Re: GRACIA y SALVACIÓN: Diálogo fecundo
Cristo trajo "La redención".
Debemos adueñarnos de la Salvación, pero afirmo que sin redención en la historia de la humanidad la Salvación no seria posible por ningún medio.
Abro este tema no para confrontar católico vs. protestante, sino para mostrar que en realidad estamos más de acuerdo de lo que ambos pensamos, sólo que utilizamos una terminología distinta. Sólo cuando entendamos hasta qué punto compartimos la misma doctrina, a partir de ahí, podremos ver las diferencias.
1. La SALVACIÓN: ambos creemos que la salvación es por gracia de Dios, y no por méritos propios, por premiación de buena conducta.
2. La GRACIA: es el don mediante el cual, se nos perdonan los pecados y se nos aplican los méritos de Cristo.
En primer lugar, la SALVACIÓN hay que merecerla. Pero no con méritos que nazcan del cumplimiento de la Ley. Estos no satisfacen: el mérito que necesitamos para ganarnos la salvación es el mérito del propio Cristo. Es decir, lo que es una gracia no es la salvación en sí (pues si no, vano es el sacrificio de Cristo). La gracia es que se nos regalan los méritos de Cristo, se nos hacen propios, de forma gratuita, sin merecerlo.
¿Somos salvos? Lo somos... Hay que tener en cuenta, católicos, que cuando un evangélico dice "soy salvo", en realidad está diciendo lo mismo que decimos nosotros cuando decimos "estoy en gracia". Es decir: poseo los méritos de Cristo para mi salvación. No esta diciendo, cuando dice "soy salvo", que ya ha resucitado y está glorificado con Cristo. Sino que posee en esta vida las primicias de la salvación: exactamente lo mismo que afirmamos nosotros cuando decimos "estoy en gracia", sólo que con otras palabras.
¿Dónde está realmente la diferencia? En cómo opera la gracia de Dios a la hora de donarnos los méritos de Cristo para nuestra salvación. San Pablo dice (Flp 2) 12. Así pues, queridos míos, de la misma manera que habéis obedecido siempre, no sólo cuando estaba presente sino mucho más ahora que estoy ausente, trabajad con temor y temblor por vuestra salvación, 13 pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece.
Pero hay que entender cuando Pablo dice "trabajar con temor y temblor por vuestra salvación", lo que dice a continuación: "pues es Dios quien obra en vosotros el querer y el obrar." Los católicos llamamos a esto "obras de la gracia", o "méritos de la gracia". Los protestantes lo llaman "obras de salvo". Pero volvamos al punto anterior: cuando ellos dicen "salvo", no quieren decir ya resurrectos y glorificados, sino lo que los católicos decimos "obras de la gracia".
¿Cómo se nos aplican los méritos de Cristo? No por la fe, sino por la gracia. La fe es andar en la gracia. Realizar las obras de Dios, las que tenía previstas de antemano para nosotros antes de crear el mundo. La gracia de Dios, lo que hace es capacitarnos, regeneranos, para ser capaces de obrar las obras de la gracia, o mejor dicho, para ser dóciles de tal manera que Dios obre en nosotros el querer y el obrar. No nosotros, "sino Cristo quien vive en mi". Esta es la verdadera naturaleza de la gracia, lo que los evangélicos llaman "ser salvos", que no significa ya resurrectos y glorificados, sino simplemente que están en gracia.
3. Los católicos sí creemos en la predestinación: lo que ocurre es que la llamamos providencia divina. Según la teología de Santo Tomás, fundamentándose en San Pablo, la PREDESTINACIÓN es la causa de la salvación, y su causa intermedia es la gracia que nos hace merecerla. En cambio, la CONDENACIÓN, es causa del pecado que nos hace merecerla.
Bien, espero que esta primera aproximación a nuestra coincidencia nos ayude a un diálogo fructuoso en el Señor.
Cristo trajo "La redención".
Debemos adueñarnos de la Salvación, pero afirmo que sin redención en la historia de la humanidad la Salvación no seria posible por ningún medio.