Fraude Católico 2: "Manos humanas pintaron la guadalupana"

10 Diciembre 2001
95
0
Tomado de la revista Proceso:

http://www.proceso.com.mx:8880/proceso/template_hemeroteca_interior.html?aid=1332n12.rtf

Rodrigo Vera



De acuerdo con un análisis científico realizado en 1982, la imagen de la Virgen de Guadalupe que se venera en el Tepeyac no es producto de un milagro. Es la obra de un artista anómino, de mediados del siglo XVI, y está pintada no en un ayate, sino sobre tela de algodón. Los resultados del estudio fueron enviados por Guillermo Schulenburg, entonces abad de la Basílica de Guadalupe, a las autoridades del Vaticano, que optaron por mantenerlos ocultos. El libro La búsqueda de Juan Diego, de Manuel Olimón Velasco, de próxima aparición con el sello de Plaza & Janés, da a conocer estos valiosos datos, junto con la correspondencia que sobre el tema de la aparición de la Virgen mandaron Schulenburg y un grupo de clérigos e historiadores a los altos jerarcas de la Iglesia católica.


La imagen de la Virgen de Guadalupe que se venera en el Tepeyac no es de origen sobrenatural, sino una obra pictórica humana hecha sobre una tela de algodón. Así lo determinó un análisis científico realizado, en noviembre de 1982, por los mejores técnicos en conservación de obras de arte.

En su momento —y como un signo de honestidad y de amor a la verdad—, los resultados del estudio fueron entregados confidencialmente al Vaticano por el entonces abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg, quien tuvo que solicitar la investigación y restauración de la imagen, pues el tiempo la había deteriorado.

Lo anterior se desprende de la correspondencia privada que durante cuatro años, de 1998 a 2001, Schulenburg y un grupo de clérigos e historiadores enviaron a altos jerarcas del Vaticano para prevenirlos de los riesgos que representaba canonizar a Juan Diego, cuya existencia histórica, argumentaban, no ha sido probada.

Respecto de la tilma de Juan Diego, en la que supuestamente la guadalupana estampó su imagen, señalaron que no es de agave, es de algodón y, además, por el análisis técnico, se trata de una pintura muy probablemente de mediados del siglo XVI, cuya mano desconocemos.

En su correspondencia con el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano, Schulenburg resaltó el 27 de septiembre de 1999:

De hecho, cuando transferimos la imagen de Nuestra Señora de la vieja a la nueva Basílica, y con el deseo de darle la mejor protección posible, la examinamos perfectamente bien, tanto algunos de nuestros mejores técnicos en conservación de obras de arte como el arcipreste don Carlos Warnholtz y un servidor, entonces abad de la Basílica; y nos dimos perfecta cuenta de que reunía todas las características de una pintura hecha por mano humana, con el deterioro propio de la antigüedad de la imagen misma. Dicho examen crítico lo enviamos a esa sede apostólica como un signo de honestidad y de amor a la verdad.

Ya en pleno proceso de canonización de Juan Diego, el 14 de mayo de 2000, el peritaje técnico volvió a enviarse al Vaticano, esta vez a monseñor Tarcisio Bertone, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe. A él se le comentó:

Tenemos un juicio crítico serio y confiable, por la capacidad de las personas que lo hicieron, de que nuestra imagen guadalupana es una pintura de tipo europeo que se remonta más o menos a la mitad del siglo XVI. Enviamos a vuestra Excelencia una copia de dicho juicio, resultado de una amplia observación directa a la pintura, observación muy reservada hecha por nosotros.

(La imagen de la virgen ha sido sometida a toda clase de estudios, con las técnicas más avanzadas, con resultados contradictorios entre unos y otros, por lo que no se ha podido establecer una verdad científica sobre su origen y estructura.)

Ahora, a sólo dos meses de que se realice la canonización del indígena de la tilma, programada para julio, estas cartas confidenciales son dadas a conocer en el libro La búsqueda de Juan Diego, escrito por Manuel Olimón Nolasco bajo el sello de la editorial Plaza & Janés, de próxima aparición.


Turbulencias y maniobras


Historiador y catedrático de la Universidad Pontificia, el sacerdote Olimón Nolasco es uno de los firmantes de dichas cartas, junto con Carlos Warnholtz, exarcipreste de la Basílica; Esteban Martínez de la Serna, canónigo y exdirector de la biblioteca del santuario, y los historiadores Xavier Noguez y Stafford Poole.

Aparte de Sodano y Bertone, las misivas estuvieron dirigidas a Giovanni Battista Re, secretario sustituto para los asuntos generales de la Secretaría de Estado; José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y Alberto Bovone, proprefecto de la misma congregación.

El objetivo de esta correspondencia reservada, reiteraban sus remitentes, era expresar la inquietud que les causaba la canonización de un personaje cuya existencia histórica desde hace tiempo ha sido controvertida, y la duda no se ha disipado plenamente todavía.

En esas circunstancias, decían, la canonización pondría en tela de juicio la credibilidad y el prestigio de nuestra Iglesia, a la que pertenecemos y amamos como católicos.

