¿Tuvo la Virgen más hijos aparte de Jesús?
Y me dijo el Señor: Esta puerta ha de estar cerrada;
no se abrirá ni entrará por ella hombre alguno,
porque ha entrado por ella el Señor Dios de Israel;
por tanto, ha de quedar cerrada. (Ez. 44, 2)
Los grupos protestantes se han autodenominado “cristianos-bíblicos”, ocurre, sin embargo, que todos dicen serlo y tienen doctrinas de las más diversas, todas supuestamente basándose en la Biblia. Se confirma así el dicho: “De la Biblia mal interpretada se puede sacar hasta petróleo”. Esto ha sido la característica que estos grupos, sacar versículos de contexto o aisladamente, así por ejemplo, alguien podría llegar a afirmar que debemos tomarnos nuestra propia orina, basándose en el texto que dice: “Calma tu sed con el agua que brota de tu propio pozo”. (Prov. 5, 15).
Pues bien, dicho esto, veremos que el afirmar que la Madre de Dios no permaneció virgen después del parto, no es bíblico.
Antes de eso, y considerando la mentalidad actual de la sociedad en relación a la virginidad, sería razonable preguntarse si es realmente importante o no defender la virginidad de María, pues podría alguien pensar que eso quizá era importante en el pasado, debido a la importancia que se la daba a la virginidad, pero que en la sociedad actual ya nadie se preocupa de eso.
A eso se responde que es algo importantísimo por los siguientes motivos:
1) Porque así había sido profetizado, si Jesús hubiera nacido de una no virgen, entonces o las Escrituras nos mienten o Jesús no es el mesías anunciado (un protestante tiene que aceptar este motivo, si es que no quiere dejar de serlo).
2) La segunda razón, estrechamente ligada a la anterior, es que así se manifiesta con mayor fuerza el poder de Dios que realiza su obrar milagroso desde el instante de la Encarnación, al hacer nacer a Nuestro Señor Jesucristo de una madre virgen. (Y en este sentido se lee la profecía mesiánica del nacimiento virginal, pues si lo profetizado es sólo que nacerá de una mujer, o una mujer joven la profecía no tiene nada de relevante).
3) Que la virginidad es realmente un valor. Mal por la sociedad actual que no lo considere como tal.
¿Cuáles son los “argumentos” bíblicos que usan los protestantes quienes pretenden afirmar que la Virgen María no fue tal?
En las Sagradas Escrituras aparece algunos que son “hermanos del Señor”.
En Mateo 1, 18 dice de María y de José “…antes de que conviviesen, se encontró encinta por obra del espíritu santo…”
El ángel le dice a San José en el v.20 “no temas recibir a María tu esposa”.
En el (v.25) dice de San José respecto a María “…no la conoció hasta que dio a luz a su hijo…”
En Lucas 2,7 dice… y dio a luz a su hijo primogénito.
Vamos a revisar cada uno de los puntos mencionados y luego dar algunas razones de por qué la Iglesia siempre ha defendido la virginidad de María, se verá que decir que María tuvo otros hijos, aparte de Jesús no es una verdad ni bíblica ni histórica. A cada una de las dificultades anteriores antepuse un número romano, así la respuesta a cada una de las objeciones está antecedida del número correspondiente.
Sobre el texto en que aparecen los “hermanos del Señor”.
Primero que todo, en ningún lugar de la Biblia se habla de otros hijos de María, si alguien le dice que eso de los otros hijos de María sale en la Biblia, dígale que le muestre dónde, porque ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento aparece, quizá él conozca otro.
Lo que sí aparece es “hermanos del Señor” vamos a ver:
Mt 12,46 Mientras El hablaba a la muchedumbre, su madre y sus hermanos estaban fuera y pretendían hablarle.
Mr 6:3 ¿No es acaso el artesano, hijo de María, y el hermano de Santiago, y de José, y de Judas, y de Simón? Y sus hermanas, ¿no viven aquí entre nosotros? y se escandalizaban de Él.
Jn 7:5 Pues ni sus hermanos creían en El.
Hechos 1:14 Todos éstos perseveraban unánimes en la oración, con algunas mujeres, con María, la madre de Jesús, y con los hermanos de éste.
1Co 9:5 ¿No tenemos derecho a llevar en nuestras peregrinaciones una mujer hermana, igual que los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?
Ya de partida llama la atención, aun para un católico tibio, que no conoce su Fe, el hecho que venga alguien y le muestre cualquiera de los textos precedentes y se asombre, ¡como si pensase que la Iglesia en sus dos mil años nunca hubiera visto esos pasajes bíblicos!, como si tal texto hubiese sido un “descubrimiento” reciente que viene a abrir los ojos de los creyentes. Pero bueno, continuemos.
