Que piensan de este siguiente parrafo...¿Se puede ser homosxual y cristiano!!!!!!?
Romanos 1:18-32
El texto de Rom 1.18-32 es el más difícil de comprender, aunque es importante porque para muchos es el único texto de la Biblia que menciona el lesbianismo, es al que se hace decir que la homosexualidad es antinatural, y es en el que se apoyan los fundamentalistas norteamericanos para afirmar que el SIDA es un castigo de Dios a los homosexuales. Para la enseñanza tradicional en este texto dos referencias directas condenan la homosexualidad: el versículo 26 se refiere al lesbianismo y el 27 a la homosexualidad masculina.
El versículo 26 dice thêleiai autôn metêllaxan tên physikênkhrêsin eis tèn parà phýsin la versión Cantera-Iglesias hace una traducción muy, muy literal como sigue: "sus mujeres cambiaron el uso natural del cuerpo por el contra la naturaleza"1. La palabra phýsis aparece con frecuencia en el Nuevo Testamento, pero no con el sentido de naturaleza; veamos algunos ejemplos: en Rom 2:27 he ek phýseos akrobystía "la incircuncisión física", "la incircuncisión corporal"; en Gál 2:15 hemeîs phýsei Ioudaîoi "somos por nacimiento judíos", "somos judíos de nacimiento"; Rom 2:14 physei tà toû nómou poiôsin "instintivamente hacen las obras de la Ley", por inclinación natural cumplen la Ley"; Gál 4:8 toîs phýsei me oûsin theoîs "a los que por naturaleza no son dioses", "a los que en realidad no son dioses"; I Cor 11:14-15 oudè he phýsis aute didáskei hymâs hóti aner eàn komâi autôi estin? "¿no os enseña la propia costumbre que el que un varón lleve pelo largo es una deshonra para él?. De todas estas citas deducimos que physis nombra "lo característico, lo propio, lo esperable"; también en nuestra lengua empleamos la palabra "naturaleza" para referirnos al carácter de algo o de alguien. El adjetivo derivado physikós significa "lo que responde o se ajusta al propio carácter de algo o alguien". En cuanto a la preposición parà no significa en absoluto "contra", sino "al lado de", "además de", "al margen de"2: ambas palabras juntas no se pueden traducir "contra la naturaleza", sino "al margen de lo habitual", "fuera de lo acostumbrado" o "de manera no esperada". Ciertamente traducir parà fhýsin "contra la ley natural" es suponer que Pablo había aceptado la hipótesis de la filosofía estoica que postulaba la existencia de una ley universal que gobernaba el universo; para los estoicos el principal imperativo ético consistía en ajustar la vida a la ley universal. Ciertamente la filosofía popular impregnada de ideas estoicas (y también otras escuelas filosóficas) estaba muy divulgada por todo el Mediterráneo, pero Pablo en el texto de Romanos que estamos estudiando dice (versículos 21-22) "aunque habían conocido a Dios, no le glorificaron ni le dieron gracias como a Dios corresponde, sino que se entregaron a sus razonamientos y su corazón necio se enfureció; aunque se decían sabios, se volvieron tontos". Creemos que estos dos versículos contienen una alusión despectiva hacia el pensamiento filosófico griego; no parece razonable que unas líneas más abajo Pablo argumente su predicación con ideas tomadas del estoicismo; recordemos que él, antes de convertirse al cristianismo, era fariseo, no procedía de un movimiento helenista, sino de una doctrina muy enraizada en la tradición judia3. A que prácticas se refiere el versículo 26: no al lesbianismo, como se lee a veces; Pablo no puede añadir nada a la Ley judía, sencillamente el lesbianismo no está prohibido como tabú en el Código de santidad, pero sí el tener relaciones sexuales durante la menstruación, tenerlas con hombres incircuncisos, coito anal u oral, la zoofilia, el coito en posturas desacostumbradas (por ejemplo, de pie).
En el versículo 27 Pablo vuelve sus dardos contra los hombres gentiles diciendo según la versión Cantera-Iglesias: "y la mismo también los varones, dejando el uso natural (physiken) de la mujer, ardieron en la concupiscencia de unos por otros, realizando la acción vergonzosa (askhemosýnen) varones con varones y recibiendo en sí mismos la paga (antimisthían) adecuada a su extravío". El comienzo del versículo indica que va a continuar tratando de sexualidad, pero la especificación de que son "varones con varones" y que "ardieron el la concupiscencia de unos por otros" se debe a que el versículo anterior no trata de lesbianismo, en este versículo concreta para los varones otro tipo de transgresión. En cuanto al "uso natural" (physiken khrêsin), ya hemos hablado arriba suficientemente: La palabra askhemosýne se suele traducir como "acciones vergonzosas", "vergüenza"; su sentido no es tan fuerte, pues sencillamente se refiere a cosas inapropiadas, impresentables o inconvenientes.
El versículo 26 comienza diciendo "por esto los entregó Dios a pasiones deshonrosas"4; la Nueva Biblia Española traduce "pasiones degradantes", y en general encontramos traducciones similares. Sin embargo atimía es una palabra que no tenía connotaciones morales, atimía es sencillamente algo infravalorado, mal considerado socialmente, de mala nota, pero no contra la ética.
