Hola!
Realmente debe ser un problema muy inoportuno cuando se estropean las computadoras o los ordenadores. En mi caso, mi 486 DX4 hasta ahora es inmune ante el ataque masivo de los virus babilonicos. Sin embargo no esta exento de otros inconvenientes, como tengo escasa memoria de 16MB no puedo abrir paginas webs, son extremadamente lentas el leerlas, por lo que tengo que editarla y pasar a Word. Pero como imposiblemente puedo escribir en este Word sin escuchar música MIDI al mismo tiempo, se cuelga el sistema. Por el cual se comprende que no puedo responder tan frecuente como la mayoría de ustedes. Eso por un lado, aparte de que mi agenda es muy estrecha. Asi, aprovechando para manifestarles que aunque pareciera que no deseara responder, no es asi. De algo que estoy seguro, es que aunque sea muy tarde, siempre regreso. Gracias.
Saludos a todos.
Que tal Dagonse!
Antes que nada permíteme hacer una corrección lo que dije en anterior mensaje, la apostasía no cayo sobre la humanidad, sino específicamente en el pueblo de Dios en la antigüedad, por ejemplo, se acentúo mas en la época de los JUECES. Luego se presento en una espantosa confusión, luego de la partida del Salvador y de la desaparición de los apóstoles, la iglesia primitiva se sumió en la confusión de la autentica verdad o mezclándose con corrientes filosóficas, doctrinas de hombres, tanto internas y externas. Y como consecuencia de esto, recién podemos decir que la humanidad se ha privado de la verdad del evangelio del que salió originalmente en la iglesia primitiva fundada por Jesucristo en los primeros siglos de la historia de la Tierra.
El vocablo ‘apostasía’ si bien buscando en el diccionario significa la negación de la fe en Jesucristo recibida en el bautismo, o el abandonar de un religioso o creyente una orden a la que pertenece. Es en un sentido mas amplio, el de cambiar de opinión introduciendo otra ideas en la misma modificándola, y en los peores del caso pervertirla. Lo cual trae un confusión general en que se sumió en la iglesia primitiva, por el hecho de que las personas, la iglesia o naciones se aparten de la verdad. Esto si es en la actualidad.
“Con respecto al termino ALHIM (El-Los-Díoses o Elohim),”
Amigo Dagonse: No conozco el idioma hebreo, por lo que si tu, o nuestro amigo Efgi, o cualquier otro amigo forista le de un termino singular para designar al Padre Eterno, esta bien, lo acepto. Y digo la Divinidad, porque el Padre Eterno es tan Dios como lo es el Hijo, e igualmente como lo es el Espíritu Santo.
“Con referencia a la discusión entre Crear de la nada; no la considero correcta, pues donde no hay nada, tampoco hay Dios.”
Así es, lo cual se entiende que nunca ha existido la NADA(lo absoluto), y que cuando Dios crea algo, esta no apárese de una nada(relativo) inmaterial.
“Si lo único que existía era Dios; el termino bará (hacer, como capacidad exclusiva de Dios), su traducción correcta, pienso que es la clásica "crió"; ya que lo hizo a partir de sí mismo, pues no había nada más.”
Estimado Dagonse, permíteme dar mi apreciación. Si en lo inconmensurable e inimaginable de una extensión de lo infinito que es el Todo(lo que existe), se reduce a tan solamente a la existencia de un solo punto en la persona del Dios Eterno, se puede decir que nuestro Dios Eterno antes de hacer su creación a partir de si mismo, no había nada que ver, nada que tocar, nada que pisar, que aparte de su persona como un punto en las eternidades de la nada inmaterial se encontraba solo, y que la justificación de su creación seria el motivo de su soledad en medio de la nada inmaterial que le rodeaba. Esto, desde luego es incongruente e irreflexivo de suponer que sea asi.