El razonamiento que emplean aquí, los lectores superficiales de biblias, es similar a este: En el libro de San… Capítulo… Versículo… dice “… los hermanos de Jesús…”, por lo tanto: son hijos de los mismos padres, luego María su madre, tuvo otros hijos.
Pues bien, sigamos su razonamiento superficial y veamos sus consecuencias: Tomemos el libro del Génesis, el capítulo 13, versículo 8, dice:
-Gen 13,8 Dijo, pues, Abram a Lot: “Que no haya contiendas entre los dos, ni entre mis pastores y los tuyos, pues somos hermanos.
O también el que dice:
-Gen 14:16 y recobró todo el botín, y a Lot, su hermano, con toda su hacienda, mujeres y pueblo.
-O el Gen 14:14 y como supo Abram que había sido hecho cautivo su hermano, reunió los capaces de llevar armas de entre sus domésticos, trescientos dieciocho, y persiguió a los aprehensores hasta Dan.
En todos los versículos citados se refieren a la relación entre Abram y Lot. Alguien que lee la Biblia superficialmente, que lee versículos de por aquí y de por allá, diría: ah!, la Biblia dice que son hermanos, por lo tanto son hijos de los mismos padres.
¡Craso error! …. Si profundizamos más, y leemos la Biblia en todo su contexto, veremos:
Gen 14:12. Llevábanse también, con toda su hacienda, a Lot, hijo del hermano de Abram, pues moraba en Sodoma;”
Gen 11:26 Vivió Teraj setenta años, y engendró a Abram, a Najor y a Harán 27 Esta es la descendencia de Teraj: Teraj engendró a Abram, Najor y Harán. Harán engendró a Lot.
Y es que el hebreo, no existe un vocablo distinto para hermano y para otros parientes, como ser primo de alguien, de esta forma, no podemos decir que de el hecho que se diga que alguien es hermano de Jesús necesariamente será hijo de María o de José.
Otro ejemplo como el anterior puede ser:
Gen 29:14 y éste le dijo: “Sí, eres hueso mío y carne mía.” Y moró Jacob con Labán un mes entero.15 Pasado éste, le dijo Labán: “¿Acaso porque eres hermano mío vas a servirme de balde? Dime cuál va a ser tu salario.”
Según lo anterior, uno de aquellos versiculistas, de los que leen a la pasada, podría pensar que Jacob y Labán son hijos de los mismos padres.
¡Pues no! …
Gen 29:13 En cuanto oyó Labán lo que de Jacob, hijo de su hermana, le decía, corrió a su encuentro, le abrazó, le besó y le llevó a su casa. Contó Jacob a Labán lo que ocurría.
Vemos lo que ocurre si la Biblia no se lee en su totalidad. Véase también lo que ocurre con: Ex 2,11; Lev 10,4; 1Cro 23,21-22; 2Cro 36,4; cf. 2Re 24,17; Jer 37,1; 2Sam 2,26, etc.
Con esto, queda claro que la palabra “hermano” en hebreo no significa necesariamente que se trate del hijo de alguno de los padres. Se podría añadir que cuando en la Biblia se habla de hermanos de padres, se hace ineludible explicitar.
Ejemplos:
Deu 27:22 ” ¡Maldito quien yace con su hermana, hija de su padre o de su madre!” Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”
Sal 69:8ó9 He venido a ser extraño para mis hermanos, y extranjero para los hijos de mi madre.
Ahora bien, se podría replicar a lo anterior, que esto aplica al Antiguo Testamento, pero que en el caso del texto del N.T. éste está escrito en griego, y no en hebreo, y que en esta lengua tal distinción, es más específica. Veamos la respuesta a esta objeción, que aparece en la Biblia Comentada por los profesores de la Universidad de Salamanca, Biblioteca de Autores Cristianos (B.A.C.) 2da. Edición 1975 [los resaltados son míos]:
Se objeta a esto que, efectivamente, en hebreo y arameo la palabra “hermano” — ‘ah —tiene un sentido más amplio que en griego. Los LXX1 que traducen “hermano” por su estricto αδελφός, hacen ver esto (cf. Gen 13:8; 14:14.16; 29:4.15): que se traduce “hermano” por sobrino. Pero se añade: los textos de Pablo, los Hechos y Juan, ¿hablarían tan simplemente de “hermanos” de Jesús, en griego, dirigiéndose a oyentes de lengua griega, si esta palabra no hubiese de recibir su sentido griego universalmente admitido? Pero la objeción se explica.
En primer lugar, se ve que el griego no es el texto original de Mt, — lo mismo que las “fuentes” en otros evangelistas —, y que la traducción griega vierte el término, como es lógico— incluso sin pensar en la perpetua virginidad de María —, de una manera material. Además, el mismo evangelio — y los otros — dan los nombres de sus madres. ¿Podrían dar lugar a equívocos en los lectores, cuando en el mismo evangelio — como en los otros — se dan los nombres de sus madres, como se dijo?