Y se preguntaban: ¿Puede resolverse por el camino de la fe lo que no se ha podido resolver por el camino de la historia? ¿Cuál es la credibilidad y seriedad de la Iglesia en un caso semejante? ¿Basta la jerarquía de las personas que están insistiendo en la canonización, sin que conste la historicidad del personaje y de los acontecimientos legendariamente atribuidos a dicho personaje?.

Además, las cartas revelan las turbulencias que se produjeron en el Vaticano y en México durante el proceso de canonización: la manera apresurada con que éste se realizó; la tendencia a sostener, a toda costa, la historicidad de Juan Diego; la cerrazón del Vaticano para escuchar los puntos de vista contrarios; el clima de linchamiento y satanización que, contra los llamados antiaparicionistas, promovió en México el cardenal Norberto Rivera Carrera.

En una carta dirigida a Battista Re, del 5 de octubre de 1998, los remitentes se quejan de las maniobras del propio Vaticano para canonizar a Juan Diego.

Relatan que el sacerdote Fidel González Fernández, consultor histórico del Vaticano, llegó a México para investigar la historicidad de Juan Diego, a quien supuestamente se le apareció la Virgen de Guadalupe en 1531.

Mencionan que, para organizar la Comisión Histórica que haría los trabajos, el consultor inmediatamente se acercó a los más fuertes promotores de la canonización: el cardenal Rivera Carrera, arzobispo primado de México; el sacerdote José Luis Guerrero, consultor de la causa; y el doctor en historia Eduardo Chávez.

Sostiene la carta: Las personas a las que se les encomendó dicho trabajo son totalmente partidarias de la historicidad de Juan Diego y de las apariciones de Nuestra Señora a este vidente. De esta situación se enteraron casualmente algunos de los muchos conocedores, historiadores y no historiadores, del famoso acontecimiento guadalupano, tan ampliamente discutido e impugnado, en un sentido o en otro. A estos últimos les llamó mucho la atención el secreto de tales investigaciones y el que ellos de ninguna manera fueran informados ni convocados.

Se prefirió consultar a personas muy devotas, algunas de ellas dirigidas por el sacerdote jesuita Javier Escalada, que tiene como obsesión las apariciones y quiere demostrarlas manejando argumentos con muy poca honestidad intelectual, con una piedad muy rebuscada y de poca solidez.

El consultor histórico del Vaticano —prosigue el mensaje— ni siquiera mandó analizar la imagen de la guadalupana para comprobar que, efectivamente, fue hecha por un pintor del siglo XVI y no producto de un milagro. Esquivó esta espinosa responsabilidad limitándose a organizar una visita al santuario para contemplar devotamente la imagen.

Y continúa: Nos gustaría añadir algo de lo que aconteció en la venida del padre Fidel González: Una noche fue invitado un grupo de guadalupanos —ya que todos lo somos— a visitar la imagen auténtica de Nuestra Señora en la Basílica de Guadalupe. La intención era examinar dicha imagen para dar un juicio crítico acerca de la misma. No hubo tal investigación. Sólo fue contemplada por los asistentes a través del cristal que la cubre, sin conocerla tal y como es en el anverso y el reverso, y, naturalmente, no se valieron del museógrafo de la Basílica, encargado de su cuidado.

Para colmo, el consultor histórico del Vaticano, junto con los aparicionistas Guerrero y Chávez, estuvieron escribiendo en secreto el libro El encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego, el cual —se quejaban los remitentes— adolece de las inexactitudes y errores con que se argumentó en Roma la historicidad de Juan Diego. Y no sólo eso, sino que el libro fue mandado a hacer por la Congregación para las Causas de los Santos y también a instancias del cardenal Rivera Carrera, quien les pidió a los autores que defiendan con todo empeño la posibilidad de dicha canonización.

En otra misiva, dirigida al cardenal Sodano, en septiembre de 1999, se refiere que a la presentación del libro asistieron el prefecto de la Congregación para el Clero, Darío Castrillón Hoyos, y otras personas que llegaron de Roma invitadas por Rivera Carrera.

En esa misma carta, dirigida al secretario de Estado, los inconformes se quejaban del ninguneo que padecían por parte de Roma, que ni siquiera respondía a sus argumentos.

Jamás hemos recibido ninguna respuesta, ni oficial ni extraoficial, tanto de esa Secretaría de Estado como de la Congregación para las Causas de los Santos. Se han enviado libros y alegatos. Ésta es la última vez que escribiremos al respecto, movidos sólo por nuestro amor a la Iglesia y a la verdad. Creemos merecer una respuesta, ya que no apelamos a nuestra jerarquía, sino sencillamente a nuestra participación en el sacerdocio de Cristo.

En otras cartas instaban a los responsables de la canonización a tomar en cuenta a autores contemporáneos, tanto nacionales como extranjeros, serios e imparciales, que han estudiado el tema. Y mencionaban a Francisco de la Maza, Edmundo O’Gorman, Stafford Poole, Richard Nebel, Xavier Noguez, David Brading...


Satanizaciones y represalias


Estaban conscientes de que parte de la información que daban en sus cartas confidenciales era filtrada y distorsionada, para provocar contra ellos un clima de linchamiento en México, donde se les presentaba como enemigos de la Iglesia.

