Efectivamente hermano Ricardo, los temas planteados, en su desarrollo, generalmente se apartan de su propósito inicial, hacia lugares colaterales o periféricos que muchas veces nada tienen que ver con lo que se planteó inicialmente, aquí están las preguntas de mensaje inicial:
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“Jesús le dijo: ‘Verdaderamente te digo hoy estarás conmigo en el Paraíso.’”—Luc. 23:42, 43,
¿Precisamente en qué paraíso pensaba Jesús? ¿Fue un paraíso en la Tierra como aquel de que el lector espera disfrutar, o fue algo diferente?
Además, piense en esto: ¿Cuándo estaría ese malhechor u otras personas en el paraíso? ¿Qué quiso decir Jesús por “hoy”? "-
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¿En qué paraíso pensaba Jesús?
La palabra griega usada aquí es paradeisos (παράδεισος), que en el contexto judío del siglo I se asociaba con el “seno de Abraham” (Lucas 16:22) o un lugar de descanso consciente para los justos después de la muerte. En la Septuaginta, paradeisos traduce el Edén, pero en el Nuevo Testamento adquiere un matiz celestial. Pablo lo usa en 2 Corintios 12:4 para referirse al “tercer cielo”, y Apocalipsis 2:7 lo vincula con la presencia de Dios.
Por tanto, Jesús no se refería a un paraíso terrenal futuro, sino a un estado de comunión inmediata con Él después de la muerte—un anticipo del cielo mismo.
¿Qué quiso decir Jesús por “hoy”?
Aquí hay un debate gramatical interesante. Algunos argumentan que la frase debería leerse: “Verdaderamente te digo hoy: estarás conmigo en el paraíso”, postergando la promesa.
Sin embargo, como bien afirmas:
-"El "estarás conmigo" adquiere una significación sublime como consuelo si es cosa inmediata -apenas pocas horas- o un anuncio nada consolador si fuera solo una promesa distante, indefinida, remota."-
Además, el contexto apoya una promesa inmediata: Jesús está muriendo, el malhechor también, y la esperanza que se le ofrece es consuelo en ese mismo día. No hay indicio de una espera milenaria o de una resurrección futura para entrar al paraíso.
Si examinamos la fórmula usada por el Señor en los evangelios:
-"De cierto, de cierto te digo"- (Jn.3:3, 5, 11; 13:38; 21:18)
Nunca incluye “hoy” como parte del énfasis temporal del verbo “decir”, sino como parte de la promesa misma.
Por otro lado, el contexto de Lc.23:43 no admite consuelos desalentadores, como bien enfatizas, ambos están muriendo, están a escasos minutos de abandonar el cuerpo (2P.1:14), por lo tanto, la esperanza ofrecida por Cristo es consuelo en ese mismo día, no hay indicio de una espera milenaria o de una resurrección futura para entrar al paraíso.
¿Pero por qué hablamos así?
Porque quién hace esta promesa, viene de la Eternidad (2Tim.1:9) y no solo quitó el pecado de la tierra en un día (Zac.3:9; Jn.1:29) sino que también quitó la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad para todo aquel que en él crea y el cual se dio a sí mismo en rescate por todos.
Cuando el Señor afirma: "Hoy estarás conmigo" significa una entrada inmediata al Paraíso tras el abandono del cuerpo, no se trata de ninguna asociación con la resurrección, sino del estado intermedio del alma en comunión con Cristo, textos como los siguientes:
Flp 1:23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;
2Co 5:8 pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.
Nos hacen entender este privilegio que en este tema brilla por su ausencia en los foristas ajenos a la sana enseñanza.
Esta realidad de nuestra presencia con Cristo lejos de ser ambiguo es una joya de esperanza:
Incluso en la hora más oscura, Cristo ofrece comunión inmediata con Él a quien se arrepiente y cree.
Sigamos adelante con nuestra labor en este foro, de la sana enseñanza, porque otra de las cosas que omitimos a la hora de hablar del Señor, es el continuo monitoreo del cielo desde la cuna hasta el Calvario de legiones de ángeles a su servicio (Mt.26:53).