Observamos que el versículo 26 empieza con la palabra dià toûto "por eso", es decir, lo dicho en los versículos 18-25 es la causa de que Dios los haya entregado a sus pasiones contrarias a la pureza ritual. Efectivamente los judíos de la época pensaban que los paganos desarrollaban su vida permanentemente en la impureza, pues no seguían la Ley judía; según Pablo nos dice en los versículos que estamos analizando, eso se debía a que, habiendo conocido al Dios único verdadero, prefirieron la idolatría. Pablo no está haciendo ninguna valoración moral sobre la homosexualidad masculina, ni sobre las otras formas de sexo prohibidas en el código de santidad (el lesbianismo ni siquiera se menciona), sencillamente las nombra como muestra de impureza ritual evidente a los ojos de los judíos a quienes se dirigen los primeros capítulos de la epístola. A partir del versículo 28 Pablo hace consideraciones morales: retoma lo dicho en los versículos 18-25 con las palabras "y como no se dignaron tener un conocimiento verdadero de Dios", y a continuación repite "los entregó Dios a una conciencia indigna que los lleva a hacer injusticias"; ahora sí, Pablo hace una lista de acciones éticamente negativas, entre las cuales, ciertamente, no se encuentra la homosexualidad. ¿Por qué Pablo, cuando quiere nombrar un tabú ritual hebreo escoge las prohibiciones sexuales? Sencillamente por ser habituales y admitidas plenamente entre los paganos de Roma y ser especialmente desagradables a los judíos; de ese modo evita otros tabúes a los que las primeras comunidades eran muy sensibles, como la circuncisión y los alimentos impuros, ya que en época de Pablo habían dividido a las comunidades cristianas con gravisima controversia entre judaizantes, que pedían que los paganos conversos al cristianismo cumplieran la Ley judía en su integridad, y los que querían que el vínculo de las nuevas comunidades fuera solamente la fe en Jesús. Recordemos que Pablo en los primeros capítulos de esta Epístola a los Romanos se dirige a los judíos: Busca empezar su enseñanza con cordialidad, partiendo de las ideas básicas de ellos, ya que en un segundo momento ha de decirles no (véase Rom 2:1); a partir de 11:13 se dirige a los paganos: "A vosotros os digo, a los gentiles". Este texto de Pablo no se inspira en absoluto en la filosofía griega, sino en la propia Biblia hebrea; el texto de Sabiduría 13: 1-9, y en general los capítulos 13, 14 y 15 del libro de la sabiduría son inspiración de Pablo; dicho texto es paralelo a Romanos 1: 18-32 y prueba hasta que punto es erróneo atribuir precisamente a Pablo la creencia en la ley universal de los filósofos estoicos, él que buscaba liberar a los cristianos de la Ley judía. Es además un anacronismo grave.
Naturalmente la frase "recibiendo en sí mismos la paga adecuada a su extravío" no es ninguna profecía, ni referente al SIDA ni a ninguna otra cosa; solamente quienes convierten la Biblia en excusa de sus prejuicios podían concebir una idea semejante. Para empezar la palabra antimisthía no tiene en griego una connotación negativa, simplemente significa "paga"; el extravío o error a que se refiere Pablo no es la homosexualidad, sino la idolatría, teme autentico del texto, como ya hemos explicado arriba.
Es paradójico que este texto de Pablo se haya entendido tan mal que haya producido precisamente aquello que Pablo pretendía evitar: que no importa el legalismo, sino el amor y la fe en Jesús, que no hay actos ni personas impuros por sí mismos, que no debe haber en la Iglesia división entre "liberales" y legalistas, y que unos creyentes no deben ser apartados o discriminados por otros.
1 La versión de la Casa de la Biblia traduce: "sus mujeres han cambiado las relaciones naturales del sexo por usos antinaturales"
2 Consúltese BAILLY Dictionnaire grec français, París 1963 editorial Hachette), o en su lugar, YARZA Diccionario griego español, Barcelona 1964 (reedición 1984), editorial Sopena.
3 De hecho el que algo sea parà physinno implica en absoluto inmoralidad. En el Rom 11:23-24 el que actúa parà physines el propio Dios.
4 Versión Cantera-Iglesias.
I Corintios 6: 9-10 i I Timoteo 1: 9-10
Pablo en I Cor 6: 9-10 y en I Tim 1: 9-10 proporciona dos listas de pecados: en la de I Corintios figuran los que están excluidos del reino, y en la de I Timoteo los que no han recibido la ley de dios; en ambas listas de pecados los traductores modernos identifican la homosexualidad. En Icor aparecen los términos griegos malakoí y arsenokoîtai, y en I Timoteo aparecen solamente arsenokoîtai: Los traductores actuales las traducen con una variedad de términos que van desde "sodomitas" a "corruptores de menores" pasando por "afeminados", "invertidos", "prostitutos", "homosexuales practicantes" entre otras. Intentemos poner algo de orden.
La palabra malakós 1 es muy común en griego y significa básicamente "blando, débil, flojo". En el Nuevo Testamento aparece frecuentemente en el sentido de "débil, flojo, enfermo"; en un contexto de tema moral tendría el sentido de "licencioso, libertino, disoluto". Es gratuito suponer que esta noción se refiera expresa o exclusivamente a las personas homosexuales. De hecho en griego esta palabra no se usaba para hacer referencia a la homosexualidad. La tradición más enraizada desde Tomás de Aquino es entender esta palabra 2 en relación con la masturbación; esta idea ha llegado hasta bien entrado el siglo XX a través de traducciones protestantes. En las traducciones más recientes, puesto que muy pocos moralistas creen que la masturbación sea causa de exclusión en el Reino de Dios, tan dura condena ha sido desplazada a una actividad sexual menos frecuente y menos aceptada socialmente3. La interpretación que hoy por hoy parece más correcta para malakoí es que designa la inmoralidad, la desidia ética en general.
