Estimados Luis Fernando y demás foristas:
Ya que Luis Fernando ha colocado estas reflexiones en los dos sitios de reciente debate sobre el problema de las imágenes en el culto, he considerado oportuno agregar algunos comentarios.
Bendiciones para todos,
Jetonius
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(Luis Fernando)
Repito el mensaje que ya puse en
http://www.forocristiano.com/Forum12/HTML/001721.html por si creéis que añade algo a lo que ya se ha debatido en este epígrafe.
Dios os bendiga
En otro foro hay un epígrafe sobre el tema de las imágenes que lleva ya casi 900 mensajes. Poco más de lo que yo he dicho en ese foro puedo añadir aquí, así que lo mejor es que repita alguno de los mensajes que allá puse:
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Unos huesos, por sí mismos, no tienen ningún poder para hacer nada. La sombra de una persona, por sí misma, no tiene tampoco ningún poder. Tampoco lo tiene los trapos de un apóstol. Y tampoco lo tiene el agua de una piscina. Sin embargo, un hombre cayó muerto sobre los huesos de un profeta y resucitó. La sombra de Pedro sanaba enfermos y los trapos de Pablo tenían la unción de sanidad. Y los enfermos eran sanados cuando un ángel removía el agua de determinada piscina ¿Qué quiere decir todo esto?....
Sabemos que algunos apóstoles tuvieron que salir zumbando porque unos paganos querían idolatrarlos. Sabemos que aquellos pobres que no podían llegar al agua por sus minusvalías físicas, se tenían que aguantar (menos uno al que el Señor mismo sanó). Sabemos que a Pedro le ofrecieron dinero para "comprarle" su "poder". Sabemos que un uso abusivo de las reliquias ha sido fuente de ganancias deshonestas para multitud de sinverguenzas.
Pero los ejemplos bíblicos que acabo de citar con anterioridad muestran que Dios quiso valerse de elementos materiales que por sí mismo no tienen valor, para realizar milagros. Eso es el sacramento. Y la variedad es tal, que no creo que nadie pueda decir, con cierta lógica, que si Dios utilizó unos trapos de Pablo para sanar personas, hoy no pueda hacer lo mismo con "otros trapos" (otra cosa es que uno saque provecho económico de este tema), con otras aguas o con otros huesos. ¿O acaso limitaremos el poder de Dios?
¿Qué tiene esto que ver con el asunto de las imágenes?
(Jetonius) No cabe duda de que hay varios ejemplos de milagros ocurridos en conexión con objetos materiales (y otros no tan materiales, como la sombra de Pedro).
De esto es lícito concluir que Dios
puede (¿¡y cómo no va a poder!?) emplear objetos materiales para hacer milagros, como asimismo lo hizo Jesús con el ciego de nacimiento (Juan 9:6; y cf. el caso de la mujer con hemorragia que tocó el manto del Señor, Lucas 8:43-44 y paralelos).
También es de que los restos y las pertenencias de quienes nos precedieron en la fe deben ser tratados con respeto. La conservación de las reliquias de los santos mártires no es una práctica bíblica, pero no parece contraria a las Escrituras. Ahora bien, rendirles culto –siquiera relativo- ya es otro asunto muy diferente, lo mismo que esperar por su intermedio milagros, como si Dios se hubiese
comprometido a obrar a través de restos u objetos de santos difuntos. El problema es que la Iglesia de Roma va en su enseñanza mucho más allá de la reverencia debida a las reliquias al enseñar que es lícito y provechoso rendirles culto, sobre la excusa que con ello se honra en realidad a Dios: “puesto que de tal manera adoramos y veneramos las reliquias de los mártires y confesores, que adoramos a Aquel de quien son mártires y confesores; honramos a los siervos para que el honor redunde en el Señor, que dijo: El que a vosotros recibe, a mí me recibe [Mt. 10,40].” (Juan XV, 985-996 y Concilio Romano de 993; Denzinger 342). Sin embargo, ni los apóstoles ni los ángeles de Dios (Apocalipsis 22:8-9) aceptaron ningún tipo de veneración siquiera “relativa”.
Por lo demás, una cosa es una reliquia, es decir un objeto o fragmento de la propiedad o de los restos mortales de algún santo, o de la cruz de Cristo, etc., y otra una imagen, con frecuencia surgida de la concepción del artista. La reliquia , si es auténtica desde luego, tiene una relación directa con el santo, ya que fue parte de su cuerpo, o de sus pertenencias.
