Amados hermanos y hermanas. Reciban mis saludos, mi amor y mis bendiciones.
Hace algunos años atrás, llegaron a mi puerta unos hermanitos Testigos de Jehová. Sin que tuviera tiempo para darles la bienvenida, abrieron la Biblia y comenzaron a predicarme. Los escuché un momento, pero luego los interrumpi diciendoles: "Por favor, no me hablen de Dios, ¡Sean dios!, por lo tanto vivan a Dios". Me miraron espantados y dándose media vuelta se alejaron.
Comienzo este epígrafe compartiéndoles esta anécdota, porque eso que dije a esos hermanitos TTJJ, es LA VERDAD.
Mi Padre, es la Verdad, por lo tanto, todo aquél que pretenda ser la Verdad, tiene que VIVIR A DIOS.
La Verdad no es un libro "sagrado" al cual le adjudican como la "Palabra de Dios". La Verdad no es un conglomerado de personas adorando o comulgando bajo dogmas, ritos o acciones desiquilibradas: La Verdad no es una religión, ni una secta ni un movimiento de moda. La Verdad no es el citar textos para demostrar que se tiene conocimiento, no, la verdad NO ES UN CONOCIMIENTO.
La Verdad ¡Es mi Padre!, ¡Nuestro Padre!.
Muchos se jactan de tener conocimiento de las escrituras, sin saber que el conocimiento de nada les sirve ni les servirá, para llegar a la Verdad.
El conocimiento, sólo crea una ilusión de control en la mente. Pero ese conocimiento, sólo es comparable a un río en el cual las aguas se han estancado; al poco tiempo sus aguas se pudrirán. Esos "conocimientos" se conviertyen en riquezas y las riquezas pasana a ser tesoros que convierten al ser en un "rico". Más Jesú dijo que sería más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, a que un rico entre al Reino de los Cielos" (Mat. 19:24)
La Verdad es una enseñanza Nueva. Siempre es Nueva y siempre será Nueva.