El término arsenokoítes4 es muy extraño en griego; las dos primeras ocasiones en que aparecen son precisamente las dos citas del Nuevo Testamento que estamos tratando; posteriormente aparece en la patrística griega. Pero no es ninguno de los términos que la antigua lengua griega usaba para referirse a prácticas homosexuales: en primer lugar no existía un término genérico para la homosexualidad o los homosexuales, recordemos que esta palabra se ideó en el s. XIX (sí los había para determinadas prácticas). Boswell y McNeill creen que en su origen el término se refiere a la prostitución masculina; esta interpretación se ve reforzada por el contexto del Antiguo Testamento, donde se asociaba con ciertas formas de prostitución con cultos idolátricos paganos. Helminiak aporta una explicación más actualizada: La lengua hebrea no tiene un término para expresar la idea de homosexualidad en sentido genérico; la expresión hebrea miƒkav zaxúr servia para hacer referencia a la enseñanza sinagogal a la prohibición del Levítico 18: y 20:13; cuando los rabinos enseñaban o predicaban en griego usaban un calco griego construido sobre la mencionada expresión hebrea: arsenokoítes: la raíz griega koi- se corresponde con la hebrea ƒkb- ambas con el sentido de "acostarse, tener relaciones sexuales", y la raíz griega arsen- se corresponde con la hebrea zaxur "masculino, macho"; -tes5 es un sufijo que construye nombre de agente masculino, por lo que la palabra está caracterizada como masculina. Si Jesús y las primeras comunidades cristianas abolieron la pureza ritual de la Ley hebrea, cabe preguntarse por qué aparece en estas epístolas; aparentemente es una flagrante contradicción. ¿Qué pensaban los moralistas del s. I dc. Cuando hacían apreciaciones negativas de la homosexualidad? Pensaban en adultos copulando con preadolescentes, pensaban en niños y adolescentes raptados para el comercio de esclavos y destinados a la venta y con frecuencia a la prostitución; por ese motivo no es necesario mencionar el lesbianismo, que no da lugar a abusos semejantes. Cuando nosotros hoy en el s. XX hablamos de homosexualidad nos referimos a una variación normal de la orientación sexual que inclina emotiva y genitalmente a algunas persona hacia adultos de su mismo sexo; es una variante definitiva e irreversible6. Por tanto concluimos que arsenokoîtai hace referencia a un tipo de sexo abusivo o explotador. De hecho, si el autor hubiera querido calificar como intrínsecamente mala la homosexualidad, debería hacer referencia también a la homosexualidad femenina.
1 En I Corintios 6: 9-10 aparece en plural: malakoí
2 En latín mollicies o mollitia.
3 Observemos cómo el cambio en la traducción no se basa en nuevos datos exegéticos o filológicos, sino en un cambio de mentalidad en la moral sexual
4 En I Corintios 6: 9-10 i I Timoteo 1: 9-10 aparece en plural: arsenokôitai.
5 -tes en singular y tai en plural.
6 A este respecto pueden consultarse obras recientemente publicadas como MONDIMORE una historia natural de la homosexualidad, Barcelona 1998, editorial Paidós (primera edición original Baltimore y Londres 1996) donde aparecen recogidas las últimas investigaciones científicas sobre la homosexualidad explicadas con un lenguaje asequible a no especialistas; y SORIANO RUBIO Cómo se vive la homosexualidad y el lesbianismo, Salamanca 1999, ediciones Amaru, donde se investiga principalmente desde el punto de vista psíquico, la obra es muy actualizada y asequible a no especialistas
Judas 6-7
Queriendo ser exhaustivos, vamos a explicar una cita que no tiene que ver con la homosexualidad, pero que, por contener unas palabras un tanto extrañas, ha dado lugar a traducciones muy desacertadas. La expresión en cuestión es sarkòs hetéras: héteros significa primeramente "el otro", y de ahí deriva "diferente, distinto, ajeno, extraño"; sárx significa "carne", pero en un texto escrito por alguien de habla semítica, como es el caso de la Epístola de Judas, se puede rastrear un calco del hebreo y del arameo consistente en usar la palabra "carne" con el sentido de "cuerpo", nociones que en lenguas semíticas se expresan con la misma palabra (por ejemplo, en hebreo basar significa tanto "cuerpo" como "carne"). Por tanto el sentido de la expresión es "una carne extraña", "un cuerpo ajeno" o "un cuerpo distinto"; no tiene nada que ver con la homosexualidad. La expresión tanto en la Biblia como en la literatura hebrea no canónica hace referencia a las relaciones sexuales entre ángeles y humanos; así tenemos numerosos textos: Génesis 6: 1-4, Libro de los jubileos 7: 20-21; 10: 5ss; 20: 5-6; Testamento de Rubén 5: 6-7; Testamento de Neftalí 3:5; Enoc 6-10; II Pedro 2: 4-6 es un claro apoyo a lo que estamos diciendo1. Desde el punto de vista del amor homosexual esta cita de Judas es irrelevante, pero ciertamente proporciona un excelente ejemplo de la diferente visión del mundo que había en la época de Jesús y de cómo los traductores hacen decir a su versión cosas que realmente el original no puede contener
1 De hecho al menos las traducciones de este texto ya se están rectificando, por ejemplo la versión Cantera-Iglesias dice: "fueron tras la carne de otra naturaleza".
Hechos 8: 26-39
Como en el Próximo Oriente algunos actos homosexuales masculinos eran expresión de burla, humillación y castigo al enemigo vencidot 1 y suponían un grave menoscabo de la virilidad, no podían estar en absoluto bien considerados socialmente; la homosexualidad femenina, en cambio, resultaba indiferente. 2. Por otro lado la alianza de Dios se transmitía racialmente a través del pueblo de Israel, por lo que era muy importante transmitir la vida.3. Esta concepción de la sexualidad por doquier en el Antiguo Testamento y condiciona la moral sexual de la nación hebrea. Pero el pueblo de dios en la Nueva Alianza ya no se construye sobre vínculos de sangre, por lo que la necesidad de reproducirse pierde importancia. Al mismo tiempo la perspectiva de la resurrección y la vida del mundo futuro hace que el deseo de perpetuarse por medio de los hijos pierda fuerza. Esta nueva actitud evangélica se pone de manifiesto en Hech 8: 26-39. El libro de Isaías profetizaba en Is 56: 3-5 la incorporación de los extranjeros y de los eunucos al pueblo de Dios: Hechos subraya la voluntad de Dios por una Nueva Alianza universal, por eso es el Espíritu Santo el que tomo la iniciativa enviando a Felipe para que el extranjero eunuco alto cargo en una corte extranjera sea bautizado. Así los grupos que la Ley consideraba impuros en el viejo Israel son plenamente miembros del nuevo pacto: leprosos, samaritanos y los excluidos por razones sexuales: éstos son simbolizados por el eunuco. Recordemos que en el Nuevo Testamento la palabra eunuco se refiere no solamente a los castrados, sino a todos aquellos que por razones varias no se casaban o no tenían hijos: así en Mateo 19:12 puesta en los labios de Jesús se contiene la definición más cercana a lo que hoy entendemos como homosexualidad de toda la Biblia.