La imagen no tiene otra relación que la asignada por la creencia de quien la venera
Por tanto, en respuesta a tu pregunta diría que tienen poco que ver las reliquias con las imágenes, excepto en que se trata en ambos casos de objetos materiales que guardan alguna relación, real para las reliquias y subjetiva para las imágenes, con la persona (santo) en cuestión.
(Luis Fernando) ¿Qué tiene esto que ver con el asunto de las imágenes? Todo y nada.
Todo, porque si por la misma regla de tres aceptamos que Dios utilizó una imagen para algo provechoso (la serpiente de bronce), hoy puede volver a hacerlo. Nada, porque si alguien piensa que Dios "NECESITA" de una imagen para hacer algo provechoso, está engañado y no sabe nada.
(Jetonius) Pero he ahí precisamente el asunto:
no es una regla de tres. El hecho de que Dios haya obrado en ciertas ocasiones de determinadas maneras no es una receta o una fórmula infalible. Dios estableció las oportunidades en las que esto ocurrió. Si Dios nos hubiese mandado hacer determinada imagen, pues ¿quiénes somos para contender con él? El asunto es que las imágenes que pueblan los templos católicos y ortodoxos no han sido hechas por mandato directo de Dios, sino por decisión de los hombres; que ellos crean sinceramente que honran a Dios haciendo tal cosa no hace la práctica menos censurable. Yerran ignorando las Escrituras y el poder de Dios.
(Luis Fernando)
Dios prohibe a los hombres el que se hagan imágenes, pero luego les manda que hagan varias para ciertos fines que Él, en su voluntad, dispuso. Dios no quiere que el hombre idolatre lo material, pero se vale en determinadas ocasiones de materia muerta para transmitir la unción de su Espíritu.
(Jetonius) Pero claro: es Dios quien dicta las reglas. Puede prohibirle absolutamente al hombre hacerse imágenes por su propia iniciativa para rendirles culto, y al mismo tiempo ordenar la manufactura de ciertas imágenes según su voluntad. A diferencia de las hechas por iniciativa humana, tales imágenes ordenadas por Dios no estaban destinadas a constituirse ellas mismas en objetos de culto, como lo demuestra la destrucción de la serpiente de bronce en cuanto se le dio una “veneración” especial (y tengo para mí que este gravemente censurado era un culto tan “relativo” como el que los católicos reclaman para la Virgen y los santos).
(Luis Fernando) Llega entonces el tiempo de la Iglesia de Cristo. Un tiempo en el que la Iglesia no está sujeta a la Ley de Moisés pero está sujeta a la Ley de Cristo, que es la ley del amor. Un tiempo en el que lo material es redimido por lo espiritual, gracias a la muerte y resurrección de Cristo , aunque este mundo material todavía está sujeto a la ley del pecado.
(Jetonius) En todo el Nuevo Testamento jamás ni Cristo ni los Apóstoles enseñaron, por palabra o ejemplo, que fuese lícito venerar imagen alguna. La falta total de discusión acerca de este tema indica que el Señor y los Apóstoles estaban por completo de acuerdo con las prácticas del resto de los judíos palestinos al respecto: “En la época de Cristo, la Ley [referente a las imágenes] era estrictamente observada, de tal forma que los escritores romanos acusaban a los judíos de «ateos» por su repugnancia a plasmar en imágenes sus ideas religiosas [Cf. Tácito,
Hist. V,5].” (Alberto Colunga, O.P. y Maximiliano García Cordero, O.P.:
Pentateuco. En
Profesores de Salamanca. Biblia Comentada , 3ª Ed. Madrid, BAC, 1967, 1:494-495).
Es de todos conocido que a los primeros cristianos les aconteció lo mismo. Por donde se la mire, la ley de Cristo, o ley del amor, no autoriza en absoluto el empleo de imágenes en el culto. De hecho, el culto cristiano primitivo se relaciona más con el de la sinagoga que con el del templo. Está singularmente libre de objetos materiales, a excepción de las Escrituras, el agua bautismal, y el pan y vino eucarísticos. Nada que se parezca siquiera remotamente a una imagen, para no hablar de lo que hoy se ve en los templos de los partidarios de las imágenes.
(Luis Fernando) Surge la pregunta ¿qué autoridad tiene la Iglesia para disponer de cosas materiales para darles un uso espiritual? ¿ninguno? ¿alguno? ¿todo?