Así sucedió con la carta que se filtró al periodista Andrea Tornelli, quien publicó extractos en el Il Giornale, de Roma, en diciembre de 1999, en lo que se interpretó como una maniobra del cardenal Rivera, para expulsar definitivamente de la Basílica a Schulenburg, en ese entonces todavía abad emérito y miembro de su cabildo (Proceso 1206).

En una misiva a Bertone —de mayo de 2000—, le pedían: Ojalá que esta carta tenga la reserva indispensable, puesto que se han filtrado noticias enviadas tanto a la Congregación para las Causas de los Santos como a autoridades superiores, provocando una orquestación difamatoria en México y descalificando a las personas que han querido ayudar con la mejor de las intenciones a los responsables en Roma del proceso de canonización.

Al cardenal Angelo Sodano —en carta fechada el 4 de diciembre de 2001— le comentaban que, en los medios de comunicación, el arzobispo Rivera Carrera ha satanizado a los que, haciendo uso de su derecho y obligación, han escrito acerca de este tema a las altas autoridades de Roma. El escándalo que en algún momento existió se debió precisamente a esa publicidad.

Y señalaban que otros muchos sacerdotes... no expresan sus dudas y sus opiniones por miedo a las represalias.

Una de estas represalias fue tomada recientemente por el cardenal Rivera Carrera contra Carlos Warnholtz, quien era arcipreste de la Basílica. Pese a su avanzada edad, Warnholtz fue expulsado de la casa sacerdotal del santuario debido a su postura antiaparicionista y a las cartas que mandó a Roma.

En una misiva que le envió al cardenal, apenas el 28 de enero, Warnholtz le suplicaba el perdón por si sus cartas resultaban ofensivas, y le pedía un acto magnánimo de justicia, equidad y caridad pastoral que le permitiera seguir viviendo en la casa sacerdotal.

Empezaba así el escrito que entregó a Rivera Carrera: Con mucha pena recurro a la bondad y equidad de Su Eminencia después de que, el día 25 del presente, monseñor Diego Monroy Ponce (rector de la Basílica) me notificó la voluntad de Su Eminencia de que yo abandone la Casa Sacerdotal a raíz del incidente sobre la canonización de Juan Diego. Recurro para suplicarle que, después de las consideraciones que enseguida le expongo, recapacite sobre esa decisión y me dé otra oportunidad de permanecer en esa casa, dadas las condiciones de mi edad y mi salud.

En sus consideraciones, Warnholtz argumenta que, el 21 de enero, se filtró tendenciosamente el contenido de una de sus cartas a Roma, violando el sigilo que marca el derecho canónico. Esto provocó que el odium plebis (odio del pueblo) recayera sobre él y los otros firmantes.

No cometimos ningún delito de rebeldía o desobediencia, de irreverencia o injuria hacia nadie; y estábamos exclusivamente a nivel de la crítica historiográfica científica, en una materia que no es de fe.

Aunque asumía su creencia de que la imagen guadalupana no es producto de un milagro: Tuve la suerte (mala o buena) de contemplar de cerca y directamente la imagen original la noche del 4 de noviembre de 1982, y desde entonces dejé de creer que se haya estampado milagrosamente en la tilma de Juan Diego... Pero me he cuidado muy bien, y me seguiré cuidando, de externar esto delante de la gente que pudiera sufrir ruina espiritual de alguna manera.

Indica que, tan pronto el Papa Juan Pablo II emitió el decreto de canonización del indígena, he guardado y guardaré un silencio obsequioso... me he rehusado a hacer cualquier comentario a la prensa, radio o TV.

Warnholtz concluye: Ahora, señor, reitero mi súplica de que, considerando todo lo anterior, con tranquilidad y objetividad, me conceda Su Eminencia la oportunidad de seguir viviendo en la Casa Sacerdotal de la Basílica y de seguir ayudando en su ministerio en la medida de mis pobres fuerzas.

De nada valieron sus súplicas. Rivera Carrera expulsó del santuario al viejo arcipreste, después de 24 años de laborar ahí.

Tal es el contenido de algunas cartas que Olimón Nolasco recopiló en La búsqueda de Juan Diego. De 207 páginas, el libro contiene, además, las principales tesis manejadas por quienes sostienen que la existencia del indígena no ha sido probada.

El historiador supone que el autor de la imagen guadalupana fue Marcos Cípac de Aquino, un artista nahua formado en el colegio de San José de los Naturales, que dirigía Fray Pedro de Gante. Y que la pintura fue hecha a instancias de Alonso de Montúfar, segundo arzobispo de México.

Para Olimón Nolasco, con la canonización del mito —ya que hoy el indígena de la tilma es más un símbolo que un ser de carne y hueso— de ninguna manera quedará cerrada la controversia en torno de Juan Diego:

Un abundante cúmulo de sombras se cierne sobre el personaje y éstas no se han disipado. O, dicho en otros términos, continúa en pie la búsqueda de Juan Diego.
 
Gracias hermano Jetonius

Gracias hermano Jetonius

DLB Hermano.

