Nota: Gracias por tu esfuerzo de mejorar tu presentación en tus tres argumentos.
Una supuesta simpleza que no es simple
Hablas de simpleza, pero tu pregunta parte del error de querer separar las dos visiones.
Según las reglas de una interpretación coherente, no puedes afirmar que dos visiones, ambas llamadas hórama y presentadas como comunicaciones divinas, pertenecen a la misma categoría y luego declarar arbitrariamente que una es “real” y la otra es “imaginación”.
Además, tu ejemplo del "pitufo" es absurdo, ya que incurres en una "falacia de salto de categoría" al intentar comparar tu imaginación humana con una revelación sobrenatural de Dios mediante un mensaje divino.
Por eso, tu contradicción es evidente: llamas “visión real” al evento de la transfiguración, aunque Jesús mismo la llamó hórama (Mateo 17:9), y a la vez dices que la visión de Pedro es "imaginación", cuando la Escritura también la llama hórama en Hechos 10:17.
¿A quién le creo? ¿A ti o a las Escrituras, que a ambas visiones las llama hóramas?
Si ambas son hórama, no puedes usar una para probar la inmortalidad del alma porque, según tú, es real, y desechar la otra porque, según tú, es imaginaria. Eso es forzar el texto, añadiendo lo que la Escritura no dice, solo para sostener tu dogma, en lugar de dejar que ella hable por sí misma.
Mi respuesta
Tú me pides tomar partido.
Muy bien: ambas visiones son llamadas por la Escritura hóramas.
Por tanto, ni los animales, ni Elías y Moisés son física y literalmente reales. Se pueden contemplar visualmente, sí, descartando que no son producto de la imaginación, ni tampoco son fantasía ni invención.
Forman parte de una manifestación sobrenatural que Dios permite contemplar visualmente para transmitir un mensaje específico. Pero así como aparecen, desaparecen. Es decir, para mí no hay diferencia entre las dos visiones.
Tu postura
Ahora, entiendo tu postura. Según tú, la visión de la transfiguración sí es real porque Elías y Moisés hablan con Jesús, y porque Pedro propone hacer tres tiendas, aunque el mismo texto dice que lo hizo por estar espantado y no saber lo que decía; y la visión de los animales es una imaginación porque no tiene esa interacción ni apariencia humana.
Tu problema
Pero aquí está el gran problema de tu interpretación.
Primero, el propósito de ambas visiones no tiene absolutamente nada que ver con la inmortalidad del alma.
Segundo, así como los animales no interactuaron con Pedro, tampoco lo hicieron Elías ni Moisés con los testigos oculares: Pedro, Juan y Jacobo. De hecho, fue tan repentino que, mientras Pedro hablaba, los cubrió la nube y desaparecieron.
Y para reforzar esto, incluso después de 35 años, cuando Pedro vuelve a testificar de esa hórama en 2 Pedro 1:16-18, solo habla de la majestad, gloria y honra de Cristo. No menciona ni a Elías ni a Moisés, lo que indica que el propósito de esa visión era exaltar la gloria de Cristo. Así que las apariciones de Elías y Moisés solo apuntaban al cumplimiento profético de la Ley y los Profetas en Él, pero no tenían ninguna función relevante más allá de eso.
Mi pregunta:
Así que, mi querido amigo, siendo específico, ajustándome a las Escrituras, dejando clara mi postura y respondida tu pregunta, te pregunto:
¿Puedes mostrar con las Escrituras que Elías y Moisés interactuaron con los tres testigos, Pedro, Juan y Jacobo, que hablaron, se saludaron o intercambiaron algún mensaje o anécdota?
Si no puedes probar ninguna interacción, sino únicamente que fueron testigos oculares, entonces tu argumento queda refutado y se ubica al mismo nivel que el hórama de Pedro y los animales.