento previo a la madurez heterosexual.

En un sentido similar, e incluso con matices de mayor dureza, se pronunciaron también los otros grandes popes del psicoanálisis, Adler y Jung. Los psicoanalistas posteriores no sólo no modificaron estos juicios sino que incluso los acentuaron a la vez que aplicaban tratamientos considerados curativos contra la inclinación homosexual. En los años cuarenta del siglo XX, por ejemplo, Sandor Rado sostuvo que la homosexualidad era un trastorno fóbico hacia las personas del sexo contrario, lo que la convertía en susceptible de ser tratada como otras fobias. Bieber y otros psiquiatras, ya en los años sesenta, partiendo del análisis derivado de trabajar con un considerable número de pacientes homosexuales, afirmaron que la homosexualidad era un trastorno psicológico derivado de relaciones familiares patológicas durante el período edípico. Charles Socarides en esa misma década y en la siguiente —de hecho hasta el día de hoy— defendía, por el contrario, la tesis de que la homosexualidad se originaba en una época pre-edípica y que por lo tanto resultaba mucho más patológica de lo que se había pensado hasta entonces. Socarides es una especie de bestia negra del movimiento gay hasta el día de hoy pero resulta difícil pensar en alguien que en el campo de la psiquiatría haya estudiado más minuciosa y exhaustivamente la cuestión homosexual. Curiosamente, la relativización de esos juicios médicos procedió no del campo de la psiquiatría sino de personajes procedentes de ciencias como la zoología (Alfred C. Kinsey) cuyas tesis fueron frontalmente negadas por la ciencia psiquiátrica.

De manera comprensible y partiendo de estos antecedentes, el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) incluía la homosexualidad en el listado de desórdenes mentales. Sin embargo, en 1973 la homosexualidad fue extraída del DSM en medio de lo que el congresista norteamericano W. Dannemeyer denominaría “una de las narraciones más deprimentes en los anales de la medicina moderna”. El episodio ha sido relatado ampliamente por uno de sus protagonistas, Ronald Bayer, conocido simpatizante de la causa gay, y ciertamente constituye un ejemplo notable de cómo la militancia política puede interferir en el discurso científico modelándolo y alterándolo. Según el testimonio de Bayer, dado que la convención de la Asociación psiquiátrica americana (APA) de 1970 iba a celebrarse en San Francisco, distintos dirigentes homosexuales acordaron realizar un ataque concertado contra esta entidad. Se iba a llevar así a cabo “el primer esfuerzo sistemático para trastornar las reuniones anuales de la APA”. Cuando Irving Bieber, una famosa autoridad en transexualismo y homosexualidad, estaba realizando un seminario sobre el tema, un grupo de activistas gays irrumpió en el recinto para oponerse a su exposición. Mientras se reían de sus palabras y se burlaban de su exposición, uno de los militantes gays le gritó: “He leído tu libro, Dr. Bieber, y si ese libro hablara de los negros de la manera que habla de los homosexuales, te arrastrarían y te machacarían y te lo merecerías”. Igualar el racismo con el diagnóstico médico era pura demagogia y no resulta por ello extraño que los presentes manifestaran su desagrado ante aquella manifestación de fuerza.

Sin embargo, el obstruccionismo gay a las exposiciones de los psiquiatras tan sólo acababa de empezar. Cuando el psiquiatra australiano Nathaniel McConaghy se refería al uso de “técnicas condicionantes aversivas” para tratar la homosexualidad, los activistas gays comenzaron a lanzar gritos llamándole “sádico” y calificando semejante acción de “tortura”. Incluso uno se levantó y le dijo: “¿Dónde resides, en Auchswitz?”. A continuación los manifestantes indicaron su deseo de intervenir diciendo que habían esperado cinco mil años mientras uno de ellos comenzaba a leer una lista de “demandas gays”. Mientras los militantes acusaban a los psiquiatras de que su profesión era “un instrumento de opresión y tortura”, la mayoría de los médicos abandonaron indignados la sala. Sin embargo, no todos pensaban así. De hecho, algunos psiquiatras encontraron en las presiones gays alicientes inesperados. El Dr. Kent Robinson, por ejemplo, se entrevistó con Larry Littlejohn, uno de los dirigentes gays, y le confesó que creía que ese tipo de tácticas eran necesarias, ya que la APA se negaba sistemáticamente a dejar que los militantes gays aparecieran en el programa oficial. A continuación se dirigió a John Ewing, presidente del comité de programación, y le dijo que sería conveniente ceder a las pretensiones de los gays porque de lo contrario “no iban solamente a acabar con una parte” de la reunión anual de la APA. Según el testimonio de Bayer, “notando los términos coercitivos de la petición, Ewing aceptó rápidamente estipulando sólo que, de acuerdo con las reglas de la convención de la APA, un psiquiatra tenía que presidir la sesión propuesta”. Que la APA se sospechaba con quien se enfrentaba se desprende del hecho de que contratara a unos expertos en seguridad para que evitaran más manifestaciones de violencia gay. No sirvió de nada.