Gracias por la información, de haber recordado tan buen debate lo habria pegado ahi, pero por ser noticia y reportaje, decidi pegarlo en dos epigrafes pero veo que precizamente lo largo del reportaje hizo que no muchos se interesaran en él, yo lo leí directamente de la revista y me gusto mucho el saber que eso de que "dos cientificos de la NASA probaron que era un milagro" es un fraude reconocido en el ambito academico y científico no religioso.

Bendiciones
 
El Misterio de los ojos de la Virgen


"Busto humano" en el ojo derecho.
Según varios estudiosos y hombres de ciencia que han inspeccionado la imagen se pueden ver reflejadas, en ambos ojos y en la ubicación precisa en que se reflejarían en un ojo humano vivo, algunas figuras que han sido extensivamente analizadas y parecen corresponder a la forma y tamaño de figuras humanas localizadas enfrente de la imagen.

En 1929, Alfonso Marcué, quien era el fotógrafo oficial de la antigua Basílica de Guadalupe en la ciudad de México, descubrió lo que parecía una clara imagen de un hombre con barba reflejada en el ojo derecho de la Virgen. Al principio no podía dar crédito a lo que estaba viendo: cómo podía ser?, Un hombre con barba dentro de los ojos de la Virgen de Guadalupe?. Pero luego de varias inspecciones de sus fotografías en blanco y negro de la imagen ya no tuvo mas dudas y decidió que era tiempo de informar a las autoridades de la Basílica. Así lo hizo, y le fué indicado por estas que se guardara completo silencio sobre el descubrimiento, lo que Marcué cumplió al pie de la letra.
Mas de 20 años después, el 29 de mayo de 1951, el dibujante mexicano José Carlos Salinas Chávez, luego de examinar una buena fotografía de la cara de la imagen, redescubre la imagen de lo que parece ser un busto humano reflejado en el ojo derecho de la Virgen, y luego también en el ojo izquierdo.


"Detalle del busto humano".
Desde entonces, mucha gente ha tenido la oportunidad de inspeccionar de cerca los ojos de la Virgen en la tilma, incluyendo mas de 20 médicos oftalmólogos.
El primero fue el prestigioso médico oftalmólogo mexicano Dr. Javier Torroella Bueno, el 27 de marzo de 1956. En lo que constituye el primer reporte emitido por un médico sobre los ojos de la imagen, él certifica la presencia del triple reflejo (Efecto de Samson-Purkinje) característico de todo ojo humano normal vivo y afirma que las imágenes resultantes se ubican exactamente donde deberían estar según el citado efecto, y también que la distorsión de las imágenes concuerda perfectamente con la curvatura de la córnea.
Ese mismo año otro oftalmólogo, el Dr. Rafael Torrija Lavoignet, examinó los ojos de la imagen ya con mas detenimiento y con la utilización de un oftalmoscopio. El Dr. Lavoignet reporta la aparente figura humana en las córneas de ambos ojos, con la ubicación y distorsión propias de un ojo humano normal, notando además una inexplicable apariencia "viva" de los ojos al ser examinados.
Varias otras inspecciones de los ojos han sido realizadas por médicos oftalmólogos luego de éstas iniciales. Con mayores o menores detalles todas concuerdan en general con las dos primeras aquí expuestas.



Según Dr. Tonsmann, de izquierda a derecha pueden verse "indio sentado", "obispo Zumárraga", "traductor", "Juan Diego mostrando la tilma" y abajo "grupo familiar".
Una nueva y fascinante clase de estudio y análisis de los ojos comenzó en 1979, por el Dr. José Aste Tonsmann, un graduado de la Universidad de Cornell trabajando para IBM en procesamiento digital de imágenes, al digitalizar éste a altas resoluciónes una muy buena fotografía de la cara de la Virgen tomada directamente de la tilma original.
Luego de procesar las imágenes de los ojos por diversos métodos para eliminar "ruidos" y destacar detalles el Dr. Tonsmann realizó lo que serían incríbles descubrimientos: no solamente era claramente visible en ambos ojos el "busto humano", sino también por lo menos otras cuatro figuras humanas eran también visibles en ambos ojos.
El Dr. Aste Tonsmann publicó sus últimos estudios efectuados sobre los ojos en la tilma con completos detalles y fotografías. Quizás uno de los aspectos mas fascinantes de su trabajo es su opinión de que Nuestra Señora no solo nos dejara su imagen impresa como prueba de su aparición sino también ciertos mensajes que permanecieron escondidos en sus ojos para ser revelados cuando la tecnología permitiese descubrirlos y en el tiempo en que fueran mas necesarios.
Este sería el caso de la imagen de una familia presente en el centro de los ojos de la Virgen, en momentos en que la Familia se encuentra precisamente ante serios ataques en nuestros días. La imagen de varias figuras humanas que parecen constituir una familia, incluyendo varios niños y un bebé llevado en la espalda por su madre como se acostumbraba en el siglo 16, aparece en el centro de la pupila de la Virgen, como centro de su mirada, como se puede apreciar en esta excelente imagen del ojo derecho resaltando la familia, provista gentilmente por el Dr. Aste Tonsmann.

http://www.sancta.org/eyes_s.html
 
Precizamente Manuel

Precizamente Manuel

Eso de lo que escribes es precizamente lo que habla mi articulo que es un fraude y que tal investigacion no es cientifica.