(Jetonius) Sin duda que tiene alguna autoridad, derivada de las enseñanzas del Señor y sus Apóstoles. Pero la pregunta es muy general. Si la Iglesia tratara de mandar
algo que Dios siempre aborreció, por cierto que estaría abusando flagrantemente de su autoridad relativa y derivada.
(Luis Fernando)¿necesitamos de la letra de la Ley que nos prohibía hacer cualquier tipo de imágenes, que nos prohibía matar y robar, o necesitamos del Espíritu de la Ley que nos habla de los pecados del corazón, que son los que realmente importan? El mandamiento de no hacernos imágenes apuntaba directamente hacia la idolatría del corazón, de la falta de fe que necesita de algo "palpable" a lo que asirse para creer en Dios.
(Jetonius) ¡A juzgar por la proliferación de imágenes grandes y pequeñas que se veneran en los templos católicos, por cierto que haría falta un poco más de lo que llamas “letra de la Ley”! Como los profetas dieron a entender y Cristo lo dejó muy claro en el sermón del monte y en realidad durante todo su ministerio terreno, la limpieza de corazón es más importante que las observancias y los ritos, que no son nada, o son peor que nada, cuando aquélla está ausente.
La prohibición para las imágenes a las que se les pudiese rendir culto sin duda se relaciona con las malas tendencias del corazón humano, tendencias que no ha desaparecido ni desaparecerán por completo sino en los cielos nuevos y tierra nueva, en la Jerusalén celestial. Por tanto, son por completo pertinentes hoy. El hecho de que las imágenes se empleen precisamente como “ayudas” para la fe indican que las gentes desean aferrarse a cosas palpables para dirigirse a Dios -en el mejor caso- o a los múltiples intercesores subordinados, en el peor.
Cuando habla de las imágenes, el nuevo Catecismo subraya la vinculación de todas con Cristo y su función docente: “La iconografía cristiana transcribe mediante la imagen el mensaje evangélico que al Sagrada Escritura transmite mediante la palabra.” (# 1160). ¡Si esto fuera todo, nada habría que objetar! Sin embargo, las imágenes no están allí primariamente para aprender de ellas, sino para ser veneradas y con grandes despliegues. Ayer fue el día de la Virgen del Carmen de Cuyo, y aquí en Mendoza pudimos ver una muestra más de lo que digo. Son fundamentalmente y por sobre todo,
objetos de culto.
(Luis Fernando) El mandamiento del Espíritu nos enseña que para aquel que ama a Dios sobre todas las cosas no pecará aunque esté rodeado de ochocientas imágenes,
(Jetonius) ¿Cómo era aquello de “evitar toda ocasión propicia de pecado”? La impecabilidad no es la condición de ningún creyente, y las imágenes son una permanente tentación, sobre todo cuando se recuerda que el Magisterio romano insiste en que su veneración no solamente es lícita, sino
buena y provechosa.
(Luis Fernando) las cuales pueden llegar incluso a ser utilizadas por él para transmitir aspectos de la revelación divina a través de ese arte (recordemos que los cielos hablan de la gloria de Dios. Un cuadro de la cruz nos puede hablar de su amor por nosotros).
(Jetonius) Dios se puede servir de lo que le plazca, pero ya ha dicho hace tiempo al hombre que éste no debe hacerse imágenes para rendirles culto. Por cierto que, así como la contemplación del universo creado, las obras artísticas nos pueden inspirar para glorificar a Dios , sin que ello implique en absoluto rendirles culto de ninguna especie. A mí me parece muy inspiradora la película “Jesús”, basada en el evangelio deLucas, pero no pienso hacerle un santuario en mi casa.
(Luis Fernando) El que necesita de una imagen para llegar a Dios, o es un bebé en la fe o no se ha enterado de qué va la cosa.
(Jetonius) Entonces es evidente que en la Iglesia de Roma pululan los bebés y hay muchos que no se han enterado “de qué va la cosa”. Tal vez se podría construir una guardería al lado de los templos, y poner allí todas las imágenes que los creyentes maduros ya no necesitan.
(Luis Fernando) El que cree que un uso cristiano de una imagen es idolatría, vive en los tiempos de la Ley.
(Jetonius) El que cree que un uso cristiano de una imagen es idolatría no vive bajo la Ley; simplemente es legalista y además está equivocado. Porque existe un único uso cristiano posible de las imágenes, y es en la enseñanza. Nada hay en la Biblia que proscriba tal empleo legítimo.