1 En concreto, en coito anal practicado con los vencidos en combate, pero también en otras circunstancias, simbolizaba la derrota del sodomizado y el paso a su violador de toda la autoridad, poder, o propiedades que pudiera tener antes de ser violado.
2 Esto no era así en las culturas occidentales, como Grecia o Roma.
3 En la mentalidad precientífica solamente los varones la transmitían; las mujeres eran el campo que el hombre sembraba; de hecho el hombre siempre emite semen, pero para los pueblos antiguos no siempre la mujer tenía capacidad para concebir.
Conclusión
La raíz de la homofobia no está en la Biblia; hasta el siglo XII la homosexualidad fue admitida plenamente por las iglesias europeas 1 hasta el punto de celebrar liturgias de unión entre personas del mismo sexo. 2. Pero desde el siglo XII los detractores de los homosexuales buscaron justificación a sus ideas en todas las fuentes que tenían a su alcance, también en la Biblia, y contribuyeron de este modo a generar la creencia de que la Biblia condena la homosexualidad. Afortunadamente hoy el método histórico-crítico devuelve a la exégesis bíblica la racionalidad que tanto tiempo le ha faltado y nos devuelve a los creyentes la Biblia como historia de una liberación comunitaria y experiencia de una liberación personal..
La Biblia no es un libro mágico, no es un amontonamiento absurdo de normas éticas contradictorias, no puede ser reducido a un almacén de citas aisladas para justificar los prejuicios sociales, religiosos, étnicos, sexuales, raciales, etc. La Biblia es un patrimonio religioso, humano y cultural universal -también de los homosexuales- consistente en la experiencia religiosa de 2000 años, desde que Abarhán salió de Ur abandonando a sus ídolos hasta que las primeras comunidades cristianas se organizan para dar testimonio de Jesús. Para nosotros los cristianos Jesús de Nazaret es la cumbre de la Biblia y la luz que da todo su sentido. Quienes condenan la homosexualidad, además de justificar la homofobia social, en la práctica excluyen a los homosexuales de la comunidad cristiana; para una persona homosexual no tiene sentido que le digan " la condición homosexual no es pecaminosa, su práctica sí lo es", porque la sexualidad afecta a la raíz más profunda de la psique humana e involucra numerosas facetas de la personalidad de heterosexuales y homosexuales: nadie puede separar condición de sentimientos. Quienes excluyen a los homosexuales excluyen también a Jesús.
1 Véase BOSWELL. Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad. Barcelona, 1992 (Muchnik editores).
2 Véase BOSWELL las bodas de la semejanza. Barcelona 1996 (Muchnik editores)
Bibliografía
En nuestras lenguas no es abundante la bibliografía sobre cristianismo y homosexualidad, menos aún sobre homosexualidad en la Biblia; no obstante desde hace algunos años lentamente van apareciendo traducciones. Para un planteamiento inicial del problema de los homosexuales en la Iglesia Católica-Romana, especialmente desde un punto de vista psicológico, tenemos la obra del presbítero y psiquiatra francés Mac ORAISON El problema homosexual,Madrid1976 (Ed. Taurus); cabe añadir que este libro no ha perdido actualidad y por consiguiente interés. Haciendo también un planteamiento inicial, pero atreviéndose ya a proponer soluciones, es mucho más interesante la obra de John J. McNEILL La iglesia ante la homosexualidad, Barcelona 1979 (Ed. Grijalbo), este autor además hace un estudio completísimo sobre exégesis, tradición, teología moral, etc., introduce a la psicología: su lectura es imprescindible. Quien quiera informarse de los últimos avances exegéticos en relación con la homosexualidad no puede prescindir de la lectura de la obra de Daniel A. HELMINIAK What the Blible Really Says about Homosexuality, San Francisco 1994 (Ed. Alamo Square Press); desgraciadamente no traducida a ninguna de nuestras lenguas, esta breve obra concebida en perspectiva ecuménica hace un estudio histórico-crítico muy interesante de todos los textos bíblicos real o supuestamente relacionados con la homosexualidad y los explica ampliamente; no se necesita ser un experto en exégesis para entenderlo por su gran claridad y concisión. Algunos de los argumentos que da Helminiak aparecen recogidos de forma resumida en la obra de John BOSWELL Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad, Barcelona1992 (Muchnik editores)Boswell es un historiador especializado en la edad antigua y media que hace un estudio amplio sobre el origen de la homofobia en Europa y su relación con el cristianismo; llega a conclusiones sorprendentes que desmontan muchos lugares comunes. Del mismo historiador John BOSWELL Las bodas de la semejanza, Barcelona 1996 (Muchnik editores)trata sobre las ceremonias para la unión de personas del mismo sexo existentes en las iglesias primitivas; esta obra, aunque no investiga directamente el tema de la homosexualidad en la Biblia, es sumamente ilustrativa de cómo los prejuicios pueden ganar carta de naturaleza y pasar por ser lo originario, cuando en realidad son tardíos y han sustituido a la tolerancia cristiana original.
En especial queremos dar las gracias al presbítero de la Iglesia Española Reformada y experto en teología moral, D. Antonio Andrés Puchades, por sus orientaciones valiosas e imprescindibles (especialmente en la referente a la ética neotestamentaria), sin las cuales no habríamos concluido este estudio.