Bendiciones
 
digo el articulo...

digo el articulo...

Corrijo, quice decir "EL" articulo, pues obvio que yo no lo escribi... jejeje ;)
 
Martyr, buen aporte, los cristianos sabemos, aún sin la exisrtencia de estos estudios, que toda esa farsa es un soberano fraude, ¿por qué?,
pues porque simplemente nos lo dice la Palabra de Dios,
desgraciadamente para los católicos romanos este tipo de aportes son invisibles, no los quieren ver, no les conviene verlos.
pasan desapercibidos, para ellos sólo cuenta la tradición y los dogmas, la Biblia queda en segundo plano.

Que les aproveche su Diana o su Asera.
 
Originalmente enviado por: tehuaqui
Martyr, buen aporte, los cristianos sabemos, aún sin la exisrtencia de estos estudios, que toda esa farsa es un soberano fraude, ¿por qué?,
pues porque simplemente nos lo dice la Palabra de Dios,
desgraciadamente para los católicos romanos este tipo de aportes son invisibles, no los quieren ver, no les conviene verlos.
pasan desapercibidos, para ellos sólo cuenta la tradición y los dogmas, la Biblia queda en segundo plano.

Que les aproveche su Diana o su Asera.

Eso es : Lo dificil es que los guadalupanos lo crean . Ni siquiera demostràndoselos hasta la saciedad , lo haràn . Ellos tienen una absoluta dependencia emocional de su virgencita .

Le recuerdo a Corona que existen los miniaturistas . Los hubo muy famosos . Aunque no quiero decir que fuera un famoso el que realizara esa labor .

Bueno ... Aquì entre nosotros . Yo no he visto esa imagen nunca , solo alguna estampita pequeña . Pero digo lo que dice Tehuaquì , la biblia dice que todas esas cosas son diabòlicas y yo agrego : o fraudes descarados .
 
De una vez me traje la foto del ojo

De una vez me traje la foto del ojo

eye72.jpg
 
Re: De una vez me traje la foto del ojo

Re: De una vez me traje la foto del ojo

Originalmente enviado por: Chon
eye72.jpg

Bueno , quizas ampliandola se vea algo ,mas , yo la realidad es que no veo nada : Es apenas una de esas fotos que puede ser cualquier cosa . Me recordò una galaxia .
 
Como es el tema entonces ?

Como es el tema entonces ?

Estimados :
¿ Cómo son estos temas de fraudes religiosos descubiertos por las ciencias ?.
¿ No es que todo es una cuestión de fé, independientemente de lo que digan las ciencias ?
¿ O cuando la ciencia corrobora la creencia vale, mientras que sino es meramente fé en la palabra de Dios ?

Saludos cordiales !
 
La Fe se pone sobre hechos reales

La Fe se pone sobre hechos reales

DLB Polanca.

Quiero solo decirle que no se trata de si la ciencia descubre un fraude religioso, sino de si hay UN HECHO HISTORICO que respalde dicha aparición.

HECHOS, cosas que sucedieron en realidad, la fe se deposita en hechos.

Es un HECHO la historicidad de JESUCRISTO su muerte y su resurrección pero no así la aparición de la guadalupana.

Aqui cabe lo siguente, si dicha aparición NO ES UN HECHO HISTORICO, millones depositan su FE en algo falso, una mentira, una falacia para las mentes debiles y carentes de inteligencia o bien la religiosidad de los necios que no ven lo que los HECHOS DICEN ser la verdad.
 
y por cierto...

y por cierto...

¿Donde en la Palabra de Dios habla de las apariciones de la guadalupana, o de las mil virgenes o que se yo?
 
Re: Como es el tema entonces ?

Re: Como es el tema entonces ?

Originalmente enviado por: POLANCA
Estimados :
¿ Cómo son estos temas de fraudes religiosos descubiertos por las ciencias ?.
¿ No es que todo es una cuestión de fé, independientemente de lo que digan las ciencias ?
¿ O cuando la ciencia corrobora la creencia vale, mientras que sino es meramente fé en la palabra de Dios ?

Saludos cordiales !

Si : Es cuestion de fe , pero ¿ Fe en quien ?

Hay que tener en cuenta que la biblia , siendo lo unico que tenemos para calibrar esos hechos , desmiente esos asuntos como realizados por , o a travez de la gracia divina , entonces , solo nos queda la falacia , el engaño , o el satanismo .
 
Separemos un poco el trigo de la tierra

Separemos un poco el trigo de la tierra

Estimado Dunamis :

Tendríamos que ver un poquito que son hechos reales para Ud. o como cree Ud. que se respalda un hecho histórico.
Por ejemplo la revolución francesa es un hecho comprobado fehacientemente por la ciencia de la historia (no por la fe).
Hay otros tipos de hechos históricos que no se pueden comprobar por ningún medio salvo por la fe de creer que existieron, y es justamente en este punto en donde creo que estos “hechos” se respaldan solamente en la fe.
Ahora caemos en las preguntas que yo hice :
¿La ciencia sirve o no para evaluar o respaldar los hechos históricos-religiosos que se apoyan en la fe?
¿O sirven en algunos casos y en otros no?

