"Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" El dominio propio o ser dueños de sí mismo es un don de Dios, el ser dueño de sí mismo no quiere decir que el Cristiano se creó a sí mismo, significa que con beneplácito hemos recibido el don de ser dueños de nosotros mismos, y como seres agradecidos por la liberación que hemos recibido nos ponemos a disposición del que nos dio el don antes referido;
¿El don de ser dueños de nosotros mismos?
Eso no es lo que Pablo dice a Timoteo, no puedes eliminar el contexto de este pasaje para que cuadre con tu forma de ver las cosas, eso se llama prevaricato, porque estás inventando un don que no existe.
El dominio propio, nada tiene que ver con abandonar la dependencia de Cristo para hacer nuestra propia voluntad. Al contrario, el dominio propio en la nueva criatura está al alcance nuestro para que al tomar decisiones, estemos glorificando a Cristo en medio de la adversidad. Leemos:
2Ti 1:4 deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo;
Pablo al recordar el momento en dejó a Timoteo en Éfeso recordó como Timoteo lloró cuando se separaron.
Pablo le escribe que anhela volver a verlo y lo anima a no tener miedo por causa de la oposición al evangelio:
2Ti 1:12 Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
Pablo está preso por causa del Señor, leemos:
2Ti 1:8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,
El dominio propio está relacionado con las aflicciones por el evangelio, es decir, a pesar que venga lo que venga, Pablo anima a Timoteo a seguir adelante, a proseguir al blanco del supremo llamamiento en Cristo Jesús.
De manera que este pasaje:
2Ti 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Donde se encuentra la palabra “poder”, amor” y “dominio propio” están relacionados con el testimonio de un verdadero ministro de Cristo, en contraste con el espíritu de cobardía de aquellos que a la primera aflicción por causa del evangelio, retroceden y no siguen adelante.
El “don de ser dueños de nosotros mismos” esta frase tiene un alto contenido de jactancia, de autosuficiencia y por tal motivo el Señor se apartó de Israel cuando después de haberlos sacados de la esclavitud de Egipto, mediante prodigios y milagros, y como consecuencia de la sangre de un cordero puesta sobre los postes y dinteles de sus casas, les ofreció esta bendición:
Éxo 19:4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.
Éxo 19:5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Éxo 19:6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
El pueblo de Israel debió haber dado una respuesta agradecida conforme a lo que significa la libertad de más de 400 años de esclavitud hecha por Dios, como por ejemplo: “Señor, separados de ti nada podemos hacer”.
Pero no lo hicieron, se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido, leemos:
Éxo 19:8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: TODO LO QUE JEHOVÁ HA DICHO, HAREMOS. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo.
Su interpretación privada del dominio propio:
“ser dueños de sí mismo es un don de Dios”
- No es un don.
- Y tampoco tiene el respaldo de la Escritura.
Pablo está preso por causa del evangelio, por causa de Cristo y Timoteo también debe mantenerse firme y, con la ayuda del Espíritu de Dios, defender el mensaje de verdad que Dios le ha confiado.
Que el Señor prospere esta aclaración.