Ahora si me permites nuevamente hacer un pequeño análisis sobre el particular para ampliarlo, aprovecho la oportunidad de trasladar aquí una parte de su exposición del forista ciencialista que conocí hace tiempo en el fenecido foro de las religiones del mundo que hubo en Ciudad Futura. Me refiero a Rimuz que en su mensaje expresa su punto de vista con respecto al Dios Eterno y el universo que es el siguiente:
“...a partir del conocimiento ya adquirido por la humanidad. Sobre la realidad, de una singularidad donde todo estaba unido, con una noción de espacio y tiempo inexistente, hemos de ver como dios se corresponde con esta singularidad, y en la teoría de la existencia de diversos universos, hemos de ver a dios mismo como esta singularidad que comprende nuestro universo y todo otro universo posible, en una singularidad donde estaba presente una conciencia espiritual autoconsciente de si misma que creo la ocasión de este momento cero en el tiempo y en el espacio para manifestarse a si misma. Allí nacieron el tiempo y el espacio y en los mismos la dimensionalidad del universo y la posibilidad de todo otro universo. No podemos entender el motivo para el nacer del universo, pero así como este nacer produce la inflación y expansión del universo, también existe científicamente la teoría de una tendencia futura a la unificación del mismo, donde toda la materia existente, en la acción de la gravedad mutuamente ejercida por los cuerpos de materia del universo, tenderán a volver a recuperar esta unidad perdida, con lo cual se restablecerá mas que un equilibrio, una equivalencia y un movimiento constante entre la materia y la energía, dentro de la cual nosotros estaremos participando en su consciencia.”
“Es aquí donde nace de dios como la totalidad de todo lo existente y como una singularidad de plena conciencia donde todos estaremos presentes, como parte integrantes en nuestra individualidad de la misma, donde nuestra conciencia individual vienen a ser los genes del genoma dios (esto expresado como un símil ), donde él en su totalidad es plenamente consciente de si mismo, sin que cada uno de nosotros pueda llegar a alcanzar por el momento la plenitud de esta conciencia, y aún ni siquiera logramos ser conscientes de nuestra propia individualidad, mas actuamos desde nuestra particularidad individual para recuperar la propia conciencia y la consciencia de la pertenencia a este total que sobre nosotros actúa en el mismo sentido.”
“...queda establecido entonces aquí, como dios, es la totalidad autoconsciente de todo lo existente, y como nuestra alma es nuestra particularidad individual dentro de esta consciencia luchando por tomar su lugar dentro de esta totalidad autoconsciente que a si misma tiende a restablecerse en su estado original, y respondiendo así a las preguntas formuladas de que es dios y que es el alma para mi.”
Rimuz
De “Reflexiones sobre dios y el alma”
Obviamente, aquí Rimuz establece a un dios no como persona, sino el de alguien sin partes o cuerpo, es decir, mas bien como algo muy singular que tiene existencia y conciencia propia en una singularidad de un Dios sin sentimientos o pasiones que se manifiesta como el TODO(lo que existe). Desde luego que este un punto de vista materialista.
Si nosotros somos IMAGEN y SEMAJANZA de nuestro Padre Celestial, no se puede concebir a un DIOS sin partes o cuerpo, como si fuera una nada inmaterial. Supongo que, cuando se dice que El crea algo que sale de si mismo o emana de si mismo, es en un sentido figurado. No se puede concebir que las partes, sea lo que sea de su creación, fuera como si El se hubiera desprendido partes de si mismo. Algo asi como desmembrarse. Esto no es concebible. En base a que nosotros somos a imagen y semejanza de nuestro Padre Celestial es congruente y reflexivo en suponer que El es una persona tanto como lo es el Hijo. Por lo tanto, sea cual fuere la distancia, el tiempo y lugar donde se encuentre o se encontraba antes de crear este universo conocido y que incluye también la creación de la Tierra, si había que ver, que tocar, que pisar; porque los elementos que conforman la materia que existe en el TODO es ETERNO.
Y como persona que es nuestro Dios Eterno, no es ‘algo’ como lo definen algunos ciencialistas como el Dr. Rimuz en su doctrina materialista. El es ALGUIEN que tiene personalidad propia, atributos, inteligencia y conocimientos, facultades y sentimientos profundos. De tal modo que en la incongruencia e irreflexiva idea de que nuestro Padre Celestial no tenga cuerpo, ni figura, ni color, que en El haya tres personas de una misma substancia; incomprensible, un misterio insondable, ni puede estar sujeto a los sentidos, una nada inmaterial; pues, no concuerda con la realidad de Dios, no es concebible esta forma de ver.
Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová ‘hablaba’ con Moisés: “Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero...”
Pablo el apóstol intento aclarar la clase de persona que es Dios, diciendo que su Hijo, Jesucristo, es “el de resplandor de su gloria, y a la imagen misma de su substancia(cuerpo)”, y que “se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”. Esto, por su puesto, habría sido imposible si su Padre no tuviese una forma definida a cuya diestra de su Hijo pudiera sentarse.
Cuando a Esteban lo estaban apedreando a muerte sus enemigos: “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puesto los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que esta a la diestra de Dios. De modo que Esteban vio a dos personas, separados y distintos; uno de ellos, el Hijo a la diestra del otro, el Padre.
Si un padre verídico con todas su imperfecciones, ama a sus hijos, y el que por ese sentimiento no le negaría nada de lo que El sabe y conoce. ¿Cómo entonces puede concebirse que nuestro Padre Celestial perfecto en su amor sea diferente para con nosotros sus hijos? Con los credos y doctrinas del Concilio de Nicea en el año 325 de la era cristiana, en el que unos trescientos obispos pasaron cuatro semanas debatiendo la verdadera divinidad y personalidad de Dios y del Hijo de Dios, y la igualdad de Cristo y de Dios, antes de poder llegar a un grado de unidad que les permitiera hacer una declaración publica sobre el asunto, se han cerrado las puertas al conocimiento de la realidad de Dios. Rodeándose un halo de misterio insondable, incomprensible, inescrutable y vedado. Cuando es todo lo contrario: “Y esta es la vida eterna: que te CONOZCAN a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”
Así, nuestro Padre Celestial es comprensible para toda mente
Y con respecto a :
“La más sencilla de extraer, debe considerar, que el punto de vista del observador... ...es el relato sencillo, perfectamente visible y lógico, para el observador terrícola.”
Me gusto en la forma en la forma en que lo explicas, te diré que estoy de acuerdo en esto, digamos un 99% de semejanza.
Saludos cordiales.
A Efgi:
Hola Efgi!
Espero que no te hay ido de este epígrafe, pues me gustaría seguir leyendo tus mensajes. He aquí tu sugerencia de estudiar le Libro de Lucas 2:40. Y prepare un mensaje:
EL GRAN JEHOVA VIENE A LA TIERRA
Jesucristo es YO SOY. El aumento en gracia y poder hasta llegar a ser semejante al Padre. Sostuvo la volunta del Padre . Fue y es el Verbo, el Mensajero de salvación, el que estuvo con el Padre antes que fueran establecidas los cimientos de esta Tierra, y el que fue elegido y comisionado(predestinado) para ser el Cordero, el gran y postrer sacrificio, el Redentor y Salvador del genero humano.
Allá en el planeta Tierra, en el meridiano de los tiempos, después que hubo partido Gabriel y habiendo comunicado su mensaje, dejo a la escogida Virgen María de Nazareth. El Hijo prometido de María que habría de ser el Unigénito del Padre en la carne. Verdaderamente, el acontecimiento no tenia precedente; también es cierto que nunca jamas se ha igualado; pero que el nacimiento original habría de ser único, fue tan verdaderamente esencial para el cumplimiento de las profecías, como el tal suceso aconteciera. Ese Hijo que nació de María fue engendrado por el Padre Eterno, no contraviniendo las leyes naturales, sino de acuerdo con una manifestación superior de las mismas; y el Hijo de esa asociación de Santidad Suprema, Paternidad Celestial y maternidad pura aunque terrenal, habría de llamarse con propiedad el Hijo del Altísimo.
En su naturaleza habría de combinarse las potencias de la Divinidad, como el Hijo del Padre, es también un Dios literalmente, mas la capacidad y posibilidades del estado mortal, y en una congruencia y reflexiva afirmación de la verdad, es que Jesús es llamado el UNIGENITO, y esto también esta de acuerdo con la operación normal de la ley fundamental de herencia, declarada por Dios, demostrada por la ciencia, de que los seres vivientes se han de propagar según su especie. El niño Jesús habría de heredar en esa consecuencia natural, los rasgos físicos, mentales y espirituales, las tendencias, facultades y poderes que destingen a sus padres: uno inmortal y Eterno en la persona de Dios el Padre, el otro humano, una mujer humana.