El 3 de mayo de 1971, un grupo de activistas gays irrumpió en la reunión de psiquiatras del año y su dirigente, tras apoderarse del micrófono, les espetó que no tenían ningún derecho a discutir el tema de la homosexualidad y añadió: “podéis tomar esto como una declaración de guerra contra vosotros”. Según refiere Bayer, los gays se sirvieron a continuación de credenciales falsas para anegar el recinto y amenazaron a los que estaban a cargo de la exposición sobre tratamientos de la homosexualidad con destruir todo el material si no procedían a retirarlo inmediatamente. A continuación se inició un panel desarrollado por cinco militantes gays en el que defendieron la homosexualidad como un estilo de vida y atacaron a la psiquiatría como “el enemigo más peligroso de los homosexuales en la sociedad contemporánea”. Dado que la inmensa mayoría de los psiquiatras podía ser más o menos competente, pero desde luego ni estaba acostumbrada a que sus pacientes les dijeran lo que debían hacer ni se caracterizaba por el dominio de las tácticas de presión violenta de grupos organizados, la victoria del lobby gay fue clamorosa. De hecho, para 1972, había logrado imponerse como una presencia obligada en la reunión anual de la APA. El año siguiente fue el de la gran ofensiva encaminada a que la APA borrara del DSM la mención de la homosexualidad. Las ponencias de psiquiatras especializados en el tema como Spitzer, Socarides, Bieber o McDevitt fueron ahogadas reduciendo su tiempo de exposición a un ridículo cuarto de hora mientras los dirigentes gays y algún psiquiatra políticamente correcto realizaban declaraciones ante la prensa en las que se anunciaba que “los médicos deciden que los homosexuales no son anormales”.

Finalmente, la alianza de Kent Robinson, el lobby gay y Judd Marmor, que ambicionaba ser elegido presidente de la APA, sometió a discusión un documento cuya finalidad era eliminar la mención de la homosexualidad del DSM. Su aprobación, a pesar de la propaganda y de las presiones, no obtuvo más que el 58 por ciento de los votos. Se trataba, sin duda, de una mayoría cualificada para una decisión política pero un tanto sobrecogedora para un análisis científico de un problema médico. No obstante, buena parte de los miembros de la APA no estaban dispuestos a rendirse ante lo que consideraban una intromisión intolerable y violenta de la militancia gay. En 1980, el DSM incluyó entre los trastornos mentales una nueva dolencia de carácter homosexual conocida como ego-distónico. Con el término se había referencia a aquella homosexualidad que, a la vez, causaba un pesar persistente al que la padecía. En realidad, se trataba de una solución de compromiso para apaciguar a los psiquiatras —en su mayoría psicoanalistas— que seguían considerando la homosexualidad una dolencia psíquica y que consideraban una obligación médica y moral ofrecer tratamiento adecuado a los que la padecían. Se trató de un triunfo meramente temporal frente a la influencia gay. En 1986, los activistas gays lograban expulsar aquella dolencia del nuevo DSM e incluso obtendrían un nuevo triunfo al lograr que también se excluyera la paidofilia de la lista de los trastornos psicológicos. En Estados Unidos, al menos estatutariamente, la homosexualidad —y la paidofilia— había dejado de ser una dolencia susceptible de tratamiento psiquiátrico.