Romanos 1:18-32
El texto de Rom 1.18-32 es el más difícil de comprender, aunque es importante porque para muchos es el único texto de la Biblia que menciona el lesbianismo, es al que se hace decir que la homosexualidad es antinatural, y es en el que se apoyan los fundamentalistas norteamericanos para afirmar que el SIDA es un castigo de Dios a los homosexuales. Para la enseñanza tradicional en este texto dos referencias directas condenan la homosexualidad: el versículo 26 se refiere al lesbianismo y el 27 a la homosexualidad masculina.
El versículo 26 dice thêleiai autôn metêllaxan tên physikênkhrêsin eis tèn parà phýsin la versión Cantera-Iglesias hace una traducción muy, muy literal como sigue: "sus mujeres cambiaron el uso natural del cuerpo por el contra la naturaleza"1. La palabra phýsis aparece con frecuencia en el Nuevo Testamento, pero no con el sentido de naturaleza; veamos algunos ejemplos: en Rom 2:27 he ek phýseos akrobystía "la incircuncisión física", "la incircuncisión corporal"; en Gál 2:15 hemeîs phýsei Ioudaîoi "somos por nacimiento judíos", "somos judíos de nacimiento"; Rom 2:14 physei tà toû nómou poiôsin "instintivamente hacen las obras de la Ley", por inclinación natural cumplen la Ley"; Gál 4:8 toîs phýsei me oûsin theoîs "a los que por naturaleza no son dioses", "a los que en realidad no son dioses"; I Cor 11:14-15 oudè he phýsis aute didáskei hymâs hóti aner eàn komâi autôi estin? "¿no os enseña la propia costumbre que el que un varón lleve pelo largo es una deshonra para él?. De todas estas citas deducimos que physis nombra "lo característico, lo propio, lo esperable"; también en nuestra lengua empleamos la palabra "naturaleza" para referirnos al carácter de algo o de alguien. El adjetivo derivado physikós significa "lo que responde o se ajusta al propio carácter de algo o alguien". En cuanto a la preposición parà no significa en absoluto "contra", sino "al lado de", "además de", "al margen de"2: ambas palabras juntas no se pueden traducir "contra la naturaleza", sino "al margen de lo habitual", "fuera de lo acostumbrado" o "de manera no esperada". Ciertamente traducir parà fhýsin "contra la ley natural" es suponer que Pablo había aceptado la hipótesis de la filosofía estoica que postulaba la existencia de una ley universal que gobernaba el universo; para los estoicos el principal imperativo ético consistía en ajustar la vida a la ley universal. Ciertamente la filosofía popular impregnada de ideas estoicas (y también otras escuelas filosóficas) estaba muy divulgada por todo el Mediterráneo, pero Pablo en el texto de Romanos que estamos estudiando dice (versículos 21-22) "aunque habían conocido a Dios, no le glorificaron ni le dieron gracias como a Dios corresponde, sino que se entregaron a sus razonamientos y su corazón necio se enfureció; aunque se decían sabios, se volvieron tontos". Creemos que estos dos versículos contienen una alusión despectiva hacia el pensamiento filosófico griego; no parece razonable que unas líneas más abajo Pablo argumente su predicación con ideas tomadas del estoicismo; recordemos que él, antes de convertirse al cristianismo, era fariseo, no procedía de un movimiento helenista, sino de una doctrina muy enraizada en la tradición judia3. A que prácticas se refiere el versículo 26: no al lesbianismo, como se lee a veces; Pablo no puede añadir nada a la Ley judía, sencillamente el lesbianismo no está prohibido como tabú en el Código de santidad, pero sí el tener relaciones sexuales durante la menstruación, tenerlas con hombres incircuncisos, coito anal u oral, la zoofilia, el coito en posturas desacostumbradas (por ejemplo, de pie).
En el versículo 27 Pablo vuelve sus dardos contra los hombres gentiles diciendo según la versión Cantera-Iglesias: "y la mismo también los varones, dejando el uso natural (physiken) de la mujer, ardieron en la concupiscencia de unos por otros, realizando la acción vergonzosa (askhemosýnen) varones con varones y recibiendo en sí mismos la paga (antimisthían) adecuada a su extravío". El comienzo del versículo indica que va a continuar tratando de sexualidad, pero la especificación de que son "varones con varones" y que "ardieron el la concupiscencia de unos por otros" se debe a que el versículo anterior no trata de lesbianismo, en este versículo concreta para los varones otro tipo de transgresión. En cuanto al "uso natural" (physiken khrêsin), ya hemos hablado arriba suficientemente: La palabra askhemosýne se suele traducir como "acciones vergonzosas", "vergüenza"; su sentido no es tan fuerte, pues sencillamente se refiere a cosas inapropiadas, impresentables o inconvenientes.
El versículo 26 comienza diciendo "por esto los entregó Dios a pasiones deshonrosas"4; la Nueva Biblia Española traduce "pasiones degradantes", y en general encontramos traducciones similares. Sin embargo atimía es una palabra que no tenía connotaciones morales, atimía es sencillamente algo infravalorado, mal considerado socialmente, de mala nota, pero no contra la ética.