En las Escrituras leemos contemplativamente la verdad atestiguada concerniente a la niñez del Cristo: “y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre el.”
Con esta sencillez se describe el desarrollo normal y natural del niño Jesús. Vino entre los hombres para conocer todas las condiciones naturales del estado terrenal; nació tan verdaderamente dependiente e impotente como de cualquier otro niño; en todos su rasgos principales su infancia fue como la de otros; su niñez fue real, su desarrollo tan necesario y verdadero como el de todo niño. Sobre su mente había descendido el sueño del olvido por medio del cual el apaga el recuerdo de la existencia primordial. El niño Jesús creció, y este crecimiento le trajo el ensanchamiento mental, el desarrollo de sus facultades y el progreso en cuanto a poder y entendimiento.
Paso de una gracia a otra, no de un estado sin gracia a uno de gracia; de lo bueno a lo mejor, no de lo malo a lo bueno; de gracia para con el Padre a una gracia mayor, no de una separación por causa del pecado no una reconciliación y arrepentimiento.
Nuestro conocimiento de la vida judía de aquella época justifica la conclusión de que el niño recibía amplia instrucción sobre la ley y las Escrituras, porque asi era la regla. Acumulo conocimiento por medio del estudio y logro sabiduría por medio de la oración, la meditación y el empeño. No cabe duda que le fue enseñado a trabajar, porque la ociosidad era tan aborrecida en aquella época como lo es hoy; y a todo niño judío, fuera hijo de carpintero, campesino o rabino, le era exigido aprender y seguir una carrera practica y productiva. Jesús fue todo lo que un niño debe ser, porque el peso abrumador del pecado no retardo su desarrollo; fue en todo tiempo desde su nacimiento hasta su muerte, incólume a la desobediencia, pues, ciertamente amo y obedeció la verdad, por consiguiente fue libre.
Cuando Jesús llego a la edad de doce años, su madre y José lo llevaron a la fiesta como lo requería la ley. Era el deseo y común y natural de los padres que sus hijos asistieran a la fiesta de las Pascuas al llegar la edad señalada, y estuvieron presentes en la ceremonia del templo como miembros reconocidos de la congregación. Fue en tales circunstancias que Jesús llego al templo. Y a la conclusión de dicha celebración, habiendo viajado la compañía galilea todo un día hacia su hogar, José y María descubrieron llenos de sorpresa y profunda zozobra, que Jesús no se hallaba con los de ese grupo. Después de buscar inútilmente entre sus amigos y conocidos, se volvieron a Jerusalem en busca de Jesús. Después de pasar tres dias angustiosos de búsqueda fue cuando le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. En toda esta entrevista se presentaba muchos aspectos extraordinarios, como se manifiesta por la conducta de los sabios doctores de la ley, pues nunca jamas habían conocido un alumno como El, al grado de que todos lo que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. El acontecimiento ofrece evidencia de una niñez benéficamente empleada, asi como prueba de una habilidad excepcional.
Ante el gozo de ver nuevamente a Ser amado que se les había perdido y con tiernas palabras pero inconfundible reprensión, la madre pregunto: “Hijo, ¿porque nos ha hecho asi? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. “ La respuesta de Jesús les lleno de sorpresa, pues revelo, en una forma que hasta entonces no habían entendido, con cierta rapidez madurando sus facultades para juzgar y entender. Les dijo: “?Porque me buscan? ¿No sabían que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”
No se vaya a decir como cualquier incrédulo impertinente en otro foro, de que esto fue un reproche descortés indebida a esta respuesta que dio a su madre aquel hijo, de todos el mas respetuoso. Su contestación fue para recordarle a María algo que parecía haber olvidado por el momento; el asunto de la real Paternidad de su Hijo. Ella había usado las palabras, ‘tu padre y yo’: y la contestación de su Hijo le hizo recordar de nuevo la verdad de que José no era su padre. Parece que ella se asombro de que uno de tan pocos años entendiera en forma tan completa su posición respecto de ella. Le habia aclarado la inexactitud inadvertida de sus palabras. Su Padre no lo había estado buscando, pues, ¿no se hallaba El, aun en ese momento, en la casa de su Padre, la obra misma para la cual su Padre, no José de Nazareth, sino el Dios Eterno. Ni María y José entendieron el significado completo de sus palabras; y aunque Jesús comprendía la obligación superior de su deber basado en la su Divinidad, y había mostrado a María que su autoridad como madre terrenal se subordinaba a la de su Padre inmortal y divino, sin embargo la obedeció.