Luego Ud. escribe :
“...Aqui cabe lo siguente, si dicha aparición NO ES UN HECHO HISTORICO, millones depositan su FE en algo falso, una mentira, una falacia para las mentes debiles y carentes de inteligencia o bien la religiosidad de los necios que no ven lo que los HECHOS DICEN ser la verdad...”

¿No es acaso que la doctrina de Jesús es justamente para los débiles de espíritu?

Saludos cordiales !
 
términos revueltos

términos revueltos

Jesús es un hecho historico, en el cual se deposita la FE por ser REAL Y VERDADERO.

la aparición de la guadalupana es una falacia, una leyenda muerta solamente.

ahhh y una cosa es debil mental, otra debil espiritual y OTRA (la que si viene en la biblia) ser pobre en espíritu.

definitivamente son los credulos, los que pueden creer que algo que nunca sucedio sea un hecho milagroso, confunde usted FE con credulidad.

Fe es la convicción de lo que no se ve (Heb. 11) no la convicción de lo que no EXISTE o nunca ha sucedido.

Historicamente la guadalupana nunca se apareció y Juan Diego nunca existió, la historia REVELA que fue un tal Marcos Aquino el que la pintó.

Los Hechos históricos no se apoyan en la fe, sino lo contrario LA FE se deposita en la verdad y la verdad se basa en HECHOS HISTORIOGRAFICOS, como lo fue la vida y resurrección de Cristo, si ese hecho historico es verdadero es responsabilidad de usted el CREER en él o rechazarlo.

¿en que depositará su fe, en la verdad, o en la mentira?

No deposite su fe en la mentira Polanca.
 
Re: términos revueltos

Re: términos revueltos

Originalmente enviado por: Martyr Dunamis
Jesús es un hecho historico, en el cual se deposita la FE por ser REAL Y VERDADERO.

la aparición de la guadalupana es una falacia, una leyenda muerta solamente.

Don Martyr, ¿Ud. cree en Jesucristo por ser "histórico"?

No creo que se haya propuesto decir eso.


Por otra parte, me gustaría aclarar un punto CENTRAL para los católicos: Nuestra fe no esta puesta en ninguna aparición de la Virgen. Cualquiera puede llegar a ser salvo aún desconociendo OLIMPICAMENTE a la Madre de Dios, pues nuestra fe está puesta (aunque no lo pretendan creer) en Cristo.

Habrá idólatras que por ignorancia EN SU RELIGION POPULAR no respetando cabalmente la fe de la Iglesia idolatren a la Santísima Virgen. Pero, esta dicho, es cuestión de una feque ellos mismos se inventan adulterando la Católica.

Un católico recto en la fe (como me considero) ama a la Virgen como su madre en el orden espiritual y porque nos fue dada por Dios, según su Santa Voluntad, aunque Uds. no lo quieran creer, para lo cual tienen absoluta libertad. Como también la tengo yo.

Entonces Uds. creerán que yo estoy errado y yo que Uds. lo están.

Para el momento final en que veamos todo como El Ve, me encuentro ABSOLUTAMENTE confiado en la fe de la Iglesia. Y no creo que Ud. sean castigados por no creer y aún rechazar a la Virgen pero les aseguro que cuando comprendan el regalo que quisieron voluntariamente desperdiciar .....................

Con el único ánimo de no polemizar mas hasta el infinito, respetándonos mutuamente, los saluda y les desea enooooormes dendiciones del Cielo un católico que cree libremente en María de Guadalupe.
 
Aqui va un relato de cómo se realizó la aparición de nuestra Señora en el Tepeyac.




La Virgen de Guadalupe, Año 1531

Cómo sucedió la aparición de la Virgen en Guadalupe.

Tomado del escrito indio Nican Mopohua del siglo dieciséis (ChurchForum.com)



Un sábado de 1531 a principios de diciembre, un indio llamado Juan Diego,
iba muy de madrugada del pueblo en que residía a la ciudad de
México a asistir a clase de catecismo y a oír la Santa Misa. Al legar
junto al cerro llamado Tepeyac amanecía y escuchó que le llamaban de
arriba del cerro diciendo: "Juanito, Juan Dieguito".

Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo
vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y
atentas le dijo: "Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la
siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive.
Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y
prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los
moradores de esta tierra y a todos los demás amadores míos que me
invoquen y en Mí confíen. Vas donde el Señor Obispo y le manifiestas que
deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo".

"Ten seguro que te agradeceré bien y te lo pagaré. Vas a merecer que yo
te recompense el trabajo y fatiga con que procuras hacer lo que te
encomiendo".

Él se arrodilló y le dijo: "Señora mía, voy corriendo a cumplir lo que
me has mandado. Yo soy tu humilde siervo". Y se fue de prisa a la ciudad
y en derechura al Palacio del Obispo que era Fray Juan de Zumárraga,
religioso franciscano.

Cuando el obispo oyó lo que le decía el indiecito Juan Diego, no le
creó. Solamente le dijo: "Otro día vendrás y te oiré despacio".

