Re: ¿Existe una base Bíblica suficiente para Justificar la Comunión de los Santos?
Juan Pablo II ensenó la salvación universal, esto es, que todos los hombres se salvan
La única dificultad en la discusión de las herejías de Juan Pablo II es decidirse por dónde empezar.
Sus herejías son tan numerosas que uno se queda casi abrumado al decidir por dónde partir. Un buen
punto de inicio es con su constante enseñanza sobre la salvación universal. La idea de que todos los
hombres se salvan es contraria a las claras palabras del Evangelio y a numerosos dogmas católicos,
especialmente a los referentes a los dogmas de fuera de la Iglesia católica no hay salvación y que todos los
que mueren en pecado original o mortal no se pueden salvar.
Papa Gregorio X, Segundo Concilio de Lyon, ex cathedra:
“Las almas de aquellos que mueren en pecado mortal o con solo el original,
descienden inmediatamente al infierno, para ser castigados, aunque con penas
desiguales”
Sin embargo, Juan Pablo II sostuvo y enseñó que en la Encarnación, el Hijo de Dios se unió con cada
hombre en una unión inquebrantable, lo que hace imposible, según él, que alguien vaya al infierno.
Juan Pablo II enseñó explícitamente que esta unión entre Cristo y cada hombre dura eternamente.
Juan Pablo II, Redemptor hominis, # 13, 4 de marzo de 1979:
“Se trata de «cada» hombre, porque cada uno ha sido comprendido en el misterio de
la Redención y con cada uno se ha unido Cristo, para siempre, por medio de este
ministerio”
Juan Pablo II, Redemptoris missio, # 4, 7 de diciembre de 1990:
“En el hecho de la Redención está la salvación de todos, „porque cada uno ha sido
comprendido en el misterio de la Redención y con cada uno Cristo se ha unido, para
siempre, por medio de este misterio‟”
Juan Pablo II, Centecimus annus, # 53, 1991:
“No se trata del hombre abstracto, sino del hombre real, concreto e histórico: se trata
de cada hombre, porque a cada uno llega el misterio de la redención, y con cada uno se
ha unido Cristo para siempre a través de este misterio”
Nótese la palabra “para siempre” en las tres citas. Sí, en tres diferentes encíclicas, Juan Pablo II afirma
sin rodeos que cada hombre se une con Cristo para siempre. Esto significa que todos los hombres se
salvan. El infierno es la separación eterna de Dios, pero nadie se separa nunca de Dios según Juan
Pablo II. Todos están unidos con Dios para siempre. Esto es la salvación universal.
Juan Pablo II ensenó la salvación universal, esto es, que todos los hombres se salvan
La única dificultad en la discusión de las herejías de Juan Pablo II es decidirse por dónde empezar.
Sus herejías son tan numerosas que uno se queda casi abrumado al decidir por dónde partir. Un buen
punto de inicio es con su constante enseñanza sobre la salvación universal. La idea de que todos los
hombres se salvan es contraria a las claras palabras del Evangelio y a numerosos dogmas católicos,
especialmente a los referentes a los dogmas de fuera de la Iglesia católica no hay salvación y que todos los
que mueren en pecado original o mortal no se pueden salvar.
Papa Gregorio X, Segundo Concilio de Lyon, ex cathedra:
“Las almas de aquellos que mueren en pecado mortal o con solo el original,
descienden inmediatamente al infierno, para ser castigados, aunque con penas
desiguales”
Sin embargo, Juan Pablo II sostuvo y enseñó que en la Encarnación, el Hijo de Dios se unió con cada
hombre en una unión inquebrantable, lo que hace imposible, según él, que alguien vaya al infierno.
Juan Pablo II enseñó explícitamente que esta unión entre Cristo y cada hombre dura eternamente.
Juan Pablo II, Redemptor hominis, # 13, 4 de marzo de 1979:
“Se trata de «cada» hombre, porque cada uno ha sido comprendido en el misterio de
la Redención y con cada uno se ha unido Cristo, para siempre, por medio de este
ministerio”
Juan Pablo II, Redemptoris missio, # 4, 7 de diciembre de 1990:
“En el hecho de la Redención está la salvación de todos, „porque cada uno ha sido
comprendido en el misterio de la Redención y con cada uno Cristo se ha unido, para
siempre, por medio de este misterio‟”
Juan Pablo II, Centecimus annus, # 53, 1991:
“No se trata del hombre abstracto, sino del hombre real, concreto e histórico: se trata
de cada hombre, porque a cada uno llega el misterio de la redención, y con cada uno se
ha unido Cristo para siempre a través de este misterio”
Nótese la palabra “para siempre” en las tres citas. Sí, en tres diferentes encíclicas, Juan Pablo II afirma
sin rodeos que cada hombre se une con Cristo para siempre. Esto significa que todos los hombres se
salvan. El infierno es la separación eterna de Dios, pero nadie se separa nunca de Dios según Juan
Pablo II. Todos están unidos con Dios para siempre. Esto es la salvación universal.