Bueno, pues por aquí tengo algo, según los estudiosos.
El Hijo de Dios en la tradición judía:
En el
judaísmo, la expresión
Hijo de Dios surge ligada al inicio de la monarquía, a finales del
siglo XI a. C.
El pueblo judío necesitaba una figura gobernante que uniera de modo eficaz a las tribus de Israel contra los frencuentes enfrentamientos que mantenían con los pueblos vecinos.
Según puede seguirse en la
Historia de Palestina:
1020 a. C. - El pueblo de
Israel, dirigido por
Samuel, derrota a los
filisteos en
Mispá, al norte de
Jerusalén. Israel pacta con los
cananeos para mantener el control contra los filisteos. Se inicia la
monarquía en Israel, que nombra
rey a
Saúl, natural de
Gueba, a unos 5 km al norte de Jerusalén, de la tribu de
Benjamín. Saúl derrota a la coalición de filisteos y
amorreos. Es derrotado y cae muerto en la
batalla de Guilmoa por la alianza de filisteos y cananeos.
Sin embargo, el nombramiento de un rey tuvo el rechazo de los más conservadores, que no admitían en Israel la presencia de otro rey que Dios (Jueces 9; 1 Samuel 8).
1000 a. C. - A Saúl le sucede el rey
David, de la tribu de
Judá. Tras arrebatar Jerusalén a los
jebuseos, trasladó a esta ciudad fortificada la corte, que estaba en
Hebrón. Trae a Jerusalén el
Arca de la Alianza, que se encontraba en
Quiryat Yearim. Absalón, hijo de David, se subleva y se erige en rey de Hebrón, aunque es derrotado y muerto por las tropas de David. Israel extiende sus dominios en el
Levante derrotando a
amonitas y
arameos, llegando hasta
Damasco. Israel pacta con los
sidonios para mantener el control contra los filisteos.
David consolida la monarquía en Israel. Para acallar las protestas de los que se oponían a tener por rey a alguien distinto a Dios, el
profeta Natán aporta una fórmula que en realidad ya existía en
Egipto o en
Babilonia. Durante la consagración del rey, se proclama un
oráculo de Dios según la fórmula: "Tú eres mi hijo; yo soy tu Padre". De este modo, David pasa a tener el título de Hijo de Dios. La dinastía de David tuvo continuidad en el reino de
Judá y esto dio lugar a la expresión
Hijo de David, equivalente a
Hijo de Dios.