Cuestión aparte es que millares de psiquiatras aceptaran aquel paso porque la realidad es que hasta la fecha han seguido insistiendo en que la ideología política —en este caso la del movimiento gay— no puede marcar sus decisiones a la ciencia y en que, al haber consentido en ello la APA, tal comportamiento sólo ha servido para privar a los enfermos del tratamiento que necesitaban. Se piense lo que se piense al respecto —y la falta de unanimidad médica debería ser una buena razón para optar por la prudencia en cuanto a las opiniones tajantes— la verdad era que la decisión final que afirmaba que la homosexualidad no era un trastorno psicológico había estado más basada en la acción política —y no de la mejor especie— que en una consideración científica de la evidencia. Por ello, ética y científicamente no se diferenciaba mucho, por lo tanto, de aberraciones históricas como el proceso de Galileo o las purgas realizadas por Lysenko.

Autor: César Vidal
Fuente: <A HREF="http://www.icp-e.org/hemeroteca/voz/voz36.htm">ICPRESS</A>
 
Me parece rigurosa la expulsión de JUSTICIA SOCIAL, no creo que dijera ningún insulto. Además, yo me he leído las NORMAS del canal, y NO se puede escribir en mayúsculas o usando letras GRANDES, y Maripaz las ha usado, incumpliendo las normas. Por otro lado, muchos usuarios de este canal ofenden e insultan a los homosexuales, los llaman : enfermos, incedentes, inmorales, degenerados, viciados, etc. En España estas expresiones son un delito de injuria y calumnias, castigado por la ley. Este foro se salva de que la ley no se aplique a internet ...


Por otro lado, BART, no es necesario que escriba tanto. Sólo los "psicólogos" y "psiquiatras" que son cristianos fundamentalistas afirman que la homosexualidad es una enfermedad. Estos "especialistas" están envenenados con los prejuicios cristianos, y no actúan como científicos, no usan la razón, ni la inteligencia. Estos "expertos" usan la ciencia al servicio del cristianismo, tratan de "demostrar" los dogmas de la Biblia y el Cristianismo. Pero lo cierto es que la ciencia VERDADERA está demostrando, poco a poco pero sin pausa, la falsedad de la Biblia.

Y finalmente, le doy la razón a JUSTICIA SOCIAL, la Biblia es traducida e interpretada según los intereses particulares de las sectas e iglesias cristianas. Fijaos cuántas iglesias y sectas cristianas existen !!! : católicos, protestantes, ortodoxos, luteranos, calvinistas, anglicanos, testigos de Jehová, etc etc. Si la biblia es tan fácil de traducir e interpretar, ¿ por qué hay tantas iglesias que interpretan la biblia de forma tan distintas ? ... la biblia es tan arbitraria, caótica, irracional, ilógica e incoherente ! ... es normal que ni entre los propios cristianos haya entendimiento y acuerdo.

La ciencia ha demostrado ya que la homosexualidad es natural, válida, adecuada, aceptable.
 
y siguen

y siguen

Es una pena que primen los dogmas religiosos mas que el conocimiento verdadero..me quedo con la spalabras de Jetonius siendo el una persona d e gran conocimiento y cristiano dijo "no se conocen todas las razones y motivos que provocan la homosexualidad" por ende no puede ser calificada ni d e problema conductual ni d enfermedad


Asi que si publican articulos publiquen los que realmente tengan concenso y no a diestra y siniestra

suy@ Dreamer
 
Re: y siguen

Re: y siguen

Originalmente enviado por: Dreamer Angel
Es una pena que primen los dogmas religiosos mas que el conocimiento verdadero..me quedo con la spalabras de Jetonius siendo el una persona d e gran conocimiento y cristiano dijo "no se conocen todas las razones y motivos que provocan la homosexualidad" por ende no puede ser calificada ni d e problema conductual ni d enfermedad


Asi que si publican articulos publiquen los que realmente tengan concenso y no a diestra y siniestra

suy@ Dreamer


Recuerda que Jetonius, también afirmó CON ROTUNDIDAD
 
Re: y siguen

Re: y siguen

Originalmente enviado por: Dreamer Angel
Es una pena que primen los dogmas religiosos mas que el conocimiento verdadero..me quedo con la spalabras de Jetonius siendo el una persona d e gran conocimiento y cristiano dijo "no se conocen todas las razones y motivos que provocan la homosexualidad" por ende no puede ser calificada ni d e problema conductual ni d enfermedad


Asi que si publican articulos publiquen los que realmente tengan concenso y no a diestra y siniestra

suy@ Dreamer

se cortó..........


