Amiga Martamaria, no lo dudes, así es como tú sientes, porque así es como está escrito. Las personas de buena voluntad pueden estar muy confundidas por las religiones del mundo, pero el que tiene buena voluntad está salvo porque Dios, que conoce los corazones, conoce su buena voluntad aunque esté confundido.
Amiga Martamaria, en cuanto a las personas de buena voluntad confundidas, es como tú dices. Ellos, de alguna forma, pagarán por sus faltas pero no irán a la muerte eterna porque tienen buena voluntad (no son malvados).
Pero el tema de la muerte enterna para los malvados es algo más complejo, y entonces, tenemos que recurrir al Evangelio para comprender que hay personas de buena voluntad (hijos de Dios) y hay malvados (hijos del diablo, como los llamó Jesucristo). Y sobre el castigo para los malvados, Jesucristo así nos dice:
"Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos......... Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber.........". (Mateo 25:33).
El fuego esterno de purificación acabará para siempre con los malvados, pues en cunto toquen el fuego desaparecerán: "Pues los malvados serán exterminados, más lo que esperan en Yavé heredarán la tierra. Un poco más y ya no existe el malo, buscas su lugar y ya no está" (Salmos 37,9-10)
Y éste es el misterio: que el fuego que acaba con el mal es eterno, pero los demonios y seres malvados desaparecerán cuando caigan al fuego y ya no existen ni se encuentra su lugar. Éste es el misterio.
Como ves, Martamaria, Jesucristo a unos los llama benditos (los hombres y mujeres de buena voluntad) y otros los llama malditos o hijos del diablo (aquellos que odian el bien cuando lo conocen). Y de estos hijos del diablo también nos habló Jesucristo cuando así les dijo a los judíos que le perseguían:
"¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira". (Juan 8:43-44)
Como ves, amiga Marta, las personas de buena voluntad, aunque estén confundidas, cuando escuchan a Jesucristo se arrepienten. Pero los hijos del diablo no quieren entender las palabras de Jesucristo ni quieren escuchar sus palabras después de haberlas conocido, las odian porque son malos.
Los hijos de Dios y los hijos del diablo (los benditos y los malditos) existen, los recuerda el Evangelio. Y en el Juicio de las naciones, los hijos de Dios serán salvos y los hijos del diablo irán a la muerte eterna.
Las personas de buena voluntad tienen la seguridad de que son salvos porque se sienten con buena voluntad..., mientras que a los hijos del diablo no les importa el castigo ni la muerte porque son rebeldes, no quieren la salvación de Dios.
Por eso, no me cansaré nunca de recordar las palabras del Evangelio, porque el Evangelio es el que tiene la autoridad sobre todas estas cosas. El hombre y la mujer de buena voluntad pueden hacer mal porque están confundidos, pero no son malvados.
Pero los seres de mala voluntad, aunque conozcan la verdad de Jesucristo, la niegan, la odian y la combaten porque son enemigos del bien, no quieren el bien después de haberlo conocido.
Que nada te confunda. El Juicio de las naciones nadie tiene autoridad para hacerlo, solamente Jesucristo, que es Dios, porque Él es el Único que conoce los corazones.
Así que alegra tu corazón y agradece las palabras de las escrituras de los profetas y de Jesucristo, porque las escrituras que he escogido para ti, te dicen claramente que no hay infiernos eternos para los malvados, pues los malvados, cuando mueren, dejan de existir:
"Pues los malvados serán exterminados, más lo que esperan en Yavé heredarán la tierra. Un poco más y ya no existe el malo, buscas su lugar y ya no está" (Salmos 37,9-10)