(Luis Fernando)Yo no utilizo las imágenes para orar. No las necesito. Me irrita profundamente la idolatría que veo entre muchos católicos. Pero al mismo tiempo, he podido comprobar lo MUCHO que un icono me puede ayudar para transmitir a mi hijo pequeño una enseñanza que quizás no lograría entender con mis pañabras.
(Jetonius) Bien, aquí vamos por buen camino. Hay idolatría entre los católicos (no digo todos). No empleas imágenes para orar, pero sí para enseñar. ¡Yo hago exactamente lo mismo! El problema es que, como católico, tú no puedes decir que hacerse imágenes para rendirles culto es abominación a Dios, como él mismo lo dijo.
(Luis Fernando)He podido comprobar que las más grandes almas del cristianismo ortodoxo eran iconodulos convencidos.
(Jetonius) Pero Luis Fernando, supongo que no reclamarás infalibilidad para estos hombres. Por lo demás, solo Dios es quien sabe el “tamaño” de cada alma.
(Luis Fernando)Y he podido comprobar que tan malo puede llegar a ser el pecado de la idolatría como el del imponer una esclavitud hacia una ley de la cual Cristo nos liberó. Libres, no para pecar en la carne, sino para vencer la carne con el Espíritu, de forma que esa carne (materia) pueda llegar a ser utilizada para transmitir parte de la esencia del espíritu.
Este es el gran misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne.
En Cristo y en su bendita Iglesia
(Jetonius) El hecho de que existan otros pecados no justifica en absoluto la idolatría. No se trata de esclavitud a la Ley. Cristo no nos liberó en absoluto de la obediencia a Dios. Por el contrario, su obra en la cruz hizo posible el milagro de la obediencia.
(Luis Fernando)Hay un mandamiento del Decálogo que obliga a guardar el sábado y que yo sepa, ninguno de los que estamos participando en este debate somos sabatistas y nos sentimos obligados a guardar el sábado. Eso quiere decir que al menos UNO de los mandamientos del decálogo no está en vigor de la forma en que lo estaba antes de Cristo. Y versículos hay en el NT para apoyar ese cambio. El problema, o la solución, está en que resulta que el decálogo no es algo ajeno al resto de la Ley de Moisés. Y no estamos ya bajo esa ley. Lo cual no significa que podamos matar, idolatrar, adultera, etc.
(Jetonius) No hace falta mayor comentario, porque presentas el problema y su solución. Las enseñanzas de Jesús y de Pablo sobre el sábado justifican plenamente la posición de la mayoría de los cristianos. Como dices muy bien, este caso no permite ignorar el resto de la enseñanza del Antiguo Testamento, que como lo ha reconocido la Iglesia de todos los tiempos, es un libro
cristiano.
(Luis Fernando) Todo se simplifica al reducirse toda la ley a "amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". El que ama a Dios sobre todas las cosas, ¿cómo va a ser un idólatra?.
(Jetonius) En un sentido es una simplificación, en otro supone mayor responsabilidad por parte de los creyentes en el Nuevo Pacto. Dios dijo una vez que prohibía absolutamente que el hombre se hiciese imágenes para postrarse ante ellas o rendirles culto. No hace falta que lo reitere una y otra vez; tal cosa sigue siendo vinculante para todo creyente. Lo que uno debería pensar es que si alguien dice hacerse imágenes, o promover su culto, “para la gloria de Dios”, es porque desconoce involuntaria o deliberadamente lo que Dios ha dicho al respecto. Por tanto, es dudoso que ame a Dios sobre todas las cosas.
(Luis Fernando) Y si no se ama a Dios sobre todas las cosas, ¿qué más da que se idolatre una imagen o se idolatre al fútbol?. El que ama al prójimo como a sí mismo, ¿cómo le va a matar o robar o quitar al cónyuge?
(Jetonius) La idolatría es mala en sí misma, independientemente de su objeto. Sus variedades podrán ser muchas, pero no hay razón para pensar que a los ojos de Dios unas sean mejores que otras. Es tan mala la idolatría a las imágenes como al fútbol, etc.
(Luis Fernando) Por tanto creo que el debate sobre las imágenes o no imágenes no tendría sentido si no fuera porque hay una pregunta muy legítima: ¿ayudan las imágenes a que la gente ame a Dios sobre todas las cosas o por el contrario son un impedimento? Mi opinión es que los HECHOS demuestran que ayudan poco y estorban mucho, no tanto a los que sí aman al Señor sobre todas las cosas como a aquellos que NECESITAN de una imagen para llegar a Dios, ignorando que la gracia del Espíritu Santo no necesita de una imagen para enseñarnos cómo adorar a Dios.