Además, ¿no se traduce en la epístola a los Romanos (9:12), materialmente, una frase del A.T. en esta forma? Pues para decir que Dios elige a Jacob en lugar de Esaú, que era el primogénito, para seguir la línea patriarcal, se pone que “Dios eligió a Jacob y odió (heb. = sane’ti; griego= εμι’σησα) a Esaú.” Pero esto no es más que la traducción material griega del original hebreo del A.T. ¿Un lector greco-romano tendría que entender que Dios “odió” verdaderamente a Esaú, cuando sólo significa que tuvo más amor a Jacob?
Además, es importante agregar, que si alguien dice la frase “ese es hermano de aquel” aunque uno sepa que en la lengua de aquel que lo dijo no existe una palabra distinta para hermano y para algún otro familiar, y que se refiere no a su hermano, si fuese uno quien narra este hecho diría que él dijo: “ese es hermano de aquel” aunque en mi idioma sí existieran palabras distintas, pues al narrar el hecho de la proclamación de la frase por algún otro, tendría que escribir lo que dijo.
Pero esto no es todo, porque en la Sagrada Escritura los hermanos del Señor están identificados, por lo que a continuación veremos si es que son o no hijos de María:
Los Evangelios nos dan los nombres de los hermanos (cf. Mt 13,55; Mc 6,3) estos son Santiago (es el mismo que Jacobo), José, Simón y Judas. De las hermanas no se dan nombres; sigámosle pues el rastro a tales hermanos. Comencemos para eso, por ver quienes eran las mujeres que estaban ante Nuestro Señor en la Cruz.
En Mateo, Mat 27:55 Había allí, mirándolo desde lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle;”56 entre ellas María Magdalena y María la madre de Santiago y José y la madre de los hijos del Zebedeo.
Vemos a María Magdalena, ¡y otra María madre de Santiago y José! si son hermanos de Nuestro Señor ¿no tendría que ser la madre también de Jesús?.. Bueno sigamos… Hay también la madre de los hijos de Zebedeo.
En Marcos, Mar 15:40 También había algunas mujeres mirando de lejos; entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé.
Vemos que según Marcos está María Magdalena y María madre de Santiago el menor y José ¿por qué no dice que es madre también de Jesús si es que ellos son sus hermanos?..
En Juan, Jn 19:25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena.
Vuelve a salir María Magdalena, ¡ahora narra que estaba María madre de Jesús! pero ojo hay otra María que es la esposa de Cleofás (en arameo Alfeo)…
¿Qué sacamos de estos pasajes?
María, madre de Jesús, no puede ser a la vez madre de los hijos de Zebedeo. Primero, porque era esposa de José y no de Zebedeo, y segundo, porque la madre de los hijos de Zebedeo aparece delante de Jesús diciéndole que por favor sus hijos fuesen puestos en los primeros lugares (Mt 20, 20-28) y no le dice “hijo”, ni ella ni el evangelista la nombra como madre, ni que sus hijos sean hermanos del Señor.
¿Será que María de Cleofás es la mamá de Santiago y José?
Anwar Javier Tapias Lakatt, clasifica:
1. Santiago aparece como hermano de Jesús, y hermano de Judas, José y Simón
2. La carta a los Gálatas nos menciona a un Santiago, hermano del Señor (1,18). Como se habla de Jerusalén, debe ser Santiago el Obispo. Este, llamado el menor, como dice Marcos (6,3), fue al mismo tiempo apóstol de Cristo. Como Jesús sólo tuvo dos llamados Santiago; y sabemos que uno es hijo de Zebedeo, y murió por Herodes; este otro debe ser el hijo de Alfeo.
3. Lucas (16,6) nos muestra que Santiago, hijo de Alfeo, es hermano de Judas Tadeo. Y sabemos que este Judas fue el autor de la Carta de Judas, la cual dice: “Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo” (Jud 1, 1). Vemos que Judas se presenta como hermano de Santiago. En Mateo 13 aparecen un Judas y un Santiago, como hermanos de Jesús. Pero en su carta, Judas se proclama hermano de Santiago PERO NO de Jesús, de quien se llama siervo.
4. De lo anterior concluimos que el Judas que aparece en Mateo 13, es el autor de la carta, y este no se proclama hermano de Jesús, mientras que si de Santiago, que también aparece como hermano de Jesús, y es el que Pablo vio en Jerusalén, autor de la Carta de Santiago. El nombre de Alfeo, su padre, es en arameo la traducción de Cleofás en griego. Con esto se demuestra que:
1) O la María que aparece en la cruz como madre de Santiago y José, es la misma que aparece como esposa de Cleofás.
2) O Cleofás es lo mismo que Tadeo, por tanto Judas también es hermano de Santiago y José, que aparecen en Mateo. Y se corrobora en la carta de Judas, donde menciona a su hermano Santiago, pero no se dice igual de Jesús. Además, el Simón mencionado aparece en (Mt 10, 3) y (Hch 1,13)
3) O como la madre de estos nombres es hermana de la Virgen María, ellos son parientes de Jesús, mas no hermanos directos de sangre.
