¿Has transitado por otras religiones? Cuéntanos tu experiencia

La mayoría de los que estamos aquí no creo que hayamos llegado de la noche a la mañana a las conclusiones o creencias que tenemos actualmente.
Seguramente, en muchos casos, hubo un proceso de exploración, aprendizaje y maduración.
En algunos casos, quizá, transitamos por otras religiones, iglesias o grupos a los que no pertenecemos actualmente.

Revisar con objetividad lo que aprendimos en el camino, y dar gracias a Dios por esos aprendizajes, es importante para comprendernos no solo a nosotros mismos, sino para comprender a las personas que piensan distinto a nosotros.

En este hilo los invito a que compartan sus experiencias personales. ¿En qué iglesias o religiones o ideologías transitaste? ¿Por qué las dejaste? ¿Qué de bueno te dejaron, y qué aprendiste?

Yo he transitado por dos religiones, complementarias entre ellas.

La primera, la religión de mis padres, la protestante, hija del catolicismo.
La segunda, la religión de mi ego, también protestante (porque protesta mucho).

La primera la abandoné hace ya años. Conserva los mismos pecados que su madre, aunque con otro disfraz. Los pecados de la arrogancia, del manejo de las almas por poder (y dinero), y la fuerza y obstinación de la "mente de la carne" para "traer el Reino de Dios". No salí por sus pecados, sino por algo mucho más pragmático: me moría de hambre y aquello no podía darme de comer, y además me sentía como "pez fuera del agua". Allí me ahogaba. La comida la encontré en un camino de re-encuentro con la Palabra de Dios y con el mal llamado "misticismo" (principalmente, místicos del catolicismo). Un proceso de salvación donde el arrepentimiento fue (y es) la clave. Algunas cosas retengo, canciones principalmente, así como alguna que otra buena idea reconstruida en los tiempos de la reforma, aunque las complemento con las ideas de la madre, ya que ambas religiones en realidad son complementarias, no sólo por su naturaleza sino por su historia. Sería absurdo no aprovecharse de la experiencia e iluminación de tantos santos que han pertenecido a estas dos religiones. De la segunda religión, impostora como la primera, no me he podido librar con tanta facilidad: no me queda otra que enfrentarla todos los días "para ganar aquel oro más valioso".

Amor,
Ibero
 
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