Juan Diego se volvió muy triste porque no había logrado que se realizara
su mensaje. Se fue derecho a la cumbre del cerro y encontró allí a la
Señora del Cielo que le estaba aguardando. Al verla se arrodilló delante
de Ella y le dijo: "Señora, la más pequeña de mis hijas, niña mía,
expuse tu mensaje al Sr. Obispo, pero pareció que no lo tuvo por cierto.
Comprendí por la respuesta que me dio que pensó que quizás que es una
invención mía que Tú quieres que te hagan aquí un templo, y que eso no
es una orden tuya. Por lo cual te ruego que le encargues a alguno de los
principales que le lleve tu mensaje para que le crean, porque yo soy un
pobre hombrecillo, el último de todos. Perdóname que te cause esta gran
pesadumbre. Señora y Dueña Mía".

Ella le respondió: "Oye, hijo mío, el más pequeñito, es preciso que tú
mismo solicites y ayudes a que con tu mediación se cumpla mi voluntad.
Mucho te ruego, hijo mío, y aún te mando, que otra vez vayas mañana a
ver al Sr. Obispo. Dile que yo en persona, la siempre Virgen María,
Madre de Dios, te envía, para hacerle saber mi voluntad: que deben hacer
aquí el templo que les pido".

Pero al día siguiente el obispo tampoco le creyó a Juan Diego y le dijo
que era necesaria alguna señal maravillosa para que se pudiera creer que sí
era cierto que lo enviaba la misma Señora del Cielo. Y lo despidió.

El lunes Juan Diego no volvió al sitio donde se le aparecía nuestra
Señora, porque su tío Bernardino se puso muy grave y le rogó que fuera a la
capital y le llevara un sacerdote para confesarse. Él dio la vuelta
por otro lado del Tepeyac para que no lo detuviera la Señora del Cielo,
y así poder llegar más pronto a la capital. Más Ella le salió al
encuentro en el camino por donde iba y le dijo: "Ten entendido hijo mío,
el más pequeño, que no es tan importante lo que te asusta y aflige. No
se entristezca tu corazón ni te llenes de angustia. ¿Acaso no estoy yo
aquí que soy tu Madre? ¿Acaso no soy tu ayuda y protección? No te aflijas
por la enfermedad de tu tío, que en ese momento ha quedado sano.
Sube ahora a la cumbre del cerro y hallarás distintas flores. Córtalas y
tráelas".

Juan Diego subió a la cumbre del cerro y se asombró muchísimo al ver
tantas y exquisitas rosas de castilla, siendo aquel un tiempo de mucho
hielo en el que no aparece rosa alguna por allí, y menos en esos
pedregales. Llenó su poncho o larga ruana blanca con todas aquellas
bellísimas rosas y se presentó a la Señora del Cielo. Ella le dijo:
"Hijo mío, esta es la prueba que llevarás de parte mía al Sr. Obispo. Te
considero mi embajador, muy digno de mi confianza. Ahora te ordeno que
sólo delante del Sr. Obispo despliegues tu manta y descubras lo que
llevas. Contarás todo lo que viste y admiraste para que puedas inducir
al prelado, con objeto de que se construya el templo que he pedido".

Juan Diego se puso en camino, ya contento y seguro de salir bien. Al
llegar a la presencia del obispo le dijo: "Señor, hice lo que me mandaste hacer:
Pedí a la Señora del Cielo una señal. Ella aceptó. Me despachó a la cumbre del
cerro y me mandó cortar allá unas rosas y me dijo que te las trajera. Así lo hago,
para que en ellas veas la señal que pides, y cumplas su voluntad. Helas aquí".

Desenvolvió luego su blanca manta, y así que se esparcieron por el suelo
todas las diferentes rosas de castilla, se dibujó en ella y apareció de
repente la preciosa imagen de la Virgen María, Madre de Dios, tal cual
se venera hoy en el templo de Guadalupe en Tepeyac. Luego que la vieron,
el Sr. Obispo y todos los que allí estaban se arrodillaron llenos de
admiración. El prelado desató del cuello de Juan Diego la manta en que
se dibujó y apareció la Señora del Cielo y la llevó con gran devoción al
altar de su capilla. Con lágrimas de tristeza oró y pidió perdón por no
haber aceptado antes el mandato de la Señora del Cielo.

La ciudad entera se conmovió y venían a ver y admirar la devota imagen y a hacerle oración y le pusieron por nombre la Virgen de Guadalupe, según el deseo de Nuestra Señora. Juan Diego pidió permiso para ir a ver a su tío Bernardino que estaba muy grave. El Sr. Obispo le envió un grupo de personas para acompañarlo. Al llegar vieron a su tío que estaba muy contento y que nada le dolía. Y supieron que había quedado
instantáneamente curado en el momento en que la Sma. Virgen dijo a Juan Diego: "No te aflijas por la enfermedad de tu tío, que en este momento ha quedado sano".

El señor Obispo trasladó a la Iglesia Mayor la santa imagen de la amada
Señora del Cielo. La ciudad entera desfilaba a admirar y venerar la
Sagrada Imagen, maravillados todos de que hubiera aparecido por milagro divino; porque ninguna persona de este mundo pintó su preciosa imagen
 
El ayate de Juan Diego con la imagen de la Virgen impresa en él, expuesto en la Basílica de Guadalupe, es un milagro patente expuesto a la vista de todos. Un escandalo para la ciencia. Una contradicción para los no creyentes.


