Re: Estudio del disparate adventista sobre los sacrificios por el pecado
Estimado ernesto gil. Saludos cordiales.
Tú dices:
Tu respuesta no cita alguna ley del AT que ordena a ofrecer un cordero macho como sacrificio por el pecado y veo que, como de costumbre, tu cobardía te impide contestar.
No seguiré este diálogo contigo hasta que respondas con un texto de "LA LEY" donde dice que se debe ofrecer un cordero macho como sacrificio por el pecado.
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Como "gabriel47" se hizo el loco y no contestó, ¿habrá algún otro ASD que quiera contestar?
Ya que la Biblia dice que Jesús es el cordero Pascual (1 Cor. 5:17) que quita el pecado del mundo (Juan 1:29) ¿no les parece que, para estar en armonía con las creencias de la IASD debería decir que Cristo es el macho cabrío de Yom Kippur que quita el pecado del mundo?
¿Por qué el cordero pascual quita el pecado del mundo si supuestamente el pecado no es quitado hasta que se limpia el santuario con la sangre del macho cabrío en el día de Yom Kippur?
Respondo. Ya te conteste, y amplío mi respuesta:
Jesús es el tema central de las Escrituras.
Observa cómo Jesús explicó la causa de la incredulidad de los Judíos (por ende la tuya)
"También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto,
ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis." Juan 5:37,38.
"En vez de disculparse por el hecho del cual se quejaban, o explicar el propósito que tuviera al realizarlo, Jesús se encaró con los gobernantes, y el acusado se trocó en acusador. Los reprendió por la dureza de su corazón y su ignorancia de las Escrituras. Declaró que habían rechazado la palabra de Dios, puesto que habían rechazado a Aquel a quien Dios había enviado. "Escudriñáis las Escrituras, pues pensáis que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.' DTG 182.
¿Por qué los Judíos no pudieron entender las Escrituras?
"Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
y no queréis venir a mí para que tengáis vida." Juan 5:39,40.
En toda página, sea de historia, preceptos o profecía, las Escrituras del Antiguo Testamento irradian la gloria del Hijo de Dios. Por cuanto era de institución divina, todo el sistema del judaísmo era una profecía compacta del Evangelio. Acerca de Cristo "dan testimonio todos los profetas.'* Desde la promesa hecha a Adán, por el linaje patriarcal y la economía legal, la gloriosa luz del cielo delineó claramente las pisadas del Redentor. Los videntes contemplaron la estrella de Belén, el Shiloh venidero, mientras las cosas futuras pasaban delante de ellos en misteriosa procesión. En todo sacrificio, se revelaba la muerte de Cristo. En toda nube de incienso, ascendía su justicia. Toda trompeta del jubileo hacía repercutir su nombre. En el pavoroso misterio del lugar santísimo, moraba su gloria.
Los judíos poseían las Escrituras, y suponían que en el mero conocimiento externo de la palabra tenían vida eterna. Pero Jesús dijo: "No tenéis su palabra morando en vosotros.'* Habiendo rechazado a Cristo en su palabra, le rechazaron en persona. "No queréis venir a mí --dijo,-- para que tengáis vida." DTG.182,183.
Cuando Jesús compareció ante Juan para ser bautizado. ¿Cómo lo identificó Juan en público?
"El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo." Juan 1: 29.
¿Qué profecía cumplió Juan en el bautismo de Jesús?
"El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel" Isaías 61:1.
"Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios." Juan 1:34.
"La Palabra de Dios incluye las escrituras del Antiguo Testamento así como las del Nuevo. El uno no es completo sin el otro. Cristo declaró que las verdades del Antiguo Testamento son tan valiosas como las del Nuevo. Cristo fue el Redentor del hombre en el principio del mundo en igual grado en que lo es hoy. Antes de revestir él su divinidad de humanidad y venir a nuestro mundo, el mensaje evangélico fue dado por Adán, Set, Enoc, Matusalén y Noé. Abrahán en Canaán y Lot en Sodoma llevaron el mensaje, y de generación en generación fieles mensajeros proclamaron a Aquel que había de venir. Los ritos del sistema de culto judío fueron establecidos por Cristo mismo. El fue el fundador de su sistema de sacrificios, la gran realidad simbolizada por todo su servicio religioso. La sangre que se vertía al ofrecerse los sacrificios señalaba el sacrificio del Cordero de Dios. Todos los sacrificios simbólicos se cumplieron en él.
Cristo, tal como fue manifestado por los patriarcas, simbolizado en el servicio expiatorio, pintado en la ley y revelado por los profetas, constituye las riquezas del Antiguo Testamento. Cristo en su vida, en su muerte y en su resurrección, Cristo tal como lo manifiesta el Espíritu Santo, constituye los tesoros del Nuevo Testamento. Nuestro Salvador, el resplandor de la gloria del Padre, pertenece tanto al Viejo como al Nuevo Testamento.
Los discípulos habían de ir como testigos de la vida, la muerte y la intercesión de Cristo, que los profetas habían predicho. Cristo en su humillación, en su pureza y santidad, en su amor incomparable, había de ser su tema. Y para predicar el Evangelio en su plenitud, ellos debían presentar al Salvador no solamente revelado en su vida y enseñanzas, sino predicho por los profetas del Antiguo Testamento y simbolizado por los servicios expiatorios" Palabras de Vida del Gran Maestro. 97.
¿Cómo presentó Juan a Jesús ante sus propios discípulos?
"El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos.
Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios." Juan 35,36.
¿Qué efecto tuvieron las palabras de Juan sobre sus discípulos?
"Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús." Juan 1: 37.
"Al día siguiente, mientras dos discípulos estaban cerca, Juan volvió a ver a Jesús entre el pueblo. Otra vez se iluminó el rostro del profeta con la gloria del Invisible, mientras exclamaba: "He aquí el Cordero de Dios." Las palabras conmovieron el corazón de los discípulos. Ellos no las comprendían plenamente. ¿Qué significaba el nombre que Juan le había dado: "Cordero de Dios"? Juan mismo no lo había explicado." DTG 112.
"Los pecadores han de ser conducidos a un Salvador alzado en la cruz, y se ha de oír, pronunciada por muchas voces, la invitación: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo."" OE. 26.
"Aquellos que sean fieles a su vocación como mensajeros de Dios, no tratarán de honrarse a si mismos. El amor al yo será absorbido por el amor a Cristo. Reconocerán que su obra es proclamar, como proclamó Juan el Bautista: "
He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo." (Juan 1:29) Obreros Evangélicos 58.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.