Observamos que el versículo 26 empieza con la palabra dià toûto "por eso", es decir, lo dicho en los versículos 18-25 es la causa de que Dios los haya entregado a sus pasiones contrarias a la pureza ritual. Efectivamente los judíos de la época pensaban que los paganos desarrollaban su vida permanentemente en la impureza, pues no seguían la Ley judía; según Pablo nos dice en los versículos que estamos analizando, eso se debía a que, habiendo conocido al Dios único verdadero, prefirieron la idolatría. Pablo no está haciendo ninguna valoración moral sobre la homosexualidad masculina, ni sobre las otras formas de sexo prohibidas en el código de santidad (el lesbianismo ni siquiera se menciona), sencillamente las nombra como muestra de impureza ritual evidente a los ojos de los judíos a quienes se dirigen los primeros capítulos de la epístola. A partir del versículo 28 Pablo hace consideraciones morales: retoma lo dicho en los versículos 18-25 con las palabras "y como no se dignaron tener un conocimiento verdadero de Dios", y a continuación repite "los entregó Dios a una conciencia indigna que los lleva a hacer injusticias"; ahora sí, Pablo hace una lista de acciones éticamente negativas, entre las cuales, ciertamente, no se encuentra la homosexualidad. ¿Por qué Pablo, cuando quiere nombrar un tabú ritual hebreo escoge las prohibiciones sexuales? Sencillamente por ser habituales y admitidas plenamente entre los paganos de Roma y ser especialmente desagradables a los judíos; de ese modo evita otros tabúes a los que las primeras comunidades eran muy sensibles, como la circuncisión y los alimentos impuros, ya que en época de Pablo habían dividido a las comunidades cristianas con gravisima controversia entre judaizantes, que pedían que los paganos conversos al cristianismo cumplieran la Ley judía en su integridad, y los que querían que el vínculo de las nuevas comunidades fuera solamente la fe en Jesús. Recordemos que Pablo en los primeros capítulos de esta Epístola a los Romanos se dirige a los judíos: Busca empezar su enseñanza con cordialidad, partiendo de las ideas básicas de ellos, ya que en un segundo momento ha de decirles no (véase Rom 2:1); a partir de 11:13 se dirige a los paganos: "A vosotros os digo, a los gentiles". Este texto de Pablo no se inspira en absoluto en la filosofía griega, sino en la propia Biblia hebrea; el texto de Sabiduría 13: 1-9, y en general los capítulos 13, 14 y 15 del libro de la sabiduría son inspiración de Pablo; dicho texto es paralelo a Romanos 1: 18-32 y prueba hasta que punto es erróneo atribuir precisamente a Pablo la creencia en la ley universal de los filósofos estoicos, él que buscaba liberar a los cristianos de la Ley judía. Es además un anacronismo grave.
Naturalmente la frase "recibiendo en sí mismos la paga adecuada a su extravío" no es ninguna profecía, ni referente al SIDA ni a ninguna otra cosa; solamente quienes convierten la Biblia en excusa de sus prejuicios podían concebir una idea semejante. Para empezar la palabra antimisthía no tiene en griego una connotación negativa, simplemente significa "paga"; el extravío o error a que se refiere Pablo no es la homosexualidad, sino la idolatría, teme autentico del texto, como ya hemos explicado arriba.
Es paradójico que este texto de Pablo se haya entendido tan mal que haya producido precisamente aquello que Pablo pretendía evitar: que no importa el legalismo, sino el amor y la fe en Jesús, que no hay actos ni personas impuros por sí mismos, que no debe haber en la Iglesia división entre "liberales" y legalistas, y que unos creyentes no deben ser apartados o discriminados por otros.
1 La versión de la Casa de la Biblia traduce: "sus mujeres han cambiado las relaciones naturales del sexo por usos antinaturales"
2 Consúltese BAILLY Dictionnaire grec français, París 1963 editorial Hachette), o en su lugar, YARZA Diccionario griego español, Barcelona 1964 (reedición 1984), editorial Sopena.
3 De hecho el que algo sea parà physinno implica en absoluto inmoralidad. En el Rom 11:23-24 el que actúa parà physines el propio Dios.
4 Versión Cantera-Iglesias.
I Corintios 6: 9-10 i I Timoteo 1: 9-10
Pablo en I Cor 6: 9-10 y en I Tim 1: 9-10 proporciona dos listas de pecados: en la de I Corintios figuran los que están excluidos del reino, y en la de I Timoteo los que no han recibido la ley de dios; en ambas listas de pecados los traductores modernos identifican la homosexualidad. En Icor aparecen los términos griegos malakoí y arsenokoîtai, y en I Timoteo aparecen solamente arsenokoîtai: Los traductores actuales las traducen con una variedad de términos que van desde "sodomitas" a "corruptores de menores" pasando por "afeminados", "invertidos", "prostitutos", "homosexuales practicantes" entre otras. Intentemos poner algo de orden.
La palabra malakós 1 es muy común en griego y significa básicamente "blando, débil, flojo". En el Nuevo Testamento aparece frecuentemente en el sentido de "débil, flojo, enfermo"; en un contexto de tema moral tendría el sentido de "licencioso, libertino, disoluto". Es gratuito suponer que esta noción se refiera expresa o exclusivamente a las personas homosexuales. De hecho en griego esta palabra no se usaba para hacer referencia a la homosexualidad. La tradición más enraizada desde Tomás de Aquino es entender esta palabra 2 en relación con la masturbación; esta idea ha llegado hasta bien entrado el siglo XX a través de traducciones protestantes. En las traducciones más recientes, puesto que muy pocos moralistas creen que la masturbación sea causa de exclusión en el Reino de Dios, tan dura condena ha sido desplazada a una actividad sexual menos frecuente y menos aceptada socialmente3. La interpretación que hoy por hoy parece más correcta para malakoí es que designa la inmoralidad, la desidia ética en general.