4) O entendiendo que entre los judíos no existían palabras para los parientes, no está mal que a estos primos de Jesús, se les llamara hermanos.
Como vemos esta María esposa de Alfeo (Cleofás) es la madre de Santiago y José y NO la madre de Jesús. Además no habría sido correcto (ni legal) entonces que Nuestro Señor hubiese dejado a San Juan el cuidado de su madre si es que hubiese tenido otros hijos a parte de Él.
Si Santiago y Judas son hermanos del Señor, ¿Por qué no lo dicen en su presentación de sus cartas? Judas se dice hermano de Santiago y NO de Jesús ¿Se habrá olvidado?.. Y Santiago dice de sí mismo ser siervo de Jesús, no su hermano. ¿No es extraña esta omisión a la hora de presentarse al resto, sobre todo cuando recién la Iglesia se formaba y tenía que quedar clarísima la identidad y la autoridad de quien escribe?
Otra razón importantísima para mostrar que no es bíblico afirmar que Jesús tenía hermanos hijos de los mismos padres es el siguiente:
Cuando Jesús tenía doce años, subieron a Jerusalén para llevarlo al templo, no habla de la existencia de hermanos. Los judíos acostumbraban llevar a sus hijos para habituarlos al viaje. Lucas dice que iban sus padres todos los años (Lc 1, 41). Si María tuvo más hijos ella debería haber quedado al cuidado de ellos, ya que habían de ser pequeños, y la mujer no estaba obligada a subir a Jerusalén:
“Según Lc 2, 7 Jesús fue el primogénito de María. Ahora bien, según el mismo Lc (2, 41-52), María toma parte en la peregrinación de pascua, lo que no se comprendería bien de haber tenido niños pequeños, a los que habría tenido que abandonar durante catorce días. Si María hubiera tenido los hijos después de esta peregrinación, al comienzo de la vida pública de Jesús, aquéllos hubieran tenido apenas veinte años y jamás hubieran podido mostrar (menos en los modos de ser orientales) una actitud tan libre, casi de tutela, respecto al hermano mayor, como se nos describe en Mc 3, 21, 31-35 y Jn 7, 2-5″ (Diccionario de Teología Bíblica por Bauer , Edit. Herder, p. 448).
En conclusión: Decir, porque se habla de “hermanos”,, que la Virgen María tuvo otros hijos a parte de Nuestro Señor, no es bíblico.
Mat 1:18 La concepción de Jesucristo fue así: Estando desposada María, su madre, con José, antes de que conviviesen, se halló haber concebido María del Espíritu Santo.
Es fundamental señalar que Mateo está escribiendo pensando en proclamar a Nuestro Señor como el Mesías prometido a los judíos, por lo tanto comienza su evangelio presentando los antepasados de Jesús y señalando que desciende del Rey David, señal que servía para mostrar que en Jesús se cumplía la conocida profecía mesiánica de ser descendiente del Rey David. Después de exponer aquello comienza a mostrar que nace de una virgen que era otra de las profecías mesiánicas, de allí el énfasis que pone en señalar que María y José no habían tenido trato marital, eso explica que en muchos de los pasajes de Mt 1,18-25, Mateo use expresiones similares que muestran que María y José no convivían, para demostrar de esta manera que Jesús era el Mesías anunciado.
¿Qué significa ese “antes de que conviviesen”? los profesores de la Universidad de Salamanca lo explican en los comentarios a la Biblia:
Al regreso de su visita a Isabel, María “volvió a su casa,” la de sus padres, familiares, o la de su esposo. Depende de si habían celebrado las bodas o sólo los desposorios.
Se plantea a este propósito un problema clásico: Cuando se descubre la concepción virginal milagrosa de Jesús, ¿María estaba sólo “desposada” con José o era ya su verdadera “esposa”? ¿Qué valor tienen las expresiones que se usan aquí para narrar esto? Tres términos entran aquí en juego: son los siguientes:
El verbo μνηστεύω: casar o desposar; el verbo συνέρχομαι: cohabitar, vivir juntos en una casa, o también, aunque raramente, relaciones conyugales; el tercer verbo es παραλαμβάνω, que significa recibir, y, según algunos, “retener.”
Ante todo, conviene destacar que la tradición cristiana se divide al precisar el estado de María a la hora de la concepción virginal de su Hijo. Así, se encuentran representantes que interpretan el verbo “convenir” del uso matrimonial, y que, en este caso, sería la afirmación por el evangelista de no haber mediado en esta concepción ni antes del nacimiento relación conyugal alguna. Tales San Juan Crisóstomo MG 57:42-44, San Ambrosio ML 15:16-35 y San Jerónimo ML 26:25.
