¿Noticias verdaderas o periodismo amarillo?
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El Vaticano se replantea verdades de fe
El Vaticano se replantea ‘verdades de fe’ como la existencia del limbo o el infierno
Las Provincias- Valencia
Temas como si Judas fue un traidor o qué es el cielo se debaten en el seno de la Iglesia. El Vaticano ha solicitado estudios en profundidad sobre algunas ‘verdades de fe’ dentro de la doctrina católica como la existencia del limbo o del Infierno. El seno de la Iglesia debate en estos días cuestiones como si fue Judas realmente un traidor o qué es exactamente el cielo y el purgatorio.
JESÚS BASTANTE LIÉBANA/ MADRID
En Navidades, el mundillo religioso italiano se vio sacudido por una noticia que tenía todas las posibilidades para llenar páginas de revistas: un sacerdote italiano tendría que sentarse en el banquillo para explicar ante un juez la existencia de Dios. La historia comenzaba cuando un ingeniero publicó un libro en el que dudaba de la naturaleza divina de Jesús, lo que exasperó al párroco, quien hizo colgar de la puerta de su iglesia una diatriba en la que criticaba al libro y al autor.
Este no tardó en acudir a los juzgados, no sólo para proteger su honor, sino la veracidad de su hipótesis. La denuncia, admitida a trámite, provocará que el sacerdote haya de presentarse ante el juez y “justificar” que Dios existe, lo cual no deja de ser un dogma de fe. Que Jesús es hijo de Dios es una de las verdades de la fe cristiana. Una cuestión que no admite debate, sobre la que ningún creyente admite dudas. Otros asuntos, que durante siglos han sido verdades inmutables para la Iglesia, parece que ya no lo son tanto. El caso más reciente, y curioso, es el de una posible “rehabilitación” de Judas Iscariote, el traidor, el que vendió al hijo de Dios por 30 monedas y que se suicidó al comprobar la magnitud de su acción. Durante siglos, su nombre fue maldito.
Evangelio apócrifo
Sin embargo, y coincidiendo con la próxima publicación (en National Geografic) del contenido de un manuscrito del s. I que contendría el evangelio apócrifo de Judas, han surgido voces, algunas dentro del Vaticano, que apuntan la necesidad de restaurar el honor perdido del discípulo. “Judas no hizo más que llevar a cabo su papel para que se cumpliera el plan de Dios”, subrayó a The Times el director del Pontificio Consejo de Ciencias Históricas del Vaticano, Walter Brandmuller. Junto a él, varios expertos en el estudio de la Biblia han instado a releer el texto evangélico, considerando que Judas “fue víctima en su día de un libelo teológico que ayudó a crear el antisemitismo” y creó la imagen de un “villano siniestro” dispuesto a la traición por dinero.
El limbo
La otra gran cuestión ha sido el debate en torno al limbo, lugar al que iban los niños sin bautizar, sin sufrimientos pero sin la visión de Dios. Un rincón intermedio, en tierra de nadie, entre el Cielo, el Infierno y el Purgatorio. El Concilio de Trento definió este lugar como “una tercera clase de cavidad, en donde, sin sentir dolor alguno, disfrutan de pacífica morada”, separados de Dios.
Pecado original
La doctrina tridentina buscaba incentivar el bautismo de los recién nacidos para evitar que sufrieran esta suerte de condena. El razonamiento era simple, los que mueren sin bautismo lo hacen con la mancha del pecado original, por lo que no podían entrar en el Cielo. Las cosas comenzaron a cambiar en el Concilio Vaticano II, cuando la Iglesia “entierra” la doctrina sobre el limbo y sostiene que los niños y los justos sin bautizar se salvan “en la misericordia de Dios”.
Juan Pablo II, en 1999, también se encargó de desmontar la visión tradicional del Cielo, Infierno y Purgatorio, que no eran lugares físicos, sino diversos estados del alma. Ni siquiera se aseguraba que alguien habitase en el Infierno, lo que reflejaría la infinita bondad de Dios. En aquel momento, el Santo Padre encargó a la Comisión Teológica Internacional un estudio sobre la “suerte ultraterrena” de los que mueren sin recibir el bautismo. Trabajos que culminaron hace semanas, y que ya han sido abordados por Benedicto XVI. Aunque todavía no se han publicado conclusiones, todo parece indicar que el limbo podría dejar de existir.