El término arsenokoítes4 es muy extraño en griego; las dos primeras ocasiones en que aparecen son precisamente las dos citas del Nuevo Testamento que estamos tratando; posteriormente aparece en la patrística griega. Pero no es ninguno de los términos que la antigua lengua griega usaba para referirse a prácticas homosexuales: en primer lugar no existía un término genérico para la homosexualidad o los homosexuales, recordemos que esta palabra se ideó en el s. XIX (sí los había para determinadas prácticas). Boswell y McNeill creen que en su origen el término se refiere a la prostitución masculina; esta interpretación se ve reforzada por el contexto del Antiguo Testamento, donde se asociaba con ciertas formas de prostitución con cultos idolátricos paganos. Helminiak aporta una explicación más actualizada: La lengua hebrea no tiene un término para expresar la idea de homosexualidad en sentido genérico; la expresión hebrea miƒkav zaxúr servia para hacer referencia a la enseñanza sinagogal a la prohibición del Levítico 18: y 20:13; cuando los rabinos enseñaban o predicaban en griego usaban un calco griego construido sobre la mencionada expresión hebrea: arsenokoítes: la raíz griega koi- se corresponde con la hebrea ƒkb- ambas con el sentido de "acostarse, tener relaciones sexuales", y la raíz griega arsen- se corresponde con la hebrea zaxur "masculino, macho"; -tes5 es un sufijo que construye nombre de agente masculino, por lo que la palabra está caracterizada como masculina. Si Jesús y las primeras comunidades cristianas abolieron la pureza ritual de la Ley hebrea, cabe preguntarse por qué aparece en estas epístolas; aparentemente es una flagrante contradicción. ¿Qué pensaban los moralistas del s. I dc. Cuando hacían apreciaciones negativas de la homosexualidad? Pensaban en adultos copulando con preadolescentes, pensaban en niños y adolescentes raptados para el comercio de esclavos y destinados a la venta y con frecuencia a la prostitución; por ese motivo no es necesario mencionar el lesbianismo, que no da lugar a abusos semejantes. Cuando nosotros hoy en el s. XX hablamos de homosexualidad nos referimos a una variación normal de la orientación sexual que inclina emotiva y genitalmente a algunas persona hacia adultos de su mismo sexo; es una variante definitiva e irreversible6. Por tanto concluimos que arsenokoîtai hace referencia a un tipo de sexo abusivo o explotador. De hecho, si el autor hubiera querido calificar como intrínsecamente mala la homosexualidad, debería hacer referencia también a la homosexualidad femenina.
1 En I Corintios 6: 9-10 aparece en plural: malakoí
2 En latín mollicies o mollitia.
3 Observemos cómo el cambio en la traducción no se basa en nuevos datos exegéticos o filológicos, sino en un cambio de mentalidad en la moral sexual
4 En I Corintios 6: 9-10 i I Timoteo 1: 9-10 aparece en plural: arsenokôitai.
5 -tes en singular y tai en plural.
6 A este respecto pueden consultarse obras recientemente publicadas como MONDIMORE una historia natural de la homosexualidad, Barcelona 1998, editorial Paidós (primera edición original Baltimore y Londres 1996) donde aparecen recogidas las últimas investigaciones científicas sobre la homosexualidad explicadas con un lenguaje asequible a no especialistas; y SORIANO RUBIO Cómo se vive la homosexualidad y el lesbianismo, Salamanca 1999, ediciones Amaru, donde se investiga principalmente desde el punto de vista psíquico, la obra es muy actualizada y asequible a no especialistas
Judas 6-7
Queriendo ser exhaustivos, vamos a explicar una cita que no tiene que ver con la homosexualidad, pero que, por contener unas palabras un tanto extrañas, ha dado lugar a traducciones muy desacertadas. La expresión en cuestión es sarkòs hetéras: héteros significa primeramente "el otro", y de ahí deriva "diferente, distinto, ajeno, extraño"; sárx significa "carne", pero en un texto escrito por alguien de habla semítica, como es el caso de la Epístola de Judas, se puede rastrear un calco del hebreo y del arameo consistente en usar la palabra "carne" con el sentido de "cuerpo", nociones que en lenguas semíticas se expresan con la misma palabra (por ejemplo, en hebreo basar significa tanto "cuerpo" como "carne"). Por tanto el sentido de la expresión es "una carne extraña", "un cuerpo ajeno" o "un cuerpo distinto"; no tiene nada que ver con la homosexualidad. La expresión tanto en la Biblia como en la literatura hebrea no canónica hace referencia a las relaciones sexuales entre ángeles y humanos; así tenemos numerosos textos: Génesis 6: 1-4, Libro de los jubileos 7: 20-21; 10: 5ss; 20: 5-6; Testamento de Rubén 5: 6-7; Testamento de Neftalí 3:5; Enoc 6-10; II Pedro 2: 4-6 es un claro apoyo a lo que estamos diciendo1. Desde el punto de vista del amor homosexual esta cita de Judas es irrelevante, pero ciertamente proporciona un excelente ejemplo de la diferente visión del mundo que había en la época de Jesús y de cómo los traductores hacen decir a su versión cosas que realmente el original no puede contener
1 De hecho al menos las traducciones de este texto ya se están rectificando, por ejemplo la versión Cantera-Iglesias dice: "fueron tras la carne de otra naturaleza".
Hechos 8: 26-39
Como en el Próximo Oriente algunos actos homosexuales masculinos eran expresión de burla, humillación y castigo al enemigo vencidot 1 y suponían un grave menoscabo de la virilidad, no podían estar en absoluto bien considerados socialmente; la homosexualidad femenina, en cambio, resultaba indiferente. 2. Por otro lado la alianza de Dios se transmitía racialmente a través del pueblo de Israel, por lo que era muy importante transmitir la vida.3. Esta concepción de la sexualidad por doquier en el Antiguo Testamento y condiciona la moral sexual de la nación hebrea. Pero el pueblo de dios en la Nueva Alianza ya no se construye sobre vínculos de sangre, por lo que la necesidad de reproducirse pierde importancia. Al mismo tiempo la perspectiva de la resurrección y la vida del mundo futuro hace que el deseo de perpetuarse por medio de los hijos pierda fuerza. Esta nueva actitud evangélica se pone de manifiesto en Hech 8: 26-39. El libro de Isaías profetizaba en Is 56: 3-5 la incorporación de los extranjeros y de los eunucos al pueblo de Dios: Hechos subraya la voluntad de Dios por una Nueva Alianza universal, por eso es el Espíritu Santo el que tomo la iniciativa enviando a Felipe para que el extranjero eunuco alto cargo en una corte extranjera sea bautizado. Así los grupos que la Ley consideraba impuros en el viejo Israel son plenamente miembros del nuevo pacto: leprosos, samaritanos y los excluidos por razones sexuales: éstos son simbolizados por el eunuco. Recordemos que en el Nuevo Testamento la palabra eunuco se refiere no solamente a los castrados, sino a todos aquellos que por razones varias no se casaban o no tenían hijos: así en Mateo 19:12 puesta en los labios de Jesús se contiene la definición más cercana a lo que hoy entendemos como homosexualidad de toda la Biblia.