No habiendo unanimidad en la tradición sobre este punto, parece lo más probable concluir, por la lectura del texto, que se trata del desposorio, por las razones siguientes:
a) El sentido normal del verbo παραλαμβάνω es el de “recibir.” En la lengua griega profana se usa también para expresar el matrimonio. Si se quiere suponer que María ya estaba casada, “el verbo debiera entenderse en el sentido de retener, conservar, mantener; pero tal sentido no lo tiene este verbo.” A. Fern. truyols, Vid. Jes. (1954) p.36. Ni los tres pasajes que se citan del N.T.
(Flp 4:9; 1 Cor 1:3; Jn 1:11) tienen en el contexto este sentido.
b) En Mateo, el verbo παραλαμβάνω siempre se usa en el sentido de tomar a uno por socio; no de retener.
c) El verbo μνηστεύω, tanto en el griego clásico como en el de la koine, puede significar indistintamente casar o desposar. Es el contexto el que ha de decidir.
d) El verbo συνέρχομαι no parece que pueda significar, en este pasaje de Mt, relaciones matrimoniales, pues Mt mismo, o el traductor, expresa éstas en el mismo pasaje por el conocido eufemismo matrimonial hebreo de “conocer.” Así dice, probando la virginidad de María en la concepción y parto: “Y (José) no la conoció hasta que dio a luz su hijo.” ¿Por qué suponer que lo que es un término técnico hebreo, conocer,” para indicar las relaciones conyugales, es expresado en el v.18 por un verbo que no es normal, cuando unos versículos después, y hablando del mismo tema, lo expresa por la traducción material del eufemismo hebreo (yada’) (yoda’) = conocer) técnico por relaciones conyugales? Ni en contra de eso estaría el que se llame a José “varón” de María si estuviese desposada. Ya que los desposorios (qiddushín) en Israel tenían casi el valor jurídico de matrimonio, por lo que “varón” puede traducir indistintamente a “marido” o “desposado” (Zorell, Lexicón col. 114-115). Ni tampoco, por lo mismo, es objeción el que José piensa “repudiar” a María. Pues este término, si bien es técnico para indicar la disolución de un matrimonio; como el desposorio tenía unas características tan especiales en Israel, no se podía repudiar a una desposada si no era mediante el libelo de repudio.
Así pues, antes de que José llevase a María a su casa — el matrimonio se solía celebrar al año siguiente del desposorio2—, antes de que conviviesen, en cuyo acto consistía el acto jurídico matrimonial (nissuín), se halló que María había concebido “por obra del Espíritu Santo,” expresión que evoca el A.T. y donde se indica la acción “ad extra” de Dios. Expresión “post factum”; acaso pudiese aludir “por apropiación” al E. S. persona. Este hecho produjo un desconcierto en José, pues su “desposorio” era ya un cuasi contrato formal de matrimonio. ¿Qué hacer? Podría denunciarla ante un tribunal para que anulase “legalmente” el desposorio; retenerla, celebrando el matrimonio y llevarla a su casa; repudiarla, bien en público, excusándola y sin pedir castigo, o privadamente, mediante “libelo de repudio” ante dos testigos y sin alegar motivo3. Y por fin, dejarla ocultamente marchándose de Nazaret y dejando que las cosas se olvidasen.
José, porque era “justo” (δίκαιος), es decir, porque era recto en su conducta ante Dios y ante los nombres — aunque en este término caben muchos matices4 —, determina “repudiarla en secreto,” darle el libelo de repudio secretamente y sin fecha para que ella pudiese salvar mejor su honor. José ante los hechos cree en el honor de María; si no, hubiese obrado de otra manera.
Sin embargo, por un sentido de honor, socialmente redundante en su Hijo, se pensaría que el matrimonio, jurídicamente, ya se hubiese celebrado.
Cuando pensaba realizarlo, después de fuertes dudas y reflexiones, llegó la intervención divina a través de “un ángel del Señor.” Fue en “sueños.” En Mt estas manifestaciones son, como en el “documento elohísta” del A.T., en sueños; en Lucas, con apariciones. En él se le revela el misterio que se ha realizado en María. No debe “temer” en tomarla por esposa, pues no es ningún mal, sino un gran privilegio para él la obra de la acción divina. Y se le ordena que le ponga por nombre Jesús. María “dará a luz un hijo,” pero tú “le llamarás Jesús.” Es José quien va a transmitir al niño “legalmente” los derechos mesiánicos, pues es de la casa de David (v.20). Jesús, que es su nombre propio y el que contiene la misión que viene a realizar, transcripción del arameo Yeshuá, es decir, “Dios salva,” porque “salvará a su pueblo de sus pecados.” Interpretación del evangelista o su “fuente.” Obra eminentemente espiritual, frente al mesianismo político y nacionalista esperado. La fórmula con que Mateo transmite esta obra del Mesías es la misma con la que se habla de Yahvé en los Salmos: “El (Dios) redimirá a Israel de todos sus pecados” (Sal 130:8). Jesús, el Mesías, realizará lo que se esperaba en el A.T. que haría el mismo Dios. Sugerencia muy fuerte, ya en el comienzo del evangelio, de que ese niño era Dios.
