Ahí está el error de los que no conocen la predestinación.
Nadie merece la salvación, y no hay nada que hacer para salvarse.
Dios es un ser tan santo, que no hay obra nuestra, por buena que sea que nos haga merecedores de la gracia.
Entonces. Por eso Pablo dice que es un misterio, al igual que Agustín, el por qué Dios elige a unos, pero a otros edurece.
Entonces Pablo lanza esta pregunta para aquél que se escandalice como ha hecho smm diciendo que qué hubiese dicho Pablo al respecto si él no hubiese sido salvo.
Dice Pablo:
"Quién eres tú, oh hombre para que alterques contra Dios"
"¿Dirá el vaso al alfarero, por qué me has hecho así?"
Entonces vuelve y cita Pablo a Dios:
"Tendré misericordia del que tenga misericordia y me compadeceré de quien me compadezca"
La salvación depende totalmente de la soberanía de Dios, de otra manera no tendríamos posibilidad de hacer nada. Recordad este texto:
"Y Él os dio vida cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados"
Lo primero que debemos reconocer es que el ser humano es un "depravado total", el hombre está "muerto", no herido, no, Pablo es enfático "muertos" en nuestros delitos y pecados.
Entonces es Dios que nos revive y nos hace aptos para recibir esa gracia tan grande concedida por un Dios tan misericordiosos, a nosotros, que no lo merecemos. Es un favor inmerecido a quien él quiere. Por eso no podemos juzgar a Dios, sino que, humildemente reconocer esta verdad tan grande y dar gracias de que a nosotros nos eligió, pudimos haber pertenecido al bando no elegido y sin embargo su gracia nos ha tocado a nosotros, personas indignas de tan maravilloso regalo.
Este texto creo que resume mucho el tema de la soberanía de Dios en todo este asunto:
"Por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios"
este texto suena a cantaleta, pero mirándolo bien encierra una vedad tan grande que nos asusta:
"Y esto (la fe), n o de vosotros, es un don de Dios". Habéis visto que hasta nuestra capacidad de creer es un don de Dios, no nuestro.
" Es Dios quien pone en nosotros el querer como el hacer"
Si yo tuviera la capacidad de creer, yo pudiera decir en mis oraciones esto:
"Menos mal Dios, que yo sí creo, no como otros que son unos pecadores de inferior condición que yo, menos mal que me has elegido porque yo sí lo merecía al cree en ti y tu salvación"
Entonces, la doctrina de la predestinación, al que la oye, cree que el que la predica está orgulloso por ser elegido y que se siente superior, no, amigos, todo lo contrario, el calvinista es uno que conoce más que nadie su miseria pecaminosa, es tan miserable que Dios lo tuvo que salvar y darle vida porque estaba muerto, y bien muerto en sus pecados.
El calvinista (perdón que utilice la palabra "calvinista", pero es para que entiendan la doctrina en la que creo, no que otros no son cristianos) es uno que ha sido santificado (por Cristo) por pura misericordia y está tan agradecido de no ser condenado que se ocupa con temor y temblor por su salvación dando frutos en el Señor.
Después de todo lo que ha hecho el Señor por el calvinista: "¿Cómo podrá descuidar una salvación tan grande?", si el calvinista está tan agradecido de que a pesar de su miseria dios le salvó, entonces todo lo que procura es agradar al Señor totalmente agradecido todo el tiempo si es un verdadero nacido de nuevo.
El calvinista tiene una conciencia de la justicia de Dios que no le cuestiona por haberle elegido a él, lo acepta y siente alivio por no ser condenado, mereciéndolo.
El calvinista tampoco sabe el misterio que lleva a Dios a elegirlo a él y a otros no. Sólo se postra en adoración por no haber sido enviado al infierno que es donde merecía estar.
Recordad que el mundo está bajo la ira de Dios, pero qué felicidad y qué alivio que me eligió a mí, a tí y a los verdaderos cristianos del foro (no importa su religión) sin merecerlo para nada porque éramos igual de pecadores que ellos, para librarnos del castigo a toda la raza humana.
Sólo el hecho de estar en este foro recibiendo la Palabra de Dios ya es una gracia: "la fe viene por el oir, y el oír la Palabra de Dios"