Jetonius afirmó que la práctica homosexual ES PECADO, ¿o no lo recuerdas Dreamer?
 
Creo a Adan y Eva solo

Creo a Adan y Eva solo

El prestesto viene desde nuestros antepasados; ejemplo en la historia de Adan y Evan:culpan ala serpiente , pues con esto me refiero que muchos homosexuales culpan a Dios porque Dios lo creo asi,y ponen eso de pretesto, para seguir viviendo en la mentira del diablo.Para aquellos Cristianos que son Homosexuales, no puedes serlo, pues recuerda que el que eras antes a muerto y haora ya no vives tu haora cristo es el que vive en ti y atente ala ley de Dios, para que el pueda avitar en ti.Con esto cuncluyo, Donde esta Sodoma y Gomorra? homesexual si aun vives y estas sano es por la misecuricordia de Dios, porque Dios destesta esas cosas. Gracias.:corazon:
varon y hembra creo.
 
Jetonius afirmó que la práctica homosexual ES PECADO, ¿o no lo recuerdas Dreamer?
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Si maripaz y trato de demostrarlo diciendo que era algo "conductual" cos aque enel debate no pudo demsotrar y llego ala conclucion d eque " no solo habian razones conductuales" porende su afirmacion no quedo validada eso tambiend ebes recordarlo
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pues con esto me refiero que muchos homosexuales culpan a Dios porque Dios lo creo asi,y ponen eso de pretesto, para seguir viviendo en la mentira del diablo.
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si una perosna nace manca e sculpa de dios o dios tiene un proposito especial para el..si l oque dijeiras fuera cierto cualquier cristiano ciego ...paralitico seria cristiano y sanaria automaticament epero como puedes ver eso no se da en el 100% de casos pero si se da.....es lo mismo con la homosexualidad que alguna sperosna sno se curen e saprte d ela voluntad Divina no sol oe salgo dle individuo as hay gent emanca que conp rotesisvive feliz y otros que se aceptan mancos y igual son felices
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Con esto cuncluyo, Donde esta Sodoma y Gomorra?
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Tu tambien crees que Sodoma y gomorra fue destruid apor homosexualidad..revisa eso yap


suy@ Dreamer
 
Jetonius afirmó que la práctica homosexual ES PECADO, ¿o no lo recuerdas Dreamer?
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Si maripaz y trato de demostrarlo diciendo que era algo "conductual" cos aque enel debate no pudo demsotrar y llego ala conclucion d eque " no solo habian razones conductuales" porende su afirmacion no quedo validada eso tambiend ebes recordarlo
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Veremos lo que dice Jetonius
 
revisa estas palabras

revisa estas palabras

al menos esto dijo

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Creo que nadie que conozca el tema desecha algún papel para factores desconocidos, aunque tampoco por eso ignora o soslaya los que sí son conocidos.

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Obviament eesta claro que los "factores desconocidos" hacen que la homosexualidad no se aalgo conocido plenamente
suy@ dremaer
 
Re: NO PUEDO CONTESTAR...

Re: NO PUEDO CONTESTAR...

Originalmente enviado por: Jetonius
... a la encuesta tal como está planteada.

Los actos homosexuales son condenados en la Biblia todas las veces que se mencionan. Por tanto, la actividad homosexual es pecado.

Por otro lado, la homosexualidad como estado o condición es un fenómeno complejo, en el cual existe un trastorno en la diferenciación sexual normal.

Si bien en la homosexualidad casi seguramente existen interacciones entre lo biológico, lo psicológico y lo social, el consenso de los investigadores científicos es que nadie nace homosexual.

Por tanto, ninguna de las opciones planteadas representa mi opinión.

Bendiciones en Cristo

Jetonius

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