Visto esto queda manifiesto que interpretar ese “antes de que conviviesen” como queriendo decir que el evangelista habla de convivir como de relaciones maritales, es una interpretación un tanto rebuscada.
Es más, aun en el caso: poniéndose en el supuesto que convivir hace referencia a cópula, indicar que “antes de que conviviesen” se sigue que después sí se “convivió”, es algo que no se colige de la frase. Pues cuando alguien afirma que “antes de que…”, aunque con frecuencia indique lo que se sigue, a veces, sin embargo, sólo indica lo que antes se estaba pensando o lo que simplemente antes de algo que todavía no ha ocurrido. Ni es necesario que se realice lo que antes se había pensado, cuando sobreviene algo que impide llevar a cabo lo pensado. Por ejemplo, si uno dice: Antes de comer en el puerto, me hice a la vela, no significa que coma en el puerto después de haber navegado, sino que simplemente pensaba comer en el puerto. Y de modo semejante dice el evangelista: antes de que conviviesen, se halló haber concebido María del Espíritu Santo, no porque después conviviesen, sino porque antes de que hubiesen convivido, se anticipó la concepción por obra del Espíritu Santo, a consecuencia de lo cual se siguió el que no conviviesen más adelante. (Esta significación de “antes de” es la que Santo Tomás de Aquino habla en la Summa Teologiae parte III, cuestión nº 28, art 3. respuesta a la objeción nº1) [ver la respuesta al número 2 del punto III ]
Mat 1:20 Mientras reflexionaba sobre esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo.
Algunos pretenden decir que el Ángel aquí le dice a José que no tema en unirse carnalmente a María. Pero lo que ocurre es que José siendo un hombre justo pensaba repudiar en secreto a María (véase la explicación de la Biblia comentada en el punto anterior, donde se habla de esta opción de José para dejar a María).
Si el evangelista habla de este deseo por parte de José en repudiar a María, es obvio que el Ángel lo que le dice es que no tema en aceptar a María como esposa (o sea, no repudiarla) esto queda patente en que es después de la aparición del Ángel en el sueño, cuando la opinión de José cambia y no la repudia. Si la intención de José era repudiar a María, cosa que se afirma en el versículo anterior, lo primero que el mensajero Divino se dispone es a evitar tal repudio que era la intención de José. Muy forzado es decir que el Ángel se refiera a relaciones íntimas, cuando José está pensando en nada menos que repudiar a María.
Otra afirmación que busca aseverar que José tuvo trato carnal con María es que la Sagrada Escritura dice que “…no la conoció hasta que dio a luz a su hijo…”. (Mt 1, 25)
En ninguna parte de la Biblia dice que San José hubiera tenido relaciones carnales con María, lo que más podría acercase a decir eso es el versículo señalado. En él están contenidos dos cosas que es preciso explicar: 1) eso de “conocer” 2) lo de “hasta que”.
El verbo “conocer” (yada’) es usado normalmente por las relaciones conyugales, así se dice que Adán “conoció” a su mujer. Aunque, no necesariamente, podría estarse refiriendo a un conocer, como que no reconocía quien era realmente María, hasta que no dio a luz, y allí San José “conoció” que su esposa era la Madre del Mesías prometido.
Pero aún hay más, incluso si aceptamos que tal verbo hace referencia a copula, tampoco se sigue que María no haya seguido siendo virgen. Es la falsa impresión que este “hasta que” implique algo así como “después sí” la que causa la confusión… Veamos cómo se usa esta expresión “hasta que” en la Biblia:
2Sam 6:23 Y ya Micol, hija de Saúl, no tuvo más hijos hasta el día de su muerte.
Según la lógica protestante habría que decir que ¡Micol tuvo hijos después de muerta!, vemos que no se puede tomar este hasta como refiriéndose a que significa que después sí ocurrió.
Veamos otro caso, en el salmo 123, 2 se lee:
…Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, Hasta que tenga misericordia de nosotros… (De la Reina-Valera)
¿Habría que pensar en este sentido que si Dios tiene misericordia de alguno, éste debe quitar la mirada hacia Dios?
En Génesis 28, 15 leemos lo dicho por Dios a Jacob: “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”.
Ciertamente Dios no dejó a Jacob después.
He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mt 28, 20). ¿Pero después Jesús no va estar con nosotros?
Un caso en que ese tal “hasta que” entendido como “después sí”, nos lleva a equivocarnos lo presenta el siguiente caso:
Dan 7:4 La primera bestia era como león con alas de águila. Yo estuve mirando hasta que le fueron arrancadas las alas y fue levantado de la tierra, poniéndose sobre los pies a modo de hombre, y le fue dado corazón de hombre.