1 En concreto, en coito anal practicado con los vencidos en combate, pero también en otras circunstancias, simbolizaba la derrota del sodomizado y el paso a su violador de toda la autoridad, poder, o propiedades que pudiera tener antes de ser violado.
2 Esto no era así en las culturas occidentales, como Grecia o Roma.
3 En la mentalidad precientífica solamente los varones la transmitían; las mujeres eran el campo que el hombre sembraba; de hecho el hombre siempre emite semen, pero para los pueblos antiguos no siempre la mujer tenía capacidad para concebir.
Conclusión
La raíz de la homofobia no está en la Biblia; hasta el siglo XII la homosexualidad fue admitida plenamente por las iglesias europeas 1 hasta el punto de celebrar liturgias de unión entre personas del mismo sexo. 2. Pero desde el siglo XII los detractores de los homosexuales buscaron justificación a sus ideas en todas las fuentes que tenían a su alcance, también en la Biblia, y contribuyeron de este modo a generar la creencia de que la Biblia condena la homosexualidad. Afortunadamente hoy el método histórico-crítico devuelve a la exégesis bíblica la racionalidad que tanto tiempo le ha faltado y nos devuelve a los creyentes la Biblia como historia de una liberación comunitaria y experiencia de una liberación personal..
La Biblia no es un libro mágico, no es un amontonamiento absurdo de normas éticas contradictorias, no puede ser reducido a un almacén de citas aisladas para justificar los prejuicios sociales, religiosos, étnicos, sexuales, raciales, etc. La Biblia es un patrimonio religioso, humano y cultural universal -también de los homosexuales- consistente en la experiencia religiosa de 2000 años, desde que Abarhán salió de Ur abandonando a sus ídolos hasta que las primeras comunidades cristianas se organizan para dar testimonio de Jesús. Para nosotros los cristianos Jesús de Nazaret es la cumbre de la Biblia y la luz que da todo su sentido. Quienes condenan la homosexualidad, además de justificar la homofobia social, en la práctica excluyen a los homosexuales de la comunidad cristiana; para una persona homosexual no tiene sentido que le digan " la condición homosexual no es pecaminosa, su práctica sí lo es", porque la sexualidad afecta a la raíz más profunda de la psique humana e involucra numerosas facetas de la personalidad de heterosexuales y homosexuales: nadie puede separar condición de sentimientos. Quienes excluyen a los homosexuales excluyen también a Jesús.
1 Véase BOSWELL. Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad. Barcelona, 1992 (Muchnik editores).
2 Véase BOSWELL las bodas de la semejanza. Barcelona 1996 (Muchnik editores)
Bibliografía
En nuestras lenguas no es abundante la bibliografía sobre cristianismo y homosexualidad, menos aún sobre homosexualidad en la Biblia; no obstante desde hace algunos años lentamente van apareciendo traducciones. Para un planteamiento inicial del problema de los homosexuales en la Iglesia Católica-Romana, especialmente desde un punto de vista psicológico, tenemos la obra del presbítero y psiquiatra francés Mac ORAISON El problema homosexual,Madrid1976 (Ed. Taurus); cabe añadir que este libro no ha perdido actualidad y por consiguiente interés. Haciendo también un planteamiento inicial, pero atreviéndose ya a proponer soluciones, es mucho más interesante la obra de John J. McNEILL La iglesia ante la homosexualidad, Barcelona 1979 (Ed. Grijalbo), este autor además hace un estudio completísimo sobre exégesis, tradición, teología moral, etc., introduce a la psicología: su lectura es imprescindible. Quien quiera informarse de los últimos avances exegéticos en relación con la homosexualidad no puede prescindir de la lectura de la obra de Daniel A. HELMINIAK What the Blible Really Says about Homosexuality, San Francisco 1994 (Ed. Alamo Square Press); desgraciadamente no traducida a ninguna de nuestras lenguas, esta breve obra concebida en perspectiva ecuménica hace un estudio histórico-crítico muy interesante de todos los textos bíblicos real o supuestamente relacionados con la homosexualidad y los explica ampliamente; no se necesita ser un experto en exégesis para entenderlo por su gran claridad y concisión. Algunos de los argumentos que da Helminiak aparecen recogidos de forma resumida en la obra de John BOSWELL Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad, Barcelona1992 (Muchnik editores)Boswell es un historiador especializado en la edad antigua y media que hace un estudio amplio sobre el origen de la homofobia en Europa y su relación con el cristianismo; llega a conclusiones sorprendentes que desmontan muchos lugares comunes. Del mismo historiador John BOSWELL Las bodas de la semejanza, Barcelona 1996 (Muchnik editores)trata sobre las ceremonias para la unión de personas del mismo sexo existentes en las iglesias primitivas; esta obra, aunque no investiga directamente el tema de la homosexualidad en la Biblia, es sumamente ilustrativa de cómo los prejuicios pueden ganar carta de naturaleza y pasar por ser lo originario, cuando en realidad son tardíos y han sustituido a la tolerancia cristiana original.
En especial queremos dar las gracias al presbítero de la Iglesia Española Reformada y experto en teología moral, D. Antonio Andrés Puchades, por sus orientaciones valiosas e imprescindibles (especialmente en la referente a la ética neotestamentaria), sin las cuales no habríamos concluido este estudio.