(Jetonius) Muy bien. El único punto que observaría es que quien ama a Dios sobre todas las cosas, no le va a rendir culto a una imagen. Y quien recurre a una imagen para llegar a Dios no es ayudado, antes bien entorpecido en su intento.
(Luis Fernando) Dicho eso, también digo que he visto como las imágenes pueden tener un uso no sólo legítimo sino beneficioso. Por tanto, mantener una postura iconoclasta es también absurdo. Primero porque esos iconoclastas siempre ejercen un iconoclasmo a medias ya que admiten la existencia del arte (pintura y escultura) pero rechazan el que ese arte sirva para una expresión espiritual, cosa "curiosa" dado que todo el Universo es una inmensa obra de arte que refleja la grandeza y omnipotencia de Dios.
(Jetonius) Por cierto, como ya lo he notado, existe un uso legítimo para las imágenes. Por eso no soy iconoclasta (aunque a algunos les parezca lo contrario). De todos modos, renunciaría a lo bueno que las imágenes puedan aportar a la fe cristiana, en su carácter docente, si eso significase extirpar la idolatría de su culto.
(Luis Fernando) Dicho eso, también se puede decir lo siguiente:
- Una cosa es que las imágenes puedan ser útiles en determinados momentos y otra muy distinta que sean absolutamente necesarias. Yo, desde luego, no lo creo.
(Jetonius) Ni tienes que creerlo. Por cierto, son dos cosas diferentes. La Iglesia de Roma no enseña que las imágenes sean
imprescindibles. Sin embargo, alienta y promueve su uso de muchas maneras.
(Luis Fernando)- Dentro del pueblo católico, bastante menos en el ortodoxo, hay mucha gente que hace un muy mal uso de las imágenes. Corresponde a las autoridades religiosas, especialmente los diáconos, presbíteros y obispos el corregir los abusos, cosa que se puede hacer fácilmente a través de una catequesis adecuada. En este sentido es ESENCIAL que las nuevas generaciones de sacerdotes sigan por el camino que ya están transitando (por lo menos en España)
(Jetonius) Una excelente expresión de deseos que, a mi entender, está lejos de realizarse. La práctica y doctrina católica de siglos se interponen. Tal vez en España estén un poco más avanzados que aquí en la Argentina, pero después de ver la celebración de la Virgen del Carmen de Cuyo, así como las multitudes que van a pedirle trabajo a San Cayetano, etc., creo que en lo que a la abrumadora mayoría de la feligresía católica se refiere, se ha retrocedido en lugar de avanzarse. Hace poco hubo una polémica por la estatua del santo patrono de Mendoza, Santiago matamoros (la estatua ecuestre lo presenta haciendo honor a su apelativo). Se quería reemplazar la imagen por otra más “políticamente correcta” y menos discriminatoria hacia los musulmanes. No te cuento el revuelo que se armó.
(Luis Fernando) En los lugares donde no haya una respuesta positiva hacia dicha catequesis por parte de la mayoría del pueblo católico y sigan haciendo un mal uso de las imágenes, habrá que echarle un par de narices y cortar por lo sano (a buen entendedor, pocas palabras bastan)
(Jetonius) En ausencia de una modificación de la enseñanza del magisterio al respecto, preveo que poco se podrá lograr. Es más, si hipotéticamente el Magisterio cambiase su posición, podría tener que enfrentar una grave crisis interna. Por lo demás, los intentos de cambiar las cosas a medias están encaminados al fracaso. Fíjate que en el IV Concilio de Letrán , ante los abusos de la época por la venta de “reliquias de santos” se estableció: “Como quiera que frecuentemente se ha censurado la religión cristiana por el hecho de que algunos exponen a la venta las reliquias de los Santos y las muestran a cada paso, para que en adelante no se la censure, estatuimos por el presente decreto que las antiguas reliquias en modo alguno se muestren fuera de su cápsula ni se expongan a la venta. En cuanto a las nuevamente encontradas, nadie ose venerarlas públicamente, si no hubieran sido antes aprobadas por autoridad del Romano Pontífice...” (Denzinger 440).
Esto se decidió en
1215. ¿Te parece que detuvo los abusos?
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
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