Acá va un poco de los hechos sorprendentes que la ciencia ha estudiado y no encuentra explicación.






Los asombrosos descubrimientos que se han hecho acerca del Cuadro de la Virgen de Guadalupe en México, tienen pasmados a los científicos.

Últimamente se ha formado una comisión de científicos para investigar
los fenómenos inexplicables de esta tela que era la ruana o poncho del
indio Juan Diego.

Lo primero que llama la atención de los expertos textiles es que esta
manta se haya podido conservar durante siglos, expuesta al polvo, al
calor y a la humedad, sin que se haya deshilachado ni se haya desteñido
su bella policromía. Siempre estuvo así expuesta a todo, a la topa
tolondra, y sólo desde hace unos años la cubrieron con un vidrio.

La tela está hecha con una fibra de ayate mexicano que se descompone por putrefacción a los veinte años, como ha sucedido con varias
reproducciones de la imagen que se han fabricado en esta misma clase de tejido. Y sin embargo este lienzo lleva cuatrocientos cincuenta años
desde el tiempo de Hernán Cortés, sin desgarrarse, ni descomponerse, y
por causas inentendibles a los expertos, es refractaria a la humedad y
al polvo.

La pintura que cubre la tela es otro misterio. El sabio alemán Kuhn, que
es premio Nobel en Química, ha estudiado esta pintura, y su respuesta
dejó atónitos a los oyentes: "estos colorantes no son ni minerales, ni
vegetales, ni animales".

Se podía pensar que la tela resistía tanto porque la habían colado y
preparado de manera especial como a otras pinturas famosas para que
tuviera gran resistencia.

Pero el sabio Callagan, de la NASA, de Estados Unidos la ha estudiado
con aparatos de rayos infrarrojos y ha descubierto que la tela no tiene
ningún engomado ni preservante, y que no se puede explicar cómo esas
pinturas han resistido cuatro siglos en un lienzo tan ordinario. Con
estos rayos infrarrojos se ha descubierto que la imagen no tiene esbozos
previos como se ve en los cuadros de Rubens y Tiziano, sino que fue
pintada directamente, tal cual se la ve, sin tanteos ni rectificaciones.

La imagen no tiene pinceladas. La técnica empleada es desconocida en la
historia de la pintura. Es inusual, incomprensible e irrepetible.

LA PUPILA DE LA VIRGEN: LO MÁS INEXPLICABLE: Un famoso oculista,
Lauvvoignet, examinó con un poderoso lente la pupila de la Virgen, y la
observó maravillado que en el iris se veía reflejada la imagen de un
hombre. Esto fue el principio de una investigación que condujo a los más
inesperados descubrimientos.

La digitalización consiste en que si se fotografía la pupila de una
persona, con una máquina poderosa y especial, en la fotografía queda
todo lo que esa persona está viendo en el momento de tomar la foto. El
Dr. Tosman, especializado en digitalización, o sea en averiguar por medio de fotos lo que la persona está viendo, le ha tomado fotografías a
la pupila de la Virgen de Guadalupe. Las amplía miles de veces, y logra
captar detalles imposibles de ser captados a simple vista. Y los detalles que aparecen en las fotografías de la Virgen de Guadalupe son: Un franciscano en cuyo rostro se ve deslizarse una lágrima; un hombre
con la mano sobre la barba en señal de admiración; otro indio en actitud
de rezar; unos niños y varios religiosos franciscanos más. O sea todas las personas que según la historia de la Virgen de Guadalupe escrita hace varios siglos, estaban presentes en el momento en el que apareció la sagrada imagen.

Lo que es radicalmente imposible es que en un espacio tan pequeño como
la córnea de un ojo situado en una imagen de tamaño natural, aún el más
experto miniaturista lograra pintar todas esas imágenes que ha sido
necesario ampliar dos mil veces para poderlas advertir.

¡Inexplicable! Fue lo que exclamaron los expertos al conocer la
respuesta del sabio alemán Kuhn cuando comprobó que los colores de esta pintura de la Virgen de Guadalupe no eran ni minerales, ni vegetales, ni animales.

¡Inexplicable! Exclamaron los sabios norteamericanos Smith y Callagan al comprobar que esta pintura carece de pinceladas y que esta tela que ha durado 450 años sin dañarse no tiene ningún preparativo que la conserve así.

¡Inexplicable, radicalmente inexplicable! Exclama el especialista
Tonsman al referir en sus conferencias que con su máquina fotográfica de "digitalización" ha logrado encontrar en las pupilas de la Virgen de
Guadalupe las imágenes de todas las personas que estaban presentes en el día de su aparición.

"Hay que respetar las diversas formas de devoción que la Iglesia ha
venido aprobando a través de los siglos. Devociones de acuerdo con el
temperamento, los sitios, los tiempos y la manera de ser de los fieles.
(Concilio Vaticano).

No temas. ¿No estoy yo aquí que son tu madre? ¿No estás por ventura en
mi regazo? No te apene ni te inquiete cosa alguna.

(Tomado de llenadegracia.org)


Bendiciones