¡Que secretos tan maravillosos y sagrados se anidaban en el corazón de aquella madre; y que sorpresas nuevas y problemas graves se acumulaba día tras día con las manifestaciones de sabiduría creciente que veía en su Hijo sobrehumano! Aun cuando ella nunca hubiera podido olvidar por completo, parecía perder de vista, en ocasiones, y como tal sucede otro tanto en la actualidad, la personalidad exaltada de su Hijo, el Cristo es un Dios tanto como lo es su Padre. Quizás se haya dispuesto que asi existiese tal situación. Difícilmente habría habido una medida completa de las relaciones verdaderamente humanas en el parentesco que existe entre Jesús y su madre, o entre El y José, si siempre hubiese predominado el hecho de su divinidad o aun manifestándose en una manera prominente, un Dios. Parece que María nunca entendió completamente a su Hijo: con cada evidencia adicional de su singularidad se maravillaba y se ponía a reflexionar de nuevo. Era suyo, y sin embargo, en un sentido real y extremo, no era enteramente de ella. Había en su parentesco del uno con el otro un misterio, pavoroso y a la vez sublime, un secreto santo que aquella madre escogida y bendita vacilaba en comunicárselo a un a ella misma. Dentro de su yo interior debe haber contendido el gozo y el temor por causa de El. Los recuerdos maravillosos de la gloriosa promesa de Gabriel, el testimonio de lo pastores llenos de regocijo y la admiración de los reyes magos, debe haber trabado una lucha dentro de su ser con la significativa profecía de Simeón, dirigida a ella: “Y una espada traspasara a tu misma alma”.
Con respecto a los acontecimientos de los años posteriores de la juventud de Jesús, las Escrituras permanece calladas salvo una afirmación valiosa y esclarecedor de gran trascendencia: “Y Jesús crecía en sabiduría, y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.” Claramente se destaca que a este Hijo del Altísimo no le fue otorgada la plenitud del conocimiento, ni la envestidura completa de su sabiduría anterior, desde la cuna. Paulatinamente se desarrollo dentro de su yo interior la certeza de su misión señalada como el Mesías, de cuya venida estudio en la ley, los profetas y los salmos; y paso su juventud y los primeros años de su edad adulta preparándose devotamente para el ministerio, cuya culminación se verificaría sobre la cruz.
Vivió sencillamente, en paz con sus semejantes, en comunicación con su Padre, y de este modo en gracia para con Dios y los hombres. Como lo manifiestan sus declaraciones publicas después que llego a ser un hombre adulto, dedico estos años de retiro a esfuerzos tanto físicos como mentales. Jesús fue un observador perspicaz de la naturaleza y de los hombres. Pudo tomar ejemplos de las varias ocupaciones, carreras y profesiones para ilustrar sus enseñanzas; le eran conocidos las costumbres del doctor de la ley y del medico, los modos del escriba, el fariseo y el rabino, los hábitos del pobre y el rico, la vida del pastor, el agricultor, el viñador y el pescador. Escuchaba los lirios del campo y la hierba que crecía en las praderas y sobre los montes; las aves que ni segaban ni recogían en alforjas, sino vivían de la magnanimidad de su Hacedor; las zorras en sus cuevas ; el perro consentido de casa y el infeliz can vagabundo; la gallina que protegía a sus polluelos bajo sus alas. Todas esta cosas y mas, junto con los cambios de tiempo, la vueltas de las temporadas y todos los fenómenos de los cambios y orden naturales, contribuyeron a la sabiduría entre la cuales se desarrollo.
Asi fue como paso la niñez, adolescencia y primeros años de la madurez del Salvador del genero humano. Jesús el Cristo.