¿Significa que después no miró? Si crees que no… Error… Ya que después de todo eso, continúa:
Dan 7:11 Yo seguía mirando a la bestia a causa de las grandes arrogancias que hablaba su cuerno, y la estuve mirando hasta que la mataron, y su cuerpo fue destrozado y arrojado al fuego para que se quemase.
Es que al decir “hasta que”, no significa que después del suceso puesto como punto de referencia, vaya a ocurrir lo contrario.
Luc 2:7: y dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y le acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en el mesón.
La última dificultad es la de los que dicen que si se habla de primogénito, o sea el primer hijo, es porque debe haber otros. Vamos a ver, porqué Lucas afirma que Jesús es el primogénito.
Num 18:15 Harás rescatar los primogénitos de los hombres y los primogénitos de los animales impuros. Harás que sean rescatados cuando tengan un mes, y según tu estimación, en cinco siclos de plata, al siclo del santuario, que es de veinte óbolos;
Exo 13:2 “Conságrame todo primogénito. Todos los primogénitos de los hijos de Israel, tanto de los hombres como de los animales, míos son.”
Vemos que la Ley obligaba a rescatar o consagrar a todo primogénito al cabo de un mes. El término “primogénito” es entonces un término legal. Y que exigía la presentación en el templo.
Luc 2:22 Así que se cumplieron los días de la purificación, conforme a la ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor,23 según está escrito en la ley del Señor que “todo varón primogénito sea consagrado al Señor,”
Queda claro así, porque Lucas dice que Jesús es el primogénito, no porque haya algún segundo o un tercero, sino porque es el motivo por el cual debe ser presentado en el templo. El primogénito lo es, como la misma palabra indica, el primer hijo, y obtiene así el derecho de primogenitura, cosa que obliga a que antes del mes se presente en el templo. Si sólo fuera primogénito aquel a quien siguen otros hermanos, no serían debidos los derechos de primogenitura, de acuerdo con la ley, hasta que no naciesen otros. Los judíos no esperaban a que otros nacieran para decir que alguien era el primogénito, sólo lo era, porque era el primero en nacer.
Exo 13:12 consagrarás a Yahvé todo cuanto abre la vulva; y de todo primer parto de los animales que tengas, el macho lo consagrarás a Yahvé;”
Se nota claramente que no pide que nazcan otros, sino que sólo sea el primero, esto es manifiesto con la expresión “ todo cuanto abre la vulva”.
CON TODO ESTO VEMOS QUE NO EXISTEN RAZONES BÍBLICAS PARA AFIRMAR QUE LA VIRGEN MARÍA HAYA DEJADO DE SERLO DESPUÉS DE HABER DADO A LUZ A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
Es posible agregar otras razones, entre ellas:
Si Jesús tuvo más hermanos, debió entregarles a María a estos hermanos; pero lo que hace es dársela a Juan, hijo de Zebedeo. En la cultura judía, una mujer no debía quedar sin marido ni hijo, y si esto pasaba, alguien debía acogerla.
En la cultura judía, un hermano menor no podía aconsejar a uno mayor, y a Jesús, sus hermanos le aconsejan que vaya a Jerusalén (Jn 7, 3), siendo que Él es el primero, y según lo visto en el texto de la perdida de Nuestro Señor en el templo, la diferencia tendría que haber sido amplia, lo que lo hace más difícil.
En la anunciación, María no sabe como concebirá a Jesús, pues ella dice: “¿Cómo será esto, pues no conozco varón?” (Lc 1, 34). Si María hubiera pretendido tener relaciones matrimoniales con José o con cualquier otro hombre más adelante, esta pregunta sería absurda. María desde siempre pensó en ofrecerle su virginidad a Dios, pues de lo contrario, al decirle el ángel que daría a luz, ella se hubiera imaginado tenerlo con José; pero su respuesta demuestra su firmeza en mantenerse virgen. Miremos el caso de Sara: cuando Dios le promete un hijo en su vejez, ella no pregunta cómo sería eso, pues obviamente ella supuso que lo tendría con Abraham; mientras que María no pensó así. Al contrario, preguntó porque su ideal era ser virgen por amor del Reino de Dios (Mt 19, 12).
Dios dio varias señales al pueblo para que ellos reconocieran quién sería el mesías: por ejemplo, la que nacería en Belén, etcétera, y la profecía de Isaías, la virgen concebirá, dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel (Is 7, 14). La manera como las personas identificarían que Jesús es el Mesías, es que su madre sería una virgen que daría a luz. Si María hubiera tenido varios hijos, es decir hubiera perdido su virginidad, ¿qué garantía tenían los judíos años después para creer que Jesucristo era el Mesías hijo de la virgen? Ya que podían suponer que la historia de que había concebido por el Espíritu Santo era falsa. Por eso la señal. Si María tuvo un solo hijo sería más fácil creer que era la virgen profetizada por Isaías. Y si continuó intacta, sin tener relaciones con José, los judíos no podrían negar que Jesús fue concebido por el Espíritu Santo, a menos que Jesús no fuera su hijo. Es como la señal que buscaron los pastores para reconocer a Jesús: Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre (Lc 2, 12). Si José y María lo hubieran envuelto en cobijas y lo hubieran acostado en una cama, la señal se habría perdido. Al igual si hubiese nacido en otra parte y no en Belén.
Desde los primeros cristianos siempre se ha dicho que Nuestra Señora permaneció Virgen, al primero que se le pasó por la cabeza defender lo contrario fue a Helvidio, cerca del año 400 y fue duramente refutado por todo el resto, sobre todo por San Jerónimo que escribió un libro rebatiéndolo. Veamos lo que decían los Santos Padres:
Para los Santos Padres de la Iglesia la “Virginidad de María” era una creencia común, así por ejemplo: San Ignacio de Antioquía martirizado en el año 107, repetía varias veces en sus escritos que “Jesucristo nació de la Virgen María”. San Hipólito, sacerdote romano muerto por Cristo en el 213, escribe: “La virginidad de María es un misterio que el mundo no puede comprender, y que se ha cumplido en el silencio de Dios”. San Efrén muerto en el 373, decía de ella: “Tú eres la más pura en el alma y en el cuerpo, tú sobrepasas en castidad, en pureza y en virginidad a todas las criaturas”. En este mismo año, San Ambrosio, obispo de Milán (Italia), redactó una carta a su hermana religiosa en Roma, en la que agrega: “Quién más casta que la madre que ha traído a su Hijo al mundo permaneciendo virgen. Ella era virgen pero no solo de cuerpo sino también de espíritu”. San Basilio (+458), subraya: “Los amigos de Cristo no pueden aceptar que la madre del Señor haya perdido su virginidad”. Asimismo, San Atanasio (+599), escribió: “María permaneció virgen hasta el fin”. Mientras tanto, el célebre Doctor de la Iglesia San Agustín, obispo de Hipona (+430), agregaba: “Jesús nació de madre intacta, pues concibió siendo virgen, siendo virgen dio a luz, y murió virgen”. “Verdades de la fe Católica” Guido Adolfo Rojas Zamorano, licenciado en ciencias religiosas pontificia universidad javeriana de Bogotá.
Ver también : ORÍGENES (In Luc. hon. 7), SAN AMBROSIO (De inst. virg. et S. 1lvlariae virginitate perpetua), SAN JERóNIMo (De perpetua virginitate B. Mariae adv. Helvidium), SAN AGUSTÍN (De haeresibus 56, 84), SAN EPIFANIO (Haer. 78; contra los antidicomarianitas). SAN BASILIO observa: «LOS que son amigos de Cristo no soportan oir que la Madre de Dios cesó alguna vez de ser virgen» (Hora. in s. Christi generationem, n. 5) ; cf. SAN JUAN DAMASCENO, De fide orth. Iv 14; S.th. III 28, 3. Desde el siglo Iv los santos padres, como, v.g., ZENÓN DE
VERONA (Tract. 15, 3; II 8, 2), SAN AGUSTÍN (Sereno 196, 1, 1; De cat. rud. 22, 40), PEDRO CRISÓLOGO (Sermo 117), exponen ya Ios tres momentos de la virginidad de María en la siguiente fórmula : «Virgo concepit, virgo peperit, virgo permansit» (SAN AGUSTÍN, Sermo 51, 11, 18).
En la mentalidad protestante el rechazo a la virginidad de María va acompañado con cierto desprecio por tan gran Señora. Los católicos debemos tener por Ella una gran devoción y dedicado Amor filial. Esto es absolútamente bíblico, por eso dice la Escritura Lc 1,48 “todas las generaciones me llamarán Bienaventurada” Por eso los católicos no nos cansamos, generación tras generación de llamarla la Bienaventurada.
La Sagrada Escritura nos dice en Flp 2:5 “Tened los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús” pues bien, si debemos tener los mismos sentimientos que tuvo Nuestro Señor tenemos que pensar en el Amor de Jesus a María. Cuando a veces se habla de ciertos excesos en la devoción a la Virgen María. ¿Qué sentido tienen estas suspicacias, cuando como dice San Pablo, tenemos que tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús? ¿y cuáles fueron los sentimientos de Cristo Jesús hacia su madre María? un Amor inmenso, una devocion y una ternura extraordinaria. Pues, eso es lo que nosotros, configurando nuestro corazon al corazón de Cristo, participando del amor de Jesus , eso es lo que hemos de vivir en la devoción a la Virgen Maria.